Partida Rol por web

Ered Nimrais, más allá de las Montañas Blancas

Cap. 6: Cirith Gorgor, el Paso de los espectros

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13/04/2020, 02:28
Director

RESOLUCION TURNO 600
 

 

La soleada mañana fue alumbrando el rostro de los jinetes, mientras se esforzaban en apretar el ritmo de sus monturas. El sol golpeaba de frente, pues el camino que llevaban había viraba al este, acercándose a las estribaciones de las Ephel Dúath. Continuaron hasta que el camino que llevaban llegó hasta una bifurcación, no quedaba mucho para el mediodía, por lo que Larrid pensó que seria un buen momento para detenerse. Aprovecharían para cerciorarse del camino seguido por los orientales, buscarían huellas frescas y determinarían el siguiente paso a dar. Por el momento, con todos algo cansados aun, descabalgaron sin alejarse mucho del camino.

Larrid pidió a todos que se pusiesen a buscar rastros del paso del enemigo, excepto al enano y a Edan, que debían de guardar los caballos y vigilar la zona mientras lo hacían.

Por delante, les esperaba una zona yerma, una llanura de cenizas que aun luchaba por prosperar. La Sombra había caído hacia ya mucho tiempo, algunos ni siquiera habían nacido cuando ocurrió, pero sus oscuras secuelas aun permanecían en aquella tierra.

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 601

► Parais para comer

► Tiradas de rastrear para Grimbeorn, Hallfrid, Leofred.

► Tiradas de percepción para Edan y Gwalin.

► Seguimos con el cansancio, TR de cansancio (1d100+CON) a N3. Edan a N4.

 

 

► Resolución del próximo turno: miércoles 15-04-20

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13/04/2020, 13:25
Gwalin

Turno 601

Tras un breve desayuno recogieron el improvisado campamento, apagando el fuego y metiendo todas sus cosas en las mochilas. Gwalin se atavió de nuevo con sus atuendos de combate: gambeson, cofia de armar, cota de malla, ceñidor a la cintura para repartir el peso de a cota entre sus hombros y la cintura, grebas, brazales, el almofar y, por último, el casco. Luego se pertrechó de sus armar, situándolas a tiro de mano, pero cerciorándose de que estuvieran bien sujetas para que no las perdiera con el movimiento de galopar. Era un ritual trabajoso, pero viendo la soltura que desplegaba el enano al ponérselo, quedaba claro que contaba con mucha experiencia en ello. Tras colocarse sus prendas se acercó a Edan y le ayudó con la cota.

Tras recoger sus cosas Gwalin cogió todo lo del oriental, hizo un hatillo son su manta y lo sujetó a la parte trasera de su montura, nunca se sabía si al final les podrían ser útiles. Gwalin se acercó a Leofred y le entregó el arco, las flechas y un colgante azul del ajuar que portaba el oriental. El naugrim había visto como su compañero se había fijado en ellos cuando los pusieron en el suelo. Y visto que nadie los había reclamado, se los entregó.

-Ya que nadie los quiere, mejor quédatelos tú -dijo parco en palabras como era habitual en él.

Tras subir los pertrechos a sus respectivos caballos, comprobando que estaban bien sujetos para no perderlos en el camino, nuevamente volvieron al camino, para alcanzar al grupo principal de los orientales. Era temprano y el sol comenzaba a demostrar su poder, calentando sus cuerpos, atenazados después de una noche de guardia con su manta y la hoguera como únicos aliados para calentarse. 

Por fin pararon para descansar tanto sus cuerpos como los de sus monturas, pero el fin era encontrar huellas del paso de los orientales. Larrid estableció dos grupos y a Gwalin le tocó quedarse con las monturas y hacer guardia. Era algo común par éste y no rechistó ante la orden de su líder. El naugrim ató los caballos a un arbusto cercano y les dio un poco de agua para que calmaran su sed. Luego se subió a un promontorio cercano situado a unos veinte metros de altura para abarcar más y otear mejor el terreno.

- Tiradas (2)

Notas de juego

DJ: Edito para la TR cansancio

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14/04/2020, 09:35
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 601

 

Nisiquiera la luminosa claridad del alba pudo despertar al rohir, y no fué hasta que sus compañeros empezaron a levantar el campamento que Edan abrió al fin sus ojos legañosos.
Torpemente se incorporó, todavía demasiado cansado y aturdido como para valorar cuanto habia dormido, se tapó el rostro con el brazo y profirió alguna maldición inaudible para el resto, mientras rezongaba visiblemente irritado.

Trás unos minutos de perezosa adaptación, se incorporó al fin y comenzó a preparar sus cosas. Una vez más agradeció al enano su ayuda a la hora de ponerse la cota y ajustar las correas.
Antes de desayunar algo rápido, probó sus fuerzas de nuevo. Poco habia cambiado desde el dia anterior. Seguia terriblemente cansado, estado que se evidenciabaen la lentitud de sus movimientos y sobre todo en las bolsas hundidas de sus ojos, que marcaban su rostro sombrío, confiriéndole el aspecto de un mendigo desaliñado.

Levantó su rostro al cielo y dejó que su piel absorbiese la luz del sol durante unos minutos, al menos se sentía con fuerzas para arrastrarse durante un nuevo dia. El sueño aunque insuficiente, habia resultado tan necesario como reparador. Estaba convencido que de no haber dormido nada, esa mañana no hubiese aguantado mucho tiempo el ritmo de sus compañeros. Si el ritmo se lo permitia, se echaría una cabezadita encima de su corcel. No era lo mismo que dormir sobre un lecho mullido, pero no era la primera vez que lo hacia, y sin duda seria mejor que soportar otra interminable marcha a pie sobre aquel páramo de contrastes climáticos.

