Partida Rol por web

Noche 00
(locación desconocida)
 

Tras estar realizando algunas actividades cotidianas y otras no tanto, en lo que parecía ser un viaje espacial de rutina un hoyo negro se materializa en la ruta que tenía marcada, rápidamente y tras diversos intentos la nave termina fallando, desde el sistema de energía hasta los propulsores de emergencia y se ven absorbidos por ella…

Tras ser expulsados por la singularidad los sistemas se recobran de apoco, cuando se asoman para ver el exterior logran ver numerosas naves al parecer abandonadas, un silencioso frio se apodera del lugar y una sensación nace en sus corazones, tienen un mal presentimiento, analizando la situación deciden acercarse a una estación que al parecer se encuentra funcional pero con diversos fallos visibles; Cuando logran iniciar los sistemas de su nave y pese a los mensajes de alerta de combustible y energía, emprenden el viaje hacia el centro de los cada vez parece más un cementerio espacial, llama su atención que otros hoyos negros se manifiestan expulsando naves como anteriormente les sucedió a ustedes, poco a poco llegan a la misma conclusión y ven algunas de estas naves aproximarse a la estación espacial.

Una vez que lleguen a la estación, lograran entrar en el hangar que se encuentra a oscuras pero conforme el lugar comienza a llenarse las luces se activan al igual que una puerta que los lleva hacia un gran salón.

Estaba hullendo en mi nave con mi mercancia de unos ladrones contrabandistas que querian asaltarme.
Pus los motores al maximo, estaban a punto de atraparme, me tenian casi rodeado, malditos contrabandistas.
Cuando de repente, la nave empezo a bribrar, a carretear, a sacudirse, supuse que habian destruido la integridad de la nave, que estallaria en llamas y moriria. En ese momento vi pasar mi vida ante mis ojos, pense en mi dulce esposa y en mis adorables tres pequeños hijos.
Tire mis dados preguntandoles que sucedia, ¿Suerte tendre? No me dieron una mala respuesta, pero en realidad, parecia que moriria...
Pero no, nose que paso, de repente la nave solo dejó de funcionar, y en un parpadeo senti que habia "desaparecido" del lugar en donde estaba para volver a aparecer en otro lugar completamente difetente y desconocido. La nave volvia normalmente a su estado de funcionamiento optimo partiendo de una especie de estado de reposo, los paneles se iluminaban, los motores arrancaban, y yo parecia que despertaba de un letargo o coma, igual que la nave.
¿Que habia sido aquello?¿Una singularidad? Yo ni siquiera conocia la palabra.
En ese momento me doy cuenta que estoy a salvo de los maleantes que me perseguian, que la nave no habia estallado, y que yo no estaba muerto, una gran alegria me invadio. Tambien vi en donde estaba, una estacion espacial, intente recalibrar los sistemas de la nave, todo fallaba, y no tenia combustible. Me diriji hacia la estacion espacial para reabastecerme y arreglar desperfectos sin darme cuenta lo raro que era todo aquello que estaba sucediendo.
Luego vi que otras naves que llegaban en la misma situacion que la mia desde alguna especie de agujeros negros, en ese momento me di cuenta que estabamos encerrados en un horrible cementerio espacial. Me diriji con la poca fuerza que le quedaban a los motores de la nave hacia el centro donde veia que todas las naves convergerían para averiguar si alguien sabia que estaba sucediendo, donde estabamos y como saldriamos de allí.
Al llegar centro convergente de este inesperado viaje en donde todos nos reunimos, logro entrar y bien acomodar mi nave en el hangar a oscuras que luego empieza a iluminarse.
A medida que la luces se prenden, las puertas se abren, el lugar parece "seguro", me dirijo por la puertas que nos llevan hacia un gran salon con una expresion de inconformidad e irritabilidad en mi rostro bello como el de cualquier Toydariano, expresiones de negociante fingiadas y sobreactuadas que salen naturalmente a base de tanta practica con los clientes que tiene por hobby regatear al buen Toydariano de nombre "Toy". No fueron muy creativos sus padres, de haber nacido en la Tierra, ¿Se habria llamado "Tie"?... Probablemente...
Finalmente llegaron a un gran salon èl y los demás, todos, perfectos y absolutos desconocidos, para consuelo de Toy, por lo menos no estaban los maleantes allí. En un momento vió gente de apariencia importante y lo primero que penso fue en negocios, tambien vió a la ley, los soldados y pilotos, y le dio consuelo que alguien pondría orden, le preocupaba que alguien quisiera sustraer ilicitamente sus mercancias de su nave.
El tendero, que a negociar y hablar principalmente, dedicaba su vida, habló, pero dadas las circunstancias algo extravagantes, lo hizo de manera sumamente escuetas.
-Buenas desconocidos, soy Toy, Tendero, y no tengo idea que está sucediendo aquí. ¿Alguien sabe?- dijo revoloteando un metro sobre el suelo, como de costumbre, claro. No era raro ver a un Toydariano volar...

