Partida Rol por web

NOCHE ♦ CINCO

<

<<La vida es lucha.>>

La operación a la que Matt sometió a Samantha había ayudado a la mujer, aunque las dudas crecían en torno a él por las irregulares heridas en ella. Sin embargo, ya no era tiempo de dudar, ni decidir sus actos. Ya habían decidido, ahora solo faltaba que uno de ellos cayera bajo la elección. La desconfianza reclamaría la vida de uno de ellos, nuevamente, como en los últimos cuatro días.

Sabían que el momento iba a llegar pronto, así que algunos ayudaban a la adolorida rubia a llegar a la sala de ejecuciones. Podría parecer cruel, pero ya estaban acostumbrados a la crueldad, y presenciar, o estar cerca de aquel acto de dolor, se convertía cada vez más en algo necesario, como si estar presente y ver quién sería el caído fuese un recuerdo de que aún seguían vivos.

Desconcertante fue el resultado para algunos cuando vieron dos nombres empatados en votos: Corey y Kyle.

Ambos hombres se ven con algo de miedo en sus rostros. ¿Quién de los dos iba a caer? El pánico que la duda causaba se apoderaba de sus mentes, y pronto, la voz del muñeco habló, anunciando cual sería la forma de desempatar.

“Dos fueron elegidos, pero solo uno debe caer en esta tarde. Esta tarde, vamos a probar la teoría de la selección natural. El más fuerte sobrevivirá. Tienen un minuto para derribar al otro. Aquel que se mantenga en píe terminado el tiempo, se ganará el derecho a vivir. Que el juego comience”.

Apenás los parlantes dejaron de hablar, los collares de ambos comenzaron a pitar, indicando que el combate por sus vidas debería comenzar. Y no fue difícil, ninguno de ellos se agradaba.

- No lo tomes como personal, pero mi cabeza seguirá en su lugar.-

- Charlotte ya te la quitó una vez, no será difícil.-

Y como dos bestias salvajes, se lanzaron el uno al otro. Kyle arrojó una patada digna de un gamberro, y Corey se cubrió con los brazos emulando la defensa de un boxeador.

Al principio, era difícil distinguir quien era mejor luchador, o quién golpeaba más fuerte. Ambos tenían experiencia, uno luchando contra otros músicos, y el otro contra los matones de los prestamistas.

Puños iban y venían, patadas, codazos, gritos. En cada ataque los deseos de matarse el uno al otro se hacían patentes, y los deseos de liberar ira y frustración retenidas en estos días. Un encuentro digno de bestias deseosas de vivir, de tomar venganza por el uno al otro, y por el maníaco que los había encerrado allí. Pero uno jugaba más sucio que el otro, pero esto no era un juego de honor, sino una contienda en la que se jugaban un día más.

Kyle se agacho y le dio una patada en los bajos a Corey, y este ultimo no pudo sino contraerse para tolerar el dolor. No vio venir la patada en la cara del rockstar, la cual le tiró al piso inmediatamente.

Ahora, el tiempo parecía pasar más lento para él caído, sabiendo cual sería su destino. Notó con dolor como el collar de Kyle se apagaba, mientras el músico retrocedía, con los ojos aún inyectado en sangre por la rabia, hasta llegar a una de las paredes.

Corey dejó escapar un silencioso llanto mientras se colocaba en posición el suelo, abrazándose a si mismo. Lo único que escuchaba ahora el “Tit-Tit-Tit” que ejecutaba su collar, como un último concierto. Luego la luz. Luego el “boom” de la explosión. Corey descansaba, sin cabeza, en el suelo, igual como cayó.

Pero él no sería el único. Ziba quien había violado las reglas al no haber votado en la computadora, también caería en una explosión inclemente con el estado de schock en el que se encontraba.

Dos caídos en un día, al igual que la noche anterior. Los números se reducían. Pocos quedaban. Parecía que el juego terminaría sin ganadores.

Me quedo mirando el cuerpo de Corey, y limpio con el dorso de mi mano la sangre que aún corría por la comisura de mis labios. Joder... Mis raíces irlandesas se habían impuesto finalmente, estaba acostumbrado al combate, pero sobre todo tenía unas ganas sinceras de darle una paliza a ese imbécil por la forma en que se había comportado desde que entramos aquí. 

La sangre aún me hervía, notaba mi corazón bombeando con fuerza, y me quité la camiseta, que se había roto durante la pelea.