Tras el rápido desayuno, Larrid dispuso los grupos de rastreo. Edan agradeció tener que quedarse a cuidar los caballos. No le llevaría mucho tiempo y podría sentarse para descansar las piernas mientras esperaba. Y quien sabia, tal vez compartir un poco de hierba con el enano mientras hacian Guardia.

- Tiradas (2)

Notas de juego

TR superada. Aleluya!!^^ Edito: Nagre, cuantos Pvs recuperamos por este descanso? Y cuanto recupero del penalizador por cansancio? He leido la norma de nuevo, pero no me queda claro. Se sigue la norma de +/-5 por cada 10 ptos que pase de la dificultad marcada? Por lo que yo entiendo, la penalización no se irá hasta que duerma las 8 horas(?) Lo único que baja es la dificultad(?)

DJ: La penalización solo se quita durmiendo 8h. No se recuperan mas puntos que los habituales (3PV's/h si se reposa, 1 PV/h si no se reposa). Al pasar la TR lo que ocurrirá es que baja el nivel para la tirada del día siguiente. Veré si puedo reflejar eso de alguna manera (para que sepáis el nivel de cansancio de cada uno) y hacerlo mas fluido.

DJ: Al editar los post de Erik, siempre pierden el formato (será por escribirlos en BBCode??). Luego me cuesta mucho dejarlo como estaba, así que.... te dejo el honor.

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14/04/2020, 16:31
Grimbeorn

Turno 601

Habían logrado reunirse con el resto de la comitiva, al parecer nadie más había recibido daños durante la persecución, había visto amanecer y el brazo lesionado cada vez dolía menos y parecía funcionar mejor. Había supuesto que la ayuda de Araw reduciría la convalecencia de meses a unos pocos días, pero el paso de las horas sugería que el poder del Vala era mayor de lo que el animista había esperado. Por eso se sentía más optimista y satisfecho mientras cabalgaba bajo el sol de la mañana. Ni siquiera el no haber podido interrogar al oriental lograba oscurecer el ánimo del norteño.

A mediodía, al hacer un alto en una bifurcación, el animista echó un vistazo al terreno que tenían delante. Un suelo de cenizas en el que no parecía crecer otra cosa que hierbajos de hoja dura y erizada de espinas delataba la influencia por largos años de un mal que, incluso tiempo después de ser desterrado de aquel mundo, aun dañaba y marchitaba la naturaleza. Sacudió la cabeza con tristeza antes de centrarse en la verdadera tarea que Larrid le había encomendado. En realidad, Hallfrid y Leofred también hacían lo mismo. Así que reanudó la labor de buscar huellas que delatasen el paso de los orientales. Grimbeorn sólo deseaba que éstos no se hubieran internado en el yermo de cenizas.

- Nada por aquí, de momento. ¿Algo por vuestro lado? - El animista se cubrió los ojos con una mano mientras agitaba la otra con la intención de llamar la atención de los otros rastreadores y comprobar si ellos tenían más suerte buscando el rastro.

- Tiradas (2)
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14/04/2020, 22:47
Leofred

Turno 601

A pesar de que tras la intensa actividad de aquella noche apenas tenía nada de sueño, Leofred decidió obedecer a Larrid y dejar las pocas horas de guardia restantes a los demás. Como resultado pasó gran parte del tiempo girando entre dentro de su saco de dormir buscando una postura que le acomodase sin mucho éxito. Para cuando llegó la hora de levantarse, como mucho estaba un poco amodorrado, pero tenía energías de sobra para pasar el día.

Aceptó agradecido los objetos que le cedió el enano mientras preparaba su equipaje, guardándolos con el resto de sus pertenencias a lomos del caballo; el colgante se lo puso de inmediato, aunque lo ocultó bajo la camisa para no destacar. - Gracias Gwalin. El arco es más rápido de disparar que mi fiel ballesta, pero no me hubiese importado que se lo quedase alguien que lo necesite más que yo. -

No tardaron mucho en retomar la cabalgada, muy similar a la de los últimos días, aunque con la tranquilidad de que los orientales no estarían advertidos de que los perseguían... o eso esperaba. No se le olvidaría fácilmente la emboscada que les habían tendido la primera vez, y no deseaba repetir la experiencia.

Pronto se hizo mediodía y Larrid ordenó el alto. Casi no se había dado cuenta de que habían llegado a un cruce de caminos, si es que en aquella tierra árida quedaba algún auténtico camino que seguir. Sin poder hacer nada más que buscar un rastro claro que seguir, el bardo se bajó del caballo y comenzó la tediosa tarea de buscar huellas. - Solo veo tierra seca, pero nada de huellas. - se lamentó Leofred contestando al bosquimano.

- Tiradas (2)
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16/04/2020, 02:39
Director

RESOLUCION TURNO 601
 

 

La mañana estaba muy despejada, el claro cielo azul brillaba en todo su esplendor sin una sola nube. El sol comenzó a calentar según la mañana avanzaba hasta el punto de que incluso sus rayos, lograban contrarrestar el viento helado sopla desde las montañas. Allí, tan cerca de las Montañas de la Sombra los vientos se volvían racheados. El frio que bajaba del norte chocaba con la brisa, más cálida, de las negras cumbres de las Ephel Dúath. Tan pronto el viento venia de frente, como de un costado, lo que dificultaba el mantenerse sobre la montura, sobre todo para los menos acostumbrados a galopar. Sin embargo, no fue un gran impedimento para que nadie tuviese que lamentar nada.

