Partida Rol por web

La sala común, el gimnasio. Sobre una de  las paredes, dos grandes puertas abiertas dan al comedor. 

Desde sus distintos orígenes, Rote y Maxwell por un lado, y Alexander, Alan, James y Vortex por otro, son dejados a su albedrío en el gimnasio.

El gimnasio recibe este nombre comunmente, pero en realidad es solo una gran sala común para recreación. En una pared se encuentran pintadas en el suelo dos canchas de basquet, y los aros en pilares. Ambas canchas están ocupadas por presos.

Cerca de ellos, otro presos prefieren hacer uso de las pesas, bancos y mancuernas desparramadas. El uso de las mismas está fuertemente vigilado por varios guardias; pero los presos entienden que el acceso a las mismas es un privilegio y se comportan decentemente, más allá de alguna pulla.

Bancos recorren las dos paredes laterales, las paredes más largas, donde varios presos se reunen para hablar, y quedan en evidencia los distintos grupos: los supers por un lado, los adolescentes por otro, los negros juntos, etc. En un rincón, hay dos mesas de ajedrez ocupadas y otras dos mesas donde se juegan a los dados. Las apuestas están prohibidas, pero eso no impide que se pase algún billete por debajo de la mesa, incluso algún guardia participa discretamente.

La pared opuesta a las canchas de basquet, uno de los extremos (pared corta), tiene una gran puerta doble abierta en este momento. Tras ellas se encuentra el comedor; hacen fila en él el último grupo de almuerzo, con su bandeja, esperando la comida.

Alexander se separa del grupo y se sienta con un grupo de presos que están esperando su turno para jugar al ajedrez, mientras mira como avanzan y caen las piezas medita sobre lo ocurrido 

(Susurrando a Rote)

No debemos olvidarnos de nuestra conversación de antes, debemos encontrar a ese malnacido de Trix. Necesitamos respuestas.
 

Maxwell barre con la vista a los distintos grupos, sin encontrar a Trix por ningún lado. Sin embargo, dos presos cercanos que hablan en voz baja lo mencionan reiteradamente, evidentemente hablando del pequeñajo.

Vortex se separa del grupo, ya no era necesario fingir que estaba drogado, en el momento en que salió de la sala con los demás, Olafsson ya sabía que es lo que podía o no podía pasar. Se dirigió tranquilamente a la zona de pesas, cogió una de las más grandes de Press Banca, y emepzó a hacer ejercicio, mientras su cabeza pensaba en lo ocurrido. Le acababan de revelar sus poderes, pero todavía no tenía control sobre ellos, si es que alguna vez lo tuvo. Tambíen seguía con las muñequeras inhibidoras de poder puestas, por lo que tampoco podría intentar hacer pruebas. Pero ya tenía una pieza más del rompecabezas. Su nombre, y su poder ya tenían dueño, y poco a poco todo cobraría más sentido, sobre todo en cuánto conociera más sobre su pasado, y el porqué de estar en la Prision.

Quizás deba dejar que me busquen esos que mencionaba Olafsson, si colaboro, el gana algo, y quizás yo también, es muy posible que mi plan de huida sea más facil de lo que creo....telportador...eh?

Al levantar los brazos con las enormes pesas, Vortex se dió cuenta de que sus brazos ya no estaban entumecidos, se encontraba bien, y estaba levantando una cantidad bastante grande de peso sin hacer apenas esfuerzo. Se levantó, y puso el doble de lo que ya tenía. Ahora le costaba más levantarlo, pero aun así, seguía estando comodo.

Tiempo al tiempo....

James sigue caminando por la sala común mientras observa a Alexander acercarse a las mesas de Ajedrez. "Alan querido, no es una cuestión de suerte. Teníamos una oportunidad de irnos desde que entramos... o mejor dicho entró él" y señala con la cara a Vortex "¿No escuchaste? Es un teleportador. Y ahora que nos encomendamos al jefazo Olaffson es hora de que te diga mi plan"

Se detiene un instante y mira alrededor. Suspira con alegría y sonríe. Pero sus ojos... sus ojos brillan con fuego, con oscuridad.

"Debemos aprovecharnos de la confianza de Olaffson y traicionarlo Alan, sin ningún escrúpulo. Nada nos garantiza la libertad, salvo nosotros mismos. Tenemos que hablar con Vortex para escaparnos, que nos teleporte afuera, lo mas afuera posible. Una vez ahi, yo puedo ponernos a salvo. Pero tenemos que ser pocos, tres o cuatro a lo sumo" James respira y ahora susurra mas que antes. "Sin embargo no podemos hacerlo en las celdas o en las salas comunes. Debemos conseguir abrir una de esas placas que dan a las celdas agua y electricidad. Debemos meternos por esas tuberías y salir del area vigilada. Una vez ahi teletransportarnos..."

