Partida Rol por web

Ya habían pasado en anteriores ocasiones por el Cañón de la Serpiente, cuando iban en bicicleta a visitar a tu tío Howard en el rancho Red Creek, pero nunca se habían fijado en la entrada de la cueva. Parece como si un desprendimiento de rocas la hubiese dejado al descubierto recientemente.
El sol de la tarde ilumina la entrada de la cueva, pero su interior permanece en la más absoluta oscuridad. Dan unos pasos hacia dentro para hacerte una idea de su tamaño. A medida que te vas acostumbrando a la oscuridad, empiezas a vislumbrar una especie de túnel iluminado débilmente por algún tipo de material fosforescente incrustado en las rocas. Las paredes del túnel tienen una forma suave, como si hubiesen sido modeladas por el curso del agua. Cinco o seis metros más adelante, el túnel describe una curva. Se preguntan a dónde conduce. Dan unos pasos más. Se pone nerviosos estar en un lugar tan extraño. Dan la vuelta y salen corriendo al exterior.
A juzgar por la oscuridad que reina en el exterior, está a punto de desencadenarse una tormenta. De pronto, se dan cuenta que el sol ya se ha puesto y que la única iluminación procede de la pálida luna llena. Quizás han debido quedarse dormidos un par de horas. Entonces recuerdan algo que todavía les resulta mucho más extraño: la noche anterior, la luna apenas estaba empezando su cuarto creciente.
Empiezan a dudar del tiempo que has pasado dentro de la cueva. No tienen hambre, ni les parece que hayan podido quedarse dormidos. No saben si intentar volver a casa guiados por la luz de la luna o si esperar a que amanezca para no correr el riesgo de resbalar en el escarpado sendero.

- Pero... ¿que demonios ha pasado, tío? - le pregunto a Noah - ¿nos hemos despistado en la cueva y se ha hecho de noche?

La luna llena ilumina la noche creando un fuerte contraste con la oscuridad profunda de la cueva. Un escalofrío recorre mi espalda erizando mi vello.

- Creo que debemos irnos a casa, Noah... esta cueva no me da buen rollo - 

Los detalles del ambiente habian cambiado exageradamente, No es posible... debemos estar equivocados. Pasan bastantes dias para el cambio de fase de una luna. Ademas si nos hubiesemos desmayado los dos no tendria sentido que fuera al mismo tiempo y que ninguno de los dos no notara algo extraño en el otro. Opino lo mismo James, seguro que debemos estar sugestionados por esta aventura en la cueva y estamos imaginando cosas... volvamos, te sigo.

A medida que avanzas hacia el rancho, tienes la sensación de que el sendero no es el que tú recuerdas, aunque desde luego la luz de la luna puede darle un aspecto diferente. De pronto, te das cuenta que no estás caminando por un sendero, sino por algo que se asemeja al cauce seco de un río. Vuelves corriendo a la entrada de la cueva. Miras a tu alrededor y descubres que todo el paisaje ha cambiado. Parece como si una lluvia torrencial hubiese borrado todo el rastro del camino durante el rato que has estado dentro de la cueva, a pesar de que no logras ver un solo charco. Tiemblas; hace frío, mucho más del que corresponde a esta época del año. Te pones la chaqueta que llevabas en la mochila, pero sigues sintiendo un frío terrible.
Por fin, el paisaje empieza a aclararse. Por el este asoma un poco de luz. Pronto saldrá el sol. Echas un vistazo a tu reloj y descubres que se ha parado, a pesar de que sólo hace unas horas que le has dado cuerda. Parece que nada funcione correctamente.
Sabes que debes volver al rancho lo antes posible, pero de algún modo, sientes que la única forma de hacer que las cosas vuelvan a ser como antes es retornar al interior de la cueva.

¿Que demonios está ocurriendo aquí?... pienso al ver que nada es como debería. Una cosa es que nos despistásemos en cuanto al tiempo en el interior de la cueva pero otra cosa muy diferente es que el propio terreno sea diferente al que tan bien conozco.

Poco a poco la luz del sol va iluminando el cañón pero no consigue llevarse completamente el frío que reina en el lugar. Cuando miro mi reloj, descubro que se ha parado a pesar de tener cuerda más que suficiente. Le doy cuerda nuevamente ipara comprobar que siga funcionando correctamente.

