Partida Rol por web

DÍA ♦ CUATRO

<<Cuando estés en el campo de batalla, la supervivencia es todo lo que hay.>>

Suenan las alarmas. Todos deben despertar, sabiendo que esta mañana uno de los presentes no se encontraría entre ellos. Las miradas cansadas, los cuerpos sucios y sudados, se miran en silencio, buscan con su mirada a la víctima de la “mañana”. Nadie se sorprende al encontrar ausentes a Arthur, pero antes de dirigirse a “la sala de ejecuciones”, se percatan de que alguien más falta. Jacqueline tampoco esta entre ustedes.

Recuerdan enseguida que esto había pasado antes, hace dos días, precisamente. ¿Aquel que acabó con Joseph se habrá encargado de eliminar a alguno de los dos ausentes también este día?

Sus pasos son rápidos, se dirigen hacía el lugar donde reposan las literas vacías, y ahí le ven. Arthur, dentro de una especie de jaula, pero esta parecía ser solo la mitad de una, ya que la parte inferior estaba totalmente sellada, y cubierta de agua, y sobre la jaula, un reloj a modo de cronometro. Arthur se encontraba de píe, apegado a los barrotes más lejanos a ustedes, observando fijamente una mesa frente a él, varías herramientas: un cuchillo, un machete, una sierra, y un hacha, y una manguera quirúrgica.

Apenás se acercan a él, hasta donde pueden, pero antes de que pudiesen decir algo, la voz del muñeco comienza a resonar por los altoparlantes.

“Hola Arthur, tu hora de ser puesto a prueba a llegado”

El hombre les mira, y ustedes a él, intuyendo que es lo que va a pasar a continuación. Cada quien tendrá sus emociones con respecto al tema, pero todos se preguntan una misma cosa: ¿Sobrevivirá?

“Eres un avaro e inescrupuloso, te has aprovechado de tu posición para robar las pertenencias de las personas honestas solo para aumentar el tamaño de tus bolsillos. Aquel es un comportamiento inaceptable, maligno. ¿Has escuchado sobre el karma? ¿O sobre la tercera ley de Newton? Pues bien, ha llegado la hora de que tu des a cambio de lo que has quitado. Tu prueba es sencilla, para sobrevivir, deberás de amputar tu propio brazo usando las herramientas que están sobre la mesa, si no lo logras, una descarga eléctrica pasará por tu cuerpo a través del agua, y acabara con tu vida. Considera esto como un intercambio, ¿valé más una extremidad que tu existencia? Tienes un minuto. Vivir o morir Arthur, tu decides.”

El hombre sabé que esto es real, que el peligro es real. Su tranquilidad durante la instancia, su lucha por sobrevivir el primer día de las votaciones, y el segundo, le dan el coraje para adelantarse. Sabe que si no obedece las reglas morirá. El cronometro sobre la jaula se enciende, y echa a correr. Al mismo tiempo, Arthur toma la manguera, y la usa para amarrarla firmemente a su brazo, ayudándose con los dientes. Escogé el brazo izquierdo como aquel que separará de su cuerpo. Su mano derecha toma casi instintivamente el machete, apoyando luego la extremidad victima de la prueba. Arthur alzá la mirada, los observá, respira profundo, y luego observá su brazo. Algunos tratarían de animarle, o solo observar lo que hace, pero todos pueden ver la determinación en sus ojos.

40 segundos.

Dando un grito que resuena en los oídos de todos, Arthur da el primer golpe, el cual atraviesa su piel y su carne hasta el hueso. Pronto aquel grito de coraje se convirtió en uno de intenso dolor. Todos se imaginan la fuerza del golpe, pero solo él sabe lo que se siente. Duele. Retira el machete, y volviendo a gritar da un segundo golpe que logra romper el hueso. La sangre había salpicado en el rostro del rubio, y esta comenzaba a llenar la mesa, cayendo luego hacía el agua.

