Partida Rol por web

Me gustaba Jo, especialmente por la cantidad de información que revelaba en tiempo récord. Y por el mismo motivo me agradó esa chica a la que mis padres no hubiesen invitado jamás a cenar solo por el color de sus cabellos.

Me planteé si el secretismo y las medias tintas era solo cosa de chicos, o si realmente estaba tan sola en Londres como para que mi cerebro empezaba a aceptar toda esa terminología como algo más que un eufemismo.

Como fuere, había dejado de oler a hiero candente en mi futuro más inmediato, y con la muerte de Ami-son, era mejor alejarme de la universidad y de las preguntas acerca de ello.

Asintió agradecida a la pelirroja y dejó que ese asentimiento se confundiera con su siguiente pregunta - Herondale ha dicho que tenía que investigarlo. - aclaré solo mirando a la chica como si con ello pudiera volver sordo al resto.

Escuché las aventuras del italiano y con cada palabra de la chica sentí más y más cosquilleos, si la chica era habitual de ese bar, seguro que conocía hadas.

- No, no necesito llamar a mis padres.- respondí a sus anteriores preguntas - Pero gracias.- me disculpé por la interrupción con una leve inclinación de espalda.

- Luego te cuento cómo a muerto Aly, y me llevas al bar a ver hadas para animarme.- planeé con ojos ilusionados.

- Vaya espectáculo - comenté con ojos como platos. Que dibujara una runa al aire pase, pero invocar y lanzar cuchillos imaginarios era demasiado. Se han tenido que pegar unas buenas risas, pensé algo avergonzado mientras me llamaba la mano a la frente. - Mamma mia...

Giré el rostro —muy cansado— hacia Carlo y asentí entre suspiros. - No, estoy seguro... - dije sin gana alguna. - Oh bueno, no lo sé ya... Sé que se estaba morreando con uno, no parecía nephilim y diría que era también un licántropo. - Me encogí de hombros como si aquello no me importara mucho. - ¿No decía que estaba investigando algo de las manadas? Tiene sentido, supongo...

Carlo hizo una mueca y terminó arrugando el ceño. - Bueno, quizá no sea su novio. Y aunque lo fuese... - Siguió, meditando para sí mismo. - Eso tampoco es que la saque de la circulación. Sólo lo pone un poco más complicado.

Cuando llegasteis al pasillo de la enfermería pudiste ver que había bastante gente congregada allí. En uno de los bancos que había pegados a la pared estaba sentada Deirdre, con el ceño fruncido y la expresión más centrada que le habías visto en los últimos tiempos. Arrugaba un pañuelo entre sus manos una y otra vez. Y en el banco frente al de Deirdre estaban Stuart y Derian. Milton estaba apoyado contra la pared. La puerta de la enfermería estaba cerrada.

Todos menos Deirdre alzaron la mirada cuando llegasteis y la mirada que te dedicó Milton, fría y despectiva, no te pasó desapercibida en absoluto. 

- ¿Cómo está Alice? - Preguntó Carlo al llegar. Luego te señaló con la cabeza. - Andrea ha bebido cosas de hadas, ¿deberíamos echarle un vistazo? Dice que lo han envenenado.

Fue Milton el que respondió a Carlo, mientras todos te fulminaban con la mirada. 

- Si alguien es tan gilipollas para tomar comida seelie, debería saber que no hay cura para ello. Sólo se puede descansar y dejar de dar el coñazo a los que nos preocupamos por cosas importantes de verdad.

Hizo una pausa antes de añadir algo más, suavizando un poco su tono y dirigiéndose a tu amigo. - Y Alice parece que está mejor, pero casi no lo cuenta. Le ha ido de poco y tendrá que hacer reposo unos días. 

Con esas palabras enderezó su postura y se separó de la pared antes de mirar a Deirdre y agacharse junto a ella. - Voy a ver si Gareth necesita algo. Si hay alguna novedad, avisadme. 

La mujer asintió y Milton se puso en pie para alejarse por el pasillo, dedicándote una última mirada fría antes de perderte de vista.

Cuando Milton comentó que Alice tendría que hacer reposo durante unos días, Derian esbozó una sonrisa maliciosa de medio lado. - A ver quién la aguanta. - Apuntilló con cierto aire divertido.