Cuando pararon, un poco antes del mediodía, habían llegado a una bifurcación. Allí era donde se unían la ruta que llevaban, con el Camino de Ithilien. Éste se convertiría más tarde en el Men-i-Arraw al virar hacia el norte y atravesar Rhovannion. Antes de eso pasaba por delante del infame lugar donde durante mucho tiempo se alzaron las Puertas Negras. Ahora tenían que tratar de averiguar el camino por el que habían optado los orientales. Se dirigían al sur, eso lo sabían, y sus opciones eran ir por la ladera este o por el oeste, de las Montañas de la Sombra.

Larrid había dispuesto dos vigías, mientras el resto se cercioraba de que los orientales habían pasado por allí. Gwalin se posicionó en una zona elevada, desde la que podía ver un poco mas de terreno. Todo estaba despejado. Edan, por su parte, se mantuvo cerca de los caballos, estaba cansado y se le notaba. Incluso se sentó, manteniéndose atento, para reposar un poco.

Los demás hicieron una búsqueda exhausta de huellas en el camino. Allí se mezclaban todo tipo de ellas, rodadas de carros de diferentes tamaños, pisadas de botas de varias tallas distintas, y muchas pisadas de cascos. Era complicado discernir, entre tal cantidad de rastros, cual podían ser de los sagath. Afortunadamente no era el camino mas transitado del mundo, la gente seguía tratando de evitar aquella tenebrosa zona y había otras opciones más rápidas. Aunque no todos pudieron llegar tan rápido a esa conclusión, Grimbeorn y Leofred, si reconocieron huellas recientes en dos zonas diferentes. Un examen más exhausto reveló tierra recientemente removida por los cascos de varios caballos, aunque no supieron decir si habían pasado horas o días. Aunque no estaban del todo seguros, pudieron contar entre todos un total de siete juegos de huellas. Además, y muy a su pesar, iban hacia es este. Esto apuntaba a que sus pasos los llevarían irremediablemente hacia lo que antaño fue la Tierra Oscura, Mordor los esperaba.

Comieron un poco, algo apesadumbrados, antes de ponerse en marcha. Larrid había observado como el cansancio comenzaba a hacer mella, sobre todo en Edan. Hallfrid también comenzaba a mostrar síntomas. El etheod se planteaba seriamente tomarse un descanso aquella noche, adelantar la parada nocturna, y alargar la salida el día siguiente. Necesitaban a todos frescos y en forma. Pero por el momento, recogieron tras el refrigerio y volvieron a ponerse en marcha.

Siguieron cabalgando, a buen ritmo, hasta que finalmente Larrid decidió parar. Quedaba aun un poco para la puesta del sol, pero aquella noche podrían descansar tranquilos. Antes de eso dispondrían el campamento a un lado del camino, aunque no había muchos sitios donde resguardarse salvo una pequeña hondonada. Un fuego, una cena caliente, y un merecido descanso.

 

- Tiradas (4)

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 602

► Cansancio (N2):
- Grimbeorn, Gwalin, Leofred y Larrid bajan su TR a N2.
- Edan baja su TR a N3.
- Hallfrid sube su tirada a N4.

► Tiradas de Percepción para las guardias (los que hagan)

 

► Resolución del próximo turno: domingo 19-04-20

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16/04/2020, 04:36
Larrid

Turno 602

- Descansemos, lo merecemos - dijo Larrid al ordenar detenerse. Era pronto aun, pero quería que todos estuviesen en plena forma para las jornadas siguientes.

- Edan y Hallfrid no harán guardias, podrán descansar hasta el día siguiente. - dijo pensativo - Si, los demás haremos guaridas alternas cada dos horas, de uno en uno, para mantenernos despiertos y poder descansar también. - Era la mejor opción, en su opinión, si querían recuperar fuerzas. Era arriesgado dejar solo un vigía, pero era la única manera…

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16/04/2020, 11:31
Gwalin

Turno 602

Por fin encontraron huellas en el camino que les indicaron hacia dónde se dirigían los orientales y cuántos eran. Las dos cosas no eran buenas noticias, aunque el hecho de encontrar esas huellas sí que lo era. -Siete y se dirigen hacia Mordor -pensó el naugrim, acompañado de su sempiterno gruñido, cuando recibió la noticia de boca de sus compañeros. Hacía tiempo que no pisaba aquella tierra. La había evitado todo lo que había podido pues sus recuerdos de aquella época eran dolorosos.

Comieron y siguieron avanzando siguiendo el recorrido de sus oponentes. Nuevamente el viento les hizo una nueva visita, pero ésta vez más virulento. Se notaba el cuello de embudo que formaba aquella zona que se dirigía a las Puertas Negras. Sin nada que poder hacer, Gwalin se encogió apretándose más a su montura para recibir el calor de ésta.

Por fin pararon para la velada. Montaron un campamento rápidamente, con pocas comodidades, una hoguera y pocas piedras bajo sus sacos y mantas. El veterano guerrero enano volvió a quitarse las piezas de armadura que portaba, colocándose su camisa seca y dejando la sudada tendida cerca del fuego para secarla. Luego ayudó a Edan a lo mismo, pues el rohir, aunque no lo reconociera, necesitaba ayuda para estos menesteres si no quería que se le volviera a abrir las heridas que se estaban curando.

