Partida Rol por web

NOCHE ♦ TRES

<<Eso de haber de abismarse en la incertidumbre y desesperar de la verdad, es un triste y miserable refugio contra el error.>>

Confiar se hace sencillamente cada vez más difícil, sobre todo cuando todos nadan en un mar de dudas. Dudas que obligan a elegir, a decidir cual es la vida que debe de caer este supuesto atardecer, en el que la falta de señales del exterior hacen difícil distinguir si es realmente la caída del ocaso, el amanecer, o el anochecer, el que marcara el final de la vida para uno de los presentes.

Todos saben que la computadora en breve revelara los nombres de aquel que perecerá, por lo que se acercan a ver el nombre del elegido, del desdichado o desdichada cuya cruel muerte estaba próxima. Es sorpresivo para algunos que por primera vez en estos pocos días que llevan aquí la desconfianza de una mayoría se hiciera presente. El veredicto final: Hugh debía morir.

Abatido, el señalado por la maquina retrocede, quizás en un ultimo intento de compasión hacía aquellos compañeros suyos, para no lastimarles cuando el collar haga explosión. Todos pueden ver en su rostro el miedo de aquel hombre, cuyos actos que le trajeron a este lugar nadie conoció.

La voz del muñeco se hizo presente, para dar una ultima y letal despedida al hombre, con una corta frase que se escucho por los altoparlantes: “Fin del juego, Hugh”.

Ni siquiera un grito alcanzó a salir de la boca del asustado, y ahora muerto hombre, cuyo cuerpo reposaba inerte sobre el suelo, sin cabeza, tras la explosión. Cuerpo que solo pudieron ver una vez abrieron los ojos aquellos que taparon sus ojos con las manos para evitar observar la escena, y aquellos cuya vista recuperaron tras el fogonazo que produjo el actuar del collar que reposaba sobre sus hombros, collar que reposaba sobre los hombros de todos.

El juego era real, la amenaza y el peligro era real, y a cada hora que pasaba aquello quedaba más que claro.

Cuando una vez más se acerca el momento de las votaciones permanezco atenta. Si hubiese otro juego mortal aquel en el que tuvieron que buscar las llaves no quiero molestar. Sin embargo, por una vez la máquina muestra sólo un nombre, y me sorprende ver que es la persona a la que yo he votado. Mantengo la mirada alta. Parecía que hacía un mes desde la última vez que había escuchado hablar al hombre.

En cuanto la voz por los altavoces anuncia lo que va a pasar sí aparto los ojos y me tapo los oídos, a pesar de tener la sensación de que falta algo. No puedo evitar sentirlo como un momento de indefensión, pero supongo que todos estamos igual. A estas alturas ya debería estar acostumbrada, pero ver luego el resultado hace que tenga que contener una arcada.

- ¿Y los pitidos? - pregunto entonces a nadie en concreto, al darme cuenta de qué era lo que faltaba.

Me detengo un instante a observar el cuerpo inerte de Hugh. Espero que no nos hayamos equivocado... No éramos nadie para decidir sobre la vida de los demás, ¿pero que podíamos hacer?. Era jugar o morir, y yo no pensaba morir en esta cloaca... no sin antes dar un poco de guerra.

Me siento con la espalda apoyada contra una de las paredes, y comienzo a tamborilear con los dedos sobre mis rodillas, sólo para después comenzar a cantar una de mis canciones, de forma triste, desesperanzadora.

How long... how long will i slide... separate my side... i don't, i don't believe it's bad... slit my throat... it's all i ever. ¿Habrá algo al otro lado?... Corta mi garganta... es todo... 

La espera se hacía eterna, uno de nosotros moriría sin remedio de una forma ya harta conocida. Ya lo habíamos visto con anterioridad, y aunque era realmente desagradable era imposible de remediar. Pero por mucho que esta situación se repitiera no terminábamos de asimilar ¿pero quién podría acostumbrarse a ver muertos cuando cualquiera podía ser el siguiente? La respuesta a una pregunta tan macabra era obvia, la pérdida de nuestra humanidad era inminente. Los que tendrían suerte en salir con vida nunca serían los mismos eso desde luego.

Mi reacción ante los resultados era de sorpresa, por primera vez la votación fue casi unánime, siendo esta vez la víctima Hugh. Tenía tantos votos que no era necesario participar en alguna prueba contrarreloj para determinar quienes tendrían la suerte de contarlo. Y una vez salido un nombre, la explosión no tardó en llegar, el cuerpo sin cabeza del mencionado se desplomaba en el suelo sin ningún atisbo de vida en él.