-¿Ésto es lo que quieres maldito hijo de puta? ¿Que nos matemos a golpes como animales? ¡Baja si tienes cojones y pelea como un hombre! Deja de esconderte detrás de tus máquinas y de tus putos ayudantes.

Me acerco a mirar la pantalla donde estaban las votaciones y después la golpeo con fuerza, enfurecido, sin conseguir nada más que hacerme sangre en los nudillos. Maldito imbécil Kyle... cabeza hueca... te dejaste engañar por Charlotte y has vuelto a hacer lo mismo con CJ.

-¿Pensabas que iba a morir, verdad CJ? Pero te has equivocado... tus putos cálculos han salido mal por una vez, y sigo vivo para acusarte. 

Me giro mirándo a los demás, quería darles una oportunidad, aunque eso me costara la vida. Si muero será dejándo algo bueno detrás. 

-Samantha, Mike, Harold... escuchadme. Le dí el móvil de Charlotte a CJ, me contó que tenía las herramientas de Arthur, y que pensaba en votar a Corey, pero después me ha votado a mí. Creo que confiaba que al valer su voto doble eso sería suficiente para acabar con mi vida, pero se equivocó.

Pensarlo bien... ¿como puede seguir vivo alguien con tales permisos a la hora de votar? Los asesinos habrían ido a por él hace mucho. Nunca votó a los que sabemos como culpables. Isabella ya se ha dado cuenta...

CJ está con ellos. Su apariencia y sus argumentos súper razonables nos han engañado hasta ahora. Pero escuchad... su voto vale DOBLE, si no nos unimos ahora para ir a por él después será más difícil.

Dicho esto... dudo que vaya a pasar de esta noche. Así que ir a por CJ, y si Corey no era uno de esos ayudantes, el otro podría ser Matt... ¡Tenéis que estar unidos, es la única forma de que podáis salir de aquí!

Miro a CJ, desafiante, retándole a venir por mí en mitad de la noche... aún guardaba un pequeño AS en la manga. 

Observo con total y absoluto desconcierto los resultados de las votaciones ignorando por completo la pelea vida a muerte donde Kyle y Corey participaban. Me quedo impasible, como si mente estuviera lejos de aquel lugar, quizás estuviera presente mi cuerpo pero yo estaba sumido en mis pensamientos. Solo pude reaccionar cuando Kyle me acusó. Él estaba enfadado, pero yo también, pero no dejé que ni la rabia ni la impotencia me obligaran a actuar de mala manera.

- Yo no te voté a ti. Sé que no me creerás por mucho que insista. Pero me da igual. Aunque ahora, gracias a esto, entiendo cuál es mi papel en este absurdo juego. 

Me acerqué a Kyle y le di su teléfono a la vista de todos, si él no me cree no tiene ningún sentido que tenga aquel artefacto. Nuestras miradas se cruzaron por un momento creando una situación tensa e incómoda . Ellos lo habían conseguido.

- No te preocupes Kyle, mañana podrás votarme sí así lo crees conveniente, y en parte me alegraré, por que estoy cansado de esto.  Y por cierto, ya no las tengo. Me deshice de las herramientas.

Ni me digné a defenderme, ¿para qué? Me aparté del resto para seguir pensando en como salir vivo de aquí, ahora más que nunca dudaba que fuera así.

- Y ahora, es un buen momento para comprobar la inocencia o la culpabilidad de Corey. Solo espero que no os olvideís de comprobar la mía mañana.

No tenía nada más que decir, aunque si alguien me preguntaría sobre algo en particular, respondería, con gusto o no, pero lo haría.

Recuperas el móvil de Ziba, pero revisando el cuerpo de Corey no encuentras nada.

Tras el golpe que Kyle le dio al ordenador, este se apagó. Tardo en encenderse, pero al hacerlo, una pantalla con continuos mensaje de "ERROR" apareció en la pantalla, llenando la misma. Entonces, todos los collares se activaron al mismo tiempo, dejando resonar el "Tit-tit-tit" que siempre venía previo a la explosión.

El corazón de Harold no está para tantas emociones. En cuanto terminó de ayudar al drogadicto a curar a la mujer las dudas y las acusaciones empezaron a volar de un lado a otro. El anciano será mayor, pero no es tonto y se hizo a un lado simplemente escuchando a todos y pensando sobre sus palabras. 

Sin embargo, llegó el momento de votar y Harold no había cambiado su decisión por los últimos sucesos, prefirió esperar un poco a ver cómo se seguía desarrollando la situación. Cuando comenzó la lucha entre los dos jóvenes se apartó, analizando sus formas de luchar y comparándolas con lo que había visto en el pasado. Esperaba que a él no le pasara algo así, sus huesos no resistirían una pelea a estas alturas de su vida.

