Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 4: Ciudad de cristal

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12/10/2017, 23:32
Émille Lalique

Reconocer la voz de mi madre así, tan llena de sarcasmo, hizo que detuviera mis pasos. Me costó un poco empezar a entender por dónde iba, y cuando lo hice la verdad es que no supe si sentirme enfadado o frustrado. Me afectó, la verdad, y más al verla delante de mí y con los brazos cruzados. Sin embargo cuando dijo lo de la parabatai así, sin decir ni su nombre y sabiendo como sabía yo lo que pensaban de su clase social, sí me molesté. Y estaba sin saber qué responder cuando intervino mi padre.

Lo de él no es que fuese más directo, pero sí dolió más. Una cosa era el sarcasmo, decir que si podía estar muerto y demás, y otra lo que había dicho. Porque en lo suyo sí notaba un fondo de verdad. Vale, quizá yo me había precipitado en algunas cosas. Pero la mirada que me echó... Lo cierto es que me recorrió un escalofrío y, con el paso atrás que dio Amber, me sentí solo ante el peligro. Porque sí, por mucho que fueran mis padres, tener que responder ante ellos me hacía sentir en una especie de peligro irracional. Sabía que no me harían nada... Pero su rechazo así, tan patente, me lo hacía, por mucho que no supiera explicar por qué.

—Al menos él se ha ocupado de que tengáis noticias —dije excusándome como podía, y miré a mi madre sólo para evitar los ojos de mi padre—. Yendo a ver a tu hermano y contándole como le van las cosas. Pero vosotros tampoco habéis escrito, ni visitado, ni nada. A lo mejor sois lo que habéis muerto.

Sí, la verdad es que mis argumentos dejaban mucho que desear, pero no sabía qué decir. Estaba acostumbrado a enfrentarme a demonios y a subterráneos, pero no a eso. Sin embargo hubo algo que me envalentonó un poco: la presencia de Amber. No podía dejar que la achantasen tanto, aunque para eso tuviera que disimular el efecto que estaban produciendo en mí.

—Lo peor es que a lo mejor preferiríais que vuestro hijo estuviera muerto —enuncié, olvidando por un momento dónde estábamos y sintiendo de repente el corazón en la garganta. Aquella frase la había lanzado como un ataque pero, al igual que con lo que había dicho mi padre, me daba miedo que hubiera más verdad en ella de la que quería pensar—. Está claro que eso os dejaría mejor.

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13/10/2017, 14:00
Melissa Campbell

La respuesta que dio Dieudonne a Sun-yun me chirrió un poco. No sabía a qué se refería con el tema de sus padres, pero no me gustó mucho cómo se lo dijo.

Luego, cuando me respondió a mí, intenté seguir mostrándome correcta, aunque me costaba. No es que lo que me dijera me sintiera mal, no me pareció que me tuviera que ofender a pesar de la seriedad con la que trataba el tema. Y cuando llegó al final de su intervención, asegurándome de que si localizaban a mi familia me enteraría, asentí con la cabeza mientras mi mente empezaba a analizar la situación.

Me tendría que quedar allí, entrenarme para ser una cazadora de sombras... ¿Es eso lo que querría tío Ralph? ¿Estaría equivocándome en mis decisiones? ¿Debería preguntar por Audrey Saint John para averiguar más sobre el tema? Tenía muchas más preguntas pero al ver la prisa que mostraba el hombre me corté. Además, me sentía muy cansada, tanto me mi cuerpo se volvió a escurrir hacia abajo acabando estirada en la cama de nuevo.

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13/10/2017, 20:56
Andrea Lalique

—¿Así que ahora necesitas intermediarios para comunicarte con tus padres, Émille? —preguntó tu madre, sin perder ni una pizca de compostura para después sentenciar la invalidez de tus argumentos de un plumazo—. Sólo dices tonterías y lo sabes. 

Su mirada se apartó de ti tan sólo un instante en el que buscó la de tu padre sin encontrarla, pues los ojos fríos de Jean no se habían separado de ti. 

—Comerás en casa y hablaremos, Émille —dijo, sin que pareciese caber ninguna réplica a sus palabras—. Vas a dejar de portarte como un niño. Puedes traerte a tu amiguita si quieres —terminó, haciendo un gesto con la mano hacia Amber sin llegar a mirarla. 

