Partida Rol por web

Un sentimiento irrefrenable que puede presentarse en las situaciones menos adecuadas, así es la lujuria, y como era de esperar, ha hecho acto de presencia en esta ocasión. Ahora están conectados, para bien, o para mal.

Desde que escuché la voz de Kyle no he podido sacármelo de la cabeza. Es un fracasado, sí, pero sigue teniendo la misma chispa que me atrajo la otra vez... En cuanto pasa por delante de mi habitación estiro la mano para agarrarlo por el brazo y meterlo dentro de un tirón, esperando que nadie se haya dado cuenta.

Lo miro con ojos desafiantes mientras empujo suavemente la puerta con el pie, impidiendo que nos puedan ver desde fuera. - ¿Cómo era eso que decías antes que ibas a hacerme? - Pregunto en voz baja, empezando a dibujar una pequeña sonrisa traviesa y decidida a negarlo todo si él se fuera de la lengua.

MMmm... muy bien... me gusta tu juego... Digo observándola con una mezcla de sorpresa y curiosidad. Charlotte... La empujo contra la pared, dominándola con mi cuerpo, dejando que sienta mi respiración muy cerca de ella. Aún sigues haciéndome perder la cabeza.

Sonrío... ella parecía divertirse, como en una más de sus travesuras, parecía desafiarme, me provocaba... Y joder, me encantaba que lo hiciera. 

-Dije que iba a azotarte ese culito que tienes.

La agarro por los hombros y le doy la vuelta, quedándome a su espalda, y hablándole desde atrás muy cerca de su oído. Ese culito que me vuelve loco. Paso mis labios por el lóbulo de su oreja, y bajo hasta lamer su cuello. Mmmm...

-¿Sabes que has sido mala, verdad?

Le doy la vuelta nuevamente, manejándola como una muñequita entre mis manos, le mantengo la mirada, y paso mi lengua por mis labios imaginando como sería deleitarme en su cuerpecito. Ufff... te daría lo tuyo, pequeña. Me acerco a sus labios casi al punto de que estos se rocen, y espero un instante, tentado a probar la miel que era su boquita, pero termino por retirarme y sonrío.

-Tiene su morbo, con ese loco mirándonos... ¿no?-Bromeo, desde luego no era la mejor situación para tener un rato de pasión, pero la adrenalina y el morbo se mezclaban produciendo extraños deseos.-¿Me vas a decir que es lo que te dio? 

Estaba intrigado sobre su papel en todo esto, entendía que quisiera decirlo delante de Ziba, pero ahora estábamos solos.

Mi sonrisa traviesa se acentúa cuando me empuja contra la pared. - Ya te tengo donde quería... - Pienso mientras me da la vuelta y se acerca para hablarme al oído. Contengo la respiración al escucharlo, empezando a calentarme al ver cómo cree tener el control, y sin embargo permitiéndole que lo siga pensando. - Los dos sabemos quién manda aquí, pequeño. 

Me gira de nuevo y mis ojos se posan en sus labios mientras se los humedece, deseando ser yo la que pase la lengua por ellos, pero decidida a no dar ese paso. Se acerca a mí y estoy totalmente segura de que va a besarme. Ni siquiera me molesto en ocultar la sonrisa triunfal que empieza a dibujarse en mis labios según se va acercando cada vez más. Mantengo mi mirada en la suya esperando que haga el último movimiento... Y entonces se aparta.

Parpadeo un par de veces, entre confundida y decepcionada mientras la sonrisa se me borra de la cara y tardo un par de segundos en recomponerme. Me giro hacia él y hablo intentando que mi tono sea el habitual, como si nada hubiera pasado. - ¿Crees que nos estará mirando el muy... pervertido? - Pregunto, respondiendo a su broma antes de continuar con una risita cínica. - Quizá si le damos un buen espectáculo nos deje salir.

