Partida Rol por web

Había empezado a dibujar un gesto de "no importa" para Meri-san cuando Anbel se ofreció a ser degollada y prácticamente hizo que toda mi sangre se encendiera y se pusiera a trabajar en un reto que sirviera para empezar, para dejar que se confiara, que siguiera jugando, que bebiera más y terminara saltando del mirador que ese italiano tanto quería conocer si se largó sin pisar y sin mi arroz, o haciéndose tres estaminas seguidas.

— Vaaale — dije como centrándome y tomé el vaso para mojarme los labios como diciendo "fijaros bebo más, ahora puedo decir lo que me de la gana y no podréis culparme—. Meri-san responde: ¿qué te da pánico? —la señalé con índice y pulgar levantados y un guiño de ojo e inmediatamente pasé a señalar a Anbel con el vaso— Anbel reto: vamos a buscar a Amis, que llega tarde, le plantas un beso sonoro y le dices que no tarde en acostarse que quieres volver a verla en tus sueños —añadí dejando de señalar a Meri-san para cerrar el puño imitando una patita de gato—. Miu.

La valentía de Amber me sorprendió, pero sobretodo hizo que un pequeño suspiro de alivio se escapara de mi boca. Miré a Sun-yun esperando a ver su reacción y puse una de mis manos debajo de mi pierna para que no vieran que estaba entrecruzando los dedos para desearme suerte a mí misma.

La primera palabra de la coreana me hizo pensar que lo había conseguido. Sin embargo, cuando Sun-yun me lanzó aquella pregunta, mis dedos se deshicieron lentamente y en mi rostro se notó que me había tocado la fibra. Miré al suelo un poco entristecida y seguidamente hablé sin levantar la mirada.

Escuché cómo le proponía el reto a Amber desde un segundo plano, como si de repente yo ya no estuviera allí. Finalmente mi voz trabajó por mí, haciendo de altavoz de lo que estaba pensando en esos momentos - Me da pánico pensar que mis padres y mi tío puedan estar... - me detuve un instante. Me daba miedo pronunciar aquella palabra.
- Muertos... - susurré con dolor.

La respuesta de Meri-san llegó rápido y resultó ser una puta mierda. ¿Le daba pánico que sus padres y tía pudieran estar muertos? ¿No que lo estuvieran, que pudieran? Menuda vida más angustiosa debía haber llevado, todo el mundo podría estar muerto siempre y en cualquier momento ¿eso le daba pánico?

Perdí mis ojos en ella, sin que el resto de mi cuerpo la buscara — Misterio resuelto —pensé en cuanto a la desaparición de su familia y hasta de la bruja esa—.

Seguro que se escondían de ella, si ese era su miedo debía ser una lapa todo el día comprobando que seguían vivos, seguro que les hacía dormir con un espejo bajo la nariz.

Y encima la tía no me había dado nada.

Suspiré para mis adentros —Pues no lo pienses tontina— exclamé como si su comentario no viniera a nada, ni fuera cosa mía que hubiese llegado a esa idea. Alargué la mano al tequila y le serví un poco a ella y dos pocos a mi vaso medio lleno —.Toma esto, ayuda —le dije sin especificar que a quién ayudaba era a la fiesta y luego miré a Anbel alzando ambas cejas con un "cuando quieras"—.

Amber soltó una carcajada cuando Sun-yun propuso el reto y sus ojos brillaron divertidos por estar participando de aquel juego. Y cuando Melissa empezó a hablar, la miró todavía con esa diversión bailando en su mirada y sus labios, hasta que un pestañeo sorprendido fue la respuesta a las palabras de la otra pelirroja.

Miró a Sun-yun entonces y al ver que cogía la botella, extendió su vaso casi vacío para que le echase a ella también, sin que pareciese preocuparle demasiado mezclar lo que ya tenía con el tequila. Le llegase o no más contenido, apuró el vaso antes de ponerse en pie y mirar de nuevo a Melissa.

—Eres una nephilim ahora —explicó, poniéndose seria por un instante—. Vivimos en guerra. La muerte es parte de nuestra vida. Muchos de los nuestros mueren jóvenes. Los demonios se alimentan de nuestros miedos, si temes a la muerte, les resultará fácil alcanzarte. Tendrás que endurecerte para sobrevivir.

Suspiró, como si le hubiera costado pronunciar esas palabras en un momento que debía ser de diversión, y sus ojos volaron de nuevo hacia la anfitriona mientras ella recuperaba su sonrisa.

