Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 2: Pérdidas y bienvenidas

Cargando editor
21/10/2014, 12:20
Narradora

Capítulo 2: Pérdidas y bienvenidas

 

 

Cargando editor
21/10/2014, 12:23
Narradora

Londres, Viernes 2 de Mayo de 2014, 20.30h.

 

El taxi avanzaba por las calles llenas de tráfico a trompicones, esquivando a los otros coches, mientras en el interior del vehículo los jóvenes permanecían en silencio. El cielo todavía nublado comenzaba a oscurecerse y las farolas de las calles se encendían reflejando su luz amarillenta en los charcos del suelo.

Tras casi diez minutos el taxi se detuvo en una calle de Chelsea llena de casas grandes con jardín privado. No cabía duda de que se trataba de una de las mejores zonas de la ciudad, donde vivía la gente bien. Ethan pagó el taxi y todos bajaron del vehículo. 

Cargando editor
21/10/2014, 12:36
Narradora
Sólo para el director
- Tiradas (5)
Cargando editor
21/10/2014, 12:43
Narradora

En cuanto pusiste un pie en el suelo un escalofrío recorrió tus brazos hasta llegar a tu espina dorsal, poniéndote todos los pelos de punta. No sabías qué, pero sentías que había algo que no estaba bien, una especie de temor irracional que se extendía por tus venas como un líquido frío, dejándote helado.

Cargando editor
21/10/2014, 12:48
Narradora

En cuanto pusiste un pie en el suelo un escalofrío recorrió tus brazos hasta llegar a tu espina dorsal, poniéndote todos los pelos de punta. La sensación familiar de que algo había pasado en ese lugar se impregnó de tus sentidos, alertándote. Echaste una breve mirada a Amber de soslayo y al ver su ceño fruncirse no te cupo duda de que ella había sentido lo mismo.

Cargando editor
21/10/2014, 12:49
Narradora

En cuanto pusiste un pie en el suelo sentiste un pequeño escalofrío en los brazos que te provocó un cosquilleo muy agradable. No sabías qué era exactamente, pero el lugar te parecía cargado de sensaciones positivas, como si un sinfín de emociones suaves y amables flotasen en el ambiente.

Aguzaste la mirada, como habías hecho al llegar al Instituto y notaste el mismo flash que habías visto entonces, mostrando para tus ojos lo que no habías visto hasta ahora. 

La casa delante de la cual se había detenido el taxi parecía envuelta en una luz rojiza, viva y palpitante, igual que el Instituto. Podías notarla con intensidad mientras los perfiles de las casas y los árboles se tornaban oscuros. Lo contemplaste embelesada y de alguna manera sentías con certeza que la presencia de esa luz en el lugar era reciente.

Tras varios segundos parpadeaste y la visión desapareció, dejando delante de ti la calle tal y como la habías visto hasta ese pequeño lapsus.

Cargando editor
21/10/2014, 12:56
Amber Blackwell

Amber frunció el ceño e intercambió una breve mirada de soslayo con Émille. Después sacó el aparato con aspecto de smartphone que ya le habíais visto con anterioridad y empezó a operar con él, haciendo que pequeñas runas luminosas apareciesen en su superficie. 

- Cuidado. - Fue lo único que dijo, con la mirada fija en el aparato.

Cargando editor
21/10/2014, 21:49
Émille Lalique

Dejé que el memo pagase el taxi sin dar ningún tipo de importancia a ese hecho. El hecho de ser invisible para el taxista podía complicar que lo hiciéramos nosotros. Había pasado el viaje callado, mirando por la ventana, sabiendo que si le miraba a los ojos probablemente acabaría por golpearle.

En cuanto bajé del vehículo mi entrecejo se arrugó y no tardé en buscar la mirada de Amber, tomando su gesto como una confirmación. Sin decir nada todavía di dos pasos hacia adelante e hice un gesto indicando a los novatos que se quedasen atrás. Mis ojos empezaron a repasar el lugar, atentos, mientras me concentraba y llevaba una mano hacia mi estela.

Sólo por si acaso no tardé en invocar mi arma en la mano libre y colocarla en mi espalda. Más valía prevenir.