No, no está en la sala de entrenamiento. Respondí con una sonrisa. No parecía que me cansase la insistencia de Jo, más bien todo lo contrario. Está en mi habitación, cuando lleguemos os lo enseño. Dijo, levantando la mirada y mirando a las chicas, pasando de Emille deliberadamente. Él no iba a entrar en mi habitación ni iba a usar lo que había comprado.

Cuando Amber comentó lo de Andrea alcé las cejas, sorprendido, y luego puse los ojos en blanco. No sé de donde lo habrán sacado. En fin, vamos yendo. Dije, encaminándome hacia la sala de entrenamientos y esperando que los demás me siguiesen.

Mi respuesta no vino de la persona a la que se la había pedido, pero parecía que era toda la que iba a obtener. Dediqué una breve mirada a la chica loca antes de asentir, y cuando Amber se ofreció a ayudarla me desentendí de inmediato. Mejor. Total, ya me encasquetarían su entrenamiento, como para aún por encima tener que hacer de acomodador.

Ellos seguían hablando, pero yo mientras tenía la cabeza en otra cosa. Y estaba a punto de despedirme cuando Amber decidió meterme en la conversación.

- El muy gilipollas estaba a punto de hacer una runa directamente en una pared del bar. - Expuse. - Y tenemos suerte de que sea demasiado inútil para llevar encima cuchillos serafines. - Expliqué entonces. - Porque si no seguro que también los habría estado lanzando. - Resumí. Acto seguido, al ver cómo Ethan se disponía a marcharse, hice un gesto en su dirección. - ¿Has hablado con él de eso? - Pregunté haciendo un gesto hacia el estudio, esperando que fuera suficiente para que me entendiera.

Me paré y me giré para mirar a Emille. No le había entendido la primera vez, pero al insistir entendí a lo que se refería. Negué con la cabeza. No, creo que deberíamos ir todos juntos y decírselo todo a la vez, así no dudará de lo que le digamos. Dije, dedicándole una mirada a Amber. Además, estaba agotado y más aún con lo que ha pasado hoy. Es mejor dejar que descanse un poco y decírselo después. Se mostrará más receptivo que ahora.

Antes de seguir mi camino añadí una última cosa. Si se lo contamos ahora tal vez ni siquiera quiera saber nada del tema. Dale unas horas.

Asentí en dirección a Ethan, dando aquel tema por zanjado. Si alguien sabía cómo hacer ese tipo de cosas, desde luego no era yo. Tendría que confiar en él para aquello, al menos por esa vez. Entonces me dirigí por primera vez desde que habíamos llegado a la chalada.

- Necesito la cartera de tu amiga la decapitada. - Comenté sin demasiado tacto, haciendo un gesto hacia el bolso. - En un minuto te la devuelvo.

Abrí los ojos como si quisiera imitar a un occidental cuando Mike habló de su habitación y arrugué nerviosa el bajo de mi sudadera entre los dedos de ambas manos al fijarme que había lanzado su invitación solo al público femenino - ¿Qué clase de guarradas tienes en mente? - busqué disimulada mente a la pequeña para asegurarme que estuviera lejos de él - No pienso pisar tu habitación.- me negué con contundencia a pesar de no encontrar la voz que pusiera en alto esas palabras y en su lugar, se me encendieron las mejillas bajo el maquillaje.

Para cuando inició su pasó dude en acompañarlo, temiendo verme en la situación de tener que ponerle un ojo morado o regalarle voz de soprano y ser empapelada por la productora por ello. No obstante, tampoco tenía mucha más opción.

Justo antes de dar el primer paso detrás de Mike, miré a la pelirroja de cuyo nombre solo recordaba que me había creado la imagen de un árbol al escucharlo, inquiriéndola si iba a unirse, si creía ese un buen momento para ayudarme a instalarme o lo que fuera.

Apenas di un paso que esa determinación de Mike volvió a frenarse.

- ¿Hablas de lo de la grúa y el vídeo?- quise fingir que entendía algo - si sirve de algo, puede que tenga un copia en el Facebook de Ami-son. - puto asco.- repetí mi primer pensamiento de ese asunto, por suerte no pude detenerme mucho en ese recuerdo pues el macho buscó mi atención.

-Sois todos unos cínicos.-me esforcé para mantener en su sitio las comisuras de los labios y frenar una sonrisa indebida que además restaría peso a mi negativa- Lo siento,- dije subiendo una mano para cerrarla alrededor de la correa del bolso que cruzaba por mi pecho - pero el contenido del bolso de una chica es muy personal.- Y puestos que YO era quien la soportaba, seré yo la única que le robe a su cadáver.- Si no vas a mirar dentro, te lo presto.- comenté creyendo que con ello desistiría.-Aunque no va a juego con tus pintas de catwoman.

