Partida Rol por web

NOCHE ♦ DOS

<<Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho.>>

Kyle intentó mover sin logro alguno el retrete, y Robinson, aunque sentía el dolor, ya podía mover libremente el brazo. Era curioso, nadie creía que aquel viejo pudiese ser más desagradable, pero con la extremidad en ese estado, ahora parecía realmente repulsivo.

Cuando la tarde llego, y cerda de ella el anochecer, tres nombres fueron revelados en la pantalla: Arthur, Hugh, y Robinson, quién extrañamente solo tenía dos votos, en lugar de tres como los primeros en salir nombrados, lo mismo que había sucedido al elegido de ayer

Robinson se paseaba, aún con su brazo malherido por las quemaduras, pensando en si tendría oportunidad de hacer algo, en caso de tener que buscar una llave, o pelear, o cualquier otra cosa. Si su vida se trataba de una competencia, sin duda su edad, el sindrome de abstinencia, y las heridas en su cuerpo serían una gran desventaja.

Arthur respiraba algo agitado, este era el segundo día que salía nombrado por la maquina, y por sus compañeros de encierro. Observaba a todos preocupado mientras rebuscaba entre sus ropas de forma frenética.

Hugh, quién era uno de los que menos había hablado, y de pocas participaciones, pero conflictivas, también observaba a todos lados, nervioso, sin saber que hacer.

Todos esperaban el mensaje el muñeco, todos esperaban que dijera lo que tenía que decir, algún mensaje basura de la falta de conciencia, de que ellos eran culpables, de que estas eran las consecuencias de sus actos, y demás chorradas del estilo, pero el mensaje nunca llego, no estaba presente, ¿qué era diferente en esta ocasión?

La verdad es que la desconfianza estaba tan sembrada en todos que apenas y hablaban, apenas se daban tiempo de reflexionar con el resto. Aún habían personas que no tenían interés en compartir su verdad.

La dama compasión brillaba por su ausencia en aquel lugar, al igual que la señora justicia. Quizá, y solo quizá, realmente se merecían algunos aquel encierro.

Aún con todo, las reglas eran claras, tres nombres fueron seleccionados, pero nadie tenía claro que era lo que sucedía, no habían llaves que buscar como el día de ayer, tampoco hubo mensaje del muñeco.

Los collares de los tres nombrados se iluminaron, y empezaron a parpadear, marcando la cuenta atrás, la ultima que escucho Nick antes de morir. La amenaza de tres muertes en un día se hizo presente.

Cuando la cuenta parecía llegar al final, los tres hombres echaron a llorar, a gritar, a arrojar insultos a medio mundo, y al lunático que les había llevado a su muerte... pero, finalmente... silencio.

Los tres se miraban, sin saber que sucedía, al menos uno de ellos tenía que morir, eso fue lo que les dijo el muñeco, sin embargo, nada había sucedido hoy. Vivían los mismos que ayer, salvo quienes cayeron ante sus pruebas esta mañana. El “¿Por qué nadie había caído?” Fue una pregunta más importante entonces que el alivio de que no hubiese ningún muerto, pues nadie allí confiaba en nadie, o eso parecía.

Tres nombres. Otra vez empate, aunque esta vez no estaba el que yo había elegido entre ellos. Respiro más tranquilo por un momento, pero dura poco. El nerviosismo se contagia entre los tres elegidos y me lo contagian irremediablemente a mí. Mi respiración se agita con la de ellos y lanzo miradas nerviosas a los tres. Cuál será esta vez?

Mi ojos se abren como platos cuando se accionan los tres collares a la vez con la cuenta atrás y lanzo un pequeño grito ahogado. Escucharles gritar e insultar termina por acabar con mi autocontrol, me pongo de cuclillas con las manos en la cabeza y grito con ellos, casi más fuerte que ellos, intentando que de esa forma no escuchar, aunque sin mucho éxito. Cierro los ojos con fuerza para evitar el fogonazo. 

Los segundos pasan y yo permanezco en mi posición. No quiero mirar, no quiero mirar... Tardo un poco en darme cuenta de que los gritos han cesado y de que no he oído ninguna explosión. Poco a poco abro los ojos y veo que los collares han acabado con la cuenta atrás y que todos ellos tienen la cabeza en la cabeza.

Me incorporo despacio. -Qué... Qué ha pasado?

No me sorprendo como antes al ver por sgunda vez mi nombre en aquella maquina y dirigo una mirada fulminante al mis tres votantes, mientras busco el aparataro por si acaso. Me encuentro nervioso esperando la prueba y revisando de reojo a mis ahora rivales. Si de nuevo volvia a ser una prueba fisica no tendria problema con ellos.

