Partida Rol por web

Auff - suspiré con desgana al descolgarme la mochila para sacar la estela y ambos cuchillos. Si seguíamos con este ritmo iba a empezar a sudar mucho antes de empezar la escolta del rubio. Sostuve la bolsa entre mis piernas al tiempo que asía los cuchillos a la cintura como me dijo Carlo. 

Aguanté la estela con la mano y volví a colgar la mochila de la espalda. - Adios - dije con una sonrisa y un gesto de mano en dirección al francés.

- ¿Y sobre qué actuas? No me suena haberte visto en la tele italiana - dije a Ethan retomando la conversación, y rápidamente me apresuré a añadir más - Lo digo sin segundas, igual eres super famoso y eso pero no tengo mucho tiempo para ver la televisión, ya sabes... 

Dicho aquello bajé la mirada hacia la estela y comenzaba a remangarme la camisa mientras seguía a la pareja.

Carlo terminó de dibujarse la runa en la muñeca antes de salir por la puerta del Instituto tras Ethan y una vez en la acera se quedó esperando a que el rubio llamase al taxi. 

El vehículo tardó menos de cinco minutos en aparecer para recogeros y las conversaciones tuvieron que enmudecer de forma forzosa al montar en él. Al fin y al cabo, el taxista no podía ver a Carlo y Andrea.

El viaje duró algo más de media hora de incómodo silencio roto tan solo por algún comentario esporádico del conductor sobre el tiempo que por fin se mostraba soleado, aunque el hombre no tenía esperanzas de que aquello durase demasiado.

Carlo pasó el viaje mirando por la ventanilla con aire distraído y suspiró ostentosamente cuando por fin el taxi se detuvo delante de una enorme nave tras pasar una verja con la garita de seguridad. La nave, que antiguamente había sido un hangar, estaba reconvertida desde hacía años para ser un estudio de grabación con decorados interiores y exteriores.

Una de las asistentes de producción se encontraba en la puerta de la nave cuando el taxi se detuvo. La muchacha, que sostenía con el brazo contra sí varias tablillas y papeles, parecía estar ocupada dando algunas indicaciones a un par de cámaras que montaban una grúa para el rodaje en exteriores, pero al ver a Ethan dentro del taxi se despidió de ellos y se acercó al vehículo con una sonrisa cordial.

Era una chica bonita, de pelo castaño largo y ondulado y de unos veintiocho años. Vestida con clase y subida a unos enormes tacones, pisaba con más firmeza de la que correspondía a su cargo. Solía ser la encargada de tratar directamente con los actores y de encargarse de que estuvieran en todo momento donde debían estar, además de cubrir sus necesidades. 

Esperó hasta que Ethan descendió del taxi, sin inmutarse ante la presencia de los otros dos y con la misma sonrisa le tendió a Ethan una de las tablillas.

- Buenos días, señor Evans. - Saludó, de forma educada y agradable. - Su camerino ya está preparado. Aquí tiene el guión de las escenas de hoy y su horario. - Normalmente el guión llegaba con varios días de antelación, para que los actores pudieran memorizarlo con tiempo, pero la última huelga de guionistas había trastocado ligeramente los planes y aquella semana los actores no lo habían tenido hasta el mismo día de cada rodaje. 

- Rodaremos en exteriores, un partido de baloncesto en el patio 3A, dentro de una hora y media. - Informó, con el mismo tono cordial. - Tiene su sesión de maquillaje dentro de una hora en el módulo 4. - Consultó una de las tablillas. - Junto al señor Hewer y el señor Hoult. 

La chica ladeó la cabeza mientras sostenía las tablillas contra el pecho. - Los recogeré en su camerino para acompañarlos al módulo. 

Probablemente aquella visita iba a ser lo más cercano que estaría de conocer un rodaje y estrellas de televisón, lo sabía y estuve muy tentado a sacar fotografías con el teléfono de todo. Lástima que aquello fuese una misión y que yo quisiera demostrar un mínimo de seriedad aquel día.

Solo faltaría que al volver Ethan le diese la razón al francés, entonces ya... 

La que parecía ayudante de Ethan se presentó ante nosotros para ofrecer su ayuda y dar las indicaciones del día. Cuando hubo terminado de hablar pude reaccionar y salir de mi ensimismamiento. - Ho appena innamoro... - dije en susurros alternando la mirada entre Ethan y la chica.

