Partida Rol por web

Paul todavía no controlaba bien sus manos, por lo que actuaba con torpeza al tocar la consola. Además, aquella nave no parecía muy dispuesta a reconocer los comandos. Eso era algo bastante lógico. Si se trataba de una nave de transporte de prisioneros, tendría códigos de seguridad que quizás no fuese capaz de superar.

Tristán se colocó a su lado e intentó echarle una mano, pero si ni siquiera él lo conseguía, significaba que estaba más allá de sus conocimientos. 

El sistema parecía estar encriptado y si no podían romper el código, no serían capaces de conseguir nada. Los motores se habían reiniciado, y con ellos los sistemas vitales, pero no podríais ir a ningún sitio ni hablar con nadie.

- Vaya... - McFadden se situó entre las dos sillas de los ingenieros. - Parece que ésto va para largo, ¿no? 

Chasqueó la lengua. Poco o nada pintaba allí. Quizás podía dar seguirídad por si algo se les acercaba por la espalda mientras estaban trabajando, pero quizás lo mejor sería simplemente ir en busca de ese algo y eliminarlo. 

- Capitán, ¿qué opina de venir conmigo a investigar las estancias que los quedan mientras los cerebritos se encargan de ésto?

John se preguntaba para qué demonios tenían dos ingenieros. Ahora tenían también medio piloto y un soldado inquieto. De lo que estaba seguro es de que no podían perder tiempo.

- Bien, haremos esto, Hate, tenga mi pistola, si algo entra por ahí que no tenga mi bello rostro o eso que tiene McFadden encima del cuello, no dude en meterle plomo. Cierren la puerta detrás nuestro. Nos sería útil encontrar más armas. Por favor, reestablecer los sistemas de la nave es la prioridad uno. Y si no se puede hacer, avisenme que volveré por el doc con un traje a cuestas.

Buscaría algo como un caño o algo con lo que defenderse si se encontraban con problemas.

- Mc Fadden, ud. primero.