Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 3: En algún lugar de la magia

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31/08/2015, 20:32
Verbius Lamond

Cuando buscaste la mirada de Gareth pudiste darte cuenta de que tenía el ceño levemente fruncido y estudiaba al muchacho en silencio.

Los ojos del chico se desviaron desde Deirdre hacia ti cuando hablaste y te pareció que su sonrisa se afilaba un poco más al contemplarte. Tras un par de segundos se inclinó un poco, en un amago de reverencia al que le faltaba el respeto apropiado para ser considerado tal.

- Verbius Lamond. Para serviros. - Dijo mientras se incorporaba de nuevo. Un brillo entre divertido y desafiante bailaba en sus ojos cuando apartó la mirada de ti muy despacio, para fijarse en Gareth en esta ocasión. - ¿Y bien? ¿Puedo saber de qué se trata todo esto? Mi tiempo es escaso y valioso.

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01/09/2015, 00:18
Gareth Herondale

Para ti que conocías bien a tu mentor era evidente que no le gustaba en absoluto descubrir que el Gran Brujo estaba indispuesto de esa manera. Sin embargo, tomó aire y casi pudiste ver en su mente el momento en que decidió tomarse aquello de la mejor manera posible.

- Bienvenido a nuestro hogar, Verbius. - Comenzó, inclinando brevemente la cabeza. - Soy Gareth Herondale. Ella es Deirdre, la directora del Instituto y él es Émille Lalique, mi pupilo. - Señaló entonces hacia la mesa tras la que Deirdre seguía sentada. - Toma asiento, por favor.

Con estas palabras él se sentó junto a Deirdre y esperó a que el joven hiciera lo propio frente a ellos antes de continuar.

- En estas últimas semanas hemos encontrado dos nephilim que han despertado entre mundanos, desconociendo su condición. Una de ellos, Nora, al parecer, estaba alojándose con Callepsia, bajo el nombre de Aubrey Saint Jhon, una Hija de Lilith. - Hizo una pausa y abrió ambas manos sobre la mesa, estudiando al chico. - El mismo día que encontramos a Nora, Callepsia desapareció de su casa y no hemos podido localizarla desde entonces. Solicitamos la ayuda de Glanmore Peakes como Gran Brujo de Londres para solucionar este asunto que parece implicar a Brujos y Nephilims por igual.

Tu mentor parecía dispuesto a seguir hablando cuando algo vibró sobre él. Frunció el ceño y durante el primer instante pareció decidir ignorar aquella llamada. Sin embargo, se quedó mirando al visitante e hizo una pequeña mueca. Estabas seguro de que si fuese Glanmore Peakes el que estuviera frente a él, Gareth no habría sacado su teléfono. Pero si el Gran Brujo no se dignaba siquiera a acudir a la reunión...

- Disculpadme un momento. - Pidió, poniéndose en pie y dirigiéndose hacia la salida. - Seguid sin mí. 

Mientras la puerta se cerraba tras él pudiste llegar a escuchar cómo descolgaba. - ¿Alice? ¿Todo bien?

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01/09/2015, 00:50
Narradora

Tiempo después te preguntarías si tus deseos de muerte para Ami-son habrían tenido algo que ver con lo que sucedió a continuación. Sin embargo, en aquel momento todo sucedió demasiado rápido como para que pudieras formar un pensamiento consciente y coherente.

Lo primero que escuchaste fue un crujido cerca de tu cabeza, como el sonido de una tela al desgarrarse. Y ciertamente fue una suerte que te girases a mirar, porque si no lo hubieras hecho, probablemente sería tu cabeza la que habría sido arrancada de cuajo de tu cuello y no la de Ami-son.

Ante ti se erguía un ser enorme que parecía salido de las peores pesadillas de un guionista de telefilms de serie b. Parecía una especie de araña gigante con ocho patas y ocho brazos, que terminaban en pinzas con colmillos. Su cabeza tenía tres pares de ojos y entre sus fauces podías ver cómo asomaba la rubia cabellera de Ami-son, cuyo cráneo se partía entre sus dientes con crujidos y sonidos húmedos y resbaladizos.

