Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 2: Pérdidas y bienvenidas

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11/02/2015, 22:34
Nora Leiva

Estaba claro que me había expresado fatal y que Emille entendía el instinto de una forma totalmente distinta a mí. La necesidad primaria de protegerse es natural es todos los seres vivos y no entendía para qué quería comprobar eso. Tendría que estar inconsciente o ser imbécil, para no intentar cubrirme.

-Sigo sin entender esa prueba, la necesidad de protegerse es básica en todos los seres vivos. Si me hubieras dicho al menos cómo pararlo, sin perder algún miembro, podrías haber sabido si soy capaz de hacer algo más que encogerme y gritar. Eso lo hace cualquiera.- Me encogí de hombros dando por terminado el tema.- Pero tú eres el que enseña, así que por mi vale.

Cuando Emille me dijo que el aro era mío si me quedaba y que me acostumbrara a ella, pensé en que tendría que tomar una decisión. Mi vida había cambiado desde que aquel Striga entró en la cafetería y mejor si lo asumía rapidito. Me acerqué a la pared y cogí el cinturón, mientras lo ajustaba escuché a Emille y a Ethan discutir sobre el estoque.

-Ethan, creo que el estoque no te servirá. Supongo que has aprendido la luchar con reglas, pero los demonios no van a respetarlas. Además no viste a ese bicho, con un estoque no le harías demasiado, probablemente lo sentiría como un alfiler. Necesitas algo más contundente, tal vez una katana, son ligeras y cortan mucho.- Sonreí mientras me dirigía hacia la puerta dispuesta también a comer algo. Al moverme podía notar el bamboleo del disco junto a mi cadera. De pronto pensé que lo perfecto sería dos iguales, así equilibraba el peso. Aun así era agradable sentir el roce del arma, de alguna manera me hacía sentir más segura. - Con todo el jaleo del pervertido, al final no he podido comer nada y también tengo hambre.

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11/02/2015, 22:44
Émille Lalique

- Encogerse y gritar habría estado mejor que lo que has hecho. - Le dije a Nora con un tono bastante neutro, sin intentar hurgar en ninguna herida, pero tampoco dejándole que creyese tener la razón. - Apartarte, también, y todas ellas son reacciones naturales. Pero estirar la mano para cogerlo... - Dije, sin llegar siquiera a negar con la cabeza. Mi tono lo decía todo.

Alcé una ceja al oír cómo la camarera le daba consejos sobre armas al chaval. Sin embargo no quise llevarle la contraria: escucharla era demasiado divertido.

- Porque sea ligera o no no te preocupes, te acostumbrarás. - Le dije. - Aunque no tengas un sólo músculo desarrollado, puedo hacer runas al arma para que sea más ligera. Escoge aquella con la que te sientas cómodo. Si te sientes bien con un arma de nena, por mí no hay problema. - Aseguré, como si mi comentario fuera el más inocente del mundo. - También podemos grabarle unas flores y unos corazones, si quieres. A lo mejor así la fuerza del amor hace que los demonios huyan de ti.

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11/02/2015, 23:00
Nora Leiva

Me giré molesta por el comentario de Emille, mi reacción había sido de lo más natural y me cabreaba el tonito condescendiente con el que hablaba. Una vez que había asumido que no me quedaba otra que colaborar, estaba intentando ser agradable. No estaba de más que él hiciera lo mismo.

-Por mucho que digas me parece una reacción perfectamente natural. Hasta los niños pequeños cuando se caen ponen las manos por delante para proteger el resto del cuerpo. Alcé la mano para proteger la cabeza, puedo vivir sin algunos dedos pero… no sé cómo decirlo… la cabeza suele ser bastante necesaria. Ya ves, llámame paranoica si quiero mantener la cabeza en su sitio.

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11/02/2015, 23:09
Émille Lalique

Suspiré al escuchar la nueva respuesta de Nora. ¿Es que no se cansaría nunca? La miré entonces condescendientemente, esperando a que acabase, antes de negar con la cabeza.

