Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 3.5: Secretos a media voz (Émille, Sun-yun)

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07/04/2017, 18:27
Narradora

Émille se lanzó con todo lo que tenía y el filo de la espada atravesó el torso de Sun-yun de lado a lado hasta que la punta sobresalió por el otro lado y su sangre empezó a gotear desde el metal hasta el suelo. Una gota, dos, tres y la consciencia de la chica se apagó cuando su visión se tiñó con una oscuridad granate. 

- Tiradas (5)

Notas de juego

Sun-yun está Inconsciente y necesita atención para no desangrarse.

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11/04/2017, 03:51
Émille Lalique

Una vez que retiré la espada y la chica cayó al suelo inconsciente me quedé unos segundos allí, jadeando. La sangre que manaba de su muñeca y de los dos agujeros de su torso me mantuvieron allí una vez mi respiración se calmó, planteándome por un momento si quizá me había pasado un poco. Bueno, no era para tanto. Teníamos runas, y ella tenía que aprender una lección. Era como darle un capón, pero llevado a un mundo en el que algo sencillo se cura con sólo un trazo.

Valoré qué hacer. Simplemente hacerle una iratze y que se recuperara era como... No sé, como si nada hubiera pasado. O como reconocer que me había equivocado. Y por ahí no pasaba. ¿Pero qué otra cosa podía hacer? La verdad es que en esto no había pensado.

Pensé en llevarla en la enfermería para que la cosieran, o hacerme una runa de Conocimiento y hacerlo yo mismo. Así, con un par de cicatrices bien feas, seguro que se acordaba de ahí en adelante de cómo eran las cosas y cómo debían ser. Pero también creí que si estaba Scott o cualquier otro en la enfermería Gareth acabaría por enterarse, y algo me decía que eso no le gustaría ni un poco.

Al final me decidí. Me rasgué la camiseta y con un trozo vendé la muñeca de la pirada para que dejase de sangrar. El otro sería más complicado, pero como tampoco iba a tardar demasiado decidí esperar. Lo único que quería era no dejar un camino de sangre mientras me la llevaba. La levanté entonces en brazos, poniendo la mano exactamente donde su espalda tenía un agujero para hacer así presión en la herida.

La llevé directamente a su habitación, estando pendiente de que no hubiera sonido en los pasillos antes de atravesarlos para no cruzarnos con nadie. Una vez allí hice una iratze en su brazo, cerca de la venda, y decidí no esperar a que despertase. Con eso debía ser suficiente.

Dejé la habitación y me encaminé directamente a limpiar el estropicio que la muy incompetente había dejado. Yo mismo recordaba lo que le había dicho en su día, pero esta vez podía hacer una excepción y limpiarlo yo, al menos antes de que se enterase cualquiera.

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11/04/2017, 14:38
Narradora

Lo primero que notaste fue el frío. Un frío espeso que parecía nacer de tus huesos y no llegar desde el exterior. Sentías la cabeza embotada y te dolía todo el cuerpo. Notabas pinchazos en la piel de tus extremidades adormecidas, como si estuvieran despertando a la vez que tú, y sentías un dolor ardiente en el abdomen. Estabas débil y no tardaste en darte cuenta de que se debía a la cantidad de sangre que habías perdido. 

Al abrir los ojos Kitty te saludó desde la pared con su luminiscencia rosada y perpetua. Estabas sobre tu cama y quien te había dejado allí había dejado caer una manta sobre ti con descuido, de forma que apenas te tapaba medio cuerpo dejando tus brazos y pies al aire. Tu muñeca estaba vendada con un trozo de tela negra que parecía empapada del olor salado y ferroso de la sangre. Junto a la venda viste un iratze que sentías cálido y molesto. 

De moverte notarías que la cama debajo de ti tenía una buena mancha de sangre, todavía húmeda. Tu colcha y las sábanas probablemente se habían echado a perder y la camiseta se te pegaba a la piel de la espalda. Y de comprobar tus heridas podrías ver que la de la muñeca ya estaba prácticamente cerrada, pero la del torso aún estaba abierta y húmeda, aunque ya sangraba muy poco. Notabas la calidez de la iratze extenderse hasta las heridas y sanarlas despacio, pero lo peor era lo débil que te sentías.

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11/04/2017, 15:06
Narradora

Nadie parecía haber descubierto todavía los distintos charcos de sangre que habíais dejado en el pasillo cuando regresaste allí con el cubo lleno de agua y la fregona en la otra mano. Pero estando justo en la puerta de la biblioteca sabías que no pasaría mucho rato antes de que alguien pasara por allí. 

