Partida Rol por web

Mirando alrededor, no visteis trajes espaciales. Si los había, desde luego no era en aquella estancia. Tampoco había armas de ninguna clase.

Lo único que teníais eran tres caminos que se abrían ante vosotros, tres posibilidades y por consiguiente, otras tantas opciones tanto de encontrar lo que necesitabais... como de hallaros delante de algo que era preferible evitar.

- Tengo mi pistola, aunque no creo que sea suficiente. - Respondió a la primer inquietud de Hate. - Aún no he recibido respuesta del capitán. En cuanto nos diga dónde se encuentran, tratamos de reunirnos con ellos.

Capitán, intentaremos reunirnos con usted. - Dijo por intercomunicador. - Pero debería guiarnos de ser posible...

- Mc Fadden, estamos en ingeniería. Stamets me está guiando por este puto laberinto, sacó los planos del sistema. Dígale a Milton que se haga útil y los consiga también.

- Recibido... - Le respondió al capitán. - Enseguida estamos allí. 

- Recibido... - Le respondió al capitán. - Enseguida estamos allí. 

- El capitán está en la zona de ingeniería. - Miró a Tristán. - Stamets ha sacado los planos de la nave. Me ha dicho que haga usted lo mismo. ¿Podrá? -​​​​​​-Le preguntó sin demasiadas esperanzas.

El tema del traje no estaba funcionando demasiado bien. A oscuras y con cada vez más frío, era evidente que las posibilidades de sobrevivir disminuían por momentos.

En ese momento, registré el descenso de temperatura a 9ºC, mientras los niveles de oxígeno continuaban decreciendo y los dióxido de carbono, aumentando vertiginosamente. Eso significaba que dentro de poco, el doctor no sería capaz de hacer prácticamente nada.

-Doctor, creo que ha llegado el momento de que entre en las cápsulas de hibernación. Las probabilidades de que sobreviva a esta situación son escasas y no sabemos cuándo volverá el equipo -le dije, mostrando preocupación.

¿Así que alivio sexual?- Pregunta retocíamente el médico.- ¡Qué pájaro el capitán Smith!- Añade pasados unos segundos mientras recuerda la cantidad enorme de veces le ha tocado auto aliviarse a si mismo.

Harry continuó tratando de hacer algún apaño con los trajes que tenía pero aquello era completamente imposible. Las manos empezaban a temblarle incontroladamente cuando Gemma le indicó que debía irse a la cápsula de hibernación.

Dejando lo que está haciendo Doc se levanta y se dirige hacia las capsulas.- Si la nave no tiene energía el suministro de emergencia de las cápsulas pronto se agotará. Pero al menos será algo más fácil controlar la temperatura.- Había menos espacio que calentar y se enfriaría más despacio. Al llegar se le ocurre una idea, nadie paga el dinero que vale un robot sexual para que al tocarlo te transmita la misma fría sensación que una serpiente. La fuente de energía de Gemma debía proporcionar a su piel una temperatura de 37º para que la relación mereciera la pena. Si estaba en lo cierto, la robot aún podía salvarle la vida.- Gemma, ¿A qué temperatura estas cuando ejecutas funciones de alivio sexual?

Nada más llegar a la sala de ingeniería miré hacia todos los lados, esperando encontrar por ahí a la criatura o algún cuerpo medio comido. En lugar de eso, vi una sala corriente, parecida a la que teníamos en la Greta. Al no ver al bicho, avancé hacia el puesto de control y empecé a trabajar, ya que no podía esperar ni un segundo más. ¡Tenía que mear ya! En mi mente no estaba la salvación de los demás, ni la mía propia, ya que me quedaba poco oxígeno en el traje. En mi mente solo había una cosa: MEAR.

Me afané todo lo que pude en revisar y dar corriente a los sistemas principales. Uno a uno, viendo que no hubiera problemas y saltara alguna alarma. Poco a poco, los leds verdes fueron ganando a lo leds rojos, hasta que todo estuvo en orden. En unos minutos, la nave estaría lista para poder respirar y quitarnos los trajes. ¡Es lo que deseaba más en este mundo! Una vez que estuviera conmigo Tristán, mi bello Tristán, le daríamos un repaso al resto de sistemas: navegación, motores, etc. Eso levaría un montón de curro, así que mejor cuatro manos que dos. Miré alrededor para volver a asegurarme de que el alien no estuviera cerca y para divisar la mejor esquina para mear...

Mientras Paul trabajaba, oyó un extraño sonido en lo alto de su cabeza y ambos mirasteis hacia arriba.

La maldita criatura estaba caminando por el techo, boca abajo, como una jodida araña, y justo en ese momento se acercaba peligrosamente a donde estaba Smith. Su boca se abrió, mostrando de nuevo los pequeños y afilados dientes y pareció como si su cuerpo se plegase sobre el techo para saltar y caer encima de él.

Al mismo tiempo, los sistemas comenzaron a funcionar. Los motores rugieron una nueva y conocida melodía y la nave entera se iluminó como un árbol de navidad.

Ene se momento, las luces de toda la nave se encendieron y los terminales de la computadora también. De alguna manera, la nave había vuelto a la vida, aunque fuese por un instante, mostrando con más claridad la sala en la que estabais y los tres corredores que teníais a vuestra disposición, pero nada más.

Miré extrañada a Harry.

¿Temperatura durante el acto sexual? No comprendía exactamente a qué venía aquella pregunta.

-Durante el acto sexual, incremento el coeficiente calorífico de mi piel hasta los 37,5ºC y después de alcanzar el orgasmo, lo disminuyo a 35,5ºC. ¿Desea que le provoque en estos momentos un orgasmo, doctor? -le pregunté, mientras le veía templar a causa del frío -. He de señalar que no sería recomendable, puesto que supondría un incremento del consumo de oxígeno y en consecuencia, una disminución más veloz del aire respirable.

—Sacar los planos!! ¿de dónde? —Dijo a MacFadden. No se sorprendió cuando, al entrar en la sala, todo se puso en marcha. Buscó algún panel de control donde encontrar información sobre la nave. Era obvio que la nave tenía un ordenador central y sus sensores funcionaba a la perfección, sabía que estaban allí.

— Esto no me gusta nada, ¿por dónde seguimos? —miró a Tristan, en ese momento aceptaría sin rechistar cualquier tipo de opinión.

Te acercaste a la terminal de ordenador más próxima y empezaste a teclear, en busca de un esquema de la nave. No tardaste demasiado en encontrarlo, así como en establecer vuestra posición.

Un cuarto camino se abría frente a ellos. Concretamente hacia abajo, pues el acceso a ingeniería era a través de la estancia donde se encontraban y a través del suelo, en algún tipo de trampilla.

- Parece que hay que subir bajar. - Dijo buscando una trampilla en el suelo o un acceso al piso inferior.

El nerviosismo de John iba en aumento. Pensaba en qué harían si no podían poner la nave a punto, y cómo rescatar al doc. También en cuantas de aquellas criaturas pululaban por la nave. Absorto estaba en esos pensamientos, pero vigilante a los pasillos, cuando vio elevarse la mirada de Stamets y vio al alien en el techo, preparandose para atacar. Instintivamente elevó la pistola y comenzó a dispararle mientras se movía para atrás.