Fox se encontraba en su rutina haciendo una que otra reparación sencilla en un sistema de ventilación, de vez en cuando se encargaba de tareas fáciles como esa, y muy poco se atrevía a aceptar trabajos de guardaespaldas o seguridad que le recordaran a sus días de servicio, un tiempo lejano lleno de muerte.

Pronto una pequeña turbulencia hizo derribar unas pequeñas herramientas reposadas sobre una mesa chica, de pronto la turbulencia se volvió más fuerte, haciendo preocupar y a la vez tomar refugio ante un inesperado siniestro. - ¡Mierda! - Gritaba mientras se aferraba fuertemente en uno de los tubos salientes del sistema de ventilación, pero luego de unos segundos se había calmado. - ¿Qué fue eso? ¿Campo de meteoritos? - Hizo una pausa pensando las posibilidades, pues no hubo alerta de tal improvisto. - No, no pudo haber sido... - Pronto abrió la puerta de la sala donde se encontraba para correr hacia una de las ventanas y, arrugando el ceño la confusión lo invadió nuevamente y con su voz profunda y rasposa pronunció - Tengo un mal presentimiento sobre esto. - 

Bien...esta expedicion habia reportado pingües benificios a mis arcas. Un trabajillo facil, si he de decir la verdad. Nunca supe lo que transportaba y ,sin embargo, fue la entrega mas aséptica de toda mi trayectoria. Nadie me preguntó nada y no supe con quien trataba. Cargué, transporté, entregué y recog....BAMMMM....de golpe siento que los sistemas de la nave fallan y comenzamos a ir a la deriva. Voy al puente de mando y solo puedo ver como una singularidad me engulle y me transporta a un lugar al que estan desembocando mas naves como la mia. Que tipo de mierda es esta? Poco a poco se recuperan los sistemas y puedo observar que hay una estación a la que se dirigen las naves. Poco a poco me dirijo hacia alli, no sin ocultar antes los créditos obtenidos en mi ultimo trabajo. Nunca esta de mas ser precavido. Atraco en un hangar que se ilumina de repente. Cojo mi vibrocuchillo y mi mini-blaster y las oculto entre mis ropajes. Bajemos a ver que ambiente encontramos. No ocultaré que cierta curiosidad me asalta. Averiguemos qué esta detras de todo esto.

-¡Misa nosa beque poresta aquí!*- era ya muy raro estar en este lugar, pero los seres que venian eran más extraños aún. Opté por presentarme.

-Misa soy Loo, gungan esperito**

Seguro que los demás también acaban siendo amigos, ¡parecen todos muy simpáticos! Esos que se acercan armados quizás me presten alguno de sus sables láser para jugar... ¡es divertido!

Estaba encadenado y dentro de una bodega sin posibilidad de ver el exterior. Era el último esclavo siendo transportado y estaba resultando un viaje muy largo y monótono. Probablemente le estuvieran enviando a un mercado a venderle como a muchos de sus congeneres.

De pronto la nave se movió bruscamente, pareció perder estabilidad y caer, ¿Pero hacia adonde?

Se escoró fuertemente y unas cajas de metal con esquinas afiladas se desplomaron en dirección a Lofkkata. Un tambaleo de la nave en el último momento y un salto del Wookie quitándose de en medio, le apartaron de la trayectoria de los cajones metálicos, que impactaron en el asidero de sus cadenas que estaba anclado en la pared. El fuerte impacto de la caja, que golpeó con la arista por delante, seccionó la cadena en dos liberando inesperadamente al Wookie, y aunque sus dos piernas seguían una atada a la otra, sus brazos se quedaron en libertad de movimiento con tan solo los grilletes como pulseras y las cadenas seccionadas colgando.

La nave recuperó estabilidad y Lofkkata se levantó dando aún algunos traspies.

Gritó y avanzó hacia la puerta de la bodega.

GGGGGGRAAAAAAOOOOOOOOOOOONGNGNG

Cuando el esclavo repentinamente liberado salía de la bodega de carga, la nave llegaba a un destino inesperado donde se juntaría con otros viajeros espaciales.