Cargando editor
21/10/2014, 21:57
Émille Lalique

Notas de juego

Aumento las habilidades de Amber para que ella haga lo mismo con las mías. Cuando lo haga, pasaré unos turnos centrado para aumentar las de los cuatro después.

Cargando editor
21/10/2014, 22:30
Narradora

Londres, Viernes 2 de Mayo de 2014, 20.30h.

 

El viaje había sido largo. Eterno. Primero el taxi hasta el aeropuerto de Florencia. Después dos horas y media de vuelo hasta aterrizar en el aeropuerto de Stansted en Londres. Casi una hora de tren hasta la estación Liverpool Street y luego un taxi hasta Fleet Street.

Allí se bajaron los dos muchachos. Andrea, rubio, alto y delgado y Carlo, moreno, bajito y con una sonrisa traviesa permanentemente colgada de los labios. El tiempo parecía dispuesto a recibirlos con estereotipos, pues una llovizna no dejaba de caer y el suelo estaba empapado, reflejando en la superficie de los charcos las luces de tungsteno que empezaban a iluminar la ciudad. Delante de ellos tenían el Instituto de Londres, que se iba a convertir en su nuevo hogar durante una temporada.

Andrea se imaginaba perfectamente lo que los mundanos debían ver cuando pasaban por allí: un solar con las ruinas de la Iglesia de All-Hallows-The-Less. Los restos de la iglesia, carbonizada en el Gran Incendio de Londres en 1666, les parecerían rodeados de arbustos espinosos. Probablemente una sensación de soledad y desolación los incitarían a alejarse del lugar. 

Sin embargo, no era eso lo que los dos nephilim veían. Ellos eran capaces de ver la realidad más allá del glamour que escondía el edificio. A medio camino entre una iglesia y un castillo, veían las afiladas agujas de la catedral elevándose desafiantes contra el cielo nublado, las piedras mezcladas con sangre de Cazadores de sombras, las vigas de madera de serbal de Cazadores de sombras, y los clavos de plata, hierro y electrum. Veían el letrero sobre la puerta con el nombre del Instituto grabado sobre latón y la runa del ángel.

Ambos muchachos avanzaron hacia la puerta, esquivando la cinta policial de un amarillo descolorido e ignorando las plantas espinosas que disuadían a los mundanos de pasar y que para ellos eran tan sólo arbustos inofensivos.

Cargando editor
21/10/2014, 22:32
Carlo Greymark

- Explícame otra vez -comenzó a decir Carlo mientras caminaba hacia la puerta- por qué no hemos usado un Portal desde Florencia. Porque tío, estoy molido como si una panda de vetalas me hubieran dado una buena paliza. Y tengo el culo plano de estar sentado, joder. - Negó con la cabeza, recordándote que fue idea tuya hacer el viaje de una forma mundana, pues intrigado como siempre por su tecnología querías probar la sensación de montar en un avión. - ¿Te ha valido la pena viajar como los mundanos?

Su mirada contempló la fachada del Instituto y su sonrisa se volvió pícara. - ¿Crees que habrá alguna bambina interesante? ¿Tu tía cuántos años tiene?

Cargando editor
21/10/2014, 23:52
Ethan Evans

Fui en silencio todo el viaje. No me apetecía hablar con ellos, solo quería perderles de vista, ducharme, cambiarme y olvidarme de todo. Se me había ocurrido una muy buena forma de hacerlo.

El taxi no tardó demasiado, estábamos bastante cerca. La razón de coger taxi era mi pantalón. No podía permitirme andar así pro la calle y sin paraguas además. El maldito paraguas que valía más que el gabacho que se había atrevido a romperlo.

Cuando llegamos pagué el taxi y, al bajar del coche me abordó una sensación extraña. Algo iba mal, podía notarlo. Me bastó una mirada a los dos Nephilim para confirmarlo. Sin hacer caso a Emille, avancé hacia la casa sin correr, pero con cierta prisa. Como les haya pasado algo... Joder, estos tipos no me han traído más que problemas.

Notas de juego

Por la puerta principal.