Es el dolor más grande que jamás haya sentido, hacerse tal nivel de daño es algo impensable para la mayoría, el miedo de ser forzados a vivir una experiencia similar inunda sus corazones, pero eso no les impide a aquellos que se habían endurecido en el lugar a seguir observando el transcurso de la prueba.

El tiempo pasaba, y Arthur lloraba por el dolor, intentó dar un tercer golpe pero se detuvo, no fue capaz de seguir. No existen palabras para describir las emociones de aquel hombre en ese instante, pero debía continuar. Sabía que tenía que continuar.

15 segundos.

Quedaba poco tiempo, Arthur seguía inmóvil, y muchos pensaron que no lo lograría, que Arthur correría la misma suerte que Kim, que Alfred, y que Robinson... Pero entonces Arthur volvió a alzar el brazo derecho, aquel con el cual sostenía el arma. Por alguna razón, aquel gritó que dio fue incluso inspirador para algunos, impresionante para otros.

- ¡¡¡VOY A VIVIR HIJO DE PUTA, VOY A VIVIR!!! -

Y blandiendo el machete con todas sus fuerzas, dio un tercer y ultimo golpe a su brazo, golpe que separaría su extremidad de su cuerpo para siempre.

El cronómetro se detuvo a los tres segundos antes de llegar a cero. Arthur había logrado superar la prueba, se había ganado el derecho a seguir viviendo. Los barrotes frente a sus compañeros de encierro se recogieron, dando entonces al superviviente a salir de aquella jaula, la cual había sido hecha para su muerte, pero cuyo cometido jamás se cumpliría.

-¡Que cojones! ¡LO HAS LOGRADO CABRONAZO!

Miro a Arthur con alegría sincera en la cara, el tipo había sido un poco gilipollas, pero después habíamos logrado entendernos, empecé a confiar en que él no estaba con esos esbirros y cada vez parecía haber más motivos para creer que no me había equivocado.

-Ziba, ¿eras enfermera no? ¡Ayúdale!

El torniquete que se había hecho Arthur era bastante rudimentario, había que limpiar la herida y probablemente poner algún tipo de venda, tampoco entendía demasiado sobre primeros auxilios. Arthur nos había dado una nueva esperanza, un motivo para pensar que podíamos salir de este puto sitio, que no todo estaba perdido.

Busco a Charlotte con la mirada, habíamos sobrevivido otra noche, parecía increible... ¡y ni siquiera había muerto nadie! Aunque... en ese momento me percaté de que Jacqueline no estaba por ninguna parte, todos habían salido al escuchar los gritos de Arthur pero ella no lo había hecho. Mierda... ¿habrá sido ella el verdadero objetivo?...

-Ey... Jacqueline no está...

Doy una vuelta por las habitaciones viendo que ha podido pasar con la chica morena. Mierda... espero que esté bien.

Se había retirado a su celda cuando había sonado la alarma. Cada vez esta situación era más inaguantable. Ninguno sabía cómo ni dónde iba a despertar, a excepción de los ayudantes del asesino que nos juzgaba por cosas menos crueles de las que él estaba haciendo. Aquella noche le había costado dormir, pero finalmente había sucumbido al sueño.

Las alarmas sonaron cuando el resto de los mortales podrían seguramente haber visto los primeros rayos del sol. Incluso los presos tenían alguna hora de luz al día... pero lo importante es que seguía con vida, como seguiría la mayoría a excepción de la víctima elegida.

Salió al pasillo y se puso a contar mentalmente. Torció el gesto pensando que se había equivocado y comenzó de nuevo. Faltaba no una sino dos personas! Comenzó a mirar los rostros a su alrededor. Debajo de esas pintas de zombies que todos llevaban, rápidamente vio que entre ellos no estaba ni Arthur ni Jacqueline.

