Partida Rol por web

Sonrío tras escuchar sus palabras y saber que a pesar de todo me apoyaría, pongo mi mano sobre su mejilla, acariciándola con ternura, sin decir nada durante unos segundos. -Eres genial, Charlotte -Susurro rompiendo delicadamente el silencio. 

Cualquier otra me hubiera juzgado por lo que hice, me hubiera rechazado o se habría asustado, pero ella no, había sido totalmente sincero por primera vez en mucho tiempo, y la recompensa había sido que una chica maravillosa lo había aceptado, y a pesar de todo, parecía estar dispuesta a seguir adelante. De lo malo también puede salir algo bueno... ¿no es así?...

Ha debido costarte una barbarbaridad contarme esa historia... -Me ha costado mucho, pero más que por lo que hice, que estuvo fatal, sobre todo tenía miedo de decepcionarte... y que te alejaras de mi...

Tomo sus manos entre las mías, entrelazando los dedos... incluso rodeados de tanta muerte, podíamos encontrar algo que diera sentido a la vida... Me dejo envolver por su abrazo, por la calidez de sus besos en mi cuello, nuestras mejillas se rozan, y yo no la suelto durante un rato, como si no deseara que ese momento acabáse...

Después me cuenta lo de las figuras, y abro los ojos sorprendido... ¡Así que era cierto!... Ese Joseph era uno de ellos... 

-Bueno... pues uno menos, ¿no?. Espero que cuando las tres luces que faltan se apaguen podamos salir de aquí realmente... -Dudo un segundo, pensando si toda esta lucha no sería para nada... En las trampas de Kim y Alfred ese loco les había dado a entender que podrían librarse de ellas, pero realmente creo que no había forma de sobrevivir... ¿Y si estaba haciéndo lo mismo con todo este juego?... Darnos esperanzas para nada... ¿Es posible que fuera tan sádico?.

-Corey es un gilipoyas, pero no se, no me encaja demasiado con el perfil -Me encojo de hombros. Si es que había algún perfil.

-Con lo de Arthur creo que saldremos pronto de dudas, si resulta ser uno de los malos y Ziba lo había votado, creo que se nos aclararán mucho las cosas. 

Lo de CJ... ¿Escuchaste lo que dijo antes? Su teoría sobre que Joseph era un chivo expiatorio o algo así, y que los "secuaces"-Odio esa palabra, de verdad-querían engañarnos para crear confusión, para que pensemos que quedan tres cuando son realmente cuatro... ¿No se...? ¿Por qué pensar de esa forma?

¿Por qué cuando todo el mundo busca algo de esperanza... él simplemente defiende la opción más pesimista, tratando de desviar la atención sobre ese "vengador" y creando más caos si cabe...? CJ esconde algo, eso está claro... o es uno de los malos, o es ese que los caza, o puede que tenga una herramienta que le da algún tipo de información... 

Después de Arthur creo que deberíamos ir a por Hugh... y sobre la gente "calladita" que mencionas... hay alguien que me ha venido a la mente... Samantha, votó junto con Hugh para que muriera David, ese tipo calladito que apenas dice o hace nada...

Sobre Isa la loca, ni idea... claramente no hay "nadie al volante" en lo que a su cabeza se refiere, podríamos esperarnos cualquier cosa.-Vuelvo a encogerme de hombros. Arthur, Hugh... Samantha... tenía sentido... CJ... Habría que estar atento... debíamos decidir bien aunque prácticamente era cuestión de azar que acertásemos o no.

Vamos a salir de aquí como sea, ¿me oyes Kyle?. Sonrío.

-Lo conseguiremos juntos, pequeña.

La agarro por los hombros y la tumbo en la cama, como si fuera una muñequita manejable que podía mover con facilidad, pero al mismo tiempo tratándola como algo delicado que pudiera romperse. Me coloco encima de ella, arropándola con mi cuerpo.

Me inclino para besar sus labios, así podría sentirme fuera de aquí por un rato, en un lugar mejor, un lugar sin muertes, sin miedos... estar con ella me hacía olvidar lo malo, esta habitación... era el precio de la lujuría, pero también era el remanso de paz, un lugar para respirar un momento antes de volvernos a meter en el cieno... si Charlotte no estuviera aquí, todo sería más difícil... No dejaré que te pase nada malo... ya lo verás... 

No puedo evitar que se me escape una pequeña risita cuando me vuelca sobre la cama con esa facilidad. Lo miro con una sonrisa traviesa cuando se inclina sobre mí y cierro los ojos para recibir sus labios entre los míos, saboreándolos con cierta codicia.

Mi respiración empieza a alterarse mientras el beso se hace cada vez más húmedo y profundo y durante varios segundos pierdo la noción del tiempo, sintiendo su ternura envolverme. Dejo que mi mente se evada durante esos instantes y casi lo consigo, pero finalmente me separo de él con algunas dificultades, con el ceño fruncido por las preocupaciones que este lugar lleva consigo.