Tras esto Larrid les indicó quienes harían las guardias y por cuanto tiempo, excluyendo a Edan y Grimbeorn por motivos obvios. Así los demás deberían hacer guardias de dos horas, cosa que le pareció bien al enano.

-Me da igual el turno de la guardia -comenzó a decir con tono seco y un tanto triste-. Así que id decidiendo -dijo sacando nuevamente su pipa y el tabaco. Tras preparase la pipa, ofreció el tabaco a los presentes por si querían acompañarle a fumar un rato después de aquella cena ligera.

Mientras fumaba, Gwalin recordó cuando era joven, muy joven y recorrió, buscando aventuras y peligros, las tierras de Mordor. Las encontró, más d lo que hubiera deseado aquel joven guerrero que se estaba haciendo. Fue sin duda una prueba que le hizo plantearse muchas cosas y que le hizo crecer mentalmente. Perdió a varios compañeros y sufrió heridas que se quedarían marcadas en su piel y en su memoria. 

Fumando tranquilamente, mirando las danzarinas llamas, el viejo enano apesadumbrado, maldecía aquella tierra que le había cobrado una alto precio por entrar en ella.

- Tiradas (2)
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16/04/2020, 16:31
Grimbeorn

Turno 602

El animista había encontrado en la relativa abundancia de rastros hallados un motivo con el que entretenerse durante parte de la jornada. Estuvo preguntándose los motivos por los cuales la gente viajaría tan cerca de un lugar como aquel, habida cuenta de que ellos lo hacían obligados por las circunstancias. Fue una forma de distraerse de la verdadera preocupación. Si las huellas no engañaban, los orientales se dirigían a las mismísimas tierras de Mordor. En el fondo, Grimbeorn había alojado una remota esperanza de que el camino los llevaría por las estribaciones occidentales de Ephel Dúath. Aunque extrañas, las tierras meridionales bajo dominio de Gondor se le antojaban más hospitalarias que las llanuras de ceniza al otro lado de la cordillera.

El tiempo también pareció querer dar un respiro a los viajeros, con un cielo despejado y un sol que consiguió mitigar en parte los efectos de las frías ráfagas de viento que bajaban desde las montañas. Incluso Larrid, tal vez influido por un raro encantamiento, decidió finalizar la jornada de marcha más pronto de lo habitual. Aquello le dió oportunidad al norteño de plantear algunas cuestiones.

- Sería conveniente hacer acopio de provisiones si hemos de internarnos en los yermos de Mordor. No podemos saber cuánto tiempo nos llevará dicha travesía y si perdieramos parte de las provisiones... - El animista no quería pecar de agorero pero creía conveniente prepararse en caso de que surgieran imprevistos. Aprovechó la réplica para echar algunas hierbas y remover la cena mientras se calentaba. Esperaba que aquel mejunje le saliera mínimamente bien, pues sería lo que necesitaban para completar un buen descanso.

- En cuanto a las guardias, preferiría hacer la última, de ser posible. - Grimbeorn confiaba en tener el mayor descanso seguido posible para armonizar su fuerza con el poder de Araw pero era poco probable que el resto entendiera los entresijos aprendidos durante años para usar esa voluntad. O que tuvieran la paciencia o la disposición para escucharlos. Así que el animista esperaba que le dieran al menos esa oportunidad. Tenía la impresión de que la fuerza del Cazador les iba a ser más necesaria a partir de aquel momento.

- Tiradas (3)
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16/04/2020, 23:33
Leofred

Turno 602

Finalmente habían encontrado un leve rastro que seguir. Seguían sin saber cuanto les faltaba para alcanzarlos pero era algo que agradecer. La energía de Leofred no había desaparecido las la primera jornada de viaje, e incluso habría sido capaz de disfrutar de la cabalgada si no fuese por el turbulento viento de aquellos páramos, que a veces los empujaba como si estuvieran metidos hasta el cuello en un caudaloso río.

La ruta a seguir tampoco resultaba tranquilizadora. Se habían apresurado para dar alcance a los orientales antes de que se adentrasen en aquella tierra de las sombras, pero entre la emboscada y el tiempo perdido ya parecía inevitable tener que perseguirlos hasta su interior. Hasta ahora no se lo había planteado, seguramente porque no creía que los orientales pudieran dirigirse allí en realidad, pero en aquél momento no podía evitar preguntarse qué motivo podían tener para cruzar sin temor aquél paraje abandonado de casi toda fauna y vegetación. Pensar en ello le provocó un escalofrío sin ninguna razón.

Finalmente acamparon cuando comenzó a escasear la luz, y por lo menos podían agradecer la comida caliente de Grimbeorn, aunque con su preocupación por la comida le asaltaron nuevas dudas. - Dudo que podamos recoger una cantidad significativa de comida aunque nos dediquemos a ello todo el día, y cada minuto perdido es un minuto de ventaja que nos sacan los orientales. Mientras tengamos suficiente para seguir, yo contaría con poder quitarles parte de sus provisiones cuando les demos alcance. -

- Yo haré la primera guardia. - se ofreció el bardo, más enérgico que de costumbre. Además, aún tenía que poner sus improvisadas trampas. Había dejado de tener fe en oírlas sonar después de que no las fuesen de utilidad en todo ese tiempo, pero igualmente las montaba con ilusión; se había convertido en una especie de ritual para tranquilizarse. - Ojalá pudiese tocar algo, hace días que no practico, pero este silencio es... casi reverencial, y muy siniestro también, como algo que no debería ser perturbado. La verdad es que aunque me muriese de ganas por tocar no me atrevería a sacar la fídula ahora. -

Aún quedaba un poco de tiempo mientras cenaban antes de que la oscuridad fuera total, y como no podía tocar, Leofred se animó a contar otra de sus historias alrededor de la hoguera, aunque aquella vez se abstuvo de historias de asustaviejas, recordando lo que había pasado con la historia del barquero. - ¿recordáis el viento de esta tarde, cambiando de dirección y desordenándonos el cabello? En el lejano norte tienen una leyenda curiosa para explicar las corrientes de aire. Dicen que en la cima de las montañas viven gigantes, y sobre las cumbres nevadas más altas viven sus reyes, mucho más inmensos y tan blancos que se confunden con nubes en la lejanía. 