Aunque cualquier plan se desvanecio cuando noto que su collar parpadeaba, se apresuro a apretar el boton y esperar que el parpadeo termine. Pero cuando siguio miro primero con miedo, luego con ira a los que lo votaron sin escatimar esfuerzos los insulto a ellos y a sus madres hasta que el silencio reino. Habia funcionado al parecer...

Se empezo a tratar de sacar el collar mas nervioso de lo que se habia mostrado nunca. Alguien que me ayude a sacarme esto ordeno furioso.

Robinson movía su cabeza para todos lados, sus insultos eran de gran calibre intentando que le sacarán el collar. Con un brazo trata de forcejearlo pero no logra nada.

Derepente no pasa nada... Un alivio surge y guarda silencio.

Cuando la hora de las votaciones llega y veo que esta vez el ordenador muestra tres nombres, me siento asustada. Me aparto una vez más del medio, pegándome a una pared para no molestar, esperando lo peor.

Pero por más que los segundos pasan nada sucede, y de repente los tres collares comienzan a sonar. Los miro, horrorizada. ¿Esta vez iban a morir los tres? Busco a Robinson con la mirada. En ocasiones me había jodido, pero tampoco le deseaba algo así. Me tapo de nuevo los oídos y cierro los ojos... y nada. No sucede absolutamente nada.

Tras un tiempo los miro, confusa, sin saber cómo interpretar esto.

- ¿Esto... es bueno o malo? - pregunto a nadie en concreto, sin comprender - ¿Alguien tiene una explicación?

Nuevamente la pantalla se iluminó con tres nombres. Suspiré aliviado y agradecido al ver que esta vez el mío no se encontraba entre ellos. Sin embargo, estaba tenso, sabía de primera mano lo que se sentía en esa situación. Miré a Arthur, era la segunda vez que salía a la palestra.

Permanecí a la espera, igual que el resto, de la voz del sádico, pero los nervios iban en aumento y el silencio seguía inquebrantable hasta que inesperadamente, los collares de los tres seleccionados comenzaron a parpadear indicando la cuenta atrás. Cómo era posible? Se iba a cargar a los tres? Por qué? No podía salir de mi asombro.

-Pero qué cojones está pasando??!! -pregunto perplejo mirando al resto.

Los tres sentenciados gritaban histéricos, esto iba a ser una carnicería. Me tapé la boca con la mano e intenté tranquilizarme. Cuando intuí que los collares iban a estallar cerré los ojos esperando lo peor, pero de nuevo, el silencio. Los collares se apagaron y no pasó nada, aunque me mantuve unos minutos alerta, desconfiado de que algo nos sorprendiese cuando menos lo esperásemos.

Me encogí de hombros y negué con la cabeza mirando a Matt. -Parece ser... que no ha pasado nada, esta vez.

Luego Samantha hizo una observación, y esperé guardando silencio por si alguien podía tener alguna conjetura interesante que nos diera algo de luz en este asunto.

Asustado como un cerdo al matadero. Hugh estaba aferrado a su collar con las manos cuando este sonó. Forcejeando con el para quitárselo y no morir por culpa del resto. Pero unicamente consiguió sudar en exceso antes de que el "conteo" terminara y no... sucediera nada.

Instintivamente se alejo de los otros dos, como si pensara que si estaba cerca de alguno al explotar su collar también lo haría el suyo. No estaba tranquilo, ni mucho menos. No creía que eso fuera posible. Pero ademas tenia una duda en la mente. ¿Porque la mujer le había votado? Él no la conocía y no pensaba que tuvieran razones de votarle.

Clavo su mirada de miedo en ella como si esperara una respuesta.
Lo del mendigo lo entendía y lo de ese cabrón de David era evidente: Era o él que sabia su verdad o el propio David.

-O dios, perdóname...-Musitaba con las manos en la cabeza agarradas al pelo mientras sentía el peso de ese collar asesino.

Esperaba que les explotara la cabeza. Lo esperaba tanto que, en cuanto no sucedió, los nervios fueron mayores que los que me hubieran asaltado si de repente la habitación se hubiera teñido de sesos. No era normal. Cada día tenía que morir alguien, y si aquel no había pasado era porque existía alguna razón oculta. Intenté pensar rápido, y lo único que se me vino a la cabeza fue que aquellos tres tenían que estar implicados. Sino, ¿por qué les habría perdonado la vida? Los miré con desconfianza y di un paso hacia atrás, con cautela. 