- Con una mano te protegiste la cabeza. - Afirmé, dándole la razón. - Bien. Con la otra intentaste parar el disco. Mal.

- No digo que no sea natural. - Repuse entonces. - Es una reacción tan válida como cualquier otra. Probablemente la peor opción, pero igual de válida. Al menos si lo que quieres es perder una extremidad.

- No tienes que justificarte. No estás entrenada. Lo raro sería que hubieras hecho lo correcto.

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11/02/2015, 23:31
Scott Crystalwine

Ante tu pregunta, Jo se volvió hacia Scott con ojillos suplicantes y el hombre soltó un resoplido de risa mientras asentía con la cabeza. La niña dio una palmada y sacó una bolsa de patatas fritas de un cajón para echar parte de su contenido en un plato y ponerlo en la encimera central. 

Mientras tanto, el hombre negó con la cabeza y se asomó por el cristal del horno para ver el interior. - No, no te preocupes, muchacho. Está todo controlado. Pero podéis ir poniendo la mesa si queréis. - Hizo un gesto hacia una puerta que no era por la que habíais entrado. - Supongo que aprovecharemos la cena para hablar de todo lo que ha pasado, así que cenaremos todos juntos. Así que seremos quince. Jo os puede ayudar y deciros dónde están las cosas. 

La niña asintió con la cabeza mientras os miraba, con la boca llena de patatas fritas. 

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11/02/2015, 23:37
Nora Leiva
Sólo para el director

Notas de juego

Tengo un pequeño problemita con mi arma. Me encanta pero me surge una suda al usarlo. En la serie Xena lo cogía sin problemas y sin perder miembros. ¿Cuando aprenda a usarlo voy a poder pararlo sin dificultades o tendré algún tipo de guante rollo Kevlar o algo así para frenarlo?

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11/02/2015, 23:43
Carlo Greymark

Carlo se acercó a coger un puñado de patatas en cuanto el plato tocó la superficie y se lo metió en la boca. Luego asintió afirmativamente. 

- Cflaro. Nosfotros fpondfremos la mesa. - Dijo, sin molestarse en terminar de masticar antes de hablar. Parecía estar francamente hambriento. 

Jo empezó a señalaros distintos cajones y luego empezó a caminar hacia la puerta, llevando un mantel entre las manos. 

Notas de juego

Si aceptas poner la mesa, puedes dar por hecho en tu siguiente post que la ponéis entre los tres mientras os atiborráis a patatas ^^.

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11/02/2015, 23:44
Ethan Evans

Ya sé que no habrá normas en un combate real, no sé por quien me has tomado. Le espeté a Nora. Se atrevía a darme lecciones de armas ella, que sabría. Cuando con una espada normal hiciese cincuenta abolladuras a una armadura y ni un solo tajo que causase más que un fuerte moratón, lloraría por un estoque. Y no sé quien te ha dicho que un estoque no hace nada, pero te mintió a base de bien. Aunque con tu inteligencia seguro que te lo suelen hacer a menudo. Si no sabes del tema no deberías hablar.

Puse los ojos en blanco al escuchar que seguían discutiendo sobre el maldito disco. Tras echar una ojeada a las armas me giré hacia ellos. Vamos a comer. Dije, mientras me acercaba a una de las baldas y cogía una espada bastarda y dos dagas de aspecto peligroso. Creo que cogeré esto de momento. Ya sé usar un florete, pero con mis nuevas habilidades las dagas me servirán y me vendrá bien entrenarme con un arma más pesada para ganar resistencia y fuera, aunque sigo opinando que el estoque es mucho más practico. Ah, y sigo sin entender que tengamos que llevarlos a comer, pero bueno. Ya me espero cualquier cosa. Como que tengamos que matar nosotros mismos ala ternera.

¿Vamos?

