Partida Rol por web

Eón

DÉMETER

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08/03/2019, 09:15
Director

I N T R O D U C C I Ó N

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08/03/2019, 10:16
Director

Una brisa sublime la despertó. Contenía sin duda la fragancia de flores diferentes pero era un aroma infinitamente sutil y delicado. También traía algo parecido al aire de la montaña, no el frío del invierno sino el fresco de la mañana. Podía sentir la luz cálida acariciando sus párpados todavía cerrados.

Imbuida en esa atmósfera su lengua se movió encontrándose con los dientes. Tenía algo de sed pero su boca no estaba seca. Sintió el sabor de esa mañana como si fuera un bocado de ambrosía. Su corazón latía y el cuerpo le respondía fiel y saludable. Tanto que se sintió ligera como nunca.

Apenas notaba la textura suave del tejido de alguna suerte de camisón. Quizá estaba cubierta por algún tipo de sábana. No había abierto los ojos cuando escuchó la voz de dos niñas.

—Princesa, princesa, es la hora... Dadle el beso ¡No seáis cobarde!

La otra contestaba, hablaban en susurros.

—¡Deberíais habérselo dicho a madre! ¡La que se va a liar!

—Shhhu.

Y luego sintió un tierno y minúsculo beso en la mejilla.

Ambas deberían rondar los ochos años.

Notas de juego

A partir de ahora pasas a esta escena. Lo que puedas leer como destintaria en la escena anterior lo experimentará Darya como recuerdos.
 

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08/03/2019, 12:27
Darya Gevorkian

Y de pronto respiró.

Aire fresco y perfumado y el corazón latiendo en el pecho. Podía percibir sus miembros, los reales, la suavidad de la tela que la cubría y la ligereza que se siente tras un descanso reparador. El leve temblor de los párpados no cubría la visión de oscuridad sino que más allá podía percibir la luminosidad del sol y su calidez sobre la piel del rostro. Su lengua, sus dientes… Su cuerpo estaba allí. ¡Había vuelto!

Sintió los ojos humedecerse y sus labios curvarse respondiendo a una felicidad que apenas podía soportar. El aire era de una fragancia tan dulce y sutil que cada inspiración parecía un bálsamo. «Esto es cosa de mi madre» —concluyó—, «me ha traído al mejor lugar del mundo para que pudiera despertar».

¿Cuánto tiempo habría pasado? Era invierno cuando se fue y ahora podía sentir la calidez a su alrededor. Acarició el lecho donde se encontraba con las yemas de los dedos. Casi no se atrevía a moverse como si un gesto brusco la pudiera devolver al infierno que había abandonado.

¿Qué habría sido de Erik, de Forest, de Egra? ¿De todos los demás?

Pero no estaba sola. Dos niñas hablaban acerca de darle un beso. ¿Podía ser Virginie una de ellas? ¿A qué juego de princesas estarían jugando? Las lágrimas brotaron al fin de sus ojos tras sentir los pequeños labios sobre su mejilla.

No… No os vayáis, por favor. Por favor.... —oyó su voz natural a través de sus huesos y la sonrisa se amplió— ¿Podéis traerme un vaso de agua?

Darya abrió los ojos.

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08/03/2019, 12:49
Angela Danesti, princesa de Basa'rab

Cuando abrió los ojos ambas niñas estaban sentadas cada una a un lado de su cama, enorme, que tenía un dosel del que caía una tela blanca mecida por la brisa. Tras él se adivinaban grandes ventanales de una habitación que parecida de un palacio. También podía intuir más camas.

Pudo ver su indumentaria, una especie de blusa con la cintura muy alta y color amarillento casi transparente. Bajo ella, una ropa interior blanca la cubría pero no la notaba en absoluto.

Una de las chiquillas, que tenía un extrañísimo peinado y la piel de un color entre marrón blanquecino y rosáceo que no había visto nunca, aterrizó de un saltito en el suelo. Tenía el pelo dorado, casi del color de la paja y pecas, de un color también dorado.

Vestía algo parecido a un blusón plateado con costuras en oro y un gran lazo anudado al cuello color verde esmeralda.

