Partida Rol por web

En algún momento del día siguiente Ethan buscó a Andrea por el Instituto con la intención de hablar con él. 

Se me hacía muy larga la mañana de manera que tras ver a Lauretta y desayunar algo decidí matar el tiempo entrenando. Por desgracia algunos de los nephilim del instituto me habían tomado manía y relacionarme con ellos era una pérdida de tiempo. Probablemente el francés y la española estarían metiendo cizaña sobre mi, así que prefería dejar pasar algunos días antes de intentar hablar con ellos de nuevo. 

Tras unas cuantas horas en el gimnasio practicando acrobacias y elasticidad decidí darme una ducha, esta vez me aseguré de que no hubiera nadie para que no malinterpretaran. Después de hora bajo el agua pude sentir como la piel de las manos empezaba a arrugarse, y decidí que ya fue suficiente. Salí de la cabina y tras secarme me vestí con otra muda de combate limpia.

Al salir del baño me topé con Ethan, el chico parecía estar buscando a alguien. Por un momento me planteé saludar y pasar de largo pero no me pareció suficientemente educado así que me detuve a hablar. 

— Ey Ethan, ¿cómo te va? ¿Has visto el demonio que tenemos en Florencia? — pregunté al chico.

Había estado buscando a Carlo o a Andrea por el instituto sin éxito durante veinte minutos, más tiempo del que se merecían, probablemente, dados los últimos acontecimientos que habían protagonizado. Exasperado, me dirigí hacia el baño cuando de pronto apareció Andrea frente a mí en paños menores. Habría preferido a Carlo, pero no me iba a poner tiquismiquis. Además, algo me decía que con el rubio iba a ser más sencillo.

¡Andrea! Respondí, cordial y con una sonrisa agradable. No me va mal, he estado entrenando un poco. Aún tengo que acostumbrarme a todo esto, pero poco a poco. ¿Qué tal tú?

Reí, suponiendo que se refería a Lauretta. Si hay algo que he aprendido en el poco tiempo que llevo aquí es que las mujeres llevan los pantalones entre los nephilim. Dije, bromeando.

Oye, tal vez tú me puedas ayudar. Dije, fingiendo que se me ocurría en aquel instante la idea. No iba a admitir que lo llevaba buscando un buen rato. Gareth me ha dado permiso para que vaya a grabar la serie el miércoles con la condición de que vaya acompañado de dos cazadores de sombras entrenados. No sé si te han dicho que soy actor. La cosa es que si no voy me echarán. ¿Podrías acompañarme tú?

Le miré y sonreí de forma traviesa. Creo que te gustará. Podrás ver a la gente del rodaje. Dije, esperando que mordiera el anzuelo.

Algo me decía que Ethan no me odiaba ni de lejos tanto como lo hacían aquel otro par de nephilim. La verdad sea dicha aquello fue un gran alivio, y es que necesitaba conseguir apoyos en el instituto a cualquier precio. A Gareth no le temblaría el pulso si estuviera en su mano de nuevo, desde luego no iba a tragarse las palabras de Jeremy otra vez.

- Esausto la verdad, llevo horas entrenando —le dije sin perder la sonrisa. Me gusta estar en forma. 

¡Y que lo digas!, pensé cuando dijo aquel comentario sobre las mujeres nephilim. 

No podía creerme lo que me decía, ¿este chico era actor? Aquello me pareció increíble, lo más. Cuando encima me ofreció acompañarle al rodaje no tuve que pensarlo dos veces. — ¡Claro! Yo te acompaño, ¿pero cómo es que Gareth aceptó a esto? Pensaba que era pericoloso que volviéseis a vuestra rutina mundana.

Espera... ¿Dos cazadores de sombra? — ¿Ya lo has pedido a otro nephilim? Deseaba por encima de todo que no se tratara del troglodita.

Lo cierto es que te dio toda la impresión de que el chico estaba exagerando bastante. No te parecía probable que llevase horas entrenando, ni tampoco tenía pinta de que le gustase estar en forma. 

