Partida Rol por web

En las Fauces de la Tormenta

La Aldea de Yuacán

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25/10/2020, 17:41
Narrador

Dejasteis el barco anclado en la bahía resguardada y os subisteis a los botes de remos. Llovía con fuerza. Las gotas, pequeñas y frías, os acribillaban la cara, se calentaban al mezclarse con el sudor y os corrían por el cuello. El viento soplaba en fuertes ráfagas, pero no alzó las aguas en vuestra contra. La navegación fue rápida y desembarcasteis en la playa sin ningún incidente. La arena bajo vuestras botas era tan blanda y suave como la harina. El aire era pesado y húmedo. Había acantilados de roca que arrojaban agua, y la jungla se enredaba en un muro impenetrable al borde de la arena. Había alargados botes de pesca amontonados a lo largo del promontorio rocoso.

Unas desgastadas escaleras talladas en la roca conducían a la aldea que habíais visto desde el Lauretta. Había un puñado de casas humildes, construidas en su mayoría en adobe o madera en torno a un maizal. Emergiendo en torno a aquel mar de verdor, en el centro de la aldea, brotaba la figura escalonada de un ziggurat.

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25/10/2020, 17:42
Margaritha

—Bueno, ¿qué? —dijo Margaritha con impaciencia, moviéndose de un sitio a otro como si estuviera bailando—. ¿Vamos a ir directamente a la aldea a hablar con los nativos o preferís que busquemos un sitio resguardado para montar un campamento?

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26/10/2020, 01:19
Patrice Lefebre

- Creo sinceramente, que es mejor ver cómo nos recibe esa gente, antes de montar nada. - Habló el capitán. - Si son hostiles y todavía no nos han visto, tendremos, muy posiblemente que salir huyendo. Si son hospitalarios igual nos dejan quedarnos en la aldea! - Realizó una breve pausa, en la que aprovechó para hacer un leve recuento de tropas. Estaban todos. Eso está bueno. - Lo raro sería que ni fueran hostiles, no hospitalarios. En ese caso montaríamos campamento. ¿No cree señorita Keke? - Le preguntó a su fiel marinera. - Pero escuchó todas las opiniones. ¿Alguna sugerencia? - Les preguntó a todos en general.

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27/10/2020, 10:03
Sazel

Sazel había recorrido de cabo a rabo las tierras de Revraine más de una vez. No por casualidad, algunos viejos conocidos lo trataban todavía de peregrino, como reminiscencia de los años que había dedicado a deambular y sanar, antes de descubrir la verdadera naturaleza de los males que conspiraban por hundir sus garras en el corazón del mundo y tomar las armas en nombre de Celestar. Desde entonces, había ido más allá. Al sur, a Drowanon, y cruzando el Mar Interior a la Costa del Guiverno, incluso atravesando las montañas para contemplar la inmensidad ocre del Yunque del Martillo. Al oeste, a las profundidades del Bosque de Iral. Pero nunca había emprendido un viaje como ese, que le llevaba a tierras que eran extrañas para todo hombre y mujer que conocía a la Madre.

Cuando los pies desnudos de Sazel se hundieron en la suave arena de la playa, hincó una rodilla en tierra y oró en silencio a la Madre. Qué regocijo habrían de sentir los nativos cuando aprendieran que Ella los amaba.

Se puso en pie, sacudiéndose la fina arena que se pegaba a sus rodillas mojadas.

Es de noche, mas si cuentan con vigías, han de habernos visto acercarnos, respondió, subiendo las escaleras con la mirada hasta detenerse en lo alto del ziggurat. No podía ser de otra manera, pues el propio Sazel había envuelto la Lauretta en un fulgor sobrenatural que, en la oscuridad, habría sido visible hasta el horizonte. No hemos de escondernos si pretendemos ganarnos su confianza. ¿Conocen sus mercedes las lenguas que hablan las gentes de estas tierras?