Iba a decir algo pero todos sabían que el tiempo era vital, y cuando hablaban de tiempo tras sonar las alarmas, hablaban de segundos. Así que se dirigió rápidamente junto a todos hacia la sala de las literas. Allí hallaron a Arthur en una de esas jodidas trampas. La prueba del hombre le resultó especialmente desagradable.

No creyó que Arthur fuera a conseguirlo. Demasiado dolor. Demasiado poco tiempo. No podía mantenerse quieto viendo cómo el hombre desesperadamente se intentaba cortar el brazo, y a pesar de que habían vivido ya muchos episodios de vísceras, le provocó especial angustia ver cómo aquel hombre se mutilaba a sí mismo. Se apartó rápidamente para vomitar en la esquina más alejada.

Las palabras de Kyle hicieron girarse de nuevo hacia ellos. Los barrotes se retiraban y Arthur salía con vida de esa prueba mortal. Suspiró y se alegró por él antes de llevarse las manos a la cara y volver a suspirar.

-Enhorabuena Arthur.

Estaba alucinado totalmente. Era el primer superviviente. No creyó que nadie pudiera salir de aquellas trampas pero este tío lo había conseguido. El muñeco diabólico le había acusado de ladrón y por ello había reclamado su mano.

Rió un momento, mezcla de alegría y de nerviosismo. No tenía ni idea del papel de Arthur en todo esto pero sentía como si acabasen de lograr una victoria sobre este macabro juicio final.

-Averigüemos dónde está! -añadió seguidamente a la frase de Kyle.

Esperaba que la mujer se hallase en su habitación dormida, pero hasta que no lo comprobara con sus propios ojos no descartaría nada. El hedor a muerte se respiraba ya en cada esquina de esta prisión.

Miro el espectáculo con incredulidad y horror. Va a hacer alguna prueba que se pueda superar sin morir? Claramente está jugando con nosotros. Me sorprende ver a Arthur en aquella jaula, no me esperaba que fuera él el elegido y ahí está, frente a una muerte segura. Una vez más mi criterio falla estrepitosamente.

Le miro desde mi posición y veo como empieza a cortarse el brazo. Un escalofrío recorre mi espalda. Puede que lo consiga... pero aunque lo haga va a morir desangrado a no ser que... Cuando quedan escasos segundos para que el cronómetro llegue a 0 su brazo se separa de su cuerpo y todo acaba.

Mis ojos se abren como platos al verlo. Yo sería incapaz de tal cosa. El dolor que ha tenido que sufrir... El que debe estar sufriendo ahora mismo... Es inhumano. Aún no me explico como ha conseguido mantener la consciencia. Sin embargo, el problema de la sangre sigue ahí.

-No... Una enfermera no va a poder salvarlo. Necesita un médico.-Mis manos empiezan a temblar. No voy a ser capaz, hace mucho que dejé los estudios y con el mono no seré capaz de mantener el pulso bien. Me acerco a él dudoso pero doy un paso atrás.

-No puedo, joder! No puedo! Quien me dice que no es uno de ellos, eh? Quien?-Las lágrimas caen por mis mejillas. No sé lo que hacer. La vida de Arthur está en mis manos y no soy capaz de tomar una decisión.

Marion, más que aliviada al ver que Arthur se salvaba de una muerte certera, se mostró asqueada e incómoda, y lo miró con una mueca de desagrado en el rostro- Felicidades, ahora eres manco y vas a morir desangrado, ¿alguien puede aplaudir por mí? Yo no tengo ganas. 

Una nueva noche llega con el sonido de la alarma y, a pesar de que pasan los días, la paso igual de mal que la primera. Apenas consigo dormir y cuando salgo unas ojeras cada vez más grandes adornan mi rostro. Mis ojos están rojos, como si hubiese estado llorando y no me molesto en intentar arreglar mi pelo, tarea cada vez más imposible.