Notas de juego

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08/03/2019, 13:01
Beatrice Danesti

La otra niña que no había saltado dio un respingo de sorpresa y buscó como instintivamente la mano de Darya, que estrechó entre las suyas.

—No tema, ma Princesse —dijo con un ruego ¡Talía ha despertado y está bien!-Y volvió a repetir, esta vez tratando de convencer a la propia Darya— ¡Está usted bien madame!

Su blusa era más sencilla que la de su amiguita, beige, y tenía un pequeño lazo, dorado. Era pecosa y pelirroja y tras un instante de incertidumbre Darya reparó en que era exactamente como verse a sí misma a los ocho años.

La niña comenzó a llorar y tuvo la extraña sensación, casi táctil, de que eran sus propias lágrimas las que bajaban por esas pequeñas mejillas, como si pudieran cambiar de ojos.

La otra niña, cuya voz era la de la “princesa” que le había dado el beso dijo.

—No se preocupe, ma petite Beatrice*, yo misma iré a por el agua.

Y salió del espacio cubierto por las telas.

Notas de juego

(*) En el Eón existen también frases hechas que suenan diferentes al idioma común, pero no existen como un idioma diferente.

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08/03/2019, 13:54
Darya Gevorkian

Darya fue incapaz de reaccionar antes de que la pequeña “princesa” saliera de la escena como una exhalación. Había quedado totalmente impactada con la presencia de la niña que sostenía su mano. La había llamado "Talía", parecía feliz hasta las lágrimas de que hubiera despertado y supo -supo más allá de reconocer sin dudas las formas de su propio rostro- que era como ella misma a su edad. Fue tal el impacto que más lágrimas brotaban y ya no distinguía sobre qué mejilla rodaban, como si lo que manaba de los ojos de la chiquilla fueran las suyas propias.

Se aferró a su mano tratando de evitar que se marchara al igual que su amiga. Después se incorporó despacio mientras seguía escrutando el rostro de la chiquilla. No podía creer lo que veía.

¿Quién eres, pequeña?, ¿qué lugar es éste? —le preguntó con tono dulce, hablando despacio y sin dejar de pasar la vista por los distintos detalles de su cara, pelo y ropas.

 

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10/03/2019, 23:24
Beatrice Danesti

Ella también habló flojito, cascando un poco su voz infantil.

—Soy Beatrice Danesti, hija monoparental de Titania de Basa'rab y Danesti e hijastra de Mihai Razvan, sóter de Basa'rab. Soy la dame de la chambre privée de mi hermana, Angela Danesti, princesa de Basa'rab.

Sin soltarle con una de sus manos, con la otra apartó un poco el cortinaje.

—Si se topa con alguien camino a la cocina me va a caer una buena.

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11/03/2019, 00:38
Director

Se despertó con una música. Un piano lejano que lloraba con una melodía inaudita, un sentimiento descarnado de pérdida, de añoranza. Un quejido puro. No sólo era la composición, asombrosamente sencilla y directa. Superaba a cualquier otro piano que hubiera oído antes. Desde el timbre del instrumento hasta el virtuosismo y sobre todo la pasión del intérprete, que le recordaba inevitablemente a su hermano.

La luz del día acariciaba sus párpados y respiraba un aire fresco y sutilmente perfumado, vivificante.

Notaba sus dientes, sus huesos, incluso sus pestañas o la punta de sus dedos. Se encontraba bien, mejor que nunca. Sentía su corazón latiendo en su pecho y su estómago y sus pies.

Estaba tumbado en una cama muy cómoda y sentía el tacto de su ropa tan ligera que no podía asegurar si estaba vestido o cubierto por algún tipo de sábana muy fina. No sentía frío y tenía un poco de sed.

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11/03/2019, 00:44
Director

Se despertó con la brisa de la mañana. Transportaba el olor de mil flores. Delicado, refrescante, vivificante. También pudo oler la hierba y el agua. Escuchó el aleteo y el canto de un pequeño pájaro que se posaba en algún lugar cercano.

La luz acariciaba sus párpados y sintió en su pecho su corazón latiendo enérgicamente y sobre su piel algún tipo de tela extremadamente suave, tanto que sólo por su tacto no era capaz de saber si estaba vestido o cubierto por algún tipo de sábana.

