Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 2: Pérdidas y bienvenidas

Cargando editor
01/11/2014, 21:00
Amber Blackwell

Amber trató de sujetar el brazo de Ethan cuando éste empezó a zarandear al hombre. - Así no vas a conseguir nada. - Empezó a decirle, pero el muchacho ya se estaba alejando con el teléfono en la mano. 

Al escuchar a Émille hablar del veneno, su expresión cambió, centrándose. - Scorpios... - Musitó mientras abría el cuello de la camisa del hombre y lo giraba un poco para poder ver su nuca. Allí había una pequeña hinchazón roja, alrededor de lo que parecería un picotazo, pero de un mosquito gigante. - Sigue vivo, así que al Scorpio no debía quedarle mucho veneno. - Dijo, mientras rasgaba un trozo de la camisa del hombre para apretar en la herida del brazo, que no dejaba de sangrar. 

Miró entonces a Émille y Nora. - ¿Podréis llevarlo vosotros dentro mientras llamo al Instituto? Tardará un buen rato en despertar, tal vez deberíamos llevarlo allí, pero siendo un mundano... - Dijo, haciendo una mueca con la boca y dejando la frase en el aire.

Cargando editor
02/11/2014, 00:04
Émille Lalique

Eché un vistazo alrededor mientras Amber descubría el lugar donde le habían inyectado el veneno, asegurándome de que no hubiera nadie mirando. Una vez ella empezó a hacer que la hemorragia disminuyera me acerqué, dispuesto a cargar al criado en mis hombros.

- Ya lo llevo yo. - Me ofrecí, a punto de echar a andar hacia la casa, para luego dirigirme al rubito. - Revisa si falta algo más que tu familia. - Le dije con tono monocorde. - Incluso las cosas que no creyeses de valor. - Añadí antes de preguntar. - ¿Alguno más tenía un anillo como el tuyo, o algo del estilo? - Sabía que el memo no estaría en su mejor momento, pero no iba a dejar de hacer lo que era importante por ponerme a consolarle. Además, cuanto antes nos ocupásemos más posibilidades teníamos de encontrar a su gente con vida.

Cargando editor
02/11/2014, 05:30
Nora Leiva

La respuesta de Emille me molestó un poco, estaba claro que no estaba acostumbrado a tratar con gente que no tenía ni idea de qué estaba hablando. Sin embargo me callé, tampoco podía decir mucho solo podía hacer lo posible por ayudar. Me dirigí a Amber para que me dijera qué necesitaba. – ¿Puedo ayudarte en algo? La mujer de la cocina no parecía estar herida, tal vez despierte más rápido.

Cargando editor
02/11/2014, 13:28
Andrea Youngblood

Andrea dejó de reír para no hacer enfadar a su prima pero no pudo evitar conservar la sonrisa. Aun así se esforzó por hacerle creer que la tomaba en serio y asintió a su petición de no revelar su secreto.

- No te preocupes, no diré nada Jo. ¿A fin de cuentas somos familia, no? - Le comenté antes de mirar a la puerta que estaba frente a nosotros. - ¿Allora entramos? No estaba complemente seguro sobre si era lo más acertado irrumpir en el despacho de la tita, también podría haber esperado a que acabara lo que sea que estuvieran hablando... 

Me acerqué a la puerta y golpeé un par de veces la madera con los nudillos esperando la aprobación para pasar. - Que nervios más tontos tengo ahora. Andrea guiñó el ojo a su prima y luego resopló para intentar calmarse.

Cargando editor
02/11/2014, 16:32
Josephine Herondale

La niña miró a Andrea y Carlo, como valorando si realmente iban a guardar su secreto y entonces asintió. - Sí, vamos. - Y sin molestarse en esperar a que los de dentro dieran su autorización para que pasaran, abrió la puerta y entró.

Las dos gruesas hojas de madera dieron paso a una sala de gran tamaño, con una mesa alargada rodeada de sillas en el centro. Al fondo un ventanal de cristal esmerilado teñía y dejaba pasar la luz suave y apagada del exterior, donde probablemente seguía lloviendo. El suelo estaba cubierto por una alfombra espesa y mullida y en las paredes había estanterías con libros y pequeños sillones.

Varias personas se encontraban en el interior de la sala y alzaron la mirada al ver entrar a los muchachos.

Sentada presidiendo la mesa alargada una mujer rubia y pálida, de piel fina y rasgos frágiles que recordaban los de una muñeca de porcelana. Iba vestida con un traje de chaqueta y falda negro y elegante. Sus ojos verdes, se posaron en los recién llegados, pero su expresión parecía indicar que no estaba realmente prestándoles atención.

