Partida Rol por web

—¡Hola! Sí, ya está todo cumplimentado y el papeleo hecho. Ya os contará el jefe —respondo a Morton.

—Yo no dudaría en apuntarnos, estar parado me empieza a volver loco ¡Tengo ganas de volver a sentarme en mi carlinga! jajaja.

Pone cara de preocupación, con la pregunta del compañero, y abre los ojos como platos.

Tras eso hace un gesto para que se calmen y asiente en lo de que se apunten. Tenía cara de pensativo, como que estaba intentando hacer memoria, y tras eso, sacó del bolsillo derecho de su guerrera la libretita, que contenía un montón de papeles sueltos. En ellos empezó a buscar información.

◾Detego tegendo

Es traducido, descubro mientras estoy oculto. Veo sin que me vean, para entendernos.

Si alguien encuentra algo más apropiado, estoy abierto a todo.

Se me ocurrió esto, porque somos espectadores de la historia, cuando la génesis del suceso, podemos ser nosotros, y nadie ve que puede ser que por nuestra "culpa" pasen cosas. Es el momento de hacer que cambien cosas. Adelante hermanos.

Con el nombre y el número de registro de la unidad mercenaria que habéis formado, rellenar el formulario es cuestión de unos minutos. Al poco el sargento os sella la instancia, os repite las instruciones y os despide hasta que los destinos vuelvan a cruzaros.

En cuestión de veinte minutos estáis en la calle, a la puerta de las oficinas de la Manfed donde deberéis estar mañana a eso de las diez de la mañana para presentar el documento sellado al oficial de la puerta y asistir a la sala de juntas donde se os informará a todos los asistentes del contrato. Entonces, podréis declinar o aceptar la oferta. Todo muy civilizado y sabiendo quienes serán vuestros posibles compañeros.

Antes de que cada uno se disponga a lo que estime oportuno, quería comentarles una cosillas.

Señala a Morton: - Para no liarte, y manteniendo tu privacidad, todos lo mechs, son puestos y registrados a mi nombre, así como la unidad, pero tenía, por si hubiera alguna indemnización, y asignación de máquinas, así que puse MoRa. Tras eso comentó. - El dinero, hemos creado una cuenta... Hablaba como si lo hubieran hecho todos. ... en el banco que podemos sacar dinero de cualquier parte del universo. En el propio de COMSTAR, así que el 90% del dinero está allí. Tras eso, el dinero que restaba, lo tenía en el bolsillo. Se gopeteó. - Vamos a alguna parte y repartimos el resto, para tener algo de mano y poder tomar un cerveza tranquilos. No quería saber si se marchaban de putas, si querían ir a hacer de Drak-Queen, o si simplemente querían dormir.

Le daba igual.

El estaba intentando pensar en su familia. En los que eran sus amigos de niños, o los compañeros de promoción. Tendría que buscar a los que estaban destinados aquí. Seguro que podría hablar con alguno de esos militares.

Con mi parte del dinero me voy a comprar provisiones de tabaco y cervezas para un mes, después me marcho al hangar y dentro de mi carlinga me tomo una de las cervezas mientras compruebo que todo está correcto. Finalmente, cuando ya haya repasado su estado general, me voy al hotel a descansar hasta el día siguiente, no quiero aparecer con cara de resaca en la reunión.

Después de las cervezas, y de charlar tranquilamente, voy a buscar pintura para mechs blanca y material para hacerme una especie de plantilla de Jenner, que quiero apuntar la pieza en mi mech. Esperemos que la primera de muchas. Y de paso vuelvo a montarme para comprobar que todo está correcto.

¿Mo... Ra...? ¡Ah, claro! Hiciste bien, gracias, Lortmark.

