Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 3.5: Melodía de batalla (Sun-yun)

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03/09/2016, 01:29
Narradora

Habían pasado algunos días desde tu llegada al Instituto pero había algo que había llamado tu atención cada madrugada que te levantabas para estudiar mientras la oscuridad todavía arropaba la ciudad. Una melodía tenue, de violín, se deslizaba por los rincones del pasillo en el que tenías tu habitación y se colaba por la rendija bajo tu puerta hasta llegar a tus oídos.

La mayoría de las veces era un sonido lleno de melancolía el que acariciaba tus emociones con dedos invisibles, pero en otras, como sucedía aquella mañana, las vibraciones pulsantes de las cuerdas parecían mezclarse con el latir de tu sangre exaltándola con la excitación previa a una lucha.

No te había costado ni medio segundo deducir quién era aquel que se levantaba como tú, cuando las piedras aún dormían, para regalar los oídos de quien estuviese atento para escucharlo con aquellas melodías: Milton.

Cuando tus nudillos llamaron a su puerta la música se interrumpió en seco y casi pudiste imaginar las notas en el pentagrama dando un respingo sobresaltadas. Unos segundos después el pasillo se iluminó con un resquicio de luz por el que no tardó en asomar el chico, todavía vestido con un pijama azul oscuro y el arco del violín en la mano.

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03/09/2016, 14:18
Milton Carstairs

—Sun-yun, eres tú —dijo, remarcando lo evidente para después bajar la mirada hacia el objeto de su mano y alzarla con una disculpa en ella—. Lo siento. ¿Te he despertado?

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04/09/2016, 18:56
(Gi) Sun-yun Herondale

Ni siquiera estaba segura de porqué había llamado a su puerta, o de porqué en ese momento, una parte de mi había seguido aquella musica que lograba tocarme como la de mi tío Gi Usseppe, otra parte quería hacer saber al único que madrugaba que había alguien más también decente en ese castillo, y otra parte creía que aquello que quería pedirle a Miltón era mejor hacerlo cuando los oídos de las paredes aun dormían, especialmente los de Lanzaman.

Me resultó curioso que el chico aun llevase el pijama puesto, pero eso me declaraba ganadora también en madrugar. Y quizás por esa pequeña madalla no me incomodó lo más mínimo que me recibiera en la intimidad de su ropa de dormir.

Yo ya me había maquillado y peinado e iba vestida con ropa vieja y ancha de estudiar, descolorida hasta parecer casi blanca pero con restos de fucsia, y calzada con mis zapatillas de Hello Kitty.

Su pregunta supuso entonces un gran alago al presuponer que me levantaba tan radiante como el maquillaje de dos horas me hacía parecer con lo que le respondí con una amplia sonrisa y agitando la cabeza en negación.

Estaba estudiando —aclaré y añadí una pequeña y rápida reverencia de espalda en disculpa—. Yo siento haberte interrumpido Carstais.

Ti-tienes mucho talento.

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04/09/2016, 23:06
Milton Carstairs

—Oh, no, no —se apresuró a decir el chico—. No te preocupes. No me ha molestado.

Entonces dudó un momento y miró hacia dentro de la habitación para después abrir la puerta del todo y hacer un gesto con la mano.

—¿Quieres pasar? —ofreció, contemplándote con cierta indecisión. Pero antes de que llegases a responder, una nueva pregunta salió de su boca, con ese tono suave y melodioso teñido de una ligera curiosidad—. ¿Tú tocas?

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07/09/2016, 09:01
(Gi) Sun-yun Herondale

No haberle molestado estaba bien, si además fuese verdad ya estaría genial. Pero me bastaba amabilidad fingida para hacerle aceptar entrenarme y enseñarme a ganar.

Le sonreí agradeciendo que me dejase interrumpirle como yo había interrumpido mi estudio, pero tal vez me equivoqué de sonrisa pues su siguiente invitación convirtió mi cuerpo en corrientes eléctricas.

Miré hacia el pasillo buscando en el aire el conocimiento de la hora que era, o cualquier excusa que le mostrara sin obligarme a negarme que aquello no era para nada apropiado. El único sitio dónde podríamos quedarnos solos era la sala de entrenamiento: aprendiendo o entrenando. Pero ¿en su habitación? ¿con todavía el pijama puesto? ¿qué clase de invitación era esa? Y lo hacía sin la más mínima vergüenza, como lanzaman al acercarse tanto a mi ... pierna. ¡Ni que fuera normal toda esta intimidad!