Suspiro antes de empezar a hablar, todavía tumbada junto a él. - Kyle, tengo miedo de que Arthur venga a por nosotros ahora. ¿Cómo ha podido escaparse así de las votaciones? Te diste cuenta de que hacía algo en el bolsillo justo antes de que se parasen los collares, ¿verdad? Creo que los detuvo él y eso me hace plantearme otra cosa... - Hago una pequeña pausa antes de continuar hablando, durante la que busco sus ojos para entrelazarlos con los míos. - ¿Piensas que Ziba accedió a votarlo porque sabía que sucedería esto, para ganarse nuestra confianza? Y Kyle... ¿Crees que Arthur tenía ese lo que fuese en las votaciones de ayer? O quizá lo encontró desde entonces... ¿Viste que rebuscó en el cadáver de Joseph? ¿Y si lo cogió de ahí? ¿Ziba quiso votarlo antes o después de que Arthur rebuscara en el cuerpo de Joseph? Quizá deberíamos pensar en revisar nosotros los cuerpos de los que mueran...  - Lo miro entonces, mordiéndome el labio inferior, llena de dudas. - ¿Crees que se me está yendo la olla? ¿O te suena medio lógico algo de todo esto?

- Por otra parte, ¿te has dado cuenta de que varios de los demás también sospechan de Hugh? Y CJ cada vez me da más mala espina. Si tuviera información y no tuviese intenciones ocultas... ¿Por qué intentar confundir sobre Joseph? Nosotros sabemos que era uno de los ayudantes del pirado, pero los demás no lo saben, y está intentando confundirlos con sus extrañas teorías pesimistas. Y creo que a partir de ahora deberíamos fijarnos en los que casi no hablan. Si no todos, seguro que alguno de los secuaces esos está intentando pasar desapercibido. 

Apoyo entonces la cabeza en su pecho y cierro los ojos durante un instante, sintiendo su calidez y escuchando el latido de su corazón. Pom pom... pom pom... De alguna manera ese sonido me resultaba reconfortante. - Tengo miedo, Kyle. Pero voy a luchar con todo para salir de aquí como sea. Tenemos que conseguirlo.

Acaricio el pelo de Charlotte, dejándo que sus cabellos se escurran entre mis dedos, el peso de su cabeza sobre mi pecho era agradable, su respiración, pausada... se acompasaba poco a poco con la mía, besé su frente con ternura y la arropé con uno de mis brazos, protegiéndola. 

-Yo también voy a luchar... por ti.-Le digo con una sonrisa.-No debemos tener miedo.

No podíamos dejar que el miedo nos derrotara, lo único que nos quedaba era luchar con todas nuestras fuerzas, con la cabeza bien alta, no eramos asesinos, no merecíamos estar aquí, habíamos cometido errores pero sin duda en este caso era mucho peor el remedio que la enfermedad... Al menos hemos podido sacar algo bueno de toda esta locura.

Ahora que los "malos" sabían lo de los teléfonos, puede que vinieran a por mi durante la noche... ¿cómo iba a defenderme entonces?... Dudo que les haga gracia el hecho de que estemos conspirando a través de los celulares, seguramente ahora nos verán como un peligro potencial, algo molesto con lo que acabar cuanto antes... No sabían si Charlotte podía tener alguna herramienta que la salvara, pero ahora sabían que yo no tendría nada más que estos teléfonos... Ahora soy vulnerable... Me muerdo el labio, tentado a compartir mis preocupaciones con ella, pero no... no quería preocuparla más aún. - Ya encontraré la forma de librarme-Repito mentalmente para infundirme optimismo.

-Iremos a por Arthur, si resulta ser culpable se aclararán muchas cosas, por ejemplo, sabremos que los "malos" también tienen herramientas para ayudarles... por que solo hay dos opciones, que el transmisor sea suyo, o que lo haya cogido del cuerpo de Joseph, que ya vimos que era uno de ellos, aunque quizá lo conocía y no era el transmisor lo que buscaba, sino otra cosa... En todo caso, si resulta ser inocente, si nos equivocamos... creo que se confirmará mi teoría de que no ha dado "cacharros" a sus ayudantes, para equilibrar las cosas... ¿Después de todo dice que es un juego, no? Un juego debe ser igualado...

Me encojo de hombros, ir a por Arthur era la opción más lógica, fuera inocente o no, su muerte nos confirmaría muchas cosas, y ciertamente, como persona se lo merecía, aunque por mi parte nunca cometería el error que estaba cometiendo el que nos había encerrado aquí, no juzgaría a nadie, nosotros no podíamos decidir sobre sus vidas ni jugar a ser Dios, lo único que nos quedaba era tratar de salvarnos...

-Después iremos a por ese Hugh, y después a por quien haga falta hasta que salgamos de aquí. ¿De acuerdo, pequeña?-Sonrío con confianza, y vuelvo a tocar su nariz con mi dedo índice, repitiendo el gesto que hice hace un rato y que le hizo sonreir. Vamos, podemos hacerlo.