Según cuentan, para comunicarse entre ellos, los reyes de los gigantes se hablan a gritos de una montaña a otra, en un idioma tan antiguo que casi todas las criaturas vivas ya lo han olvidado, pero podemos sentir las corrientes de aire que levantan con sus palabras. Cuando varios reyes gigantes discuten, las corrientes de aire chocan y cambian de dirección bruscamente, como antes, y si estas discusiones se tornan realmente violentas la fuerza del viento se convierte en un torbellino capaz de levantar a hombres y animales del suelo, y arrancar los árboles de sus raíces. -

- Tiradas (3)
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17/04/2020, 13:42
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 602 Las huellas de cascos en el camino revelaron la existencia de al menos 7 caballos. Si asumian que cada montura cargaba un jinete eso les dejaba en inferioridad contra aquellos salvajes. Edan ya había sido testigo de lo que era capaz uno solo de ellos y no le gustaba la idea. Habían marchado todo el dia a buen ritmo y ahora habia llegado el momento de levantar el campamento. Una vez más el enano ofreció su ayuda al Rohir, que agradeció el gesto compartiendo un poco de su hierba con él y ofreciendose a ayudar al enano con la suya. El día anterior había estado demasiado cansado para devolverle el favor, de modo que en ésta ocasión no acepto un "no" por respuesta. Después de todo, la ayuda a la hora de vestir las armaduras no era idispensable, pero facilitaba en gran medida el proceso y les ahorraba unos preciosos segundos. Asintió intranquilo al apunte del bosquimano.No veia muy viable detenerse a cazar en las circunstancias actuales, pero probablemente deberian empezar a racionar sus provisiones mas rigurosamente. Por segundo día consecutivo el rohir no tendria Guardia. Agradecía profundamente aquel necesario descanso, pero también se sentía señalado, sentía que no era más que una carga para el grupo, y se preguntaba cuantos de sus compañeros lo estarian observando con recelo por disfrutar de tal privilegio. No podía culparlos, muy probablemente el hubiese sentido lo mismo en su lugar. Mientras todos trabajaban y sufrían vigilia por el bien del grupo, él se dedicaba a dormir y fumar, ni tan siquiera podía decirse que habia sido de ayuda cuando se dió el momento de los aceros. Demasiado avergonzado y orgulloso como para admitirlo, aquella noche dejó de lado su habitual rutina nocturna y se fue a dormir temprano para aprovechar al máximo todas las horas de oscuridad que pudiese. Su baraja de naipes se quedó guardada en sus bolsillos y su mente viajó de nuevo a cientos de Km al Oeste, con su família, a las afueras de Aldbühr, donde solía trabajar la granja gestionada por su padre. Soñó con su padre y con su abuelo Eodred, y con las amplias llanuras de La Marca. De día cabalgaba de nuevo los sementales que su padre preparaba para la guardia del rey, y por la noche, volvía al hogar para refugiarse entre los brazos de su esposa. Todavía podia sentir el dulce aroma afrutado de sus cabellos y la calidez de sus manos. Una fragancia perdida entre las brumas del espacio que los separaba, y que sin embargo, se mantuvo flotando en el aire unos instantes cuando se despertó en medio de la noche, inquieto y con ganas de orinar. Mientras el vaho ascendía vaporoso entre las rocas que habia elegido para evacuar, Edan pensó en aquellas brumas, y se imaginó a los reyes norteños de los que Leofred les habia hablado en la cena. Casi podía imaginarse los rostros achaparrados de aquellos gigantes con sus mejillas hinchadas y coloradas por el esfuerzo, gritando y soplando, con sus caras congestionadas de rabia y sus ceños fruncidos. Los torbellinos que surgían de sus bocas disipaban las brumas del tiempo y del espacio y permitían que las fragancias recorriesen distancias imposibles... Un escalofrío le recorrió la espalda y al reparar en los extraños pensamientos que le acudian a la cabeza, Edan se permitió esbozar una sonrisa en mitad de la noche. Dió un par de sacudidas rápidas, se subió los pantalones, saludó al compañero que hacia guardia en eses instantes y regresó a su saco de dormir, todavía quedaba noche por delante y necesitaba descansar. Deseó con todas sus fuerzas recuperar el sueño donde lo habia dejado, pero cuando amaneció no podía recordar haber soñado nada.

- Tiradas (2)

Notas de juego

DJ: Edito para realizar las tiradas solicitadas. 

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19/04/2020, 22:32
Director

RESOLUCION TURNO 602
 

 

Aquella noche, por primera vez desde que salieran de Tir Anduin, seria un autentico descanso. Una vez establecidas las guardias, Edan y Hallfrid estarían exentos de hacerlo, se dispusieron a disfrutar de una buena cena. Grimbeorn no tenia demasiada comida fresca con la que hacer ningún plato exquisito, pero usando algunas patatas, especias, y legumbres, improvisó un estupendo guiso al que también añadió algo de carne ahumada. Junto al relato de Leofred, no quiso arriesgarse a hacer sonar su fídula, sobre el origen de los vientos racheados, y como los gigantes de las montañas eran los causantes, la hora del descanso llegó.