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11/04/2017, 16:14
(Gi) Sun-yun Herondale

¿Pero qué coño... —empezó a preguntarse mi cabeza cuando el dolor me atravesó el pecho. No obstante, por más obvia que era la respuesta, no llegué a tiempo de asumir que Emille me había ensartado de gratis frente a la biblioteca.

Prácticamente ni llegué a verlo, pero había pasado, ¿verdad?

El dolor seguía conmigo al despertar, pero aun así necesité ver las heridas para asegurarme que no había sido un sueño de esos que se reflejan en el cuerpo como los de Kluger. La cantidad de sangre que encontré y la tuve que asumir fuera de mí me echó sal directamente en la herida.

Mi orgullo me hizo intentar incorporarme, negar que hubiese podido acabar tan mal, o simplemente que mi pelea hubiese acabado pero estaba demasiado débil incluso para eso. Así que en la inmovilidad dejé libres otros pensamientos que empezaron a cagarse en quién me hubiese dejado ahí. Joder, ya podía despedirme de mis sábanas favoritas.

Hola Kitty —saludé a la luz— ¿Has visto a Kyo? —le pregunté girando la cabeza hacia la mesilla de noche y volviendo a cagarme en quien diseñara el cuerpo humano al sentir tirantez en la herida del pecho.

Puta vida, tete.

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11/04/2017, 17:41
Narradora

Tu arma no estaba en la mesilla de noche, pero al girar la cabeza notaste que había algo en el suelo, junto a la cama. Si te detuvieras un instante a comprobarlo, podrías ver que era el kyogetsu shoge, que alguien había dejado tirado allí, o que tal vez se había caído de la cama en alguno de tus movimientos. 

Las heridas iban sanando, aunque despacio. Tenías la sensación de que ibas a tardar en estar del todo bien, pero quizá si esperases unos minutos podrías levantarte y moverte con cuidado.

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11/04/2017, 19:25
(Gi) Sun-yun Herondale

Al ver la kyo en el suelo, primero no le presté demasiada atención incapaz de asumir que pudiera estar tirada de tal modo en mi propia habitación y su santuario y simplemente rodé los ojos al techo; pero cuando mi cerebro consiguió procesar su imagen, mis ojos volvieron a ella a toda prisa y mis pupilas se dilataron horrorizadas.

Primero la sangre, luego las sabanas y ¿ahora esto? ¿Es que había muerto ya y este era el infierno de la deshonra?

Dejé caer mi brazo por el lado de la cama intentando llegar a ella y si todo fallaba, simplemente apretaría los dientes y rodaría a su encuentro.

Ninguna de las dos deberíamos estar solas.

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12/04/2017, 02:38
Émille Lalique

Mientras fregaba sentía mi enfado ir y venir. Cada vez que pensaba en lo que la china había hecho a mis espaldas me hervía la sangre. Putos chinos. Pero cuando recordaba la paliza que acababa de llevarse y que esperaba que nadie conociera con detalles me aliviaba un poco.

Limpié rápido, y cuando lo hice recogí los libros del suelo y los llevé adentro, dejándolos sobre una mesa. Después me encaminé al taller de Amber, esperando contarle mi versión de lo sucedido... Y de camino recordé que ya tenía que ir ahí antes de que la bruja de Alice me interrumpiera. Con la comida, concretamente.

Al principio decidí pasar de ella. Yo ya no tenía hambre. Pero me imaginé a Amber echándome la bronca por pasarme —y no porque lo hubiera hecho en realidad, sino porque los nuevos parecían de porcelana— y decidí que sería más agradable con el estómago lleno.

De modo que hice una parada en la cocina antes de ir a ver a mi amiga.

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12/04/2017, 02:55
Milton Carstairs

Ya antes de entrar en la cocina llegó a tus oídos una melodía silbada que estimuló tus sentidos como sólo podía conseguirlo Milton. Y, efectivamente, en cuanto abriste la puerta lo viste allí, picando verduras con un cuchillo en el lugar que un rato atrás había ocupado Alice. 

Al escucharte entrar, el chico levantó la cabeza y sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa cortés al reconocerte. 

—Buenos días —saludó, aparentemente de buen humor—. ¿Es tuyo el pescado? —preguntó entonces, haciendo un gesto con la cabeza hacia una fuente en la que alguien había colocado con mimo el contenido de tu tupper para después taparlo con film transparente que conservase el calor. Milton siguió hablando con la mirada de vuelta a sus verduras, ajeno al parecer a tu enfado—. Tiene buena pinta. Estoy haciendo arroz, ¿os guardo un poco?