Cargando editor
22/10/2014, 06:42
Andrea Youngblood

!Cazzo, ya se está quejando! - pensé mientras llegábamos al instituto después de tantísimas horas. Pese a todo lo que pudiera decir Carlo venir hasta aquí como el resto de mundanos había sido divertido. Era una anécdota más que conservaría y de la que estaba orgulloso. ¿Es que acaso nadie más valoraba este tipo de cosas?

-  Ya te lo he dicho Carlo -le dije con una sonrisa cansada. Yo también estaba agotado de tanto viaje pero creía que había valido la pena. - Quería saber como era ir en avión, es increíble que esos aparatos se levanten del suelo. ¿Es que no te ha gustado mirar por la ventanilla?  -continué mirándole enarcando las cejas. -Además seguro que te lo has pasado bien, ha sido divertido.

Me planté frente a la puerta del instituto y miré hacia arriba admirando el edificio. - Espero que si. - Mientras le hablaba no dejaba observar la fachada con asombro. - ¿Cómo nos las repartiremos? 

Dicho eso avancé hasta la puerta y di algunos golpes en la puerta con los nudillos para avisar de mi llegada. - La verdad es que no lo sé, si es como mi padre debe tener un como millón de años. - comencé a reirme por lo bajini mientras daba unos segundos de cortesía por si alguien me hubiera escuchado. - Seguro que mi tita se alegra de verme, tengo muchas cosas que contarle. 

Coloqué la palma de la mano sobre la puerta y pronuncié las palabras adecuadas. - En nombre de la clave y el Angel Raziel, déjanos pasar.

Notas de juego

¿Para entrar era así, verdad?

Cargando editor
22/10/2014, 22:09
Carlo Greymark

- Las rubias para mí, las morenas para ti y las pelirrojas las podemos compartir. - Respondió Carlo mientras su sonrisa de medio lado se acentuaba y se colocaba la mochila en la espalda. - A tu tía te la puedes quedar tú. No me van las maduritas. - Terminó la broma con una carcajada y esperó a que abrieras la puerta.

Las dos hojas de la puerta se abrieron automáticamente ante tus palabras y en cuanto los dos pusisteis un pie dentro, pudisteis contemplar lo que parecía el interior de un castillo. El techo se alzaba en lo alto y se perdía en una bóveda que parecía estar a varios metros de altura. Las paredes estaban cubiertas con tapices y varios motivos se repetían en ellos, en las columnas y en toda la decoración y construcción del lugar: estrellas, ángeles, rosas y espadas. Por todas partes podían verse estos elementos una y otra vez. 

Se respiraba tranquilidad en el ambiente, que resultaba cálido y acogedor a pesar de la piedra de la que estaban construidas sus paredes. A ambos lados del amplio recibidor se abrían sendos pasillos de techos altos y también llenos de tapices y cuadros de aspecto realmente valioso. Al fondo una escalinata subía hacia pisos superiores.

Sin embargo, no había nadie a la vista.

Cargando editor
22/10/2014, 23:59
Nora Leiva

El viaje en taxi fue silencioso, parecía que la idea de volver a casa agradaba a Ethan porque, afortunadamente, no abrió la boca. Estaba tan cansada que no podía esperar a llegar a casa.

Cuando nos bajamos del taxi vi que Emille no intentaba pagar el taxi por tanto yo tampoco lo hice. En seguida note algo extraño en la casa, similar a lo que vi en el Instituto y de pronto desapareció.

Amber y Emille se pusieron en guardia, entonces me preocupé. El ambiente de la casa me gustaba y no quería que les pasara nada. -Amber, ¿has visto esa luz? He… he visto algo, pero no sé qué significa. Es como una luz, un aura o algo así… algo parecido a lo que rodea el Instituto.

Cargando editor
23/10/2014, 12:11
Amber Blackwell

Amber apartó los ojos del aparato para dedicar una mirada agradecida a Émille y después miró sorprendida a Nora. - ¿Puedes  ver la magia? - Preguntó a la chica. - ¿Como una luz roja? Oh, estáis despertando a toda velocidad.

Sin embargo, al ver que Ethan empezaba a moverse, su atención se dirigió a él. - ¡Espera, Ethan, antes de entrar debemos prepararnos! ¡Puede ser peligroso!