Junto a ella, un hombre alto y rubio, con el pelo largo y barba de varios días, perfectamente arreglada levantó la mirada para fijarse en los que entraron, con curiosidad en sus ojos azules. Iba vestido con una camisa negra y unos vaqueros. Sentada junto a él se encontraba una joven rubia, de rasgos muy atractivos y con ojos del mismo color verde que los de la mujer, iba vestida con el uniforme de combate y dedicó a los recién llegados una mirada altiva.

      

En cuanto entrasteis en la sala, Jo pareció enmudecer y toda su verborrea imparable se transformó en un silencio denso. No parecía que fuese a presentaros, ni a dar ninguna explicación sobre quiénes erais. Discretamente se movió hasta sentarse en uno de los sillones que había contra la pared y se quedó allí, como si fuese invisible. 

Las tres personas a las que habíais interrumpido os miraron, como esperando una explicación para vuestra presencia allí.

Cargando editor
02/11/2014, 22:37
Andrea Youngblood

- No, espe' - Me apresuré a decir antes de que Jo abriera la puerta y nos dejara en evidencia, pero fue más rápida y cuando abrió me quedé mirando al grupo con una mueca de estreñimiento y los mofletes inflados. Cuando me ponía nervioso no podía evitar poner caras raras y desde luego esta era una de esas situaciones. No dejaban de mirarme... y la más joven parecía que me quisiera pegar... ¡Qué miedo!

- Yo... Soy Andrea, hemos... Hemos aterrizado hace unas horas. - Dije no demasiado convencido como si no acabase de confiar en que aquellas personas fueran mi familia. Levanté la mano y aproveché para saludar también con un gesto. - ¡Hola!  

¿No querías rubias? Pues ahí tienes a tres, ahora di algo por dios... - Pensé mientras lanzaba una mirada de pánico a Carlo. Ya que tenía la mano en alto por el saludo, aproveché y me llevé esta a la nuca como si no supiera que postura adoptar.  - Acabo de conocer a Jo, no sabía que tenía una prima. Ha sido muy amable con nosotros.

En todo momento intenté camuflar el acento italiano tanto como pude esperando que no sonase muy ridículo.

Cargando editor
03/11/2014, 13:29
Ethan Evans

¿Cómo que no le quedaba demasiado veneno al scorpio y que por eso seguían vivos? Eso significaba que ya lo había gastado en otros y que ya había administrado dosis letales a otros. Colgué angustiado el móvil. Estaba apagado. Probé con el de mi madre, nada. Sin demasiada esperanza llamé al número de mi hermana mientras andaba nervioso por el jardín. Vamos Emilie... Mierda. Dije, mientras cortaba la llamada y miraba con rabia el móvil.

Todos tienen el móvil apagado. No es normal, nunca lo apagan. Al menos mis padres. Me sentía impotente. No había nada que pudiera hacer. No, nadie tenía ningún anillo como el mío. Dije, con impaciencia. ¿Dónde viven los scorpios? ¿Qué son?

Miré el móvil. Tengo que llamar a la policía. Si no lo hacía sería sospechoso. Aún así no sabía si era lo mejor. Miré a Emille con gesto interrogante mientras le seguía dentro de la casa y buscaba entre todos los escombros.

Cargando editor
04/11/2014, 00:28
Émille Lalique

Antes de entrar en la casa escuché la pregunta de la camarera y me giré hacia ella sin dificultades a pesar del hombre que estaba cargando.

- Comprueba si también han picado a la mujer. - Le pedí. - Suelen hacerlo en el cuello. - Dicho esto me giré hacia el gilipollas. Quién lo iba a decir, parecía preocupado. Preocupado de verdad.

- Son demonios, como el Sthriga de antes. - Expliqué. - No pienses en buscarlos: viven en otra dimensión. Pero no creo que hayan matado a tu familia. Al menos, no de momento. Si no están aquí es porque los quieren para algo. - Aseguré sin mucho énfasis. Y ahora sí entré en la casa.

- No deberías llamar a la policía. No, al menos, hasta que acabemos nosotros. Molestarán.

Cargando editor
04/11/2014, 18:46
Deirdre Herondale (Youngblood)

La mujer pareció reaccionar al escuchar tu nombre y parpadeó un par de veces antes de hablar. - Oh, vaya. Había olvidado que vendríais. - Dijo, haciendo un pequeño gesto con la mano que os incluía a los dos. 

Guardó silencio entonces y miró al hombre. - Te comenté que nos mandarían a mi sobrino desde Florencia, ¿verdad? - Preguntó, como si no estuviera muy segura de haberlo hecho.

Os miró a vosotros y tomó aire lentamente, como si no supiera realmente qué hacer con vosotros en ese momento. - Estamos en medio de una reunión importante. Tal vez Josephine pueda llevaros a vuestras habitaciones y enseñaros el Instituto mientras terminamos. - Ofreció, sin molestarse en levantarse para saludaros.