- Parece como si estuviéramos en otro lugar Noah. ¿Crees que podemos haber tomado una salida de la cueva diferente a la que usamos para entrar? No lo creo, pero es la única explicación que se me ocurre - comento a mi amigo. - ¿seguimos caminando hacia casa o buscamos en la cueva? No tengo claro cual será la mejor opción.

Mientras espero la respuesta de mi compañero, rebusco en mi mochila buscando mi cámara de fotos para fotografiar el "sendero"...

Las cosas se habian tornado distintas desde que salimos de la cueva, cosas extrañas nos estaban sucediendo, cosas que no podiamos explicar facilmente pero nos esforzabamos para darle un significado coherente.
El frio era mas fuerte que el de costumbre, me obligo a abrigarme un poco mas y observar detenidamente donde estabamos, Es posible que la cueva tuviese mas de una salida... di esperanzas a la explicacion de James, pero ahora nos tocaba tomar una decision importante. No se como podemos volver hacia el rancho si ni siquiera sabemos donde estamos parados y si la cueva tiene mas de una salida es probable que nos perdamos o salgamos en otro lado que tampoco conocemos. Mire a mi alrededor y le dije James, Caminemos... en algun lado vamos a encontrar algo o alguien que nos indique como volver.

- Está bien... caminemos hacia el rancho - 

A medida que aclara el día se dan cuenta que no están en el buen camino. El cañón parece menos profundo y el cauce del río está sembrado de cantos rodados que nunca habías visto. El viento es helado a pesar de estar en pleno verano. Al subir a un terreno más elevado descubres manchas de nieve. Desde un risco, divisan una llanura árida con lagos helados y, a lo lejos, una cadena montañosa con picos cubiertos por la nieve. Empiezan a pensar que no se trata simplemente de que se hayan perdido; se han perdido en el tiempo y, por alguna extraña razón, han sido transportados varios millones de años atrás a la Edad del Hielo.
Se dirigen a una de las colinas que bordean el cañón, buscando un lugar para resguardarse del viento y descubren la entrada de otra cueva. Sienten la tentación de penetrar en ella aunque piensan que deberías seguir andando para ver si de algún modo logras llegar a un sitio conocido.

Era extraño lo que estaba sucediendo, de verano pasamos a invierno y sin duda eso no tenia una explicacion logica y viable, Emm... James, como que estamos muy jodidos. Le dije mientras empezaba a sentir mas aun el frio y observaba el blanco paisaje que se presentaba a la distancia. Te puedo asegurar que no estamos donde deberiamos, ¿Volvemos a la cueva de donde vinimos o entramos en esta? Podemos hacer una fogata para que nos caliente.

La situación parece a cada instante más extraña. No sólo somos incapaces de reconocer cualquier elemento del terreno que nos permita orientarnos sino que además parece que ni siquiera el clima se corresponde al que debería ser. Incluso puedo ver restos de nieve... nieve, joder... pero si estamos en verano...

Tiritando con los dientes castañeando por el frío vislumbramos una cueva a lo lejos que puede servirnos de refugio.

- Entremos en esta cueva e intentemos calentarnos... tengo miedo de que seamos incapaces de regresar a la otra cueva antes de que haga más frío aún...

Al penetrar en la cueva perciben una luz oscilante y olor a humo. Caminan a lo largo de un tortuoso pasadizo hasta llegar a una amplia cámara. El humo procede de unas vasijas de barro.
Unos hombres bajos y robustos, con pelo negro, muy lacio y rasgos primitivos, están ocupados pintando sobre las paredes de la cueva. Visten con pieles de animales. Observan que en un rincón hay varios lechos de paja.
Se quedan paralizados por el miedo cuando los habitantes de la cueva abandonan su trabajo para correr hacia ustedes con muestras de asombro. El más alto lleva en sus manos una larga liana. Se adelanta como si tuviera intención de agarrarlos y atarlos con ella.

Hostia puta... pienso al ver como las figuras humanoides se dirigen hacia nosotros. Por mi experiencia como fotógrafo en África y otros lugares subdesarrollados, sé que la situación es complicada; si nos damos la vuelta e intentamos escapar, puede que se lo tomen como una amenaza y nos ataquen.

