Partida Rol por web

SOLDADO G 

El montaigne perseguía al anciano Toa Rappa y al hombre más joven que intentaba ayudarle con una sonrisa sádica en los labios. No le resultó difícil alcazarles pues el anciano no corría demasiado. Ni corto ni perezoso, el montaigne descargó su espada por la espalda contra el anciano negro desarmado mientras gritaba: —¡Toma egto pego esclavo!— 

La sangre manó profusamente de la espalda del negro cuando el filo le abrió un tajazo en la espada. El anciano cayó al suelo de bruces y a continuación intentó incorporarse.

SOLDADO H

Orologgio se veía abrumado. Rodeado por todos lados. ¡Eran demasiados! Otro de los soldados montaigne se lanzó a por él y Orologgio intentó esquivar otra vez una nueva intentona de ensartarle, pero se topó con la puerta a sus espaldas y entonces sintió el frío del acero entrando en sus entrañas.. 

SOLDADO A [ MUERTO]

SOLDADO B

Orologgio no podía más. Si seguía así  pronto moriría abatido por los montaigne, pero estos no mostraban compasión a pesard e la situacción del Vodaccio. El tercero de los hombres laznó de nuevo su estocada intentando acabar con el joven inventor, alcanzándole de lleno.

La vida de Orologgio se escapaba por momentos....

Ahora bien, librados ambos estoques, Orologgio sólo faltaba de esquivar uno.  Y entonces su plan comenzaría a fraguarse.  Su idea era que, en el momento que la puerta fuera a ser abierta violentamente, el saltase como marinero sobre un trampolín en una de las vigas centrales de la puerta, para que con la fuerza de la apertura fuera lanzado hacia adelante, lejos del daño de la irrupción masiva del monstruo, y por arriba de la cabeza de los montaignes que ahora lo acosaban, dejándolos a ellos enfrentar a lo que habían creado detrás de la puerta.

SOLDADO E

Un montaigne iba a la zaga del pobre muchacho, quién sabe por qué. Armando Bastardo había cogido a Hook en sus brazos y se había metido bajo al niebla en un intento de evitar la espada del soldado. 

El montaigne clavó su espada entre la niebla por diversos puntos donde creía que se había escabullido el muchacho, pero cada vez que extraía el filo de entre la niebla este seguía limpido de sangre.

El montaigne apretó los dientes. Estuviera donde estuviera Armando, había logrado librarse de la justicia montaigne. El soldado montaigne se giró, buscando otro objetivo contra el que dirigir su ira.

SOLDADO F

El último de los montaigne que rodeaba a Orologgio se afanó en cumplir con su cometido. Al igual que los otros mostró gran habilidad, y cuando estaba a punto de dar el golpe mortal a Orologgio este se apartó y la punta del florete se clavó ligeramente en la madera de la puerta. La extrajo de un tirón pero había oportunidad de acabar con el Vodaccio, de momento.

NUEVO TURNO - INICIATIVAS

Muerto el perro monteñés que le acosaba, Lope se mueve ágilmente a un lado y a otro, asomándose entre los grandes huevos para estudiar la habitación, estoque en mano, sin duda buscando dónde su ayuda puede marcar más la diferencia. Así, en un momento parece que va a lanzarse en ayuda de su compañero vodaccio, pero entonces el grito lastimero de Toa Rappa le hace volver el rostro, y en un instante, tras blasfemar algo en castellano, se lanza hacia los dos negros, acero en alto contra el soldado que les ataca.

El plan de Orologgio era que, en el momento que la puerta fuera a ser abierta violentamente, él saltase como marinero sobre un trampolín en una de las vigas centrales de la puerta.  La idea era que, con la fuerza de la violenta apertura, el inventor fuera lanzado hacia adelante, lejos del daño de la irrupción masiva del monstruo, y por arriba de la cabeza de los montaignes que ahora lo acosaban.  Los dejaría a ellos enfrentar a lo que habían creado detrás de la puerta.  Así que, entre fintas y amagos, y usando toda su agilidad posible, comenzó a trepar la puerta por aquellos huecos y dobleces que golpes previos del monstruo habían dejado sobre su otrora lisa superficie, alejándose de su sangriento acero.

Calcula Orologgio, calcula.  Su mente resolvía furiosamente ecuaciones y vectores para saber cómo y dónde se rompería la puerta, y cómo la fuerza desatada lo proyectaría a él fuera de todo peligro, a pesar de estar en medio de él.   

Es como estos inventores locos que quieren poner una bala de cañón hueca con un hombre dentro, para que la fuerza lo aviente hasta la luna.  ¡En medio de las fuerzas explosivas!    Ah por Theus, ¡estoy tan loco como ellos!

Libre de su oponente Lope fue en ayuda de Etienne y Toa Rappa enfrentándose con el montaigne que les acosaba y que había herido al viejo nativo. Este intentó prepararse para el embate del castellano, pero Lope fue astuto adelantándose a sus movimientos y abatiéndole antes de poder preparar su guardia.

Orologgio estaba realmente preparado para la llegada del monstruo. En el momento justo, las puertas retumbaron con un sonido estremecedor. Orloggio supo que ese era el momento de su maniobra final: La puerat estaba a punto de ceder.

Uno de los soldados adivinó sus movimientos y se arrojó contra él acorralándolo. Orologgio saltó sobre él apoyándose contra la puerta en un ángulo imposible a modo de pirueta, pero el montaigne alzó su arma al aire cuando el vodaccio le sobrepasaba, hiriéndole en el hombro. Un tremendo dolor y chorro de sangre manó del hombro de Orologggio.

Pero al menos, Orologgio evitaría el horrror que ahora llegaba.

Justo en ese instante las puertas cedieron. Una figura enorme atravesó el umbral derribando una hoja y haciendo la otra astillas. El enorme y corpulento gorila tenía dos veces la altura de un hombre, mayor que ninguno existente. Parecía hecho de retazos de diversos gorilas, con diversas costuras recorriendo su cuerpo allí donde las partes se habían unido.

La hoja de la puerta cayó sobre a uno de los montaigne que rodeaba a Orologggio, aplastando su cuerpo y sólo se vio sangre bajo la puerta. Otro de los montaignes frente a la puerta fue arrollado por la bestia mientras salía, saliendo disparado hacia atrás con el cuello roto. El tercero quedó mirando embobado cómo el engendro recién salido del umbral lo agarraba con su enorme brazo haciendo luego crujir sus huesos mientras lo apretaba en la mano y arrojando después el cuerpo contra uno de los "huevos".

El que había herido a Orologggio en última instancia logró escapar de la ira del engendro. Orologggio también lo hizo, cayendo de pie como un gato, a una distancia relativamente a salvo del engendro.

Armando Bastardo sacó la cabeza momentáneamente de entre la niebla, atraído por la confusión, pero vista la carnicería inmediatamente volvió a meter la cabeza a cubierto,.

Hook, que se encontraba entre sus brazos, empezó a ladrar furibundo y sin parar al engendro recién salido de la puerta.cosaco.

Aprovechando la confusión, Lawson cruzó su espada con el filo ensangrentado del hombre que había herido a Orologgio. Frente al engendro de dos cabezas los dos hombres se enfrentaron, y Lawson ganó el embate.

Libres del acoso del Montaigne gracias a Lope, Etienne tomó al anciano Toa - Rappa y lo arastró alejándolo de la puerta buscando el refugio de uno de los huevos.