Partida Rol por web

- No lo sé, intuición italiana - contesté a su pregunta sobre si estaría a salvo con una mano en el pecho y una sonrisa. Cuando empezó a darme la brasa sobre lo que acababa de ocurrir no hice mucho, solo me encogí de hombros y continué escuchando todo hasta que terminó.

Arrugué los labios en una mueca de sorpresa y llevé mi mano hacia la nuca. No entendía porque Ethan se ponía tan salvaje conmigo, yo, que me tomaba su seguridad como si me fuera la vida en ello. Me supo fatal, y lo peor es que estaba convencido de que ese mal genio era por influencia del francés.

Todo lo malo se pega, pensé.

- Puede que suene a excusa barata pero no lo es, tienes que creerme, ha sido un lamentable accidente - dije mirando a ambos lados en un sobreactuado gesto de inocencia. - Ha sido una desgracia, si... Tienes razón. Pero creo que le he hecho un pequeño favor, se la veía algo agobiada. - dije asitiendo repetidamente y muy rápido. Unas vacaciones le vendran bien.

Levanté el dedo índice rápidamente para no dejar tiempo a réplica. - Y no te preocupes, lo volverán a poner todo en su sitio pero eso no es ningún problema. ¡Tu confía en el equipo italiano! - dije convencido y casi riendo mientras daba un golpecito sobre mi torso.

Giré el rostro hacia Carlo y levanté una ceja al tiempo que echaba la cabeza un poco hacia atrás como si estuviera sorprendido. - ¿Ah, y yo que pensaba que te iban más las rubias? 

Mis ojos, que se encontraban en movimiento leyendo detenidamente el guión se pararon al escuchar las excusas de Andrea. Por un momento me pregunte si al italiano le importaba lo más mínimo aquella chica. A mí no me importaba demasiado, lo que me preocupaba era más bien que aquella grúa o uno de los focos podría haber acabado en mi cabeza en vez de en el tobillo de Ashley, pero pensaba que alguien que debía defender la humanidad se sentiría mal por destrozar la vida de una humana joven y prometedora. Ya veía que no.

Bueno, ahora eso da igual. Dije, encogiéndome de hombros. No iba a ser yo el que educase a un italiano. Lo importante es que todo salga bien, y confío en vosotros para ello. Levanté la mirada y les dediqué una sonrisa de ánimo. Si nos atacan, intentad que la lucha no interfiera con el rodaje, si se puede, claro. Si no, simplemente haced lo que tengáis que hacer.

Ah! Y si podéis atrapar a alguno de ellos con vida, luego podríamos interrogarlo para que nos diga donde está el paradero de mi familia. Les dije, intentando mostrar seguridad y optimismo. No era fácil después de lo que había pasado.

Ahora voy a dedicarme a memorizar el guión. Andrea, te digo lo mismo que le he dicho a Carlo, ahí tienes alguna revista por si quieres leer un rato. Salen actrices potentes en algunas. Añadí. Así igual se estaba callado.

Carlo negó levemente con la cabeza al escuchar a su amigo. - Tío, ¿entonces has sido tú? Tienes que tener más cuidado con los mundanos, son muy frágiles. - No puso mucho énfasis y terminó encogiéndose de hombros para aclarar el punto importante. - Que me gusten más las rubias no quiere decir que no pueda pasarlo bien con las demás. Variedad, tío, variedad. 

Después miró a Ethan y asintió, poniéndose un poco más serio. - Si se acercan, no te preocupes. Estarás a salvo. Y dejaremos a alguno vivo un rato. 

Después se quedó en silencio, para que Ethan pudiera estudiar, todavía apoyado en la pared junto a la puerta.

¡Esa es la actitud! Ethan cambió de tema y dejó de dar el sermón, que por otro lado era completamente innecesario. Me gustó mucho que dijera que iba a confiar en nosotros, era un cambio de actitud bastante bueno. Además aquello significaba que estaba superando la pérdida de sus padres.

Era una monada cuando se ponía en plan "averiguar el paradero de mi familia". ¡Su familia! Pero si ya estarían descuartizados y más que merendados. Probablemente los rapiñadores se habían esmerado en vaciar los fluídos de sus cuerpos. 

Me encogí de hombros y suspiré con una sonrisa de afecto.

- Oh, graccie - dije caminando hacia las revistas y buscando algún asiento en el que no estorbase a Ethan. Antes de empezar la lectura miré de nuevo al rubio. - Todo irá bien. - Quise tranquilizarle una vez más.

