Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 3.5: Visita al taller (Sun-yun)

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16/02/2016, 05:07
Amber Blackwell

Apenas acababas de llegar a aquel castillo y ya habías oído hablar varias veces del taller que había en el sótano. Ese que al parecer era sin lugar a dudas el dominio de la pelirroja. 

El sitio había estado prácticamente abandonado durante siglos, hasta que ella había llegado al Instituto y había empezado a desempolvar material, herramientas y libros. Prácticamente nadie más solía bajar allí y la chica se había ido acomodando en aquella sala hasta llenarla con su presencia.

Era un lugar amplio, pero completamente abarrotado de cosas. Mesas de trabajo llenas de piezas de metal y engranajes mecánicos, estelas y papeles llenos de runas, un escritorio con un ordenador potente, sillas y mesas llenas de objetos que a ojos ajenos no parecían tener ninguna utilidad o relación entre ellos. En aquel lugar tecnología, química, mecánica y la magia del Ángel se mezclaban formando una sola cosa. Y sin embargo, la joven se movía como pez en el agua.

A pesar de que llevabas poco tiempo en el Instituto, ya sabías que podía ser peligroso bajar sin avisar -o eso te habían dicho-, pues en ocasiones Amber hacía pruebas químicas y el taller se llenaba de humos tóxicos. En otras ocasiones sus experimentos no terminaban de salir como ella esperaba y objetos salían disparados con potencia en cualquier dirección. Pero eso no era suficiente como para que te echaras atrás.

Así que cuando quisiste recuperar tu falda, ya sabías con seguridad que aquel era el lugar donde sería más probable que la encontraras. Y así era. La pelirroja, con unas gafas protectoras, tenía un extraño aparato negro abierto y parecía estar soldando algo en su interior. Al escuchar tus pasos tardó algunos segundos en apartar la mirada de lo que se traía entre manos para mirar hacia la puerta y al ver de quién se trataba, sonrió. 

- Eh, Sun-yun -saludó, de buen humor-. ¿Todo bien? ¿Necesitas algo?

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16/02/2016, 11:56
(Gi) Sun-yun Herondale

El taller, el famoso taller de los horrores, aquel que podía costarte una oreja arrancada de cuajo visitarlo, o no llamar a la madera antes de entrar podía comportar un cambio de piel, dejar de ser tersa para ser carne picada.

Sí, eso decían, pero yo había sobrevivido a un Kuri sin mancharme las manos, y los dueños de los rumores seguro que eran unos cutres, como Mike cuando se hacia llamar Iza.

Necesitaba mi falda, aun tenía que coserla antes de que se hiciera de noche si quería dejar de vestir esos pantalones cargados de energía de mal agüero.

Me disponía a llamar al marco de la puerta cuando ella, como buena bruja, abrió los ojos de su cogote y me vio alterando el orden natural de las cosas.

- Hey.- la saludé con una sonrisa imitando el modo occidental de hacer las cosas y paseé los ojos sin disimulo por el lugar - pobrecita, a menudo antro te marginan.-Qué acojedor.

Me adentré unos pasos con la seguridad de que nada iba a poder traspasar mis plataformas -Venía a agradecerte la ropa, y preguntarte cuando te va b...- corté mis palabras al fijarme en esas varitas que ellos llamaban estelas como llamaban instituto al castillo - que manía en diferenciarse de la ficción, si hasta tienen a su propio potter- ¿puedo?- pregunté alargando la mano hacia las estelas para presionar una respuesta afirmativa.

Notas de juego

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18/02/2016, 00:45
Amber Blackwell

-Gracias -dijo ella, con una amplia sonrisa cuando alabaste el lugar. Parecía realmente orgullosa de esa caótica leonera, como si de verdad creyese que lo habías dicho en serio. 

Se levantó las gafas, colocándolas a modo de diadema en la parte superior de su cabeza, y depositó con cuidado el soldador encima de un trozo de madera, o algo así. 