Aquella noche ha sido especial por la cantidad de dinero ganado y lo mucho que ha disfrutado Ukizvela al son de la música y ese clásico meneo que a todos vuelven locos. Es que al ser una bailarina sin un destino fijo, termina en una nave pronta a eclosionar. ¿Pero quién le quita lo bailado? Absolutamente nadie. 

Luego todo sucede de repente y sin darse cuenta siquiera de lo que ha pasado en verdad, aparece allí padeciendo cierta sensación de peligro, una que de traslada a su piel al erizarse y a su mirada gatuna tan peculiar. 

Avanzando a través de sinuosos pasos, observa al grupo variopinto reunido y cae en la cuenta de la poca ropa que lleva. Es que hace nada se encontraba en una tarima danzando y ahora es todo lo contrario, ni siquiera sabe dónde está o lo que diantres sucede. 

- Hm. Hola. - saluda sonriente. 

Lleva un sostén dorado que cubre apenas la turgencia de esos pechos y una falda transparente que deja traslucir una ropa interior del mismo color que la parte de arriba. El resto es todo piel azul, suave y llamativa. 

Todo sucedió cuando estaba ascendiendo en una lanzadera Tydirium desde el planeta Prefsbelt IV hasta el destructor estelar. La visita a la Academia Naval había sido satisfactoria, el Emperador estaría satisfecho.

El piloto fue incapaz de manejar la nave, de nada sirvieron los gritos ni amenazas y fuimos absorbidos por un agujero negro... materializándonos al otro lado... donde fuera que estuviéramos.

Aquello había sido de una torpeza supina, desenfundé el blaster de bolsillo y disparé el piloto en la sien. Después lo aparté del asiento y yo mismo me coloqué a los mandos. Aquello era un cementerio de naves, divisé una estación operativa a cierta distancia y conseguí aterrizar la lanzadera en ella.

Abrí las compuertas y descendí por la rampa. Mis pasos resonaban haciendo eco en la nave a cada golpe de tacón. Anduve con las manos en la espalda mientras divisaba algunos indivudo: mujeres de baja estopa, vendedores de tres al cuerto, contrabandistas, sucios alienígenas, escoria rebelde entre ellos...

Con el ceño fruncido y el labio inferior presionando sobre el labio superior en gesto de disgusto seguí caminando haciendo caso omiso de las palabras de un toyradiano, gungan, wookie. Sin devolver saludos.

Divisé a unos metros a un soldado imperial y a un piloto imperial así que me dirigí hacia ellos —Soldado, piloto, ¿Saben algo de lo que está pasando aquí? —no era una pregunta a ignorar, el tono era autoritario.

«Bueno, sólo lo estoy suponiendo, señor. Pero no puedo evitar darme cuenta de que su nave está equipada con lanzadores de misiles así como cañones cuádruples, y de que los imperiales parecen estar muy interesados por su llegada. Y dado el tamaño de su arma de fuego, y dado el hecho de que no se anda con rodeos, me da la impresión de que usted es un cazarrecompensas profesional.»
―Ezra Bridger describe a Bossk

A bordo de su carguero ligero YV-666 modificado, Bossk reía entre dientes después de recoger su última recompensa, una muy sustanciosa. Vender las pieles de varios Wookies tras haberlos desollado en persona le había proporcionado muchos créditos y placer, por lo que se disponía a celebrarlo. Como buen cazarrecompensas, ya tenía apalabrada una nueva misión en unos días. Pero hasta que llegase su nuevo socio, un tal Boba Fett, iría a la Cantina de Chalum para ver si podía volver a ver bailar a alguna de esas bailarinas exóticas que tanto le entretenían.

¡Perfecto! Me tomaré unas bebidas, deleitaré mi vista y veremos si ese Boba Fett es el hombre que dicen que es...ofrecen una buena suma por Han Solo y su halcón milenario y yo nunca digo que no a cazar a alguien ¡Vaya que no!

Aún frotándose las manos y acercándose a la bodega para tomar algo mientras su carguero "Diente del Sabueso" iba en piloto automático...notó unas ligeras vibraciones y se apresuró a llegar a la cabina de mando.

Pero que co... - no logró terminar de susurrar. Su nave había sido absorbida pero una extraña singularidad y al cruzar la dimensión se encontró en lo que a su parecer se trataba de un cementerio espacial. Otras naves también iban haciendo aparición y algunas ya se arremolinaban en una especie de estación que parecía estar operativa. ¿Que jodido lugar es este? ¿Dónde he ido a parar? - se preguntó en voz alta. Había que reconocer que la situación era particularmente extraña.

