Partida Rol por web

Entre el humo y el calor insoportable, Brunhild ve que Olaf ya no está en el tejado, y sencillamente ya no puede aguantarlo más...

¡¡¡Oooooooddiiiiinnnnnn......!!!

Y se tira del tejado.

Mientras va por el aire, piensa:

Con los pies por delante, sobre todo con estilo, eres la Godiiiii...

¡Patapum!

Lamentablemente, finalmente la fatiga y la tensión de todo el asunto se toman su tributo, y aunque el salto era bueno, le fallan las piernas.
Aterriza sobre sus pies, con la evidente intención de rodar airosamente y levantarse sin rasguño, pero en lugar de eso se va para adelante, y cae de bruces en la mescolanza de barro y nieve.
Se puede ver en la nieve claramente una silueta humana con los bordes orlados de sucias salpicaduras, y en su centro la mencionada humana.
De entre las ruinas del cráter se eleva una cabeza negra de barro...

Esto es muy bueno para la piel... así me gusta Brun, pescando dos salmones con el mismo anzuelo...

Extrañamente, aunque el castañazo es de aúpa, la Godi se incorpora sin que se reabra ninguna de sus heridas, y aunque parece musitar y divagar ligeramente, está lista para más acción...

... desde luego, aquí huele a magia...

Vaaaaale, pues no lo haaago, que no quiero que palme XDD. Luego edito el mensaje, que ahora me tengo que ir.

Nono, tranqui, me parece bien. No tenía todos los datos, si en vez de libros véo una boñiga requemada en medio de un infierno, pues paso XDD voy a editar...

Guntar se inclina sobre la Godi, ayudándola a levantarse. La mira fijamente durante unos largos instantes, como si quisiera adivinar sus pensamientos interpretando los signos que puede ver en sus ojos. Luego se vuelve a Baraka y Lörky, y señalando a Brunhild y Olaf, dice:

Llevadlos al Gran Salón sin perder tiempo, allí sus heridas serán curadas..., rezaremos a Odín por el alma de Gunnar esta noche, pues temo que el Templo se ha convertido en su tumba... - su mirada triste se queda por un momento fija en el edificio, que comienza ya a derrumbarse.

Has sido valiente, hija - añade luego, dirigiéndose a Torbjorg - y estoy tan orgulloso como un padre puede estarlo. Lleva a todos los que te han ayudado a casa para ser recompensados, yo iré enseguida. Antes trataremos de salvar lo que se pueda del edificio, aunque creo que nada puede ya hacerse salvo quedarnos a ver cómo se desmorona. Si es lo único que le queda al Jarl, eso hará. Id..., y llévate a Gyda, la pobre ha sufrido mucho por ti.

En efecto, la pequeña, al ver aparecer a Tornbjorg, corre rápidamente para abrazarla.

Me retiro, Guntar, nuestra ayuda ya no sirve de nada aquí... - dice Rumhird - Mucho deberemos discutir mañana, en la Thing... - añade con un leve tono de amenaza mientras dirige una mirada imperativa a Hakum y los daneses para que le acompañen.

Alzando en brazos a la pequeña Gyda, la doy un beso en la mejilla Ya ha pasado todo, pequeña. Vayamos dentro

Luego, dejando de nuevo a la pequeña en el suelo, enfundo mi espada y, cogiendole la mano, me giro hacia el resto

Habeis actuado con valentía Houscarl, Godi.... Hemos sido testigos de un ataque directo contra nuestra comunidad, en el mismísimos templo de Odín. Mucho tenemos que aclarar de esta noche, pero por ahora seguidme al gran salón. digo a todos los reunidos antes de acercarme a los extraños, entre los que se encuentra Olaf, Ottar y Sveim Gracias a vosotros también, pues habeís puesto vuestra vida en juego por algo que no es vuestro. De ahora en adelante sereis bienvenidos a esta casa. digo mirando intencionadamente a Rumhird antes de acudir al gran salón llevando al rebaño conmigo.

Apartandome del grupo, me coloco delante del Jarl, esperando nuevas instrucciones para seguir en esa noche.
La mirada del templo es descorazonadora. Las llamas tragan insaciablemente lo poco que quedaba del pasado del templo. Solo el fuego es capaz de borrar los recuerdos que alli teniamos.

Sveim sigue al grupo al gran salón, exausto pero contento por haber sobrevivido al incendio y porque el recuento de bajas sea tan bajo.

