Partida Rol por web

Tsch. Dije, tendiéndole el guión. Mike es mi personaje.

Había decidido ir de cara, sería lo mejor. Se iban a enterar, así que mejor si se lo contaba yo. Eso le quitaría importancia, o eso esperaba al menos. Acaban de hacerlo gay. Dejé que cierto asco se me escapase con la última palabra. No me lo esperaba. Supongo que ser actor también tiene su parte mala. Dije, mostrando desagrado.

Hoy va a ser un rodaje jodidamente largo.

Carlo cogió el guión que le tendías y empezó a ojearlo mientras una sonrisita de medio lado se dibujaba en sus labios. Finalmente no pudo evitarlo y soltó una carcajada. 

- Joder, tío, qué putada. ¿Y tu personaje hace de mujer en la relación? - Dijo con buen humor, devolviéndote los papeles y mirándote con curiosidad. - Aunque míralo por el lado bueno. Si las tías creen que eres gay puedes convertirte en su mejor amigo... ¿Me entiendes? Te dejarán verlas en ropa interior, incluso podrás ayudarlas a decidir qué tíos son malos para ellas. Todo eso. 

Volvió a su lugar cerca de la puerta y se cruzó de brazos, poniéndose un poco más serio por un instante. - A los nephilim no les gusta mucho todo eso de los gays, pero no sé. Una vez conocí a uno y bueno, era casi como una persona normal. Y he oído que en el Instituto de Berlín hay dos lesbianas, las vi en Idris este verano y estuve a punto de montarme un trío con ellas. 

Este tío es tonto. Sentencié tras escuchar su discurso. Menudo flipado. Aún así hubo un dato de lo que dijo que me interesó. Había dicho que a los nephilim no les gusta los gays. Aquello significaba que no estaban bien vistos. Que hubiese dicho aquello abiertamente me daba a entender que se podía hablar abiertamente mal de la homosexualidad, cosa que en la sociedad moderna no se podía. Perfecto, vengo de una sociedad homófoba para meterme de lleno en otra aún más homófoba. Aunque son algo así como ángeles, no sé de que me sorprendo.

Seguro que eran unas viciosas. Dije, mostrando una sonrisa traviesa antes de volver a centrar la atención en el guión para memorizarlo bien todo. Yo he visto a unas cuantas en discotecas. No se cortan un pelo.

El tono era jocoso, aunque la verdad era que no había algo que me atrajese menos que dos bolleras. Pero había que mantener las apariencias. Algún día os tengo que enseñar alguna discoteca de Londres donde se mueve buen material. Si venís conmigo seguro que os dejarán entrar.

- Anda mira, susurré. Me preocupaba mucho no llegar a encontrar la pista, era una suerte que no me hubiera perdido. Hubiese sido un poco humillante tener que quitarme las runas para volver a ser visible y de ser forma pedir ayuda. Encima yo, que mi fuerte era moverme y recordar los escenarios.

Todos mis males pasaron al ver a Ashley otra vez, tanto fue así que me hizo suspirar de nuevo. De hecho tardé un rato en reaccionar, no podía quitar la mirada de esa chica. Pero que buena está la cabrona, pensé. Olvidé mi perversión y las mujeres, tenía una misión que cumplir y era mucho más importante que Ashley.

Podía aprovechar todo el moviliario que iban colocando para el rodaje como si fueran elementos trampa. ¿No decían que en la televisión nada era real? Pues más motivo para que me pusiera manos a la obra, pasé por los focos y los desestabilicé, me acerqué a las gradas y estudie su estabilidad, y claro como no de la misma forma me fijé en las gruas. Todo con la intención de que pudiera beneficiarme de ellos en un combate. Los cables, - oh los cables... - Cuando nadie miró cogí un extremo y lo tensé un poco para que alguien que no se fijase tropezara.

Una vez acabase con los ensayos continuaría observando la escena. Me subiría a lo más alto de la grada y revisaría que todo cuadra, que no hay signos de presencia demoniaca.

