Partida Rol por web

En medio de la carrera, Olaf para bruscamente, boquéa, hace un ruido raro con la garganta. Mira hacia los que le quieren atrapar y hace un gesto en dirección a la cueva de Svala. Con el rostro cada vez más rojo, sujetandose la garganta, los ojos saliendosele de las órbitas pronuncia unas palabras sin aire, sin sonido.

....

Señala la caverna, con aire desesperado...

Negando con la cabeza la furia da paso a la desesperación Por Odín, meterle dentro de la caverna ¡YA!. Si quereís salvarle, haced que entre a la cueva.

Brunhild se queda como congelada en el sitio... 

Odinn... Odinn... Odinn...

Empieza a murmurar una oración compuesta principalmente por el llamado a su Dios.

Poco a poco, la pupila se le va quedando blanca, con un leve brillo.

Tiene un aspecto fantasmagórico...

Escuchando a Torn y a la vista de los desesperados aspavientos de Olaf, Kirk intenta por todos los medios ayudarlo para llevarlo a la cueva ...

Cuando Olaf se detiene repentinamente, a punto están de arrollarlo Kirk y Lörky, que corrían tras él como alma que llevan los demonios!. Consiguen detenerse a tiempo, y cada uno apresa uno de sus brazos y le inmoviliza levantándolo en vilo. Inútil esfuerzo, pues ya se ha detenido el shamán, aquejado al parecer de algún mal que le impide hablar.

Tornbjorg por su parte, que se aprestaba a detenerle a su vez, ordena que sea llevado con premura al interior de la cueva. Vuestra Godí, aunque cercana, parece en comunicación directa con Odín y por lo tanto ausente de los acontecimientos que se precipitan.

Mientras Svein y Brunilda contemplan la escena sin moverse, a Ottar una ligera babilla de estulticia ante lo que presencia le gotea en su rojiza barba.

A nadie, sin embargo, es ajeno que el suelo bajo Olaf ha dejado de vibrar para bullir como si la misma tierra hirviera bajo la fría nieve.

No puedes ver el aura de Olaf con claridad, está rodeado por Kirk, Lörky y Tornbjorg y no distingues bien ninguna de las cuatro.

Sin embargo, cuando miras al suelo que bulle, detectas una presencia sorprendente. No..., parece que son dos. Una de ellas permanece bajo Olaf, sin moverse, mientras que la otra parece acercarse y alejarse apenas un poco de la entrada de la caverna y volver a ella!!.

¡Son Gnomos!

¡Nos atacan! ¡Uno está con Olaf, otro vigila la entrada!

¡Vikingos! ¡Defended a Gyda y al Jarl!

¡Si atacan, pueden ser heridos!

Sin más, Brunhild empieza a hacer pases con el escudo y con la lanza a su alrededor...

Hazte de roca,

hazte de piedra,

hazte de suelo,

hazte de hielo...

...no importa.

Repite el estribillo unas cuantas veces...

¿Nos atacan de nuevo? ¿gnomos?

Primero fuego, ahora tierra ¿qué vendrá luego? sobreponiendome a la conmoción inicial, intento encajar todas las piezas, las extrañas palabras de Olaf, los comentarios del Eslavo y lo que acaba de decir mi amiga, Brunh.

Olaf no quiere entrar en la cueva, y ellos tampoco quieren que entre. Ahora los gnomos le atacan a él directamente y nos intentan bloquear la entrada a la cueva. asintiendo a mis propios pensamientos

Despejad la entrada a la cueva, rápido. Vosotros digo señalando a Kirk y Lörky Meted a Olaf en la cueva.

Sveim sale de su estupor y se mueve para acercarse a Gyda, mientras, agarra su cuerno de batalla y lo hace sonar con el  toque de alarma.

Mientras acompaña a la joven a la entrada el joven grita

Volved a la tierra, volved a excavar

O aquí en Upplands la muerte encontrad

Gnomos?? Qué es eso?

Y lo que es más importante... DONDE??? 

Brunilda está desconcertada, no ve a nadie, y son muchos los que dicen estar siendo atacados por gnomos… se pone en guardia, pero no sabe contra que…

Traedlo a mi, rápido, o será demasiado tarde... - resuena con claridad y una nota de premura la cristalina voz en las paredes de la caverna.

Ottar había esperado que esto fuese una procesión digna, ataviado con su capa de alce albino y alentados por el resto de los aldeanos, pero era un circo, sin duda, un circo.

Algo han debido echarnos en el desayuno cuando vemos la tierra temblar y tememos a gnomos invisibles. Maldita sea, el que no entre ahí a la de ya lo muelo a estacazos con el mango de la lanza.