En cuanto pongo un pie fuera de la habitación busco con la mirada a Kyle antes de hacer recuento para ver quién falta. Sigo a todos hasta el lugar donde se encuentra encerrado Arthur y cuando la voz le pide que se ampute el brazo lo miro horrorizada durante los segundos que tarda en empezar la cuenta atrás. 

El hombre lo intenta y en cuanto la sangre empieza a salir de su brazo me tapo la boca y me alejo de espaldas, incapaz de ver cómo se automutila, con una náusea en la boca del estómago. Me sorprende que sea capaz de hacerlo y cuando sale, intento no mirar el muñón de su brazo. Me aparto de él, dejando sitio para que otros puedan acercarse, pues no sé cómo podría ayudarlo yo, pero mi forma de mirarlo ha cambiado. Ya no hay desdén en mis ojos, sino una cierta admiración por lo que ha sido capaz de hacer.

Es entonces cuando Kyle se da cuenta de que falta también Jacqueline y me uno a los que empiezan a buscarla, temiéndome lo peor. - Tenemos que encontrarla...

Arthur no habia podido dormir bin a la noche y cuando fue arrastrado a su trampa no habia tenido las fuerzas para liberarse o pedir ayuda. Se agito en la jaula piendo una explicacion sobre lo que tendria que hacer en ese momento, pero no fue hasta varios minutos despues cuando llego el resto que el muñeco le explico su prueba. Miro los utensillos que tenia y eligio el mas pesado que pensaba tardaria menos en cortar su brazo.

No hacia esto por ningun otro motivo que sobrevivir a esta locura, pero tambien tenia un motivo muy importante que ahora se le aparecia en la mente, mostrarle al loco que los habia encerrado que estas pruebas no servian para nada y no cambiaban en nada la forma de pensar de la gente. Aunque debia sobrevivir primero.

El dolor fue mucho mas intenso de lo que imaginaba y su brazo tambien fue mas resistente al machete. Se encontraba nervioso y asustado, de seguro llorava aunque con el dolor que sufria no podia sentir sus lagrimas. Fue con un grito de ira que alfin logro librarse de su brazo. Superando la prueba del maldito.

Salio rapidamente mirando a la gente que lo felicitaba sin darles mucha importancia, pero se apuro a sacarlos del camino para ir a vomitar a un rincon. Se sentia horrible y lo peor que mientras mas lo pensaba mas le veia a la cabeza la idea que moriria muy pronto desangrado. Se callo de costado al suelo y miro su muñon, es en ese momento cuando escucho las palabras del drogadicto. Quien te dice? grita limpiandose los labios con el brazo derecho. Esto te lo dice imbecil... dijo mostrando sin verguenza el esta en que habia quedado su brazo. Acaso crees que alguno de los ayudantes se va a automutilar para parecer inocente? pregunto aunque en su cabeza no podia negar un poco de duda, de pronto su mirada cambio cuando lo miro a Matt de nuevo. No soy uno de ellos te lo juro, tienes que ayudarme por favor. le estaba rogando ahi mismo en frente de las demas personas, podria gritarle e insultarle pero eso no serviria de nada.

Otro día más en esta mierda de agujero que apestaba a muerte y desperación, contra todo pronóstico consigo abrir mis ojos, en mi celda. Era evidente que no fueron a por mí, así que me pregunto quién habrá sucumbido ante las garras de aquellos que van de justicieros y no son más que asesinos por mucho que piensen lo contrario. Con eso mente salgo de mi celda, llamar habitación a este maldito cubículo ya es pedir mucho.

Cada día era peor que el anterior, así que tenía que estar preparado para lo que fuera a ocurrir hoy, pero es imposible asimilar nada cuando la muerte acecha en cada esquina y en cualquier momento. Si había sobrevivido a la noche, solo me faltaba aguantar el día, y así sucesivamente hasta el tiempo que fuera necesario, aunque obviamente era más fácil decirlo que hacerlo.