El cuerpo sin cabeza de la que si no era tu amiga, al menos era lo más parecido que tenías en Londres a una, cayó a tu lado con un ruido sordo. Tenías la ropa y el rostro manchados con su sangre, que brotaba a borbotones de la herida abierta de su cuello. 

Fue entonces cuando ese ser monstruoso se relamió, sorbiendo con un sonido repugnante los últimos restos de Ami-son, y movió la cabeza como buscando una nueva víctima. Clavó sus seis ojos sobre ti y casi podrías haber jurado que en su boca arrugada y retorcida se dibujaba una sonrisa amenazadora.

 

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01/09/2015, 10:43
(Gi) Sun-yun Herondale
Sólo para el director

- ¿Y ahora qué?- me planteé girándome hacia ese ruido que divergía de la voz de Aly, esperando encontrar un pájaro enredado en alguna pancarta, una banderola de alguna fiesta que ya hacía mucho que se había celebrado y se guardaba como trofeo o recordatorio del anfitrión impopular... Sin embargo, jamás hubiese esperado encontrar un motivo para comprender a esos japoneses sincretistas que tanto habían intentado comernos el coco, y que al parecer solo necesitaban comerse uno de verdad para que entrara en razón, jamás lo hubiese esperado y lejos quedaba aun el día en que lo comprendiera.

Mis ojos se cerraron sobre esa imagen, y por más que sintiera mis tripas removerse y licuarse en una clara amenaza de que iban a vaciarse fuera por donde fuera, no pude apartar la mirada de la cabellera de Ami-son, volviendo cada vez más pequeño mi campo de visión. Permanecí inmóvil, contemplando el rubio -cada vez menos rubio- de mi guía en el mundo Inglés mientras ese engendro del infrapresupuesto masticaba los hilos que me unían a ella.

Tenía miedo, un miedo extrañamente moderado por lo que estaba viviendo, un miedo que la ignorancia me impedía tacharlo de pavor a pesar de que en el interior de mi cuerpo paralizado y contemplante se estuviera lidiando una feroz guerra entre las arcadas y la adrenalina. La primera víctima de esa guerra fueron los dedos de mi mano izquierda en los que empezó un cosquilleo que avecinaba la pérdida de sentido en la misma, y cuando éstos dejaron de sentir el recuerdo cálido y húmedo de la sangre de Ami-son sobre ellos, mis ojos encontraron un motivo para vencer la contemplación de lo imposible y descubrir el cuerpo sin cabeza de la animadora justo con el último crujir de su cráneo.

Un grito forjado en el vencido estómago, recorrió toda la laringe como un rayo y cuando se proponía a realizarse, apreté con fuerza los labios, reteniendo la impresión que acompañaba ese grito, acudiendo a lo que las películas me habían enseñado sobre los dinosaurios: "Si no gritas, si no te mueves, no te ven".

- ¡Kiwis!- testifiqué a esa creencia cuando los seis ojos de la pesadilla me encontraron aun en mi más absoluto silencio. Quise llorar, todo mi cuerpo estaba dispuesto a ello, pero mi mente tenía asumido que una sola lágrima implicaba una rendición, la más deshonrosa de todas, la más inexperta e infantil. Y, en ese caso, sin árbitros ni jurado, incluso podía significar la muerte, una asquerosa pero rápida. - Fujitsu Ami-son. - me consolé encontrando las fuerzas para dar medio paso atrás.

El cosquilleo que había atontado mi mano izquierda subió entonces por el brazo, y otra ramificación se apoderó de las rodillas que tras finalizar su movimiento flaquearon. Una cosa era presenciar aquello desde detrás de los falsos cristales de mis gafas, y otra cosa muy distinta era ser partícipe de ello.