Guau... Pensé al ver una fotografía que ocupaba ambas páginas. 

- Oye Carlo - susurré a mi colega mostrando la fotografía desde mi sitio.

Carlo dedicó una mirada al póster que Andrea le mostraba sin apartarse del lugar que ocupaba junto a la puerta. Hizo algún comentario, pero enseguida se concentró de nuevo en la vigilancia de la puerta. 

El tiempo fue pasando mientras Ethan estudiaba su guión y Andrea lo interrumpía cada poco rato con comentarios inocentes sobre lo que encontraba en las revistas. 

Habían pasado alrededor de cuarenta minutos cuando alguien volvió a llamar a la puerta, haciendo que Carlo se tensara de inmediato y mirase a Ethan, esperando que el chico abriese.

Cuando lo hizo, se encontró con la misma chica que se había acercado un rato antes. 

- Señor Evans. Ya es hora de que acuda al set de maquillaje. - Informó la chica con amabilidad. - Si está preparado lo acompañaré hasta allí. 

La muchacha esperó hasta que Ethan salió del camerino y lo guió hacia el set de maquillaje sin percatarse de que tras él iban los dos nephilim.

Allí se encontraba ya Nicholas, un chico moreno y delgado, con los ojos de color azul claro y una media sonrisa en los labios. Estaba sentado frente a un espejo, con el guión sobre la repisa y tamborileando con los dedos en el reposabrazos de su asiento y al ver a Ethan su sonrisa se amplió.

- ¡Tío! ¿Te has enterado de lo de Ashley? - Saludó, enarcando ambas cejas antes de cambiar de tema como si aquello no fuese demasiado importante entre todas las cosas que tenía en la cabeza. - Oye, ¿quieres que comamos juntos hoy? Seguro que Mitch se apunta.

Correspondí a la chica con una sonrisa cálida. Tal vez tenía ante mi a la nueva coordinadora de los actores, si le caía bien podría conseguir algún privilegio de ella. Aunque parecía profesional. Demasiado profesional. No me gustaba. Claro, muchas gracias.

Seguí a la chica hasta donde me iban a maquillar para el rodaje. No me sorprendió encontrarme allí con Nicolas. Por suerte no estaba Mitch. Si, tío. He escuchado a los operarios diciendo que parecía hecho a propósito o algo así. Dije, con tono incrédulo. Vaya palo.

Claro, cuenta conmigo. Me senté a su lado. ¿Vamos al italiano esta vez? Propuse, sin poder evitar pensar en Carlo y Andrea. Me quedé con ganas de probar la lasaña.

No saques el tema del guión. Ni se te ocurra sacarlo. Pensé, para mí mismo. Tenía que actuar con naturalidad y profesionalidad respecto a ese tema, como Victoria, tal vez sin ser tan frío al respecto.

- Joder, y tan a propósito. ¿No has visto el twitter? - Preguntó, estirando la mano para coger su smartphone y desbloquearlo. - Alguien ha filtrado una foto del zapato de Ashley junto a la grúa caída y está la cosa que arde. De esta nos hacemos trending topic. Ya he aprovechado para comentar unas cuantas veces. - Fijó su mirada en el teléfono y empezó a teclear algo. - Ok. El italiano está genial.

Fue entonces cuando la puerta se abrió y por ella entraron dos personas, René era un chico alto y delgado que llevaba en la mano un maletín de esteticien y que saludó a los chicos con efusividad mientras se dirigía directamente a la repisa, para empezar a esparcir el contenido del maletín por ella. Recipientes de maquillaje y sus propios pinceles profesionales, que René cuidaba mejor que a su madre. 

Tras él entró un joven rubio, Mitch, otro de los actores de la serie. Una sonrisa de oreja a oreja estaba instalada en su rostro y sus ojos brillaban incluso más que de costumbre. Su sonrisa se amplió al ver a Ethan mientras saludaba con la mano. - Ey, chicos. 

Sin embargo su saludo se detuvo a medio camino y su ceño se frunció levemente mientras detenía su mirada sobre Carlo y Andrea. Tan sólo los miró un brevísimo instante antes de pestañear y apartar la mirada de ellos rápidamente para sentarse junto a Ethan. A pesar de que volvió a sonreír, algo del brillo de sus ojos se había perdido. 

- ¿Habéis oído lo del boicot? - Preguntó, mientras miraba disimuladamente una vez más hacia los dos nephilim invisibles.