Una vez llegó al lugar, descendió de la nave arma en mano y entró a la estancia donde se iban juntando distintos individuos de múltiples razas que jamás pensó que podrían coincidir en la vida. Con el arma preparada por si acaso y sin ningún temor a las consecuencias de sus actos, levantó la voz y preguntó en alto.

¿Quién coño son ustedes? ¿Que hacen reunidos en este lugar? Su acento era inconfundible. No cabía la menor duda de que era un trandoshano.

Acababa de despegar de la base rebelde en su caza favorito, el planeta iba quedando atrás, era el momento de comprobar que todos los sistemas estaban correctos para evitar sustos, la suya iba a ser una misión sencilla pero mejor estar seguro de que todo estába en orden.

-R2 comprueba que los escudos deflectores están correctos y prepara las coordenadas para el salto al hiperespacio, y antes de nada revisa el Aleron S derecho creo que no está correcto del todo.

-De acuerdo pues si todo es correcto, iniciemos el viaje.

Todo parecía correcto antes de que la nave saliera del hiperespacio, lo habían comprobado tanto él como el droide y sin embargo la nave se paró en seco, el autómata estaba frito. Trató de arrancar los motores, en tanto miraba por los cristales viendo gran cantidad de naves.

-Algo lo había absorbido, no pintaba bien, y los motores están muertos -pensó. La propia inercia de la nave lo conduce a la estación espacial y por lo que ve no es la única nave que va en esa dirección. Aterriza como puede, baja de la nave, coge sus armas y comienza a caminar hasta que llega a una sala donde hay más "naúfragos" como él.

Mano en blaster pregunta: -Imperiales, caza recompensas, bailarinas exóticas...hasta para un rebelde como yo, esto es demasiado extraño...

El Capitán Slavin ni lo vio venir, por suerte yo era mucho más avispada que él y pude huir a tiempo antes de que la explosión del aquel enorme cristal Kyber destruyera por completo el Destructor Estelar Imperial en el que todos nosotros nos encontrábamos; el mayor inconveniente de todo esto, o al menos para mi, no era haber perdido a mis compañeros, ni que los rebeldes hicieran volar por los aires el Destructor, ni la pérdida del Cristal... era que mis conocimientos como piloto eran algo limitados.

Me encontré vagando por el espacio durante, Vader sabe cuanto ya... con temor a tocar algún botón que no debía y que la cápsula en la que me encontraba se abriera y me lanzara al frío del espacio, velocidad de crucero constante, pasaría una hora, dos...tres....cuatro... un día...dos....tres... no lo sé, en el espacio todo está oscuro y nunca sabes cuanto tiempo ha pasado desde que sales.

Mi animo no podía decaer, debía permanecer fiel a mis principios y al Imperio; los únicos dadores de paz y seguridad de la galaxia, debía volver cuanto antes e informar a mis superiores de lo que había acontecido; dicho y echo, comienzo a tocar los botones, confiando en que ninguno haga explotar la nave o me lance al espacio. En un abrir y cerrar de ojos el paisaje ante mi cambió tras sufrir unas enormes turbulencias. ¿Donde estaba?.

Logré divisar una especie de estación espacial, en donde decidí aterrizar como malamente pude; y al salir me encuentro con todo el percal. Gente de distintas razas y planetas, trabajos e ideologías y lo que era peor, olores... algunos realmente apestaban. Un Almirante del Imperio parecía saludarnos, así que me encuadré ante él y pensé las mejores palabras que decirle.

-"Señor, no tengo mayor información de la que usted puede tener. He sido traído a este lugar tras el fracaso de la misión del Capitán Slavin".

Cuando mis mecánicos ojos se abrieron, supe que había sido reactivado. Me encontraba en el interior de aquella estación espacial, aunque ni siquiera sabía cómo había llegado allí. Recordaba que mis sistemas ya no eran tan efectivos como antes, por lo que lo más probable es que se me hubiera puesto en reposo, seguramente para realizarme una reparación entre tanto.

Sin comprender qué me había sucedido, eché a andar por los pasillos de la estación espacial, esperando encontrar a alguien que me explicara por qué había sido despertado de mi sueño.

-¡Amo Luke! -llamé, con mi atiplada voz, esperando que mi dueño se hallase en algún lugar de la estación-. Amo Luke, ¿ha sido usted? Mis circuitos ya no son lo que eran, pero sé reconocer una activación de mi programación cuando la veo. ¡R2! ¡R2! ¿Dónde estás? Maldito salero de hojalata. ¿Dónde está cuando se le necesita?

