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Estación de nieblas

Capítulo 4: Ciudad de cristal

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01/05/2017, 20:03
Narradora

Capítulo 4: Ciudad de cristal

 

 

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01/05/2017, 20:50
Narradora

Londres, domingo 1 de Junio de 2014, 09.00h.

La llovizna era persistente al caer de forma continua sobre las calles londinenses. Tampoco se libraba de ella el patio del Instituto, donde poco a poco se iban congregando los cazadores de sombras que viajarían a la capital de los nephilim.

Allí estaba Amber, con el pelo recogido en una coleta alta y vestida con unos vaqueros y una camiseta verde de manga larga que hacía juego con sus ojos. También llevaba una mochila abultada a la espalda y una sonrisa contagiosa en los labios. La pequeña Jo vestida con un vestido blanco de manga corta con ribetes rojos, quizás demasiado fresco para el tiempo que hacía en Londres y con una mochila con un estampado de x-men. Deirdre y Gareth llevaban una maleta y una bolsa de viaje e iban vestidos con el uniforme de combate, enteramente de negro. Alice, por su parte, llevaba el pelo perfectamente peinado en bucles impecables e iba vestida como si trabajase en un bufete de abogados —uno al que le gustase mucho el negro— y que tenía a sus pies una maleta de piel sobre la que descansaba una guadaña. Y, finalmente, Milton, quien, a juzgar por la bolsa de viaje que tenía en una mano y la funda de violín que llevaba en la otra, parecía haber cambiado su decisión de quedarse cuidando el Instituto para unirse al grupo que viajaría a Idris. 

Sentada en la escalinata que llevaba al interior del castillo estaba Ivy, con expresión algo ausente y, junto a ella, Scott. Eran los únicos que habían salido a despedir a los viajeros, pues Stuart y Derian habían madrugado y no estaban en el Instituto. 

Sin embargo, los nephilim no eran los únicos que se encontraban en el patio. Allí se encontraba también el brujo al que habían conocido en la casa de Callepsia, Verbius Lamond, quien, con las manos en los bolsillos, daba pequeños paseos con los pies hundidos en el césped alto y descuidado que cubría el suelo como un manto verde. Llevaba vaqueros, una camisa y botas, todo de color negro y sobre la camisa llevaba una especie de chaleco largo hasta las rodillas, de cuero también negro. 

Había llegado el día esperado en que por fin Melissa y Sun-yun conocerían Idris y todos los viajeros estaban enterados del horario que deberían seguir. A las nueve en el patio del Instituto. A las doce reunión del Consejo. Al atardecer, las ceremonias. Y después permanecerían en Alacante durante algunos días antes de regresar a Londres. 

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03/05/2017, 01:39
Émille Lalique

Ese día me levanté nervioso. La verdad es que no sabía muy ni cómo sentirme. Notaba por dentro cosas a las que no estaba acostumbrado y la verdad es que me costaba no ilusionarme con lo que tenía por delante. Era cierto que los últimos días Amber y yo habíamos tenido nuestras cosillas, pero en ese momento no me importaba lo más mínimo. Y la verdad es que los novatos recibiendo la Primera Runa era algo que también molaba. En mi imaginación eso me dejaba, incluso, algo de tiempo libre al ser ya nephilim reconocidos. Aunque no había que engañarse: tendrían que entrenar lo mismo de antes.

No me costó vestirme. Hacía días que había decidido ir con el uniforme de combate por el simple hecho de que quería que mis padres me vieran como lo que era: un cazador, uno de los que no perdonan.

Si a las nueve había que estar en el patio yo llevaba ya preparado para marcharme más de una hora, y eso tras meterme en la sala de entrenamiento a las cinco por no ser capaz de dormir. En cuanto al equipaje, por suerte no necesitaba gran cosa: tenía aún ropa en Idris y mis armas podían invocarse allí, así que había metido lo más básico en la mochila de Amber, y pista.