—Alice va a flipar. Vamos. —Y la acompañasen o no, abandonó el dormitorio.

Ivy había contenido el aliento cuando Sun-yun había repartido pregunta y reto. No era difícil ver en sus ojos que temía el momento en que llegase su turno, así que trataba de esconderse a medias entre la cortina de sus cabellos y a medias tras el vaso de zumo.

Sin embargo, con la respuesta de Melissa, abrió más los ojos y las comisuras de sus labios se curvaron hacia abajo. Estiró una mano y le acarició el hombro mientras Sun-yun y Amber hablaban, pero ella no dijo nada. Tampoco hizo ningún movimiento por levantarse tras la pelirroja cuando abandonó el dormitorio, aunque se quedó mirando a Sun-yun y Melissa, como esperando a ver qué hacían ellas.

Mi estado de ánimo estaba empezando a decaer un poco pero el comentario de Sun-yun me dejó un poco conmovida y me llamó la atención. Tampoco esperaba que se pusiera a apoyarme como si fuera mi mejor amiga de toda la vida. Al fin y al cabo hacía nada que nos acabábamos de conocer, pero no podía evitar estar un poco en shock por todo lo ocurrido todavía. 
- No, gracias, seguiré tomando zumo... - Evité el tequila antes de que me provocara todavía más depresión.

Me mosqueé un poco por ver cómo se tomaban un poco mi tema de esa forma tan poco comprensiva pero las palabras de Amber, aunque duras, me hicieron pensar rápidamente en que ellos estaban acostumbrados a eso y probablemente no comprendían lo que estaba pasando. O no recordaban lo que se siente, si es que lo han sentido alguna vez, estando en mi situación.

Mis ojos siguieron a la pelirroja hasta que desapareció del cuarto. Luego miré a Sun-yun con una expresión de duda en mi rostro que llevé también cuando me giré hacia Ivy. - ¿A dónde ha ido? - Pregunté, aunque imaginaba la respuesta habiendo escuchado lo que dijo antes de irse.

Me gustó lo que había dicho Anbel pero no me gustó que me gustara. Tenía que odiarla, se lo había currado mucho para que así fuera y su esfuerzo tenía que servir para algo. Pero también era la mejor invitada de mi fiesta, a pesar de su pelo, así que también en honor a su esfuerzo por hacer lo que se suponía que tocaba decidí seguir pasándomelo bien con ella aunque no dejaría que me encantará con sus cabellos de bruja.

Sonreí con malicia sin máscara cuando ella salió de la habitación, miré a A.B. y recibí la mirada y la pregunta de Meri-san mientras yo también me levantaba — A dónde pueda encontrar a Amis.

Cogí el móvil antes de salir de la habitación para perseguir a Ambel.

Al ver que Sun-yun se levantaba miré a Ivy con un "¿vamos?" en la mirada. Sin embargo, sin esperar confirmación, dejé mi vaso de zumo en el suelo, me levanté yo también y cogí su mano más cercana tirando suavemente de ella.

No me imaginé a Amber haciendo lo que se disponía a hacer, pero tampoco la conocía lo suficiente como para saberlo así que me limité a seguir a la coreana sin dejar a la vergonzosita sola. - Va a ser divertido - Dije en voz alta dirigiéndome ya a la puerta tras Sun-yun.

Cuando Sun-yun salió de la habitación seguida por Melissa que arrastraba con ella a una Ivy evidentemente incómoda con todo aquello, las tres chicas pudieron ver a Amber al final del pasillo, llamando a una de las puertas de los dormitorios.

No pasó nada durante algunos segundos, que la pelirroja aprovechó para hacer un gesto cómplice levantando el pulgar hacia vosotras, pero cuando la puerta comenzó a abrirse su mirada se dirigió hacia delante.

Alice llevaba un pijama blanco de raso, bordeado por cintas negras que terminaban atándose alrededor de su cintura y salpicado por algunas flores rojas y azules sobre el pecho derecho y el tobillo izquierdo. En los pies llevaba unas zapatillas a juego y sus cabellos estaban recogidos en una gruesa trenza que caía a su espalda.

—¿Qué quieres? —espetó como saludo en cuanto sus ojos se encontraron con la pelirroja.

—Alice, deberías acostarte pronto, porque quiero volver a verte en mis sueños —soltó Amber de golpe, intentando mantener la seriedad pero con una sonrisa burbujeando sus mejillas.