Después de la pelea, Harold esperaba poder hablar con todos y aclarar algunos puntos que no tenía muy claros. ¿Cuántos secuaces quedaban? ¿Al final la rubia drogadicta era una asesina o no? Todos hablaban, pero no aclaraban las cosas. Pero antes de que pudiese decir nada el rockero acusó al policía y eso sí que sorprendió a Harold, que los miró a uno y a otro indeciso. ¿Pero entonces los votos de la niña rubita los habían cambiado de verdad? Preguntó al aire cuando los collares empezaron a pitar todos a la vez y el anciano cayó de rodillas agarrando el suyo con las dos manos, intentando sacárselo. ¡Nos va a matar a todos por tu culpa! gritó hacia Kyle, mirando al joven muy enfadado. En sus tiempos los jóvenes sabían controlar su genio, claro que sí. No como ahora que iban dando golpes a las cosas sin pensar en las consecuencias.

Me encuentro asustada cuando llega el momento de las votaciones. En la última hora las cosas han cambiado bastante, y siento pánico al pensar en los resultados.

Sin embargo, cuando llega el momento, los votos están repartidos casi por completo entre Kyle y Corey. Observo la pelea desde lejos, deseando que Corey sea el que pierda. Después de todo, mi voto ha sido para él.

En cuanto cae al suelo doy un par de pasos hacia atrás, en espera de lo que viene. Los pitidos son la señal que me ha enseñado a apartar la vista y taparme los oídos.

Luego, ante el discurso de Kyle no dudo más que un instante. Paso mi mirada a CJ antes de devolverla al músico para hablar, seria.

- Creo que te estás dejando llevar por la paranoia. - Le digo. - Si no ha votado a ningún culpable puede ser por estar tan perdido como todos. Entiendo que tener al enemigo tan cerca como con Charlotte te haya dejado con la mosca detrás de la oreja... Pero eso no significa necesariamente que sea culpable.

Entonces, cuando los collares comienzan a pitar, miro a unos y a otros, en pánico, y me doy cuenta de lo único que se me ocurre que puedo hacer: Correr hacia mi habitación. Se supone que es un sitio seguro, ¿no? Al menos contiene las explosiones durante la noche... Espero que también lo haga ahora.

Por lo visto no me expliqué bien, así que me toca concretar sobre el asunto que me ha preocupado. Estaba molesto por las acusaciones. Así que me dispuse a defenderme y a explicar algunas cosas que quedaron en el tintero. Era el momento de aclararlos. 

- Lo que quiero decir es que mi voto no está donde debería estar. Yo voté a Corey, sospechaba de él y compartí mis sospechas con Kyle, le confirme la inocencia de Marion, y fui yo quien le dije que aún quedaban dos secuaces cuando habíamos asumido que solo quedaba uno. Dime ¿Qué razón tendría para ello? Si fuera uno de ellos hubiera dicho que solo quedaba uno, para que así sería más fácil. No soy tan retorcido ni tan calculador como crees, solo soy prudente, sospecho de cada uno de los presentes, así que no iba a compartir todo lo que iba averiguando, y menos cuando Ziba podía escuchar la conversación.

Cojo aire, lo necesito para mantenerme en mi sitio, no iba dejarme llevar por las emociones. Mi voz sonaba grave, seria, pero distaba mucho de ser fría. 

- Me temen, me lo han demostrado, me utilizan como chivo expiatorio, por esa razón me han dejado vivo hasta ahora. Pero se acabó. Acabaré con esta mierda de juego aunque sea lo último que haga. Si me atacan por la mañana demostraré mi inocencia y que yo tenía razón, y si estoy vivo los descubriré. 

Y de repente aquella maquina mostró un mensaje de error, no sabía lo que significaba y menos si era bueno. Los collares pitaron provocando miedo, desesperación y confusión a los supervivientes del quinto día. 

- Kyle, ¿se puede saber que has hecho? - Pregunté visiblemente desconcertado, impotente a lo que sucederá. No saberlo era razón suficiente para preocuparse. - ¿El Juego ha acabado o qué diablos ha pasado? ¿Significa que Kyle y Ziba estaban implicados? - Y una vez dicho esto, aguanté la respiración y cerré los ojos a la espera del misterioso y aterrador acontecimiento.

-Mierda... ¿que cojones pasa? Yo.... ¡Yo no he hecho nada! Sólo golpee el ordenador en un ataque de furia cuando vi que me habías votado.