Pasaste algunos minutos alterando el patio de rodaje, preparando pequeñas trampas que podrían darte ventaja si un combate tuviese lugar allí, hasta que te pareció que habías hecho suficiente y te dirigiste a las gradas. Subiste hasta lo más alto y desde allí empezaste a escrutar a tu alrededor, buscando algún rastro demoníaco. 

Fue entonces cuando un agudo grito femenino te sorprendió, seguido por un golpe y el estruendo de la caída de una de las genies que habías estado modificando. Giraste la cabeza rápidamente, justo a tiempo de ver a Ashley en el suelo, junto a uno de los cables que habías tensado y a su lado, a apenas unos milímetros de su cabeza uno de los focos que aflojaste se había destrozado.

La gente tardó un instante en reaccionar y cuando lo hicieron, empezaron a correr de un lado a otro, apartando a Ashley y comprobando el resto del equipo. Uno de los cámaras, un chico alto y atractivo, terminó por coger a la chica en brazos para llevársela hacia la nave. Su tobillo se doblaba en un ángulo extraño y en el lugar donde había caído quedó uno de sus zapatos abandonado hasta que otra chica lo recogió. 

Algunas personas empezaron a cuchichear entre ellas y escuchaste a un par de trabajadores comentar que parecía un boicot cuando pasaban junto a ti. Finalmente una mujer con aire autoritario alzó la voz para anunciar que el rodaje se retrasaría media hora en lo que solucionaban los problemas.

Carlo se rió entre dientes y asintió con una sonrisa pícara en los labios. - Sí que lo era, tío. Te lo aseguro. - Afirmó antes de soltar una risita entre dientes. Y ante tus siguientes palabras su sonrisa se amplió.

- Pues cuando quieras. Cuenta conmigo. Desde que llegamos de Florencia no hemos hecho nada divertido. Tengo que enterarm... - dejó la frase en el aire cuando al otro lado de la puerta escuchasteis un montón de jaleo. Gritos, pasos que corrían por el pasillo... El chico se puso en guardia, con todos los músculos tensos como un resorte y su expresión se volvió seria de golpe, parecía completamente centrado de repente.

Sin embargo, tras el ruido momentáneo todo volvió a quedarse en silencio, hasta que alguien golpeó tu puerta con los nudillos.

- ¿Señor Evans? - Preguntó una voz femenina que te resultaba conocida, si no te equivocabas era una de las chicas de la oficina. Carlo te miró interrogante, preguntándote en silencio si ibas a abrir la puerta.

Miré a la puerta, perplejo. No solía haber tanto alboroto en los rodajes. Asentí hacia Carlo, indicándole que iba a abrir la puerta. Me levanté y, aún con el guión en la mano abrí la puerta, despacio.

¿Sí? Pregunté, antes siquiera de ver quien estaba al otro lado. Parecía preocupada y eso hacía que yo lo estuviese más. Se me pasaron mil cosas por la cabeza y esperaba que Carlo estuviera preparado para defenderme si fuese necesario.

La chica te dedicó una sonrisa tensa, tenía cara de haber pasado un buen susto. Efectivamente, era una de las chicas que trabajaban en la oficina, la conocías de cuando ibas a firmar los contratos o a recoger los horarios.

- Señor Evans. - Dijo con un tono cordial y respetuoso. - Ha habido un percance con una de las grúas en el patio 3A y el rodaje se retrasará media hora. Ashley ha sufrido un accidente, parece que se ha roto el tobillo y la van a llevar al hospital, así que si necesita algo puede pedírmelo a mí hasta que llegue alguien para sustituirla. 

Sentí aliviado, pero no dejé que aquello se reflejase en mi rostro. No había demonios atacando a nadie y todo parecía estar en orden, salvo el tobillo de Ashley. Pobrecilla. Pensé, aunque la verdad era que no sentía demasiada pena. A mí me habían pasado cosas peores en la última semana. Lo cambiaría todo por una lesión.

¿Se encuentra bien? Pregunté, saliendo del camerino y dejando la puerta abierta, asegurándome que Carlo pudiera salir. La verdad era que lo preguntaba más por cumplir que por otra cosa. Por supuesto que no se encontraría bien, se acababa de romper el tobillo. Con una grúa... Aquello podría ser serio.