-Claro -respondió a tu pregunta, haciendo un gesto con la mano invitándote a coger aquel objeto-. ¿Ya te han enseñado a hacer alguna runa? En cuanto celebremos tu ceremonia de la primera runa la Clave te dará una para ti, pero si necesitas practicar mientras, avísame y te presto la mía un rato. Aunque lo normal es empezar dibujándolas en papel primero, hasta saber hacerlas bien. Para evitar accidentes y eso.

Entonces hizo una pausa y con un pequeño salto se sentó en la mesa, como poniéndose cómoda para charlar un rato. Después ladeó la cabeza observándote. 

-Aunque si eres una Herondale como parece ser, a lo mejor es Gareth quien te regala la estela. A veces algunas familias las encargan con florituras o grabados para regalar -explicó antes de lanzar una pregunta-. ¿Se te da bien dibujar?

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19/02/2016, 10:59
(Gi) Sun-yun Herondale

Notas de juego

Morgi, tengo todas las escenas abiertas e iba posteando por orden pero se me está comiendo el tiempo. Tardaré un poquito más con esta en concreto. Sorry :( 

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19/02/2016, 12:46
Narradora

Notas de juego

Sin problemas, en esta estamos solo tú y yo, así que autogestiónate como quieras/puedas ;).

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28/02/2016, 21:12
(Gi) Sun-yun Herondale

Terminé mi gesto cuando ella me dio permiso para coger la estela, un permiso simbólico, pero permiso al fin y al cabo. - ¿Cuando exactamente me han podido enseñar eso, lista? Dime, cuando. - Negué con la cabeza y llevé por mera curiosidad los ojos al soldador.

Lo siguiente que salió de su boca, sí fue más interesante. Así que eso me lo darían. Giré la muñeca y miré la punta de la estela - ¿Dibujará en el aire como los fuegos?

Di un pequeño respingo cuando ella se subió a la mesa, y volví a buscar el soldador con miedo a que fuese a quemarse, aunque tan pronto como me di cuenta de ello, descarté ese sentimiento. ¡Qué más me daba! 

No soportaba a esa chica, entre ese desliz de sufrimiento y la pequeña ilusión que sentí cuando imaginé que Herondale podría reglarme una estela con algún motivo que la hiciera mía y a mí me reconociera un logro como una familia, empezaba a dejar claro porqué en otra época quemaban a la gente que compartía su color de cabello. 

- Por supuesto. ¿Con quién crees que hablas? - respondí a su pregunta sobre el dibujo pero en mi papel de chica modesta me encogí de hombros- Nunca lo he probado, la verdad. - Gané todos los concursos de dibujo del parvulario. - ¿Me enseñas alguna? ¿Cual fue tu primera runa? ¿Te la hiciste tu misma?

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01/03/2016, 03:33
Amber Blackwell

—La primera que me hicieron fue la de visión, me la hicieron mis padres cuando era una niña. Casi todos los niños nephilim la tienen desde pequeños —explicó, dando la vuelta al brazo para mostrarte una runa en su muñeca—. No podemos permitirnos esperar hasta aprender a ver a través del glamour estando tan cerca del peligro. Pero bueno, la ceremonia se llama de la primera runa, pero casi nadie llega allí sin ninguna, claro. Luego en la ceremonia te pondrán la runa del ángel. 

Llevó la mano a su camiseta y la estiró un poco para mostrarte un dibujo bajo su clavícula. 

—Es la runa que nos reconoce realmente como nephilim y despierta la sangre de Raziel dentro de nosotros. Es permanente así que tienes que elegir bien dónde querrás tenerla —añadió con un tono simpático. 

—¡Y claro que te enseño alguna! —respondió animada la chica, totalmente inconsciente al parecer de lo cerca que había quedado su culo del soldador caliente. Entonces estiró ambas manos, una hacia la estela y otra hacia ti—. Dame el brazo, te enseñaré a hacer la runa de sigilo. El trazo no es muy complicado y es una runa muy útil. 