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13/04/2017, 02:13
Émille Lalique

Mis pasos se detuvieron un instante al oír al chino de los silbiditos. Había que joderse, macho, que ahora me tocase aguantarlo. Por suerte no iba a estar mucho tiempo en la cocina.

Entré a buen ritmo, dispuesto a que fuera un visto y no visto, y respondí a su saludo sólo con una mirada furibunda. Joder, qué buen humor tenía, sería porque creía que le había enseñado algo a la pirada. Al ver que alguien —supuse que él— había tenido los huevos de cambiarme el pescado de sitio, me molesté aún más. Fui directamente adonde estaba la maldita fuente, cogí un par de platos y los cubiertos y me dispuse a irme.

—Quédate tu puta limosna —dije mientras me iba, claramente enfadado—. O comparte esa puta comida de chinos con quien se la coma. —Era evidente, al menos para mí, a quién me refería. Pensándolo bien a lo mejor tendría que haberle dado más duro, hasta que sólo pudiera con pajita.

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16/04/2017, 23:40
Milton Carstairs

Milton levantó la mirada de las verduras por un momento con tu respuesta, pero no llegó a decir nada. Tan sólo viste cómo bailaba una pizca de diversión en su sonrisa, como si no se tomase en serio tus palabras, y cuando saliste al pasillo lo escuchaste empezar a silbar de nuevo.

Fue entonces cuando viste a Sun-yun al final del pasillo, avanzando en tu dirección.

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17/04/2017, 01:39
Narradora

El suelo delante de la biblioteca estaba limpio, aunque todavía húmedo, y los libros que habías dejado caer ya no estaban allí tirados. Alguien los había recogido y dejado sobre una mesa de la biblioteca. 

Tus pasos te llevaban hacia el comedor, recorriendo el pasillo de la biblioteca hasta llegar al vestíbulo para tomar allí el pasillo gemelo y opuesto a ese. Y fue entonces cuando viste a Émille, saliendo de la cocina.

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17/04/2017, 01:41
Narradora

En el momento en que Sun-yun entraba en el pasillo que la llevaría hasta el comedor, Émille salía de la cocina, con una fuente con pescado al horno, platos y cubiertos.  

Notas de juego

Os veis.

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17/04/2017, 09:18
(Gi) Sun-yun Herondale

Me levanté del suelo cuando el estómago empezó a compaginar el rugir del hambre con la protesta de mis músculos por el agujerito de nada.

Me cambié la camiseta, haciendo contorsiones ridículas y pero necesarias para tensar menos las partes adoloridas y la otra fue directa a papelera del escritorio, con rabia y resignación a perderla.

Busqué mi bolso, pero en cualquier caso salí sin él, con la Kyo en la mano y Kitty recogiéndome el pelo en una coleta alta que fue un suplicio.

Poco a poco me iba encontrando mejor, pasé por la biblioteca sin saber si volvía a continuar el combate, a disculparme con los libros, por ser el camino normal a la cocina o porqué me había perdido; pero volví. Y al verlo todo limpio temí haber vuelto a pasearme sonámbula pero peor era tener que dar las gracias a alguien así que me fui rápido hacia el comedor, como si no hubiese visto nada.

Al ver a Emille salir de la cocina alcé la mano con la kyo a la altura del hombro —Hola Emille —le saludé como un rato antes pero con menos energía. Estaba avergonzada por el más que seguro suspenso—. ¿Te...ayudo con eso? —me ofrecí para tener una excusa para quedarme— ¿Te abro la puerta? ¿cargo con algo?

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19/04/2017, 02:13
Émille Lalique

El silbido a mis espaldas me revolvía las tripas. Había que joderse, macho. Aceleré el paso, dispuesto a dejar de oírlo cuanto antes, sólo para encontrarme a la china de frente. Joder, ¿es que no podía tener un rato en paz? Sí que le había hecho rápido efecto el iratze, si lo llego a saber la dejo un rato más desangrándose.

Al que me saludaba como si nada, sólo con un poco menos de energía, sentí ganas de responder tal y como lo había hecho antes. Pero la verdad, hasta yo sabía que no tenía sentido. Escuché su oferta, y la verdad es que no la entendí. Viendo adónde parecía que se dirigía sobre todo. De manera irracional até cabos y casi me sorprendí de no haberlo hecho antes. Aunque bueno, yo no solía meterme en las mierdas de los demás.

