Partida Rol por web

Entrando en El Ministerio del Tiempo

Una luz de Esperanza

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16/03/2016, 13:49
Director

...A pesar de todo, Esperanza podía considerarse "afortunada". Ella estaba sola en su celda, mientras que de otros lugares del edificio, llegaban lamentos y sollozos de gente que sin duda conocía pero que ahora le era imposible identificar. A ellos les mantenían hacinados en otras habitaciones y esperando a compartir su cruel destino.

Pasaron las horas. Era un momento indefinible de la madrugada y tenía frío. Todo el ruido que durante la noche se había dejado oír, había dejado paso a un silencio mortecino y a una oscuridad tétrica. Por un pequeño agujero entre el muro y las vigas de la techumbre, se colaba un delgado hilo de luz de la luna llena que era suficiente para que sus ojos acostumbrados a la oscuridad, distinguieran el interior de la celda. Pero también el tenue soplo del viento que por ahí se colaba e impedía calentar siquiera un rincón.

En uno de esos momentos en que se encontraba en duermevela más por cansancio que por necesidad en sí, le pareció oír el sonido de una puerta que no era la de su celda y distinguió por debajo de la puerta, una luz que provenía del pasillo, lo cual la espabiló mínimamente.

Notas de juego

Bueno, pues nada, empezamos. Como puse en la descripción, este será el hilo donde roleará Destiny con su personaje, Esperanza... Si sobrevive al más que previsible fusilamiento, claro (Joer! Ya empieza el master con sus maldades :)

La lectura es universal, es decir, que puede entrar todo el mundo a leer la historia (no creo que sea relevante para alterar el resto de "hilos" de la historia) pero solo podremos escribir Destiny y yo.

Por cierto, me he tomado la libertad de "manejar" un poco el personaje (que oiga, que está medio dormida, que se espabila...) pero no me gusta "ná de ná" hacerlo. En lo sucesivo no lo haré y si me hace falta que "decida" sobre algo que no has escrito, te lo diré para que completes el post.

De momento no han entrado más personajes pero así vamos "calentando motores". Bienvenida y... A divertirse.

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16/03/2016, 15:51
Esperanza Cámara

La joven había perdido todo aquello por lo que había luchado los últimos años de su vida. En tan solo un día su vida había vuelto a romperse, pero esta vez no había pensamiento alguno de que esta fuera a reconstruirse. Se quedó toda la noche sentada sobre el frío suelo, tiritando, sintiendo el gélido aire acariciar su piel. Ya no tenía más lágrimas que derramar y los jadeos y sollozos  que escuchaba a su alrededor habían hecho que sus oídos se acostumbrasen. Fueron varias las horas que pasaron sin que la chica llegase a alzar el rostro, sin que llegase a moverse perdiendo aquella postura fetal. Poco a poco el sonido se fue marchando y ahora lo único que podía oír era el viento silbar al colarse entre las grietas del dañado edificio.

De nuevo una puerta volvió a abrirse, lo cual llevó a Esperanza a pensar que al fin su turno había llegado. Ya no había razón para aguantar más ese dolor, tan solo deseaba que se acabara lo antes posible. Giró su rostro con suavidad, quedando parcialmente cubierto por su pelo rubio manchado por la sangre de sus amigos. Sus ojos pudieron contemplar una luz que provenía del pasillo y con dificultad intentó levantarse apoyando su cuerpo contra la pared que quedaba a su espalda. Con algún que otro desequilibrio consiguió ponerse en pie, notando como los temblores se acentuaban aún más en su cuerpo al cambiar de postura.

Con una mano apoyada en la pared, acariciándola, comenzó a caminar con lentitud para dirigirse a los barrotes de metal que daban al pasillo. Sin ni siquiera mirar a través de ellos los agarró con ambas manos para mantenerse en pie y no caer de nuevo. Con la cabeza baja, mirando en el suelo la única luz que alumbraba aquel lugar, esperando ver la sombra del hombre que la sacaría de ese lugar para compartir su destino con el resto de los prisioneros.

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17/03/2016, 18:56
Ernesto Jiménez

El oxidado cerrojo chirrió antes de permitir abrirse la pesada reja. En el umbral, dos figuras: Una pequeña que sostenía las llaves en una mano y un candil en la otra, con fusil a la espalda y otra más alta, con botas hasta la rodilla, pantalones bombachos, guerrera y gorra de plato... Sin duda alguien con un cierto mando allí.