Notaba los dientes, los huesos, incluso sus pestañas o la punta de sus dedos. No estaba entumecido, se sentía ligero. Estaba bien, mejor que nunca, si acaso tenía un poco de sed.

Se escuchaba una lejana melodía de piano que venía de otra habitación. Era tremenadamente pasional. Algo diferente a cualquier cosa que hubiera oído hasta entonces, como un sentimiento comunicado directamente, de una manera casi física.

Notas de juego

Edito: he quitado alguna repetición y añadido algo en el últimpo párrafo.

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11/03/2019, 00:57
Director

Se despertó respirando la brisa de una mañana fresca pero no fría. En su boca tenía un sabor refrescante, un aroma sutil y delicado a flores.

Escuchó el aleteo de un pájaro, luego su canto, cercano.

La luz acariciaba sus párpados y sintió en su pecho su corazón latiendo enérgicamente y sobre su piel algún tipo de tela muy suave.

Notaba los dientes, los huesos, incluso sus pestañas o la punta de sus dedos. No estaba para nada entumecido ni cansado, se sentía ligero. Estaba bien, mejor que nunca, si acaso tenía algo de sed.

Empezó a escuchar una lejana melodía de piano que venía de otra habitación. Era sencilla y tan sentimental que si le prestaba atención se le hacía un nudo en la garganta. Contenía una melancolía y un amor que se podía respirar casi como algo físico.

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11/03/2019, 13:31
Darya Gevorkian
Sólo para el director

¿Basaarab? —repitió torpemente mientras negaba con la cabeza— Lo siento, Beatrice, creo que nunca he oído hablar de este lugar... —confesó pensativa, todavía confusa. Vio a la niña mirando a su espalda y temió que la dejara sola sin respuestas—. Por favor, dime, antes me has llamado “Talía”: ¿me conoces? ¿Sabes cuánto hace que estoy aquí o cómo llegué a este lugar?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo una tirada de Introspección más Contemplar para ver si Darya conoce el nombre de Basa`rab, pero me acabo de dar cuenta que a lo mejor debería haber tirado Razón más Cultura popular (sumaría +5), pues no se trararía de recordar, sino de saber si lo conoce. x-( Ahora ya no puedo cambiar la tirada.

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11/03/2019, 14:33
Beatrice Danesti

—Te rescató el Sóter de una bóveda del Sheol cuando yo era muy pequeña pero dice que ya yacías allí en la Noche del Laberinto Espejado.

Dejó de mirar por la rendija y volvió a centrar su mirada en Darya. Se acercó a su oído para bajar todavía más el volumen de su voz

—Te encontró buscando respuestas a mi nacimiento. Somos un misterio.

Notas de juego

Los nombres de las ciudades son un tema totalmente banal en el Eón. Sería como aprenderse los nombres de las calles de una barriada en la actualidad. Dar tanta importancia a un sitio como para ponerse un título es algo reservado al mundo de los cuentos de hadas.
 

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11/03/2019, 15:34
Ryu Akahoshi

Hay una melodía que se arremolina en el espacio que vibra a mi alrededor, girando, haciéndome pivotar a mí también en las alas de un aire sostenido y galopante. Todavía inmerso en la vigilia me pregunto por un instante si estoy en mi casa o dónde, pero el recuerdo de la nave es muy poderoso aún y no puedo alejarlo simulando que ha sido un mal sueño... No. De hecho, mientras observo los colores que se arremolinan contra la piel de mis párpados cerrados a la manera de una pantalla en la que se proyecta una película psicodélica me doy cuenta de que tengo miedo de abrirlos. De que los estoy cerrando fuerte a propósito.

Me permito deslizar las manos por las sábanas y por mi cuerpo, ¡Mi cuerpo! Por unos segundos antes considerar tentativamente entreabrir mis ojos. Hay algo que me distrae, además de la música, y es el perfume que hay flotando en el aire... ¿Qué es eso? ¿Por qué con solo inspirarlo me siento un hombre nuevo? ¿Acaso...? ¿Acaso morí en aquella sala prístina e impoluta rodeado de autómatas y estoy en lo que algunos de los ritos postmortem llaman Paraíso? ¿Dónde están los otros? Oh, no, no quiero estar solo, ¡No quiero!