- Tendríais que estar muertos -anuncié, cosa obvia-. No me gustaría parecer una insensible, pero tendríais que estarlo -vamos, era de cajón-. ¿Por qué no os ha matado? ¿Acaso estáis con él y por eso no ha querido acabar con vuestras vidas? 

Cuando los tres nombres aparecen en la pantalla trago saliva despacio, esperando que aparezca de nuevo el muñeco, o suene la voz del altavoz y haya alguna prueba para desempatar como el día anterior. Sin embargo, en lugar de eso, los tres collares empiezan a pitar a la vez. 

Durante un primer instante miro a los tres hombres, incrédula. - ¿Los va a matar a todos? Pero si el día anterior no era así... - No puedo creerme que las reglas hayan cambiado tan rápido de un día a otro y me aparto de ellos, intentando poner alguna pared entre mi cuerpo y los suyos. 

Mi mirada se dirige a Arthur que nos insulta a mí y a los otros que lo votamos, y siento miedo al ver su mirada. Rebusca algo en sus bolsillos, nervioso y cuando la cuenta está a punto de llegar a cero, me agacho, pegándome a la pared, cierro los ojos y me tapo los oídos esperando escuchar la explosión incluso a través de mis manos. 

Sin embargo, nada sucede y tan sólo me llega silencio. Espero un par de segundos más antes de abrir los ojos con temor, sin saber qué me voy a encontrar y no puedo evitar sorprenderme al ver que todos parecen estar bien. Poco a poco me incorporo de nuevo y me coloco la ropa mientras observo cómo el resto parecen igual de sorprendidos que yo. Salvo Arthur que parece aliviado. No me queda ninguna duda de que ha sido él quien lo ha detenido, y no puedo evitar preguntarme cómo lo ha hecho. 

Un poco mareada por la tensión me acerco a la caja de suministros y cojo una botella de agua de la que pego un largo trago. El silencio de casi todos me hace pensar que nadie tiene una respuesta a la pregunta que todos parecemos hacernos. "¿Qué ha pasado?"

Escucho a Ziba y finalmente, carraspeo, en un intento porque mi voz no salga demasiado temblorosa y hago un gesto hacia Arthur. - Creo que ha sido él... Que lo ha parado él.

Se giro alarmado al mencionar lo que esa pelirroja dijo.
-Yo no soy uno de ellos. No he echo nada. ¿Si fuera uno de esos cabrones te crees que estaría muerto de miedo?-Hablaba el miedo y nerviosismo.

Entonces una rubia le respondió.
-¿COMO?-Clavo la mirada en Arthur el que a estado en dos ocasiones en esa situación, esperando una respuesta por su parte, pero alejado, aun temeroso.

Robinson molesto por la indiferencia de los tipos que lo rodean se dedica a buscar entre toda la mierdade l retrete que diablos era lo que había ahí.

- Malditos mal nacidos, dejan a un pobre viejo hacer esto... Con dificultad debido a su brazo quemado introduce el brazo bueno en el retrete.

Parecia que nadie le asistiria con su collar hasta recibir una explicacion, asi que desistio. Los miro a todos primero a los que notaban que habia sido el causante de este linchamiento sin muertos y luego a los demas.

Si fui yo el causante, ojala lo recuerden. dijo mirando a Hugh y a Robinson. Respecto al como... dice metiendo una mano en su traje. Luego de unos segundos saca un pequeño aparato con una antena y un boton en el medio. Esto me ayudo bastante y como pensaba evito que la señal que podria trasmitir el loco, llegara a alguno de los tres collares. empezo a explicar.

No esperaba usarlo, pero bueno como ven la pareja esta determinada en estar unida y matarme. Aunque parece que soy el unico que nota aquel comportamiento particular. dijo mirando con odio a Charlotte. Pero su vista cambio rapidamente a Ziba Seguro que los tres estamos con él, por eso los tres juntos casi nos cagamos en los pantalones. comento molesto negando con la cabeza. Traten de pensar con un poco mas de logica y veran, al menos a un posible culpable en la pareja que tanto insiste conmigo.

Escucho las palabras de unos y otros, y finalmente la explicación llega. No puedo evitar levantar una ceja ante el razonamiento de Arthur.

- Entonces está diciendo que como ellos dos le han votado dos días alguno tiene que ser un secuaz. - digo en voz alta a modo de pregunta - Va a tener que explicarse mejor, porque no veo la relación entre una cosa y la otra. - pido - Ni tampoco veo por qué iba a dar nuestro captor ese aparato a alguien que no estuviese de su lado. - indico haciendo un gesto con la cabeza hacia lo que sostiene en la mano.