Este último se introdujo en la celda sin muchos miramientos y poniendo sus manos detrás de la espalda, se quedó mirando a Esperanza y su lamentable estado. El otro también entró detrás e iluminó la escena.

-¿De qué se acusa a esta mujer? -dijo el mas alto-.
-No sé -dijo el otro- Será de ser una puta roja Jajajaja.

El oficial giró la cabeza mirando al otro muy serio, lo que hizo que este dejara de reírse al instante. Después volvió a mirar a la mujer y dijo:

-Yo más bien creo que es una espía de los rebeldes ¿No es así? -Y volvió a mirar al otro-.

-Si... Si... Por supuesto. Eso es, mi teniente.

-Bien pues quiero interrogarla antes de... Bueno, antes de que sea demasiado tarde. Salga ahora de la celda y cierre la puerta del pasillo.

-Pero mi teniente, no se permite que nadie...

-¿Acaso cree que una mujer va a poder hacerme algo, soldado? -replicó iracundo el mando-.

-No... No, claro que no, mi teniente -dijo el soldado dubitativo cuadrándose y saludando con un leve golpe de tacones- Esperaré fuera a que me avise.

El soldado salió presuroso deseando librarse lo antes posible de la inquisitiva mirada del superior y este entornando la puerta, cambió totalmente de actitud, dirigiéndose amablemente a la muchacha que se apoyaba semiinconsciente en la pared para no caerse.

-¡Esperanza! ¡¿Me oye!? ¡Vamos! ¡Despierte! ...No tenemos mucho tiempo.

Hurgando en uno de los bolsillos interiores de su guerrera, extrajo un frasquito de sales que acercó a la nariz de ella agitándolo.

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18/03/2016, 12:00
Esperanza Cámara

Con la cabeza gacha, contemplando el suelo del pasillo, pudo observar como dos figuras se acaban a ella con el sonar de sus botas como una triste melodía. Se mantuvo inmóvil sin separar sus manos de los barrotes de aquella triste celda, hasta que finalmente los soldados alcanzaron el lugar en el que había pasado la noche. Sin pronunciar palabra alguna abrieron la puerta con un chirrido, entrando para observar a la joven que incluso ahora parecía encontrarse algo ida. Físicamente aún sentía el frío en su piel, los golpes que los soldados le propinaron para traerla. Pero era mentalmente donde ella se encontraba más debilitada después de saber que el hombre que amaba había muerto hace tan solo unas horas.

Escuchó la conversación sin prestar demasiada importancia, la acusaran de espía o de ser una roja ya no había marcha atrás. Aunque cuando el oficial mencionó que quería interrogarla antes de que se la llevaran hizo que al fin reaccionase. Alzó su rostro para mirar al más alto de los dos, apoyando su espalda contra la pared sin separarse de la esquina para no caer al suelo, viendo el uniforme antes de fijarse en el hombre que se ocultaba bajo este. Pero aun así se mantuvo en silencio mirándole sin decir nada, viendo como despedía al soldado que se marchaba por el lugar que había venido.

Las palabras de aquel teniente llegaban a su cabeza con retraso, no podía entender bien lo que decía, a que se refería con que no tenían mucho tiempo. Hasta que entonces colocó aquel pequeño frasco junto a su nariz agitándolo haciendo que la joven se activase. La rubia ladeó su cabeza con algo de brusquedad, tosiendo algo ronca dejando de mirarle. Incluso se despegó de la pared en la que se encontraba apoyada sin llegar a soltar su mano de los barrotes en los que aún se apoyaba.

- Déjeme... yo no sé nada, ya se lo dije a los otros - respondió en un tono suave, incapaz de alzar más la voz. Llevando de nuevo la mirada al frente para mirar al soldado que tenía frente a ella - Yo solo curaba a los heridos, solo eso... solo quiero que esto acabe.

A pesar de sentir su mente menos entumecida Esperanza era incapaz de darse cuenta que aquel hombre tenía otras intenciones. Incluso aunque se hubiera encontrado en buenas condiciones no se consideraba lo suficiente importante para nadie ¿Quién se preocuparía por sacarla de un lugar como ese?