Abro los ojos del golpe tratando de reconocer lo que me rodea, no puedo controlarme y un pequeño escalofrío me recorre la espina dorsal, como sucede cuando despertamos de una pesadilla muy intensa, a pesar de que me siento bien y descansado... ¿Qué demonios ha pasado?

Fallé, eso ha pasado. No canté la canción de la libélula.

- Tiradas (1)
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11/03/2019, 22:32
Faraz Snowden
Sólo para el director

Pestañeo rápidamente mientras intento habituarme a la luz que baña todo cuanto me rodea. Huele a flores, a hierba, a vida, y a mis oídos llega el canto de un pájaro traído por la brisa. Estoy tumbado. ¿He estado durmiendo? No recuerdo la última vez que me sentí tan descansado, y sin duda, resulta tentador refugiarse en la idea de que todo lo que acabo de vivir no ha sido más que un sueño y no ha sucedido realmente, pero lo cierto es que ya no sé qué pensar. Me miro las manos y después los brazos para comprobar que vuelven a ser los míos, y me palpo el rostro lentamente, en busca de unas facciones conocidas. Parece que vuelvo a estar en mi propio cuerpo.

Estirándome despacio, miro a mi alrededor con atención. ¿Dónde estoy? ¿Estoy solo? ¿Y de dónde sale esa arrebatadora melodía de piano que ha empezado a sonar?

Notas de juego

Pues eso, que WTF. He corrido el riesgo de dar por sentadas algunas cosas, como que estoy tumbado (narras que me despierto, y que quizá estoy cubierto por una sábana). Faraz también ha asumido que vuelve a estar en su propio cuerpo, aunque claro, sin un espejo no hay manera de estar seguros (a menos que al inspeccionarse vea tentáculos verdes, patas de araña, caracteres sexuales femeninos, o cualquier otra cosa que claramente no corresponda con su imagen corporal). Si me he pasado de listo, me lo dices y cambio el post. No he descrito mucho más porque necesito mucha más información, así que no te cortes. XD

También posteo solo para el director, a menos que indiques otra cosa.

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12/03/2019, 13:25
Darya Gevorkian
Sólo para el director

Cada respuesta de la niña conducía a un nuevo misterio y mil preguntas más. Hablaba de su hermana como una verdadera princesa y de su padrastro como alguna especie de soberano llamado “sóter”. Explicó asimismo que la habían encontrado en un lugar que sonaba directamente mítico. Pero con todo fue la última de las frases susurrada en el oído lo que hizo erizar su piel.

Te encontró buscando respuestas a mi nacimiento. Somos un misterio.

La niña era idéntica a ella como sólo una gemela podía ser. Pero Darya sabía muy bien cuál había sido su nacimiento y no había nada extraodinario en él. Stephan y ella habían nacido por gestación subrogada y vivido desde el primer día con su madre, ¿no era así? Dos óvulos de Milla fecundados por un donante anónimo, esa había sido siempre la historia. ¿Podía ser que en la clínica, antes de implantar los embriones, los dividieran para crear clones? ¿Tenía algún sentido siquiera hacer algo así? Milla jamás habría dado su consentimiento para ello y de ser posible debía ser ilegal. También podrían haber engañado a Milla e implantar a la madre gestante embriones que no fueran suyos pero, ¿para qué?. Sin embargo aquella niña hablaba de un “misterio” y de ella misma yaciendo en no sé qué laberinto que sonaba al lugar de un cuento en el que no querrías entrar. Sonaba a pesadilla al igual que lo había sido el lugar del que acababa de escapar.

Incapaz de responder nada comprendió que, si el mundo mismo había cambiado lo indecible desde lo que para ella habían sido sólo unas pocas horas, no había nada que impidiera que lo que siempre habría creído cierto fuera falso también. Esa niña era la prueba viviente de que Darya no era genéticamente única. Y muy probablemente ello tuviera que ver, aunque no pudiera comprender por qué ni cómo, con haber sido asignada como “testigo” en aquella nave espacial.