-Aún es pronto para decirlo, pero al menos parece que no nos hemos equivocado con Ziba -Lo del destornillador era un detalle importante, como la propia Charlotte decía esos secuaces podían salir por las noches y conspirar entre ellos, no necesitarían móviles, o un destornillador... aunque quizá simplemente me aferraba a la idea de que no me había equivocado al escogerlas a Charlotte y a ella... quizá solo buscaba a la desesperada algo a lo que agarrarme, algo que me dijera que al menos por una parte estábamos haciéndo las cosas bien...-Al final incluso tendremos que disculparnos, por haberle mentido en lo de la "llave"... jajaja

Me río tratando de quitarle hierro al asunto, y después giro un poco la cabeza de Charlotte para robar un beso de sus labios. 

-¿Sabes? Siempre quise morir a los 27... como Kurt Kobain, como Hendrix y Morrison, live fast, die young... Ahora nada de eso tiene sentido para mí... 

Recuerdo por un instante las últimas palabras de ese chiflado: La salvación puede encontrarse incluso en los lugares más oscuros, y más sucios. A veces tenemos que ahogarnos en la porquería para ver la luz. Tenía razón.

-En mi vida he tenido muchas cosas, dinero, fiestas, mujeres... Pero aparte de mi música, no he hecho nada bueno... nada que valiera la pena... ¿Será cierto que rodeados de muerte, aprendemos a valorar la vida?...

¿Sabes la historia del astronauta?-Dije con voz pausada, como si estuviera contándole un cuento para dormir, volviendo a acariciar su pelo con suavidad.-Había un hombre que siempre había deseado ir al espacio, se esforzó toda su vida para lograrlo, a pesar de que formó una familia, nunca dejó de luchar por su sueño... hasta que lo consiguió.

Pudo viajar al espacio, pero allí su nave se averió, supo que jamás podría regresar a la tierra, y allí, supo que lo que realmente necesitaba para ser feliz era estar con su mujer y sus hijos, tuvo que viajar miles y miles de kilométros y llegar al espacio para darse cuenta que lo que necesitaba lo había tenido siempre cerca.

Sonrío una vez más, pasando mi mano por la mejilla de Charlotte.

-A veces no nos damos cuenta de las cosas que realmente importan en la vida, pero yo... ya lo tengo claro.-Clavo mis ojos en los suyos, a pesar de todo, era feliz, y deseaba poder salir de aquí y que pudiéramos ser felices juntos. -Tú eres lo que realmente importa...

Si algo me pasara... No. No quería pensar en ello. Disfrutar de esto era lo único que necesitaba... ese loco me había metido aquí, me había expuesto a que en cualquier momento pudieran acabar con mi vida, sin embargo no me había mentido... cuando desperté dijo que iba a darme un "regalo"... y lo ha hecho, ese regalo es Charlotte.

Con la cabeza sobre su pecho, sintiendo la calidez de su cuerpo en la mejilla y la ternura de sus caricias enredándose en mis cabellos, escucho sus palabras y todo parece un poco mejor. Sabía que Kyle tenía algo diferente desde que lo conocí, pero nunca habría imaginado toda esta dulzura bajo su fachada de tipo duro y de vuelta de todo.

No puedo evitar sonreír cuando me alza la barbilla para besarme y estiro el brazo para abrazarlo por el costado cuando vuelvo a apoyar la cabeza, frotando suavemente la mejilla contra su hombro. La suavidad con la que me cuenta la historia del astronauta me hace sentir cómoda, como si estuviese en casa y a salvo y casi puedo olvidar durante un instante la existencia de los malditos collares explosivos. Asiento levemente con la cabeza, aprovechando para acariciar su mejilla con la punta de la nariz. - No tendré miedo... Mientras te quedes conmigo. - Respondo disfrutando unos instantes más de la sensación de calidez que me provoca estar en sus brazos.

Suspiro y giro un poco sobre mí misma, apoyándome sobre el codo para poder mirarlo a la cara desde arriba, y mi sonrisa se intensifica mientras los problemas parecen diluirse y perder importancia. Frunzo un poco el ceño, cuando recuerdo algo que me preocupa y lo miro, de nuevo con una disculpa en los ojos. - Kyle, siento de verdad haber dicho lo de los teléfonos. Me daba miedo que la gente empezase a hacer caso a Arthur... Pero creo que no ha sido malo del todo, pienso que podemos sacar mucha información de las reacciones de la gente, ¿sabes? Creo que tenemos que fijarnos en los que intentan seguir acusándonos incluso así, Arthur, Hugh... Lo de Corey creo que es simplemente por deporte y seguir jodiéndome la vida...