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27/10/2020, 13:08
"Raven"

Raven se concedió un instante para observar los alrededores en cuanto pisó la arena. Literalmente un mundo nuevo con sus propios problemas pero libre de la monotonía al fin y al cabo... aunque hasta ahí llegaba todo. Hacerse cualquier ilusión era un lujo que no pensaba permitirse. No otra vez.

Revraine no ha tenido aún el suficiente contacto como para que nadie aprenda mucho chardaukano—se escuchó decir a si misma. La parte no-divagadora de su mente debía haber oido a Sazel—. Conozco otros nueve idiomas pero no sé si alguno serviría.

»En cuanto a la pregunta, estamos cansados, tenemos heridos, y de "tener que huir" sería a una jungla desconocida en medio de la noche—añadió—. Si han visto nuestra luminosa entrada en la bahía podrían tomarse el acercamiento de los moradores del barco fantasma misterioso hacia su aldea como algo peligroso. Preferiría montar un campamento en alguna parte y si alguien tiene que acercarse a explorar que sean ellos.

Si lo hacían ya serían menos que una aldea entera. Eso y que, aunque no tuviese mucho que ver, el pensamiento de que no todo en la tormenta había sido casual no dejaba de martillearle en el subconsciente. Especialmente la antinatural presencia en la superficie del titán de cola de aleta. Pero a fin de cuentas todo lo que podían en aquel momento era crear mil y una hipótesis que hasta que no hiciesen algo al destino no le daría por ponerse en marcha para tirarles a la cara el resultado con más o menos delicadeza.

Aunque por poder también podrían confundirnos con dioses—añadió encogiéndose de hombros—. Depende un poco de la suerte...

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27/10/2020, 20:23
Sahvahlnok

El dragoncito que hasta ahora había permanecido olfateando el aire en busca de olores nuevos, gruñó y volvió a esconderse cautelosamente bajo la seguridad de su capucha.

¿Es normal que cada vez que dices algo así con esa tranquilidad se me pongan las escamas de punta?

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28/10/2020, 20:44
Victoire Leblanc

Llegado el momento podría llegar a entenderlos—dijo Victoire respondiendo a la pregunta de Sazel—, pero no hablar con ellos. La comunicación no será tan fluida, pero podríamos intentar entendernos.

La arquera se llevó la mano al mentón pensativa. Estaban en territorio enemigo y en una situación lamentable. La decisión a tomar sería sin duda determinante para el destino de su empresa. Aunque realmente todo dependía de como fueran recibidos por los nativos. Si eran hostiles estarían en problemas, sin importar si iban a su encuentro o acampaban.

Deberíamos ir de frente. Si deciden atacarnos, dará igual que lo hagan en el pueblo o en un campamento, así que prefiero no enfrentar esa posibilidad. Además tratando con ellos también tendremos la posibilidad de cambiar la actitud que tengan hacia nosotros.

Victoire tenía sentimientos enfrentados sobre como tratar a los indígenas. Estaba claro que se trataba de un pueblo inferior, eso era evidente, habían permitido a Revraine llegar a sus tierras y establecer una colonia. Eso nunca habría ocurrido a la inversa. Pero por otro, ahora eran ellos los que estaban en una situación problemática. Tendría que ser cuidadosa.

Madre, ayúdame.

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29/10/2020, 09:54
Patrice Lefebre

¿Estamos de acuerdo entonces en que debemos tratar de acercarnos a la tribu e intentar hacerlo de manera amistosa? - Preguntó Lefebre.

Sazel proponía no esconderse, Raven montar campamento y Victorie ir de frente. No eran ideas incompatibles. Podían montar campamento a la vista de todos, sin esconderse  y al amanecer acercarse de frente a la aldea y tratar de ser recibidos de forma cordial. No era mala idea, realmente estaban agotados, empapados y heridos tras la ardua lucha contra el océano, la tormenta y el enorme  monstruo abisal.