Después suspiro, poniéndome un poco más seria y camino hasta la cama, para sentarme en el borde. - Sí, te lo voy a decir. Por algún extraño motivo tengo la impresión de que puedo confiar en ti. Pero voy a ser clara contigo, Kyle. Como me jodas esta vez, el chiste de los tweets será una caricia en comparación con lo que me encargaré de que te hagan cuando salgamos de aquí. - No puedo evitar seguir hablando como si salir de aquí fuese un hecho, y no una posibilidad.

- Tengo una especie de aparato. Tiene una pantalla donde se pueden ver cuatro figuras humanas iluminadas. No tengo ni puta idea de para qué sirve y la voz no me lo explicó. Sólo me dijo que con él podría saber si estábamos haciendo lo correcto. Y luego me echó un sermón como si yo fuese una persona horrible. - Mi ceño se frunce, evidentemente en desacuerdo con eso último y tras unos instantes recordando, la seguridad de mis ojos se tambalea y bajo la mirada para que no se percate de mi debilidad, a pesar de que mi voz tiembla un poco. - Oye, Kyle... ¿Crees que es cierto? ¿Que nos va a matar si no hacemos lo que quiere? Quiero pensar que sólo se trata de darnos un susto o algo así y que pronto se abrirán todas las puertas y aparecerán los presentadores de la cámara oculta de la MTV, pero... No sé, ahí fuera hay asesinos y cosas peores y estoy empezando a asustarme.

Observo los ojos de Charlotte mientras me habla, deleitándome con su sonrisa, y con esos graciosos hoyuelitos que se le formaban en las mejillas, solo bajo la mirada para mirar sus labios, tentado a acercarme y darles un mordisquito, me había costado no besarla teniéndola tan cerca, pero seguro que ella esperaba que lo haría, y yo también se jugar.

Quizá si le damos un buen espectáculo nos deje salir. Sonrío. -No creo que nos soltara... jajaja. ¿Has visto todo lo que ese loco ha montado aquí? No creo que folle mucho... Una vez leí en una revista que la mayoría de asesinos en serie suelen ser reprimidos sexuales...-Asiento con la cabeza como para dar fuerza a mis palabras, y pongo cara de interesante.

Pero voy a ser clara contigo, Kyle. Como me jodas esta vez... Pongo un dedo en su boca cuando termina de hablar, como pidiéndole que calle un momento, y mi otra mano se posa en su muslo con delicadeza, subiendo hasta casi su entrepierna.

-Esta vez, joderte es precisamente lo que quiero-Me acerco a ella, colocando mi nariz junto a su mejilla.-Joderte hasta que gimas de placer y grites mi nombre-Acaricio su pelo, su tacto en medio de esta pocilga era como un oasis en medio de un enorme desierto de mierda. Y bebería de ella hasta saciarme, vaya que sí. 

Sonrío nuevamente, y dejo que me cuente acerca de ese aparato que le han dado. MMmm... cuatro figuras humanas... No parecía tener ningún puto sentido, aunque seguro que lo tendría, uno retorcido y rebuscado hasta la locura. 

-Quizá esas figuras representan a cuatro de nosotros... pero no se me ocurre por qué. ¿Seremos tú y yo alguna de esas figuras? ¿Se apagarán si morimos?.-Me encojo de hombros, cualquier teoría sería igual de loca que la verdadera explicación, supongo que habría esperar para ver si alguna de esas figuras se apagaba, o cambiaba de color, o algo.

Kyle... ¿Crees que es cierto?... 

-Creo que si no nos ha matado ya, es por que podemos salir de aquí con vida. A mi también me encantaría que esto fuera la MTV y que todos estos chiflados fueran actores... pero joder... se merecerían un Oscar entonces, y Matt, el yonki ese, puedo asegurarte que estaba enmonado de verdad. Pero bueno... no tengas miedo, ¿hasta ahora siempre te has salido con la tuya, no?-Sonrío, y la mano que tenía en su muslo se desliza hasta colocarse sobre su mano.-Saldremos de aquí, ya verás. Creo que ni siquiera ese loco sabe con quien se ha metido, al final será él quien te suplique que lo dejes en paz... jajajaja.