Amber asintió hacia Sun-yun con una sonrisa cordial cuando la coreana le dijo que su asunto estaba por investigar y después escuchó al resto, aunque negó con la cabeza cuando Ethan habló de ir a entrenar y luego a su cuarto. 

- Lo siento, pero yo me saltaré la visita por el castillo. Lo tengo ya muy visto y tengo algunas cosas que hacer. - Miró a Sun-yun y se encogió de hombros. - Cuando quieras que te ayude a elegir habitación, avísame. 

Entonces miró a Émille. - Estaré en mi taller si me necesitáis. - Hizo un gesto hacia Ethan. - Avisadme cuando vayáis a hablar con Gareth y llevaré lo que saqué del iCloud de Andrea. 

Finalmente miró de nuevo a Sun-yun para darle algunas indicaciones por si decidía buscarla. - El taller está en el sótano, sólo tienes que bajar las escaleras. 

Jo había pasado a escuchar muy atenta, con los ojos muy abiertos y esa clara expresión de intentar pasar desapercibidos que saben poner todos los niños cuando los adultos hablan cerca de ellos sin percatarse de su presencia. Empezó a caminar junto a Ethan, pero se detuvo cuando él lo hizo y se fue quedando quieta y silenciosa, moviendo los ojos de uno a otro con ávido interés.

Miré extrañado a la pirada aquella cuando trató de intervenir en la conversación diciendo cosas que no tenían puto sentido. Joder, si iba a quedarse por aquí un tiempo más valía que espabilase un poco. Aunque tampoco era que yo esperase tener mucho trato con ella. Con un poco de suerte hasta conseguía escaquearme de entrenarla.

Acto seguido, con su extraña negativa, a punto estuve de responder. Pero luego pareció cederme el bolso entero. No entendía nada. Y dada la mierda que debía tener en la cabeza aquella tía, no sabía si quería entenderlo.

- No quiero el puto bolso. - Respondí de manera tajante, planteándome por qué perdía el tiempo en lugar de quitárselo directamente. - Quiero su cartera. Cartera. - Repetí por si no se había enterado. - Su documento de identidad, de conducir, de biblioteca, o el pase VIP del prostíbulo, me la sopla. - Expuse. - Un sitio donde esté su nombre y su dirección por escrito. - Porque a ti no se te entiende una jodida mierda.

Dicho aquello dediqué un gesto a Amber, despidiéndome e indicando que hablábamos luego. Probablemente en dos minutos yo ya estaría en su taller, así que tampoco necesitaba mucho más hasta entonces.

Al ver que nadie me seguía y que los dos seguían a su rolló me di la vuelta, exasperado. No estaba acostumbrado a tener que andar detrás de la gente para que hicieran lo que tenían que hacer, o lo que yo quería que hicieran, normalmente bastaba con una sugerencia, pero al parecer aquel no iba a ser el caso. Miré al psicópata y a la china pensando en la mejor manera de joderles por aquello y solo se me ocurrió una.

Jo, ¿quieres que te enseñe lo que he comprado? Dije con tono alegre. Creo que Gareth ha dicho que Emille va a entrenar con ella. No me acordaba del nombre. Bueno, no sabía pronunciarlo y no quería que la china se ofendiese. No tiene sentido que vayamos nosotros, solo estorbaríamos.

Centré la atención en los mayores de nuevo. Bueno, os dejo que entrenéis tranquilos. Miré a Emille. Cuando terminéis el entrenamiento iremos a hablar con Gareth, dejaré la puerta de la habitación abierta.

 Sin esperar respuesta me giré de nuevo hacia Jo y empecé a caminar hacia las habitaciones. Dime, ¿te gustan los héroes o los villanos? Le pregunté a la niña, pensando ya el juego que iba a ponerle. Creo que yo me cogeré un villano...

Enarqué una ceja como respuesta al comentario de Milton pero no dije nada al respecto, no era ni el momento ni mucho menos el lugar para aquello. Eso si, puse los ojos en blanco cuando decidió marcharse y me miró de aquella manera tan fría. 

¿Qué bicho le ha picado?, pensé sin entender del todo lo sucedido. Imaginé que todavía estaba afectado por la marcha de Nora, pero bueno no era mi problema. Me importaba más bien poco.