Cargando editor
04/11/2014, 18:51
Gareth Herondale

El hombre tras la sorpresa inicial interrumpió a la mujer sin cortarse. - Sí, me habías dicho que vendrían, pero no que sería hoy. - Respondió, mientras sus labios se estiraban en una sonrisa sincera y abierta. - Vamos, Deirdre. Los muchachos han venido desde Florencia. ¿No vamos ni a levantarnos para saludarlos?

Se puso de pie y se acercó a vosotros, ofreciéndoos su mano, primero a ti y luego a Carlo. - Soy Gareth, el marido de Deirdre. - El apretón que os dio fue firme. - Andrea, ¿eh? Entonces tú debes ser el benjamín de los Greymark, ¿no es así? Conocí a tu padre hace algunos años en Alacante. Espero que le transmitas mis saludos cuando lo veas de nuevo.

Cargando editor
04/11/2014, 18:55
Carlo Greymark

Carlo, que parecía haberse quedado mudo, reaccionó cuando Gareth se dirigió a él y una sonrisa se instaló automáticamente en sus labios. - Sí, señor. Ese soy yo. - Respondió, de buen humor. - Mi padre le envía también sus saludos. 

Sin embargo, los ojos de tu amigo se dirigían irremediablemente hacia la joven rubia que se acercaba en ese momento a vosotros escrutándoos de arriba a abajo.

Cargando editor
04/11/2014, 18:57
Alice Herondale

- Soy Alice. - Dijo la chica sencillamente, sin perder su pose altiva ni molestarse en sonreír. - La hija de los directores. - Añadió, como dejando claro cuál era su lugar y que estaba por encima del vuestro. - Así que entonces somos primos, ¿no? - Terminó, mirándote a ti y ofreciéndote la mano como saludo.

Después miró a su padre y su tono se suavizó bastante. - Papá. - Dijo, llamando a su padre. - Tal vez mamá tenga razón. Deberíamos terminar la reunión antes de hacer vida social.

Cargando editor
04/11/2014, 19:00
Gareth Herondale

El hombre suspiró y asintió antes de hablar de nuevo en vuestra dirección. - La verdad es que habéis llegado en muy mal momento. Es lamentable, pero tenemos un asunto importante entre manos. Tal vez podríais echar un vistazo al Instituto mientras terminamos y durante la cena podremos conoceros mejor. 

Se quedó pensativo un segundo. - Creo que Stuart y Derian están en la sala de entrenamiento, si os apetece estirar un poco los músculos. Milton y Scott deben estar en la biblioteca. Ivy está indispuesta y Émille y Amber de misión, así que... Tal vez Jo os pueda hacer de guía turística. - Sus ojos buscaron a la pequeña que había enmudecido desde que entró en la sala y su voz reflejó el cariño que le tenía al dirigirse a ella. - ¿Qué te parece, Jo? ¿Puedes llevarlos a su habitación para que se pongan cómodos?

La niña asintió desde el sillón en silencio, pero no llegó a levantarse todavía y fue entonces cuando el sonido de algo vibrando en el bolsillo del hombre fue audible para todos y Gareth sacó un teléfono de él y miró su pantalla. - Es Amber. - Dijo, frunciendo el ceño. - Disculpadme. - Añadió, saliendo por la puerta y cerrándola tras de sí.

Cargando editor
04/11/2014, 19:17
Amber Blackwell

En cuanto Émille cogió al hombre y lo cargó sobre su hombro, Amber dejó que los tres muchachos entrasen de nuevo en la casa y sacó un teléfono móvil del bolsillo. Pulsó las teclas y se lo llevó a la oreja.

Cargando editor
04/11/2014, 19:28
Narradora

Recorriste la casa, tratando de averiguar si faltaba algo, aunque no fuese de valor. Y lo cierto era que no echabas nada de menos. Todo parecía estar, algunas cosas rotas o magulladas, pero no te parecía que faltase nada.

- Tiradas (1)
Cargando editor
05/11/2014, 20:07
Andrea Youngblood

Deirdre ni siquiera se ha molestado en fingir que se alegraba por mi visita, solo Gareth se había mostrado amistoso y eso que no era de mi sangre. De Alice no sabía que pensar pero daba la sensación que era como su madre, igual de fría y dura. En cualquier caso era pronto para hacer juicios de este tipo, esperaría algunos días antes de tener una opinión sobre su familia inglesa. Eso si, no entendía el porqué de esa mirada de chulería como si fuera superior en algún aspecto. ¿Qué se ha creído esta? Ya podría parecerse un poco a su hermana y ser igual de simpática.