Que rápido habían sustituído a la pobre Ashley, una nueva asistente avisó para acudir al taller de pintura. No pude evitar sentirme un poco incómodo entonces, era violento ver como por mi culpa ahora otra persona ocupaba aquel puesto.

- No entiendo por qué te maquillas tio, a ti no te hacen falta estas cosas - susurré, queriéndole hacer un poco la pelota.

Seguimos obedientes a la chica y entonces conocí al resto del reparto. Vaya caras tenían los amigos de Ethan, si los juntábamos todos parecían los integrantes de un grupo de pop adolescente.

A punto estuve de señalar a Ethan que nosotros también deberíamos comer, pero el tio listo aceptó rápido y no tuve la ocasión. - ¿En serio, Italiano? - dije algo asqueado. - ¿Sabes que para nosotros es solo comida normal no?

Fue decir twitter y ya estaba sacando el iPhone para verificar que era cierto. - ¡Cazzo! Es verdad. - susurré mientras le mostraba la pantalla a Ethan. Aproveché para hacer retuit y después guardé el teléfono de nuevo.

Después de unos segundos más se abrió la puerta y entró un nuevo actor del reparto. Al principio no caí pero entonces pensé en cómo nos había mirado y desenfundé los cuchillos. Este se acercó a Ethan y eso no hizo más que disparar mis niveles de alerta. Tan rápido como pude traté de interponerme entre ambos. - Ethan - dije con una expresión muy seria y con un tono que indicaba urgencia. - Este tio puede vernos.

Escuchar constantemente a Andrea era molesto. Mucho. No sabía si era consciente de que no podía hablar con él, responderle, siquiera mirarle, pero no parecía enterarse. Me esforcé en ignorarle y me intenté centrar en los que de verdad importaban.

Que va, he estado estudiando el guión y después me he entretenido con todo lo que ha pasado. Los operarios parecían preocupados. Saqué el móvil con intención de aprovechar la oportunidad que me brindaba aquello y postear o twittear algo. Quizá pudiera sacar algo de todo aquello, al fin y al cabo era publicidad. Qué movida.

Sin embargo, antes de que pudiera hacer nada llegaron René y Mitch. Me percaté de que el rubio parecía más alegre que de costumbre. Parece que serás el único que se alegre del guión. pensé, mientras le dedicaba una agradable sonrisa. Justo estábamos hablando de eso. Dije. Estuve a punto de añadir algo más, pero entonces me percaté de que mi compañero miraba hacia donde se encontraban los italianos. Arrugué la frente, pero al instante intenté disimular, fingiendo no haberme dado cuenta de nada de lo que había pasado.

Pero Andrea lo fastidió todo. Otra vez. Desenfundó dos cuchillos y se interpuso en el camino de ambos. Abrí los ojos de par en par, sorprendido y aterrado. Mitch no podía ser una amenaza. Podía verlos, sí, pero no iba a hacer nada, o al menos eso quería creer. El joven era demasiado agradable como para hacerme daño.

Fuera como fuere, pasar desapercibido había dejado de ser una opción. Andrea incluso había pronunciado mi nombre, no tenía sentido. Con el móvil aún en la mano, me dirigí con paso ligero hacia Mitch, golpeando a Andrea en el hombro a mi paso. Me había expuesto y estaba cabreado, aunque intentaba que no se notase en mi rostro para que los demás no se diesen cuenta. Idiota. ¿Que narices pretendía, matarlo aquí delante de todos? Además, puede ser inocente y es mi amigo. Me aseguré de interponerme entre ambos. Esperaba que Carlo controlase a Andrea, seguro que aquel movimiento había roto alguna norma angelical o algo.

Mira. Dije, tendiéndole el móvil a Mitch con el twitter abierto. Twitter está que arde. En el móvil podía leerse "I'm sorry" en un tweet a medio escribir. Le dediqué una mirada de disculpa.

¿Qué tal ha ido la semana? Seguí, fingiendo naturalidad.

Al darse cuenta de que Mitch se fijaba en ellos, el ceño de Carlo se frunció y siguió al chico con la mirada, entrecerrando los ojos. De inmediato se acercó a la puerta y se colocó junto a ella, con el brazo extendido, preparado para invocar un arma en cualquier momento.