Le toco la punta de la nariz con un gesto cariñoso, la situación desde luego nos superaba a todos, pero Charlotte era una chica lista, si ese maníaco la subestimaba se llevaría una sorpresa.

-Quería decirte algo más, sin que suene muy moña...-Me encojo de hombros, nunca se me dieron demasiado bien estas cosas, y ella lo sabe, siempre se me dio mejor la acción que las palabras.-No se bien como decirlo, joder, las baladas románticas siempre las escribía el bajista del grupo... oh mierda... no vayas a twitear eso... -Me rasco la cabeza de forma inocente.-en fin... era solo, que hasta que pasó lo de la viagra, los tweets y toda esa mierda, esa noche lo estaba pasando genial contigo.

Me siento desprotegido por un instante, como si hubiera bajado la guardia en una pelea, y ahora solo quedaba recibir un buen golpe.

Cuando se me acerca, apoyando la mano en mi muslo y acariciando mi pelo, mi sonrisa triunfal vuelve a mí mientras recupero la seguridad en mí misma que perdí cuando se alejó sin besarme. Intentaba hacerse el duro, pero todo sigue bajo control. 

Frunzo el ceño al escuchar sus dudas sobre mi aparato. - La verdad es que me he estado preguntando lo mismo, pero no tengo ni idea, podría ser cualquier cosa. Sólo espero no tener que morir para comprobarlo. ¿Y a qué se referiría con hacer lo correcto? Yo ya no entiendo nada... 

Después me consuela y aunque al principio recibo sus palabras con un cierto escepticismo, lo cierto es que consigue hacerme sentir mejor. Empiezo a mirarlo con otros ojos viendo esta nueva faceta tierna que no me había mostrado antes, y cuando me toca la nariz con el dedo una sonrisa espontánea se dibuja en mis labios con naturalidad. Aprieto un poco su mano con los dedos cuando termina de hacer su confesión y no puedo negar que me encanta esa expresión de indefensión que puede verse en su cara cuando se calla. Todas mis defensas se van a pique en ese momento. Sería tan fácil destrozarlo ahora diciendo alguna cosa hiriente... Pero la verdad es que sentirlo cerca en este lugar terrible debe estar ablandándome, porque no quiero ni pensar en la idea de alejarlo de mí ahora. - Yo también me lo estaba pasando genial contigo esa noche, Kyle. - Confieso, mientras mis mejillas se ruborizan levemente. - Y tengo que pedirte disculpas. Tenías razón, lo hice por mi orgullo herido. No podía soportar la idea de que tu amiguito feliz no se alegrase de verme, así que me vengué poniéndote en ridículo. Espero que algún día puedas perdonarme.

Bajo la mirada unos segundos, incrédula por lo que acabo de decir. ¿Cómo lo ha hecho para atravesar así todas mis barreras? Carraspeo antes de volver a hablar, colocándome de nuevo una máscara de frialdad. - Pero ni sueñes con que reconozca esto fuera de aquí, eso tenlo claro.

Sonrío ante las palabras de Charlotte, y me quedo mirándola unos instantes sin saber muy bien que decir.

-No esperaba que lo reconocieras... ¿sabes?-Le digo acariciando su mejilla con el dorso de mi mano, con delicadeza, como si estuviera pasando los dedos por encima de un pequeño tesoro.-Cuando llevamos tanto tiempo actuando de una forma, se convierte en nuestra forma de sobrevivir, interpretamos un papel y lo convertimos en nuestra armadura, pensando que así nadie podrá herirnos nunca más... ¡Ehh, soy Kyle, el super macho! Ya sabes...

Mi mano baja acariciando su cuello, y mis ojos se pasean por sus labios, deseando zambullirme de lleno en ellos aunque me ahogara.

-Pero a veces llega alguien... que desestabiliza todo tu mundo. Si hubieras sido otra, simplemente te hubiera largado diciéndote que estaba demasiado cansado... pero a ti no quería decepcionarte, es por eso que me levanté y me puse a buscar la viagra... aunque no esperaba que me siguieras.