Llevo las manos hasta el collar, escuchando el pitido. Joder... joder... me cago en la puta... Me acerco hasta el ordenador, tecleando cosas aleatoriamente para ver si conseguía arreglarlo. ¿Por qué no habrá ningún informático?...

Estaba nervioso por conocer el resultado de las votaciones. Era bastante contradictorio que a medida que quedábamos menos las dudas aumentaban más. ¿Qué collar estallaría esta vez?

La pelea entre Corey y Kyle es decisiva para que el ganador se salve, y éste resulta ser el rockero. Aparto mi mirada del primero en cuanto comienzo a escuchar el sonido de su sentencia, no quiero verlo. Espero que hayamos acertado esta vez, porque sino...

Tras la lucha, Kyle comienza a hablar y me deja bastante sorprendido con lo que dice. Toda información es buena aunque no siempre hayamos sabido aprovecharla y por ello hayan muerto inocentes.

Cuando todos los collares comienzan a emitir el temido pitido, me quedo helado.

Las votaciones dan un empate que no espero y la batala compienza. No tengo ni idea de quien quiero que gane, pero cuando Corey cae al suelo me doy cuenta de cual habría sido el mejor de los resultados. Que pierdan los dos. Los dos me parecen sospechoso, tal vez Kyle más que Corey, pero ya es tarde para hacer algo al respecto.

Para mejorar las cosas kyle nos acusa a CJ y a mí de ser de ellos.-En serio? Yo? precisamente yo que he salvado la vida de dos personas? Dime, Kyle, qué has hecho tú para que nos fiemos de ti? Defender a una de las asesinas? Estás podrido por dentro.

Cuando Kyle activa los collares mis ojos se abren y mi respiración se agita. Soy capaz de escuchar los latidos de mi corazón, latiendo al máximo, mientras el sudor empieza a invadir mi cuerpo.-Joder! Joder! Joder! Qué has hecho? Nos has matado a todos!

Intento tocar los engranajes del collar aunque sé que es inútil. ya he visto que se necesita una llave para abrirlo.

Desde mi habitación, asustada aún por los pitidos del collar, grito nerviosa.

- ¡Escuchad! - digo con voz aguda, esperando que todos me oigan - El chalado... ¡El chalado me ha enviado un mensaje!

Tras muchos minutos de verdadero pánico, la computadora vuelve a apagarse, y con ella, los collares.

Es curioso que te hayas desecho de las herramientas, sabiendo que entre ellas hay una que puede confirmar quien es o no traidor...Kyle fue solo un muñeco usado por Charlotte a su antojo, pero dudo mucho que sea un asesino, Ellos lo habrian dicho...pero ayudaron a liberarlo de Charlotte...

Kyle golpea la computadora y nuestros collares comienzas a sonar...se acabo...por primera vez sentir el temor de morir, lo habia asumido desde el principio, ahora que Nick habia asumido que mato a mi padre y el estaba muerto, ya no tenia nada, el anfitrion seguiria jugando con nosotros...¿solo uno saldra de aqui?...lo dudo, y por como van las cosas el mas seguro a salir de aqui es CJ...Sam, Sam, Sam...Ellos se aremolinan...se aleteran y siguen sin decir nada...

Me gire a Samantha y luego a Kyle...si?...¿y que te dice el chiflado?...que vas a inventar para ponernos encontra de Kyle...

En cuanto los collares dejan de sonar respiro aliviada, y salgo de la celda hacia el lugar donde se encuentra la computadora. Mi paso es intranquilo, pero sé lo que tengo que hacer, y estoy dispuesta a ello.

- Me ha explicado por qué mi prueba falsa. - Respondo, antes de soltar aire. Tengo todo el cuerpo tan cargado de la tensión de los últimos días que me cuesta vaciar por completo los pulmones.

- Ha salido el muñeco por la televisión, diciéndome si no me preguntaba el por qué había sido tan fácil. - Comienzo a explicar. - Al parecer sólo queda uno de ellos entre nosotros: el que degolló a Arthur. A otro de nosotros le ofreció meter a alguien a prueba, ya fuera verdadera o falsa. Y me escogió a mí.

Dicho esto poso mi mirada en ellos, buscando cualquier cambio en sus ojos. Algo que revele quién puede estar más nervioso que los otros.

