Partida Rol por web

Amber esbozó una sonrisa que se convirtió en una risa cuando te arrodillaste ante ella. Negó entonces suavemente con la cabeza. 

- Vaya morro tienes. - Dijo como si esa fuera la conclusión de algo en su cabeza antes de tirar de tu mano para que te levantaras. - No quiero que decidas nada ahora. Ni mucho menos que aceptes para librarte de que tengamos una cita. - Añadió, bromeando. - Así que piénsatelo bien y ya me dirás algo.

A pesar de que sus mejillas continuaban enrojecidas, sus ojos habían recuperado su vivacidad. Se acercó a ti para darte un breve beso en la mejilla y después se apartó hasta apoyarse de nuevo en el borde de la mesa. - Bueno, ¿y tú qué querías? - Preguntó finalmente, dejando deliberadamente a un lado lo que acababa de suceder.

Por un momento respiré aliviado cuando vi que a Amber le entraba la risa. Bueno, al parecer había salvado la situación, al menos de momento. Sí, había tenido que hacer el payaso como nunca, pero cualquier cosa era poco con tal de que dejase de considerarme un asqueroso bujarra.

Y una vez más salió la palabra: cita. Joder, al final acabaría por aburrirme. O por aceptar. Podía proponérselo, montar un plan horrible, que todo saliera mal, y me libraría de todo esto para siempre. Probablemente sería lo mejor.

- No tengo mucho que pensar. - Le dije luego, mientras me ponía de pie y volvía a sentirme un poco más cómodo. - Acepto un período prudente de reflexión porque sé que es lo mejor, pero no voy a encontrar a nadie que sea mejor opción que tú. Es elegir entre ti y nadie. Así que si a ti te parece bien, por mí perfecto. Pero ya lo hablaremos. - Comenté, despejando un poco la mesa para sentarme encima.

- Yo sólo venía a quejarme de los nuevos. - Dije al final.

Amber estiró su sonrisa con tus últimas palabras. - Parecen buenos chicos, ¿no lo están haciendo bien? - Preguntó con una fingida inocencia que quedaba amortiguada por su sonrisa. 

- Me sorprende que estén dispuestos a entrenarse siendo tan mayores. - Añadió, pensativa. - No sé, lo normal habría sido pedir asilo hasta que lo solucionásemos todo y luego volver a sus vidas como si nada. Pero ambos parecen tener intención de convertirse en cazadores de verdad, ¿no?

Mi expresión se convirtió en una mueca de desaprobación hacia los recién llegados ante la pregunta de Amber. Sin embargo, antes de llegar a responder, sus otras palabras me llamaron más la atención.

- Quizá se han dado cuenta de lo miserables que eran sus vidas como mundanos. - Valoré, aunque yo mismo sabía que no era así. - De él entiendo que quiera hasta encontrar a su familia: no confía en nuestras capacidades y cree que él va a solucionar el problema. - Expuse. - Ella parece vivir en un mundo aparte. Actúa como si todo esto fuera lo más normal del mundo. - Dije, guardando un par de segundos de silencio. Algo me había dejado con la mosca detrás de la oreja.

- ¿Crees que pueden ocultar algo? ¿Que algo de esto podía estar preparado?

Amber asintió levemente. - No creo que ellos sean conscientes, pero sí creo que nos los han servido en bandeja para que los encontrásemos. Todo es demasiado oportuno, ¿no te parece? Demasiado casual. - Se encogió de hombros. - Me da la impresión de que los están utilizando para algo, pero... ¿Para qué? ¿Los han puesto en nuestro camino a propósito?

Su expresión se volvió pensativa y su mirada pareció perderse en el vacío, como sabías que hacía cuando su mente trabajaba a toda velocidad. Tardó varios segundos en decir nada más y cuando lo hizo, frunció el ceño ligeramente.

- Sea lo que sea, creo que es mejor que Gareth y Deirdre no lo sepan todavía. Pero deberías estar bien atento si vas a estar con ellos de un lado para otro. 

Por su cara te daba la impresión de que estaba planeando algo que no decía, o tal vez tan sólo estaba ordenando las posibilidades en su cabeza. Con Amber nunca se sabía.

Medité durante unos segundos las palabras de mi amiga. Era algo que yo me había planteado desde un primer momento, aunque la forma de decirlo de ella era mucho más clara. Bueno, siendo sinceros, yo sí valoraba que ellos fueran culpables. Sobre todo él.

