Partida Rol por web

Todo se fue a la mierda muy deprisa, las luces de la nave se apagaron, todo se tiño de un tono rojizo por las luces de seguridad y alarmas y se escucharon gritos de agonía, de monstruos y los mensajes de MADRE, la IA de la nave SELVA, advirtiendo que se habían activado el protocolo de seguridad de la nave y que los supervivientes disponían de treinta minutos para abandonar la nave, pasado ese tiempo ésta se destruiría. La única salida era escapar por una de las capsulas de emergencia dispuestas en la zona Galilei. El tiempo corría en su contra y Kevin sabía que debía ir con cuidado de no cruzarse con los bichos que habían causado ese infierno. Escuchó un ruido muy cerca a la zona dónde estaba y la poca iluminación no ayudaba a adivinar si lo que habría allí sería humano o no...

La nave, la que él bien conocía por ser el que la pilotaba, se moría. Pero Kevin no tenía tiempo de llorarla... ya lo haría más tarde. Ahora le tocaba huir.

¿Por donde? no lo sabía, pero él era un temerario, o así le llamaban en la academia de pilotos. Oyó un ruido por la zona y no es que le apeteciera mucho comprobar si estaba equivocado o no, pero quizá solo se trataba de un fusible fundido y no de esas cosas que habían invadido a SELVA. Eso sí, nada impidió que cruzara los dedos y abrazara su medallón con la mano para que todo saliera bien. Como buen piloto, tenía sus supersticiones.

Había llegado a la zona de descanso del personal, los sectores de alrededor hacían a la vez de dormitorios, bar, duchas y otras estancias para el descanso y disfrute del personal científico de la nave. Kevin recordaba que cerca de allí había unas salas de seguridad de la zona Galilei, tal vez en las taquillas de allí aún quedaran armas...

A TODO EL PERSONAL DE A BORDO, TIEMPO DE AUTODESTRUCCIÓN MODIFICADO, AÑADIDOS 10 MINUTOS A LA CUENTA ATRÁS.- Dijo la voz de MADRE. Alguien debía haber tenido acceso a una terminal y haber modificado los datos de alguna forma.

La cuenta atrás se ampliaba un poco más. Aunque 10 minutos no parecía gran cosa el hecho de que alguien interactuara con Madre para darles un pequeño respiro era algo que le daba esperanzas.

Estaba allí, en la sala de descanso. Las taquillas llamaron su atención, quizá había algo, por eso las registró. Pero no estaría allí mucho tiempo, la nave iba a explotar y las cápsulas de evacuación no iban a esperarle.

Ahora estaba en la zona de baños de la zona galilei, había ido en cuidado a pesar de que la sección estuviera llena de escombros, había incluso duchas que estaban rociando agua por doquier. Ese sonido constante tapaba el avance cauteloso de Kevin.

La zona en la que se encontraba de la nave no le parecio importante. Asi que no se detuvo y se centro en salir de alli.
Los ruidos de la nave no auguraban nada bueno y el no iba a esperar para ver si se equivocaba con sus miedos o no.

Por fin encontró la sala dónde se guardaba el material de los astronautas de abordo, especialmente trajes que soportaban muy bien las temperaturas extremas y que eran de gran resistencia contra los desgarros y otros accidentes. Cuando Kevin se dispuso a abrir la puerta un mensaje de seguridad anunció su apertura por lo que parecía todos los altavoces de la nave (o eso le pareció a Kevin). Debería darse prisa en salir de allí...

La paranoia se apoderaba de él. Cada ruido le parecía una sentencia de muerte, claro que esta vez el sonido era cercano. Por suerte, había encontrado un traje que parecía resistente.

Aunque tampoco le daría mucho respiro si le atacaban mucho antes de llegar al módulo de escape. Con ese pensamiento en mente, comenzó a correr, intentando no hacer mucho ruido.

Parecía que Kevin estaba de mala racha, no sabía si era el hecho de que tuviera equipado el traje o que, pero inicialmente hizo más ruido del que hubiera deseado...

Oyó un ruido que le pareció ser el del alien de antes, no obstante cuando se giró vio a una figura humanoide completamente deformada atacándole. Por suerte le desgarró el traje de tal forma que se pudo escabullir mientras la criatura estaba intentando comer la carne que creía dentro del traje...

Sabía que el traje haría ruido. Un alien le atacó, sin miramientos. Creía que no era el único y que había otro alien cerca por los ruidos que oía. Sabía que no iba a sobrevivir. Aún así abrazó su colgante con la mano derecha. Si de verdad le daba suerte, era la hora de que lo demostrara. Intentó correr, sabiendo que aquello podía causar ruido. Pero quería alejarse de los monstruos que iban a por él.

Tanteando por el suelo para escabullirse sus manos chocaron contra lo que parecía una pistola para inyectar adrenalina, o alguna substancia similar que hacia que el cuerpo y las reacciones del usuario se acelerasen...

Se había ganado unos minutos más de vida con el traje, pero, ¿viviría más? Había conseguido una inyección de adrenalina y eso podría darle algo de ventaja. ¿Por qué no la usaba en ese momento? Si seguía viviendo, se la guardaría para una mejor ocasión.

Otra pregunta que cabría hacerse es por qué se dirigía hacia una habitación en la que había oído ruidos alienígenas. Pero eso es algo que solo los pilotos pueden responder, no era la primera vez que arriesgaba su vida para intentar salvársela. La cuestión final es si sería la última vez que se la jugaría o tendría suerte. Volvió a acariciar su colgante, según cree, y a juzgar por los ruidos que oía, podría haber funcionado la vez anterior. Con esa esperanza, no muy grande, siguió con su carrera.