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18/03/2016, 13:03
Ernesto Jiménez

-Escuche Esperanza, sé que no es momento para decidir con claridad, pero no tenemos mucho tiempo. He venido para sacarla de aquí. Ya sé lo que es usted y como son los juicios sumarísimos en una guerra: Ni hay justicia ni se puede esperar que la haya.​ Beba un poco de esto.

El militar desenrosca el tapón de una petaca que saca de un bolsillo interior de su guerrera y se lo tiende con un leve esbozo de sonrisa apenas distinguible en la penumbra.

-¿Recuerda usted si Alberto le dio algo para custodiar? ¿Algo que le dijera que era importante?

En el pasillo mientras tanto, se oían algunos ruidos inconexos: pasos de botas, chirridos de puertas, algún objeto que caía al suelo... El oficial, miraba de vez en cuando a la puerta con cierto resquemor en la mirada.

Notas de juego

Iba a ponerte aquí un comentario, pero he pensado que mejor lo pongo en el "off-topic" y así es para todos.

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18/03/2016, 14:06
Esperanza Cámara

El gesto de Esperanza se fruncía, confusa por aquello que estaba escuchando, incrédula. Desconocía por completo quién era aquel hombre y más aún quién podría haberlo mandado. No sabía si era alguien en quien poder confiar. Pero a estas alturas aquello dejaba de tener importancia, pues su muerte ya había sido sentenciada. Por ello escuchó sus palabras lo más atenta que podía, mientras que al final su mirada se deslizó hasta sus manos contemplando aquella petaca que el hombre abría para tendérsela. La joven alzó de nuevo la vista, mirándole a los ojos.

- ¿Qué... qué es... - intentó preguntar, pero sus suaves palabras se vieron cortadas por las del hombre que le preguntaban acerca de su marido.

Intento recordar aún con dificultad, tratando de pensar en los días anteriores a la entrada los soldados en la capital. Pero no, no había nada que le viniera a la cabeza. Lo único material a lo que Alberto le había dado importancia en toda su vida era al anillo que ahora mismo Esperanza portaba en su dedo. Según él se trataba de una joya familiar, que le entregó el día en que tomaron matrimonio de forma clandestina para sellar su amor eterno.

Así pues como respuesta la joven alzó la mano mostrando su anillo, sucia por la tierra y la sangre seca, sin saber siquiera si era eso de lo que aquel hombre estaba hablando. Cuando entonces escuchó un golpe al otro lado de la puerta del pasillo, haciendo que con prisa tomara la petaca por su parte baja acercándosela a los labios para dar un trago de lo que Dios supiera que había dentro de ella.

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19/03/2016, 13:11
Ernesto Jiménez

-No se preocupe, no es veneno. Es solo algo para entrar un poco en calor y reconfortarla. Ahora es posible que venga la parte más difícil: A ojos de todo el mundo, usted sigue siendo una prisionera ¿entendido? No se preocupe si la trato con algo de... brusquedad. Es parte de la pantomima.

El hombre se separó de ella y se acercó a la puerta por la que entraba otro hombre de uniforme acompañado por el bajito que había entrado antes acompañando a tu -al parecer- bienhechor.

-¿Es usted quien se encuentra aquí al mando? -le dijo al recién llegado anticipándose a lo que iba a decir el otro- menos mal que he llegado a tiempo... Necesito llevarme a esta mujer al Cuartel General. Creo que tiene una información que puede resultar de extrema utilidad.

Tendió un papel al otro que este examinó un poco displicente.

-¿Y qué puede saber una enfermera que sea de tanta utilidad?

-Una enfermera nada. La novia de un infiltrado, mucho... Y por lo poco que me ha dicho, debe saber bastante. Y es lo que queremos averiguar.

-Mmmm... Ya.

Siguió examinando el papel con detenimiento y se produjo un incómodo silencio.

-Le rogaría que agilizara toda esta situación -le dijo con autoridad al recién llegado- Tengo un montón de cosas que solucionar y debería estar en mi despacho antes del amanecer.

Aquellas palabras parecieron despertar al otro de un cierto letargo. Levantó las cejas y después de resoplar, dijo:

-Muy bien... ¡Alfredo, sácala fuera!

El bajito se acercó a ella y la agarró fuertemente por un brazo:

-¡Qué suerte vas a tener, zorra! Te vas a librar de hacer el paseíllo.