Y mientras Alice parpadeaba confusa por aquella salida, la pelirroja se apresuró a acortar la distancia que las separaba para plantarle un sonoro beso en la mejilla y apartarse rápidamente.

Sin embargo, Alice reaccionó antes de que Amber llegase a completar el paso que la mantendría a salvo. Su rostro se encendió y sus ojos centellearon cuando estiró los brazos para empujar a la pelirroja con fuerza.

—¿Tú eres gilipollas o qué coño te pasa? ¿Estás bebida? —Y en ese momento su mirada cayó sobre las tres que venían detrás y su nariz se arrugó—. ¿Pero os creéis normales? Sois unas putas niñatas —sentenció antes de volver a mirar a Amber—. Y tú les sigues el juego a las mundanas —pronunció esa palabra con un desprecio palpable—. No sabía que todavía podíais caer aún más bajo. Pero a mí dejadme en paz con vuestras gilipolleces. Algunas tenemos cosas importantes en que emplear nuestro tiempo.

Con aire digno y altivo giró sobre sus talones y cerró la puerta con un portazo que resonó por el pasillo de piedra.

Cuando Anbel nos hizo el gesto de que estaba lista empecé a grabar sosteniendo el móvil con una mano y la risa ahogada bajo la otra.

Al ver a Amis con el pijama imaginé que llegaba tarde por estar todavía preparándose, iba fantástica la muy perra, seguro que tenía hasta una entrada triunfal preparada para hacernos en cuanto acabase de maquillarse.

Apreté más fuerte los labios cuando Anbel dijo la frase y no la puntué demasiado alto como actriz, lo que ayudó a que la reacción de Amis fuera más B.A. (berrinche de arpía).

Con el portazo paré el vídeo y destapé poco a poco mis labios que no sabían si dibujar una media luna o rellenarla.

— oh, wow —dijé resaltando el hielo se que había de la cueva de la bruja terminando de procesar el cabreo de la ricitos de oro por haberle jodido el momento entrada. Merecido lo tenía por elegir ese pijama—.

Dibujé un gesto con la mano como diciendo "pasemos de ella" y luego fingí echarme el pelo hacia atrás en una burda imitación de su salida de escena que añadía "estará con la regla" y de inmediato me acerqué a Anbel con mirada curiosa, queriendo saber si era una blanda llorica o se había divertido con la vena de la frente de Amis tanto como yo.

— Ey— saludé al llegar a ella—.No te ha hecho daño, ¿verdad? No tiene tanta fuerza —dije esperando que la otra me oyera y le tendí el móvil—. Por si quieres verlo y si no te gusta como queda tu pelo, borrarlo. —ahora sí bajé un poco la voz e invité a Anbel a volver con las otras—.

Parecía que Ivy, Sun-yun y yo habíamos llegado a tiempo para ver el espectáculo. Cuando la puerta de la habitación se abrió ante Amber, Alice apareció con un pijama horrendo.
Normalmente intento opinar sobre las cosas sin que nada me influya, pero con esta chica me parecía imposible no hacerlo. Me caía tan mal que verla con esa ropa todavía hizo que me cayera peor.

Y todavía podía caer más bajo, ya que después de que Amber cumpliera con su reto, la chica de tirabuzones dorados reaccionó de la peor manera. ¿Hace falta que se ponga así por una broma inocente? ¿Es necesario insultar de esa forma? Como diría Alan... "Esta tía hace tiempo que no f*lla". ¡Ay, pero qué estoy pensando! Aluciné para mí misma, tanto por lo que había pasado como por lo que estaba pensando. Luego observé cómo Sun-yun tendía el móvil a Amber enseñándole el vídeo de lo ocurrido.

Me quedé con la boca abierta, observando la reacción de la pelirroja ante la brutal bronca de Alice. La mía hubiera sido claramente la de no volver a acercarme a ese engendro de persona. ¿Quién se ha creído que es? - Vaya, no se lo ha tomado nada bien. Pero tampoco creía necesario que te insultara de esa manera. ¿Qué le pasa a esta tía?

Ivy se quedó algunos pasos por detrás mientras Sun-yun y Melissa se acercaban a Amber. La pelirroja, lejos de parecer intimidada por el empujón de Alice, tenía los ojos brillantes y una amplia sonrisa. Cogió el teléfono que la coreana le tendía y con familiaridad pasó el otro brazo por encima de sus hombros y se dio la vuelta para juntarse con las otras dos.