Hago una pausa entonces, empezando a mover la mano de su costado, buscando alguna forma de colarla por dentro de su camiseta y poder sentir su piel, como un ancla que me impida perderme. Me esfuerzo por sonreírle mientras empiezo a acariciar descuidadamente su costado, sin ropa de por medio. - También creo que haberlo dicho en voz alta es una forma de protegernos. Si Arthur es uno de los secuaces del pirado, no irán a por nosotros, ya que si lo hicieran todos lo mirarían a él. Y si no lo es, tampoco irán a por nosotros. Perderían más de lo que ganarían, ya que mataríamos a Arthur por ellos. En cualquiera de los casos, creo que deberíamos haber bajado bastantes puestos en su lista al haber dicho eso en voz alta. Sí, podemos ponernos de acuerdo para votar, pero seguramente ellos también, y pensarán que sólo somos dos y que ellos son más, porque no saben lo de Ziba.

Busco sus ojos con los míos y al verme reflejada en ellos no puedo evitar preocuparme un poco por mi aspecto. Joder, si ese maldito mendigo no hubiera roto el lavabo, podría haberme lavado un poco. Arrugo la nariz pensando en que tengo una pinta horrible para una cita. Si es que se puede llamar así a esto. Sin embargo, a él no parece importarle lo más mínimo y, por extraño que me resulte, eso me tranquiliza un poco al respecto. - Hablando de Ziba... - Continúo, hilando desde donde lo dejé. - Yo también creo que está de nuestra parte. O eso quiero creer. Pero por si acaso, no le voy a contar la verdad todavía. Quizá está intentando ganarse nuestra confianza y es raro que teniendo el destornillador ese no lo haya usado hasta ahora. - Suspiro, mirándolo, sin dejar de acariciarlo suavemente. - Es demasiado difícil confiar en nadie aquí dentro. Menos mal que estás tú...

- Tenemos que librarnos de Arthur como sea, porque sea un secuaz o no, está claro que va a ir a por nosotros con todo lo que tenga. Le da igual si nos matan los malos o los... - ¿buenos? - Pienso sin estar muy convencida. - ¿menos malos? - Termino, encogiéndome de hombros.

Mi mirada se para en sus labios durante unos instantes, antes de volver a sus ojos y me muevo un poco, recolocándome para poder acercarme a su rostro, sin sacar la mano de su camiseta y quedándome a escasos milímetros de su boca. - Calculo que falta poco para que ese timbre suene y tengamos que separarnos. - Lo miro entonces fijamente a los ojos, con toda la intensidad que la incertidumbre continua de estar en este lugar me provoca. - Así que voy a besarte hasta que eso suceda, por si no podemos volver a hacerlo más.- Hago una pequeña pausa, dedicándole una sonrisa, anticipando lo que voy a hacer. - Ya que tenemos que vivir al límite, no perdamos el tiempo, Kyle, hagamos que cada segundo cuente. - Termino con un susurro cálido y sin decir nada más, acorto la distancia que me separa de sus labios, cerrando los ojos y dejándome llevar por las oleadas de sensaciones que me produce tenerlo a mi lado.

Empujo a Charlotte a la habitación en cuanto tengo la oportunidad, colocándola contra una de las paredes, de frente a mí, dejándo caer mi cuerpo sobre ella, como si no quisiera que escapáse, mis labios buscan los suyos con rapidez, con pasión, dejándo que su ternura me invada, buscándo su lengua con la mía para que se encuentren durante un rato, con mis manos acaricio su pelo mientras la beso, también sus mejillas... y termino con un par de besitos cariñosos, abriéndo los ojos para poder verla desde cerca.

-Te necesitaba...-Sonrío. Un día más a su lado era un regalo que no pensaba desperdiciar... disfrutaría cada minuto, cada segundo... por si no podemos volver a hacerlo más... como tú dices.

Tomo sus manos con las mías, y las beso, llevándolas hasta mi pecho para que pueda recorrerlo con ellas, después abrazo su cintura y vuelvo a perderme en sus labios, una vez más, estaría así hasta el infinito...

-No le des más vueltas a lo de los móviles... -Le digo acariciando su nariz con la punta de mi dedo, como para quitarle importancia.-No hay que arrepentirse de lo que uno hace, si no de lo que no hace. -Lo hecho, hecho está. Y si me mataban, habría una cosa de la que no me arrepentiría, de haberme acercado a Charlotte, del tiempo con ella... eso... hacía que todo valiera la pena.

-¿Que piensas de lo de Arthur? Sinceramente, creo que deberíamos darle un poco de margen, al menos así nos libraremos de su voto, siempre podemos ir a por él más tarde, sigo sin fiarme de ese tipo, pero sea un "secuaz" o no, creo que una tregua nos beneficia.

A menos que fuera un hijo de puta sin palabra, pero si decidía no votarnos públicamente y luego lo hacía se ganaría un montón de enemistades, a nadie le gustan los mentirosos, y mucho menos aquí dentro. Incluso en el caso de que fuera uno de los malos el hecho de que piense que lo vamos a dejar en paz por el momento también nos beneficiaría. 

