Partida Rol por web

El destello del arma de McFadden creó un auténtico momento de caos entre todos vosotros. De repente, todo se volvió blanco y no erais capaces de ver absolutamente nada. Eso os dejaba completamente indefensos ante lo que fuese Clark, si es que al final no era él sino un monstruo como aquella chica.

Era el momento para esperar morir a manos de algo que ni siquiera seríais capaces de evitar

En ese momento, lo único que pudisteis percibir era alguna clase de sonido aproximándose a vosotros.

Rook negó con la cabeza al ver al Clark. Era imposible que estuviera allí, delante de todos y de una pieza. Estaba apunto de confirmar las palabras de Stamets cuando el sonido del disparo de MacFadden le retumbó en los oídos. —Mierda!!—Unas milésimas de segundo después Rook entró en pánico, no podía ver ni con su ojo biónico, «¿de dónde había salido esa maldita luz?» Notaba como su ojo artificial intentaba enforcar, si mucho éxito, mientras escuchaba el grito del soldado.

—MacFadden aléjate de esa cosa!! —Dijo mientras que intentaba recordar la posición que tenían todos en el momento del disparo.

Que la pistola estallase era lo último que podía esperar Harry, quien no tuvo tiempo de cerrar los ojos antes de quedarse completamente ciego.

El médico intentó agarrarse a algo lo que fuese. Se sentía medianamente a salvo, aunque en estos casos nunca se sabía, pero había varios compañeros entre él y Clark y confiaba que se lanzara a por uno de ellos antes que a por él. De lo que no estaba tan seguro es de que ninguno de sus compañeros decidiera presionar el pulsador de apertura de la esclusa y acabarán todos en el vacío interestelar.

—MacFadden aléjate de esa cosa!! —

Fácil era decirlo, pero no tanto hacerlo. Y es que McFadden estaba completamente ciego. 

- ¡Cogeos a algo, ya! - Indicó el soldado. Él se había enganchado con su cinturón junto a la llave que abría la exclusa. Iba a ejecutar el plan inicial y expulsar a todo aquel que no estuviera bien agarrado. No cabía otra posibilidad en ese momento. Era la única manera de sobrevivir. No les quedaba otra...

Al llegar los últimos no sabíamos qué diantres estaba pasando, solo que Clark se acercaba a los que allí se encontraban. Una pequeña explosión hizo que todos nos quedáramos ciegos,  a merced de lo que fueran esos bichos. Solté al suelo mi bolsa de herramientas y con la mano buena intenté restregarme los ojos para hacer pasar cuanto antes la miríada de colorines que revoloteaban por todos los lados. Con mi poderoso brazo biónico, intenté ponerlo delante de mi para protegerme si esa cosa venía a por mi, aunque estaba de los más alejados, junto a Hate.

- ¡Cogeos a algo, ya! -

¿A qué se refería ese bruto de McFadden? En el puente por casi nos vuela la cabeza disparando a quemarropa y ahora probocaba una explosión que nos cegaba, ¿qué haría ahora? ¿Por qué decía eso? No sabría decir quién era más peligroso para nosotros, si los bichos o él...

La luz dejó de afectaros a todos a la vez, incluso a Gemma, cuyos ojos robóticos tenían una estructura mejorada respecto a los orgánicos. Al hacerlo y volver de nuevo a ver, Clark, o lo que fuese que se parecía a Clark, estaba justo delante de vosotros. Fue en ese instante cuando McFadden pulsó el botón, se abrió la compuerta y el aire empezó a ser succionado por la falta de presión... junto con todos vosotros.

En esos momentos, Clark abrió mucho los ojos, debido a la sorpresa, y todos intentasteis agarraros a algo, lo que fuera, para no terminar volando por el espacio.

- ¡Agarraos a lo que podáis, yaaaa! - Gritó mientras accionaba el botón de la exclusa y la terrible descompresión empezó a succionar todo lo que se encontraba en aquella sala hacia el espacio exterior. 

McFadden, enganchado a una columna de la pared y agarrado como podía a esta, se mantuvo atento a ver que sucedía con Clark y sus pequeños y glotones alienígenas, con la esperanza de verlos salir disparados hacia el exterior librándose definitivamente de ellos.