Todos se acomodaron en sus mantas, dentro de las tiendas, y no muy lejos de un fuego encendido entre ellas. El frio llegó con la oscuridad, la bajada de temperatura era notable y cualquier manera de calentarse era poco. Avivaban el fuego con las ramas de las zarzas y arbustos de alrededor, aunque su leña era mas bien escasa para producir un fuego decente y que calentara lo suficiente. Al menos pudieron cocinar en él. Las guaridas fueron sucediéndose en una noche calmada, donde tan solo algún pequeño zorrillo dio un pequeño susto a Leofred al hacer sonar una de sus trampas de cuerda. Después de aquel sobresalto, el resto de la noche paso rápidamente hasta que la noche llegó. Se despertaron un poco después de la salida del sol, y comenzaron a prepararse para otra dura jornada de persecución. Aunque estaban cansados, tenían que seguir adelante.

Galopaban de nuevo bajo el sol de otro claro día, los gritos de gigante, como el día anterior, soplaba con fiereza y aleatoriedad. Siguieron durante toda la mañana, solo se detenían de cuando en cuando para dar descanso a los caballos, y a sus resentidas nalgas. Cuando llegó la hora de comer, hicieron una pausa algo mas grande, en la que aprovecharon para volver a rastrear el paso de los orientales. Sabían lo que buscaban, y no tardaron en encontrar las mismas huellas que ya habían visto antes, y que los dirigía hacia un lugar al que nadie quería ir. Tras dar algunos bocados de pan y queso, se pusieron de nuevo en marcha.

Se iban acercando, la montaña estaba cada vez mas cerca, hasta el paso de Cirith Gorgor. Aun quedaba algo de luz cuando lo por fin llegaron al histórico punto. La destrucción, a pesar de los años, seguía presente en aquel lugar. Donde antes dos oscuras torres se erguían a ambos lados de donde una vez hubo una puerta, ahora podían verse las tenues ruinas de dos fortalezas vencidas. Carchost y Narchost, fueron sus nombres, y ahora solo quedaban negras piedras esculpidas, desperdigadas por un campo yermo. Tras ellas, guardando el paso de los espectros, estuvo un día La puerta negra. Ahora de ella no quedaban mas que apenas el rastro de sus inmensos goznes encastrados en la roca. El resto fue engullido por la tierra que había abierto bajo ella. Ahora las huellas de sus enemigos se dirigían hacia allí, hacia lo que un día fue el reino oscuro de Mordor.

Decidieron pasar la noche allí antes de adentrarse en la, aun tenebrosa, tierra del reino caído. Serviría además de ultima bocanada de respiro antes de enfrentarse a algo mas que los orientales, una territorio poco amigable, con un ambiente enrarecido.

- Tiradas (3)

Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 603

► Cansancio (N2):
- Grimbeorn, Gwalin, Leofred y Larrid a N2.
- Edan sube su TR a N4.
- Hallfrid baja su TR a N3.
- Nadie tiene penalizaciones por cansancio. Recordad, el cansancio a N2 solo penalizara al fallar la TR de dos niveles por encima (N4)

► Tiradas de Percepción para las guardias.

► Recuperáis todos los PP’s y los PV’s.

 

► Resolución del próximo turno: miércoles 22-04-20

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20/04/2020, 02:54
Larrid

Turno 603

- Pasemos la noche aquí, aprovechemos el aire, pues en adelante estar viciado... - Dijo Larrid - o eso es lo que se dice, pocos locos se atreven a entrar, a pesar de que ha pasado tanto tiempo de la caída del oscuro. - añadió pensativo, y algo preocupado.

- Preparemos el campamento, cenemos bien y descansemos - ordeno mientras el mismo bajaba del caballo. - Las guardias como siempre, de a dos, la primera la haremos Leofred y yo - anunció mirando al bardo - luego Hallfrid y Edan - buscó su mirada de aprobación, parecían menos cansados - Grimbeorn y Gwalin harán la ultima.

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20/04/2020, 03:23
Gwalin

Turno 603

Seguía haciendo frío, seguía incrementándolo el viento, caza vez más virulento, cada vez con perores noticias. Pues pronto llegarían a lo que antiguamente fue la Puerta Negra, la entrada a Mordor. Gwalin notaba ese frío en todo el interior de su cuerpo. Pese al sol, pese a la ropa, pese a acercar su cuerpo al de su montura para recibir su calor, el enano sentía frío. Un frío interior, un frío que solo un mal recuerdo deja impreso en los huesos. 

Pero el veterano guerrero no dijo nada, aunque su cara fuese una máscara funesta malhumorada que se acentuó cuando el naugrim vio por fin las dos torres oscuras que flanqueaban a puerta negra. Un gruñido bajo pero siniestro saliño de su garganta. No le gustaba todo aquello, pero no diría nada.

Como las noches anteriores, Gwalin ayudó a montar el improvisado campamento para pasar la noche. Ayudó a Edana  quitarse su armadura, dado su malherido cuerpo. Luego hizo lo propio con la suya, para terminar recogiendo leña suficiente como para que no faltara durante toda la noche.