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07/03/2016, 13:17
(Gi) Sun-yun Herondale

Me molestó que mis padres no me hubiesen tatuado de bebé, o quién fuera que tuviera que hacerlo. No por el peligro que al parecer hubiese podido encontrarme sino porqué había ido por el mundo con una mancha en mi expediente que ni podía ver. Puta gracia.

Observé su runa largo y tendido, estudiándola más que simplemente viéndola, el dibujo era obvio, acertado; pero el trazo tenía varias posibilidades, si hubiese sido de tinta y papel hubiese visto perfectamente el camino del pincel pero a saber con qué pintaban las estelas.

- Yo tengo una -comenté con un tono aliviado cuando aclaró que a la ceremonia la mayoría llegaba ya con runas. Está vez ni siquiera pensé en cómo o por quién la tenía, en ese momento la bruja pelirroja absorbía por completo mi atención-.

Solo levanté los ojos de su brazo para seguir el movimiento de la camiseta y llegar a la runa del ángel - ¿Te dejan elegir? -pregunté e inmediatamente me pareció que había sonado absurdo- Quiero decir, ¿debe verse con facilidad?

Estuve apunto de estirar mi índice para seguir el trazo e interiorizarla pero ni yo quería tocarla ni iba a ser algo útil a corto plazo así que cuando saltó con la promesa de enseñarme una agradecí a todos los ángeles y demonios que mi gesto quedara cortado. Más aun, impidió que mi brazo estuviera ya cerca de ella para atender a su locura.

- ¿Tu me vas a runear o estelar o lo que sea? -me fie muy poco de que supiera qué estaba haciendo y levanté los ojos a su pelo, y a esas gafas que había estado usando con el soldador.

- Joder... -me planteé la situación pero al fin y al cabo seguía siendo una Gi, y los valientes no huyen ni de una bizca con un soldador-.

Tomé aire al mismo tiempo que le tendía el brazo - Vaya, ¿No vas a hacerme una pulsera de la amistad antes?- bromeé nerviosa- ¿Cuanto va a durar? ¿Qué pasa si intento repetirla y tengo dos activas?

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07/03/2016, 18:44
Amber Blackwell

Amber se rió con tu mención a la pulsera, pero no pareció tomarlo más que como una broma a la que no era necesario responder. Tomó la estela con una mano y sujetó tu muñeca con la otra.

—Si ya te han hecho alguna ya no hace falta que te avise de que duele un poco —comentó, mientras acercaba la punta del instrumento a tu piel—. No es necesario que se vean, pero según dónde las pongas tendrán más o menos efecto, ¿sabes? Algunas es mejor cuanto más cerca del corazón, como la del ángel o la de los parabatai. Luego, si quieres por ejemplo fortalecerte los brazos, pues cuanto más cerca de ellos te hagas la runa, mejor. 

Levantó la mirada un momento antes de apoyar la estela y te avisó, con una sonrisa.

—Voy. 

En cuanto empezó a dibujar sobre tu piel su expresión se concentró. Una línea oscura empezó a brotar como por arte de magia de la estela, siguiendo el movimiento de su mano. Y como la otra vez sentiste el dolor quemando tu piel en ese tatuaje que parecía hecho del mismísimo fuego del infierno. 

Cuando Amber terminó, contempló su obra con la cabeza ladeada y después hurgó entre los trastos de la mesa hasta encontrar una libreta y un bolígrafo, acercándose peligrosamente al soldador. Te los tendió y te sonrió.

—Practica en papel antes, para no hacerte daño —dijo, soltando también la estela en la mesa—. El efecto de esta te durará unas seis horas. Si te haces otra igual lo único que puede pasar es que se anulen o te generen algo de fatiga. Hay otras que duran más o menos. Y cuando se le acabe el poder se te quedará una cicatriz finita, mira —dijo, enseñándote su brazo y señalando con el dedo una red de finas líneas blancas que cubrían su piel. 