Mis labios se curvan dibujando una sonrisa inocente, y mis ojos buscan los suyos con complicidad.

-Lo que quiero decirte... es que si no dejamos esa armadura, esas apariencias... nunca nos querrán por ser quienes somos realmente. Claro... que puedes equivocarte, y pasarlo mal, pero creo que por tí me equivocaría un millón de veces si eso significa que al final acabes volviendo a mi.

Me acerco a sus labios, tomando su mejilla con mi mano derecha, y cuando estoy apunto de comerle la boca, giro su cabecita con delicadeza y planto el beso en uno de los hoyuelitos que se le formaban junto a la boca.

-Por cierto... creo que se lo que significa tu aparato. ¿Muestra cuatro figuras, no?. Y ese loco dice que tiene esbirros entre nosotros, que son los únicos que pueden salir de sus habitaciones por la noche, y son también los que mataron a Kim.

Creo que esas cuatro figuras representan a cuatro aliados de ese loco... no se que les habrá prometido para que le ayuden, yo lo habría mandado a la mierda. Creo que las figuras dejarán de estar iluminadas cuando descubramos quienes son... a eso se refiere con hacer lo correcto. ¿Tiene sentido, no?

Lo escucho totalmente sorprendida, no sólo de su dulzura, sino también de sus palabras, y una sonrisa sincera se esboza en mis labios mientras mi pose de autosuficiencia desaparece poco a poco. Su caricia sobre mi mejilla y mi cuello provoca un dulce cosquilleo que me ayuda a olvidarme de la situación en la que estamos durante algunos instantes. Cuando se acerca para besarme, alzo un poco la barbilla para recibir sus labios con los míos, pero... Vuelve a hacérmelo de nuevo y los esquiva para besarme la mejilla.

Sin embargo, la ternura que me provoca ahora mismo me tiene confundida, yo no estoy acostumbrada a sentir por los demás nada más allá de lo necesario para utilizarlos como herramientas, y por algún extraño motivo no me molesta que me haya dejado con la miel en los labios por segunda vez consecutiva. Llevo mi mano a la mejilla, al punto que ha acariciado con sus labios hace un instante y me quedo pensando en lo que ha dicho. Es tan grande que me cuesta reaccionar a sus siguientes palabras, pero poco a poco calan en mi mente y alzo la mirada, con los ojos brillantes y esperanzados, apartando durante unos minutos la ternura, esperando poder volver a ella después.

- ¡Joder, Kyle! Eso tiene mucho sentido. Cuatro figuras y comprobar si estamos haciendo lo correcto... Pero eso quiere decir que tiene cuatro secuaces, ¿no? Son un montón, si sólo podemos votar a uno cada día, eso quiere decir que vamos a estar aquí al menos cuatro días... - Medito unos instantes sus palabras y luego me encojo de hombros haciendo una pequeña mueca con la boca. - Quizá les ha prometido dejarlos salir intactos si le ayudan. Yo no sé si rechazaría ese trato, la verdad. Y si son tantos... Vamos a tener que ser muy cuidadosos. ¿Crees que debería hablarle de mi aparato a Ziba? ¿Confías en ella?

Mi rostro se torno serio ante las últimas palabras de Charlotte, la preocupación se hace latente en mis ojos pero al mismo tiempo brilla con fuerza la convicción para poder salir de aquí con vida. Aún hay esperanza, pequeña, para los dos...

-Empiezo a dudar sobre Ziba, la verdad-Suspiro lenta y profundamente, buscando con rapidez los ojos de Charlotte, el único sitio donde notaba que todo podía estar bien.

-Parece buena tía y todo eso... pero joder, ¿quizá demasiado, no?. Puede que sea su forma de pasar desapercibida, o quizá no sea mala persona, pero... ¿tenía hijos no? Quizá para salir de aquí ha podido aceptar algún tipo de acuerdo con ese loco... -Ufff... tampoco podría culparla... joder... Eran las vidas de unos desconocidos frente a la oportunidad de salvar su propia vida y reunirse con la gente a la que amaba. ¿Hubiera aceptado yo algo parecido?...