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11/02/2015, 23:48
Émille Lalique

Asentí con satisfacción al ver cómo el rubito al fin cogía un arma de verdad y no la mierda que había pensado. No contesté a ninguno de sus comentarios sobre lo práctico que era el florete, ni mucho menos. Pasaba de explicarle que para quitarnos cosas de los dientes ya teníamos palillos.

- Vamos. - Dije, dirigiéndome a la puerta. - En realidad no tenéis que llevarlos ni a comer ni a ningún lado. - Expliqué entonces. - Pero al menos servirá para que vean que pensáis entrenaros. Y con un poco de suerte, teniendo algo así a mano, a lo mejor la próxima vez algún italianini subnormalini se lo piensa dos veces antes de espiaros en las duchas. - Expliqué antes de abrir la puerta y echar un ojo al chico. - ¿Vas a llevar todo eso en las manos? - Le pregunté, sin querer reconocer en voz alta que lo de las dagas siendo invisible parecía una buena idea.

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12/02/2015, 20:19
Ethan Evans

Lo cierto era que tenía razón. Si el italiano había intentado espiar a Nora seguro que lo intentaría conmigo, no había comparación. No, claro que no. Repuse, echando un vistazo alrededor. Me acerqué a coger una vaina para la espada que pudiera colgarme a la espalda y un cinturón para llevar las dagas.

Cuando terminé, no pude evitar sentirme mejor, más protegido, pese a que las armas no tuvieran mucho filo. Si alguna vez me contratan para alguna película de acción o de espadachines me vendrá bien. Eso que gano. Sabré manejarme mejor e interpretaré mejor conociendo la verdadera batalla.

Estoy listo. Anuncié finalmente.

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12/02/2015, 23:00
Nora Leiva

Me quedé más satisfecha con la explicación de Emille. Estaba acostumbrada a superar casi todo buscando información en los libros, siempre buscaba una justificación para todo y si no la encontraba la razonaba. Que me dijeran que algo estaba mal sin explicarlo no entraba en mi modo de pensar. Además todo lo realmente físico se me daba bastante mal, miré a Emille y asentí con la cabeza. Iba a necesitar mucha paciencia.

El comentario de Ethan me molestó bastante, yo le daba un consejo según lo que había visto y lo hacía por su bien. Ver el momento en el que se llevaron a su hermana fue muy duro, solo quería que entendiera que no iba ser fácil. Sin embargo, Ethan se lo tomaba como si le insultase.

-No has visto ese bicho, además de grande tiene una cola como la de un escorpión que se mueve muy rápido. No tengo ni idea de cómo se lucha contra algo semejante, pero creo que hará falta algo que haga tajos muy grandes. Tal vez no tenga ni idea de cómo luchar, pero sé usar el sentido común.

Me reí ante la imagen mental de rebanar a cierto pervertido, tenía que tener una expresión de lo más sádica.- La verdad es que me gusta sentir el peso, me siento más protegida y cuando aprenda a usarlo será aún mejor. Cuando queráis nos vamos, también tengo hambre.

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13/02/2015, 19:41
Andrea Youngblood

Al igual que Carlo, yo también me abalancé sobre el plato de las patas para coger un buen puñado y llevármelas a la boca. Dediqué una mirada de desaprobación hacia mi colega que empezó a hablar con la boca llena. -Pfero mafcho no hablfes congla boca llena. -le dije mientras volvía a coger otro puñado de patatas y a metérmelas en boca. 

Mastiqué a toda prisa y fui hasta los cajones que señaló Jo y me hice con algunos cubiertos para la mesa. -¿Eh? ¿Hablar de qué? -quise saber mientras seguía a la pequeña con el mantel.

¿Se refería al asunto de los escorpiors o a mi excursión a las duchas? 

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14/02/2015, 01:52
Josephine Herondale

- De la misión y todo eso. - Respondió la niña mientras os guiaba hacia el comedor. - Mi madre dijo que haríamos una reunión en cuanto volviesen todos. Bueno, supongo que la haréis vosotros, pero si es en la cena, yo también estaré. 