- Mc Hammer kan-xion, sayonara, xau-xau. - gritaba desde la mudez del, ahora sí, pavor. - Largate. - conseguí articular sin mucha fuerza mientras con mi brazo bueno buscaba la mano de Aly para interponer su cuerpo inerte al camino al mío, ofreciendo a Eso más carne y a mi una oportunidad para buscar el modo de desaparecer.

Notas de juego

*¡Los cojones! X(
*Ami-son no grito. O.O
*Largate, largate, no me toques ò.ó

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01/09/2015, 17:25
Ethan Evans

Me gustó la expresión del rostro de Alice al darse cuenta de que sí sabía lo que eran los wendigos. Seguro que esperaba que no supiera nada y esperaba aleccionarme, probablemente con algún insulto o broma de por medio. Escuché su respuesta con interés. Así que cualquiera puede volverse wendigo... Apostaría a que Emille va por el buen camino.

La últimas palabras me pillaron por sorpresa. Saboreé aquel momento varios segundos. Alice me estaba pidiendo información a mí, un recién llegado. Sin embargo, no llegué a mostrar mi regocijo, no quería enfadarla. De hecho, quería tenerla de mi lado. La hija del director del instituto era una importante pieza, por muy estirada que fuese.

La verdad es que Andrea no se ha ganado demasiadas simpatías en el instituto. Comencé, encogiéndome de hombros. Es un capullo. Dije, sin cortarme. Lo que hizo con Nora no estuvo bien, pero sin más, fue una chiquillada.

De hecho yo confié en ellos. Siguiendo el consejo de tu padre, ofrecí a Carlo y a Andrea que vinieran conmigo a un rodaje como protección. Gareth lo consideraba peligroso y creía que debía ir con al menos dos nephilim. Allí Andrea no hizo más que liarla una vez tras otra. Es un incompetente. La verdad, me cuesta creer que haya seguido la misma educación que tú. Dije, mirándola. Había dicho aquello para suavizar un poco aquella situación, al fin y al cabo no dejaba de ser su primo. Si hablasen así de mi primo, yo me enfadaría. Pero claro, no sabía cual era la relación entre ambos.

Primero soltó todos los instrumentos del rodaje. Focos, grúas, altavoces... Todo. No sé que pretendía, echárselos a los demonios encima o algo. A saber. El caso es que una grúa casi aplasta a una amiga mía por su culpa. Le rompió el tobillo, pero podría haber sido mucho peor. Podría habernos caído un foco o una grúa encima en el rodaje. La forma que estaba usando para contarle a Alice aquello era menos dura que la que había usado con Emille o con Amber. Ella era familiar de Andrea y tenía peor genio que cualquiera de ellos. Prefería hacerlo con tacto para no cabrearla. Ni siquiera pareció arrepentirse, más bien se sentía orgulloso.

En fin, después, en el camerino, amenazó a un amigo mío, solamente porque podía verles, sin que él hubiese hecho nada. Sacó dos cuchillos serafín y le amenazó con ellos. Además, dejó bien claro que venían conmigo para protegerme, delatándome al instante y sin darse cuenta de que lo había hecho. Tuve que ponerme entre los dos para que Andrea parara. Me estaba conteniendo mucho para no soltar alguna barbaridad sobre Andrea.

Y, por último, le pareció gracioso subir un vídeo del rodaje a internet sin que todavía se hubiese emitido en televisión en el que se le escucha gritando. La productora ha puesto una denuncia y piensa tomar cartas en el asunto. Vamos, que probablemente haya dejado sin trabajo a la mitad de la plantilla por hacer la gracia y ser "popular". Negué con la cabeza, como si aquello fuese absurdo. Yo sabía que no lo era, ser popular era genial, pero suponía que Alice no opinaba lo mismo y quería caerle bien. Dejé el asunto ahí y esperé su reacción. Quería ver si había conseguido que se enfadase con Andrea y no conmigo, al fin y al cabo se trataba de Alice, a saber como se lo tomaba.

Notas de juego

Runas en el arma:

- Rápida: Otorga un +2 a la Iniciativa.