Pero algo de lo que dijo después llamó mi atención. Podía entender lo de Deirdre, pero... ¿Guardar secretos de Gareth?

- ¿Por qué no contárselo a Gareth? - Le pregunté. - No va a hacerles nada, ni mucho menos, más bien al contrario.

- Ya, pero... ¿Qué haría Gareth si creyese que eso es lo que sucede o si tuviera pruebas de ello? - Preguntó de forma retórica, dejando un breve segundo antes de continuar respondiéndose a sí misma. - Se lo diría a la Clave. Habría reuniones del Consejo en Alacante... Se liaría una buena. Y si hay alguien detrás de todo esto, estaría sobre aviso en cero coma. - Negó con la cabeza. - Gareth no sería capaz de no hacer lo correcto, pero no creo que esa sea la mejor estrategia mientras no sepamos qué sucede en realidad.

Valoré durante algunos segundos lo que Amber decía, formando una mueca que revelaba bastante bien lo que estaba pensando.

- Supongo que tienes razón. - Le dije. - Pero todo lo que podemos hacer para averiguar lo que pasa, como interrogar a la bruja o a la criada, pasa antes por Gareth. ¿Cómo vamos a averiguar sin que él lo sepa lo que sucede?

Amber se quedó pensativa un instante. - No lo sé. - Dijo finalmente, encogiéndose de hombros. - Supongo que lo mejor es que tú no te separes de ellos y tengas los ojos bien abiertos. Creo que lo primero que deberíamos averiguar es si ellos están al tanto o son sólo víctimas.

- ¿Crees que la presencia de los italianos también tiene algo que ver con todo esto? - Añadió entonces, arrugando la nariz con la idea. - ¿O eso sí es casualidad? Porque tal vez sería interesante que los mantuviéramos también vigilados.

- Esos dos son lo suficientemente idiotas como para venir sin que tenga nada que ver. - Aseguré de inmediato. - Pero sí veo a la Clave permitiéndoles venir, esperando que la liasen, para que eso sirva de excusa a alguien más preparado, como Lauretta. - Valoré. - ¿Qué opinas? ¿Crees que es posible?

Amber valoró la idea antes de responder. - Podría ser. Aunque eso querría decir que la Clave está implicada en todo este asunto o, al menos, que tenía consciencia de ello y no se lo dijeron a Gareth... - La chica arrugó la nariz ante esa idea. - Podríamos intentar tantear a esa chica también. 

- Quizá no sea para tanto. - Elucubré al final. - Quizá han usado lo del pervertido como excusa para traerla, y se enteraron al mismo tiempo que nosotros. - Propuse, antes de encogerme de hombros.

- De todas formas no vamos a descubrir nada que la Clave no quiera que sepamos. - Concluí al final. - Pero sí espero saber qué pasa con esos dos. - Dije, y entonces hice una pausa. - ¿Por qué te extraña que quieran convertirse en cazadores? ¿Crees que esa firmeza en su decisión podría estar influida por algo?

- ¿A ti no te parece que han aceptado demasiado rápido? ¿Realmente son tan osados? ¿O es que no son capaces de imaginar realmente las repercusiones y sacrificios que tendrán que enfrentar? - Planteó Amber, pregunta a pregunta. - No sé, sólo eran unos mundanos débiles y frágiles. Creo que yo en su lugar sólo habría pedido asilo hasta poder pensar con calma o hasta que todo se arreglase. 

Hizo una pequeña pausa. - Quizá sólo sean valientes. Pero tal vez estaban sugestionados de alguna manera, o algo así. Tendremos que mantener los ojos bien abiertos por si acaso.

El aluvión de preguntas de Amber no me pilló por sorpresa: ese no era más que el sonido de su cabeza funcionando a toda máquina. Y en esos momentos tratar de seguirla era inútil, era mucho mejor esperar y mirar.

- Yo en su lugar me habría puesto a entrenar como loco. - Dije entonces, poniéndome en situación. - Pero ya te digo que está claro que no se hacen a la idea de los sacrificios que tendrán que hacer, y creo que Gareth tampoco se lo ha dejado muy claro. Creo que piensan que están aquí de campamento.