Las sorpresas no llegan solas, y esta vez no era la excepción, era la primera vez que alguien me votaba, pese a que tengo ganas de pedir, incluso de exigir, una explicación reniego de ese sentimiento. Tarde o temprano tenía que pasar, y aunque no fuera agradable ser el blanco de alguien era cuestión de tiempo que pasara. De todas formas ahora mismo me llama la atención otra cosa pero tampoco hago mención sobre ello, esta vez prefiero quedarme callado y acabarme la botella de agua para paliar mi interminable sed. La tensión que sufríamos constantemente era agotadora.

Cuando el nombre del elegido por la mayoría parpadea en el monitor suspiro aliviada de forma egoísta por no ser yo. Sin embargo, mientras la situación que ya conocemos se repite, yo me quedo mirando el monitor mientras muestra la lista de nuestros votos con la boca abierta al ver mi nombre detrás del de Kyle. 

El fogonazo me pilla por sorpresa y me tapo los oídos demasiado tarde para que el estruendo de la explosión no me afecte. Cuando por fin termina, me giro, esforzándome todo lo que puedo por no mirar el cuerpo del hombre en el suelo, sin cabeza... Y me acerco a Kyle con los ojos muy abiertos y negando con la cabeza.  - Algo ha pasado con mi voto. Yo voté a Hugh, no a ti. 

De inmediato mi mirada se dirige hacia Corey y levanto un dedo acusador hacia él. - ¡Has tenido que ser tú, bastardo! ¿Has cambiado mi voto con algún chisme extraño? ¿Es que nunca vas a dejar de joderme la vida?

Cuando la pantalla nos muestra las votaciones realizadas, no digo nada. Me guardo mi opinión sobre los votos de todos, a pesar de la sorpresa que supone alguno de ellos.

Sin embargo, en cuanto Charlotte habla sobre lo que ha sucedido, me dejo caer apoyando la espalda contra la pared.

- Perfecto. - comento - Así que ya ni somos dueños de nuestros propios votos. Lo que nos faltaba. - Digo, para entonces dirigirme hacia CJ - No es que las reglas hayan cambiado, es que nunca las hemos conocido.

Arthur no pude evitar sonreir contento de no estar ni cerca de ser la victima de la votacion. Se tapa los oidos como el resto y no mira mientras la cabeza de Hugh estalla. Bueno parece que no era el mas odiado. comenta antes de volverse mas serio.

O el mas mentiroso....que paso no te dio el tiempo para cambiar el voto? o tenes una mejor excusa? Dijo mirando con ira a Matt. Las palabras de Chalotte lo desconciertan un poco, la implicacion de eso no era poco.

Aquella supuesta revelación cambió las cosas, al menos nuestra visión del conjunto, aquella niña comentó que no había votado a Kyle, pero la pantalla mostraba lo contrario. ¿Qué significaba todo esto? Es el hecho que más me llamó la atención junto a la muerte de Joseph, las supuestas reglas eran diferentes cada vez, un amasijo de dudas, miedo y tensión se formaban en cada uno de los aún se mantenían en píe en una eterna e infructuosa manera de salir de allí con vida.

Había permanecido en silencio, pero ya era hora de hablar, conseguí limar las asperezas con el pequeño Matt y la señorita Harris, ¿pero ellos confiaban en mí? Era difícil saberlo. Cualquiera podía estar en el otro bando, formando parte de un entresijo donde muerte y sangre tomaban protagonismo a costa del resto. 

- ¿Y si fue a causa de una herramienta? Aunque si fuese así, ¿por qué ahora? También es posible que otra  fuera la culpable de la muerte del informático. Son los dos hechos que más han chocado con las reglas que conocíamos. Lo que quiero decir es que las reglas en sí no han cambiado, solo que dichas herramientas están para confrontarlas, para que no se cumplan. - Expuse a modo de reflexión ¿había sido el único que se le ha ocurrido semejante planteamiento? Si no conocíamos las reglas, era imposible jugar e inclumplirlas no nos beneficiaría en nada, y nos podría resultar caro, después de todo nuestras vidas estaban en juego.

Me levanto de mi sitio, y observo en silencio al resto, sobre todo a CJ, que parecía pensativo. Está bien... hagamos que cada segundo cuente...

-Te voy a decir lo que pienso, CJ. Creo que esta noche vamos a morir tú o yo.