Un cuerno de cerveza le quitará el acre sabor del humo que impregna su garganta.

Olaf, sin voz, asiente. Intentando no frotarse los ojos, para no meter dentro la roña que los enmarca, avanza sombrío en pos de Tornbjorg. Aún tambaleante y cojeando, va murmurando cosas a su cuervo...

-Mira que lo avisaron los sueños, enviados por los dioses ¿eh, cuervo? Algo tenía que pasar, y pasó.

Ve, Baraka, hoy más que nunca el Fuerte - asiente Guntar, en un susurro - Kolbeim se quedará conmigo. No dejes a mis hijas ni a sol ni a sombra, ahora más que nunca deben ser protegidas...

Yo iré pronto.

El cansancio y la tensión caen sobre la Godi como una lluvia que todo lo empapa, y mira a su alrededor, incapaz de moverse...
Fascinada por la ruina final del otrora familiar edificio, permanece muda mientras el resplandor de las llamas baila sobre sus facciones, haciendo brillar sus ojos, las pupilas fijas en el feroz y siseante incendio.

Gunnar...

Ahora vuelve la mordedura de las heridas, el escozor de las ampollas mal curadas.
La lanza ennegrecida le sirve de bastón, y gracias, pues en otro caso se hubiera caído.
Mientras los otros empiezan a moverse les sigue por inercia, y apenas es consciente de las palabras de felicitación de Torbjorn, de los comentarios de alivio y reconocimiento entre los nuevos camaradas.

Un baño, por las gracias de la Diosa...

La figura de la sacerdotisa de Odín es elocuente por sí misma, tiene la piel negra de hollín y quemaduras, además de barro y la suciedad del tejado. Algunas de las quemaduras se han vuelto a abrir y se distingue el brillo de las gotas de sangre...

Brunhild se acerca a Torbjorn, la mira de mujer a mujer, y le dice con tono de comprensión:

Necesito un rato de intimidad en tu casa... ¿podré tomar un baño caliente?

Brunhild se hace ahora dolorosamente consciente de que en un momento se ha quedado sin padre, sin casa y sin lugar de trabajo... de una vez.

La estampa de la Godi es patética, aunque hace valerosos esfuerzos por disimular y poner cara de
"no ha sido nada, muchachos, no os preocupéis..."

Sonrie a medias.

Al oir las palabras de Brun, por primera vez la miro y me doy cuenta de lo que realmente ha pasado, de lo que ha perdido y de lo que le espera.

Alargando el brazo, la estrecho hacia mí para darle un abrazo Claro que sí, amiga mía, claro que sí. Si necesitas cualquier otra cosa, hablar del tema, deshagarte, lo que sea, dímelo le digo mientras intento amortigüar el dolor.

Tras unos segundos, me aparto y, mirándola directamente a los ojos para comprobar que su estado es lo más normal que se puede preveer, Ahora nos vemos, voy a hablar con Gunnar. digo alejándome en post de mi padre.

Con grandes zandacas y tras comprobar que todo el mundo se dirige al Gran Salón, doy caza a mi padre, poniéndome a su altura

Padre, te conozco desde hace mucho tiempo para saber que algo está pasando ¿qué te ocurre? ¿qué ha pasado? le digo girando la cabeza para mirar su demacrada cara.

Mirando al grupo como se aleja, decido correr para llegar lo antes posible al grupo y colocarme cerca de las hijas del Jarl, mi deber es cumplir ordenes

Ottar no puede evitar escuchar la conversación y aunque es una conversación de alta alcurnia para un cazador como él, siente la necesidada de alertar a la sacerdotisa.

Sacerdotisa, por nada del mundo os metais en agua caliente ahora. Yo no soy un sanador y pero algunas quemaduras he visto. Lo que debeis hacer es enfriar vuestro cuerpo con agua fría y después untar las quemaduras con grasa, cualquier aceite servirá.

Ese leñador, o cazador, o lo que sea tiene razón, Godi. Permite que recupere un poco las fuerzas y yo mismo te sanaré, pero de andar en las quemaduras.... nada de nada.

Endurecido por la vida ruda de los menos favorecidos, Olaf no muda su gesto habitual cuando habla con la godi. Camina cojeando hacia el salón, a la par de los demás. La voz le suena, ahora más que nunca, como un graznido.