Yo...el piano —respondí, muerta de vergüenza y con el corazón latiendo en mi garganta, a la segunda pregunta para ignorar como buena chica la primera—. De pequeña el arpa. Mis padres decían que el violín era muy occidental pero luego a mi hermana sí le dejaron aprender, creo.

Pensé en sonreírle de nuevo pero no quise crear más confusión —¿Qué canción era?

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07/09/2016, 12:06
Milton Carstairs

El chico ladeó un poco la cabeza, mostrando curiosidad a la justificación de tus padres para no haberte permitido tocar el violín, pero no hizo ningún comentario al respecto. Sin embargo, sí esbozó una pequeña sonrisa educada a tu pregunta.

—Ah —dijo, encogiéndose de hombros—. No era ninguna canción. Sólo tocaba lo que me surgía. Me gusta hacerlo al despertar, es... Como un pequeño ritual, ¿sabes?

Entonces su sonrisa se amplió.

—Hay un piano en la sala de música de la cuarta planta. ¿Has estado ya? A veces voy allí a tocarlo, pero nadie más lo usa. Si te apetece podríamos tocar juntos algún día.

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07/09/2016, 13:32
(Gi) Sun-yun Herondale

¿No era ninguna canción? — me extrañé y poco me lo creía — sí claro, ¡y un cojón! Eso no ha salido de ti —me era incomprensible que un no-coreano y no-clásico pudiera crear algo capaz de inspirarme. Podía asumir que aprendiera a interpretar la musica como un no tan joven Mozart o un manco Verdi, o un borracho Rossini, Puccini, Bellini, pero componer sin esfuerzo, como un ritual, no se lo creía ni él.

—respondí enfatizando con la cabeza—. Me alegro que lo hagas.

Sonreí, ahora sí, en respuesta a la suya — Solo he tocado con mi tío —le conté con un extraño sentimiento en el pecho como si hubiese desayunado un par de nubes de lluvia—. Me encantaría. ¿Me la enseñas? —pedí retirándome medio paso para dejarle salir aunque esperaba que si aceptaba primero le diese por vestirse, con la puerta cerrada, y sin mí dentro. Pero esos nephilims eran raros.

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07/09/2016, 18:28
Milton Carstairs

Un brillo de empatía asomó a la mirada del joven cuando mencionaste a tu tío, aunque de nuevo no preguntó más al respecto. En lugar de eso, asintió con la cabeza.

—Claro —dijo, llevando ya sus dedos hacia la puerta—. Pero discúlpame un momento, por favor.

Hizo una pequeña inclinación con la espalda recta y se metió hacia el interior de la habitación, dejando la puerta casi cerrada, pero entornada con una abertura de un par de dedos.

Unos segundos después salió por ella, vestido con una camiseta gris de manga larga y un pantalón oscuro de aspecto cómodo. En los pies llevaba unos deportivos negros y cerró la puerta tras de sí.

—Ven, es por aquí —señaló, acompañando con la cabeza sus palabras y comenzando a caminar hacia las escaleras—. Siempre me ha parecido una verdadera lástima que esa sala esté cogiendo polvo, pero en este mundo hay poca gente interesada por la música.

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07/09/2016, 22:57
(Gi) Sun-yun Herondale

Me alegró, con sinceridad, que aceptara llevarme con el piano en ese mismo momento. Me alegró hasta el punto de aliviar un poco la presión de mi pecho, y el hecho de que pidiera un momento para prepararse fue un detalle.

Casi pude empezar a apreciar sus rasgos de aire oriental entonces. Pero dejó la puerta mal cerrada al desaparecer, y en un primer momento estiré los dedos para terminar de cerrarla, por educación y amabilidad, pero entonces, me planteé que tal vez lo había hecho a propósito, y mi mano tembló y volví a bajarla. ¿Era un modo de que su invitación siguiera en pie? ¿Quería que colara el ojo? O peor, ¿pretendía pillarme espiando? Hinché mofletes ofendida y me di media vuelta cerrando esa puerta en mi cabeza, y sin tocarla. Como una dama.

Al oír que volvía, me giré de nuevo, fingiendo que admiraba las paredes tanto antes como por el camino de volver a él.

Asentí con más que solo la cabeza, y le seguí camino a la sala, planteándome si parar a cambiarme las zapatillas por el camino, pero descarté la idea por no hacerle esperar.