El oficial que le había dado la petaca se giró y asió fuertemente la muñeca de la mano del soldado que apretaba el brazo de la mujer hasta que consiguió que la soltara.

-¡Déjelo! Ya la llevo yo -le dijo con educación impostada- Es demasiado valiosa. Y créame, cuando acabe con ella, habrá deseado morir antes cinco veces al menos.

Esta vez fue él el que la cogió del brazo. Con firmeza, pero delicadamente. Nada que ver con la mano que le había puesto hacía un minuto encima el brusco soldado.
Salieron al pasillo:

-Pueden ir con nuestro convoy hasta el cruce que sale a la carretera si lo desean.

-No, gracias. He venido en un coche oficial oscuro, así que por la noche será más fácil pasar desapercibido yendo solos. Además, vamos en dirección contraria a ese convoy. Pierda cuidado.

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21/03/2016, 12:35
Esperanza Cámara

La joven volvió a retroceder dando un paso atrás, pegando su espalda contra la fría pared cuando el militar se separó de ella. Sentía como su garganta y su interior se encendían a causa de la bebida, como poco a poco el frío que producía sus temblores complicando la tarea de mantenerse en pie, comenzaba a desvanecerse lentamente. Lo que no podía desvanecerse era el miedo y la incertidumbre que aún reinaba en su interior, no sabía que era lo que estaba pasando y sin lugar a dudas los conflictos o embustes jamás habían sido uno de sus puntos fuertes. Por ello se quedó en completo silencio cuando el hombre que se encontraba con ella decidió hablar con los uniformados que acababan de entrar en escena.

Escuchó la conversación con interés, cómo podría no hacerlo cuando lo que se debatía era su propia vida. Pero ni siquiera participó en la escena pensando que cualquier cosa que pudiera decir acabaría mal, no solo para ella sino también para el hombre que al parecer estaba intentando sacarla de ese sucio lugar. Así pues aguardó con reticencia hasta que el momento hubo llegado, el momento en el que aquel soldado se acercó a ella para tomarla del brazo de una forma poco delicada. El gesto de Esperanza cambio por el dolor, por las pocas fuerzas que aún le quedaban, pero se sintió en cierta forma aliviada cuando fue el "sargento" quien finalmente se hizo cargo de su traslado, aún a pesar de su comentario.

Si lo que le había dicho antes era cierto, cualquier lugar sería mejor que quedarse en este lugar. Dio entonces un paso adelantándose, dispuesta a caminar junto a él allá donde pensase llevarla. Por ahora todo era un misterio y las cosas parecían ocurrir demasiado rápido como para que la mente cansada de Esperanza fuese capaz de asimilarlo todo de una forma correcta. 

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23/03/2016, 11:26
Ernesto Jiménez

Salieron los cuatro de aquella improvisada celda, ya que el edificio no era una cárcel, si no al parecer una gran finca señorial con un gran sótano y con una bodega y una despensa con rejas, que era donde habían confinado a Esperanza y a los demás que habían apresado con ella.
​Subieron las escaleras hasta la planta baja: el soldado bajito delante, luego Esperanza, su benefactor detrás y por último, el sargento que había hablado con él. Salieron al exterior por la puerta de entrada del vestíbulo y el relente mañanero, acarició sus rostros con fría mano.

En los jardines de la señorial mansión, había una actividad inusitada y desde luego nada que ver con los bucólicos jardines ordenados a la francesa delante del coqueto palacete: Todo eran camiones militares aquí y allá, soldados en formación de un sitio a otro e... hileras de infortunados civiles que subían a algunos de estos camiones, escoltados por militares con el mosquetón en ristre.

Llegaron a la puerta trasera de un largo y elegante vehículo oscuro que esperaba con las luces encendidas y el motor en marcha.

-Le agradezco mucho su colaboración, sargento. Estoy seguro que el testimonio de esta mujer nos va a ser de mucha utilidad y eso ¿Quién sabe? puede que redunde en su beneficio en forma de ascenso. Tenga por seguro que lo reflejaré puntualmente en mi informe.

Al sargento pareció que le habían metido una escoba por el culo y se puso rígido, con una sonrisa de oreja a oreja en su cara mientras hacía el saludo militar.

-Ha sido un placer, mi coronel. Siempre a sus órdenes.