Cuando llegué al patio se me podía notar más alegre de lo habitual. No llegaba a ir por ahí sonriendo, ni mariconadas de esas, pero sí tenía más ganas de hablar con la gente. Y es verdad que al salir me encontré con dos de las personas a las que menos ganas tenía de ver: Lamond y Milton. Empezaba a imaginar por qué ese último había cambiado sus planes, pero ya podían darle mucho por culo.

Empecé a bajar por la escalera, haciendo un gesto de saludo a Amber, y la verdad es que en ese momento sí tuve que contener la sonrisa para no dejar de parecer un tipo duro. De camino me detuve con Scott. Viéndolo ahora me extrañaba que Ivy se quedase, más cuando la ceremonia de parabatai de su amiga iba a tener lugar, pero suponía que alguien tenía que quedarse después de todo. Hice un gesto de saludo a ambos y la verdad es que después de que últimamente estrechásemos más lazos me dieron ganas de invitarle a él a acompañarnos.

—Iep —saludé, deteniéndome donde se encontraban—. Buenos días.

Vale, es verdad que quizá no parecía del todo yo mismo, pero en ese momento me importaba poco.

—Es una pena que no vengas —dije directamente a Scott— pocas veces vas a poder ver una ceremonia de parabatais como esta.

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03/05/2017, 11:55
(Gi) Sun-yun Herondale

Los nervios por el viaje me habían mantenido dando vueltas en la cama hasta hartarme de mi cabeza y callarla con los somníferos que Ami-son se tomaba para que no le salieran ojeras.

Estaba harta de convencerme de que no dudaba que hacía lo correcto, y de recordar el camino al despacho de Herondale como si fuera una indirecta para que dimitiera.

Me acojonaba dejar de ser una Gi, no por mi familia, no los añoraría más de lo que me dijeran que era correcto y debido hacer, sino porqué tendría que empezar a vivir según unas reglas que aun no dominaba.

Me desgarraba las entrañas pensar el motivo por el que había empezado con todo esto y me confundía querer seguir en la secta.

Pero todo desapareció en cuanto la pastilla hizo efecto y me permitió amanecer casi sin ojeras aunque sin el tiempo de más al que estaba acostumbrada. Me cubrí con una sábana y corrí cual fantasma a los baños para ducharme y salir pitando antes de que nadie me viera sin maquillar. De vuelta a mi habitación me escondí tras dos bases, un contorneador, dos iluminadores, polvos matificantes, colorete, pestañas postizas, eyeline blanco y lápiz negro, máscara de pestañas, texturizante, pintalabios nude, homogenizador y mis lentillas grises

Me tomé el descaro de rizar mis cabellos y he hice una declaración de intenciones al vestirme con un vestido verde y medias negras con llamas dibujadas en gris.

Kitty colgaba de mi muñeca en una fina pulsera dorada.

Llegué al patio justa, cargando la más gigante y fucsia maleta que podía cargar pero sin que hubiese encontrado espacio en ella para mi kyo.

Al ver a A.B. quise pararme a despedirme, decirle que podía usar mi tocador y todas las gomas y clips que encontrara en él pero al ver quién la acompañaba solo le dediqué una sonrisa y pasé de largo.

Alcé la mano para saludar a mi futura familia y di un pequeño saltó en el último escalón para que mi pelo rebotase y Amis se fijara bien en mis rizos. Tiré de mi maleta hacia ellos pero tan pronto me fijé en Lamond, olvidé la maleta y cambié de rumbo.

¡Ala! Si hubiese sabido que venías hubiese traído limonada —saludé raro protestándome a mi misma—. Es que siempre que hago me acuerdo de ti, la llamo Lamondade y todo en mi cabeza.

Removí mi nariz — Bueno... Igual no te acuerdas de mí, en realidad solo quería decir que hola —busqué salir del embrollo dispuesta a largarme a otra parte o que se me tragara la tierra pero en vez de ello tuve que hacer una pregunta más—. ¿Vienes por Mel?