—No, puedo solo —le dije claramente molesto—. Milton está en la puta cocina. Que disfrutéis la mierda de comida de chinos.

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19/04/2017, 09:58
(Gi) Sun-yun Herondale

La decepción de Emille me encogió el pecho y reconocer su molestia dolió más que el filo de la espada.

Debería entrenar más todavía. Y estudiar más. Tenía que mejorar para ya. O tal vez la culpa fuera suya, claro, por no enseñarme bien y distraerme con su estúpida cara.

Agaché la mirada, asentí primero y después alargué aquella aceptación de cuanto decía en una respetuosa inclinación de espalda.

Entonces te veo luego —me despedí intentando no parecer lo tiste y abatida que estaba—.

Antes de entrar a la cocina, le miré un segundo con una última duda— ¿Qué ha pasado con mi sangre? ¿Dónde está?

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19/04/2017, 12:21
Émille Lalique

Al oír la despedida y ver la aceptación de la china supe que yo tenía razón. Iba a ver a Milton. Una vez más, había que joderse. Apretando los labios dejé que se fuese, pero con sus siguientes palabras me giré hacia ella. Joder, qué pregunta más evidente hacía: si había pasado por allí ya tenía que saberlo. Eso me cabreó aún más, aunque si lo pienso bien no fue lo que dijo, sino tener que seguir en aquella situación de mierda.

—Limpia —respondí con un tono hermético. Entonces la miré directamente a los ojos sin pensar demasiado lo que estaba haciendo. Lo único que sabía era que estaba frustrado, enfadado y que si esto se sabía aún por encima tendría problemas con Gareth—. Y que no se te ocurra contar lo que ha pasado, o tendremos problemas tú y yo.

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19/04/2017, 13:20
(Gi) Sun-yun Herondale

Si la respuesta de lanzaman ya había había puesto un pequeño globo de helio en mi corazón, cuando me miró a los ojos, me olvidé por completo de respirar y mis pupilas se dilataron para recibir cuanto podían de esos ojos castaños que tanto evitaba y a su vez tan bien conocía.

No entendí de que me hablaba. O sí lo entendí pero me esforcé por no creerlo. Era sabido que él era un tramposo pero no quería que hiciera trampas por mí ni beneficiarme de ellas.

Supuse que mentir sobre cómo había ido el examen no era lo mismo que decir que no lo había hecho aun. Pero me sabía mal tomar esa segunda oportunidad. Además, una parte de mí quería tener problemas con él. En las películas que nos castigaran juntos era la respuesta a todo.

Se me iluminó el rostro y apreté la mano en la kyo para contener el impulso de abrazarlo. Luego ya buscaría a Jo para desahogarme.

Ni bajo tortura —prometí—.

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23/04/2017, 23:09
Émille Lalique

Noté cómo se tensaba la pirada al momento de hablarle, agarrando con más fuerza el arma y todo. Algo dentro de mí se activó, preparándome para el combate, aunque ella ya había demostrado no ser una amenaza. Aún así después de su promesa me quedé un instante mirándola, esperando a ver qué venía después.

—Más te vale —completé mi amenaza. No podía evitar enfadarme cada vez que la miraba, pero era cierto que aún así mi humor había mejorado un poco tras nuestro anterior encuentro.

—Y si quieres mejorar de verdad, deja de entrenar con cualquiera. Si me han puesto al cargo, es por algo —dije antes de marcharme.

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23/04/2017, 23:25
(Gi) Sun-yun Herondale

Volví a asentir con gravedad cuando cerró el pacto de silencio sin añadir ninguna palabra más en honor a aquello que estábamos construyendo.

Realmente los secretos unían casi más que las mentiras. Ya podía sentir ese hilo amarillo atarse de su tobillo al mío.

Cuando me dijo lo de entrenar, ladeé un poco la cabeza mientras le veía marcharse. ¿Qué sentido tenía eso?

Aun sin entender porqué me obligaba a elegir eché a correr detrás de él.

¡Sí, quiero! —grité como si viera la oportunidad de mi vida subirse a un tren a punto de partir— Mejorar —aclaré bajando el ritmo cansada demasiado pronto por la falta de sangre pero sin dejar de perseguirlo—. No...no he entrenado con cualquiera, he practicado con Carstairs, esperaba impresionarte en el entrenamiento pero no ha salido bien del todo —fui benévola conmigo misma—. Quiero mejorar de verdad, haré lo que me digas incluso comer huevo crudo o... Tortilla.