El comedor era una sala amplia que mantenía el estilo general del castillo, en contraste con la cocina y los baños que habían sido reformados para modernizarse. Un ventanal al fondo daba al jardín interior, pero era de noche fuera así que era difícil ver nada a través de la ventana. En el centro, una mesa larga, preparada para veinte comensales y en las paredes se podían ver distintos muebles, de los que Jo sacó servilletas y cubiertos para todos. 

Jo fue poniendo la mesa con la naturalidad de quien está acostumbrado a hacerlo y os fue indicando de dónde sacar otras cosas y cómo colocarlas. 

Estabais terminando ya y en el último viaje a la cocina Scott os había informado de que la cena estaba prácticamente lista, cuando se empezó a oír revuelo y varias voces en algún lugar de la planta baja. No te costó orientarte lo suficiente como para saber que debía ser en el hall de la entrada. 

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14/02/2015, 02:12
Carlo Greymark

Carlo levantó la cabeza al escuchar el ruido y suspiró ostentosamente. - Bueno. Tengo una apuesta que pagar. Voy a prepararme para mi entrada triunfal. Creo que lo haré cuando ya estén todos aquí reunidos, así será más impactante.

Te guiñó un ojo y se fue rápidamente por la puerta sin dar más explicaciones. 

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14/02/2015, 02:12
Narradora

Salisteis de la sala de entrenamiento mucho más armados de lo que habíais estado antes de entrar. Los lugares que habían ocupado las piezas que os habíais llevado habían quedado ahora vacíos, pero Émille sabía que podría pasar luego por la armería para reponerlas. 

Empezasteis a bajar los escalones piso tras piso y cuando estabais llegando al recibidor, la puerta de la entrada se abrió y por ella entraron Gareth, Ivy y Amber. Tenían aspecto cansado e iban hablando entre ellos, pero no tenían pinta de haber combatido.

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14/02/2015, 02:15
Gareth Herondale

Gareth levantó la mirada en cuanto oyó vuestros pasos y en un rápido vistazo sus ojos se detuvieron en las armas que portaban Nora y Ethan. Terminó mirando a Émille y haciendo un leve asentimiento hacia el muchacho. 

En ese momento por el pasillo de la derecha apareció Milton, todavía con la espada colgada del cinturón. Os saludó con un gesto amable y empezó a acercarse a vosotros cuando Gareth lo detuvo. 

- Milton, por favor, avisa a Deirdre de que hemos llegado ya. - Milton asintió con la cabeza y empezó a subir los escalones. Al cruzarse con vosotros dedicó una sonrisa a Nora y continuó subiendo. 

Gareth miró entonces a Ethan y a Nora y se adelantó a posibles preguntas levantando la mano. - Los demás no tardarán mucho. Haremos una reunión mientras cenamos algo y os explicaremos lo que sabemos. Vayamos yendo hacia el comedor. 

El hombre empezó a caminar hacia el pasillo de la izquierda a buen paso, sin dar tiempo de que nadie respondiese a sus palabras. 

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14/02/2015, 02:20
Amber Blackwell

Amber también parecía haberse fijado en las nuevas armas que llevabais, ya que las señaló con la cabeza mientras se acercaba a vosotros. - Vaya, ¿eso significa que os quedáis? - Preguntó, esbozando una leve sonrisa al miraros uno a uno. 

Mientras tanto, Ivy había saludado con un tímido gesto de la mano y había empezado a seguir a Gareth sin llegar a decir nada. La chica tenía unas oscuras ojeras bajo los ojos y parecía estar sencillamente agotada. 

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14/02/2015, 19:10
Émille Lalique

Dirigía a los demás a la cocina de manera directa, satisfecho con el resultado obtenido en la sala de entrenamiento: ganar el combate a un italiano, dejarle las cosas claras al otro y armar a dos novatos. No podría haber ido mejor.