- Supongo que Gareth no habrá querido asustarlos. - Dijo Amber tras un par de segundos. - Pero otra cosa que me pregunto es por qué Gareth parece tan interesado en que se unan a nosotros. ¿Crees que hay algo que no sabemos? ¿Quizá la Clave le ha pedido que encuentre nuevos nephilim o algo así?

Finalmente sacudió la cabeza sin esperar respuesta. - Da igual, supongo que lo mejor es que intentemos averiguar lo que podamos. - Hizo una pequeña pausa y de nuevo te dio la impresión de que estaba planeando más de lo que decía. Aunque tras un par de segundos añadió algo más. - Iré al Mordenkainen más tarde cuando vayáis a por las cosas de Nora y Ethan y pondré la oreja a ver qué se cuece allí. - Terminó, incorporándose y dándose la vuelta para volver a mirar el sensor, dispuesta a seguir trabajando mientras hablabais. 

Conocías ese local sobre todo de oídas, aunque sabías que Amber había ido en alguna ocasión. Era un garito que solían frecuentar los Subterráneos de la ciudad y sabías que la entrada estaba oculta tras un glamour que la hacía parecer un muro de ladrillo.

Las primeras preguntas de Amber hicieron que simplemente me encogiera de hombros. Ni idea de si a Gareth le habían pedido algo así, pero tampoco creía que ese fuera el problema. - Bueno, estaré atento a cualquier cosa. - Concluí. Al final a eso se reducía mi parte.

Acto seguido, cuando ella dijo que iría al sitio ese de los subterráneos, la miré por un instante, asintiendo. Al final parecía que íbamos a investigar por nuestra cuenta. No podía evitar pensar que, si todos hacían lo mismo, al final quizá no llegábamos a ninguna parte.

- Está bien. - Le dije. - Luego me cuentas. - Me reafirmé, antes de volver a otro tema.

- Se me está ocurriendo... - Empecé, antes de morderme el labio. - Puede que pueda sonsacar a Lauretta a raíz del combate. - Valoré. - Le propondré apostar información. - Enuncié en voz alta. - Aunque tendré que ganar, claro.

Amber ladeó la cabeza valorando tu idea y después se encogió de hombros. - Creo que si realmente ella sabe algo sobre todo eso no te lo contaría por mucho que ganaras una apuesta. ¿O tú lo harías? - Dijo, arrugando la nariz. - Eso sólo servirá para que le des información a ella y si tiene algo que ver, sabrá que la tenemos vigilada. - Finalmente negó con la cabeza. - No creo que sea buena idea. A no ser que se te haya ocurrido una forma de sonsacarla sin que sepa qué es lo que te está contando, pero no veo cómo podrías hacer eso.

Torcí un poco el gesto ante la respuesta de Amber. Tenía razón. Yo nunca vendería información de la Clave o del Instituto, ni por una apuesta ni por nada. Aunque era una pena, aquello era la excusa perfecta para pedirle ayuda para el combate a Amber.

- No, ninguna idea por el momento. - Expuse, sintiéndome un poco bobo. - Pero tiene que haber algo que podamos hacer para descubrirla. - Dije, dejando que mi vista pasease por el lugar. - ¿Y algún cacharro que pueda servirnos? - Le pregunté, sin saber muy bien qué eran la mitad de las cosas que había allí.

Amber ladeó la cabeza pensativa. - Vale, le daré algunas vueltas a ver si se me ocurre algo. - Asintió con la cabeza y después volvió a cambiar de tema.

- Entonces... ¿Vas a pelear contra la italiana? Parece muy preparada, ¿crees que podrás con ella? - Preguntó, esforzándose por hablar con un tono lleno de objetividad, para que no pareciese que te estaba infravalorando.

Una vez Amber dijo que pensaría en lo de los aparatejos miré alrededor, pensándome si debía marcharme. Tenía mucho en lo que pensar sobre esta conversación, y más me valía buscar cómo quitar aquella estúpida idea de su cabeza. Joder, era demasiado lista. ¿Por qué no podía ser tan tonta como los demás?

- Desde luego lo que no voy a hacer es rajarme. - Razoné en voz alta, encogiéndome de hombros, antes de hacer una valoración. - Ella es más mayor, y desde luego parece entrenada. - Expuse. - Pero supongo que ganaré, sí. - Afirmé con seguridad. - Lo que me jode es que Carlo le habrá contado el combate de ayer entero, y yo de ella no sé nada.