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03/05/2017, 21:41
Melissa Campbell

Sólo había pasado una semana desde que tuve que huir de mi casa, en la ciudad de Edimburgo, abandonando allí prácticamente todas mis pertenencias, además de separarme de tío Ralph. Había pasado una semana desde que se habían llevado a mis padres. Había pasado una semana y ya sentía como si hubiera pasado una eternidad.

Desde prácticamente el primer momento en que fui a aquella casa a la que me mandó tío Ralph y donde me encontré con los demás nephilim hasta ahora había estado intentando digerir todo y aunque lo cierto era que me sentía muy cómoda con la mayoría de ellos, todavía no me hacía a la idea de lo que era.

Durante esta semana he estado investigando más sobre los nephilim, gracias a la ayuda de Amber, con su sabiduría y con la de Sun-yun, siempre dispuesta a responder a todas mis preguntas además de hacerme reír como la que más. Con Ivy, aunque no hubiera tratado tanto con ella, me sentía realmente cómoda, ya que me recordaba a Claire en su forma de ser tan tímida. Tan adorables las dos...

Cuando bajé por las escaleras saludé a Ivy y a Scott pero me apresuré a reunirme con los demás. No quería perderme entre la multitud. 

Nos vemos a la vuelta —dije simplemente, dedicando una sonrisa a la chica.

La ropa que llevaba me la habían comprado el otro día pero no abusé demasiado a la hora de escoger. Yo todavía no me había hecho a la idea de a lo que íbamos a pesar de que las chicas se habían encargado de contármelo pero, a pesar de la importancia del evento, procuré ir sencilla. Vestía una camiseta de mangas recogidas por botones que se convertía en tres cuartos de color blanco y unos tejanos azul claro de pitillo. Me limpié bien mis botas negras y quedaron como nuevas, así que también me las puse pensando que combinaba bastante bien con lo otro. Además de una chaqueta tejana que colgaba por ahora de mi brazo. También cogí mi mochila con lo poco que tenía y una maleta pequeña que me había dejado Ivy para que llevara más ropa, neceser y demás. El toque final, la trenza de lado, como llevaba prácticamente siempre y un arco con flechas que me había apropiado por el momento metidas en una aljaba colgando de mi hombro. 

Me encontré junto con los demás justo a la hora que había que estar en el lugar de reunión. Sonreí y saludé a Amber; a Jo, que iba preciosa; a Sun-yun, con el pelo extrañamente rizado —¿Cuánto tiempo le aguantará eso?—. Saludé cordialmente a Gareth y a Deirdre y luego observé a Alice, alargando forzosamente el saludo aunque me costó una barbaridad hacerlo. Tragué saliva inevitablemente al ver su guadaña y me giré rápido para que no se notara que me había intimidado.

Luego miré a Émille y mis mejillas se ruborizaron un poco. Seguro que él lo había notado y aunque hoy parecía distinto me temía cualquier comentario de los suyos. Aunque estaría bien que hiciera una tregua, después de la paliza que me había dado durante toda la semana. Antes de que dijera nada hice un gesto informal con la cabeza a modo de saludo y me dirigí junto con Amber rápidamente. Fue cuando me di cuenta de que el brujo que estaba en casa de Aubrey también se encontraba allí, hablando con Sun-yun.

¿Qué hace el brujo aquí? —pregunté a ambas en voz baja a Amber, intentando no ser escuchada por Verbius Lamond.

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05/05/2017, 14:59
Scott Crystalwine

Los labios de Scott se estiraron en una sonrisa al escuchar a Émille. 

—Me gustaría veros a ti y a Amber formando ese vínculo, vaya que sí. —Se encogió de hombros—. Pero alguien tiene que vigilar todo esto por si pasa algo. Además... —Hizo una mueca con la boca y su mirada se ensombreció por un instante—. No me gusta ir a Alacante. 