-Como bien dices cuatro secuaces son un montón-Sonrío al repetir sus palabras-por eso creo que a los demás nos ha dado herramientas para que podamos desenmascararlos. Ziba no tiene nada, y eso ya es sospechoso... aunque quizá no le diera herramientas a todo el mundo...

Pero lo más mosqueante de todo es que decidiera cambiar a última hora su voto para el gordito, si hubiera votado a Arthur no habría habido empate en las votaciones, lo que me hace pensar... ¿Quizá Ziba y Arthur están juntos en esto?-Si lo estaban era lógico que no hubiera querido votar por uno de sus compinches, aunque nos hubiera dicho que iba a hacerlo para ganar tiempo. ¿Me habré equivocado con ella?... Después de todo el gordito había acabado muriendo, aunque quizá era casualidad.

-No confío del todo en ella, pero creo que lo mejor es que nos ganemos su amistad. Si está con "los malos" quizá sea buena idea que piense que a través de los móviles puede obtener información útil y utilizarnos. Mientras seamos valiosos no irán a por nosotros durante la noche... ¿verdad?...

Si Ziba era uno de los secuaces, quizá podíamos ganárnosla para conseguir sobrevivir el tiempo suficiente, ella trataría de manipularnos con sus "lo siento" y sus lloriqueos, pero joder... aunque confiar en ella hubiera sido un error, si eramos lo suficientemente listos aún podríamos usarlo en nuestro beneficio.

-Debes decirle algo para que confíe en ti, pero no le digas que es lo que te ha dado realmente, puedes inventarte algo, di que te ha dado una llave y que te dijo que pronto sabrías donde tenías que utilizarla, o algo así... lo que sea...

Guardo silencio durante un instante, observando los rasgos de Charlotte, ella era una chica lista, y el destino había querido darme como mejor aliada a alguien a quien tiempo atrás había considerado mi enemiga, aunque nunca había podido odiarla, a pesar de todo...

Una de mis manos se desliza hasta su cintura y me acerco hasta colocarme nuevamente cerca de su cara, con sus labios tan cerca que casi podía saborearlos, no quería... ni podría dejarla de nuevo con la miel en los labios, deseaba sus labios, su piel, con cada una de las veces que me había acercado para tentarla, se habían alimentado mis ganas de probarla...

-Que nos hayan metido aquí es una mierda... pero, me gustaría llevarme algo bueno...

Toma su cara con una de mis manos con delicadeza, y me acerco para besar sus labios, ella podía retirarse si lo deseaba, yo no lo haría, necesitaba saber que algo de esto tenía sentido, necesitaba creer en las segundas oportunidades, en que podemos cambiar el curso de nuestras historias... Sus labios, solo necesito eso.

Escucho todas sus dudas sobre Ziba frunciendo levemente el ceño y asintiendo en algunas ocasiones. - La verdad es que lo de su cambio de voto repentino a mí también me mosqueó... No le costaba nada avisarnos de que iba a hacerlo y probablemente habríamos votado con ella, ¿por qué ocultárnoslo? ¿Para que sospechen de nosotros por votar juntos? No sé... No me ha gustado nada ese detalle. Y también he notado que parece demasiado buena persona. Pero luego a la hora de la verdad votó por el mismo chico al que arruinó la vida... ¿Crees que es una pose?

Arrugo la nariz cuando propone que me invente algo y mientras termina de hablar voy pensando en ello, hasta que le dedico una pequeña sonrisa divertida. - Creo que ya sé qué le voy a decir. Y quizá me sirva para que no vayan a por mí si ella es de los malos...