Marcado por la rutina cuento en silencio a los presentes, cada vez éramos menos, y eso facilitaba el coteo, faltaban Arthur que había estado cerca de morir en las votaciones, y la mujer morena, que ahora que caigo, nunca crucé un par de palabras. El movimiento de los demás hacia un punto en concreto me interrumpe abruptamente mis pensamientos oscuros, y al igual que ellos, me dirijo al punto candente del momento. 

Presto atención a todo lo que sucede, y veo a Arthur que estaba siendo puesto a prueba. El momento álgido en que se corta el brazo a contrarreloj me deja atónito, y aunque quiero, no puedo apartar la mirada, finalmente el brazo fue desprendido de su dueño en medio de sangre, dolor, y gritos. Estuvo cerca, pero consiguió salvarse pese a que no teníamos esperanzas, fue el primero en lograrlo, y no se si el último, aunque el precio a pagar fue bastante alto.

Algunos se acercan a ayudarle, y otros quiere buscar a la morena ya que podía correr un peligro similar a Joseph, estos dos sucesos marcaron un antes y después, y eso que solo había empezado el día. No quiero ni pensar en lo que nos depara el resto de horas y días que aún nos queda por pasar.

Veo a Matt que intenta ayudar al ya ahora manco, pero se quedo en intento, está demasiado alterado para echarle una mano, que ironía. Me cuesta pero me decido a intervenir, alguien tenía que hacer o su sacrificio habrá sido en vano, así que rompo mi camisa por alguna de las mangas, y con la tela en la mano la utilizo para un torniquete improvisado. Solo espero que salga bien. En estos momentos tener la sangre fría era una bendición.

- Venga Arthur, aguanta joder, no puedes morirte, lo has logrado, tienes que vivir. - Le digo en un intento vano de mantenerlo consciente mientras realizo las maniobras necesarias para cortar el flujo de sangre. Aunque he atendido heridas por mi profesión, estaba lejos de ser un experto. Solo espero que resulte. Ojalá fuera creyente para rezar, era un buen momento.

Cuando un día más me levanto del camastro sólo hay una palabra para definir cómo me siento: cansada. Con ganas de una ducha, de cambiarme de ropa y de marcharme a casa. Carraspeo varias veces antes de buscar la botella de agua que había tomado el día anterior. Al menos podría estar fría.

Me preparo para salir, consciente de que lo más probable es que encontremos hoy lo mismo que ayer, y que el día anterior, y el anterior.

Sin embargo, mi sorpresa es enorme al ver que Arthur lo consigue. Al principio de la prueba trato de animarlo, pero en cuanto comienza a cortarse su propio brazo me quedo muda ante el espectáculo. Y de todas formas, lo consigue. Cuando le veo salir así tardo varios segundos en reaccionar, y cuando me quiero dar cuenta todo mi rostro está lleno de lágrimas.

No soy consciente de las palabras de Kyle sobre Jacqueline. Sólo tengo ojos para la escena, y aunque no comprendo por qué todos pretenden que el yonkie ayude debe haber algún motivo. Quizá me perdí algo. En cualquier caso me acerco con decisión al chico y le miro a la cara, completamente seria.

- Si le dejas morir, - le digo - no serás mejor que ellos. Y tendrás mi voto. - añado después a modo de amenaza, esperando que reaccione

Al darme la vuelta y ver que CJ se ha hecho cargo le miro durante unos instantes. Desde luego ha hecho lo que tenía que hacer. Entonces sí miro alrededor, dispuesta a unirme a la búsqueda de Jacqueline.

Alejada de todo y encerrada en su cuarto, Isabella habia entrado en un estado de trance total, las voces en su cabeza cada vez se volvian mas inquietas, los espiritus a su alrededor, la acosaban, la asechaban, algunos mas agresivos la atacaban, su espalda cubierta de arañazos su piel, su rostro reflejaba ojeras como si no durmiera en muchos dias, demasiada información...