-Cada vez estoy más seguro de lo de Hugh, no me preguntes por qué, pero ese tío me da mal rollo, creo que deberíamos ir a por él, y observar que es lo que hace Arthur, creo que así sacaremos muchas más cosas en claro.

La observo unos segundos en silencio, y sonrío al notar como se le fruncía el ceño mientras pensaba, me encantaban sus pequeños detalles, hasta ahora nunca me había parado a observarlos en nadie, y ahora... cada detalle nuevo que descubría en ella la hacía más preciosa... más encantadora. 

-Sabes que te apoyo con lo de Ziba, además... creo que decirle la verdad ahora sólo generaría más dudas, pensaría que la hemos engañado y quizá piense que la estamos manipulando. Déjalo estar...

Me encojo de hombros, la verdad no me gustaba mentirle a esa chica, pero contárselo haría más bien que mal, y todavía no podíamos estar completamente seguros de que su historia fuera cierta, aunque desde luego sonaba creíble, la pobre... abrir un agujero solo para encontrarse con el idiota de Corey... eso sí que era una desgracia.

Me quito el sombrero y se lo coloco sobre la cabeza, hasta ahora me había traído suerte, seguro que se la trae también a ella. 

-Wow... mira que guapa estás. Te queda mejor que a mí. -Sonrío, que a ella le quedara algo mejor que a mi era algo tremendamente sencillo.-¿Me lo cuidarás?

Me siento en la cama solo para quedarme mirándola como un idiota.

-¿Sabes?-Digo despreocupado-Este es el peor motel al que me han llevado nunca jajaja. El servicio de habitaciones es un desastre, no tiene mini-bar... y en el televisor ponen unas pelis malísimas. Pero bueno... va a ser verdad eso de que al final lo importante es la compañía.-Termino guiñándole el ojo.

-Ven aquí cariño-Digo indicándole un sitio junto a mí en la cama- hagamos que cada segundo cuente.

No puedo evitar una risita divertida cuando me empuja hacia la habitación. Parece impaciente y la verdad es que lo comprendo. La sirena llegó demasiado pronto la noche anterior, dejando nuestra conversación y nuestro encuentro a medias. Me aprieta contra la pared y recuerdo cómo comenzó todo, hace tan sólo tres días, pero parecen siglos... 

Me pierdo en sus labios y en su lengua, acariciándola despacio con la mía, llenándola de su sabor con una caricia húmeda. Mi respiración se empieza a alterar con el beso y con su susurro sonrío, buscando su mirada. - Yo también, Kyle. Me despierto cada día con la incertidumbre de si te habrá pasado algo y cuando te veo, y estás bien... 

Dejo la frase en el aire cuando coge mis manos y empiezo a recorrer su pecho con la punta de los dedos primero y dibujando sus músculos con toda la palma después, mientras se inclina de nuevo para besarme. No tardo demasiado en buscar el borde de su camiseta para meter las manos por dentro y continuar acariciándolo, sintiendo su piel bajo la mía. El calor que desprende me hace suspirar suavemente.

Por desgracia tenemos decisiones que tomar y el momento termina. Sonrío con ternura cuando me pone el sombrero en la cabeza y lo observo mientras se sienta en la cama. - Te lo cuidaré... Aunque si salgo ahora con él ahí fuera van a sospechar que hemos estado hablando en secreto. Más aún. - Matizo, con una risita mientras avanzo para sentarme a su lado, mirando hacia el suelo.

- Yo no confío en Arthur. Si tiene alguna forma para atacarnos, creo que la usará. Pero quizá tengas razón y nos venga bien que se confíe. Aceptemos su tregua por ahora... Al menos mientras esté Hugh aquí, ese hombre me da cada vez más mala espina. 

Me giro entonces, después de aceptar su propuesta, para buscar profundamente sus ojos con los míos. - Que cada segundo cuente... - Pienso mientras me acerco a él, buscando sus labios para enredarme en ellos de nuevo, dispuesta a aprovechar cada segundo que pueda tener a su lado.

Hugh había muerto, nuestro plan había salido a la perfección y sin embargo, no podía evitar sentirme como un conspirador, ese loco me había definido como un "comunicador" que utilizaba mi voz para llegar a la gente... ¿no estaba haciendo eso ahora? Tratando que los demás nos dejaran en paz a Charlotte y a mí y se votaran entre ellos. ¿Había cambiado algo?. Antes utilizaba mi carisma para mi propio beneficio, ahora, para seguir las reglas de ese enfermo.

-Dime que Hugh era uno de ellos... -Digo a Charlotte con cierta melancolía. Estábamos condenando a esta gente a ciegas, fuera culpable o no, no habría perdón para nuestras almas. ¿Pero que podíamos hacer?. ¡Él nos está obligando!. ¿Que culpa tiene la pistola?... La culpa siempre es de la mano que la empuña. Y yo no pensaba morir aquí... ni que muriera Charlotte.