Es entonces cuando los veo, al llegar a un enorme salón. Está repleto de toda clase de individuos, de diversas razas y condiciones, y algunos de ellos no parecen demasiado pacíficos. Dejé escapar un agudo gritito al ver a varios imperiales. ¿Estarán por aquí también Vader y el Emperador? Espero que no. Otros transmiten más bien la imagen de ser mercenarios y cazarrecompensas, individuos que parecen sacados de los bajos fondos. Al menos, me queda el consuelo de que hay un Hutt y un wookiee, por lo que quizá precisen de un intérprete.

-Buenos días, señores y señorita -saludé a todos, en mi habitual tono servicial-. Soy C-3PO, relaciones cibernéticas humanas. Domino más de seis millones de formas de comunicación. ¿Por casualidad no habrán visto a mi amo? Se llama Luke. Un humano joven, de cabello rubio, demasiado bajito para ser un Stormtrooper. Puede que le acompañe un droide astromecánico de la serie R2 y muy grosero.

- Ajá, ajá...- Le espetaba al droide haciendo un ademán con ambas manos para que callara - Droide, C-PU3 o como te llames, ¿has sabido qué ha pasado? - Este parecía no hacerle caso al Mandaloriano mientras repetía una y otra vez palabrerías como un supuesto amo Luke y otro droide. - No tiene caso...- Gira la vista hacia el grupo pintoresco y nota que entre estos se encontraban diferentes grupos de facciones contrastantes.

- _{^{Esto se pondrá muy feo...}}- Se dijo a sí mismo en voz baja y giró de nuevo hacia el droide revisando la parte posterior de la cabeza por si había algún fallo en este. - Bueno, o algo muy malo hay en tu sistema o algo de lo que dices es cierto, y suponiendo que todos los que estamos aquí son el total de tripulantes entonces, droide, lo siento pero estás buscando en el lugar equivocado.-

-Entonces, ¿ninguno ha visto al Amo Luke? -pregunté, aún esperanzado. Entonces lo comprendí-. He sido abandonado... -Me fijo entonces en el hombre con una cicatriz en el ojo que se dirige a hablar-. No sé qué hacen todos ustedes aquí, no parece que tengan mucho en común. Sólo recuerdo que mis circuitos se estropearon y después todo se volvió oscuridad. Alguno de ustedes debe de haberme reactivado.

Parecía estar todo tranquilo. Vraak Ti no se encontraba haciendo nada peculiar, ni siquiera se dirigía a un objetivo fijo. De hecho, estaba valorando posibles trabajos y formas de ganar algo de dinero. Se encontraba en una nave que había mimado con tiempo, proveyéndola de buen material para sus encargos... Las pantallas no parecían detectar ninguna alteración, ni otros vehículos espaciales. Estaba algo alejado de las rutas comunes y allí había poco tránsito. De todas formas, nunca se sabía, y por ello no permitía que su soberbia superase a su precaución. Fue poco después de ponerse en pie tras decidir qué hacer cuando aquél singular agujero negro apareció. Emitió un breve sonido mientras se agarraba a lo que podía y, finalmente, silencio. Las luces parpadeaban y se levantó poco a poco, revisando que sus objetos de valor se hallasen en buenas condiciones. Iba a procurar la emisión de una señal de auxilio cuando reparó en que su nave estaba en un hangar, ¿habría perdido la conciencia? Quizá, era una posibilidad. 

El rodian acarició su cabeza, confuso y aturdido por los sucesos. Salió de su transporte y observó la iluminación del lugar. Parecía no ser el primero pues allí había más naves a parte de la suya. Aquello no le gustaba. Se dirigió, tal vez por pura intuición, y allí encontró a más criaturas vivas y aparentemente tan sorprendidas como lo estaba él. - ¿Qué ocurre? - Preguntó directamente, obviando cualquier tipo de formalismo o presentación. En una situación como lo era aquella no debía ser lo más relevante y esperaba que alguien pudiese informarle sobre lo acontecido. 

- Ohh. ¡Mira qué guapo este robot! Encima esta solito. - expresa sorprendida mientras lo rodea con sus brazos y le regala un beso en la frente de metal. - Si no tienes dueño, podemos estar juntitos... No seré Luke, pero me resultas de lo más adorable. 