Lo que ya no le entusiasmaba tanto era lo de aquella cuenta bancaria conjunta. Iba en contra de todos sus principios de cautela paranoica. Resopló. Por un lado, ni Max ni Nacho habían objetado nada, así que si Morton se ponía en plan tiquismiquis iba a quedar bastante mal con el resto. Por otro lado, ya les había confiado la vida en la misión anterior, incluso les dió la espalda en alguna maniobra. Podían haberle traicionado en cualquier momento, y no lo hicieron. ¿Por qué iban a robarle su dinero ahora? Y más porque si seguían colaborando podrían seguir haciendo fortuna con la unidad Dentera Tango, o como se llamase.

Ok a lo de la cuenta, también. Te sigo, Lortmark. Vamos con lo del reparto.

Así les comento lo que escuché en la radio de los soldados...

Luego tengo que hacer una transferencia a la cuenta de Denise, para que pueda irse de ese motel de mala muerte y pagarse una habitación de hotel de verdad.

También tengo que llamarla... Decirle que no vamos a vernos en un par de semanas, que me ha salido un negocio redondo, y es más seguro que no nos relacionen.

Y por último...

Creo que voy a pillar una habitación de motel por aquí cerca, así me ahorro el tiempo perdido en los taxis, y no tengo que madrugar mañana.

Mientras caminaban, su mente estaba rumiando. Había una calculadora en su cabeza, haciendo pasar numeritos, como si fuera un reloj, de esos de solapas, que mueve sus cartelitos, para indicar las horas, o los viejos paneles de los aereopuertos, que tenían cartelitos donde cada espacio era un árbol de solapas, que rodaban para indicar el carácter requerido.

Llegando al bar musitó: Dos y medio. Y nada más entrar pidió unas cervezas. Nada más sentarse hizo el reparto, dando 4000.- pechugueiros a cada uno. Tras eso se acercó a la barra, pidió unas patatuelas y algo más de picotear, y pagó. Se giró hacia el resto, que ya estaban sentados, y sin voz, vocalizó: - Invito yo.

Gracias, tío. Eres un buen jefe-a pesar de que hayas metido casi toda mi parte del botín en una cuenta bancaria.

Morton dió un trago. Se relamió sin saber cómo sacar el tema. A pesar de no estar en un establecimiento no gubernamental, se sentía espiado por todas partes. Bajó el tono de la voz, por si acaso.

Uhmmm... ¿Os acordáis de esos amigos nuestros que hicieron aquella mudanza en las afueras? Sí, hombre... esos a los que ayudamos mientras cargaban los camiones. Pues si lo que se llevaron empieza por termo- y termina por -glicerina...-sutil, muy sutil.

Oye, qué fuerte lo de ese atentado que casi mata a Hans Davion con termoglicerina. El caso es que Melissa Steiner no iba con él en ese momento, ¿qué casualidad, no?

Cuando empezó a decir la palabra "termo" le acercó la mano a los labios, sin llegar a tocarlo, para cortarle el intento.

Cuando se recostó le pidió disculpas: - Lo siento compañero, pero no se menta el nombre de la soca en casa del ahorcado. Estaba el colega siendo igual de discreto como un bocadillo de escombros. Un gesto de negación leve acompañó a sus palabras: - No te tienes porque preocupar con lo que juga cada uno. Son mayorcitos y elijen sus juguetes. Si luego se mean en la cama ... es cosa suya. - Había que hacer que los compañeros pensaran en otra cosa. Estaban demasiado preocupados por lo hecho y sucedido, y eso haría que metieran la pata. Tenían que olvidarlo, y lo mejor era que pensaran en otra cosa.

- Vale, antes de marchar, tenemos que indicar las especialidades de nuestra unidad. Si elegimos ser exploradores, estaremos siempre de patrulla, arriesgando a ser víctimas de emboscadas, y siempre rondado, y comiendo polvo o barro. Si somos especialistas en golpes de mano, nos darán misiones casi suicidas o extremadamente peligrosas. Si somos tropas de línea, nos usarán para todos, y comeremos mierda a paladas....Elijamos la misión en la que somos especialistas, nos joderemos vivos, y además ... será mentira. Preguntó: - ¿Qué decimos o seleccionamos?