Si os  parece bien podemos esperar a mañana para ir a su encuentro. - Comentó el capitán. - Vuestra opinión es tan válida como la mía. Ahora en tierra no hay nadie que esté por encima de nadie. Podemos montar campamento aquí mismo, cenar, descansar e ir al encuentro de los nativos  al alba. ¿Estáis de acuerdo?

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29/10/2020, 22:10
Victoire Leblanc

Esperar a mañana es darles la oportunidad de que ellos muevan ficha primero—dijo Victoire mostrando su desacuerdo con retrasar la llegada hasta el día siguiente—. Empezar con blancas siempre da ventaja.

La arquera recordó cuando jugaba al ajedrez con su padre. Nunca fue capaz de ganarle, su padre era demasiado estricto como para dejarse ganar y cuando empezó a tener destreza de verdad fue cuando la relación entre los dos se rompió. Pero la única vez que estuvo cerca de la victoria fue precisamente jugando con blancas. Molesta por sentir añoranza de un recuerdo de su padre, Victoire se volvió y torció el gesto. 

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30/10/2020, 13:59
"Raven"

Raven estuvo a punto de reirse entre dientes pero no con burla, sino con ironía hacia si misma. ¡Blancas y negras! Aquello tenía tantas aplicaciones usándola que no estaba segura de haberlas visto todas.

Y empezando con negras puedes observar el movimiento de tu adversario y actuar con la estrategia que mejor se amolde, que también da ventaja—comentó agachándose a recoger algo—. Estamos dando por sentado que van a atacarnos y sólo es una de las mil cosas que pueden hacer. O pasar.

Lo había visto antes sobre la arena. Una caracola. De aquellas había pocas en Port Coeur... por no decir que prácticamente no había ninguna.

Si lo que quiere decir es que si tenemos la oportunidad de descansar intentemos aprovecharla y si resulta pues mejor. Por mi bien—contestó como si hablase con ella en lugar de con Lefebre—. Si no, pues nos quedaremos igual.

En ese momento un cangrejo asomó de la caracola y se la quedó mirando. La drow arqueó ligeramente una ceja al verlo.

Aunque buscaría algo más resguardado que la playa.

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30/10/2020, 23:32
Sazel

Sazel asintió con un murmullo. Él sí podía pedir a la Madre que le otorgara el don de lenguas. Mucho tiempo atrás, había sido un hombre de letras, y las plegarias para solicitar tales bendiciones eran bien conocidas entre los monjes celestarum. Con tiempo, todos sabrían lo suficiente como para comunicarse. La primera, tal vez, sería le Corbeau. Cuánto podía costarle a quien hablaba nueve lenguas aprender una más. Y algún día, se dijo, todos en estas hermosas tierras podrán entender los salmos y oraciones en la lengua en a que fueron compuestos.

Despegó la mirada de la fascinante estructura escalonada, tan distinta a cualquier construcción que hubiese visto en sus viajes y recorrió con ella a sus compañeros de expedición. Estaban cansados, mojados y heridos.

¿Tanta es la necesidad de descansar? preguntó. ¿Por qué no permanecimos entonces en el barco? La mayor parte de la tripulación y soldadesca sigue a bordo. ¿Qué les ofrecemos con el alivio de nuestro cansancio?

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30/10/2020, 23:41
Patrice Lefebre

- Bien... - Dijo Patrice tras escuchar a sus compañeros. - Ya descansaremos cuando estemos muertos. 

Escupió al suelo. Sazel y Victoire habían argumentado bien y Sazel había dicho una verdad como un templo, algo que ya había pensado Lefebre, pero que no había exteriorizado, si querían descansar, podrían haberlo hecho abordo. 

Iremos a ver a los nativos y que sea lo que Celestar quiera... - Concluyó.

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31/10/2020, 02:50
"Raven"

Raven se encogió de hombros. 

—Buena pregunta—dijo de acuerdo con Sazel—. ¿Pero por qué nos la hacemos después y no antes de bajar?