Tras confesar aquello, sonríe gustosa mientras le da espacio a C- 3PO para no incomodarlo. Al parecer la bailarina se veía animada con la existencia de aquel robot.

-Oh-o-h, gracias... -dejé escapar aquellas nerviosas palabras cuando aquella bella mujer twi'lek besó mi cabeza dorada, con algo parecido a la timidez.

Observando a todos aquellos hombres de aspecto aguerrido y peligroso, me sentía mucho más seguro si permanecía cerca de la bailarina azulada. Parecía ser una de las pocas que no me dispararía con un bláster.

-Puedo servirle si lo desea, joven señora -le dije, en tono educado-. Creo que podríais necesitar de un intérprete para comunicaros con algunos de los presentes. Aunque fui diseñado para poder realizar muchas otras acciones. Demostración:

Forer regresaba de un encargo de su padre, nada complicado, recoger una tonelada de cajas con la marca imperial y moverlas al otro lado de la galaxia para entregarlas a un apalabrado. La rutina para el hijo de Hutt, que debe demostrar la valía ante los mas ancianos cada día. Quien ha pesar de tener su propia zona de movimiento y hombres a su cargo, aun debía rendir cuentas a cierto persona que le consideraba joven para llevar todo el peso de la familia.

Pero eso ahora mismo no importa, lo importante es que estaba de regreso a Tatooine cuando algo sucedió sin que el pudiera controlarlo. En menos de un suspiro su crucero se encontraba varado en un mar de naves cerca de una estación. Eso era inconcebible, él no había dado ninguna orden parecida.

-Yap Nacha nichu JOot!

-Discúlpeme mi señor. Pero no hemos podido hacer nada. Algo inutilizo los sistemas y fuimos transportados a este lugar. -Contesto uno de los dos pilotos de aquella enorme nave sin dejar de sudar.

-Chuu yiiohj No tro Chuuuarh. -Replico el Hutt molesto.

-IMPOSIBLE, solo podríamos llegar hasta ese hangar, su señoría. Tal vez ellos sepan lo que pasa. -Una respuesta por parte del mismo piloto nada satisfactoria que no acabaría sin castigo.

-Chutra putt GG-Dio una orden y su guardaespaldas quien no se separaba de él, dio un paso adelante, disparando con su blaster a la pierna del piloto quien callo al suelo gritando de dolor antes de desmayarse.

-Hon, O cho aamtse sarr. -Ordeno al segundo piloto quien aun estaba temblando.

-Excelente idea señor, pongo rumbo a la estación. -Respondió el hombre antes de marcar rumbo y ponerse en marcha.

-GG, Pogputare de Hon. -Ordeno a su guardaespaldas, quien abrió comunicaciones y pidió a enfermería que retiraran al piloto herido.

Pronto llegaron a la estación y fue el propio Hutt quien decidió bajar del hangar y digerirse en persona al salón principal para saber que demonios estaba sucediendo. Con el iba su guardaespaldas personal e interprete y por raro que sonara Forer iba caminando por sus propios medios, no gustaba, como los adultos, de llegar molestos flotadores.

Finalmente cuando llego hasta el zona de reunión le sorprendió, aunque su rostro no pareció transmitir absolutamente nada, la diversidad de razas que allí había. Tardo un poco en presentarse, esperando que alguien aclarara algo, pero cuando el Droide dorado se puso a hacer payasadas dio orden de dar un paso adelante a su guardia y que lo presentara.

-Mi señor; Forer de los Hutt, les saluda y espera que alguien le de una respuesta de que esta pasando aquí. Es una persona importante y ocupada y desea volver a sus quehaceres lo antes posible. Ha sido obligado a llegar a esta zona de la galaxia y exige una explicación. -Hablo el droide quien portaba sendas armas en ambas extremidades y no parecía interesado en hacer amigos.

Había conseguido escapar de la emboscada pero el sitio actual no era mucho mejor, imperiales, rebeldes, hutts, cazarecompensas seguramente había jodido a algunos de estos pero trago saliva. Nadie disparará aquí esto es como una olla a presión una sola estupidez y ¡BOOM!

-Alguien más le da la sensación que esto es como los chistes de van un wookie, un humano y un duros. Solo que si a alguien se le ocurre disparar esto va a ser una "fiesta". No pudo evitar empezar a sudar con una mano recorre su perlada frente. Por cierto mi nombre es Sinol Kern, un placer. El sarcasmo del saludo era tan obvio que incluso un sarlacc se habría dado cuenta.

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Dijo Lofkkata mostrando su enfado por el chiste.