Miraba el vídeo y se reía por lo bajo en el mismo momento en que Alice comenzaba a gritar. Finalmente se lo devolvió a Sun-yun y se encogió de hombros.

—No le pasa nada —dijo, mirando a Melissa—. Es que Alice es así. Vive con un palo metido por el culo. Volvemos, ¿no? —preguntó, como si no hubiera pasado nada—. ¿Ahora a quién le toca?

Cuando Anbel se apoyó a mis hombros para fingir que no le flaqueaban las rodillas del canguelo, la cubrí y no hice más comentario que una sonrisa al recuperar el teléfono.

Secundé su respuesta con un gesto de mano que repetía "es Amis" pero al escuchar lo que seguía crucí el ceño y miré a Anbel descolocada— ¿Vive con un palo metido dónde? ¿Por qué? —Volvemos, sí —respondí por impulso todavía figurándome cómo podía vivir Amis así, o hasta cuándo sería—.

— Ahora tu eliges a quién le preguntas —seguí el juego pero eché una mirada atrás hacia la puerta de Amis preocupada de pronto por ese ritual raro que le jodía la existencia—.

Vi que Amber se había tomado el tema con positivismo y me relajé. Parecía que había disfrutado con el reto y su sonrisa se me contagio. La verdad es que ha sido divertido. Me acerqué a ver el vídeo con las dos chicas y le hice un gesto a Ivy para que se acercara - ¡Ven, ven! -. Sin embargo el vídeo era corto y se quedó sin verlo en esa ocasión.

Una carcajada más sonora me salió del alma con la expresión de Amber. Agité mi cabeza de un lado a otro para borrar de mi mente la imagen de Alice con el palo en el culo y cuando la pelirroja preguntó a quién le tocaba a continuación, me encogí de hombros descojonándome.

Miré en dirección a Ivy todavía con una sonrisa que poco a poco se iba relajando. No quería que se sintiera demasiado intimidada pero probablemente le tocaría a ella decidir entre verdad o reto. ¡O a Sun-yun! Me quedé callada esperando la decisión de Amber mientras me secaba alguna lagrimilla que se había escapado cuando me reía.

Ivy suspiró aliviada y sus labios esbozaron una sonrisa discreta cuando las chicas rieron, pero no se acercó con la llamada de Melissa, se mantuvo donde estaba, a medio camino entre ellas y la puerta del dormitorio de Sun-yun. Se unió a la comitiva cuando pasó por su lado y pareció entender el significado de la segunda mirada que la pelirroja le dedicó pues pareció encogerse un poco más en sí misma, quizás para intentar pasar lo más desapercibida posible.

Cuando el grupo entró de nuevo en la habitación, ella se sentó en el mismo lugar que había ocupado antes y se quedó callada, tal como si quisiera mimetizarse con el suelo.

—Geeenial —respondió Amber cuando Sun-yun le pasó el turno y se quedó pensativa con una sonrisa divertida de medio lado hasta que el grupo de chicas estuvo instalado de nuevo en el suelo de la habitación. Entonces sus ojos se pasearon por las otras tres con cierta picardía para terminar deteniéndose sobre Sun-yun.

—Sun —dijo, acortándole el nombre con familiaridad—. ¿Verdad o reto?

Al llegar a la habitación, dejé el móvil sobre la cama y me senté junto a mi vaso para terminarme su contenido y así poder rellenarlo. Todavía me reía en mis adentros de la pelirroja empujada y de la risitos cabreada cuando la mirada de ruleta rusa de Anbel cayó sobre mí.

Ladeé la cabeza apoyando el dedo índice cerca del labio como si pensara adorablemente — Esto... — ¿Qué planeas, puta? Tienes todas las de perder conmigo, así que menos venganzas, soperra—Veamos el reto —respondí guardándome la verdad para mentir y tomar de nuevo el balón si era necesario—.

Llegué a la habitación de Sun-yun todavía sintiendo cómo se secaban mis lágrimas de risa en mis mejillas. Me senté al lado de Ivy tal y como estaba antes de salir y me serví un vaso de zumo.

Observé a Amber desde mi posición y cuando dijo el nombre de Sun-yun dirigí mi mirada hacia ella con una sonrisa. Va a ser muy divertido. Imaginé.

Luego miré a Ivy manteniendo mi sonrisa, pero esta vez aliviadora. Qué suerte has tenido, ¿eh? Pensé en decirlo en voz alta pero recapacité e imaginé que a la chica no le haría ninguna gracia.