Me acabo de enamorar

Por fin fuera del instituto. La verdad era que se sentía como en una prisión y, aunque hubiera salido una vez, había estado con el gabacho, el aburrido y la camarera todo el tiempo, así no se le podía llamar precisamente libertad a aquello. Al salir del coche me puse el arma al hombro y fui a saludar a Ashley. Buenos días, Ashley. Le saludé, de forma agradable, mostrándome tan encantador como siempre. Incluso me sentí algo raro al darme cuenta de que no tenía que fingir. No tanto como los últimos días, al menos. Echaba de menos aquellos. Parecía que habían pasado años desde el último rodaje.

Tomé nota mental de todo aquello. Gracias. Le dije, cogiendo el guión. Parece que vamos a tener una hora intensa. Acompañé las palabras con una mueca de resignación claramente exagerada. Nos vemos en una hora entonces. 

Me despedí de la chica con un gesto de la mano y le dediqué una última sonrisa antes de dirigirme al camerino. Ojeé el guión de mientras. Iba a tener que memorizármelo en una hora, esperaba que no me dieran demasiado la lata.

La muchacha asintió con la cabeza, ampliando su sonrisa ante el gesto resignado de Ethan. - Si necesita algo, avíseme. - Ofreció, con tono amable y solícito.

Y con estas palabras giró sobre sí misma y se encaminó de vuelta hacia el lugar donde se encontraban los cámaras a los que había abandonado unos momentos antes.

En los labios de Carlo una sonrisa fácil se había instalado desde que la chica se había acercado a ellos y sin embargo, no dijo nada hasta que ella se fue. Entonces se llevó una mano al pecho y suspiró exageradamente, con una sonrisa de medio lado.

- Qué belleza... No me importaría convertirla en mi principessa. - Aseguró, dedicándole una última mirada antes de ponerse en marcha tras Ethan.

El camerino que Ethan solía usar era lo suficientemente amplio como para varios actores. Sin embargo, salvo en rodajes masivos, el chico no tenía que compartirlo con el resto de miembros del rodaje. 

El lugar estaba bien preparado, con una ducha privada, un lavabo, un cuarto de baño adyacente y un pequeño sofá en el que poder descansar. Sobre la balda que había bajo el espejo se podía ver una fuente con distintas frutas y una tetera eléctrica, así como algunas piezas de bollería. Una pequeña montaña de toallas limpias de distintos tamaños descansaba en un extremo y junto a ellas, algunas flores frescas en un vaso de tubo con agua daban un aroma suave al lugar y salvo eso, tan sólo se podían ver algunos efectos personales que Ethan había ido dejando allí con el paso de los rodajes.

Al llegar al camerino busqué la primera silla que viese para acomodarme. Bostecé profundamente y observé a Ethan en su habitad natural casi con curiosidad. Tenía muchas ganas de preguntar sobre su ayudante o incluso sobre como de bien vivía gracias a su profesión. 

Finalmente me animé y rompí el silencio. - ¿Oye tio y de qué va esto? ¿Es una serie para adolescentes o algo por el estilo? - pregunté con una sonrisa casi burlona. 

Era un tanto ridículo pensar que este chico se dedicaría a matar demonios y a la vez a interpretar posibles romances o el día a día en un instituto. De nuevo me levanté, pero no dejé de alternar la mirada entre Ethan y el resto del camerino. Esperaba su respuesta.

- Y menuda ayudante, ¡qué ayudante! Ethan, eres un pez gordo... Te envidio cada vez más. - dije quedando apoyado y de brazos cruzados sobre la balda que había frente al espejo. 

Al llegar al camerino tomé aire con fuerza, aliviado. Ya estaba en marcha. Sentía emoción mezclada con cierto nerviosismo. No podía evitar pensar que algo iba a salir mal y que los demonios o cualquier cosa iba a atacarnos en medio del rodaje, al fin y al cabo era uno de los sitios al que yo acudiría con mayor probabilidad. Ese y mi casa.

Intenté quitarme aquella idea de mi cabeza. Tenía la ayuda de los italianos, ellos se encargarían de protegerme y de que la grabación no acabase en catástrofe. Al ver la tetera y la bollería me acerqué allí. Seguro que la comida que habían dejado era mejor que la que traíamos del instituto. Me preparé un té y empecé a comer una pieza de fruta.

Servíos lo que queráis. Le invité, tras escuchar las palabras de Andrea. Consiguieron sacarme una sonrisa. Pues... Sí, puedes llamarla así. Es una serie de instituto, muy centrada en drogas, familias desestructuradas, bullying, relaciones amorosas... Está ambientada en los bajos fondos, donde se ven todo tipo de cosas. Aunque claro, ya sabéis como es la ficción, maximizan las cosas.