Después te miró sonriente y animada con todo aquello. 

—¿Qué? ¿Quieres que te haga alguna más? Puedes llevar más o menos según tu potencial mágico, pero nunca sabrás cuánto tienes hasta que no lo pruebes.

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17/03/2016, 00:04
(Gi) Sun-yun Herondale

En cuanto clavó sus garras en mi brazo pude sentir el hielo de su sangre filtrarse dentro de mi y buscar mi corazón como si fuera un veneno inteligente. Pero no permití que me viera caer en su brujería así que sonreí como la preparatoria me había enseñado a hacer, sonreí y esperé que su amenaza no fuera más que humo.

Avisar de lo que se dice no creer necesario y hablar de dolor pero solo un poco era lo mismo que decir que me iba a desollar a gritos.

Asentí rápidamente a sus explicaciones decidiendo dónde iba a pedir la runa, cerca, tan cerca del corazón como fuera posible. Y cuando avisó que iba a empezar apreté los dientes. Y no.pasó.nada. Nada más allá de la runa, nada más allá del infierno paseándose por mi piel. Solo un dolor agradable que llamó a mis ojos curiosos demasiado tarde, cuando la pelirroja prácticamente había acabado.

Ladeé la cabeza para contemplar esa marca y cuando vi que imitaba mi posición me pareció raro y volví a poner la cabeza recta y los ojos en el soldador - Quémate de una vez - Cuidado con eso- se lo señalé con un dedo tímido antes de coger el cuaderno y el bolígrafo que me entregaba.

- Lo sé - resumí sus últimas palabras y aun así miré las lineas de su piel y sentí cierta envidia que hice pagar a mis padres.

- ¿Cuantas llevas tu?- busqué mi mínimo fingiendo inocente curiosidad- ¿Qué otras puedes dibujarme? ¿Qué libro habla de ellas?

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23/03/2016, 02:37
Amber Blackwell

Amber siguió tu dedo con la mirada hasta llegar al soldador y entonces enarcó las cejas sorprendida, como si no hubiera sido ella misma la que lo hubiera puesto allí. 

Ah, gracias —dijo, moviéndolo un poco para apartarlo de su culo y sonriéndote ampliamente al volver a mirarte y seguir hablando.

—De las permanentes tengo la del ángel, una mnemosyne y la de visión. Pronto tendré también la de parabatai, cuando hagamos la ceremonia —explicó, ampliando aún más su sonrisa—. Esas no pierden nunca su poder. De las otras no llevo ninguna ahora mismo, sólo me las hago cuando sé que me van a hacer falta. Pero bueno, cuando vamos de misión lo normal es que vayamos cargados con algunas útiles para el combate. Supongo que algún día de estos Émille o Milton te harán un montón sólo para ir probando a ver cuántas puedes llevar.

Entonces señaló la libreta que te había tendido.

—Va, prueba. Aprovecha que estoy aquí y te puedo corregir —ofreció antes de responder a tu siguiente pregunta—. Te puedo hacer lo que tú quieras, pero si no vas a salir del Instituto no vale la pena que te haga nada que te fatigue mucho. 

Se quedó un instante pensativa antes de que su rostro se iluminase.

—Ya sé, te haré la de precisión y así te será más sencillo practicar los trazos —y con esas palabras volvió a coger la estela de encima de la mesa y estiró la mano, esperando que le cedieras de nuevo tu brazo para pintar en él—. Todas las runas que nos entregó el Ángel están en el Libro Gris. También se llama Gramarye. El original que Raziel le dio a Jonathan Cazador de Sombras lo tienen los Hermanos Silenciosos, pero en todos los Institutos hay una copia manuscrita y exacta. El nuestro está en la biblioteca, puedes consultarlo cuando quieras y usarlo para practicar.