Guardo silencio durante un segundo, pensando mis palabras, estaba apunto de firmar mi sentencia de muerte, pero ya no podía hacer mucho más... desde el momento en que tuve que revelar lo de los móviles me había quedado indefenso, y el resto de los presentes guardaban con recelo sus "herramientas", pero estaba claro que ese loco nos había dado un mensaje a cada uno de nosotros, y probablemente a más de uno le hubiera dado algún objeto... Aunque estábamos en desventaja, el miedo a convertirse en objetivo de esos "secuaces" hacía que la gente tratara de pasar desapercibida, incluso no habíamos vuelto a tener noticias de ese Vengador... aunque probablemente ya estaría muerto.

-Tener tal poder en los permisos a la hora de votar te debería haber convertido en un objetivo claro para esos asesinos, tu voto ha sido decisivo en un par de ocasiones, creo que has estado ayudándoles, seguramente de forma inconsciente, y por eso te han dejado en paz. Cada vez somos menos, y creo que tu "habilidad" para votar doble puede empezar a marcar la diferencia a partir de ahora. Si no eres uno de ellos, es probable que te vean como una amenaza creciente. Eres un tipo inteligente, aunque hasta ahora tus teorías parecían más encaminadas a comprender los entresijos de este juego que a descubrir a los cabrones que están ayudando a esa "mente maestra".

Por otro lado creo que yo también puedo ser un objetivo, he relevado lo de los móviles, y puede que a esos tipos no les guste que pueda comunicarme con Charlotte sin que ellos lo sepan. Incluso puede que lo del cambio del voto sea cosa suya. Empiezo a convertirme en una molestia, y no tardarán en ir a por mi.

Doy una vuelta, mirando a cada uno de los presentes, CJ era espada de doble filo, puede que fuera uno de ellos, o por el contrario puede que fuera nuestro mejor aliado. No sería yo el que lo acusara, simplemente ponía las cartas sobre el tablero.

-Quizá deberíamos centrarnos en buscar a los culpables, y dejar de teorizar sobre las herramientas y otras cosas. Después de todo... cuando los encontremos. Se acabó. Las votaciones pueden darnos algunas pistas... Mi intuición me dice que debo andar con ojo con Marion, y luego está Corey, a todas luces parece sospechoso, pero es un tío tan gilipoyas que no se sabe por donde puede salir. Respecto a CJ ya he expresado mis dudas. Tampoco podemos olvidaros a aquellos que tratan de permanecer en segundo plano, como Harold e Isabella.

Recordad estos nombres si algo llega a pasarme.

Ahora si que la has cagado del todo, Kyle... Pero quizá podía sacar algo bueno de todo esto... quizá podía hacer que valiera la pena, que al menos uno pudiera salir de aquí... que ellos no ganaran...

-Se que diciendo esto me estoy exponiendo muchísimo, pero debemos actuar. Si debo morir esta noche, lo haré según mis reglas. No me encontrarán asustado como un corderito, si no de pie y con la polla en la mano como un auténtico Rock n' Rolla. 

Al payaso y sus secuaces... os esperaré en el infierno para daros lo que os merecéis.

Escucho la voz del muñeco aún mirando a la pantalla. La explosión me pilla completamente desprevenido y para cuando quiero mirar mis ojos se encuentran otra vez con aquella horrible escena. La cabeza del hombre con gafas ha volado por los aires y en vez de eso aparece un muñón sangriento. Mis ojos vuelven a delatar el terror que siento. Retrocedo, alejándome del cadáver. No sé casi nada de ese tío salvo que su hija había muerto.... Era eso, no? Mi cabeza da vueltas aunque mi cabeza sigue clavada en el horrible muñón de Hugh.

Las conversaciones llegan a mis oídos, pero tardo un tiempo en asimilar todo lo que se ha dicho. Por fin, cuando consigo apartar la vista de aquella escena repaso con gesto de horror a los presentes y me doy cuenta de que el hombre al que he votado me está mirando con gesto de ira. Ni siquiera me había dado cuenta de que esas palabras iban dirigidas a mí.

Como no podía ser de otra manera, pierdo el control.