Comió algo mirando al fuego, pero sin mucha gana, algo que era realmente raro en aquel viejo enano. Pero era lo que sentía dentro lo que le hacía actuar de aquella forma. Era aquella tierra llena de dolor y amargura la que le encogía su corazón y le taladraba su ánimo. Era el recuerdo del mal pasado lo que hacía que aquel enano otrora valiente y vigoroso se sintiera incómodo y taciturno.

Gwalin asintió a Larrid cuando le dijo de hacer la última guardia y al poco se tumbó en su saco y se echó la manta por encima para tratar de dormir en aquel lugar maldito.

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20/04/2020, 19:36
Sven Ed´Rohir (Edan)

Turno 603

La noche se cernia ya sobre el grupo cuando llegaron a las postrimerías de Dagorlad y el esqueleto vacío de lo que una vez fue la puerta Negra de Mordor se presentó ante ellos.

Un extraño sobrecogimiento abrumó al joven Rohir. Habia oido hablar en muchas ocasiones de aquel lugar, y ahora que lo veia en persona, no sabía muy bien que sensaciones le despertaba.
Apenas las ruinas de unas moles negras y los megalíticos bloques magmáticos desperdigados por doquier, daban fé del terror que una vez había gobernado aquellas tierras, y sin embargo...sin embargo algo flotaba en el aire de aquel lugar maldito. Algo que pondría los pelos como escarpias al mismisimo demonio.

Edan descabalgó después de otra dura jornada de marcha. Aquella mañana se había despertado como un nuevo hombre. Los dolores musculares se habian quedado atrás y el corte del brazo era apenas un molesto recuerdo solo señalado por un vendaje que ya no le haría falta desde aquella noche. No obstante la marcha habia sido dura nuevamente y para cuando se detuvieron el cansancio ya habia regresado.

Dejó que Gwalin le ayudase con la Cota e hizo lo mismo cuando fue el turno del enano. En realidad ya no necesitaba su ayuda. Pero aquel gesto les ahorraba minutos de engorroso trabajo a ambos, de modo que lo hacian con gusto.

Tras descargar las provisiones, Edan se encargó de alimentar y abrebar a los caballos, y cuando término empezó a revisar sus pezuñas. Desde que Freagulf habia muerto nadie se habia ocupado de ellos, asi que pensó que él podria desempeñar aquella tarea desde entonces. Mientras, otros recogían zarzas y toda la madera que veian para la hoguera.

Aquella noche volvería a hacer guardia. Asintió positivamente cuando Larrid les preguntó a Hallfrid y a él. Hacer guardia con su paisano le permitiría intercambiar chismorreos sobre La Marca. Además se había enterado que Hallfrid tambien habia trabajado en el campo como él, de modo que no les faltaría conversación.
Edan no era un hombre hablador, pero tan lejos de su hogar y en un lugar como aquel, no le importaría hacer una excepción aquella noche.

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Notas de juego

Tr cansancio por los pelos ^^'

Percepción. (Va con casco)

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21/04/2020, 16:53
Grimbeorn

Turno 603

Finalmente, el destino de su viaje (o, al menos, la siguiente etapa de su persecución) se hacía manifiesto. Grimbeorn observaba el funesto paisaje con cierto recelo, a pesar del tiempo transcurrido desde la caída de la Sombra. Si la Wuitan no hubiera desaparecido, el animista no creía que hubiera abandonado jamás la seguridad, y los peligros, del Bosque Verde. Pero lo había hecho y eso le había permitido descubrir un mundo lleno de curiosidades por descubrir... Pero adentrarse en una tierra aun más yerma que la que pisaban, debido a la maldición de un mal ya extinto, no era el tipo de conocimiento que le apetecía atesorar.

Sin embargo, tenía que hacerlo. Y las oraciones a Araw no le ayudarían; tenía que ser su propio corazón el que decidiera que el hombre del bosque diera el paso. Examinó a sus compañeros de viaje. Casi todos parecían mostrar en sus rostros dudas parecidas y el humor se había agriado en general a lo largo de la jornada. El norteño tenía la impresión de que, incluso si el propio rey de Gondor les hubiera dicho que Mordor estaba deshabitada, nadie en la comitiva se sentiría con ganas de hablar, como si temieran atraer la atención de habitantes como orcos, trolls o algo peor con el ruido.

Lo único que le animaba mínimamente era que su guardia sería junto al naugrim. La capacidad de ver en la oscuridad y la determinación del enano eran reconfortantes, aunque su humor en aquellos momentos no le convirtieran en el compañero más codiciado del grupo. Así que le imitó y se fue a dormir al mismo tiempo, no sin antes asegurarle a Gwalin que la comitiva era afortunada por tenerle entre sus filas. Si conseguía conciliar el sueño, Grimbeorn esperaba aprovechar las horas de descanso antes de su guardia; si no, al menos intentaría reposar lo que pudiera o aquel lugar le permitiera.

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22/04/2020, 18:30
Leofred

Turno 603

Hacía tiempo ya que el viaje se había tornado en un ciclo repetitivo de cabalgar casi sin pensar durante largas jornadas, breves pausas entre bocados y descansos imprescindibles; salvo por el ocasional cruce en su camino de aquellos a quienes perseguían, pero a quienes no parecían dar nunca alcance.