Me reajusté la mochila sobre el hombro y estreché la mano a Gareth con fuerza y firmeza. - Encantado de conocerte Gareth. Después me acerqué hasta Alice para estrecharle la mano de igual modo que a su padre. – Eso dicen, espero que podamos hablar más tarde. – comenté más serio de lo que me habría gustado, quizá fuera por la bajona del momento. Al fin y al cabo se suponía que tenía que iba a ser una bienvenida cálida y no esta cagarruta de entrada. Ingleses raros…

 – Si, además a nosotros también nos gustaría descansar. – dije restándole importancia a las palabras de Gareth como si a nosotros tampoco nos afectara en absoluto.

Cuando este se marchó por la puerta para atender una llamada aproveché yo también para concluir aquel encuentro que por cierto se estaba volviendo un poco incómodo. - En fin... – Miré por última vez a mi tita antes de dirigirme a mi prima pequeña y sonreirle. - ¿Me acompañas Jo? No quiero perderme, seguro que esto es enorme. - Bromeé con ella.

Cargando editor
05/11/2014, 23:07
Ethan Evans

Cogí el botiquín y se lo llevé a Amber. No quise molestarla con la llamda que tenía entre manos, así que se lo tendí y me alejé de nuevo, buscando objetos que faltasen.

Está todo. Dije, cuando volví con Emille después de un buen rato. Haber estado revolviendo las habitaciones destruidas de la casa me había dejado una sensación extraña. No he encontrado nada que falte. No venían a por el dinero, buscaban otra cosa. Gente.

¿De qué se alimentan los scorpions? Quise saber. No quería saber la respuesta. No quería imaginare a seres con aguijones enormes alimentándose de mi familia.

Cargando editor
06/11/2014, 02:09
Nora Leiva

Más demonios atacando gente. Cuanto más intentaba alejarme de todo aquello más metida estaba. Entré en la casa tras ellos con la intención de ir a la cocina a comprobar a la mujer pero, tenía tantas dudas revoloteando en mi cabeza, que no pude evitar preguntar.

-Hay algo que no entiendo. Los padres de Ethan y su hermana no son cazadores o, al menos, no se comportan como tal, y nosotros no hemos visto nada hasta hoy. ¿Qué podrían buscar de ellos, cómo lo han sabido? ¿Qué es un Scorpio además de un demonio?

Cargando editor
08/11/2014, 01:53
Émille Lalique

Una vez entré en la casa busqué algún lugar donde dejar al hombre sin hacerle daño de manera gratuita: un sofá o una mesa grande podían servir. Luego escuché la confirmación por parte del rubito de que no faltaba nada y asentí sin llegar a mirarle para que supiera que le había oído.

- Se alimentan del miedo y de los recuerdos, pero estos tienen que ser otorgados libremente. - Dije mientras mi vista repasaba el lugar, intentando averiguar cómo habían sucedido las cosas. ¿Habrían entrado por la puerta principal, llamando sin más? ¿O habrían cambiado de dimensión ya una vez dentro? Sin buscar al memo con la mirada todavía me dirigí hacia la entrada para examinar la cerradura y el estado del recibidor. - Si no había nadie más en la casa y sólo se los han llevado a ellos, es obvio que los querían por algo. - Apunté. - Ve haciendo memoria. Cualquier cosa puede ser importante.

Luego, desde allí, escuché la aportación de la camarera, y en ella hubo algo que me llamó la atención. La miré directamente interrumpiendo lo que estaba haciendo, con el ceño fruncido, antes de girarme para observarla detenidamente. - ¿De qué conoces a sus padres? - Pregunté de manera directa.

Cargando editor
08/11/2014, 17:33
Nora Leiva

-Bueno pues si se alimentan de miedo, se habrán puesto las botas, seguro que estaban aterrorizados.- De pronto me di cuenta de que me había pasado. Ethan estaba presente y muy preocupado.- Lo siento Ethan, no quería decir… bueno estarían asustados. Yo lo estoy.- Preferí callarme para no molestarle más, no acostumbraba a ser tan poco considerada.

Me sorprendió la pregunta e Emille. ¿De qué les conocía? Creía que eso ya había quedado claro antes.

-No sé qué quieres insinuar con esa pregunta, pero creo que ya he dejado claro que no sabía nada de esto hasta hoy. Sin embargo, cómo no estabas presente te lo repetiré. No les conozco de nada. Como ya he dicho llevo poco tiempo en Londres y tampoco conocía a Ethan hasta hoy en la cafetería. No sé qué habéis hablado es esa reunión, pero la actitud de Ethan ante el Strhiga y ante vosotros, me hace pensar que no sabía nada de ni de cazadores ni de demonios. Aunque puede que me equivoque. – Me quedé unos segundos pensando en otras opciones.- Prefiero creer que sus padres, y por extensión los míos, no sabían nada. Prefiero creer que no sabían nada porque sería horrible para mí que me ocultaran algo tan importante como esto. No quiero compartir vuestra vida, porque no es la mía. Aun así me sentiría muy traicionada si ellos lo hubieran sabido y me ocultaran lo que soy, si me hubieran negado la posibilidad de elegir.