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02/04/2016, 22:49
(Gi) Sun-yun Herondale

- ¡Mierda! -me recriminé el aviso a la pelirroja pero por otro lado, siendo lo que era seguro que aquello había sido una prueba para maldecirme si detectaba mi oscura alma, como en la leyenda del gorrión perdido; sí, seguro que ese aviso había sido mi caja pequeña.

Memoricé las runas que tenía y marqué como pendiente buscar aquella tal mnemosyne. Sonreí exageradamente cuando habló de la runa parabatai -pero qué asco das- quise morirme por dentro y si no lo hice fue porqué esa bruja hechizaba con su palabrería sin paja, y mientras fuera así iba a exprimirle todo su jugo.

Cuando señaló la libreta, cogí el bolígrafo en posición de dibujar y busqué en mi memoria la runa del sigilo - ¿Cómo se llama? -me entró la duda en ese momento pero me aproveché de que Anbel seguía hablando para no insistir en mi analfabetismo.

- Ah, ya. De acuerdo -respondí finalmente a lo del libro y lo alargué a todo-. Me gustaba la idea de que los demás practicaran sus runas en ese libro así podría autoavaluarme y categorizarme.

Le devolví el brazo, sin soltar el bolígrafo - Fatigame -solicité, quería saber cómo se sentía y mejor averiguarlo en ese entorno controlado.

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11/04/2016, 19:54
Amber Blackwell

Amber tomó tu brazo y de nuevo se inclinó sobre él para pintar con la estela. La quemazón que ya esperabas volvió a recorrer tu piel, dejando tras de sí las líneas oscuras de la nueva runa que la chica dibujaba y cuando terminó, se quedó mirándola un instante, con expresión satisfecha.

—Esta se llama Precisión. La otra Sigilo. Algunas tienen nombres originales, pero otras son bastante evidentes —explicó, con una risita—. Y si quieres que te fatigue... Mira, esta runa se llama Recuerdo —continuó, comenzando a dibujar sobre tu piel de nuevo, a un par de centímetros de las anteriores en un brazo que cada vez estaba más lleno de intrincados dibujos—. Con ella podrás recordar cualquier cosa que hayas vivido. Incluso podrás rememorar imágenes de cuando eras solo un bebé.

Cuando la terminó y ese dolor candente y conocido se aplacó, la runa brilló durante un instante, con un color dorado iridiscente que terminó por disolverse tras dos o tres segundos. Sentiste cómo tu mente se expandía, como si tu cerebro de repente pudiera abarcar mucha más capacidad de la que estabas acostumbrada a usar. Y si probases como Amber había sugerido podrías repetir en tu mente cualquier momento vivido desde que naciste, por olvidado que hubiera quedado entre otros.

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17/04/2016, 23:16
(Gi) Sun-yun Herondale

Ese quemazón de las runas empezaba a antojarseme satisfactorio. Era como la tirantez de las agujetas o el dolor difuminado de los moratones que reconocían un buen trabajo, solo que era un premio anticipado a otro premio.

Miré como la runa se dibujaba moviendo mi cabeza para esquivar la molesta mano de Anbel y su manía de poner la estela en medio. Reí con el nombre como ella había hecho - supongo que se les agotó la originalidad y no tenían runa para ello-. Y cuando me aseguró que iba a fatigarme me empeñé en que no iba a ser así, y que entonces se fascinaría y empezaría a venderme a su amigo y solo amigo.

El efecto de esa runa en mi, no obstante, fue de puro éxtasis. Sentí mi mente crecer, expandirse y mi memoria corrió en busca de mi tio, de la primera clase de piano que me dio, que a su vez, fue la primera de flauta y violín. Me paseé por su interpretación de "La donna è mobile" y necesité coger aire para volver a la tierra - ¡Es genial! ¿Puedo volver a hacerlo? - empecé a copiar las runas en el cuaderno- ¿Tu que querías recordar? - pregunté con indiscreción disfrazada de inocencia por un fino ladear de cabeza.

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25/04/2016, 14:46
Amber Blackwell

Amber rió de buen humor con tu exclamación y luego asintió con la cabeza.