El soldado bajito también se cuadró y su misterioso acompañante sonrió mientras devolvía el saludo sin decir nada al tiempo que suavemente tiraba de tu brazo para introducirte en el asiento de atrás del coche para dar la vuelta luego y entrar por la otra puerta en el compartimento trasero.

-Lucas, vámonos de aquí ya ¿Qué tal se encuentra, Esperanza? -dijo dirigiéndose a ti con una sonrisa- Creo que tenemos mucho de que hablar antes de dar el siguiente paso. Mi nombre es Ernesto. Ernesto Jiménez.

El coche arrancó y enfrentó el camino que conducía a la puerta en la valla de la finca. En el cielo, por el este, empezaba a insinuarse una cierta claridad que anticipaba el cercano amanecer.
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06/06/2016, 18:46
Director

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Ha pasado un tiempo indefinido entre la última vez que tuviste los ojos abiertos y este momento. Contra el pronóstico de todos los doctores, has abierto los ojos. Y no te encuentras mal. Un poco entumecida y con algunos cortes y magulladuras, pero nada grave. Te han hecho un chequeo que los médicos llaman "rutinario" y al parecer no han encontrado nada. Sana como una manzana.

Han desconectado todos los aparatos, los goteros, las agujas que te mantenían en la cama tumbada y te has podido levantar.

En el pequeño armarito de la habitación hay ropa, pero no parece la tuya. Es una ropa que se puede decir que es de mujer aunque con toques inequívocamente masculinos: Una camisa holgada blanca, unos pantalones bombachos color caki, botas negras y una gorra también caki con borla roja. Por supuesto, también ropa interior femenina de algodón blanco. Ni rastro de la ropa con la cual permanecías prisionera... ¿Recuerdas algo de lo que ha pasado? ¿No recuerdas nada?

La cabeza no te duele pero pensar en ello, te provoca un ligero vértigo.

Notas de juego

Bueno pues ahí te dejo a Esperanza "en suerte" y a partir de ahora, la manejas tú.

En cuanto te la veas asignada como tu personaje, puedes empezar a rolear y en cuanto te haya visto responder, los personajes empezarán a interactuar con ella.

Como ya te he dicho por MP: Bienvenida.

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07/06/2016, 09:41
Ernesto Jiménez

-¿Qué ocurre Salvador? Estábamos a punto de salir.

- Me han llamado del hospital. Esperanza ha despertado.

- ¿Despertado? ¡Si la dejé muy mal cuando la traje!

- Pues me han dicho que ha pasado todos los chequeos sin ningún problema. Querido Ernesto, creo que hay cosas en las puertas que aún a día de hoy, escapan de nuestro entendimiento. Mejor no pensar en ello.

- Bien y entonces... ¿Qué propones?

- Tenemos que llevar a una mujer desconocida y francamente, Esperanza tiene una ventaja sobre Martina: Conoce el documento que hay que recuperar, pues lo escribió de su puño y letra, como bien recordarás.

- Si, eso está claro ¿Qué hago entonces con Martina?

-Eso déjalo de mi cuenta. Como sabes, en este Ministerio siempre hay cosas que hacer y Martina es una mujer con cualidades suficientes para encajar en cualquier otra misión.

- Lo dejo de tu mano entonces ¿Qué hago yo?

- Vete al hospital y recoge a Esperanza. Ya le han dado el alta y le han proporcionado indumentaria adecuada. Volved al Ministerio y comenzad la misión. Ya hemos perdido suficiente tiempo.

- Muy bien.

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07/06/2016, 09:55
Director

¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!

Suena la puerta de la habitación.

- ¿Esperanza?

Desde fuera una voz de hombre, pronuncia tu nombre.

Notas de juego

No he querido avanzar más porque no sé si prefieres que Esperanza ya esté vestida, o no se haya decidido a vestirse todavía con esas ropas, si tiene sueño, si tiene hambre... En fin, ya sabes... Rolear.

Creo que ya está todo listo y puedes funcionar sin problema. Si lo hubiera, pues no tienes más que decírmelo.

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09/06/2016, 00:21
Esperanza Cámara

Aún aturdida por todo lo que acababa de suceder me despierto en la cama de un extraño hospital. Las paredes están llenas de enchufes, una extraña caja de cristal negra está sujeta a la pared frente a mi y sobre la cabecera de la cama hay una especie de cosa rectangular paralela al suelo con mas enchufes y botones bajo la cual y unida a ella hay una peculiar bombilla cilindrica alargada que emite una luz mortecina.