Entonces, antes de que termine de hablar, su mano se desliza por mi cintura y me atrae hacia él. No puedo evitar contener la respiración, preguntándome si va a repetirlo otra vez o esta será la de verdad. - A la tercera va la vencida... - Pienso, mientras estiro el brazo para acariciar su hombro hasta llegar a la nuca. 

Recibo sus labios con una pequeña sonrisa triunfal. Pero en cuanto rozan los míos, la sonrisa se desdibuja en un suspiro cuando dejo de contener la respiración. La verdad es que no imaginaba cuánto deseaba esto después de que jugase conmigo en las dos ocasiones anteriores. El primer contacto es dulce y suave, simplemente deslizo mis labios sobre los suyos, rozándolos apenas durante varios segundos. Pero en cuanto mis dedos se enredan entre sus cabellos, el beso se vuelve más húmedo y mis labios más exigentes. 

Cuando nos separamos tras un tiempo que no sabría precisar, me brillan los ojos y mi respiración está levemente alterada. - Ahora recuerdo por qué me fui contigo aquella noche. - Digo en un susurro, poniéndome de puntillas para darle un beso suave en el cuello y descender mis labios hasta su hombro.

- Por cierto, las luces del aparato siguen igual, así que ni Kim, ni Nick, ni Alfred debían ser secuaces del pirado. - Informo, frunciendo un poco el ceño, todavía con los labios pegados a su piel, empezando a subir de nuevo, deslizándolos,  hacia los suyos. - Te avisaré si en algún momento algo cambia. ¿De quién más sospechas? - Llego a la comisura de sus labios de nuevo, pero no los toco todavía.

- Oye, Kyle... - Empiezo entonces, un poco dubitativa, sabiendo que voy a tocar un tema espinoso, pero queriendo aclararlo antes de continuar. - ¿Qué le hiciste a esa chica morena?

Acaricio la cara de Charlotte y sonrío, era una chica muy lista, lo de la llave había sido un golpe maestro, en caso de que Ziba fuera de los malos, se aseguraba que se lo pensaran dos veces antes de ir a por ella, y en cualquier caso, había ocultado la herramienta que tenía en realidad. Eres buena, pequeña.

Te avisaré si en algún momento algo cambia. ¿De quién más sospechas?. Guardo silencio durante un instante, pensando, había varios tipos que no me daban buena espina, Arthur era el que más me inquietaba, pero Hugh tampoco me transmitía buenas sensaciones, con esa sonrisa hipócrita y siempre tratando de estar en segundo plano... También estaba ese "CJ", parecía un tío muy listo, hablaba con propiedad y la gente parecía siempre convencida por sus argumentos... aunque lo cierto es que era difícil tomar una decisión a ciegas. Una ruleta rusa... eso era.

-Por ahora Arthur está el primero en mi lista, y ese Hugh tampoco me gusta demasiado. Además de Ziba... claro... Dime una cosa-Digo recordando las últimas palabras de ese "CJ"-Ese muchacho, Joseph, ¿era realmente de "los malos" (si volvía a escuchar la palabra "secuaz", me volvería loco") o no?

Después me regalo unos instantes para disfrutar de Charlotte, de sus besos, sus miradas, de su mano en mi pelo, aunque entonces me pregunta por Jaqueline, lo que me hace que me ponga serio y baje un instante la mirada, aunque rápidamente vuelvo a buscar su mirada con la intención de ser totalmente sincero, -los ojos no mienten-, aunque dudo que le guste demasiado lo que está apunto de escuchar.

-Se llama Jaqueline, la conocí una noche en una fiesta, aunque tampoco recuerdo demasiado, llevaba una borrachera épica... recuerdo a flashes... -Me rasco la cabeza, dubitativo, había pensando muchas veces en esa noche, y al final tampoco había sacado demasiado en claro-...estaba allí tomando algo, y había tres guarras intentando llevarme a la cama, como buitres buscando un poquito de fama... recuerdo que al final estaba ella, callada, con la mirada perdida... no era la más guapa de la fiesta, pero tenía algo... no se... intrigante...