Hizo una pausa y extendió el brazo para darle un apretón al chico en el hombro.

—Pero vosotros pasadlo bien y disfrutad. Esto que vais a hacer es muy grande. Sólo algunos cazadores de sombras encuentran alguien en quien confiarían hasta ese punto. Así que disfrutad cada minuto porque esto sólo os pasará una vez en la vida. —Sonrió de nuevo—. Y a la vuelta me lo contáis.

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05/05/2017, 15:06
Ivy Lovelace

Ivy, que escuchaba sólo a medias la conversación entre Scott y Émille, levantó la mirada al ver pasar a Sun-yun, a la que devolvió la sonrisa, y luego a Melissa, a la que hizo un gesto de saludo con la mano. 

—¡Suerte! Disfruta de Idris.

Después sus ojos contemplaron a la coreana acercándose al brujo y los miró con algo de curiosidad.

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05/05/2017, 15:08
Amber Blackwell

Amber recibió a la otra pelirroja a su lado ampliando su ya grande sonrisa, y con su pregunta miró hacia Sun-yun y Verbius para terminar haciendo una mueca al mismo tiempo que se encogía de hombros.

—No tengo la menor idea. Supongo que a lo mejor viene para abrirnos un portal seguro... A veces contratamos a los brujos para ese tipo de cosas.

Cambió el peso de una pierna a la otra, inquieta. 

—¿Cómo lo llevas? ¿Estás nerviosa por tu ceremonia?

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05/05/2017, 15:13
Verbius Lamond

El brujo tardó un instante en mirar a la chica que se había parado a su lado. Cuando lo hizo, la miró de arriba a abajo, con cierto desdén. 

—Me alegro de que no lo supieras entonces —dijo, en respuesta al asunto de la limonada—. Pero eso explica bastantes cosas —añadió, con una pequeña sonrisa afilada. 

Después empezó a apartar la mirada de Sun-yun, pero con su pregunta volvió a poner sus ojos azules y fríos como el acero sobre ella. 

—No —respondió.

Y parecía dispuesto a que esa fuera toda su respuesta cuando su mirada se desvió hacia el lugar donde Amber y Melissa hablaban de él. Entonces chasqueó la lengua, con la molestia de quien tiene que tratar con niños que no saben nada y añadió algo más, alzando un poco la voz.

—Ya que mi presencia aquí suscita tanto interés como para que los nephilim muestren sus modales —comenzó, remarcando ese desdén al pronunciar la palabra «nephilim»... He sido convocado por el representante de los brujos en el Consejo de Alacante como nuevo Gran Brujo de Londres. —Hizo una pausa y enarcó una ceja—. Y además, vais a pagarme para que os abra un Portal. Uno de verdad —puntualizó.

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05/05/2017, 15:23
Gareth Herondale

Gareth, que conversaba en voz baja con Deirdre, echó un vistazo al brujo cuando éste habló. Intervino él después, alzando la voz.

—Ya estamos todos. Acercaos al portal cuando esté abierto e id pasando de forma ordenada por él. No soltéis vuestro equipaje hasta que piséis Idris. 

Cuando terminó de hacer su función de guía de viaje, caminó hasta donde estaban Scott, Ivy y Émille y se dirigió directamente al hombre. 

—Ante cualquier imprevisto, envíanos un mensaje urgente. Tienes libertad para tomar las decisiones que te parezcan necesarias. Te quedas al cargo del Instituto hasta que volvamos. 

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05/05/2017, 18:46
(Gi) Sun-yun Herondale

Miré curiosa al brujo, ladeando un poco la cabeza con sus primeras palabras pero al verle sonreír supuse que agradecía el gesto aunque odiaba la limonada. Pues eso era todo lo que se explicaba con lo que había dicho.

¿A qué clase de persona no le gusta la limonada?