Incorporada en la cama se llevó las manos a la cabeza con la mirada perdida y rozando con las yemas de los dedos su frente. Se sentía incapaz de encontrar ni una sola respuesta. Intentó concentrarse en que, fuera lo que fuera que estuviera ocurriendo, de nuevo era ella misma, estaba viva, completa y saludable. Y que si ella estaba allí era posible que sus compañeros también hubieran sido rescatados por el monarca de que hablaba la niña. Pero, de entre todas las preguntas, una se abrió paso en su mente con una fuerza arrolladora. Ni siquiera tenía sentido hacerla pues esa niña no era Darya misma, no tenía por qué existir ningún vínculo más allá de la identidad biológica, ¿no era así?

Volvió a mirar el rostro de la pequeña y enjugó sus lágrimas con la mano. La miró con cariño y a pesar de toda la incertidumbre le sonrió. No, no era sólo físico, había una conexión mayor y distinta. Un misterio.

Si no te importa que te pregunte, Beatrice —su voz temblaba ligeramente—, además de la princesa, ¿tienes algún otro hermano?

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12/03/2019, 17:09
Erik Du Mont

Erik abrió la boca, comprobando que podía respirar de nuevo. La sensación de un cuerpo, la capacidad de poder experimentar sensaciones reales, habían vuelto a él. Las acompañaban las incomodidades naturales de su propia masa corporal, su saliva generándose en su boca, las suaves cosquillas que provocaban los pelillos de la nariz en su respiración, los de la barba clavándose suavemente sobre su cuello. Podía notar el aire atravesando su cuerpo hasta almacenarse en sus pulmones, su corazón palpitaba dándole vida de nuevo, generando esa corriente sanguínea que nunca habría esperado echar de menos.

El doctor se incorporó suavemente, sintiéndose aún liviano, mientras movía todo el cuerpo, reconociéndolo de nuevo. Sus dedos de las manos y de los pies tamborilearon en el aire, buscando el contacto contra el aire al ser desplazado. Con cuidado, dio un par de pasos por la estancia, comprobando que sus piernas no le fallaban, y se giró hacia el sonido del pájaro. Había vida. A diferencia del frío, inmenso espacio, de sus cuerpos... no, de sus carcasas metálicas, lejos de aquel árbol de rostros y cuerpos... Había vida. 

Otra melodía llamó su atención, sacándole del ensimismamiento con aquel fenómeno, familiar y añorado. ¿Cómo había llegado allí? Erik volvió poco a poco a la realidad y comprobó sus ropas, si aún llevaba sus gafas, la habitación en la que estaba... Cualquier detalle fuera de lugar que pudiera serle familiar, que pudiese servir como una explicación racional a todo aquello. Tras terminar sus observaciones, poco a poco, se dirigió fuera de la habitación, guiado por la música y por el sentimiento de congoja que le procuraba esa melodía.

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13/03/2019, 10:04
Beatrice Danesti

—Sí, el Sóter tiene dos hijos más, los príncipes Mirtcha y Ovidio.

Beatrice corrió la tela del dosel.

La habitación era amplia y estaba decorada con elaborados muebles de madera, lujosas telas, suelos de cerámica y paredes pintadas de colores ocre.

Había otra cama, también con dosel. Las cortinas finas y claras que cubrían tres grandes ventanas se movían ligeras con la brisa. En la cornisa de una de las ventanas se adivinaba, por su silueta, dormitando, un enorme gato. Más lejos unos pajarillos cantaban.

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13/03/2019, 10:11
Angela Danesti, princesa de Basa'rab

La pequeña princesa ya había entrado silenciosamente en la habitación con una lujosa copa de cristal esmerilado llena hasta el borde y una sonrisa, como si estuviera cometiendo algún tipo de travesura.

Se la ofreció a Darya deseándole buen provecho y cuando ella bebió notó una frescura y un sabor distintos a cualquier agua que hubiera tomado hasta entonces. Ni siquiera la de manantial que había podido beber en la montaña superaba a ésta. Tras beber incluso la luz de la estancia le pareció más limpia, más agradable que cualquier otra que hubiera visto nunca.

La pequeña princesa habló forzando su tono para parecer más adulta.