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13/10/2017, 21:06
Jean Ravenscar

Tu madre se giró sin esperar respuesta comenzando el movimiento de marcharse, pero manteniéndolo en suspenso hasta que tu padre la siguiese. 

Él todavía mantuvo su mirada en ti algunos segundos más y después sólo negó despacio con la cabeza, con una decepción en su rostro que congelaba algo en tus tripas. 

—Ya has oído a tu madre. No llegues tarde —dijo mientras él también se daba la vuelta, listo para alejarse junto a ella. 

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13/10/2017, 21:10
Malachi Dieudonne

El hombre os contempló en silencio durante un par de segundos, alternando su mirada entre ambas. Al comprobar que no había más preguntas, cuadró un tanto su espalda e hizo un gesto de despedida con la mano. 

—Bien, pues eso es todo entonces. Cuando los Herondale regresen al Instituto de Londres podréis marchar con ellos para recoger vuestras cosas. Algún nephilim os acompañará para traeros de vuelta. Os veré esta tarde en vuestra ceremonia. 

Y con esas palabras se encaminó hacia la puerta con toda la intención de marcharse. 

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15/10/2017, 03:07
Émille Lalique

Estuve a punto de responder a la pregunta de mi madre, de decirle que al menos yo me comunicaba con ellos aunque fuera así... Pero toda una vida de educación me hizo no interrumpirla y para cuando pude hablar fue demasiado tarde. Ya se estaban yendo.

Me quedé mirándolos mientras se iban, sin saber si me enfadaba más que dijeran eso de que me portaba como un niño o que tratasen a Amber como mi amiguita.

Para cuando pude reaccionar miré alrededor, intentando ver quién teníamos cerca o si alguien se había quedado mirándonos, y en cuanto encontré la mirada de Amber lo hice con las mandíbulas apretadas. Estaba claro que la habían intimidado. Tanto que ella, siendo como era, ni siquiera había llegado a decir ni una sola palabra.

—Y esos son mis padres —dije molesto por no haber sabido defenderla mejor—. Que dicen que puedes escoger si en tu plato quieres arsénico o cicuta.

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22/10/2017, 15:23
Amber Blackwell

La gente a vuestro alrededor seguía su camino sin detenerse a miraros, todos salvo Robert, cuya mirada se cruzó con la tuya. El chico te dedicó una mueca de circunstancias cargada con la complicidad de quien ya conocía de sobra a tus padres después de años de amistad contigo. Después apartó la mirada para contemplar a Alex, que estaba a su lado y reclamaba su atención. 

Tu amiga miraba la espalda de tus padres con cara de estar flipando y cuando hablaste, alzó ambas cejas, impresionada. 

Joder —fue lo primero que dijo, y tardó un par de segundos en encontrar más palabras—. No me extraña que te largaras corriendo. —Se quedó pensativa un instante y dejó de contemplar cómo se alejaban para mirarte a ti—. ¿Vamos a ir?

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25/10/2017, 02:38
Émille Lalique

De todos los que podían haber visto la escenita, ahí estaba Robert. Cómo no. Esa era mi suerte. Era poner un pie en Idris y empezar a encadenar mierda tras mierda. Recuerdo que en ese momento pensé que no tendría que haber ido más que para la ceremonia.

Estaba a punto de hacer algún gesto a Robert cuando él mismo apartó la vista para mirar a Alex. Puto Alex.

La primera palabra de la respuesta de mi amiga fue lo que me volvió a hacer consciente de la realidad. La miré por un instante y me encogí de hombros, sin saber qué decir, con lo que dijo después. Supongo que mi frustración era evidente. Pero fue su pregunta lo que me hizo terminar de despertar. Desde que mi madre había dicho eso directamente había asumido que le haría caso, pero que ella lo preguntara abría otras opciones en mi cabeza. Pasar de todo y no ir, por ejemplo. Pero al momento se me ocurrió algo mejor.

—No —le dije con seriedad. La idea que se me acababa de ocurrir en realidad hacía pringar a otros y sólo se me había ocurrido porque seguro que era lo que más los cabrearía. Más, incluso, que mi ausencia—. Vamos a invitarlos a comer en tu casa, con tu familia —aseguré antes de que caer en que a lo mejor ella o sus padres tenían algo que decir—. Si te parece bien.