- Defensiva: Permite usar acciones para Bloquear, aunque no se haya ganado la iniciativa.

- Afortunada: Niega un 1 en las tiradas de dar.

Runas en Ethan:

-Desvío: Desvía el siguiente golpe que el portador recibe.

-Equilibrio: Reduce en 1 la dificultad a todas las acciones que requieran equilibrio.

-Mendelin

-Sigilo: otorga un punto en sigilo temporal.

-Silencio: La dificultad en todas las pruebas de Sigilo se reduce en dos. Duración: Seis horas.

-Agilidad: +1 Destreza, +1 Astucia (esta no se la ha puesto, pero le dura desde que se la puso Emille, ya que dura una semana).

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01/09/2015, 18:31
Alice Herondale

La forma en la que Alice ladeaba la cabeza mientras hablabas te indicaba que estaba prestando más atención a tus palabras de la que querría reconocer. Te dedicaba breves vistazos cada vez menos breves según tu historia sobre Andrea iba avanzando y para cuando terminaste apenas miraba alrededor, más concentrada en tus palabras. 

- ¿En serio? - Preguntó, poniendo los ojos en blanco para emitir después un leve bufido despectivo. - Menudo patán. Supongo que ya habrás informado a mi padre de todo eso, ¿verdad? - Preguntó, de una forma retórica, como si no se le pudiera pasar por la cabeza que no lo hubieras hecho. - Y el tipo ese que dices que podía verlos... ¿Era un Subterráneo?

Alice parecía más interesada en desacreditar a su primo que en defenderlo y estaba abriendo la boca para añadir alguna pregunta más cuando de repente todo su cuerpo se tensó. Detuvo sus pasos en seco y sacó un aparato negro parecido a un smartphone pero cubierto por extrañas runas. Ya habías visto algo así antes, el día que toda aquella locura había comenzado para ti Amber llevaba uno igual. 

La nephilim tocó algunas de las runas. El aparato vibraba y se iluminaba, reaccionando a sus gestos y finalmente sus ojos se abrieron más, con una expresión entre sorprendida y divertida. 

- Vaaaaale. - Dijo, echándote una mirada de arriba a abajo, evaluándote. - Tenemos diversión asegurada. Tú mantente detrás de mí y trata de sobrevivir. - Ordenó con voz firme, probablemente con el mismo tono con el que pensaba liderar algún día a todos los nephilim como Cónsul. - No te hagas el valiente y todo irá bien. 

Volvió a mirar al aparato y luego a ti y finalmente resopló. - Pediré refuerzos por si acaso. Es un engendro bien grande.

Sacó entonces de otro bolsillo un teléfono y marcó rápidamente. Mientras se lo llevaba a la oreja empezó a hacerte señas para que siguierais caminando a buen paso en una dirección distinta a la que llevabais.

- ¿Papá? - Dijo cuando cogieron la llamada. - Sí. El sensor ha detectado algo grande, estoy con Ethan yendo hacia allá. Sí. Sí. - Hizo una pequeña pausa y te miró de nuevo con esa mirada evaluadora. - No, creo que no. Papá, ni siquiera tiene cuchillos serafín. - Una nueva pausa y asintió con la cabeza. - Claro. Mándame a alguien por si acaso. Estamos cerca del campus de la Universidad.

Con estas palabras colgó el teléfono y te hizo un gesto con la cabeza. - Vamos. - No dijo nada más antes de echar a correr hacia delante, dando presumiblemente por hecho que la seguirías sin rechistar.

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01/09/2015, 19:19
Andrea Youngblood

Asentí de mala gana a su recordatorio acerca de los acuerdos. Lo conocía, pero eso no me impedía dudar de las intenciones de mi compañero. Que no fuese a matar a nadie no evitaba que quisiera pelearse por cualquier tontería, o incluso buscar una excusa para algo más. Él mismo lo había dicho "que lo provoquen ellos"

- Mira, solo llevo unos días enfadado... - dije tratando de quitarle hierro al asunto. - Ya sabes que no comparto tu idea de los subterráneos, hay de todo en todas las casas y solo hay que fijarse en el instituto. Continué hablando con las manos en los bolsillos. Vestía con un pantalón de chandal negro, unas deportivas y una sudadera con gorro de color azul. 