Sí que es una lástima —coincidí—, deberían aprender a combinar unas cosas con otras.

La musica ayuda a entenderse a uno mismo, a veces te protege, a veces es compañía, a veces exalta y es valor, otras veces es familia y a veces, hasta dejas que te mienta —bajé la mirada—. Supongo que es difícil de comprender por alguien que no ve en ella un arma.

Negué con cabeza y manos, volviendo a mirarle — Perdona, te interrumpo y te aburro.

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11/09/2016, 01:36
Milton Carstairs

Cuando comenzaste a hablar Milton giró el rostro para contemplarte mientras te escuchaba con atención y poco a poco te dio la impresión de que su sonrisa amable se iba volviendo más cálida a medida que el brillo de sus ojos se acentuaba.

Oh, no, no —se apresuró a decir cuando tú te callaste—. No me aburres en absoluto, Gi Sun-yun. Al contrario. Eso que has dicho ha sido certero y precioso. Es para mí un placer haber encontrado a alguien que comprenda la música.

Vuestros pasos os llevaron tres pisos más arriba y luego por el pasillo de la izquierda hasta llegar a una puerta de madera con una inscripción rúnica sobre ella.

—Aquí es —manifestó el chico al apoyar ambas manos en la hoja de la puerta y empujarla para dar paso a la sala.

El lugar era amplio. No como la biblioteca, pero sí más grande que el comedor. Las paredes estaban cubiertas de madera, así como el techo y una gran alfombra cubría el suelo, probablemente para mejorar la acústica. Varios bultos estaban cubiertos por sábanas sobre las que descansaba una fina capa de polvo. Uno de ellos, cuya sábana parecía la más limpia, cerca de un rincón, parecía tener la forma de un piano de cola. Otro, hizo palpitar algo en tu pecho al pensar que podía ser un arpa y otro más, cerca de la puerta, parecía un diván en el que recostarse para escuchar la música.

En las paredes podías ver algunos armarios cerrados y en la del fondo una cristalera con vidrieras pintadas de colores reflejando algunos motivos que ya empezabas a conocer bien: estrellas, ángeles, rosas y espadas. Sólo que aquí también podías ver algunos ángeles tocando instrumentos de aspecto antiguo, liras, laúdes, clavecines... Debajo del ventanal había un asiento acolchado, dispuesto también para disfrutar de las melodías interpretadas en aquel lugar.
 

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13/09/2016, 16:44
(Gi) Sun-yun Herondale

Sentí como todo mi calor se acumulaba en mis mejillas con ese "correcto y precioso" de Carstairs, como si me hubiese definido a la perfección. Me apresuré a dedicarle una reverencia de cabeza declarando que el placer de encontrarnos era mío, por educación, decencia y una pizca de verdad.

Tres pisos después, cuando me mostró el lugar, pensé en trasladar una cama a esa habitación y hacerla mía. Mis ojos se abrieron tan asombrados como toda mi sangre y hasta mis labios formaron una torpe "o" no ensayada.

Coño... —respiré sin darme cuenta y me adentre un par de pasos con lenta prisa, con emoción y temor a romper algo por el simple hecho de estar—.

Me paré al ver el bulto con forma de arpa, y procuré desterrarlo más allá del rabillo de mi ojo mientras avanzaba hacia el piano como una novia hacia el altar.

¿Puedo? —pregunté arrugando ya la sábana más limpia entre mis dedos y con el cuerpo más que dispuesto a deshacerse de ella—.

En caso de que no hubiese problema, una vez destapado el piano, levantaría la tapa de las teclas con cuidado y comprobaría si estaba afinado presionando el Do con solemnidad.

Notas de juego

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18/09/2016, 04:51
Milton Carstairs

Milton entró en la sala y acercó la hoja de la puerta al marco, dejándola entreabierta, pero no lo suficiente como para que la música escapase demasiado del lugar. Se acercó a ti mientras tus dedos tomaban la tela que escondía el piano y pudiste ver que sus ojos brillaban al mirarte, satisfecho por la emoción que la sala de música te había producido.

—Claro —asintió, de palabra y de gesto, moviendo la cabeza verticalmente—. Estoy deseando escucharte.

Mientras tú comprobabas que el Do sonaba tan maravilloso como si hubiera sido afinado por los mismos ángeles de las vidrieras, él caminó hacia el diván y apartó también la tela que lo cubría, para sentarse en el borde después, apoyando los antebrazos en sus rodillas y con la atención puesta en tu interacción con el instrumento.