Al ver el asentimiento de Gareth mi pecho se hinchó un poco: habían llegado en el momento justo para ver que había hecho bien mi trabajo. Y que el rubito estuviese caminando tan tranquilo y armado significaba que no estaba tan mal como se habían creído en un principio.

- Bueno, estamos trabajando en ello. - Respondí, antes de hacer un gesto a mi amiga para seguir a Gareth. - Voy a hablar con él un segundo. - Informé a los otros chicos, comportándome como un anfitrión ejemplar. - Ivy, ¿puedes acompañarles tú al comedor? - Le pedí, antes de girarme de nuevo hacia los dos chicos. - Ahora nos vemos. - Me despedí.

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15/02/2015, 20:57
Andrea Youngblood

—Ya... Pueeees... Yo no creo que hablemos de la misión. —dije con una mueca graciosa para después apretar los labios y asentir lentamente. —Creo que nuestra vuelta a Florencia será el tema estrella esta noche. Entonces me dirigí hacia Carlo con media sonrisa como diciendo "Hasta aquí hemos llegado, ¿eh?" —Ah, y si, que sepas Jo que molas cacho. Me llevo un muy buen recuerdo, hablare a mis padres de ti. Finalmente desvié la mirada hacia mi colega y escuché atentamente lo que tenía que decirme. En cuanto dijo que iba a desnudarse ahora abrí los ojos como platos. 

-¡Eh eh, pues tio! —Se apresuró a decir antes de que desapareciese por la puerta—. Intenta darte prisa y hazlo antes de que me echen la bronca del siglo, así el tema de espiar en las duchas quedará amortiguado por tu picha. Aquello último me aseguré de decirlo en italiano, no quería que la pobre Jo se enterase de lo que Carlo iba a hacer. No estaba seguro de si aquello le haría gracia o la haría llorar.

Pobrecita. Tan joven y ya iba a quedar traumatizada como Nora.

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16/02/2015, 01:38
Nora Leiva

Cuando llegamos al recibidor, vi Gareth entrar por la puerta y a Milton acercarse por el pasillo. Le sonreí agradecida al recordar lo que le había hecho al pervertido y, acto seguido, fui a preguntar a Gareth, qué habían descubierto. De pronto me entró un poco de ansiedad al pensar en Aubrey, todo lo que había pasado me había mantenido distraída, demasiada información nueva que tenía que asimilar. Mi casera había pasado a un segundo plano durante un rato, no lo suficiente para que lo olvidara, pero lo justo como para poder pasar por todo aquello sin que me diera un ataque. Ahora volvía todo con más fuerza y necesitaba saber qué novedades tenían. Sin embargo, el gesto que hizo con la mano fue suficiente como para que me callara, ya había metido suficiente la pata como para provocar que me cogiera más manía. Si iba a quedarme, al menos por un tiempo, tenía que intentar adaptarme lo mejor posible. Además lo que dijo era razonable, faltaban algunos por llegar y era mejor contarlo todo de una vez.

-Supongo que sí.- Sonreí a Amber mientras miraba a Ivy.- No creo que esto vaya a desaparecer así como así, tendré que estar preparada.

Emille siguió a Gareth y, cuando le pidió a Ivy que nos llevara al comedor, pensé que debería aprender a fijarse un poco más en las personas que le rodeaban. Si no recordaba mal, la chica era la que podía hacer lo mismo que yo pero a mucho mayor nivel. Si usarlo me había agotado,  no quería imaginar cómo estaría ella. Seguramente lo mejor sería que la dejaran en paz y se fuera a descansar. –¿Estás bien?- Le pregunté un tanto preocupada.- Si nos dices por dónde ir al comedor, creo que podremos apañarnos aunque esto es enorme.- Le dediqué una sonrisa, que esperaba que le indicase que estaba bien si no quería acompañarnos.- Acabas de llegar y seguro que tienes mejores cosas que hacer que escoltar a dos novatos.