Me sentía un poco incómodo por no haber llevado un arma de verdad, aunque si llevaba un par de cuchillos que poder arrojar si se complicaba la cosa.

- ¡Pero en fin! Tienes toda la razón, claro que si, necesito un poco de acción. - Quise cambiar de tema y no contaminar a Carlo con mi odio.

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01/09/2015, 23:59
Émille Lalique

Mantuve la mirada a aquel subterráneo cuando se presentó. No me gustaba su actitud, ni su mensaje. Y que llamase al Gran Brujo por su nombre de pila sólo podía significar confianza, irreverencia o ambas cosas. Me habría gustado saber ante quién estábamos realmente, pero aquel idiota parecía que venía a escuchar más que a contar.

Escuché el resumen que Gareth le hizo, y me sorprendió que cogiera aquella llamada. Alice, ¿eh? Seguro que estaba celosa por no estar presente, y sólo quería molestar. No había ninguna situación de la que no pudiera encargarse sin llamarle a él. Con aquel Seguid sin mí mi mirada buscó a Deirdre, dándome cuenta de que aquello me dejaba una incómoda y precaria posición.

- Dime una cosa. - Pedí al Hijo de Lilith. - Eso que te ha contado Gareth ya debía saberlo Peakes. Se lo hemos dicho por activa y por pasiva. - Enuncié antes de fruncir el ceño. - ¿Tú también lo sabías antes de venir?

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01/09/2015, 22:57
Ethan Evans

No, todavía no se lo he dicho a Gareth. Estoy esperando a tener el vídeo para que tenga pruebas y no solo mi palabra. Aclaré, dejando de lado la conspiración que había montada. No quería que pensase que íbamos a manipular a su padre, que era precisamente lo que pretendíamos. Ella era más feliz sin saberlo y sería más feliz sin el "patán" de su primo de por medias. Todos ganábamos.

Escuché la conversación fingiendo que estaba a otras cosas. Me molestó un poco que no me considerase apto. Había demostrado ser más apto que su patético primo, pero eso no parecía importarle. Aunque tampoco iba a importarme que pidiera refuerzos, aquel bicho había conseguido sorprender a Alice, debía ser grande. Tampoco protesté cuando dijo que me quedase atrás, lo cierto era que no tenía ninguna gana de salir herido, así que se lo dejaría todo a ella, que se la veía muy segura.

De acuerdo. Respondí, poniéndome en marcha tras ella.

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02/09/2015, 00:39
Narradora

Alice corrió y corrió. Lo hacía rápido y te costaba seguirle el ritmo, pero más o menos conseguiste no perderla de vista. Habíais pasado un par de manzanas cuando encontrasteis un grupo de gente que corría en dirección contraria, huyendo de algo. 

Estabais muy cerca del Shakespeare Globe cuando viste a Alice detenerse delante de ti, se trataba de un teatro a orillas del Támesis que al parecer había sido construido como una réplica exacta de aquel otro en el que el famoso dramaturgo inglés había representado sus obras. 

Fue entonces cuando lo viste. En medio de la calle, delante de una chica oriental, se erguía un ser enorme que parecía salido de las peores pesadillas de un guionista de telefilms de serie b. Parecía una especie de araña gigante con ocho patas y ocho brazos, que terminaban en pinzas con colmillos. Su cabeza tenía tres pares de ojos y sus fauces goteaban un líquido granate y denso que tenía todo el aspecto de ser sangre.

La chica sostenía de una forma precaria un cuerpo descabezado, intentando interponerlo entre el demonio y ella con una mano temblorosa. Del cuello abierto de ese cuerpo la sangre brotaba a borbotones.