Sin decir nada más, cerró los ojos durante un instante. Un cosquilleo empezó a recorrer vuestro cuerpo, por debajo de vuestra piel, familiar para Émille y conocido para Ethan, que ya había sentido algo así en el Instituto, pero completamente extraño para Nora, que al principio se asustó y cuyo estómago se encogió ante una sensación desconocida, pero enseguida los tres os sentisteis mejor. Más fuertes, más capaces. Como si algo dentro de vosotros se hubiera expandido. 

Para ese entonces, Ethan ya estaba abriendo la puerta de la verja exterior de su casa.

Cargando editor
23/10/2014, 18:30
Andrea Youngblood

El instituto de Londres era más grande de lo que me esperaba, creía que sería mucho más artificial y frío. Todavía quedaba mucho para que estuviese al nivel del instituto de Florencia, pero no era malo en absoluto. Fruncí el ceño y eché una rápida mirada a mi colega. - ¿Oye qué silencioso está todo no? Son solo... - Me llevé la mano al bolsillo y saqué el teléfono para consultar que hora era. - Son solo las ocho y media. ¿Es que aquí se van a la cama tan pronto? 

- No sé, me esperaba un recibimiento más espectacular. - Me encogí de hombros y seguí hasta las escaleras que subían a pisos superiores. - Vamos a ver si encontramos a mi tita, a lo mejor está en un despacho o algo por el estilo. ¡L'Italia está en casa! - gritó al asomarse hacia arriba nada más llegar a los primeros escalones.

- Que poco sentido de la hospitalidad tienen estos sajones. ¿Donde ha quedado eso de ofrecer pastas y té a los invitados? - Continué bromeando con Carlo mientras subía las escaleras a ver si veía a alguien.

Cargando editor
23/10/2014, 19:31
Josephine Herondale

Carlo siguió tus pasos, mirando a vuestro alrededor con curiosidad y sin cortarse un pelo a la hora de acercarse a mirar los tapices más de cerca, o incluso tocarlos. No hubo respuesta a tu voz mientras empezabais a subir la escalinata, sin embargo, cuando estabais a punto de llegar al siguiente piso escuchaste en la planta baja un leve sonido, como el correteo de dos pequeños pies moviéndose a toda velocidad.

Apenas unos segundos después una pequeña carita se asomó por el borde de la escalinata, atisbando hacia arriba y mirándoos con curiosidad. Se trataba de una niña de unos once años, con rubios y largos cabellos y rostro dulce, que se quedó mirándoos durante algunos segundos antes de hablar con voz cantarina. - ¿Y vosotros quiénes sois? - Preguntó con desparpajo.

Cargando editor
23/10/2014, 20:51
Andrea Youngblood

El sonido de alguien acercándose con rapidez me sobresaltó e intimidó un poco, no me gustaba que me dieran sustos y mucho menos en lugares desconocidos. Creía que sería algún tipo de mascota pero cuando apareció la niña empecé a sonreir como un idiota. - Oh oh, nos han pillado Carlo. - bromeé con mi compañero.

- Mi nombre es Andrea Youngblood. Hemos venido desde Italia para ver a mi tita, la directora. ¿Podrías llevarnos hasta ella por favor? Que encanto de niña, era tan kawai que me daban ganar de abrazarla y contarle historias de miedo. 

- Hemos venido en avión. - dije con una sonrisa de oreja a oreja. 

 

Cargando editor
24/10/2014, 01:49
Ethan Evans

No escuché la advertencia de Amber. Seguí caminando hacia la entrada principal. No tardé en empezar a correr. Me daba igual disimular. Llovía y estaba sin paraguas, lo raro abría sido no correr. Si les pasaba algo a mi hermana por mi culpa no me lo podría perdonar. Y mis padres. Tendría que cuidar solo de mi hermana, trabajar y hacerme cargo de todo. Probablemente tendría que dejar la serie. No, no podía permitirlo. No podía ser cierta aquella extraña sensación... Me apresuré.

Cuando llegué, Saqué las llaves de mi bolsillo y me dispuse a abrir la puerta.