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20/09/2016, 00:19
(Gi) Sun-yun Herondale

La mirada de Carstairs hizo que me sonrojara, me costaba entender a ese chico, a veces su calma parecía de psicópata y otras veces le daban un aire zen muy venerable. Pero tampoco terminaba de entender a nadie en ese castillo y quizás por esto me agradaba tanto la simplicidad de la cachorrita.

Sentí mi corazón ahogarse cuando se acercó a mi e intuí por la periferia de mi visión la puerta cerrada. En la sala de musica nuestra soledad no era de mal gusto, como en el gimnasio y en cualquier fuente, pero su modo de mirarme era tan europeo que me sentí traidora con lanzaman, más sabiendo lo que había ido a pedirle.

Decidí, con sus últimas palabras, que era un voyeur de la musica pero en realidad se lo debía por todas las veces que le había escuchado a escondidas. Así que tomé asiento en la banqueta del piano e hice la trampa de deslizarme a un lado para dejarle sitio.

Llené mis pulmones y solté el aire con ritualidad colocando los dedos sobre las notas que empezaban "se vuol ballare" de las bodas de Figaro y con solo la pertitura en mente, las mejillas frías y una añorada sonrisa, toqué.

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23/09/2016, 03:10
Milton Carstairs

Tus dedos comenzaron a moverse bailando sobre las teclas que tenían un tacto exquisito, ni demasiado blandas, ni demasiado duras. Y, sin embargo, lo que empezó a sonar no se parecía demasiado a las bodas de Fígaro. Ciertamente, la melodía no estaba a la altura de sonar en las bodas de nadie y por más que te esforzabas en reproducir la melodía de tu cabeza, no recordabas cuándo había sido la última vez que habías tocado tan mal, casi como si fueras uno de los gemelos o algo peor.

Si hubieras mirado a Milton, habrías podido ver su expresión de sorpresa y extrañeza al recibir esa melodía disonante, sin orden ni concierto, pero tras unos segundos el chico se levantó y abandonó el diván para acercarse a ti y contemplar tus manos desde detrás. No tardó en poner una mano en tu hombro con un gesto gentil para llamar tu atención.

—Gi Sun-yun —dijo, con una educada suavidad que no ocultaba del todo la molestia que tu canción provocaba en sus oídos—. Creo que tienes las manos descolocadas.

Y con esas palabras pareció decidirse a ocupar el hueco vacío que habías dejado en el banco, sentándose a tu lado.

- Tiradas (1)
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23/09/2016, 09:26
(Gi) Sun-yun Herondale

No —pensé con la primera nota descolocada, enfadada por ese sonido que me devolvía y no era el que pedía—. No, no —me empecé a poner nerviosa con las siguientes—. ¡No, no, no! —me desesperé con lo que vino después. Aquello era sencillamente fatídico.

Me entraron ganas de llorar, de salir corriendo o de dejar que la vergüenza me aniquilara dolorosamente, pero aun era una Gi, así que seguí tocando con la cabeza alta y mi mascara de maquillaje al punto de ebullición por la rojez que ocultaban.

Y solo me detuve al sentir la mano de Carstairs en mi hombro. Sentí un escalofrío en ese momento y mi cabeza se encogió un poco entre mis hombros predisponíendome a la bronca de mi padre. Pero fue otra voz la que sonó, aunque salí herida de todos modos.

No son mis manos, es el piano que está mal puesto.

Las retiré del teclado para secar el sudor y el cosquilleo que se había instalado en ellas en mi pantalón, como declarando un nuevo comienzo cuando él se sentó. Con otra persona al lado el piano se veía distinto, más familiar y menos intimidante. ¿Podía ser que echara de menos a mi tío? Me planteé asqueada con la idea, no solo con la de añorar, sino con la de que esa gente me hubiera convertido en una moñas.

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23/09/2016, 10:37
Milton Carstairs

—Probemos otra vez —sugirió el chico, dedicándote una cálida sonrisa mientras colocaba sus manos sobre las notas más graves del piano.

Empezó él, con un acorde aterciopelado que encajaba a la perfección con la partitura que tenías en mente y que parecía haber reconocido a pesar del desastre. Sus dedos se deslizaron con facilidad y pronto los tuyos los siguieron, decididos a lucirse en esta segunda oportunidad.

