Por sobre el nivel común que incluye el comedor, la Enfermería y el gimnasio, se encuentra un gigantesco cubo excavado en la roca de la montaña, al cual se accede por un ascensor enorme industrial.
El recinto tiene unos 15 metros de alto y una planta de 50 x 50 metros, y si bien se encuentra casi totalmente vacío, está delimitado para que los presos realicen trabajos que Aguas Negras pueda vender.
Han pasado ya tres días desde el "incidente" del gimnasio, y las cosas han vuelto, lentamente, a la normalidad.
Ambos han visitado, y a veces coincidido ya que el horario de visita es bastante restringido, a Down en la Enfermería. Por suerte ya la trasladaron del contenedor a una cama regular, aunque eso también significa que pronto deberán tomar una decisión sobre si enviarla al Sueño o no.
Luego de una severa reprimenda, siendo que más allá de comenzarla e insultar Rote casi no participó con violencia en la revuelta, no te han removido los derechos de trabajo. Aunque parezca mentira, el acceso a los talleres es muy codiciado entre los presos: no solo te pagan unos centavos la hora, que es más que nada, sino que también es una oportunidad de ocupar la mente en algo que no sea la sobrevivencia diaria. Y por supuesto, está el ventanal.
El ventanal ocupa un lateral, casi 5 metros de alto en lo más alto del recinto, y es el único signo dentro de Aguas Negras de que existe un mundo allá afuera.
Como muchas veces ya a sucedido, Rote olvidó lo que tenía entre manos (hoy estaban armando adornos navideños pequeños, de plástico, horrorosos) y quedó con la vista perdida en una nube que se atrevió a sortear los dispositivos externos de seguridad y pasar frente a la ventana.
Un amistoso golpe en el hombro, de un guardia, le recordó su trabajo, y bajó la vista.
A unos 20 metros habían dejado los contenedores de los adornos. Detrás de ellos, surgió Trix. Trix era un pequeñajo, que te conseguía lo que quisieras por un precio... aunque siempre creiste que simplemente tenía un trato con algún guardia... sería posible que Trix supiera como salir de la Tumba? Y por qué los guardias no lo molestaban, si evidentemente no estaba trabajando?
Trix apuró el paso, giró la esquina del contenedor y cayó escandalosamente al suelo luego de chocar con el pecho de Maxwell, que se dirigía a buscar otra caja de material para los adornos. El pequeño se incorporó rápidamente y veloz fue hasta el ascensor, dejando un hilo de insultos tras de sí. Maxwell se inclinó, simulando rascarse un tobillo golpeado, pero Rote pudo ver que levantaba algo del suelo y lo escondía en un bolsillo.
Golpeas a Trix, esa lagartija traficante y aprovechadora, pero cuando el pequeño vuela algo te llama la atención en el suelo. Te inclinas, felicitándote por lo sigiloso que eres, y tomas un cuadrado de papel plateado, impreso... no puedes observarlo bien antes de meterlo en el bolsillo, pero parece una entrada troquelada, como de un cine ó algo así.
¿Puedo ausentarme de alguna manera del taller para ir al baño o algo así? Mi intención es observar detenidamente el objeto que acabo de recoger sin que nadie me vea. Sino esperaré a que acabe el turno de trabajo y ya lo miraré en mi celda o donde pueda.
Rote estaba angustiadano podía dejar de oensar en Down y en otros que iban a caer en un destino tan cruel, por una vez en su vida no sabía las respuestas y no sabía que hacer. Aún con todo continuó con su trabajo y sin despegar la vista se dirigió a Maxwell:
-¿Que ha caido en tus manos?
Sí, el baño... en un rato habrá un descanso de 10 minutos para usar el baño, o algunos convictos aprovechan para fumar en una esquina, o conversar. El lugar es bastante tranquilo, solo se admite a los mejorcitos de todas formas, y nadie quiere perder el privilegio de un rayo de sol.
Miro a Rote, en parte sorprendido de que me haya visto
- No lo tengo claro - susurro - voy a intentar comprobarlo y ya te lo comento. Dame 10 minutos.
No tiene sentido ocultarle a rote la información, ya que me ha visto la haré participe de este repentino secreto. Es lo mejor.
En cuanto pasen los 10 minutos y se me permita ir al baño, me encierro en uno y compruebo minuciosamente (asegurandome de que nadie me ve) que es lo que acabo de encontrar.
Entras al baño, te apoyas en la pared para que el guardia no vea lo que traes entre manos, y con disimulo observas lo que has recogido. Se trata de un pequeño cartón, púrpura y plateado con letras negras, con un logo y el texto House of Dance - Hottest Club in Los Angeles. Está troquelado en un extremo, evidentemente es una entrada que ha sido cortada... pero en el reverso, además, pone una fecha. La de ayer. Y huele ligeramente a cerveza.