El engendro tenía sus seis ojos clavados en la chica y casi podrías haber jurado que en su boca arrugada y retorcida se dibujaba una sonrisa amenazadora.

Alice desenfundó la guadaña en un rápido y fluido movimiento, lista para atacar.

Notas de juego

A partir de ahora marca a Sun-yun.

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02/09/2015, 01:00
Narradora

Con la mano temblorosa cogiste el cuerpo de Ami-son y trataste de interponerlo entre aquel engendro y tú misma de una forma bastante precaria. De algún lugar en lo que podría interpretarse como la garganta del monstruo empezó a sonar una especie de cacareo metálico y te pareció, de una forma completamente irracional, que se estaba riendo de ti.

Podías percibir por el rabillo de los ojos los movimientos de la gente marchándose de allí entre gritos de "Asesino", "Psicópata", "Que alguien llame una ambulancia"... Pero por desgracia toda tu atención se la llevaba aquella especie de araña gigante que no te quitaba ojo de encima.

Fue entonces cuando los viste aparecer, como una especie de ángeles salvadores en versión anime. Un chico y una chica, ambos con cabellos rubios y rostros atractivos, ambos vestidos enteramente de negro, con ropa muy pegada. Pero lo que más llamó tu atención fueron los extraños tatuajes negros que pudiste ver asomando por sus brazos y sus cuellos. Ambos estaban armados. Ella llevaba lo que parecía ser una enorme guadaña colgada de la espalda. Y él una espada colgando de la cintura. 

 

Tardaste un par de segundos en darte cuenta de que a él lo conocías de algo. Y cuando caíste en la cuenta de qué, todo pareció volverse aún más surrealista. Era Mike, el de Skins. Habías seguido la polémica de ese vídeo filtrado en las redes sociales y finalmente habías estado viendo el último capítulo el día anterior, ese en el que se enrollaba con Maxxie en los vestuarios. 

La chica desenfundó la guadaña en un rápido y fluido movimiento, apartando de tu mente los pensamientos televisivos.

Notas de juego

A partir de ahora marca a Ethan ^^.

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02/09/2015, 01:12
Alice Herondale

La joven rubia pegó un grito, llamando la atención del engendro. - ¡Eh! ¡Bicho asqueroso! ¡Métete con alguien de tu tamaño!

Con la guadaña en la mano afianzó su postura, lista para saltar como un resorte.

 

- Tiradas (4)

Notas de juego

Empezamos calentitos XD.

Iniciativas: Ethan y Alice al mismo tiempo, Demonio, Sun-yun. Orden de declaración inverso. Sun-yun declaras acción la primera.

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02/09/2015, 01:24
Carlo Greymark

Y como si tus palabras pidiendo acción hubieran sido escuchadas, al girar una calle os encontrasteis de frente con un grupo de gente que corría en en dirección contraria, huyendo de algo entre gritos de "Asesino", "Psicópata", "Que alguien llame una ambulancia"... 

Carlo se detuvo y se quedó mirando al grupo de gente que pasaba entre vosotros, boquiabierto. Después se giró hacia ti con un brillo en la mirada que conocías bien, se lo habías visto muchas veces, esa mezcla entre anticipación y expectación de la adrenalina antes de un combate. 

- ¡Tío, está pasando algo! ¡Vamos a ver! - Soltó tus hombros y con una media sonrisa empezó a correr hacia el lugar del que huía la gente. Había dado un par de zancadas cuando se giró y te hizo un gesto para que fueras con él. - ¡Venga, vamos!

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02/09/2015, 01:56
Verbius Lamond

El chico te escrutó en silencio durante un par de segundos después de tu pregunta. Sus ojos azules e intensos se clavaron en los tuyos mientras te estudiaba. Finalmente abrió una mano con la palma hacia arriba sobre la mesa y su sonrisa se afiló un poco más.