Los espitirus gritaban el nombre de una de las chicas que se mantenian con vida, le gritaban, le susurraban e Isabella se negaba a escuchar a aceptar ese tormento...DEJADME EN PAZ!!!...su grito recordo a los demas que continuaba con vida....

El estado de conexion espiritual de Isabella habia empeorado a tal punto que estaba consumiendo su cuerpo y su mente...de pronto se puso de pie, sus cabellos cubrian su rostro y sus manos caian como carentes de vida y arrastraba sus pies, se acerco a Kyle...Ellos mencionan tu nombre...se compadecen...decia apenas con una voz susurrante...no la escuches mas.....ella te engaña...ella te matara...

Movio su cabeza hacia una de las chicas rubias y camino hasta ella...Charlotte...ellos lo saben...ellos te observan....y quieren tu vida....muchos de los que escucho ha sido tus victimas....muchos de ellos quieren venganza....sus susurros solo mencionan tu nombre y una palabra....A--SE--SI--NA...

Isabela volvio a cubrirse los oidos con ambas manos y a gritar...YA HE DICHO LO QUE QUERIAN!!!!.....YA LO SABEN!!!.....ASESINA!!!....ASESINA!!!...ASESINA!!!.....DEJADME EN PAZ!!!...corrio a una de las pareces y se acurruco, temerosa de los espiritus que ahora reian a carcajadas a su alrrededor....

Cuando la loca empieza a gritar no le presto mucha atención, pero cuando se acerca a mí al principio me alejo varios pasos asustada. Sin embargo, según van calando sus palabras en mi mente mis ojos brillan furibundos cuando la miro. 

- Lo sabía. - Siseo hacia ella con un desprecio absoluto y los ojos entrecerrados. - Sabía que alguno de vosotros se escondía entre los que no hablaban. Y sabía que ahora iríais a por nosotros. No os salió bien la jugada de cambiarme el voto hacia Kyle, ni tampoco habéis podido acabar con Arthur, así que ahora montáis un teatro espiritista para que desconfíen de mí. También sabíamos que os estábamos poniendo nerviosos, pero quizá os habéis pasado un poco de evidentes. - Me cruzo de brazos, y dirijo mi mirada hacia Corey antes de volver a mirar a Isabella. - Muy bien, seguid delatándoos, sucia bruja de pacotilla. Porque si con Jacqueline ha pasado lo mismo que con Joseph... Sólo quedáis vosotros dos. Y estáis bastante desesperados, por lo que parece.

- Menuda feria con la loca... Menudo numerito estás montando, ¿eh? ¿Los espíritus te hablan, dices? Me pregunto si lo que ocurre no es que en realidad tienes una lengua muy sucia y una mente más bien retorcida. Y nena, te doy un consejo: para resultar más creible no tienes que imitar a Kristen Steward en cualquiera de sus momentos cúlmen dentro de la saga Crepúsculo.

Entonces señaló a Samantha- Y tú... Ahh... Tú, ¿qué cojones es eso de "si no le ayudas serás como ellos, y yo te voy a votar para que sufras una muerte horrible"? Sólo por eso deberían matarte a ti, zorra hipócrita. Y si escapas seré yo la que vote a quien quiera ayudarte. 

Arthur se dejaba atenter por JC, aunque sabia que aun con todo su esfuerzo moriria igual a menos que alguien tuviera una forma de ayudarlo. Ayudame a....levantarme, debemos....buscar a Jacqueline. dijo tratando de recuperar la compostura.

Miro a la loca gritando como se espera que una loca lo haga y por eso decidio ignorar sus palabras, aunque en cierto momento habia pensado de una manera similar a ella. Miro a Marion y resoplo pero no le dedico respuesta alguna como a la loca.  Gente me desangro...asi que si no les importa podemos discutir cuando este muerto. Quiero saber que al menos ha muerto un segundo ayudante. dijo mientras le indicaba con la mano sana a JC para que salieramos de esta sala.