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25/10/2017, 02:49
Amber Blackwell

Los ojos de Amber se abrieron con tu propuesta y sus labios se curvaron en una sonrisa, entre divertida y sorprendida. Tras ese primer instante, tu amiga soltó una risa cantarina. 

Algo me dice que no van a querer venir —dijo, llevando de nuevo su mirada hacia la espalda ya lejana de tus padres—. Pero me parece una idea cojonuda. Y seguro que a mis padres les parece genial también. 

Enlazó su brazo con el tuyo con familiaridad y tiró un poco de ti para que volvieseis a emprender la marcha. 

—Tus padres me parecen unos estirados y unos gilipollas, te lo tengo que decir —confesó, con un encogimiento de hombros—. Y se merecen no verte jamás. Pero a lo mejor mi padre tiene razón y en algún momento tendrás que hablar con ellos. Al fin y al cabo son tus padres... Podemos hacerlo antes de irnos, tenemos días.

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28/10/2017, 04:10
Émille Lalique

Al ver la sonrisa de mi amiga di por hecho que había dado en el clavo. Y me alegré, porque lo que menos quería era que mis padres ganasen la capacidad de intimidarla. Sonreí de manera un poco forzada, sin poder alegrarme del todo, cuando dijo que le parecía una idea cojonuda, y me dejé arrastrar un momento más tarde. Aunque tardé un par de pasos en ponerme a su ritmo pronto estaba caminando con ella.

—No hay prisa —le dije a ella cuando acabó de hablar—. Además, si les apetece hablar siempre pueden venir a comer. Estarán invitados.

—Y sí, eso es exactamente lo que parecen —enuncié, y en aras de la verdad he de decir que lo de después vino más por el enfado que por otra cosa—. Y también lo que son —En realidad quería referirme sobre todo a la parte de estirados, lo otro me sabía mal no sólo decirlo, sino también aceptarlo. Pero en ese momento estaba tan cabreado con ellos por haber asustado a mi amiga que bien podría haber echado pestes, que me habría costado llevarle la contraria. Con otros sería distinto, pero al fin y al cabo ella iba a ser mi parabatai. No era lo mismo.

La verdad es que cuanto más lo pensaba más ganas tenía de hablar ya con los padres de Amber y comentarles la idea. Quizá incluso encasquetarles el recado de dar el aviso. Desde luego yo no iba a ir hasta mi casa para eso.

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29/10/2017, 23:18
Narradora

Como Amber había predicho tus padres no acudieron a comer a su casa, ni siquiera se molestaron en responder a la invitación. Y a pesar de que eso flotaba como una sombra sobre tu cabeza, el ambiente durante la comida era más bien festivo, con tu amiga y sus padres compartiendo la emoción por el vínculo que estabais a punto de forjar. El guiso con patatas que había preparado Christopher Blackwell resultó estar muy bueno y el flan que su esposa había preparado para el postre puso la guinda a una comida capaz de poner de buen humor a cualquiera. 

Después de la comida y la sobremesa, Amber se largó a su cuarto para vestirse para la ceremonia. Ambos habíais acordado llevar el uniforme de combate y ella se había encargado de hacerle algunos arreglos a juego a ambos, implementando un hilo metálico que dibujaba runas alrededor del cuello. Potenciarían la unidad entre los dos, o eso había dicho Amber, pero no durarían para siempre, eran más bien un símbolo, según ella. 

Y así, una vez los dos estuvisteis listos y preparados, regresasteis una vez más al Salón de los Acuerdos, donde el graderío había sido replegado y se había colocado una pequeña tarima, donde tendrían lugar las ceremonias, dejando el resto del sitio listo para celebrar, con algunas mesas con comida y bebida. 

Había algunas personas por allí, pero no tanta como en la reunión del Consejo. Seguramente la mayoría de nephilims habría regresado ya a sus viviendas. Gareth y Deirdre estaban charlando con una pareja de Alacante y Jo se encontraba en un rincón, junto a una niña morena que parecía de su edad. También viste a Robert, que estaba con algunos de tus antiguos amigos, Alex entre ellos. Por allí viste también a la Inquisidora y al Cónsul, hablando en un rincón con el Hermano Silencioso, y, un poco más allá, estaba el brujo que os había acompañado, bebiendo solo de una copa de algo con pinta de champán. 