Dejó el cangrejo de nuevo en la arena. No entendía bien el sentido de haberles dicho que bajasen pero luego dudar de ello cuando ya estaban abajo. 

Elucubrar sobre lo que no estaba en sus manos controlar no servía de nada; únicamente podían limitarse hacer o no hacer lo que sí lo estaba. Así que ahora sólo quedaba ver de qué humor estaba el destino aquel día.

Vamos si queréis—comentó antes de añadir al comentario de Lefebre:—. Aunque omitamos la parte de morirse. Con esa sí que no estoy de acuerdo.

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31/10/2020, 09:52
Sazel

¿Por qué? Porque eran impetuosos, sin duda. Y quizás porque eran bestias de la tierra, y las tablas del barco y la forma en que se balanceaban, no con un tempo arrullador, sino como un latido arrítmico, rechazaban a los que eran como ellos. Cómo iban a negarse a descender del barco cuando la oportunidad se les presentaba. Incluso aquellos como el capitaine Lefebre, que habían hecho de los mares su patria.

Presentémonos ante nuestros anfitriones con las armas en sus fundas y las manos bien visibles. Y regocijémenos, porque les traemos buenas noticias.

Sazel unió las palmas de las manos y las yemas de sus dedos, y las acercó a su rostro, hasta que pudo sentir el calor del aliento en sus pulgares.

La Madre nos espera, mas su paciencia es inconmensurable, apostilló a lo dicho por Corbeau. No era aquel el día de sus muertes.

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31/10/2020, 13:12
Narrador

 

Tras un rápido tira y afloja decidisteis ir directamente al poblado a intentar establecer contacto pacífico con los chardaukanos. Remontasteis las escaleras de piedra tallada y erosionada, y más allá del promontorio rocoso se extendía una vasta jungla. En realidad, allí todo era bosque. Un bosque muy espeso en el que los árboles, como matones de escuela, pugnaban por ver quién era más alto y conseguía tapar a los demás. Sus gruesas raíces desgajaban el suelo húmedo y oscuro, y entre los troncos colgaban lianas y enredaderas que había que romper a golpe de cuchillo para abrirse paso. A vuestra derecha, una rama se partió. Volvéis la cabeza, sobresaltados, buscando la fuente del sonido. Y entonces os quedasteis de piedra.

Era una criatura similar a un lagarto, cubierta por llamativas plumas azules y amarillas. Estaba de pie sobre las patas traseras y sostenía un huevo entre sus enormes garras. La criatura volvió un instante sus ojos anaranjados hacia vosotros, emitió un sonido parecido a un gorjeo y siguió su camino, dejando caer unas cuantas hojas al pasar. Un momento después había desaparecido, tan rápido como llegó.

Os tomasteis un momento para procesar aquel encuentro y reanudasteis vuestro camino bajo el aguacero torrencial. En medio de la selva se abría un claro que debía de tener kilómetro de anchura. Sobre él se levantaba el poblado indígena: una colección de edificios de adobe recubiertos por una capa de arcilla y con cubiertas de hierba y paja que goteaban al secarse y que probablemente tuvieran que ser reemplazados constantemente para impedir que una lluvia tan fuerte como aquella entrara en las casas. Las puertas eran de madera, pero no había cristales en las ventanas abiertas en los gruesos muros, solo telas a modo de cortinas para tratar de protegerse de las inclemencias, por las que se filtraban las luces del interior. Las casas estaban apiñadas, en tres círculos. Era difícil distinguirlo, tan oscuro y con el maizal por medio, pero parecía haber un cuarto círculo de viviendas al noreste, que había sido sepultado por un corrimiento de tierras.

No salió a vuestro encuentro ningún guerrero con apariencia hostil, ni tampoco un recibimiento amistoso. Nadie salió a recibir a los recién llegados: todo el mundo estaba guarecido en su casa. Una sensación de amenaza en el aire os erizó el vello de la nuca.