Me encogí de hombros. Está teniendo bastante éxito entre los adolescentes y los jóvenes. He oído que incluso la televisión americana se ha interesado. No iba a ponerme modesto con ellos.

Ashley... No está nada mal. Concedí, con una sonrisa traviesa. Aunque ella no es famosa todavía. Al menos de momento. Con esa actitud no me extrañaría que en unos años consiga ganarse un puesto más importante. ¿Debo apuntarla en la lista de la gente a presentaros?

Volví mi atención al guión. Tenía que estudiármelo e interpretarlo en el camerino un par de veces antes del rodaje y me daba que iba a ser difícil con los dos rondando por allí. Pero eso después. Ahora tengo que estudiarme el guión para el rodaje. Les dije. Andrea, ¿qué te parece si vas a reconocer el terreno y a localizar posibles amenazas o lo que sea que hagáis?

Algo me decía que Carlo sabía mantener la boca cerrada mejor que el otro italiano y tampoco quería quedarme solo.

-Oh oh, ya veo – dije asintiendo muy concentrado en sus palabras. Ya podía imaginarme al rubito haciendo un papelón estelar, rompiendo el corazón de miles de chicas locas. Seguro que se pasaba el día rodando escenas entre clases y representaciones de institutos.

Aunque nuestro instituto tampoco se quedaba atrás si hablábamos de escenas absurdas y situaciones ridículas. Algo que, mucho me temía, también era gracias a mi.

- Va va, tio, las chicas se tienen que morir al verte – dije finalmente cuando terminó de explicarme de qué iba la serie. ¿Qué-qué si debes? - dije poniendome un poco rojo de repente. - No sé, no sabría que decirle...

Me llevé la mano a la nuca como si me protegiese de la vergüenza y asentí cuando explicó que necesitaba estudiar. Ethan debía de confiar muchísimo en mi si me pedía que estudiase el entorno. Sin duda el chico tenía buen ojo para juzgar a guerreros.

- Claro! - dije levantando el puño en un gesto furioso. Déjalo en mis manos, voy a ver si veo algo raro.

Una vez dicho aquello salí del camerino para inspeccionar un poco el lugar. Con un poco de suerte daría con los otros camerinos...

Cuando Andrea se fue me centré en el guión. Iba a ser el día más complicado de rodaje hasta la fecha con diferencia. No solo acababa de recibir el guión y tenía que grabar en una hora y media, sino que era el primer rodaje desde que pasó todo lo malo.

Esto puede ser un poco aburrido. Le advertí a Carlo mientras empezaba a ojear por encima el guión para ver lo que iba a pasar antes de centrarme en memorizármelo. Si quieres algo para matar el tiempo puedo pedírselo a Ashley. Sino, tienes unas revistas en aquella esquina. Le dije dedicándole una mirada. A mí se me ocurría otra forma para matar el tiempo. Una lástima que fuera el típico heterosexual machista.

- Qué pregunta. - Dijo Carlo con una carcajada. - ¡Claro que debes! 

Después, cuando Ethan echó sutilmente a Andrea, el italiano soltó un resoplido de risa por la nariz y le hizo un gesto con la cabeza a su amigo. - Ten cuidado, no sabemos qué puede haber por ahí. 

Sin más, esperó a que Andrea saliese antes de asegurarse de que la puerta estaba cerrada.

Carlo se giró hacia ti con una sonrisa cuando le hablaste y negó suavemente con la cabeza. 

- No, no te preocupes. Estoy aquí para asegurar tu seguridad, no para pasar el rato. - Con estas palabras se colocó cerca de la puerta y se apoyó en la pared, cruzándose de brazos. - Tú haz lo que tengas que hacer, no te preocupes por mí. 

El chico parecía tener la intención de pasar todo el tiempo que hiciese falta de pie, sencillamente vigilando. De vez en cuando te dedicaba miradas ocasionales mientras estudiabas el guión.

A pesar de las complicaciones extra por tener tan poco tiempo, podías ver que el rodaje de aquel día sería sencillo. Había pocos diálogos y no te estaba costando nada aprenderlos rápidamente. Básicamente iba a ser un partido de baloncesto en exterior. Sin embargo, hacia el final, encontraste algo que te provocó un escalofrío. Una de las últimas escenas eran en el vestuario, a solas con Mitch. Tus mejillas se quedaron pálidas cuando llegaste al punto en el que explicaban cómo Maxxie y Mike se besaban hasta que Tony los interrumpía.