—¿La dama se siente con fuerzas suficientes para caminar? Me agradaría conducirla yo misma ante mi madre.

Beatrice sonrió, sorprendida por el atrevimiento de su hermana.

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13/03/2019, 11:00
Director

Cuando se incorporaron se vieron los unos a los otros en unas camas grandes, de madera finamente tallada.

Vestían pantalones beige y una especie de blusón blanco confeccionados en un tejido vaporoso. Estaban descalzos.

Erik no tenía las gafas sobre la mesita. A Ryu le habían recogido el pelo con una elaborada coleta y los tres lucían un afeitado de esa misma mañana.

La estancia era muy amplia y lujosa, sin duda parte de un palacio. Estaba casi diáfana pero los pocos muebles -una alacena, una butaca y una mesita junto a cada cama- eran obras de arte de maderas irreconocibles para ellos, el suelo estaba hecho de baldosas de cerámica haciendo dibujos y los techos eran altísimos y con tallas también de madera. Tres grandes ventanales con finas cortinas que flotaban etéreas movidas por la brisa dejaban entrar toda la luz de una mañana que olía a primavera.

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13/03/2019, 11:08
Darya Gevorkian
Sólo para el director

Antes de que pudiera preguntar por sus dos hermanos, la niña descorrió el dosel y Darya pudo contemplar la belleza de la habitación que ocupaba, realmente digna de un palacio. ¿Habría estado aquí tendida y cuidada desde que Beatrice era pequeña, tal y como había dicho? Si el cuerpo que ocupaba era el suyo -ya no podía descartar nada- había pasado mucho tiempo desde el fin de Ciclo y así se lo parecía ahora mismo, como si hicieran mil años que había visto a Julius y a su madre. Y si ese tiempo había pasado, tal vez se habría marcado en su rostro y podría comprobarlo mirándose en un espejo, al igual que debería tener marcas, por muy bien cuidada que hubiera estado, que mostraran que había estado postrada tanto tiempo.

Buscó un espejo con la mirada y se quedó fascinada con la amplitud de los ventanales, con la suavidad con que la brisa mecía unas cortinas tan finas que permitían adivinar la silueta de un gato. Otra cama cubierta ocupaba aquella habitación y Darya miró curiosa tratando de adivinar si había allí alguien más.

En ese instante la princesa volvió con el vaso de agua más refrescante, dulce y cristalina que hubiera probado jamás. Se sintió tan confortada tras beberla que todo su entorno se le antojaba todavía más luminoso y bello que unos segundos atrás.

Muchas gracias, alteza, es lo mejor que he bebido nunca —sonrió a la chiquilla enfatizando su agradecimiento con una leve inclinación de la cabeza.

Fue entonces cuando le propuso ir a ver a su madre. Era la ocasión de tratar de averiguar qué significaba todo lo que Beatrice le había contado.

Por supuesto, será un honor —repuso al tiempo que se incorporaba. Era sorprendente, por no decir imposible, que pudiera ponerse en pie sin más si había estado años acostada. Cada vez le parecía más improbable que hubiera sido así, pero dado todo lo que había ocurrido ya no sabía si confiar en lo que consideraba normal en relación a su propio cuerpo. Miró el blusón que vestía y sus pies descalzos* y aprovechando que la ocasión requería seguramente de cierto protocolo, preguntó:

¿Es correcto mi atavío? —le hizo gracia comprobar que no podía evitar hablar de la forma aristocrática en que las niñas lo hacían—. Me gustaría poder mirarme un momento en un espejo y al menos lavar mi rostro: no querría ir a ver a tu madre con el pelo revuelto y los ojos llenos de legañas —dijo con una mueca simpática y tono más desenfadado.

Antes de que respondieran aprovechó para preguntar:

Perdonad, ¿había o hay alguien más dormido aquí conmigo?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo una tirada de Percepción más Contemplar para ver si hay alguien echado en la otra cama o cualquier detalle curioso de la habitación del que pueda no haberme percatado.

Edito: asumo que puede ponese en pie por cómo has descrito que se sentía bien y saludable y asumo que está descalza. Si no es así con cualquier cosa, dímelo.