Sabías que las ceremonias de la Primera Runa de Melissa y Sun-yun se realizarían en primer lugar, después Amber y tú seríais los protagonistas y con eso se terminarían los eventos oficiales de La Clave por esa semana. A Londres no regresaríais hasta cinco días después. 

En ese momento entraron por la puerta Melissa, Sun-yun, Ella y Milton. 

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29/10/2017, 23:42
Narradora

El hombre se marchó y os quedasteis solas en aquella enfermería, cada una en una cama. El descanso hizo que poco a poco os fueseis sintiendo mejor. Cansadas y con la cabeza dolorida, pero al menos capaces de centrar la mirada y moveros sin marearos. Pasó un rato hasta que Ella y Milton regresaron, cada uno llevando una bandeja con comida para vosotras, y hasta las cinco y media de la tarde fueron las únicas personas que visteis. 

Al llegar esa hora un nephilim que no habíais visto antes se asomó para avisar de que debíais prepararos para la ceremonia y poco después Jo se coló en la enfermería con una bolsa en la mano, que le dio a Sun-yun. Dentro estaba el traje que la coreana le había enseñado antes. «Para que los dejes a todos flipaaaados», dijo la pequeña antes de desaparecer corriendo, como si no quisiera que nadie la pillase colándose allí. 

Ella se ofreció a ayudaros a prepararos, ya fuese peinándoos o ayudando a vestiros si queríais cambiaros de ropa. Y aceptaseis su ayuda o no, fue ella quien os guió de regreso al Salón de los Acuerdos cuando estuvisteis listas. Fue entonces cuando descubristeis que no estabais en el mismo edificio, sino en el de al lado. Tuvisteis que salir de nuevo a la calle, donde os reunisteis con Milton, y llegar a la Plaza del Ángel para subir otra vez la escalinata que os llevaría a ese lugar donde os habían interrogado por la mañana. 

Sin embargo, el interior estaba distinto. El graderío había sido replegado y se había colocado una pequeña tarima, donde tendrían lugar las ceremonias, dejando el resto del sitio listo para celebrar, con algunas mesas con comida y bebida. 

Había algunas personas por allí, pero no tantas como en la reunión del Consejo. Gareth y Deirdre estaban charlando con una pareja de Alacante y Jo se encontraba en un rincón, junto a una niña morena que parecía de su edad. Por allí visteis también a la Inquisidora y al Cónsul, hablando en un rincón con el Hermano Silencioso, y, un poco más allá, estaba el brujo que os había acompañado, bebiendo solo de una copa de algo con pinta de champán. Émille y Amber estaban cerca de la puerta, como si acabasen de llegar justo antes que vosotras. 

Por lo que Ella os había explicado, vuestras ceremonias irían primero y después se celebraría la unión de parabatai entre esos dos. Y con eso se terminarían los eventos oficiales de La Clave por esa semana. A Londres no regresaríais hasta cinco días después. 

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29/10/2017, 23:53
Narradora

Notas de juego

Estáis a un par de pasos, así que marcaos los tres como destinatarios ;). Aprovechad para hacer una pequeña descripción de cómo vais vestidos. 

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01/11/2017, 09:24
(Gi) Sun-yun Herondale

Agradecí que mi nueva hermana estuviera mejor educada que los gemelos. Ella sí sabía cómo tratar a una hermana mayor, no a cualquiera, a la más guapa y exitosa.

Abracé la bolsa que me había traído y le contesté con un guiño de ojo caricaturizado y perfeccionado para ser adorable durante quinientas horas de espejo.

No estoy muy segura de cómo me vestí ni de sí Ella se dio cuenta que no acudía virgen a la ceremonia pero supongo que no importaba después de que me hubiesen dado la palomita azul.