Sonreí, contento por que hubiera accedido. Era importante para mí y, aunque Gareth no se había mostrado de acuerdo, me había dado permiso para llevar a cabo mi idea.

¡Gracias! Respondí, dedicándole una sonrisa. Te debo una. No había fallado, seguramente Andrea fuese el único en todo el instituto dispuesto a llevar a cabo semejante tarea.

Aún no se lo he pedido a nadie, la verdad. ¿Crees que Carlo querrá venir? Pregunté, volviendo a fingir que se me ocurría en aquel momento la idea.

Imaginé a Carlo es un estudio de grabación rodeado de tecnología y teniendo que permanecer en silencio, no acababa de cuadrarme. Apreté los labios y entrecerré los ojos en una mueca como si quisiera demostrarle que no tenía nada claro lo que me preguntaba.

— No estoy seguro de que algo así le apetezca... Quizá si le engañas y le dices que hay muchas bambinas es posible que se apunte... — dije sin estar demasiado convencido. Es un tipo de costumbres claras: matar demonios y ligar. Dale una de ambas y se pondrá muy contento.

En cualquier caso me alegraba que Ethan me hubiera preguntado a mi primero, era una suerte que al menos él no estuviera en mi contra. De nuevo le brindé mi mejor sonrisa. ¿Y en qué actuas? ¿Una serie de televisión? De repente se me ocurrió una genial idea y abrí muchísimo los ojos. — Espera, ¿crees que me podrías conseguir un cameo? A mis padres seguramente les haría gracia verme...

En aquel momento por las escaleras que había junto al baño visteis aparecer a Carlo, comiéndose una manzana con aire descuidado. Al veros, sonrió y caminó hasta vosotros. 

- Ey, chicos. ¿Cómo va? - Preguntó al llegar. - ¿Habéis visto a Lauretta? Llevo un rato buscándola. Este Instituto es enorme y todos los pasillos son iguales.

No creo que dependa de mí lo del cameo pero lo preguntaré... Mentí. Después de lo que había hecho no iba a arriesgarme a dar la cara por el italiano. Además, ni siquiera sabía como actuaba. Había demasiadas cosas que podían salir mal, pero me interesaba motivarle para que él pudiera animar a Carlo con más ganas. Igual te consigo algo. Como extra que mantiene la boca cerrada.

Iba a responderle a lo referente a Carlo cuando el susodicho apareció. Todo estaba saliendo a pedir de boca. ¡Carlo! Le saludé, dedicándole una sonrisa. Justo estábamos hablando de ti. Lauretta estaba antes en la sala de entrenamiento, no sé si seguirá allí. Le dije, antes de plantearle mi propuesta.

El caso es que necesito que dos cazadores de sombras entrenados me acompañen y me hagan de escolta. Gareth me ha dado permiso para que vaya al rodaje el miércoles, pero me ha dicho que necesito protección por si los demonios aparecen por allí. No sería muy raro que lo hicieran.

Sonreí de medio lado. Además, seguro que hay alguna compañera. Te la podría presentar después. Carlo era mucho más guapo que Andrea, ni comparación. Me daría vergüenza presentar al rubio, pero si presentaba al segundo... Quien sabe. Incluso hasta podría gustarle a alguna. Aunque tendría que adornar un poco su currículum.

Carlo hizo una mueca de extrañeza cuando Ethan empezó a hablar del rodaje, como si estuviera hablando de algo que le resultaba totalmente ajeno, de otro mundo. Parecía algo disperso mientras daba un bocado a la manzana y escuchaba sin prestar mucha atención. Pero en cuanto Ethan mencionó la palabra demonio, los ojos de Carlo se centraron y lo miró con más interés. Para cuando el chico estaba mencionando a sus compañeras, el italiano asentía con la cabeza, ya totalmente convencido.

- Claro, tío. Te acompañaremos a ese... - Dudó un instante. - Lo que sea. - Dijo, encogiéndose de hombros. - Y que se le ocurra a un demonio intentar acercarse. - Añadió, antes de mirarte con ojos brillantes. - Y esas compañeras... ¿Cómo son?