- No sabemos dónde está Callepsia. No hemos tenido noticias suyas desde hace un par de semanas. - Su respuesta te sonaba un poco esquiva, realmente no estaba respondiendo a lo que le habías preguntado, pero por su expresión no te parecía que estuviese dispuesto a hacerlo. - Probablemente estará escondida si eso del ataque a su casa es cierto. - Se encogió de hombros, como si no le interesase ese asunto demasiado. - ¿Eso es todo lo que queríais saber? - Preguntó entonces, echándose hacia atrás en la silla y desviando la mirada hacia Deirdre.

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02/09/2015, 08:04
Émille Lalique

Dejé que aquel Subterráneo me escrutase con sus ojos de descendiente de un demonio, manteniéndole una vez más la mirada. Y cuando escuché sus palabras, su pasotismo y demás no pude evitar molestarme. Si eso del ataque a su casa es cierto... ¿Con quién coño se creía que estaba hablando? Puto invocador de demonios...

- No. - Dije con rotundidad, sintiendo mi posición bien anclada en la silla. - Lo que queremos es establecer una línea de acción conjunta entre vosotros y nosotros. - Aseguré. - Tenemos preguntas para Callepsia, y los que la atacaron se llevaron cosas de su casa. Buscaban algo concreto, y lo encontraron. Esto nos interesa tanto a nosotros como a vosotros.

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02/09/2015, 09:29
Verbius Lamond

El chico devolvió la mirada hacia ti con tus primeras palabras y una de sus cejas se enarcó con incredulidad.  - ¿Queréis establecer una línea de acción conjunta? - repitió- ¿Entre Brujos y... Nephlim? - Pronunció la última palabra con desdén, como si en sí misma llevase implícito un desprecio absoluto, con un tono similar al que podías usar tú mismo al hablar de Subterráneos.

Se recolocó en la silla y su sonrisa se amplió. Tenías ahora toda su atención. - Lo siento, pero eso no entra dentro de los Acuerdos. - dijo, con un pequeño gesto de la mano. - No os debemos nada y si los nephilim quieren algo de nosotros espero que estén dispuestos a pagarlo.

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02/09/2015, 19:57
Émille Lalique

Tuve que contenerme para no devolverle aquel desdén en forma de insulto, o para no dejar que se viese en mi cara lo que pensaba de él y de su raza. Estaba hablando en nombre del Instituto. De Gareth. Tenía que estar a la altura no de lo que yo pensase, sino de lo que él querría. Aunque ya le valía a la jodida Alice.

- Entre Hijos de Lilith e Hijos del Ángel, sí. -Asentí con seriedad antes de escuchar sus siguientes palabras. Tampoco estaba en los Acuerdos que no prendiésemos fuego a su casa, o que no le cortásemos las manos, o que le dejásemos salir del Instituto en los próximos cincuenta años, y sin embargo no hacíamos ninguna de esas cosas.

- Sabemos que no nos debéis nada, y tampoco os lo debemos nosotros. - Expuse después. - Y también sabemos que nuestra propuesta no forma parte de los Acuerdos. Por eso no exigimos, proponemos. - Enuncié, tratando de medir mis palabras como haría mi mentor. - Una de los vuestros está en peligro, y han robado cosas que os pertenecen. Libros mágicos, y demás. Es algo que os interesa. Y a nosotros nos interesa saber por qué custodiaba una nephilim de la que no teníamos constancia.

- Nosotros proponemos ir más allá de los Acuerdos en este caso concreto para trabajar juntos. Si te gusta, bien. Si no te gusta lo haremos a nuestra manera, pero no esperes recuperar lo robado o saber más de este asunto como mínimo hasta que hayamos terminado. Y eso incluye a Callepsia. - Dije antes de inclinarme hacia adelante, hablando con seguridad. - Nadie está diciendo que nos debáis nada. Pero que no estemos obligados a colaborar no significa que no sea lo mejor para todos.

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02/09/2015, 22:17
Verbius Lamond

El joven te escuchó en silencio, con sus ojos azules fijos en los tuyos, escudriñando en ellos con tanta intensidad que te pareció que podría ver incluso tu alma reflejada en ellos. Sus labios se estiraban en una sonrisa de medio lado y sus ojos brillaban con un aire divertido que parecía deberse a tus intentos por convencerlo de que colaborar era la mejor opción.