Me sentía cómoda metida en mis pantalones negros por más que fueran ajustados y de cintura baja, me sentí algo menos cómoda al ponerme el top-capa también negro. Me gustaba ir cubierta por detrás pero la cantidad de pecho y abdomen que mostraba me hizo replantearme nuestra idea. A lo mejor Emma Frost debía quedarse en blanco, o en los vengadores oscuros. Pero... Eso eramos los nephilim ¿no?

Teniendo la cabeza tan poco fina los tacones me parecieron un precipicio pero necesitaba esas botas para integrarlas en el pantalón, mis otros zapatos no combinaban, ni de coña.

Creo que si no fuera por la acción de Ella no hubiese salido de la jaula-enfermería. Me sentía demasiado sexy para pasearme por la calle. Me había hecho un traje peor que el de entrenar. Mucho peor.

Al juntarnos con Carstairs evité todo contacto visual con él y apreté el paso para no escucharle escandalizarse.

Tardé muchos pasos en descubrirme la barriga de mis brazos, prácticamente los mismos que tardé en plantearme de otro modo. Con esta ropa, debía ser Emma Frost. En esta ropa no cabía la vergüenza. No era Gi Sun-Yun, era una cosplayer profesional.

Al entrar en el salón lo hice con orgullo, y al ver a esos dos cogí aire.

Hey Anbel —la llamé con decisión—. Lo que le dije sobre ti, no fue correcto hacerlo—no me disculpaba solo constataba que no había tenido el efecto esperado pero esperaba que pareciera lo primero—. Estaba dolida con él y lamento que solo te salpicara.

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02/11/2017, 02:49
Émille Lalique

Al llegar al Salón de los Acuerdos lo hice con una sensación agridulce escondida bajo una densa capa de expectación. Aún así me costaba no dejarme llevar en ciertos momentos por lo que había pasado con mis padres. Por muy divertida que hubiera sido la comida, bueno... No era lo mismo. Y era inevitable darle vueltas a si vendrían o no esta tarde. Tenía que reconocer que quería verlos ahí, entre los asistentes... Claro que también quería que me apoyasen.

En cuanto puse un pie en la sala revisé quiénes estaban. Ellos no habían llegado, pero aún era pronto. Además, antes de nuestra ceremonia estaba la mierda esa de las primeras runas de la loca y la rarita. Lo que sí hice fue saludar a Gareth y con un poco más de desgana a Alex y a Robert.

Tenía ganas de lo de esa tarde, la verdad. Seguro que en cuanto fuese oficial, en cuanto estuviéramos unidos por la runa de los parabatai, las cosas eran más sencillas. De verdad me apetecía dar ese paso. Era mucho más que una promesa. Era la seguridad de que siempre, pasase lo que pasase, Amber me aceptaría, como yo la aceptaba a ella a pesar de que no le gustara el combate. Creo que eso era lo que de verdad me daba las ganas de lanzarme a la piscina. El rechazo de mi familia, por ejemplo, o el de tantos otros perdía un poco de importancia al saber que habría alguien que de verdad estaría ahí y que sería para siempre. O hasta que uno de los dos muriera, claro, que por estilo de vida probablemente sería yo. Así que no tenía de qué preocuparme.

Al margen de eso creía que la tarde no tendría más sorpresas. Sin embargo al ver llegar a la pirada vestida así se me desencajó un poco el rostro y todo. ¿Adónde creía que estaba yendo? Creo que en ese momento todos podíamos ver más piel de la que escondía. Y la parte de arriba parecía que se fuera a caer en cualquier momento. Eso no podía aguantar mucho tiempo así sin magia, ¿no? Por el peso de la capa, y todo eso.

La verdad es que me incomodó un poco. ¿Cómo se suponía que debía portarme? Y aún por encima venía directa hacia nosotros... Bueno, hacia Amber. Escuché lo que decía y me enderecé, girándome para quedar totalmente de cara a ella. Entonces la miré de arriba a abajo, como si la evaluase, y desvié un instante la mirada hacia Alex y Robert, a ver qué hacían ellos con algo así.

—No fue una mierda de correcto —dije entonces. No tomando la voz por mi amiga, por supuesto, sino interviniendo por mí mismo—. ¿Esperas hacer algo para compensarlo, o que con tus disculpas de mierda valga?