James dejó de hablar por unos instantes y vio como Alan respiraba con ansiedad. "Para abrir la placa debe existir una llave, la debe tener algun guardia importante. El contacto con eso debe ser nuesto Mister maravilla" Señala con la cara a Alexander "Uno de nosotros debe hablar con él para conseguir la llave y el otro con Vortex para ponerlo al tanto del plan. Es nuestra oportunidad."

En otra pausa que duró solo un instante, James tosió y dio un paso adelante. Poniendo su cara en el oído de Alan lo agarró por el cuello del traje y le dijo en un susurro que daba escalofríos:

"Vamosss Alan, ¿Que te paressse?"

RZ le devuelve el susurro a su compañero.

-Quizás esos sepan algo, vamos a hablar con ellos, tal vez debas empezar tú, a mi no se me da bien la diplomacia-dice mirando con cara de asco hacia un lado

Un silencio corta todas las conversaciones momentáneamente.

La gran puerta de acceso, opuesta al comedor, se vuelve el centro de todas las miradas cuando los guardias abren paso. Tres guardias escoltan a dos presos, ambos bien encadenados,  uno alto y metálico, el otro diminuto por comparación, con curvas suaves y abundante cabello rojo como el fuego.

Inmediatamente los demás presos empiezan a cuchichear, él mató a Trix, no lo sabías? Es un maldito mala leche, quien me va a traer cigarrillos ahora? Dicen que la van a mandar al sueño, qué hace aquí?

Down, Tank:

Los guardias se inclinan sobre ustedes, cambian de lugar las esposas de las muñecas para que puedan tener los brazos por delante, aunque siguen muy limitados de movimientos. El guardia mayor les dice: Recuerden que es un favor. Los estaré vigilando cada instante, y golpetea con los dedos sobre el antebrazo, y el control de los inhibidores.

Os quedais de pie frente a todos, casi cada cara vuelta hacia ustedes.

Sonrío burlón al guardia y no le digo nada, aunque después me inclino hacia la pelirroja.

Te miran a ti, pelirroja...ya te dije que vestías de forma demasiado provocativa para venir a hacer ejercicio. Luego le guiño un ojo, ya que supongo que pronto se marchara junto a su amiga...la otra peliroja. Vaya...que confuso puede volverse esto...

Ya sabes lo que hablamos, si tienes ganas de fiesta...le miro a los ojos para que entienda de que tipo de fiesta le hablo, cuenta conmigo.

Down caminaba por el patio dando pequeños pasitos, restringida como estabas por las cadenas en sus tobillos. Su agudo oído le permitió escuchar los cuchicheos de los internos, acerca de Tank.

—Te miran a ti, pelirroja... —le dijo el hombre metálico—. Ya te dije que vestías de forma demasiado provocativa para venir a hacer ejercicio.

—No, no es a mí a quien miran —replicó Down y sonrió levemente—. Parece que ya no soy la única popular por aquí. Estoy algo celosa.

—Ya sabes lo que hablamos, si tienes ganas de fiesta —Tank le miro a los ojos para que entendiera de qué tipo de fiesta le hablaba—, cuenta conmigo.

—No sé de qué fiesta hablas, pero no importa, porque me gustan de todas las clases. Y no te preocupes, no te dejaría fuera de ninguna. —agregó, guiñándole un ojo.

En un rincón, divisó a Alexander, jugando al ajedrez.

—¡Oh!, ajedrez. ¡Cómo lo extraño! —miró a los guardias—. No os importa, ¿verdad? —se volvió hacia Tank—. Te veo en un rato.

Se acercó hasta la mesa de Alexander y se detuvo junto a su oponente. Un tío enorme de cabeza calva, cubierto de tatuajes, que daba miedo de sólo mirarlo. Junto él, Down parecía una muñeca barbie.

—¿Sabes quién soy? —le espetó Down.

El gigante se volteó a mirarla y en su rostro se dibujó una mueca de espanto.

—Hemm… S…sí, sí.

Down se inclinó hacia él, con aire amenazante.

—Jaque mate, lárgate de aquí.

El hombretón se levantó apresuradamente y se marchó.

Down se sentó en su lugar y miró el tablero.

—Veamos...

Cogió un peón y lo colocó cinco casillas a la derecha. Miró a Alexander.

—Era así, ¿no?

Down volvió a mirar el tablero, fingiendo examinarlo.

—Mira para abajo y no hagas un gesto —le dijo a Alexander en voz baja—. ¿Conoces a un tal Jin?

Mirando hacia Down y Tank y sin poder evitar sentir los multiples cuchicheos que se extienden por la zona. Después se gira hacia Rote y susurra:

¿Trix está muerto? ¿Le... le han matado? ¿Que se supone que vamos a hacer ahora? Quizás deberiamos hablar con ellos ¿Que propones?