Recuerdo acercarme a ella, estuvimos charlando -aunque no es que ella hablara demasiado-, y tomando algo, ella no era como las demás, era rara de cojones... pero tenía un morbo especial, como un cofre cerrado que sabes que esconde algún secreto... 

Le dije de subir a la suite, ella se acercó y me susurró algo en el oído, no se que me dijo, quizá ni siquiera llegué a escucharlo, pero recuerdo lo que le dije yo: ¿Al menos me aceptarás una última copa?. Asintió con la cabeza, y joder... le puse algo de droga en la copa, no tengo ni puta idea de por que lo hice, quizá pensé que así se animaría o se vendría arriba, vete a saber...

Lo último que recuerdo es estar follándome a Jaqueline, estaba drogada, adormilada, pero yo estaba de subidón, me daba igual todo... joder... por la mañana ya se había pirado, hablé con mi abogado y le dije que si denunciaba asumiría todo, aunque tuviera que pagarle un pastón, pero no volví a saber nada de ella... ni si quiera recordaba como se llamaba hasta que la he vuelto a ver...

Retiro mi mano del cuerpo de Charlotte, como si temiera que el roce con mi piel ya no le sería agradable, nunca más había vuelto a hacer nada parecido, desde luego esa puta fiesta se me fue de las manos, y durante mucho tiempo pensé que me traería consecuencias malas... el tiempo fue pasando, y parece que la consecuencia es toda esta locura... hubiera esperado una demanda, un hijo no deseado, o vete a saber... ¿pero estar atrapado en esta mierda sádica? Esto era demasiado... Las personas cometíamos errores, y creo que debían ser castigados con justicia, no con crueldad.

-Esa es toda la historia, y ya no puedo hacer nada para remediarlo. Lo menos que podía hacer era ser sincero contigo.

Agacho la cabeza y guardo silencio, decir la verdad quizá supusiera alejar a Charlotte de mi lado, pero era mejor eso que vivir una mentira, al menos había aprendido esa lección con el tiempo.

En cuanto veo su actitud ante mi pregunta me doy cuenta de que la respuesta no me va a gustar. Así que me preparo mentalmente para escuchar sin juzgar, pues no soy nadie para hacerlo. Al fin y al cabo yo también he cometido errores.

No aparto la mirada de la suya en ningún momento, aunque no puedo evitar fruncir el ceño y hacer una mueca cuando llega a la peor parte. - Joder, pobre chica... - Pienso mientras termina.

Retira entonces su mano y parpadeo, dudando durante unos instantes. Finalmente la busco con la mía y tiro un poco de él para que se siente a mi lado en la cama sin soltarlo. Hago una pausa, buscando las palabras, pues no quiero herirlo, pero joder... Vaya historia. Finalmente, busco de nuevo sus ojos antes de hablar, mientras acaricio suavemente el dorso de su mano con las yemas de mis dedos. - Kyle... Ya está. - Empiezo con voz suave. - Ya pasó. No voy a juzgarte por lo que hiciste. Al fin y al cabo, yo también te jodí a ti y me has perdonado. - Hago una pausa entonces, arrugando un poco la nariz antes de continuar. - Pero quizá deberías pedirle disculpas a esa chica. Si no es por ella, para sentirte mejor tú mismo. Piénsalo. Yo te apoyaré lo hagas o no. Todos cometemos errores y el tuyo no ha sido tan grave como el de otros de los que están ahí fuera... - Tiro de su mano para acercarlo a mí y abrazarlo. Quiero demostrarle que voy a estar ahí para él sea como sea y no se me ocurre una forma mejor.

Acaricio entonces su cabeza, sintiéndolo cerca de mí en el abrazo. - Gracias por contarme la verdad. - Le digo entonces en voz baja, sin dejar de abrazarlo. - Ha debido costarte una barbaridad contarme esa historia... - Antes de soltarlo dejo varios besos suaves sobre su cuello, llenos de ternura. Y mientras me separo de él, acaricio despacio su mejilla, esforzándome por dedicarle una sonrisa.