Levanto mis manos hacia la luz, demostrándoles que no resulto una amenaza para ellos al tiempo que le susurro a Noah.

- Estáte atento... que no nos vean como una amenaza... pero prepárate para salir corriendo si fuese necesario... -

Aquella escena me resultaba imposible de procesar. No estabamos ni cerca de una comunidad primitiva cuando entablamos viaje, estaba seguro de ello, tan solo iba a ser una expedicion por las montañas pero esto es totalmente algo que esta fuera del contexto que habiamos planeado.
Observo que James ya tenia planes para actuar, aunque en mi opinion como fanatico de la antropologia podia adivinar que esto iba a terminar mal. Las personas primitivas que se juntaban en "manadas" solian competir con otras. Muestro mis manos a los costados de mi cuerpo para demostrar que no poseia armas y permaneci atento como me dijo James.

Adoptan una actitud amistosa. El hombre que sostiene la liana retrocede y sonríe. Los otros se dirigen a ustedes dando muestras de simpatía, pero no logran entender lo que dicen ni tampoco ellos pueden entenderlos a ustedes. Se sienten un poco violentos, pero contentos de estar a salvo y calientes.

Algunos hombres vuelven a su pintura. Deciden intentar comunicarse por medio del dibujo. Se dibujas a ustedes dos comiendo y los habitantes de la cueva se ríen, pero les traen un pedazo de carne casi cruda. No tiene muy buen sabor, pero están tan hambrientos que no les importa.

Poco a poco entablan amistad y aprenden unas cuantas palabras. Unos hombres van de caza y vuelven con carne. Otros hacen ropas con pieles de animales. Ayudan cocinando y limpiando, haciendo todos los días algún dibjo en la pared. Los habitantes de la cueva sienten fascinación por sus dibujos de barcos, aviones y coches, objetos que sólo pueden apreciar como diseños abstractos ya que no pueden comprender cuál es su función.

Un día reciben la visita de otras gentes. Ustedes no los habías visto anteriormente, pero tus amigos los reciben calurosamente y celebran una gran fiesta en su honor. Al terminar la comida, la conversación se acalora. Comprenden que están hablando de algún problema serio. Poco a poco se van quedando dormidos. Sales de la cueva para ver si logran averiguar algo. La tierra está cubierta por una espesa capa de nieve y el implacable viento helado levanta remolinos.

A la mañana siguiente, la gente de la cueva empaqueta sus pertenencias y les recomienda que hagan lo mismo. Sin lugar a dudas, se proponen emigrar a un clima más cálido. Probablemente deberían ir con ellos, pero quieren volver a su casa y saben que la única posibilidad de lograrlo es encontrando el camino de vuelta a través de la Cueva del Tiempo.

La experiencia con los habitantes de la cueva estaba resultando muy interesante y tenía varias ideas para intentar escribir un libro cuando consiguiésemos volver a casa.

Los días pasan... el tiempo vuela y las nieves comienzan a cubrir todo el terreno bajo su pálido manto... nuestros anfitriones recogen sus enseres y se disponen a partir, posiblemente en busca de climas más cálidos y nos indican que vayamos con ellos.

Rechazo amablemente su invitación ya que si abandonamos la zona, las posibilidades de volver a casa a través de la cueva se desvanecerían, por lo que, al igual que ellos recojo mis pertenencias y le digo a Noah lo que pienso.

- Volvamos a la cueva Noah... si nos alejamos de aquí corremos el riesgo de no volver a localizar jamás y condenarnos a quedar aquí atrapados...

Recoges tus escasas pertenencias, de las cuales la más apreciable es un cuchillo hecho de un colmillo de mamut. Dices adiós a tus amigos y te alejas andando con dificultad sobre la nieve intentando rehacer el camino de vuelta a la Cueva del Tiempo. Aunque el frío es muy intenso, el radiante sol aviva tus esperanzas.
Tu estancia con los habitantes de la cueva te ha fortalecido y tus toscos ropajes de pieles te protegen admirablemente del frío. Logras encontrar el camino a lo largo del cañón y, al cabo de unas horas, alcanzas la entrada de la cueva, ahora casi totalmente cubierta por la nieve.