"Hablá con Alexander..." le susurró James a Alan mientras se alejaba... "Es nuestra única oportunidad".

Dio algunos pasos, giro un poco por el gimnasio sin mirar a nadie y sumergido en sus pensamientos. En un momento estiró los brazos y se dirigió decididamente hacia un lugar específico: al lado de Tank.

"Hey metalo, parece que te volviste famoso desde que nos vimos por última vez"

Comence a escuchar atentamente a lo que me decia James... A medida que iba hablando, una maquiavelica sonrisa se me formo en el rostro.... Si... traicionar al jefe para salir de aqui... podria funcionar... Pero hay un problema, james... No podremos hacer nada de eso hasta que nos saquemos estas cosas... Ahora que lo pensaba... que papel tenia yo en todo esto?

Sacudi la cabeza para aclararme las ideas... Por un momento me habia dejado llevar por James, pero ahora que lo pensaba... Que lo detendria a la hora de traicionarme a mi tambien? Despues de todo su plan parecia tener todo cubierto... Vortex nos sacaba de alli, y el luego nos ocultaba... pero, por que necesitaria a alguien mas que Vortex para hacer todo aquello, claro, sin contar la gente que usaria de carne de cañon... Mire a Alexander, sentarse a lo lejos a jugar al ajedrez.. De todos nosotros, el parecia el mas calmado, pero sospechaba que la amenaza de quedarse aqui encerrado para siempre habia echo mella en aquel hombre...

Luego mire hacia la entrada al gimnasio, cuando trajeron a Down y Tank... Tank... Que es lo que querra Olafsson de este tipo? y de donde, o como es que James lo conoce?... Mire a la chica, y me seguia pareciendo alguien de lo mas sombrio...

Todo lo que nos habia dicho olafsson, sumado a la muerte de Trix, y el extraño altercado en el gimnasio unos dias atras me hacian estar mas que seguro de que en este lugar se estaba tramando algo muy raro... Y si bien habia algo creceindo en mi interior clamando por libertad, mas ahora que las posibilidades eran, aparentemente, muy ciertas, sentia que debia estar seguro de que lo que hacia no perjudicaria a nadie, y aun mas, debia saber si ayudando a Olafsson, o James, o a quien fuese, no aumentaria aun mas mis posibilidades de morir... Y en un lugar, lleno de los mas peligrosos criminales, quien podria ser de confianza? Entonces mire hacia la zona donde estaban los ex-superheroes... Y vi al mas nuevo de ellos, el unico que estaba seguro, no habia sido corrmpido por el ambiente de La Tumba.... Sera buena idea... Me quede alli parado, pensativo unos momentos, hasta que decidi acercarme hasta Alexander... Pero justo cuando iba a ponerme a charlar con el, Down vino hasta la mesa donde este se encontraba..... Creo que debia esperar para nuestra charla...

Comence a escuchar atentamente a lo que me decia James... A medida que iba hablando, una maquiavelica sonrisa se me formo en el rostro.... Pero luego sacudi la cabeza, para aclararme las ideas, y la expresion de mi rostro volvio a ser seria... Justo cuando termino de hablar, volvio aquel siseo que lo caracterizaba... Si bien ya me habia acostumbrado a el, no pude evitar un escalofrio...Vere que puedo hacer... Conteste a su peticion de que hablara con alexander... Lo observe alejarse, hasta llegar junto a Tank.... me preguntaba de donde se conocerian... Mire el patio al que llamaban "gimnasio" y finalmente, me diriji hacia la mesa en la que estaba Alexander... Pero justo en ese momento, llego Down....

Me quede alli, en silencio, mientras ellos jugaban al ajedrez...

Alexander se frota la barbilla con la mano mientras mira las piezas.

- Que misteriosa señorita Cage, a ver, dejeme pensar, Jin ... me suena, Jimmy el chico negro gordo del sector emm, no lo recuerdo, ¿que pasa con el?

Down movió la mano derecha por sobre las piezas, con un gesto reconcentrado, como tratando de decidir cuál levantaría.

—Veamos… ¿Cuál de estas encajaría mejor en tu dilatado ano de vieja perra presidiaria?

Miró a Alexander y sonrió.

—No lo hagas más complicado de lo que debe ser, Alex, es demasiado tarde para ocultarme nada. Tengo suficiente información para enviarte a solitario por el resto de tu condena. Arréglame una cita con Jin y quizá, sólo quizá des un paseo conmigo. Ahora, si te gusta vivir peligrosamente, sigue haciéndote el idiota.

Cogió un caballo y lo colocó en una casilla al azar.

Por el rabillo del ojo, Down notó la presencia de Alan, que los vigilaba atentamente. Se volvió hacia él.

—¿Te importa? —le espetó—. Pierdo la concentración.

Volvió a mirar el tablero y se llevó una mano a la barbilla, con gesto pensativo.