Ante la reacción de la rubia, aún en medio de todo lo que está sucediendo, sólo puedo levantar una ceja, incrédula.

- Sólo lo dije para que espabilara. - Respondo. No me gusta nada la idea de justificarme, y menos ante una yonkie como esta, pero en ocasiones una debe bajar un poco el orgullo. - Cualquiera se habría quedado bloqueado, pero el señor Brett podría haber muerto si no reaccionaba. - Le digo, señalando al afectado y pendiente de cómo se desarrolla la conversación entre las otras dos mujeres.

-Ah?... de nuevo conmigo Puta?... mira... puede que Isabella este loca... pero estará mintiendo?... eres tan estúpida que discutes con una loca... estas tan desesperada en que no te voten, que cometes muchos errores...- me giro a Kyle- por que no le haces un favor Drogo Chili Pepper y te la llevas a un cuarto y la desestresas... ya  me tiene aburrido sus estupideces- digo esto último mirando a Charlotte.

- Por otro lado... a los demás les digo: no tengo nada en contra de ninguno de ustedes y no estoy coludido con el payaso que nos encerró, puedo ser una mierda de persona, pero ni sádico ni asesino soy...- me giro y apunto con mi mano a Charlotte- En cambio ésta, ha hecho alianza con este otro- también apunto a Kyle- Para salverse entre ellos y si es necesario, matarnos a los demás... yo les pregunto: son tan diferentes al desgraciado que nos encerró? o ... quizás ellos son los que trabajan para él?... saquen sus conclusiones, pues yo ya saqué las mías- digo esto último simulando que juego golf.

Escuche las palabras de Corey...No se si Kyle este unido a ellos, pero no es santo de mi devoción, pero ellos dicen que esta siendo engañado...jamas oculte que podia ver espiritus, pues de pequeña que los veo, mi trabajo era ser psiquica, pero reconosco que asi como he ayudado a muchos tambien me he beneficiado de eso...

Desde que entre aqui pude sentir la fuerte carga espiritual que hay, los que me susurran cosas son aquellos espiritus que han permanecido años aqui, ellos conocen al anfitrión y saben como va este juego...nos vigilan, nos escuchan y no nos dejaran salir...

Camine hacia Kyle con algo de dificultad...Aqui podemos morir en cualquier momento, y si ellos han querido ayudarte, no los ignores...pues no mienten...ella te engaña, te esta usando...y cuando menos lo esperes te arrancara la vida con sus propias manos.....

Volvi a apoyar mi espalda contra la pared y me deje caer al suelo...Charlotte, puedes pensar lo que quieras, a diferencia de ti, yo no necesito demostrar nada para continuar viviendo, mi destino esta marcado y el tuyo es mucho mas oscuro...ellos solo le dan la oportunidad a los demas de que abran sus ojos...ante una arpia como tu....

Ya iba siendo hora de que salieran en búsqueda de la desaparecida Jacqueline. Unos pocos ayudan a Arthur, quien se empeñaba en salir con ellos, pero su condición y falta de atención médica le impedian ir. Otros se mantenían pendientes de la discusión entre Isabella y Charlotte, por lo que pocos siguieron su camino.

Entonces recordaron que quedaban dos puertas que no podían abrir en el pasillo, pasaron de ellas al principio, y se dirigieron directamente a la habitación donde habían encontrado a Joseph ejecutado. No se equivocaron.

Abrieron la puerta, y en la misma silla, amarrada, y con el mismo aparato sobre su frente, encontraron a Jacqueline, viva, drogada, mirándoles de forma apagada, sin conciencia alguna de que iba a pasarle.

La grabadora, otra vez colgada frente a la puerta. Uno de ustedes se acercó, la encendió, y la reproducción les hizo escuchar nuevamente la voz computarizada, diferente a la del muñeco.

"Hola, Jacqueline.