Saqué el móvil para buscar una foto en la que salíamos los protagonistas de la serie con una sonrisa traviesa. Puedes verlo tú mismo. Dije, mientras le enseñaba algunas fotos en las que aparecíamos los protagonistas de la serie.

Esta es Kaya. Está un poco loca, es parte de su encanto. Dije, empezando por el plato fuerte. En realidad era con la que más fotos tenía. No está nada mal. Añadí, con una sonrisa. No se si vendrá hoy, tal vez lo haga. La que viene seguro es la esta, la de la izquierda. La imagen de. 

Se llama April, es una de las más importantes de la serie. Le encanta salir de fiesta y pasárselo bien, ya sabéis... Les dije, ensanchando mi sonrisa. Decidí ahorrarme ciertos detalles.

Por último está Hannah. Me costó encontrar una foto de ella, ya que nunca salía con nosotros. Era una foto de un rodaje. No es gran cosa y es un poco aburrida. No merece demasiado la pena.

Allí habrá más gente a parte del reparto original, claro. Dije, guardando el móvil. Si os gusta alguna seguramente pueda hacer algo para presentároslas, pero yo tenía en mente a Kaya y a April. 

Mi mirada se estaba centrando en Carlo más que en Andrea. El rubio se debería conformar con alguna extra que haría lo que fuese por intentar llegar hasta mí. Como besar a mi "amigo italiano". Podemos decir que sois los hijos de una rica familia Italiana y que habéis venido aquí de erasmus. Seguro que eso os lo pone más fácil.

¡Ey, buena!, pareció que quisiera decirle con un guiño a Ethan. Rápidamente se había metido a Carlo en el bolsillo. Si es que sabiendo donde presionar era muy sencillo manipular a las personas. Traté de reirme lo mínimo y cuando pude contener la sonrisa asentí con mucha seriedad a las palabras de ambos.

— Sabía que te gustaría la idea tio, justo se lo comentaba a Ethan. —Asentí varias veces con el ceño fruncido y fingiendo seriedad.

Al ver las chicas que decía eran sus amigas se me quedó una cara de baboso total, como si tuviera una sonrisilla tonta permanentemente. Vaya, tu si que te sabes rodear bien... Continué mirando las fotos y luego lo miré de nuevo a él con gran admiración.

Por fin logré sacarme aquella tentación de la cabeza y empecé a sacudir rápidamente esta para aclarar mis ideas. De nuevo quería volver a temas más serios y no era para menos, no después de lo que había pasado con la familia del chaval.

— ¿Sabemos algo más de los escorpiors? ¿No existe el riesgo de que quieran unirse al reparto? Te ayudaré en lo que pueda pero quiero estar preparado — le comenté a Ethan.

Carlo se asomó para mirar las fotos y sus cejas se enarcaron en una expresión impresionada. - Vaya con tus amigas. - Dijo, antes de soltar una carcajada. - ¿Que si me gusta alguna? Me gustan las tres. Incluso al mismo tiempo.

Sin embargo, frunció el ceño con incomprensión ante sus últimas palabras. - ¿Que venimos de qué? ¿Erasmus? ¿Eso qué es? - Preguntó, como si el chico estuviera hablando de algo totalmente ajeno para él. 

Asentí a Andrea. Si, el riesgo está ahí, por eso tengo que ir con dos cazadores de sombras. Bueno, en realidad si salgo tengo que ir acompañado en todo momento. Me lamenté. Por eso necesito que vengáis. Pero supongo que un par de demonios no son problema para cazadores de sombras entrenados, ¿no? ¿No lleváis entrenando para algo así toda la vida?

Esperaba que picasen el anzuelo, pero por si acaso... Aunque si creéis que es demasiado, puedo preguntar a alguien más para ver si se apunta.