- Luego me ha dicho que esta noche sería yo quien metería a alguien a prueba, y que otro lo hará mañana. Me lo ha presentado como una oportunidad de acabar con el secuaz que falta. Si acierto, mañana seremos libres. Si fallo, él matará a uno mientras yo estoy poniendo a alguien en la prueba que sea.

- Ahora sólo puedo suponer que el que me metió a mí lo hizo para salvarme, y lo agradezco. No se me ocurre otro motivo sabiendo estas cosas.

- Sé que me estoy exponiendo al contar esto, y que aunque me salve esta noche probablemente quien quiera que sea irá a por mí mañana. Pero tenemos la oportunidad de esta noche y la de las votaciones antes de que eso suceda. Por favor, necesito cualquier detalle que pueda ayudar. Si no consigo dar hoy con el responsable, uno más morirá hoy. Dejad de lado las peleas durante un momento, por favor, y recapitulemos sobre lo que de verdad sabemos, porque sino estamos realmente jodidos. Además, no queda mucho tiempo.

Recuperé el aliento perdido al comprobar que finalmente nada sucedió. Llegué a pensar que mi corazón no soportaría tanta tensión. Aliviado, centré mi atención en lo que Harris tenía que comunicar, y como no, era importante, demasiado para pasar por alto. Era necesario tomar una decisión que difícil, la vida de dos inocentes estaban en juego, y nuestra libertad tan anhelada, también.

Pero antes, tenía que rebatir a Isabella, que parece no entender nada de lo que estaba sucediendo. Así que me dispongo a hablarle a la loca de los muertos usando un tono severo. Una explicación clara, aunque tengo mis reservas de que sirva de algo.

- Era una forma buda de decir que no las tengo yo, si no otra persona. ¿No crees que sería muy estúpido hacer desaperecer unas herramientas tan útiles? La que has mencionado solo se puede utilizar por la misma persona una vez al día, ayer la usé con Jaqueline y hoy con Marion, así que aunque la tuviera en mi poder, no podría comprobar la inocencia o culpabilidad de Corey o de Ziba hasta mañana, y como no tengo la certeza de cuanto tiempo dispongo de estar entre los vivos, he preferido que cambien de manos para que puedan usarse nuevamente. Así de simple. 

Una vez dejado claro aquel punto, era el momento de discutir que haremos a partir de ahora. Casi podía saborear la libertad en mi boca pastosa y seca.

- Teniendo en cuenta lo que acaba de decir Sam, eso quiere decir que ahora sí queda un implicado. Joseph, Jaqueline, Charlotte, y el cuarto podría ser Corey o Ziba, me decanto más por el primero. Sinceramente, no se cuál podría ser el quinto y último. - Admití cruzándándome de brazos, mi ropa estaba hecha un auténtico desastre, llena de fluidos como sudor y sangre. Sumando a mi aspecto cansado, distaba mucho de la imagen de tipo duro distante y calmado del primer día.

Harold intenta recuperar la respiración cuando el pitido se detiene. El anciano tiene la mano sobre el pecho y siente como si el corazón se le fuese a salir por la boca. Tiene que hacer un gran esfuerzo para levantarse y ponerse de nuevo de pie y llega a plantearse si le va a ar un infarto. Al menos tiene la tranquilidad de que el drogadicto sabría actuar rápidamente.

Todo lo que dice la abogada deja al pobre Harold tocado, y mira uno a uno a todos, con una expresión entre confusa y desconfiada. Yo ya no sé de quién sospechar, no me fío de nadie aquí dentro. Además ya estoy mayor y me cuesta enterarme de todo lo que sucede. Hay muchas cosas que no me han quedado nada claras. ¿Pero no decía en las grabaciones del vengador que eran cuatro y no cinco los secuaces?

El anciano se lleva una mano a la cabeza y se rasca la calva mientras mira a Samantha. La verdad es que no sabía qué decirle.

- Claro. - Afirmo convencida. - Joseph, Jacqueline, Charlotte y el que resta.

Entonces paso la mirada por unos y otros, interrogativa, esperando que me den algo más.

- Chicos, me estoy arriesgando mucho, y entiendo que no queréis exponeros. Pero por favor, cualquier detalle puede ser de ayuda.

Finalmente me paro en CJ. Tras mucho meditarlo, creo que debo tener unas palabras con él.

- CJ, no sé si has sido tú o no quien me ha metido en la prueba, pero no se me ocurre nadie más que quisiera protegerme a mí en concreto. Si es así quiero que sepas que te lo agradezco. Me parece admirable cómo has sido capaz de perdonarme, y buscaré la forma de compensarte por todo cuando hayamos salido.