Cuando he dicho que el loco, me ha entregado esto? pregunto mirando a Sam con cuidado. Dime cuando he afirmado eso, porque puede que no hayas entendido bien mis palabras.

Sosteniendo el aparato lo coloco en una de las camas, con cuidado. Respecto a las razones por las que pienso que uno de la pareja es culpable. Todos hemos escuchado sus razones para votarme y como las he refutado sin mucho esfuerzo. Ambos permanecen juntos y al contrario de muchos de nosotros olvidaron sus diferencias...en menos de un dia. Si ninguno de ellos es un secuaz, creo que seria facil asumir que los verdaderos secuaces habria ido contra uno de ellos primero antes que contra el gordo violador. le explico a la abogada.

Revisas el retrete, donde notaste la caja que allí estaba. La tomas con dificultad, es inevitable que el dolor de tu brazo te permita hacer lo que quieras sin problema, por lo que apenas lo mueves. Estaba infectado, difícilmente podrías seguir moviéndote para mañana, y con unas heridas así, sería difícil cree que despertaras vivo.

Tomas la caja, con cuidado de no mancharl, y en ella encuentras una carta, y un pequeño aparato, con una salida similar a un puerto USB, :

"La salvación puede encontrarse incluso en los lugares más oscuros, y más sucios. A veces tenemos que ahogarnos en la porquería para ver la luz.

Los collares poseen una entrada para la ranura del aparato que venía con la carta. Búscalo en la parte trasera del collar. Una vez colocado, el collar se desactivara, y podrán retirarlo. ¿A quién le permitiran usarlo? Elijan con cuidado"

Entonces, te quedas allí, incrédulo. Tocas la parte trasera del collar, y encuentras la ranura.

¿Qué harás? ¿Usarla contigo? ¿O ofrecerle la inmunidad de votación a alguien?

Escucho las acusaciones de Arthur y no puedo evitar poner los ojos en blanco. - Si a eso lo llamas refutar tienes un problema, porque en lugar de disminuir mis sospechas las corroboraste con creces. - Me cruzo de brazos mirando al tipo con desconfianza. - No veo por qué a los secuaces les iba a importar que Kyle y yo votemos a la misma persona. Es más, si fueses inocente, sería mejor para ellos que lo hiciéramos y te matásemos. Ese argumento no tiene ni pies ni cabeza, es totalmente absurdo. Eso en primer lugar. -Hago una pausa antes de continuar echando un vistazo alrededor. - En segundo, no somos los únicos que han arreglado sus diferencias. Matt y Ziba también lo hicieron el primer día, por ponerte un ejemplo, que hay más.

Dirijo entonces una mirada de disculpa a Kyle antes de sacar un pequeño y rústico teléfono del bolsillo y enseñarlo. - Y para terminar, sí, nos hemos puesto de acuerdo para votarte. Pero no nos ha hecho falta salir de noche para ello. Lo hemos hecho con esto. Es un teléfono trucado para que sólo se pueda enviar mensajes de texto a través de él y sólo a determinado terminal. Kyle tiene uno y me dio este el primer día, me lo metió en el bolsillo cuando me tocó el culo. Con él hemos arreglado nuestras diferencias, y con él hemos compartido nuestras sospechas sobre ti. Así que deja de inventarte mentiras sobre nosotros, porque cada vez que abres la boca me convenzo más de que no nos estamos equivocando contigo.

Me golpeo con la palma el rostro y miro a la rubia con una cara de cansancio. Escuchas lo que acabas de decir?  "No veo por qué a los secuaces les iba a importar que Kyle y yo votemos a la misma persona. Es más, si fueses inocente, sería mejor para ellos que lo hiciéramos y te matásemos.". dijo imitando la voz de forma burlona. Estas son mas pruebas que soy inocente y ustedes en este supuesto caso son unos estupidos. dijo sentandose en la cama.

Matt y Ziba no votaron por la misma persona, asi que sabes donde meterte tu comparacion... comento negando lentamente la cabeza En el mismo lugar donde te metio el celular tu novio. aclaro por si acaso a la rubia densa.

El telefono ese no prueba que no son secuaces o que uno no este engañando al otro. dijo con simplesa y sin agregar nada mas. Ya le parecia que habia hablado mucho y debia dejar a los otros discutirle a la rubia.

- ¿Cómo que no pensabas utilizarlo? - Digo sorprendido - Acaso la gente muere por estos collares, tú tienes na forma de evitarlo ¿y no pensabas usarla? Por tu culpa a mierto gente, gente que podrías haber salvado, espero que tengas la conciencia tranquila... yo no la tendría.