Me giré hacia Carlo. Erasmus es cuando un estudiante de universidad se va unos meses, generalmente un curso, a otra universidad de fuera del país para aprender el idioma, ganar experiencia o simplemente vivir la vida. Dije, divertido. Me parecía increíble lo perdidos que estaban. Diremos que vienes de la universidad de Bolonia y que estudias arquitectura. No creo que ninguna de ellas te pregunte nada de eso.

Tú serás su primo que estás de visita. Le dije a Andrea. El pobre se quedó con los genes equivocados.

— Si, bueno, eso es cierto... Dije llevándome las manos a la nuca y asintiendo al cumplido de Ethan sin demasiada modestia. Aquel chico tenía buen ojo para escoger a las personas, no había mejor elección que nosotros para tal propósito. Nos han entrenado desde muy muy jóvenes.

No hará falta que preguntes a otro, nosotros somos tus hombres. Y si además podemos ligar con alguna de las amigas mejor que mejor. 

— ¿El primo? — pregunté extrañado ante aquella imposición. ¿Por qué él tiene que ser el guapo arquitecto extranjero y yo solo "el primo"?

Carlo escuchó atentamente la explicación y luego asintió. - Entonces es parecido a lo que estamos haciendo aquí nosotros. - Afirmó. - Vale, arquitectura. Espero que tengas razón y nadie me pregunte nada... - Convino, con una sonrisa divertida.

Sin embargo, al escuchar la protesta de Andrea, no pudo evitar soltar una carcajada mientras golpeaba el hombro del otro chico con el puño en un gesto amistoso. - Pues porque para ser el guapo arquitecto, primero hay que ser guapo, tío. Está clarísimo. Pero puedes ser mi primo el encantador estudiante de... - Se quedó pensativo un instante. - ¿De anatomía? - Terminó, mirando a Ethan interrogativamente.

— Que gracioso — dije fulminando a mi colega de una mirada. Podemos decir que soy el hijo de un famoso cazatalentos de Hollywood y que por eso Ethan me ha invitado, fijo que se me pegan como moscas.

Agradecí que Carlo me sacase de aquella situación incómoda. No entendía que el italiano no fuese consciente de su aparente falta de atractivo. Hacía daño a la vista y no pensaba ser yo quien se lo dijese.

Mira, no sería mala idea si pudieras disimular tu acento y si supieseis algo de cine o televisión. Le dije, dedicándole una mirada de disculpa. Pero como no creo que sea el caso, será mejor decir que tu padre trabaje para la televisión Italiana. No creo que tengan demasiada idea sobre el asunto.

Suspiré. No podía concederle ser guapo, no estaba en mi mano, ni siquiera en la de mis estilistas, pero sí podría concederle una cosa. Bueno, Carlo, pues tú eres el arquitecto de erasmus y Andrea, su primo cuyo padre trabaja en la televisión italiana. ¿Mejor así? Les dije, alternando la mirada.

Carlo se rió cuando Ethan mencionó el tema del acento. - Ah, la lengua materna. Es imposible abandonarla del todo. - Se encogió de hombros. - Creo que no colaríamos como americanos, ni falta que hace. Italia es el país del amor, eso sí que hará que se acerquen como polillas.

- A mí me parece un plan perfecto. - Asintió, convencido con el plan. - Pero será mejor que Lauretta no se entere. O se empeñará en venir para controlarnos. - Añadió, haciendo una mueca con la boca. - Y nos chafaría cualquier tema que incluyera chicas. 

Puñetera Lauretta, nos seguirá allí donde vayamos — dije con una mueca de fastidio en el rostro. Decía que había venido por Jeremy y Gareth, por todo aquello de causar alboroto pero seguro que estaba muerta de asco y tenía ganas de repartir estopa en otro lugar. 

Me crucé de brazos y asentí un poco más convencido a las palabras de Ethan. No era el mejor de los planes pero al menos tenía algo más de historia, ya no era simplemente "el primo". 

Por mi bien — enuncié más convencido. Seré el primo cuyo padre trabaja en la televisión. Él sigue siendo el arquitecto exótico y yo solo un hijo de papa, pero bueno... Suspiré y me encogí de hombros con una pequeña sonrisa.