John vio con satisfacción como McFadden apretaba el gatillo, aunque instantaneamente se vio cegado por aquella llamarada. Cuando volvió su capacidad de ver, no le dio tiempo a nada, el soldado había ejecutado el plan original y el no-Clark, junto con todos ellos, se verían arrastrados hacia el espacio. Intentó agarrarse a algo, pero sin éxito, la rápida sucesión de los acontecimientos lo habían tomado demasiado de sorpresa.

«Mierda!! que era lo que iba ha hacer?» El grito de McFadden se escuchó a la vez que su ojo bueno empezaba a ver con claridad.

No lo podía creer, después de todo lo que habían pasado estaban a punto de morir. Se sorprendió pensando en el proceso terminaría con él primero; la falta de oxigeno o la explosión de su cabeza.Tomó aire y se agarró con todas su fuerzas a una de las estructuras que daban forma al pasillo y al octógono en el que se encontraba la exclusa.

Todavía me encontraba en periodo de comprobación cuando pude volver a ver, encontrándome al capitán Clark justo delante de mí, y casi al mismo tiempo, la voz de McFadden resonó por todos lados, adelantando lo que iba a suceder. Cuando su mano pulsó el botón para abrir las compuertas, solté mi brazo y me agarré al primer saliente que pude. 

Mi brazo salió volando succionado por el vacío, mientras todo mi cuerpo era arrastrado hasta quedar sujeto gracias a mi ahora única mano, que eso sí, había conseguido asirse con bastante fuerza.

Pero no todos habían tenido la misma suerte que yo.

El Doc intuía lo que iba a pasar segundos después, pues estaba rodeado de tipos a los que nada importaba su propia vida. Por eso había reaccionado rápidamente buscando algo donde enganchar el cabe de protección del traje hasta encontrarlo. Se asió como pudo a unas tuberías metálicas verticales con todas las fuerzas mientras trataba de engancharlo pero no le dio tiempo, las compuertas se abrieron antes de terminar de hacerlo.

Por suerte estaba bien sujeto y resistió la fuerza succionadora del vacío.

Cegado, dolorido y succionado. Todo eso en cuestión de segundos. Me encantaba ese verbo: succionar. Siempre me había sonado bastante erótico. Me gustaba mucho su definición: extraer una cosa, generalmente un líquido, chupándolo aspirándolo o absorbiéndolo con la boca o con un instrumento. Ahora, algo me intentaba succionar, pero no por placer. Con mi mano biónica, logré agarrarme fuertemente a un saliente de la pared, quedándome en horizontal en el aire debido a la fuerza de chupada succión.

La acción de McFadden fue audaz y sobre todo, inesperada para algunos. Gemma, Paul, Harry y Rook lograron asirse a tiempo para no ser expulsados al vacío, pero Smith y Tristán no tuvieron tanta suerte. El ingeniero fue el primero en salir a toda velocidad en medio de un grito de horror que lo expulsó al vacío sin contemplaciones, alejándose en el vacío a una velocidad que impedía cualquier posibilidad de agarrarlo antes .

El cuerpo congelado de Tristán seguiría vagando por el espacio, al igual que una partícula de roca primigenia, hasta el fin de los tiempos.

Mientras tanto, Smith empezó a deslizarse también hacia la salida, al igual que Clark, aunque este logró asirse también a un saliente de la pared, al mismo tiempo que... su cuerpo empezaba a convulsionarse y a temblar, y pequeñas heridas comenzaban a aparecer en todo su cuerpo, mientras su rostro se desfiguraba y transformaba en una mueca horrible.

Su plan había salido a la perfección salvo por un pequeño detalle, de momento Tristán era quien había salido despedido al espacio exterior y no el monstruo, que se agarraba como podía a los elementos de la nave por tal de sobrevivir. 

- ¡Mierda! - Exclamó contrariado. - ¡Tiradle algo, joder! 

Inmediatamente McFadden se quitó una de sus botas y se la tiró al monstruos co apariencia de Clark. Esperaba que fuera suficiente...

John se vio succionado por el vacío, pero no se abandonaría a su suerte,  y trató de tomarse a lo que pudiera,  y lo que apareció a su alcance fue la pierna de Gemma. Odiaba y amaba a aquella androide a partes iguales. 

Cuando pudo mirar vio que el hombre antes conocido como Clark todavía permanecía en la nave. Había que hacer algo para que se soltase. ¿Quién tenía su arma?

- Alguien que le dispare! - rogó.