Me encaminé hacia el lugar del accidente para ver lo que pasaba, como suponía que se esperaba de mí. No iba a intentar acercarme a ella, no haría más que estorbar, pero al menos que la gente me viese preocupado.

Cuando vi el accidente que había provocado abrí la boca en un gesto sorprendido. Miré rápidamente a un lado, luego a otro esperando que ningún otro nephilim hubiera visto los estragos causados. Me bajé de las gradas con las manos en los bolsillos y silvando una melodía que habría escuchado en cualquier lado.

- Miralo cómo aprovecha - susurré al ver al tiarrón que se la llevaba en brazos.

Me sabía muy mal por Ashley, pero tampoco iba a admitir que yo hubiera causado todo eso. Estas cosas pueden pasar, pensé un tanto nerviosillo. Es completamente posible. Además le vendrán bien unas vacaciones, se la veía estresada...

Una vez en el suelo busqué otro lugar desde el que observar la zona, y esta vez trataría de no interferir demasiado en la escena. Esperaría a los chicos detrás de los focos. ¡Y había dado a Ethan más tiempo para estudiar el guión! Al final todo tenía un lado positivo.

Pero lo más importante era que no sentí a ningún demonio por allí. En cualquier caso y solo por si acaso continuaría fijándome por si algo escapaba a la normalidad.

- Parecía dolerle bastante. - Respondió la chica, encogiéndose de hombros. Al ver que te disponías a salir, se adelantó a decir algo más. - Apunte mi número por si necesita algo: seis, cuatro, dos, dos, cero siete, uno, tres, siete. 

Esperó hasta que apuntaras el número y continuó su camino deteniéndose en otro de los camerinos, probablemente para seguir avisando al resto de actores.

Carlo salió por la puerta aprovechando el hueco que le dejaste y esperó hasta que la chica se alejó antes de hablar. - Joder, tío. ¿Aquí todas las tías están macizas o qué pasa? - Preguntó, girándose para mirarle el culo una vez más.

Según os ibais acercando cada vez os cruzabais con más personas. Gente con cables, focos, burros con vestuario colgando de perchas... Hasta que salisteis por una puerta doble de gran tamaño. En el exterior os encontrasteis con un campo de baloncesto rodeado con verjas metálicas y con algunas gradas de un verde desgastado. Alrededor había varias grúas con cámaras preparadas y micros ya colgando de sus perchas. Normalmente habrías podido ver a muchos cámaras e iluminadores trabajando y tirando cables alrededor de la pista, pero en esta ocasión una de las grúas estaba en el suelo y lo que veíais era a varias personas cuchicheando en grupos. 

Al pasar cerca de un par de trabajadores les escuchaste comentar que parecía un boicot. Al parecer lo de la grúa no había sido lo único, habían encontrado cables colocados en posiciones extrañas y uno de los focos había caído, muy cerca de Ashley. Al comprobarlos, habían descubierto que varios de ellos estaban flojos. La paranoia estaba servida entre los trabajadores y la duda parecía ser si habría sido cosa de alguna cadena de la competencia. 

En un lateral del campo estaba Andrea, con las manos en los bolsillos y silbando distraídamente como si nada. Sin embargo, no había ni rastro de Ashley por allí, probablemente se la habrían llevado a otro lugar a esperar la ambulancia.

La gente fue haciendo corrillos y poco a poco fueron descubriendo cables colocados en posiciones extrañas. Después de que un foco se cayese, comenzaron a revisarlos todos y se dieron cuenta de que muchos estaban aflojados. La paranoia empezaba a crecer entre los trabajadores que cuchicheaban en distintos grupos, hablando ya directamente del boicot y preguntándose quién habría sido el responsable.

Apenas habían pasado unos minutos cuando viste a Carlo y a Ethan salir de la nave y mirar a su alrededor, contemplando el panorama del exterior.

Vale, gracias! Le dije a la chica, una vez apuntado el número. Sin más dilación me fui hacia donde se realizaría el rodaje con los ojos bien abiertos. Aquello podría haber sido un accidente... O no. Tal vez los demonios estaban intentando matarme tirándome algo encima.