Me encogí de hombros — Ya inventaran otra bebida —le disculpé en mi cabeza, podría habérselo dicho a él pero su mirada me secó la garganta y su negativa hizo que buscara a Meri-san por el rabillo del ojo como si necesitara que ella me lo confirmara.

Disimulé mi creciente incomodidad poniendo los ojos en blanco a las charlas de los demás especialmente a las alabanzas de la maldita unión de Imilli e Imbir.

Di un respingo cuando Lamondade alzó la voz, me había olvidado por completo que seguía allí y aunque no sabía qué implicaba exactamente ser el gran brujo para alguien que ni era viejo ni era gordo, volví a mirarle para felicitarle como suponía que debía hacer.

¡Ala! ¡Qué buena noticia!, ¿verdad? —casi quería que respondiera a la retórica. ¿y si lo sacrificaban o algo raro de secta? —Felicidades —incliné mi espalda como despedida y me di el piro usando a Herondale de excusa—.

Y puestos a usar a mi papi-tio-abuelo, le usé también de escudo para acercarme a A.B. aunque Emille siguiera por ahí. Me apetecía despedirme y todo.

Ey —llamé su atención—. Saluda a Jesamine de mi parte estos días y practica lo de la cascaday las tortillas, por favor, practica con los fogones o muere de inanición—. Cuando vuelva te cuento un secreto —le tendí el meñique—, si es que puedes reconocerme.

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06/05/2017, 14:07
Melissa Campbell

Se notaba que Amber estaba radiante y feliz. Tenía muchas ganas de ver cómo era esa unión entre dos nephilim que tanto me costaba imaginar a pesar de que me lo hubieran explicado e incluso llegara a leer algo al respecto.

Asentí a la respuesta de la pelirroja cuando me hizo comprender qué hacía allí Verbius Lamond y cuando quise contestarle a su pregunta de si estaba nerviosa la voz del brujo me interrumpió. Escuché sus palabras desde mi posición, casi sin moverme. Me dio un poco de rabia que alguien tan atractivo fuera tan borde. Un poco como Émille. O como Alan... Bueno, ahora no quería pensar precisamente en Alan.

Me quedé sorprendida por la reacción de Lamond pero no le di más importancia. La voz de Gareth llamó mi atención y mis mejillas volvieron a sofocarse un poco, pero de otra manera. Para quitarme esa sensación caminé junto a Amber sin intentar invadir demasiado su espacio.

Todavía no tengo muy claro qué es lo que vamos a hacer —dije sinceramente, encogiéndome de hombros—. Pero por lo que me contasteis, parece que va a ser muy especial.

Después eché un vistazo para atrás para ver si Sun-yun venía, y otro vistazo hacia delante para ver a dónde nos dirigíamos.

Aunque creo que lo tuyo sí que va a ser una experiencia especial y única de verdad —comenté a la pelirroja con una gran sonrisa contagiosa y contagiada—. Disfruta mucho.

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09/05/2017, 12:52
Émille Lalique

Cuando la pirada pasa por mi lado me imagino estirando un poco la pierna hacia atrás y ponerle la zancadilla, así como de casualidad. O no echarla hacia atrás un poco, sino del todo, intentando que ruede por las escaleras y pierda no solo los rizos y la pulcritud, sino también la dignidad. Así, disimuladamente. Pero estoy tan contento que mira... Para qué. Además, escuchando lo que dice no es que necesite mucha ayuda para perder ella misma la dignidad, se dé o no cuenta.

Las palabras de Scott me fuerzan a sonreír, aunque lo evito, quedando así en una expresión con la piel tensa y los ojos brillantes. Me siento tan confiado que palmeo su hombro con familiaridad.

—La verdad es que tengo suerte —reconozco antes de desviar mis ojos un momento hacia Amber. A punto estoy, después de las palabras que ha dicho la loca, de aclarar a Lamond que no se preocupe por ella, que es que es retrasada, y lo que él le dice casi me hace gracia. Casi.

—Venga, tío, nos vemos —me despido tendiendo la mano a Scott. Luego hago un gesto de barbilla a Ivy.