—El efecto te durará unas cuantas horas*. Durante ese tiempo podrás buscar cualquier recuerdo que quieras, todas las veces que quieras. Luego vendrá el bajón y para cuando pase te recomiendo tomar azúcar.

Entonces se calló por un momento y te pareció ver una sombra de tristeza pasar por su mirada, aunque enseguida la difuminó con una sonrisa.

—La primera vez que probé esa runa lo hice para buscar a mi abuela. Ella murió cuando yo era pequeña combatiendo contra un wendigo y la echaba de menos. Había una canción que siempre solía cantarme y que no era capaz de recordar... —Hizo una pausa y se encogió de hombros, dejando atrás ese momento triste. —Con el tiempo la he usado más veces, pero más para recordar cosas de experimentos y así. Aunque desde que tengo la Mnemosyne no me ha vuelto a hacer falta.

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*6h.

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09/05/2016, 13:09
(Gi) Sun-yun Herondale

ME esforcé por no dedicarle a Anbel una mirada sobrada y una risa sarcástica cuando escurrió aquella zancadilla en forma de recomendación -Azúcar tomarás tu -pensé exageradamente molesta por ese comentario-.   

Entonces, la cabeza llama se oscureció y aquel segundo previo a su sonrisa de aficionada captó toda mi atención —Ahora está en un sitio mejor -aseguré como me habían enseñado aunque si había muerto combatiendo lo más probable era que estuviera donde estuviera se viera atormentada por esa derrota garrafal-. También puedes usar papel y boli para esas cosas, o pequeñas grabadoras -me encogí de hombros, esa tía hubiese encajado mejor en américa-.   

 — También he recordado música -comenté en un intento de empatía mientras acercaba el boli al cuaderno para imitar esa runa-. ¿Te importa si me lo llevo luego? -hablé del cuaderno entero, aunque tan pronto como lo dije me invadió el temor a que estuviera tan maldito como su ropa. ¿Y si me lo llevaba y se me caía un brazo? ¿o perdía la puja en ebay para recuperar mi propio anillo? ¿o si Emille se casaba de verdad?

Sentí un escalofrío asqueado llenarme el estómago, dejé de dibujar y miré a Anbel de frente -¿No has pensado nunca en pasar de todo esto? ¿Lo haces por ti o por alguien -o algo-?

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12/05/2016, 05:50
Amber Blackwell

Amber sonrió a tu especie de intento de darle consuelo y asintió con la cabeza. Después rió con naturalidad con tus recomendaciones y sus ojos se desviaron en un gesto inconsciente a la superficie de la mesa sobre la que estaba sentada. Estaba llena de papeles llenos de ecuaciones y dibujos de planos, runas y cosas raras.

—A veces el papel no es suficiente —dijo de buen humor para después asentir con la cabeza y hacer un pequeño gesto hacia la libreta—. Claro, llévatela. Hay muchísimas runas que podrás practicar y lo mejor es que no pruebes sobre ti misma hasta que te salgan perfectas en papel.

Finalmente te miró clavando sus ojos verdes en los tuyos escondidos tras las lentillas y se encogió de hombros.

—Esto es lo que soy. Nací y crecí como nephilim y eso implica una gran responsabilidad. Las vidas de muchos mundanos dependen de nosotros —explicó, sin que hubiera ni rastro de condescendencia en su voz, aunque sí que te dio la impresión de que le parecía importante que comprendieras aquello—. Es cierto que se nos permite decidir, pero casi nadie renuncia a la sangre del ángel a pesar de que la mayoría de los cazadores de sombras morimos jóvenes. Estamos en guerra y uno puede decidir esconderse o luchar para salvar vidas.

Negó entonces con la cabeza.