No creo que sea necesario explicar demasiado, ¿verdad? Sabes de sobra por qué estás en esa silla.

Te diré lo mismo que dije a Joseph: Yo también quiero jugar a un juego.

Desde que esto ha comenzado te has mantenido discreta. Has procurado no llamar mucho la atención, que no nos fijásemos en ti. ¿Pero sabes qué, Jacqueline? Yo sí te he visto. Has estado conspirando, escogiéndonos uno a uno como cerdos que van al matadero. Y ni siquiera dejasteis una oportunidad a Robinson. ¿Dónde queda todo eso de luchar, Jacqueline? ¿Del sentido de la vida y la muerte? Te diré dónde quedó eso para Robinson; en el mismo lugar que quedará ahora para ti.

¿Fue justa tu prueba, Jacqueline? ¿Tuviste una oportunidad cuando la pasaste? Estoy seguro de que sí, como yo la tuve. Como la tuvimos todos. Pero él iba a escaparse, ¿verdad? Estoy seguro de que Jigsaw ni siquiera les dijo que lo mataran. Fue su propia decisión, por nervios y por miedo. ¿Me equivoco?

A ustedes, los secuaces de Jigsaw, se lo repetiré una vez más: Sé quiénes son. Les he dado la oportunidad de entregarse, y no me escucharon. Pero a los dos que quedan se lo repetiré: desvelen sus identidades, sométanse al juicio de todos, y no les haré nada. Dejen pasar esta oportunidad, permanezcan ocultos y continúen con su juego, y yo seguiré con el mío. Podría desvelar sus nombres, pero ustedes tienen sus reglas, y yo tengo las mías.

Vivir o morir, ustedes deciden."

Tras la grabación, no hay mucho tiempo para reaccionar. Los pistones sobre la cabeza de Jacqueline se cierran de golpe, penetrando e incrustándose en su cabeza. La muerte es instantánea, tan rápido que ni siquiera sus ojos fueron capaces de cerrarse por el acto reflejo. Hilos de sangre descendían de la cabeza de la chica. 

Sentado en el suelo como estoy, con las manos en la cabeza y llorando sin control soy incapaz de sacar nada en claro. Los pensamientos se agolpan en mi cabeza. Voces voces y más voces. Las que llegan de fuera se fusionan con las de mi cabeza. Mi nerviosismo va en aumento. Lo noto en el aumento de mi ritmo cardiaco. Si sigo así me va a dar un ataque...

-CALLAD! CALLAD! CALLAD!-Son palabras a medio camino entre gritos y sollozos. Aquella situación me supera. No sé si voy a ser capaz de hacer algo por Arthur, pero aunque lo fuese, no confío en él, como tampoco confío en Charlotte o en Kyle. Abro los ojos y me levanto tembloroso y con las mejillas empapadas.-Tú! Tú ayer me acusaste. Me llamaste mentiroso. A mí!-Doy unos tambaleantes pasos hacia adelante, hacia Arthur. Las manos me tiemblan. Tengo los ojos muy abiertos. Cualquiera que me vea puede ver que no estoy muy cuerdo ahora mismo.-Cuando me miras, soy capaz de ver en tus ojos el desprecio. Un maldito yonkie! Eso es lo que soy para ti! Crees que el mundo estaría mejor sin mí, verdad? Y ahora me pides que te cure después de llamarme imbécil... No... No va a ser tan fácil.-Miro el improvisado torniquete en el brazo de Arthur y una sonrisa surge de mis labios.-Yo me quitaría esa cosa. Solo va a ayudar a que se te infecte.

El sonido de la grabación consigue hacerme volver a la realidad y me doy cuenta de que la sala está bastante vacía. Sigo el sonido y entro a la habitación con los demás, justo para ver la muerte de la morena. La sonrisa se borra de mis labios de golpe. Aquella mujer... Jamás habría dicho que fuese una asesina.