—Cuídate —deseo de manera inesperada movido por mi buen humor. Luego me acerco adonde  se encuentran los demás y echo un vistazo a Melissa.

—Está bien que hayas traído el arco —reconozco—. Creí que me decepcionarías.

Finalmente miro a Amber, y en ese momento sí sonrío un poco, al menos de medio lado.

—¿Estás preparada?

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09/05/2017, 13:21
Ivy Lovelace

Ivy apartó su atención de la conversación entre Émille y Scott en cuanto Sun-yun llegó hasta ella. Asintió con la cabeza a sus palabras y rió cuando la coreana extendió su meñique, imitando el gesto y engarzándolo con el suyo. 

—Claro. Pásalo bien en Alacante —dijo con una sonrisa—. Nos vemos a la vuelta.

Después, cuando Émille se dirigió a ella, la chica miró por un momento hacia su espalda, buscando asegurarse de que esa única palabra era para ella. 

—Y vosotros —respondió finalmente, antes de buscar a Amber con la mirada para hacerle un gesto de despedida con la mano.

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09/05/2017, 14:39
Amber Blackwell

La pelirroja devolvió el gesto a Ivy con una amplia sonrisa mientras escuchaba a Melissa hablar. 

—Oh, no, no —dijo, entonces, negando con la cabeza y volviendo a mirar a la chica—. No menosprecies tu ceremonia, es igual o más importante que la mía. Es la que te convertirá en una verdadera cazadora de sombras. Nunca volverás a ser la misma cuando recibas la runa del Ángel. Va a ser algo muy importante para ti —aseguró.

Entonces Émille llegó hasta ellas y la sonrisa de la pelirroja se amplió un poco más. 

—Nací preparada —respondió bromeando con un brillo de ilusión bailando en sus ojos.

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09/05/2017, 14:43
Josephine Herondale

La más pequeña de la comitiva se movía impaciente, mirando a todos desde abajo. Y cuando su padre anunció que era hora de ponerse en movimiento, ella corrió hacia donde se encontraban Ivy y Sun-yun y le saltó encima a la primera, rodeándola con sus brazos.

—¿Seguro que no puedes venir? Idris es genial, ¿sabes? Allí me dejan salir sola de casa y hay niños con los que puedo jugar. ¡Y a lo mejor está Mara también! Si vienes te la presento —prometió, poniéndole ojitos.

Aunque no se detuvo a esperar ninguna respuesta por parte de Ivy, tal vez porque ya podía anticipar su negativa. En lugar de eso, se giró y agarró la mano de la coreana. 

¡Sungun! ¿No te mueres de ganas por llegar? No puedo esperar ni medio minuto más —aseguró, cambiando el peso de sus piernas de una a la otra y viceversa en un pequeño baile—. ¡Vamos, vamos!

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09/05/2017, 14:50
Verbius Lamond

El brujo, que había ignorado la felicitación de Sun-yun dedicándole tan sólo una mirada desdeñosa, tardó varios segundos en en hacer nada, como si las palabras de Gareth no fueran con él y con la espera demostrase que hacía lo que él quería, cuando quería. 

Sin embargo, terminó por mover sus manos, de las que empezaron a brotar pequeñas chispitas azules. En el aire, delante de él, empezó a dibujarse un cuadrado añil, surgido de la nada, pequeño al principio pero cada vez más grande a medida que el chico movía sus brazos. 

Para cuando terminó su trabajo, delante de él se extendía una superficie dorada de marcos azules, de tamaño suficiente para una persona pudiera pasar holgadamente por ella y que fluctuaba como un líquido denso, reflejando la luz. 

El brujo dio un paso a un lado, dejando libre el acceso al Portal, y cerró los ojos por un instante. La superficie reaccionó de inmediato, creando remolinos de luz que terminaron aclarándose en la visión de un lugar bien distinto al patio del Instituto. 