-Al menos el capullo de Corey ahora me vota a mí. -Me encojo de hombros, había que buscar algo positivo. Ese tío era un grandisimo gilipoyas, pero por ahora parecía haber dejado en paz a Charlotte, así que podía hacer lo que quisiera.-Y parece que nos hemos ganado a Arthur, aunque habrá que vigilarlo de cerca. Creo que a partir de ahora las cosas se van a empezar a poner feas...

Tras la muerte de Hugh, los objetivos más evidentes éramos Charlotte, yo y ese CJ, siempre que no resultara ser uno de esos cabrones. Notaba una presión en el pecho, el cerco cada vez se estrechaba más pero no sólo en torno a esos secuaces, sino también en torno a nosotros, me costaba respirar, me daba miedo morir en esta mierda de sitio, pero también me daba miedo perderla a ella...

-Charlotte...-No encontraba las palabras apropiadas, quizá ni siquiera sabía cuales eran, un montón de sentimientos contradictorios se agolpaban dentro de mí, joder... siempre había pensado que la libertad era estar por ahí con un montón de tías, drogándome y haciéndo el rock n' rolla, pero ahora me doy cuenta que no había prisión más grande que esa.

Ahora soy libre... para ser yo mismo... Al menos moriré según mis reglas. - ... -Beso a Charlotte con ternura, siempre me había vanagloriado de no necesitar a nadie, de ser como el puto llanero solitario, sin embargo ahora la necesitaba a ella, y no me avergonzaba, cada momento a su lado había sido un regalo y una experiencia mucho mejor que cualquier fiesta con mujeres huecas.

La tumbo sobro la cama, y me coloco encima, levantando sus brazos y entrelazando sus manos con las mías, dejando expuesto su cuello, para besarlo, bajando por su pecho para después volver a subir y perderme en sus labios, dejando que su lengua jugara con la mía, notando su respiración agitada.

-¿Crees en las segundas oportunidades?

Sonrío.

Frunzo el ceño preocupada al escuchar sus palabras. - Dime que Hugh era uno de ellos...  - Niego con la cabeza, bajando la mirada y parpadeando rápidamente. - No lo era, Kyle, nos hemos equivocado con ese hombre, siguen encendidas las tres luces. No sé qué habría hecho de malo en su vida, pero... No era uno de los secuaces del monstruo que nos tiene aquí. - Mi voz suena afectada y alzo la mirada entonces, buscando consuelo en sus ojos antes de abrir la boca para seguir hablando.

Sus labios se encuentran entonces con los míos y me dejo llevar por nuestro beso y la calidez que me proporciona, dejando de pensar en todo lo que nos rodea y centrándome tan sólo en Kyle, en sus labios y en su lengua. Suspiro cuando me tumba en la cama y se coloca sobre mí para recorrerme con sus besos. Apartando de mi mente momentáneamente todo lo que queda fuera de la habitación, mi espalda se arquea de forma involuntaria cuando sus labios se acercan a mi pecho, tratando de sentirlo más cerca de mí, mientras mis dedos se enredan con fuerza en los suyos. - Sí, creo en ellas... - Susurro en su oído cuando sus labios se encuentran en mi cuello.

Cierro los ojos y me muerdo el labio inferior, sintiéndome a la vez expuesta con los brazos sujetos sobre la cabeza y completamente cómoda con él. Mi respiración vuelve a alterarse ligeramente, pero hay algo que no me deja relajarme por completo y no puedo evitar que mi mente vuelva a ello una y otra vez. Finalmente abro los ojos para aclararlo antes de continuar, y frunzo el ceño mientras busco sus ojos para escrutar lo más profundo de ellos mientras hablo, con la voz ligeramente más grave de lo habitual.

- Kyle, sabes que yo no te voté, ¿verdad? Dime que no estás dudando de mí, por favor, porque creo que alguien está intentando separarnos y han cambiado mi voto para ello... Y creo que no podría soportarlo.

Me siento en la cama junto a Charlotte, evitando el contacto por el momento, abro los ojos, y la observo, como despertando de un sueño. Joder... Charlotte... No iba a ser posible ignorar la situación, besarla y hacer como si nada hubiera pasado... no... esconderme no iba a evitar la realidad... había tenido miedo de morir, o de que ella muriera... pero esto me superaba... la posibilidad de que me hubiera traicionado y jugado conmigo todo este tiempo era algo superior a mi entendimiento.

-¿Dudar?... Claro que dudo Charlotte... dudo incluso de mí mismo.

Suspiro, buscando las palabras adecuadas... sus palabras... sus besos... ¿sería capaz de haberme mentido incluso en eso?

-Sería muy fácil pensar que estás con ellos, yo tenía los teléfonos... ¿pero tú?... Al principio me dijiste que no tenías nada... después me contaste acerca de ese aparato con luces... pero podría ser una invención... ¿no es cierto?. Puede que Joseph fuera uno de esos secuaces, y una vez que murió, quizá me revelaste su identidad para que confiara en tí, para que no dudara de que realmente tienes ese aparato.