Sin embargo, cuando expusiste lo que sucedería si no existía esa colaboración, sus labios se apretaron en una fina línea y cuando terminaste de hablar, él se echó un poco hacia atrás en la silla, estudiándote desde esa postura. Tardó un par de segundos en hablar y cuando lo hizo su barbilla se elevó un poco.

- Si de mí dependiese esta conversación terminaría aquí y ahora. - Dijo, todavía con los ojos clavados en los tuyos. - No necesitamos la ayuda de los nephilim para resolver nuestros asuntos. - Sus palabras eran altaneras y de nuevo ese desdén estaba implícito al pronunciar la palabra "nephilim". 

- Sin embargo. - Añadió, levantando un poco una mano. - Pondré vuestra petición en conocimiento de... Glanmore. - Fue tan sólo un brevísimo instante, tan corto que ni siquiera estabas seguro de haberlo imaginado, pero te pareció notar una pizca de duda en su voz, justo antes de nombrar al Gran Brujo de Londres. - Tendréis noticias nuestras. Mientras tanto, reclamo la casa de Callepsia como territorio de los Hijos de Lilith. La casa de una Bruja pertenece a los Brujos. - Hizo una pequeña pausa y se inclinó un poco hacia delante. Un brillo a medio camino entre la advertencia y el desafío apareció en sus ojos cuando los clavó aún con más intensidad en los tuyos. - Espero que no llegue a mis oídos que uno de los vuestros ha intentado entrar allí sin nuestro permiso explícito. 

Entonces relajó su postura y sus ojos abandonaron muy lentamente los tuyos para contemplar a Deirdre con una pizca de curiosidad. Después volvió a miraros a ambos y abrió ambas manos. - ¿Eso es todo? - Preguntó, recuperando su sonrisa afilada.

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04/09/2015, 21:47
Andrea Youngblood

- ¡Lo oigo, vamos! - dije en voz alta al tiempo que arrancaba a correr detrás de Carlo. Agudicé los sentidos, sentí el peso de los cuchillos y recé para que fuese un asunto mundano.

Debí prepararme mejor, pensé. A diferencia de Carlo no sentía esa excitación por la batalla o el caos, yo prefería vivir en paz, disfrutar de las ventajas de ser nephilim sin tener que enfrentarme a seres monstruosos. 

Una vida sin preocupaciones, sin lucha, lejos del influjo de Alacante y los demonios. Era más que un sueño, era una meta alcanzable aunque todavía no sabía cómo.

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05/09/2015, 20:13
Émille Lalique

Al escuchar aquella respuesta que ese imbécil empezaba a formar algunos de mis músculos se tensaron. Procuré que fueran los de las piernas y el vientre, intentando no darle el lujo de mostrarle lo memo que me parecía con aquello. Yo no había dicho que nos necesitasen, y aunque pudiera pensarlo - era evidente, después de todo -, no había lugar a hablar de aquella manera.

Luego, cuando prosiguió con aquella especie de titubeo no me relajé. Y luego, cuando decidió marcar territorio una pequeña sonrisa cruzó mi rostro. - También es la casa de Nora. - Estuve a punto de decir, pero preferí callarme. Nora ni siquiera estaba en el país, y aunque ese mendrugo quizá no lo supiera tenía las de ganar: después de todo ella no tenía ningún tipo de derecho sobre el lugar.

- Entonces iremos una vez más a buscar las cosas de Nora. - Afirmé con seguridad, hablando como si fuera sólo para dejársela libre y que pudieran hacer con ella lo que quisieran. No estaría de más pasarnos a investigar de nuevo aunque fuera haciendo el paripé, y más si íbamos a tener ese lugar vetado de ahí en adelante.

- Por lo demás creo que es todo. - Dije entonces. - Al menos de momento.