Miré a mi prima desde mi posición y fruncí el ceño pensado en cómo se había herido. Pobre, pensé al fin. Seguramente ni contemplaba una posibilidad así. En cualquier caso no había nada que yo pudiera hacer, y tampoco decir. Es más, si hubiera dicho algo probablemente mi tita me pegara. 

Yo lo que quería era irme a descansar, pero aun así quise dar un poco de margen por si Carlo quería decir algo más.

Carlo asintió a las palabras de Milton y después se giró hacia ti, ignorando las malas miradas que te dedicaban los demás. - Bueno pues si no hay cura ninguna... Te acompaño a tu cuarto para que descanses un poco hasta que se te pase. 

Miró a Deirdre entonces y pareció a punto de decirle algo más, pero finalmente no añadió nada y sencillamente empezó a caminar, tomándote del brazo de nuevo, en dirección a las escaleras.

Mi sonrisa ya había empezado a desplegarse triunfal con la primera negativa, cuando ese bocazas de ropas ceñidas empezó a escupir sus intenciones.

A medida que aclaraba sus propias palabras y demostraba tener menos dominio de sus acepciones que un extranjero, sentí como mi sangre empezaba corretear inquieta y mis nervios se crispaban - Déjame adivinar, te has criado sin madre.

- Se llamaba Ami-son Aly.- insistí con un tintineo violento en mis ojos - Vivía en la residencia de las Alfa Ípsilon, en la propia universidad. - aclaré entre morros, mientras rebuscaba en el bolso de la animadora su billetera, para luego buscar en ella una tarjeta que no fuera de pago y tendérsela al tipo de la lanza, en ese momento llevé por un segundo los ojos al arma, bastante sería si no pinchaba el carnet con ella para cogerlo. 

Caí entonces en la cuenta de la poca paciencia de los actores - ¿eh? No, ¡Mike! - No, Mike, espera. - repetí mis pensamientos como si hubiese valorado que podían oírse - Ya voy. - miré un segundo más al chico de los tres segundos y aun sin saber a qué historias de entrenamiento hablaban sonreí con ilusión y timidez con esa palabra en mente.

Seguí al actor y a la princesa, sin apresurar el paso, solo se me ocurría una cosa mejor que escuchar las batallitas de Mike sobre el rodaje: estar sola. 

Asentí a las palabras de Carlo y me dejé llevar por su dirección cuando me instó a ir a la habitación. Una vez que ni Deidre ni los otros pudieran escucharme me sentí más relajado. - Creo que debería esconderme, Gareth querrá asesinarme - comenté con cierto pesar y palabras cargadas de cansancio.

Había perdido la oportunidad de conocer a subterráneos interesantes, qué lástima. Si tenía ocasión volvería a intentarlo pero en otra cafetería, en una donde no le conocieran la cara. 

- Que liada... - susurré con un suspiro. - Lo mismo estoy mañana en Florencia.

Escuché cómo Ethan hablaba a Jo y casi le tuve un poco de envidia. Normalmente caerle bien a la gente no era una de mis prioridades, pero a él se le daba asquerosamente bien. Por otra parte, yo tenía mi lanza y él un estoque de marica. Y vídeos enrollándose con tíos. Podía decirse que el mundo estaba compensado.

Tomé entonces la tarjeta que me tendía la pirada y la miré, comparando lo que ponía con lo que ella había dicho.* Sin levantar la cabeza la miré con escepticismo antes de ver cómo se piraba detrás de los otros. Sin llegar a decir nada me di la vuelta y me metí en el estudio, deseando acabar con esto cuanto antes para poder hablar todos con Gareth sobre otros temas.

Tras el asentimiento de Émille, Amber empezó a bajar por las escaleras con un suave trote. Mientras tanto Sun-yun localizó el carnet universitario de su amiga, con una foto en la que salía tan rubia y tan mona como siempre, con una de sus sonrisa profident. 

Y Jo, después de escuchar con los ojos como platos todo lo que hablabais, cuando Ethan se dirigió a ella, dio un pequeño respingo antes de pensar su respuesta por un instante. 

- Me gustan más los héroes. - Afirmó después de pensarlo. - Sobre todo los mutantes y los que tienen superpoderes. Como Kitty Pride y Spiderman. ¿A ti te gusta Spiderman? - Preguntó mientras echaba a andar alegremente al lado de Ethan.