Aunque Leofred había viajado al sur en el pasado, nunca se había acercado tanto a las tierras sombrías. Había escuchado historias, desde luego, aunque tras tantos años y por el relato de cómo el reino del señor oscuro había tocado a su fin no esperaba encontrar ningún resto de lo que fue, tan solo una tierra yerma y contaminada. Tal vez por eso se sorprendió más que el resto al descubrir que ya habían llegado al lugar donde se encontraba la puerta negra que una vez marcase los límites de aquél siniestro lugar. Las ruinosas torres y sus restos llamaban poderosamente su atención. Por un segundo pensó en acercarse a echar un vistazo, pero tras un escalofrío repentino abandonó la idea. Entre otras razones, empezaba a oscurecer, y lo último que quería era caminar por un lugar desconocido y siniestro como aquél en la oscuridad.

Sin más preámbulos comenzaron montaron el campamento y encendieron la hoguera, que parecía curiosamente débil aquellos últimos días a causa del gélido viento que les acompañaba, un frío fuera de lo habitual teniendo en cuenta que el invierno ya había quedado muy atrás antes de que partieran de Tir Anduin y ahora la tierra debería estar cubierto de verdor, pero parecía que aquella región no conociera de otras estaciones.

- Tenía entendido que cuanto más desciendes hacia el sur es más caluroso. O bien he sido engañado, o no hemos bajado tanto como yo creía. -

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23/04/2020, 02:56
Director

RESOLUCION TURNO 603
 

 

La cena a la sombra de las Torres de los Dientes no fue del todo agradable. El viento era frio, el ulular del aire entre los riscos yermos resultaba incluso molesto, y la sensación de maldad general que aun expedía aquel lugar, era agobiante. A nadie le gustaba estar allí, y sin embargo se dirigían a un lugar incluso peor. Cierto era que, tras la caída del Señor Oscuro, aquella tierra fue vaciada. Incluso desde Góndor se enviaron multitud de partidas para limpiar el mal remanente. Lamentablemente aquel territorio estaba maldito, nadie querría nunca rehabitarlo y mucho menos cultivarlo. Poco a poco las batidas se limitaron a cazar las pocas bestias que quedaban, hasta que finalmente nadie miró hacia allí. Una tierra olvidada, de la que pocos sabían algo. Un lugar al que los orientales arrastraban al grupo, sin saber bien las intenciones que estos tenían.

Llegó la hora del descanso, y se retiraron al calor de las mantas y las tiendas. Las guardias se fueron sucediendo, sin sobresaltos ni sustos. Los ruidos de la noche se magnificaban en las estribaciones de aquel tenebroso sitio. La noche tocaba a su fin, y con la claridad del alba, llego la hora de despertar a todos. Una vez despiertos, y sin perder demasiado tiempo, se prepararon para ponerse en marcha. Fue entonces cuando Gwalin vio algo, muy lejos, en los riscos que se elevaban al este. Alguien vigilaba.

 

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Notas de juego

► Anotad el próximo turno como “Turno 604

► Gwalin ve algo justo antes de comenzar la marcha.

 

► Resolución del próximo turno: domingo 26-04-20

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23/04/2020, 03:58
Director

Turno 604
Percepción

Gwalin cree ver, con claridad, al menos a dos orientales tratando de esconderse entre las rocas. Están a unos trescientos metros, y a otros quince de alto. Os vigilan, aunque no parece que vayan a atacaros por el momento.

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23/04/2020, 10:47
Gwalin

Turno 604

La noche había sido tranquila, aunque fría e incómoda por el continuo ulular del viento. El fuego ayudó bastante con el frió, pero empeoró la incomodidad por su crepitar, haciendo que aquel maldito lugar tuviese un aura más siniestro si era aún posible. Pero el veterano guerrero durmió a pierna suelta. Su larga experiencia siendo guardia de caravanas, le había hecho tener que dormir en multitud de sitios y con infinidad de climatológiaa, muchas veces adversas. Por eso, para el enano, aquella noche era una más.

Cuando le despertaron para hacer si guardia junto a Grimbeorn, se levantó como nuevo. Echó un par de leños al fuego para mantenerlo vivo y luego  se levantó, y, con la manta sobre sus hombros, dió un par de vueltas al campamento vigilando los alrededores. Tras eso se volvió a dentar al lado del animista y se preparó una pipa de su tabaco para pasar la guardia.

El sol se despertaba ya por el oriente, aunque aquellas malditas montañas no les permitían verlo. Era tiempo de que todos despertarán. Uno a uno fueron llamándoles para que se levantarán. Antes habían vuelto a alimentar el fuego para calentar el desayuno, nada del otro mundo, pero ya que tenían fuego lo usarían. Agua caliente con algunas hojas de té y manteca y pan en una sartén.

Tras esto, recogieron todo y se dispusieron para partir. Eso significaba volver a pertrecharse: camisa vieja, gambeson, cota, grebas y brazales, cofia de armar, almorzar y casco. Cómo días anteriores, el enano ayudó al rohir a colocarse su armadura y fue ayudado a lo propio por éste. Apagaron el fuego echándole arena y, tras poner a los caballos sus arreos, se dispusieron a marchar.

Fue entonces cuando Gwalin los vio. A trescientos metros descubrió a dos orientales a quince metros de altura escondiéndose. El guerrero no chillo dando la voz de alarma, si no que se acercó a Larrid y advirtió a su líder de lo que había visto.

-​​​​​​-Larrid. Acabo de ver a dos orientales ocultándose a unos trescientos metros de distancia y quince de altura en la dirección que seguimos -​​​​​​-advirtió el enano.- Es posible que nos estén preparando una emboscada, con lo que quizás haya más desplegados por el terreno.

Tras decir esto espero a ver qué decidía Larrid sobre la forma de actuar, pero era una buena ocasión para pillar les en su propia trampa