No entiendo nada. ¿Que es todo esto?

Me levanto de la cama y tras palparme todo el cuerpo en busca de heridas o señales extrañas noto que llevo una especie de bata corta con botones a la espalda. ¡¡¡A la espalda!!! ¿Como pretenden que alguien se ponga esto?*. Al percatarme de que debido a la confección de la bata mi aspecto es bastante impudico por estar medio abierta por atrás y no llevar ropa interior me la quito y la pongo al reves, por desgracia la situación no mejora mucho pues cada boton está como a unos 20 cm uno de otro mostrando toda mi piel desnuda entre botón y botón. ¿Esto es un hospital o un lupanar?

Ensimismada en mis pensamientos no me doy cuenta de que están llamando a la puerta y tardo unos segundos en reaccionar. Cuando lo hago es solo para apalancarme sobre la puerta cerrandola con todo el peso de mi cuerpo sobre ella mietras sujeto la manecilla con ambas manos. Quiero ropa. Ropa decente, no está bata abierta de pu... mujer de la noche.

Notas de juego

* Si señores, esto es totalmente veridico, vayan a cualquier hospital xD

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09/06/2016, 00:48
Ernesto Jiménez

- Tranquila Esperanza. Soy Ernesto Jiménez -te dice la voz desde el otro lado de la puerta- No sé si recuerda al oficial con el que salió de su prisión en un coche oficial negro. Soy yo.

Busque por la habitación. En algún lugar me han informado que tiene ropa de su talla. En cuanto esté lista, díganoslo y si nos lo permite, entramos.

Después de aquello, la voz queda en silencio para que luego, una segunda voz añadiera:

- Señorita, dese prisa. No tenemos todo el día.

Notas de juego

Si bueno... creo que el que más el que menos, todos hemos visto o padecido esas batas que más que tapar, enseñan todo.

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13/06/2016, 19:55
Esperanza Cámara

Si si, le recuerdo, no entre por favor. No estoy visible.

Tras un rato buscando por fin encuentro algo parecido a la ropa interior aunque deja bastante a la vista, en mi época las mujeres bajo la ropa practicamente llevabamos otro vestido y estas braguitas modernas tienen bastante poca tela al igual que el sostén. Pa-parece que en su época se han vuelto muy ahorradores con la tela. Pero esto no es nada, al ver el vestido que me han proporcionado alucino aún más, es azúl, de una sola pieza, de manga corta y con una falda bastante por encima de las rodillas. ¿Ernesto, los hombres llevan tambien tan poca tela o esto es solo para las mujeres? Supongo que la España de ahora es mucho más calurosa que antes. Al menos veo que las medias pueden usarse y eso me tranquiliza ya que aunque se vea mis piernas mi piel no será visible... al menos no del todo.

Ya vestida abro la puerta bastante ruborizada por mi aspecto libertino permitiendo la entrada al hombre que me trajo aquí. No-no estoy muy convencida de que esta ropa sea del todo decente.

Notas de juego

Sorry, el fin de semana casí ni entré en casa y por eso no postee xD

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19/06/2016, 02:10
Ernesto Jiménez

- Escuche Esperanza, no entraremos hasta que no esté lista: Mire en el armario de la habitación: Hay una camisa blanca, un pantalón y una casaca caqui, unas botas negras de su talla y un gorro militar también caqui además de la ropa interior. Lo que creo que lleva puesto es solo una prenda del hospital para enfermos convalecientes... No le voy a decir que la vida no haya cambiado mucho, pero no hasta ese punto.

- Haga el favor de vestirse lo más rápido posible. El tiempo apremia.

Por segunda vez, la otra voz apostillaba lo que Ernesto le había dicho, pero ninguno de los dos entró en la habitación.

Notas de juego

...Creo tener la obligación de tirarte de las orejas un poco: Esperanza ha pasado por las puertas inconsciente, o al menos semiinconsciente y no es Agente del Ministerio, así que TODAVÍA no debería saber que es posible lo de viajar en el tiempo, pero bueno, como acabas de aterrizar como aquel que dice, por esta vez, seremos benévolos.

 

Y respecto a lo del posteo, tampoco te preocupes. Ya sabemos como se las gasta a veces el mundo real.