Nunca votaste por Joseph, y del mismo modo podría pensar que tampoco has sido capaz de votar ahora por Hugh... mi teoría es que los secuaces... ¡no pueden votarse entre ellos!.

Miro a Charlotte buscando cualquier signo de debilidad, de duda... me había fijado en como bajó la mirada y como parpadeó varias veces antes de decirme que Hugh no era uno de ellos... ¿Dudaba?... ¿Mentía...?

-¿Tiene sentido, no? Sé que nos apoyaste con lo de Hugh, pero a la hora de la verdad, tu voto se esfumó... quizá no pensaste que tanta gente votaría a ese idiota, que los votos estarían mas repartidos... nunca puede controlarse todo... 

Una vez dicho esto, sólo queda saber con quien estás en todo esto... con Marion, CJ... o bien, con Corey... es retorcido, pero vuestras discusiones podrían ser una simple tapadera fruto de una mente inteligente, como la tuya, Charlotte.

Suspiro, y guardo silencio durante unos instantes, dejando a Charlotte que lo asimilara, que uniera por ella misma las piezas del puzzle, aún quedaba la noche por delante, podría hablar, y muchos encontrarían mucho sentido en mi teoría, si después moría... no harían más que darme la razón.

-Podría creer eso... o podría creerte a tí. Podría creer que Hugh, alguien a quien ha votado practicamente TODO el mundo es realmente inocente... y podría creer que alguien ha cambiado tu voto. ¿Que posibilidades hay? Piénsalo objetivamente Charlotte... ¿Que historia tiene más sentido?...

Me levanto y miro a Charlotte de forma condescendiente, estaba furioso, decepcionado, confuso... Sólo podía hacer lo que estaba haciendo, ser sincero, jugar según mis reglas hasta el final.

-Puedes pedirme que confíe en tí, pero no me pidas que no dude... 

Levanto a Charlotte de la cama de forma brusca, acercándola a mi cuerpo, cogiendo su barbilla para obligarla a mirarme a los ojos.

-Inevitablemente creo que el destino va a ser el mismo, tengo la sensación de que voy a morir esta noche. -Mantengo su mirada unos segundos. -Sólo necesito saber que lo nuestro no ha sido una mentira, Charlotte... dímelo... dime que no has jugado conmigo... que lo sentías de verdad cuando me besabas... que tus abrazos no han sido una manipulación...

...yo... yo te quiero, Charlotte.

Bajo la cabeza, la necesitaba, había conseguido volverme loco, era un imbécil... pero no me importaba. No podía culparla por tratar de sobrevivir a cualquier precio, ni siquiera quería saber si estaba con esos secuaces o no... me importaba una mierda... únicamente quería saber que sus besos y sus palabras no habían sido un engaño.

Mis ojos se abren sorprendidos por cada una de sus palabras y una expresión primero incrédula y después dolida aparece en mi rostro mientras lo escucho hasta que termina. En varias ocasiones abro la boca para responder, pero el nudo que siento en el pecho me lo impide y finalmente me aparto de sus brazos, alejándome de Kyle y respirando profundamente antes de hablar.

Un intenso frío me recorre mientras todo lo que dice cala en mi mente. Realmente está dudando de mí y tengo que echar mano de toda mi fuerza de voluntad para no echarme a llorar. Intento decirme que solamente está frustrado por haberse equivocado por Hugh, que siempre pagamos la frustración con las personas más cercanas, pero sus palabras son cortantes como lanzas y me siento completamente superada. Finalmente me revisto de una máscara de superioridad como defensa, es lo único que me queda, mientras empiezo a arrepentirme de todas las veces que le dejé traspasar mis barreras en esta habitación. Nunca debí dejar que los sentimientos se impusieran, ni creerme sus bonitas palabras. 

Busco sus ojos con los míos cargados de frialdad y apoyo la espalda en la pared alejándome de él. - Nunca te dije que no tenía nada. - Cuando empiezo a hablar mi voz todavía suena dolida, pero poco a poco se va volviendo fría y distante. - Nunca. Dije que tenía algo pero no diría qué era delante de Ziba. Y en cuanto nos quedamos a solas te lo conté. - Respiro profundamente antes de seguir hablando, sin apartar mis ojos de los suyos. - Nunca voté por Joseph porque no desconfiaba de él. Igual que tú, Kyle. ¿Tengo que desconfiar de ti ahora por eso? Joder, metí el puto nombre de Hugh en ese ordenador en cuanto lo decidimos. ¿Realmente crees que si yo fuera una de ellos sería tan imbécil como para decirte que voy a votarlo y luego votar a otro? ¡¿A ti?! Antes de eso te habría dicho que prefería seguir votando a Arthur o cualquier otra cosa.