-No te atrevas a acusarme! En ningún momento dije que fuese a cambiar mi voto! Dije que lo sentía, y lo sigo sintiendo. No quiero ser el responsable de la muerte de más inocentes, ya tengo suficiente con uno. En efecto, fui a cambiar mi voto porque al principio te creí, pero me di cuenta de que no tenía pruebas contra nadie. NADIE! A quién iba a votar? Todos decís ser inocentes! Pero eres tú el que tiene esa máquina diseñada para salvar a los secuaces de ese loco. Me di cuenta de que solo tenía tu palabra. NADA MÁS!-Le señalo con el dedo a medida que avanzo hacia él con los ojos muy abiertos. Se puede ver el miedo en ellos, pero también enfado. Esos dos sentimientos y mi dudosa cordura me dan la fuerza que necesito para avanzar hacia él.-Así que dime, porque debo creerte a ti, con esa máquina que dices que has robado y no a nadie más? Qué prueba tenemos de que dices la verdad? Con que me des una estaré encantado de confiar en ti.

Me quedo muy cerca de él con los ojos muy abiertos por el terror, la abstinencia y la ira. Mi respiración es acelerada y tengo los labios muy cerrados, esperando su respuesta.

Otro muerto.

Otra noche más, solo intentando sobrevivir...

Estaba tratando de tener algún momento de reflexión, cuando la puta, tonta y malcriada vuelve a acusarme.

- Porque mierda no te dejas de pendejadas... acaso crees que tengo el poder de cambiar tu voto?, que yo sepa, aquí los únicos que tienen alguna injerencia en las votaciones están contigo matandonos... mi teoria es que o eres una puta traicionera, que le estas jugando una mala pasada al drogo éste- digo esto último señalando a Kyle- o alguien trata de que me incrimines, pues sabe que ante cualquier cosa, me atacarás... de cualquier manera... eres una puta histérica- digo ésto último, mientras le doy la espalda.

Continúo apoyada contra la pared durante unos instantes, pensando, mientras a mi alrededor la gente habla. De nuevo las conversaciones no tardan en convertirse en discusiones subidas de tono o llenas de improperios... es natural con todo lo que está en juego, pero seguiría siendo mejor mantener la calma.

Escucho a CJ y a Kyle hablar sobre las herramientas, y ahí sí decido intervenir.

- Señor CJ. - le digo en tono amable - No hemos visto a nadie manipular el ordenador, de modo que no creo que se trate de una herramienta, salvo que con ese nombre se refiera a algo más genérico. Creo que haríamos bien en diferenciarlo, pues objetos como el que el señor Brett ha utilizado para salvarse ayer de las votaciones o algo tan simple como un teléfono parecen transferibles, mientras que no creo que su ventaja lo sea. - explico, refiriéndome al asunto de los votos.

Resoplo frustrado, ya que nadie se ha percatado de lo que realmente quería decir, supongo que en esta ocasión era imperioso que fuera más directo, no sabía si podía estar en lo correcto o no pero había que intentarlo. Después de todo la vida de cada uno de los presentes pendía de un hilo. Miro a Kyle, tenía ciertas sospechas para mí, y él en un amago de lo que posiblemente sea una temeridad, ha decidido jugar una carta peligrosa que le podía condenar.

Le miro fijamente sin saber si reprocharle su actitud pero finalmente no lo hago, no tengo ni ganas de montar una escena, pero al menos sí añadiré algo al respecto. - Kyle, no se si has sido realmente estúpido o valiente al decir todo esto. En cualquier caso soy muy consciente de mi posición y sé perfectamente que sigo vivo por lo que tú mismo has dicho, eso me hace desconfiar de cada uno de vosotros. Sigo haciendo hincapié en entender todo esto, sus motivos, quizá de esa forma pueda averiguar el rol que cada uno de nosotros desempeñamos con todo lo que ello conlleva y poder salir de una vez de este agujero lleno de muerte y sangre. Aunque a estas alturas he perdido la esperanza de poder sobrevivir a este macabro y absurdo juego.

Mi atención se desvía ahora a la abogada, era de las pocas que se dirigían a mí, y pese a que nuestra historia conjunta fuera realmente desagradable un poco de cordura y calma era siempre de agradecer a esta situación tan histriónica. Le dedico algunas palabras en tono serio y frío tan típico de mí, como desde el primer momento de nuestra particular reunión.

- Me refería a una herramienta similar a la mía, más informática que un aparatejo propiamente dicho. Si yo tengo permiso para votar de esta forma, es muy posible que alguien pueda hacer algo similar. En caso de que no fuera así, solo cabría la posibilidad de que la joven mintiera, que tampoco me parecería raro a estas alturas. Son las dos únicas opciones que se me ocurren para que este hecho tenga una respuesta coherente. ¿Ahora me he explicado con claridad?