Estáis en el icono del conquistador. En el círculo pequeño no hay casas, pero no podéis distinguirlo desde vuestra posición. Los campos de cultivos son maizales. En el centro está el zigurat.

Raven: 36/51 (Armadura de Mago 5 horas y media)

Sazel: 88/88 (Vestidura mágica 1 hora y media)

Victoire: 67/79 (Arma mágica mayor 3 horas y media, Vestidura mágica 3 horas y media)

Patrice: 77/84 (Sin buffs)

 

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01/11/2020, 11:51
Sazel

Sazel se sobrecogió al contemplar a aquel ser. La madre había escogido formas y colores extraños para pintar la vida de aquellas tierras. Extraños incluso para él, que llevaba décadas de peregrinaje. Aquella criatura, empero, le traía a la mente a los brillantes ropajes de los emisarios de las Islas del Dragón. Mas había visto pinturas de sus dragones, y no eran seres emplumados como aquel. También había escuchado que los nativos de Chardauka eran de complexión muy distinta a la de las gentes de las Islas.

La sensación de maravilla por la extraña criatura se desvaneció en un instante cuando llegaron al asentamiento. La soledad terrible hizo que se le acelerara el corazón.

No salen de noche… murmuró el sacerdote. Hace años, acompañando al Pére Merrine, llegamos a un poblado de las marismas al sur de Hateur de Lion. Era una villa fortificada, con sólidos muros de madera y torres de guardia que asomaban por encima de ellos. Era de noche cuando llegamos, mas las antorchas estaban apagadas, no había vigías en las torres y las puertas estaban abiertas. Recorriendo el pueblo, escuchamos ruidos procedentes de una de las viviendas y allí nos topamos con un hijo de la noche, un vampiro, alimentándose.

La bestia se demostró un enemigo formidable, mas su fe en Celestar fue suficiente para hacerle retroceder. El exorcista prosiguió su viaje hacia donde sus servicios eran reclamados, y Sazel permaneció en el poblado. El vampiro regresó al fin, tras tres semanas, y en esa ocasión, consiguió devolverle a la paz de Celestar.

Cuando enfrentarse al mal supone la muerte, no son pocos quienes deciden ocultarse y confiar en que el mal atrapará a otros.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿Parece que los maizales están cuidados? ¿Y las botes de pesca de la orilla?

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01/11/2020, 16:01
Patrice Lefebre

Patrice ascendió pesadamente y en total silencio por aquellas escaleras talladas en la roca misma de la isla. Estaba cansado y no era el único. Además Raven, parecía malherida a tenor de como caminaba. Quizás se habían precipitado al desembarcar, pues perfectamente podrían haber esperado al alba y apostando algunos vigías hubieran estado bastante seguros en el Lauretta. Aunque por otra parte, en las terribles condiciones que había quedado el casco y las inundadas bodegas, no parecía tampoco un lugar acogedor donde pasar la noche.

Fuera como fuera, estaban en aquella isla a merced de sus pobladores, la selva y los depredadores nocturnos que sin duda poblaban aquellos bosques. Ya no les quedaba otro remedio que asumir sus actos y proseguir hacia la aldea. Fue cuando estaba sumido en sus pensamientos y lamentaciones, cuando aquella bestia plumada les sobresaltó. Lefebre no gritó del susto, pero poco le faltó. Enseguida se repuso, pues entendió que aquel hermoso animal, tan solo protegía a su descendencia.

Es extraño... - Dijo. - Que el acceso desde la playa sea tan difícil, puede querer decir que no se usa habitualmente y sin duda la playa y la pesca debería ser una de sus principales fuentes de alimento. - Refunfuñó algo por lo bajo mientras negaba con la cabeza y apretaba los labios. - Que no haya salido nadie a nuestro encuentro, podría confirmar que no hay habitantes en el poblado y en cambio, las casas parecen estar en buen estado. - Apretó lo puños. - Raro, muy raro. - Miró a Sazel. - Creo que Raven necesita a Celestar para sanar sus heridas. Ésto podría resultar peligroso...