El cielo era azul y la luz del sol acariciaba la superficie de los edificios que bordeaban una plaza. Parecía un bonito día de primavera, con montañas verdes alzándose al fondo. Edificaciones de gran altura aparecían aquí y allá, salpicándose entre los edificios bajos de color dorado y miel, con tejados rojos, y los rayos del sol se reflejaban en esas torres haciéndolas refulgir como si estuvieran hechas directamente de cristal. 

Junto a una estatua de bronce, demasiado grande como para poder ver a través del Portal qué representaba, había tres personas que parecían estar esperando. 

—Después de vosotros —dijo entonces el brujo, esbozando media sonrisa y haciendo un gesto con la mano que parecía bailar en el delicado equilibrio entre la educación y la burla descarada. 

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09/05/2017, 15:04
Alice Herondale

Alice resopló entre dientes como única respuesta a las palabras del brujo y a todo lo que sucedía a su alrededor. Aseguró la guadaña sobre la maleta y echó a caminar hacia el Portal sin mirar atrás, como si las despedidas le parecieran, sencillamente, una pérdida de tiempo. 

La superficie en la que podíais ver ese otro lugar vibró en cuanto su pie la tocó y ella pareció meterse a través de ella hasta desaparecer de vuestra vista por completo. 

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11/05/2017, 03:38
Émille Lalique

La respuesta de Amber terminó de sacarme la sonrisa, como si lo sobrada que se mostraba ya fuese algo que esperar, o una forma de confianza entre nosotros. Me sentía bien, y la verdad es que no quería estropearlo parándome a pensar en los motivos últimos de esa tranquilidad.

Cuando el brujo empezó a hacer sus mierdas casi demoníacas puse los ojos en blanco, aunque incluso ese gesto lo hice de una forma menos malhumorada que de costumbre. Busqué entonces con la mirada a Gareth, esperando que fuera él quien abra la comitiva, y al ver que la prepotente de Alice tomaba ese puesto emití un resoplido.

No dije nada a los que nos acompañaban, ni siquiera a las novatas. Sin embargo sí hice un último gesto con la barbilla hacia Scott como despedida antes de cruzar. Avancé con decisión, concentrándome por costumbre de una forma que sabía que ahora era innecesaria. Y al pasar al lado de Lamond le dediqué una última mirada. Qué puto gilipollas, de verdad.

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11/05/2017, 09:20
(Gi) Sun-yun Herondale

A.B. aprendía rápido y aquello era tan mono como Ami-son decía que yo era. Seguramente ella sentía por mí algo parecido a lo que la chiflada esta me hacía sentir y aquello hacía que me alegrara más de que hubiese perdido la cabeza. Así se enteraba de quien era la mascota.

No es que quisiera que un Kuri viniera a por A.B., ella lo hacia bien, y me esforcé en dejárselo claro a mis pensamientos por si algún demonio había abierto el ojo. Me daba igual que Imil dijera que aquello era imposible, yo había visto lo que había visto y él jamás lo entendería, le faltaba consciencia.

Sí, claro —respondí por costumbre cuando la mano de Jo agarró la mía y me hizo notar que me había ido de cabeza, aunque me adelanté a sus palabras—.

Sonreí a la niña por no mentirle también, la verdad es que muchas ganas por llegar no tenía. Iban a cambiar demasiadas cosas a las que todavía no me había acostumbrado y era asqueroso eso de los cambios. Aun así me dejé llevar por la niña, reteniendo sus prisas al pasar junto a mi maleta para cogerla.

Y después de que Emille cruzara, mis ojos buscaron a Carstairs para despedirme en la distancia dándole la culpa a Jo de que no me hubiese acercado después de A.B. — upsi menudo huracán— fingí que no tenía opción, y que no era por lo incómodo que me resultaba no saber qué clase de despedida tocaba entre nosotros ignorando que venía y preguntándome si hoy aprovecharía para tocar al aire libre.