Mis ojos empiezan a humedecerse y tengo que detenerme para hacerme fuerte de nuevo antes de seguir hablando. - Mira, Kyle. Creo que me he equivocado contigo. Pensaba que éramos un equipo. Que confiábamos el uno en el otro. ¿Crees que yo habría dudado de ti si hubiera sido al revés? Porque te aseguro que no lo habría hecho. Habría pensado mal de cualquiera antes que de ti. Pero ya veo que las cosas no son como yo pensaba... 

De nuevo mi mirada se endurece y me cruzo de brazos, intentando darme calor a mí misma. - ¿Y todavía dices que me quieres? ¡Por favor! ¿De qué me sirve que lo digas si a la primera de cambio dudas de mí? Esas cosas no se dicen, Kyle, se demuestran... ¿Me preguntas con quién estoy en todo esto? Hace diez minutos habría respondido sin dudar que contigo. ¿Ahora? Supongo que estoy sola, igual que cuando desperté en este maldito lugar. Desde luego al hijo de puta que quería separarnos le ha salido de puta madre la jugada.

Me doy la vuelta, escondiendo el rostro en las manos. No quiero mirarlo, me siento completamente traicionada y no voy a poder mantenerme fuerte mucho tiempo más. - Déjame sola, Kyle, por favor. - Es lo último que digo, sin ser capaz de mirarlo de nuevo.

¿Que esperabas, Kyle? ¿Un "yo también te quiero"? Me quedo mirándola, incapaz de decir nada... Quería decirle que lo sentía, que la necesitaba a mi lado... quería abrazarla... quería borrar todo lo malo, salir de este lugar... 

-Tienes razón Charlotte... te has equivocado conmigo.

Sólo necesitaba escuchar que lo nuestro no había sido una mentira, escuchar de sus labios que conmigo había sido sincera, había sido un imbécil, y ahora estaba solo... tal como ella decía... como antes de empezar en este puto juego. 

Yo... yo no me he equivocado contigo, Charlotte. Cada segundo a su lado había valido la pena, quizá acababa de cometer el peor error de mi vida, hubiera sido tan fácil como decirle que no dudaba de ella, que iba a estar a su lado hasta el final... le había fallado, pero si no le hubiera sido sincero, me habría fallado a mi mismo.

Quizá sea mejor así... 

Toco la punta de la nariz de Charlotte una vez más, y después me doy la vuelta para marcharme para siempre, puede que estuviera con esos secuaces, o puede que no, pero detrás de todo eso, en mi interior, sentía que había dejado escapar a una chica maravillosa. Te voy a echar de menos. El orgullo no me permitía derramar ninguna lágrima, del mismo modo que no permitía detenerme, o mirar atrás una vez más.

-Nunca dejes de creer en las segundas oportunidades, Charlotte.-Dije cuando mi cuerpo ya abandonaba la habitación. Aunque una parte de mí siempre se quedaría aquí.

No puedo evitar alzar la mirada al notar que se mueve, para ver cómo abandona realmente la habitación. Supongo que en el fondo todavía seguía esperando que sucediese algo que lo arreglase todo. Cuando toca mi nariz tengo que morderme el interior de la mejilla para no echarme a llorar al pensar en lo que estamos perdiendo por culpa de algún desgraciado que estará frotándose las manos satisfecho. - Espera, Kyle. - Digo con la voz ronca mientras saco del bolsillo el teléfono que me había metido en él el primer día y se lo tiendo para devolvérselo. - Dáselo a alguien en quien confíes. 

Deseo decirle que no se vaya, que simplemente me abrace y se quede conmigo, pero ni el orgullo ni la duda que todavía veo en sus ojos me lo permiten. 

-¿Ya está? ¿Abandonas sin más?...

Niego con la cabeza... sabía que me rechazaría si me negaba a coger el teléfono, debía hacerle entender que quería que lo tuviera... aunque solo fuera por que conservara algo de mí.

-No lo hagas por mí si no quieres, hazlo por Ziba, o por ti misma. Yo os elegí cuando comenzó todo esto, confié en vosotras, entonces no tenía miedo a equivocarme y no lo tengo ahora, deseo que las dos podáis salir de aquí... sobre todo deseo que tú puedas hacerlo. No es mi estilo echarme atrás en mis decisiones, ya lo sabes, así que quédate el teléfono, o puedes tirarlo si quieres. 

Me permito un momento de debilidad y la miro a los ojos. 

-Te dije que no dejaría que te pasara nada, que te sacaría de aquí. Y voy a cumplir mi promesa. Cuidate mucho, Charlotte.

Me cuesta retirar mi mirada de la suya, me cuesta no rendirme y tratar de besarla... Si bastara con humillarme lo haría sin pensarlo, patalearía y lloraría como un crío para que me perdonara... pero sabía que ella no era ese tipo de mujer... Tendrás que irte de aquí sin mí, pequeña. Aún podía hacer algo bien, después de todo.