- Siempre he estado aquí, Samantha.- La mujer sonreía, y se mostraba sonriendo de lado, soltando un aire de arrogancia que parecía traspasar la propia pantalla.
Al ver a la mujer no puedo evitar un suspiro. Lo que me faltaba...
Estoy tentada de darme la vuelta y marcharme sin más, pero finalmente decido hablar.
- ¿Y qué te parece lo que estás viendo? - Pregunto.
- Siendo honesta... - La chica se tomó su tiempo para responder, como si no encontrara una respuesta clara. Aprovecha para beber de una botella de agua, que incluso a través del monitor se notaba que estaba fría.- Bastante aburrido.
- Es una pena que no seamos tu Gran Hermano. - Respondo, sarcástica. - ¿A quién salvarías, con el comodín del público?
- Es irónico que hables de salvación, en tu situación.- Responde, en el mismo tono que ella.
Una sonrisa maliciosa aparece entonces en mi rostro despacio. Eso sí hay que concedérselo.
- Parece que Matt era más que un jonkie. - Admito. - No esperaba que se diera cuenta tan fácilmente.
La mujer ríe al escuchar a la chica, sin añadir palabra alguna.
No me gusta la idea de hacer una petición a esa mujer, pero finalmente parece que no me quedará otra opción. Resoplo, resignada, antes de volver a hablar.
- ¿Está por ahí tu jefe? - Le pregunto con el mismo tono de quien habla con alguien que le resulta sólo ligeramente molesto.
Deja de reír lentamente, hasta guardar silencio nuevamente. Apoyó su codo en lo que parecía ser un escritorio frente a ella, y luego, apoyó su mentón en la palma de la mano. Su respuesta sonó cansada, saliendo junto con un suspiro.
- No. -
- Muy bien. - Asiento, antes de darme la vuelta para marcharme.
- Por cierto, ese vestido te hace gorda. Deberías cambiar de estilo. Si es que realmente es el vestido. - Añado luego por lo bajo.
La chica mantiene su sonrisa, ahora de lado, antes de volver a hablar.
- Creería que una amiga íntima de John no caería en comentarios tan... ridículos al verse amenazada. Pero bueno, si esa es tu manera de liberar tu frustración al saber que vas a morir... como sea, suerte Samantha, la necesitaras.- Finalizadas sus palabras, el monitor se apagó.
No puedo evitar sentirme más que satisfecha mientras abandono la habitación. Su forma de pronunciar íntima, aunque fuera una apreciación desencaminada, me dejaban claro que había dado donde dolía.
Que se joda.
Sin embargo, me fastidiaba no haber podido hablar con Puzzle. ¿John, se llamaba? Bien, con John. Quería explicarle que no iba a poner a prueba a Matt. Que consideraba que había demostrado más que de sobra que había aprendido la lección y el valor de la vida. Desde luego aquel chico había cambiado mucho en los días que llevábamos encerrados. Probablemente era el que más había evolucionado. Y ni siquiera había necesitado una prueba.
Una vez más, Puzzle estaba equivocado.
Con una sonrisa de suficiencia acudo al taller a probar suerte de nuevo. Espero poder hablar con Puzzle, pero lo cierto es que restregarle mis victorias a Amanda tampoco estaría nada mal.
- ¿Hola? - Digo al llegar, mirando a la cámara.
Una enorme sonrisa aparece en mi cara, y sobre un banco comienzo a dejar una a una despacio cada una de las herramientas y el teléfono. Luego levanto la mirada, alzando una ceja.
- Parece que hoy ha sido mi cumpleaños, y ni siquiera lo sabía. Mira cuántos regalitos me han traído mis amigos.
- ¿Crees que esas herramientas son tu salvación acaso? -
Me encojo de hombros, resuelta, sin perder la sonrisa.
- Más bien creo que son su perdición. - Respondo, animada. - Bueno, ¿tú cómo estás? ¿Te ha gustado la cara de sorpresa de Kyle al pensar que Matt era uno de los secuaces? - pregunto, y entonces cambio mi postura y mi tono para imitar sarcásticamente al rockero - "Esto ha tenido que ser alguien que tuviera acceso a la sangre."
- Eso no te lo negaré, Kyle siempre ha sido un idiota.- Suspira resignada, pensando en el ingenuo chico.
Motivo: Vigilancia
Tirada: 1d20
Resultado: 19
Con una sonrisa llena de malicia, miro a Amanda a la cara.
- Que empiece la función. - Le digo con voz calmada.