Sonreí ante el comentario de Carlo, conteniendo las ganas de poner los ojos en blanco. Vaya troglodita. Al llegar a la cancha de baloncesto y escuchar los comentarios de los trabajadores funcí el ceño. No tardé en ver a Andrea y una idea cruzó por mi cabeza. Una idea que hizo que le dedicase una mirada dura al Italiano.

Miré en dirección a Andrea tras mirar hacia los focos con cierto temor después de escuchar los comentarios de los operarios. Con un disimulado gesto de la cabeza le indiqué que volviese al camerino. No parecía estar demasiado contento. No esperé a que reaccionase. Me di la vuelta y volví por donde había venido.

Ya se habían llevado a Ashley, no había nada que pudiera hacer.

Observé como la gente continuaba alucinando con el montaje del escenario con una mueca de incredulidad. A punto estuve de fisgonear un poco y ver cómo estaba Ashley y el tipo que se la llevó en brazos. Pero vi como Ethan venía hacia el campo y sin inmutarme demasiado giré el cuello ligeramente hacia él. Asentí con firmeza y fui hasta donde estaba él, al ver que se marchaba le seguí. 

Una vez estuviera cerca de él le preguntaría. 

- ¿Habéis visto algo fuera de lo normal? - pregunté enarcando una ceja. No hay presencia demoniaca por ningún lado.

Carlo se detuvo junto a Ethan al salir al exterior y sus ojos barrieron todo lo que les rodeaba. Pareció quedarse satisfecho ya que finalmente hizo un gesto de saludo a Andrea y al ver que Ethan se daba la vuelta, comenzó a caminar tras él.

Cuando su amigo llegó a su altura, se encogió de hombros. - No hemos visto nada, pero nos han contado que ha habido un accidente aquí fuera. Al parecer la principessa se ha roto un tobillo. - Explicó, frunciendo el ceño y siguiendo a Ethan hasta llegar de vuelta al camerino. 

- Si, parece que eso va a ser todo lo emocionante que escucharemos hoy - dije compadeciendo a Carlo, que seguro que lo estaría pasando un poco mal. - Ethan está a salvo, o al menos parece que va a estarlo. Me encogí de hombros y miré al rubito con indiferencia. 

- Tienes un rato más para estudiar, lo ha dicho la mandamás del rodaje - continué comentando de camino al camerino.

Les dejé hablar mientras me acercaba al camerino, mordiéndome la lengua para no hablar y quedar como un loco. Ni siquiera parecía avergonzado. Entré y me entretuve en la puerta una vez más, dejándoles paso antes de cerrar la puerta. Volví a coger el guión y seguí leyéndolo de mala gana.

¿Cómo sabes que estaré a salvo? Le pregunté, hablando en voz baja para que nadie pudiera oírme desde fuera. Eres consciente de que, debido a tu error, se han dado cuenta de que todo ha sido saboteado y lo van a poner de vuelta en su sitio, ¿no?

Clavé los ojos en los de Andrea, mirándolo duramente durante unos segundos. No había tenido un buen día, mucho menos al enterarme de lo que iba a tener que hacer en el rodaje. No estaba dispuesto a soportar que se cachondease además. Y sabes que, probablemente, hayas arruinado la carrera de Ashley, ¿no? No sabía hasta que punto había sido la lesión de grave, pero al italiano le vendría un poco de reflexión. No creo que tarden en encontrar una sustituta.

Tras esas palabras, seguí leyendo. había sido una mala idea mandar a Andrea a inspeccionar el terreno. Debí haberlo sabido.

Al entrar en el camerino de vuelta, Carlo se quedó cerca de la puerta, apoyándose contra una pared. Desde allí escuchó a Ethan y miró a Andrea, para volver después a Ethan, como en un partido de tenis. Finalmente hizo una mueca. 

- Y ni siquiera me la presentaste antes, así que no podré ir a llevarle flores al hospital. - Después se encogió de hombros y miró a Andrea, esperando a ver qué respondía a lo que había dicho Ethan.