Estás agotado por la larga caminata y te lloran los ojos a causa del fuerte viento. Casi no percibes la gran figura gris agazapada a poca distancia de la entrada de la cueva hasta que llega a ti el aullido gutural del lobo. En ese mismo instante, te enfrentas directamente a su fría y cruel mirada. Sabes que al menor movimiento se avalanzará sobre ti. Tienes que pensar qué vas a hacer antes de cambiar de postura. Es probable que puedas llegar hasta la cueva sin que te alcance; puede que tarde un poco en perseguirte y que te deje tiempo para escapar. También podrías intentar clavarle el cuchillo en la garganta cuando salte.

El aullido del lobo que se encuentra frente a mi me hiela la sangre en las venas aún más que el frío de la nieve que nos rodea. Con gran esfuerzo, consigo reprimir el primer impulso que me viene a la mente: darme la vuelta y echar a correr... no quiero que el lobo se abalance sobre mi espalda al huir pienso.

Con manos temblorosas me dispongo a coger el cuchillo, preparado para hundirlo en la garganta del lobo si éste decide atacarme...

Asiendo el largo cuchillo de marfil, avanzan lentamente, paso a paso, hacia el lobo que espera gruñendo aparentemente sorprendido por su audacia.
Con un gran salto el animal se lanza sobre Noah. Le atacan con el cuchillo, desviando el cuerpo para evitar sus temibles colmillos. Sus cuchilladas dan en el aire, pero el lobo tampoco consigue otra cosa que desgarrar su abrigo de piel de oso. Se detiene un instante para olerlo y aprovechan para clavar sus cuchillo en su cuello. El lobo gira, los mira con odio y se desploma sobre el suelo con la columna vertebral partida.
Ahora ya son unos auténtico cazador de la Edad de Piedra. Despojan al animal de su piel y entran en la cueva.
Siguen el túnel de la derecha pensando que puede devolverles a su época cuando, de repente, caen hundiéndose más y más deprisa en un pozo que no parece tener fin.

Lentamente recuperas el sentido. Estás en tu cama en el rancho Red Creek contemplando a tu tío Howard. A su lado está un médico amigo suyo.
Tuvieron una mala caída trepando por esas rocas del cañón dice su tío Howard. El doctor Parsons dice que no entiende cómo no se han roto ningún hueso. Estábamos muy preocupados pensando que se habían perdido en una de esas cuevas.
Se sientes un poco aturdido y muy débiles, así que se limitan a sonreír sin decir nada. De todos modos, seguro que nadie les creería. No obstante, años después escriben un libro acerca de sus aventuras en la Cueva del Tiempo.

FIN

Lentamente desenvainan sus cuchillos y corren hacia la cueva. El lobo sale disparado detrás de ustedes. Salta y desgarra el abrigo de piel de oso de James. Mientras trata de recuperar el equilibrio, entran en la cueva y se meten por el túnel de la izquierda. El lobo los persigue. Miran por encima del hombro y, tropiezan. En vez de caer al suelo, notan que resbalas por una larga y empinada rampa. Arriba el lobo aúlla furioso. Aterrizan sobre un montón de tierra en el fondo de un pozo, ligeramente conmocionado pero sin daño. A su izquierda hay un oscuro pasadizo. Arrojan una piedra y, al cabo de lo que te parece una eternidad, oyen un lejano chapoteo. Afortunadamente, hay otro pasadizo a la derecha que está débilmente iluminado por una luz fosforescente.

Recorren bastante distancia por el pasaje de la derecha con la esperanza de encontrar un túnel que conduzca a su época. Escogen uno de los muchos pasadizos que cruzan y lo sigues. En lugar de subir hasta la superficie, entran en una estancia brillantemente iluminada en el centro de la cual está sentado un anciano con barba.
¡Bienvenidos! dice, como si estuviera esperándolos.
Gracias responden. ¿Puedes ayudarnos a regresar a muestra época?
Ante todo, díganme por qué quieren volver a tu tiempo, ¿No les gustaría ir a otro cualquiera? dice el anciano sonriendo.