Sin embargo, en el momento en que Andrea desenfundó los cuchillos y se acercó a él, el chico rubio dio un respingo en la silla y miró a su alrededor, evidentemente asustado. Cuando Andrea se dirigió a Ethan, Mitch miró a su compañero con confusión en los ojos. 

Abrió la boca, como a punto de decir algo, pero volvió a cerrarla, alternando la mirada entre los dos nephilim invisibles y cuando Ethan se acercó a él, móvil en mano, lo cogió con dedos temblorosos para leer de un vistazo rápido el contenido de la pantalla.

- V-vaya. -Titubeó y sus ojos volvieron a dirigirse de reojo hacia Andrea y sus cuchillos. Escribió algo en el móvil a toda velocidad. - Creo... Creo que me he dejado el guión en el camerino. - Anunció, empezando a ponerse en pie muy despacio y devolviéndole a Ethan su teléfono. Su mirada se fijó brevemente en René y Nicholas antes de volver hacia Ethan, con ojos suplicantes.

Sin embargo, no se movió aún, sus ojos miraron directamente a Carlo, como si no estuviera seguro de si el nephilim le dejaría pasar o le cortaría el cuello si lo intentaba.

En el móvil, debajo de tu mensaje, Mitch había escrito algo más, a toda velocidad. 

q está pasando? van contigo? Tnms q ponerns a salvo.

Nicholas no había levantado la mirada de su smartphone cuando Mitch y René habían entrado. Se había limitado a mover la mano en un gesto de saludo, para seguir tecleando después. Sin embargo, al escuchar la voz temblorosa de Mitch miró hacia el chico rubio y frunció el ceño con extrañeza.

- Tío, ¿para qué quieres el guión ahora? ¿Qué mosca te ha picado? Ten, te dejo el mío, ya me lo sé todo. - Ofreció, señalando con la cabeza hacia el guión que tenía delante, apoyado en la repisa.

Cuando Ethan pasó por mi lado y me golpeó pensé en lo desconsiderado que había sido con aquel gesto. Le dejé pasar y negué con desaprobación mientras bajaba los cuchillos. - Cuidado, rubito - dije con retintín, esperando que entendiera el doble significado. Lo mismo era yo quien se tropezaba con él la próxima vez.

En cualquier caso recogí una de mis armas pero manteniendo el otro cuchillo en la mano.

Lo mismo no se daba cuenta de la gravedad del asunto. Acercándose al tipo que podía vernos así como si nada, o bien ya lo sabía de antes (y por lo tanto confiaba en él) o era un ingenuo.

Me mantuve a la espera viendo como se intercambiaban el teléfono y alcé una de las cejas cuando dijo que se marchaba. No estaba del todo seguro si dejar que algo así sucediese, antes quería saber quien era. 

Para bien o para mal estaba ahí para proteger a Ethan, esto me interesaba.

- Si tio, ¿qué mosca te ha picado? - pregunté repitiendo las palabras del otro actor. No iba a hacerte daño, piensa en esto como... - levanté el cuchillo con una mueca inocente. - Atrezzo 

Ethan, cálmate. Andrea había conseguido ponerme nervioso, Mitch se había enterado de que mis escoltas venían conmigo, que Andrea sacase los cuchillos casi le causó un ataque de pánico, y Nicholas estaba empezando a pensar que estábamos locos. ¿Porqué no habrás mantenido la boca cerrada? Según tenía entendido no todos los subterráneos eran necesariamente malos, por lo que el actor no tenía porque tener malas intenciones. Además, lo conocía de hace un tiempo y no le veía capaz de hacer nada malo.

Maldita sea, espero que esto no afecte al rodaje. Miré al rubio, evaluándole durante unos segundos. Tal vez fuese porque le conocía o tal vez no quería creer que Mitch fuese capaz de secuestrar a mis padres, pero confiaba en él, era encantador, no podría hacer algo así. Sin embargo, tal vez podría ayudarme, tal vez sabía algo. Decidí que después del rodaje tendría que hablar con él. A solas. Y volver a pedirle disculpas.

Tranquilo. Dije, intentando usar un tono desenfadado que para nada sentía en aquel momento. Ya sabes como va esto, crees que no te acuerdas de todo, pero a la hora de la verdad lo tienes todo dentro. Le supliqué que se sentara con la mirada, mientras abría el telegram y escribía un mensaje para él.

Lo siento mucho, es una larga historia. 

No te van a hacer nada, tienes mi palabra.

¿Podemos hablar después a solas? Tengo que contarte algo importante.