- Bueno, y siento cortar este momento moñas, pero tengo algo que contarte... - Comienzo, intentando hablar en un tono más firme y animado, tratando de que deje de pensar en lo que hizo, con este cambio de tema. Lo miro entrecerrando un poco los ojos y sonriendo de medio lado, para darle un poco de expectación al asunto. - Lo que tanto esperábamos... Ha sucedido. Una de las figuras de la pantalla se ha apagado. Ha sido después de la muerte de Joseph así que si no nos equivocamos, y creo que no lo hacemos, podemos confirmar que era uno de los malos. - No puedo evitar acentuar mi sonrisa al utilizar la expresión que usó él mismo antes. 

- Supongo que eso confirma que la persona que lo ha matado es ese tal vengador que quiere ayudarnos, aunque no comprendo por qué lo hace así, siguiendo el juego del pirado en lugar de impedir más muertes innecesarias y decir directamente sus nombres para que podamos matarlos a todos. O va de farol y no sabe sus nombres... O está jugando con nosotros él también. O ella, al fin y al cabo la voz de la grabación era más aguda, ¿lo notaste? - Matizo, tras una pequeña pausa. - Pero en todo caso, esta vez ha acertado, sea casualidad o no. Y esa persona también sabía que eran cuatro. ¿Quién crees que pueda ser?

Dejo que medite durante unos segundos y me levanto de un salto para pasear de un lado a otro de la habitación, pensando en todas las personas que se encuentran con nosotros encerrados, analizando sus sospechas y todo lo que he ido observando en estos días. Finalmente, empiezo a hablar de nuevo. - Veamos. Estoy contigo, Arthur es bastante sospechoso. No sólo por lo que hablábamos ayer, es que además no me gustó nada cómo se justificó cuando le expliqué por qué le había votado... El tal CJ no me gusta nada, la verdad. Parece creerse dueño de alguna verdad absoluta o algo así, con esa mierda de actitud. Me pega como perfil de ayudante del psicópata, creyéndose mejor que nadie.

Hago entonces una pausa, torciendo el gesto al pensar en Corey. - Corey... Joder, me dan ganas de matar a ese tipo con mis propias manos cada vez que abre la puta boca. No sólo arruinó mi familia, es que todavía tiene la indecencia de insultarme cada vez que tiene ocasión. No entiendo por qué necesita atacarme así continuamente el muy bastardo, cuando yo ni siquiera lo he votado por muchas ganas que tuviese.

- Y sobre Hugh... creo que tienes razón, siempre está secundando las ideas de otros, no aporta nada propio salvo meterse con el farmacéutico ese. Que por cierto, se tiró como un día entero sin decir ni una palabra. Eso fue muy fuerte. No se despertó hasta que no murió el otro chaval. Tampoco tenemos que olvidar a la loca esa que dice ver fantasmas y que se puso a aplaudir cuando el chico murió. Eso fue definitivamente demasiado creepy para mí. Te juro que me morí del todo al verlo.

Me detengo de nuevo, dando una vuelta más sobre mis pasos, en la pequeña habitación, alzando un dedo hacia arriba. - Y quizá deberíamos pensar también en los que se mantienen silenciosos y apartados... Si yo fuera una de los malos... - Se me escapa de nuevo una sonrisa al decirlo así, como si fuéramos niños pequeños viendo una peli de polis y cacos. - Creo que intentaría mantenerme al margen, calladita y sin llamar la atención... ¿Quién está haciendo eso? Tenemos que intentar pensar como ellos para poder anticiparnos.

Finalmente dejo de pasear, me acerco a él y apoyo cada mano a uno de los lados de su cuerpo sobre la cama, acercando mi rostro al suyo y hablando muy cerca de sus labios, tentándole yo ahora con una pequeña sonrisa traviesa. - Vamos a salir de aquí como sea. ¿Me oyes, Kyle? - Clavo mis ojos en los suyos al pronunciar su nombre, con un cierto desafío juguetón en ellos.