—No podría vivir sabiendo que he escogido la salida egoísta y cobarde, sabiendo que gente morirá por mi elección sin siquiera poder ver aquello que los mata. Ser nephilim no es una profesión, es una forma de vida. Supongo que tú lo verás un poco distinto. Nora lo hacía, tenía muchas dudas al respecto. Ethan todavía no está decidido del todo a abrazar su destino. Es por haber sido criados como mundanos, supongo... —Su sonrisa adquirió calidez y se extendió hasta sus ojos dotándolos de un brillo ilusionado que parecía dedicado enteramente a ti. —Pero algún día serás una gran nephilim y entonces lo comprenderás.

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29/06/2016, 13:23
(Gi) Sun-yun Herondale

Paseé mis ojos por sus papeles cuando habló de su falta de suficiencia y llegué a la conclusión de que no es que el papel fuera insuficiente, sino que su cabeza no sabía ordenarse. Todo eso yo lo metía en dos folios. Pero no dije nada, no fuera a creer que me ofrecía a limpiarle el escritorio.

Alargué un poco los ojos buscando aquel soldador que había hecho que mi lengua me traicionara y volví a reñirla, debería haber dejado que se quemara el culo, pero seguro que entonces corría a pedirle a Emille la Iratze. ¡Claro! Había sido eso.

Cuando clavó sus ojos en los mios, por un momento me quedé en blanco, ¿qué coño miraba? Pero en cuanto empezó a hablar fue a peor, sentí un nudo instalarse en mi estómago y el corazón acelerarse hasta entorpecerse a sí mismo. Que vidas dependieran de nosotros era un honor y un agobio. Era mucha responsabilidad para no haber sido criada como ellos.

Mis dedos buscaron el espacio vacío de mi anillo y me enfadé con mis padres o lo que fueran por tener el deshonor de esconderse y la vergüenza de mancharme con ello.

No, no se puede —respondí desde las entrañas—. No se puede vivir haciendo trampas con el mundo, ni mucho menos ignorando tu sangre. Ella decide lo que eres —protesté como si ella debiera entenderme—. Un día compensaré el tiempo que he faltado, sí, pero no lo necesito para comprender que debo hacer.

Cerré el cuaderno sin ni siquiera saber porqué, en un impulso que canalizaba lo sucia que la pelirroja me había hecho sentir — Los Coreanos somos diferentes —le aseguré—.— y los Gi no nos escondemos, ¿de que coño van Gi Eunji y Gi Hei-Jo ?

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29/06/2016, 19:43
Amber Blackwell

La sonrisa de Amber se amplió con tu respuesta y asintió con la cabeza, reafirmando tus palabras en un gesto inconsciente.

—Tu patria ya no es Corea, ahora es Idris —explicó entonces con un ligero orgullo trasluciéndose en su voz—. Todos los nephilim provenimos de allí. Pronto viajaremos a Alacante y seguro que al ver las torres de cristal tu sangre se revuelve o algo.

Entonces balanceó las piernas y ladeó el rostro.

—Además, Émille dice que tú ya sabes pelear un poco, así que tampoco has estado perdiendo el tiempo. Seguro que pronto ya estás pateando culos de demonios.

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29/06/2016, 20:19
(Gi) Sun-yun Herondale

Las palabras de Anbel me cogieron por sorpresa y cayeron en mi como una pedrada tan fuerte que rompió algún tarro de arena que no sabía que guardaba en mi interior, entre mis costillas, sobre el corazón, ahí dónde iba a pedir mi marca del Ángel para cubrir aquella cicatriz del carroñero pecoso.

¿pretende comprarme con cosas brillantes? —parpadeé flipando–Mi patria es mi patria, y será la que yo diga —asentí a tal lucidez como si asintiera a sus palabras —.

Y luego la zorra pretendía quedarse con lo que Corea me había dado –La crianza siempre pesará en algo. —me encogí de hombros y agaché la cabeza para ocultar mi sonrisa sonrojada por lo que realmente había dicho: lanzaman hablaba de mi, y hablaba de mi con ella, y decía que peleaba de puta madre. — Supongo que ese poco crecerá echando más horas con Emille.

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