- Tiradas (1)
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01/11/2020, 18:31
Narrador

Las barcas estarían listas para hacerse a la mar si el temporal no lo impidiese. Los aparejos de pesca estaban en buen estado de conservación.

El maizal estaba ahogado por la lluvia, pero aparte de eso, en buen estado. Al fijarte en el cultivo, ves algo extraño, un movimiento que no se corresponde al patrón de los vientos que azotan el claro. Alguien, o algo, se está moviendo por el maizal agitando la plantación.

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01/11/2020, 18:25
Victoire Leblanc

Victoire optó por no discutir con Raven sobre ajedrez, si de verdad pensaban que las negras eran mejor... Por suerte la discusión no se alargó demasiado y al final todos estuvieron de acuerdo en avanzar hacia el poblado. La arquera avanzó en último lugar con el arco al hombro, sí, pero la mano derecha sobre el carcaj. Era la costumbre de esperar siempre un ataque inesperado.

Cuando apareció el lagarto emplumado, Victoire cogió una flecha pero al ver el huevo entre sus garras se contuvo de tomar el arco. Con su futura cría encima, el animal no lucharía a no ser que se viera amenazado. O al menos eso esperaba. Cuando hubo desaparecido, la tiradora pensó en la exótica belleza de la criatura. Pierre le había hablado de ella en sus cartas, pero nunca se las había imaginado así.

Finalmente llegaron hasta el poblado y nadie salió a su encuentro.

—Quizás todo el mundo esté guarecido de la lluvia y ni siquiera nos han llegado a ver.

La joven echó un vistazo sobre las casas, buscando alguna señal de iluminación aunque fuera a través de las puertas o ventanas. Algo que les indicara que había alguien dentro de ellas. Entonces escuchó a Patrice acerca de las heridas de Raven.

—Ven, le dijo a la drow. Por lo que pueda ocurrir.

¿Quién se lo iba a decir a ella? Sanando drows en lugar de cazarlos.

- Tiradas (1)
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01/11/2020, 20:06
"Raven"

Raven se detuvo y se giró para observar a la colorida criatura, haciendo por un instante lo más parecido que había hecho hasta el momento a esbozar media sonrisa cuando la vió fugase con el huevo. Su parte curiosa deseaba tomarse con calma cada detalle de aquel nuevo mundo, observarlo, descubrirlo y plasmar en su cuadernillo las plantas, las formaciones y los animales que le llamaban la atención; era un hábito que había adquirido como método de pasar el tiempo durante la espera entre batallas.

Pero su parte racional le recordó que el mundo no esperaba por aquellas cosas porque no les daba valor, porque no las veía así, era ella quien desde pequeña se había acostumbrado a ver aquello que nadie más veía pero que todo lo conectaba. Y estaban allí por un motivo concreto. Así que tuvo que conformarse con memorizar el aspecto de la criatura lo mejor posible y quizá tratar de esbozarlo más tarde.

Continuaron hasta la aldea que se presentó desierta y barrió con la mirada el poblado mientras Sazel y Lefebre hablaban.

«Hasta por unas manzanas concretamente... » pensó cuando escuchó lo último que dijo el sacerdote.

No es tan raro, tienen cultivos y una jungla entera. Una escalera de piedra es suficiente para bajar a la playa si necesitan algo del mar—se oyó decir en voz alta cuando el capitán pareció tan extrañado—. En cuanto a la ausencia de gente, puede ser que simplemente estar fuera a estas horas y con la que está cayendo no les resulta agradable.

Qué demonios, a ella misma le resultaba tremendamente desagradable; una túnica de terciopelo era cómoda, pero una túnica de terciopelo empapada era una pesadilla para los hombros de cualquiera con su complexión.

Arqueó ligeramente las cejas cuando Victoire se ofreció a curarla aunque no dijo nada y simplemente se acercó a ella.