Apoyo mi espalda a la pared adoptando una pose pensativa, no se cuanto tiempo disponía pero lo único que podía hacer era comprender en donde diablos me he había metido y por ende como salir de esta de una pieza, algo harto difícil por lo que estaba comprobando.

Mis ojos brillan de ira al escuchar la respuesta de Corey y me cruzo de brazos antes de hablarle con frialdad, alzando la barbilla con un gesto despectivo. - Entre tú y yo, Corey, el único que ha demostrado ser una puta traicionera con anterioridad eres tú. ¿Qué motivos podría tener yo para votar a Kyle? En cambio tú sí los tienes para cambiar mi voto hacia él. Contabas con que otros también lo votarían y sabías que yo no lo haría. Al cambiar mi voto sumabas uno más, que podría haber desequilibrado la balanza hacia él. Estoy segura de que has sido tú. - Finalizo, mirándolo con odio.

Después me giro hacia CJ, que parecía el único interesado en resolver el asunto del cambio de mi voto. - Me pregunto lo mismo que tú. ¿Por qué ahora? ¿Por qué nadie se había quejado antes de que le cambiasen su voto? ¿Quizá no lo puedan hacer todos los días? Pero tú sí puedes hacer lo de votar doble cada día... 

- Iros todos a la puta mierda. Ojalá que os mate ese maldito payaso. No hacéis más que cacarear- dijo, fuera de sí- Yo no soy la responsable de esas puestas en escena tan... Tan imaginativas. ¿Sabéis? Y menos mal. Porque cada vez tengo más ganas de estrangularos, y de revisaros los putos bolsillos para ver si escondéis un maldito cigarro.

Enardecida, miró alrededor- Maldita panda de crios, mentirosos de mierda... Ojalá os muráis, por ser unos puñeteros egoistas.

Elevo una ceja ante la súbita intervención de la rubia platino. No voy a juzgarla a estas alturas, pero me sorprende la naturalidad con la que habla.

- Quizá la gente prefirió callarse. - respondo desde mi posición, ignorando por completo a la yonkie - O coincidió que se cambiaron los votos de los que cayeron. O no hubo un cambio real, porque los redirigieron adonde ya apuntaban. - digo en voz alta - Se me ocurren al menos esas opciones para explicar que sí que se hiciera cada día.

- En cualquier caso, - continúo después - lo primero que tendríamos que averiguar es si quien lo ha hecho ha sido uno de esos asesinos o alguien ajeno.

De nuevo un sacrificio inducido por nosotros. Esta vez mi voto había señalado a la víctima y esperaba que no nos hubiésemos equivocado. Aparté mi mirada antes de que su cabeza se abriese como una sandía madura. Ese fatal sonido se me estaba quedando grabado en la cabeza.

En teoría el motivo del loco que nos tenía secuestrados era que nos arrepintiésemos de nuestro pasado, de nuestras malas acciones, pero cada día que pasaba, nuestras manos estaban más manchadas de sangre. Y en ésto él tenía que ver. Entonces, realmente ¿qué narices pretendía?

Me preguntaba si había realmente esperanza para alguno de salir con vida. Tal vez sí. Tal vez dejara una o dos cabezas sobre los hombros para amargarles el resto de su vida con angustiosas pesadillas y para que su puto juego no muera del todo aquí.

Por una parte me alegraba de que la gente se animara a hablar, pero por otra me frustraba lo incapaces que éramos de sacar algo en claro, algo evidente dada la complicación de este asunto. Todavía se saboreaba esa clara desventaja de los que poseen la información sobre los carentes de la misma, los que temíamos tanto el día como la noche.

-Al menos podría el maldito muñeco decirnos cuántos secuaces suyos quedan!

Miré con curiosidad la explicación dada por él. Nunca habría pensado que podría hablar de algo de una forma tan clara y con tanta razón como lo acababa de hacer. Siempre me lo había imaginado enyoncado, con la jeringuilla aún colgandole de la vena y la polla medio asomándole por la bragueta. Seguramente vendría de ir a pillar. Gonorrea, por lo menos.

En aquel momento di gracias de que la yonki rubia se pusiese a despotricar, porque me había quedado demasiado tiempo mirando fijamente a Kyle, y ella me había servido para apartar de una vez mi mirada de él.

- Es cierto. -Miré a Mike.- Ya que para él esto es un juego... ¿por qué no ponérselo también un poco complicado a sus amiguitos? Si le gusta el espectáculo eso seguro que se lo proporcionará.