No puedes ni recordar cuando fue la última vez que tomaste una cerveza.
Al cabo de unos minutos, cuando anuncian el descanso, Maxwell se dirige al baño de hombres.
Un par de minutos después, vuelve y se acerca a la chica. Todavía queda buena parte del descanso.
Pueden conversar, o lo que quieran hacer en los... 8 a 12 minutos que les quedan de descanso.
RZ hace una señal a Maxwell para que se acerque a ella. Mientras se acerca, ella se pone a charlar distendidamente con otros presos. Luego les hace un señal para que se larguen y habla con Maxwell, mirando antes a su alrededor para evitar escuchas indiscretas.
-Y bien, que tienes ahí- dice sin levantar demasiado la voz.
Ni mas ni menos que una entrada para un pub de los Angeles - le susurro mientras permanezco alerta para que nadie lo escuche - Ese malnacido de Trix tiene la clave para salir de aquí... Puede que una charla con el pueda ser interesante ¿Que dices?
RZ mira a Maxwell y cabecea.
-Quizá sea una buena idea-dice en voz baja y luego sue mirada se torna seria y le dice a Maxwell- Vamos a enterarnos bien porque no creo que nadie nos vaya a dar algo sin pedir nada a cambio.
Se me pasó postear, sorry.
Continúan trabajando el resto del turno, para terminar a media tarde. Se dirigen a la fila para retirarse bajo la atenta mirada de los guardias, cuando la bonita y tonta abogada de la prisión, Giselle, se acerca a Maxwell.
Rote, cerca de él, escucha todo el intercambio.
- Usted es el Protector, verdad? Maxwell Conrad? Tengo que hablar con usted, con urgencia. Se trata de su hija, la señorita Cage, que enfrenta cargos agravantes de su actual situación, está presa, sabe?
Giselle mira a Maxwell con sus enormes ojos de venado.
Maxwell se queda pensativo unos instantes, su cara solo refleja una enorme angustia y preocupación, para despues añadir:
- ¿Donde quiere que hablemos, Giselle? ¿Le sirve aquí o es necesario un sitio mas intimo?
- Oh, acompáñeme un segundo a mis oficinas! dice Giselle, se gira, y comienza su andar sinuoso sobre tacones hacia el ascensor.
Vamos a rectificar, es el mediodía, hora de almuerzo.
Rote, intentas seguirlos o vas al comedor?
Sigo a Giselle, sumido en un sinfin de preocupaciones.
RZ como quien no quiere la cosa mira a su alrededor y sigue a Maxwell y a la abogada.
Llegan al ascensor. Allí Giselle gira sobre sus tacones para utilizar su tarjeta en el control, cuando ve a Rote con ellos.
- ¡Oh!, ¿tú quien eres, bonita? Te dice con una sonrisa.
Llegan al ascensor. Allí Giselle gira sobre sus tacones para utilizar su tarjeta en el control, cuando ve a Rote con ellos.
- ¡Oh!, ¿tú quien eres, bonita? Te dice con una sonrisa.
Rote duda un segundo pero se queda en el ascensor, desafiando a la abogada con la mirada. Maxwell interviene, - Oh, es simplemente una amiga de mi hija, no le molestará que nos acompañe, ¿verdad?
Giselle sonríe con una tonta inclinación de cabeza. Por supuesto que no; en realidad, solo necesito que firme unos papeles en mi oficina, y después de todo es en el sector común, así que vamos todos para el mismo lado, dice riendo.
- Señor Conrad, le contaré brevemente. Su hija Down... por cierto, algún día me tiene que contar por qué se cambió el apellido a Cage... fue acusada de graves faltas a la seguridad, herir oficiales del correccional... se encuentra presa, espero que lo sepa, verdad? Odiaría ser la primera en informarle! En resumen, dicen que es violenta. Y a los prisioneros violentos los colocan en un tanque, y no sé cómo hacen pero los duermen. Para siempre.
El ascensor llega a destino. Las puertas se abren y siguen a Giselle a un pequeño cuarto, adornado como oficina pero con un cuadro de un bebé y una flor, un apoya-tazas rosado, y guirnaldas en el monitor de su PC.
La chica toma una carpeta de cartón, la abre y se la presenta a Maxwell.
- Cuando ella era huérfana, era difícil apelar la situación. Pero con un padre biológico como guardián legal que ordene la querella, las cosas cambian. Firme aquí, por favor.