La puerta se cerró tras de ti y miraste a tu alrededor. Todo parecía estar completamente tranquilo y en orden, no había nadie a la vista. Un largo pasillo se abría a ambos lados, con puertas en las dos paredes. Algunas estaban abiertas y pudiste ver al asomarte otros camerinos como el de Ethan, vacíos. Sin embargo, también había algunas cerradas y tras una de ellas pudiste escuchar dos voces femeninas riendo y charlando.

Lo leí varias veces para asegurarme que lo había leído bien y aún así seguía sin querer creérmelo. Aquella escena iba a causar polémica y venía en el peor momento posible, cuando yo estaba más desconectado de la prensa y de las redes sociales por culpa de todo lo que estaba pasando. Por no hablar de los  rumores que se crearían sobre mí. Relación homosexual dentro del rodaje de SKINS. Podía imaginarme las portadas de las revistas rosas y los comentarios de la gente en las redes sociales.

Intenté no alterarme con la noticia. Lo peor sería mostrarme molesto o desconfiado con aquella escena, pero era difícil disimularlo. Tenía que aparentar normalidad y profesionalidad, como si aquello fuese una escena como otra cualquiera. No, definitivamente no iba a ser fácil. Notaba el corazón yéndome a mil pensando en todas las cosas que podían ir mal, que eran muchas. Salir del armario podría suponer un duro golpe para mi carrera, no podía permitírmelo.

Y luego estaban Carlo y Andrea. Si lo veían se enteraría todo el instituto. Joder... Siendo algo así como ángeles seguro que no lo veían con muy buenos ojos. Me planteé la idea de mandarlos fuera a investigar mientras hubiera que rodar aquella escena, pero la descarté al instante. Era muy peligroso y sí entraban por cualquier motivo y descubrían aquello, sería mucho más jodido explicarlo después. No, tenía que ir de cara.

Me quedé unos segundos mirando el guión y pensando en la mejor manera para proseguir. ¿Cómo actuaría un heterosexual ante esta situación? Seguro que, de cara al público, se mostraba neutral y aceptaría el papel, pero con sus amigos se quejaría. Tendría que hacer lo propio.

Hay que joderse. Exclamé, de pronto, intentando que fuese espontáneo y con cierto desagrado en el tono. No me lo puedo creer.

Ante tu exclamación Carlo se tensó y toda su postura cambió, poniéndose en guardia. Con cautela alternó su mirada entre ti y la puerta y tardó un par de segundos en relajarse de nuevo al ver que tan sólo seguías leyendo y no había nada de lo que defenderte. Todavía.

- ¿Todo bien? - Preguntó entonces con curiosidad, acercándose hasta donde estabas para intentar echar un vistazo al guión que tenías entre manos.

Creí que lo más sensato sería ver donde estaba el patio 3A que mencionó Ashley. Con un poco de suerte podría acomodarme al terreno y tenerlo preparado en caso de entablar contacto con demonios. Era una probabilidad muy pequeña pero no estaba de más tener una ventaja.

No obstante al salir del camerino no dejé de darles vueltas a la extraña petición de Ethan. ¿Por qué no pedir a Carlo que explorase el terreno? Él parecía mucho más serio y competente para una tarea así...

Escuché una serie de voces provenir de otro de los camerinos contiguos al de Ethan. 

Solo por si acaso espiaría detrás de la puerta la conversación que tuvieran las dos chicas. Al menos ese fue el razonamiento que quise pensar para sentirme algo menos culpable. Quizá estuvieran tramando algo contra Ethan, mundanas o no era mi deber asegurarme de que todo iba bien alrededor del rubito.

Si fuese una conversación mundana y sin valor alguno para mis intereses seguiría mi camino en busca del set de rodaje.

Pegaste la oreja a la puerta, con la esperanza de enterarte de lo que se hablaba en el interior, pero las voces te llegaban demasiado amortiguadas y no comprendías nada. Así que tras un par de segundos desististe y empezaste a moverte por el estudio de grabación. Tras recorrer un par de pasillos vacíos encuentras un plano del lugar colgado de una pared y no te cuesta mucho localizar el patio 3A y aprenderte el camino hasta allí.

Según te vas acercando cada vez te cruzas con más personas. Gente con cables, focos, burros con vestuario colgando de perchas... Hasta que sales por una puerta doble de gran tamaño. En el exterior te encuentras con un campo de baloncesto rodeado con verjas metálicas y con algunas gradas de un verde desgastado. Alrededor hay varias grúas con cámaras preparadas y micros ya colgando de sus perchas. Puedes ver a muchos cámaras e iluminadores trabajando y tirando cables alrededor de la pista. Por allí también ves a Ashley hablando con un par de personas bien vestidas con una sonrisa cordial.