Y vaya si se lucieron. Con cada nota tu ánimo se iba inflamando más y estabas bastante segura de que entre los dos estabais alcanzando la perfección en esa pieza que interpretabais con la justa intensidad. Para cuando acabasteis y milimétricamente sincronizados pulsasteis los últimos acordes, te sentías exultante y feliz, notabas tu sangre dando saltos cantarines en tus venas y el corazón te latía con tanta fuerza que te parecía que debía escucharse también fuera de ti.

- Tiradas (3)
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24/09/2016, 13:21
(Gi) Sun-yun Herondale

Reconocí la melodía que empezaba Carstairs, y me sorprendió tres veces: por conocerla él, por haberla reconocido entre mis notas, y por ser capaz de tocarla sin partitura.

El corazón me dio un vuelco con la canción y reconociendo el momento en que mi tío me daba entrada, me encargué esta vez de mi lado. Poco a poco lo ocurrido a dos manos quedó en el olvido, y mi pecho se hinchó no solo con ánimo y orgullo, sino también emocionado por la musica que creábamos y nos envolvía. Hubiese deseado que mi familia, incluso los gemelos, pudieran escucharnos.

Cuando acabamos la pieza, tenía el corazón tan acelerado, radiante y feliz, que cometí la locura de mirar a Carstairs directamente a los ojos y sonreírle desde el corazón, prácticamente estaba segura de que aunque no dijera nada, ya podía oír él mismo lo fascinada y viva que me sentía.

La conocías —constaté lo evidente, y de algún modo sonó a cumplido—.

Encontré el valor para pedirle que me entrenara, pero preferí callar por el momento atesorando ese momento y alargando el recuerdo de las notas tanto como pudiera.

Notas de juego

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24/09/2016, 13:46
Milton Carstairs

Los ojos de Milton brillaban con la emoción de la música todavía impregnada en sus venas, como tú la sentías en las tuyas. El chico te devolvió la sonrisa y la curva de sus labios se amplió un poco con tus dos palabras. Pero entonces negó con la cabeza.

—No la conocía —dijo, deteniéndose un instante como si estuviese buscando la mejor forma de explicar algo abstracto—. Pude leer la música en ti —añadió al final, llevando sus ojos hacia las teclas del piano—. Es un poco raro de entender, lo sé. Pero puedo sentir la música desde las emociones de la gente, y al revés.

Volvió a mirarte y te escrutó por un momento con sus ojos castaños, como si quisiera saber qué te parecía lo que acababa de contarte.

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24/09/2016, 14:05
(Gi) Sun-yun Herondale

Cuando Carstairs negó lo evidente, mi frente se arrugó preguntándose si era uno de esos momentos en los que la gente decía cosas que no eran verdad y esperaban que el otro se riera. Pero con lo siguiente captó por completo mi atención y curiosidad.

Curiosidad que fue tornándose en vergüenza al ser consciente de lo que eso significaba —Espera, entonces...¿sabes que esto ha sido lo más parecido a un orgasmo que he tenido en la puta vida? —nerviosa busqué la tapa del piano y cubrí el teclado— Es una ópera italiana —cambié de tema– Baila conmigo, de las bodas de Fígaro.

Me deslicé un poco más con la intención de levantarme de la banqueta, pero no llegué a hacerlo —Debe ser genial eso. Debe ser bonito saber cuanto emocionas a cuantos te oyen —volví a mirarle a los ojos sonrojada por lo que creía que sabía—. Yo hablo con las piedras.

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24/09/2016, 20:16
Milton Carstairs

Milton apartó las manos al ver que ibas a bajar la tapa del piano, pero no hizo ningún movimiento por levantarse, tan sólo se quedó allí sentado y se giró un poco para mirarte de frente.

—¿Con las piedras? —preguntó entonces, contemplándote con curiosidad—. Vaya, ese poder creo que no lo había escuchado nunca. ¿Y te responden?

Sin embargo, antes de que pudieras responder a cualquiera de las dos preguntas, añadió algo más, ampliando su sonrisa, como si necesitase decirlo antes de cambiar de tema.

—Ha sido bonito tocar con alguien. No lo hacía desde... Bueno, creo que sólo lo hice con mi madre. Desde que llegué al Instituto no he tenido con quién. Hasta ahora. —Hizo una pausa e inclinó la cabeza en una pequeña reverencia. —Gracias, Gi Sun-yun. Si algún día quieres repetirlo, avísame.