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02/11/2017, 10:53
Melissa Campbell

Si no hubiera estado tan cansada me hubiera afectado escuchar lo último que dijo Dieudonne. No me hacía falta ir a recoger nada más a Londres. Lo llevaba todo encima. Lo que quería era volver a Edimburgo, a mi casa. Que mis padres estuvieran allí. Y tío Ralph.

Me giré hacia Ella cuando el hombre se marchó y cerré los ojos. Una lágrima cayó a escondidas de mi ojo más cercano a la almohada y respiré hondo para contener otras posiblemente que vinieran después.

Sabía que Sun-yun estaba allí, pero yo no tenía ganas de hablar y creí que ella tampoco. Cuando Milton y Ella vinieron con comida me incorporé y lo devoré todo. Había algo que nunca podría conmigo, ni en algunos de los peores momentos, y es el hambre.

Luego me dejé ayudar por Ella cuando nos preparamos para la ceremonia, aunque yo no tenía mucha ropa más, así que me puse exactamente lo mismo que llevaba.

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02/11/2017, 11:09
Melissa Campbell

Me encontraba mejor después de haber descansado y comido. Iba vestida igual que antes. Lo único que había distinto en mí era el peinado, ya que me había quitado la trenza y ahora lucía mi pelo al natural, con algunas ondulaciones más pronunciadas.

Aunque hubiera descansado mi expresión era un poco apagada. El juicio me había dejado bastante preocupada, aunque nos hubieran dicho que lo habíamos superado. Empezaba a ser más consciente de quiénes eran los nephilim y de cómo funcionaban las cosas en su mundo, que al fin y al cabo parecía tratarse también del mío.

Mi cabeza seguía pensando en las conversaciones con tío Ralph. Con mis padres también, pero siempre había sido Ralph quien me había explicado cosas que mis padres no se atrevían a hacerlo. Sentí una decepción a medias, pero me podía la pena por no saber si se encontraban a salvo.

Me dejé guiar de nuevo por Ella al mismo paso que Sun-yun, y aproveché para observar su curiosa vestimenta, que no me disgustaba. En cuanto llegamos al salón me quedé apartada de cualquiera de los grupos. Observé a Gareth y, por cercanía al mismo, a Deirdre. No esperé que me devolviera la mirada. De hecho, si por casualidad lo hacía, dirigiría la mía hacia otro lado rápidamente.

Unos segundos más tarde visualicé a Jo y se me formó una pequeña sonrisa que prácticamente nadie podría apreciar. Luego escuché la voz de Sun-yun y me quise acercar a donde se encontraban Amber y Émille, pero me quedé a un par de metros cuando escuché la respuesta del segundo a la coreana. Y ahí permanecí, sin querer intervenir en ese preciso momento, aunque mi mirada se dirigió directa a Amber, alzando mis hombros, mostrando mi incomprensión y esperando enterarme de lo que ocurría entre ellos de forma indirecta.

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03/11/2017, 21:43
Émille Lalique

Mi atuendo era, como no podía ser de otra forma, el uniforme de combate. Convertirnos en parabatais era una forma de compenetrarnos, sí, pero el objetivo final era ser mejores, más fuertes y más capaces para llevar a cabo nuestra labor como nephilims.

Sin embargo no era sólo el uniforme de combate. El que llevaba estaba nuevo, aunque no duraría mucho así, y cerca del cuello tenía un hilo metálico dibujando runas. No era nada del otro mundo, pero probablemente llamaba un poco la atención. El color del metal no me había parecido el más apropiado... Pero tampoco es que fuese a quejarme, teniendo en cuenta que no había tenido que hacerlo yo: lo importante eran las runas.

A mi espalda, en su arnés, llevaba la lanza. Planeaba tenerla conmigo al hacer el ritual. A quien no tuviera ni idea podía parecerle una idea estúpida, y a mis padres probablemente pueril, pero en este sentido era un símbolo más de mi relación con Amber: podía ser muy bueno empuñándola, pero no sería ni la mitad de temible si ella no la hubiera mejorado primero.

Notas de juego

Aprovechad para hacer una pequeña descripción de cómo vais vestidos. 

Me había dejado eso.

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04/11/2017, 13:55
Amber Blackwell

La entrada de Sun-yun y Melissa ciertamente atrajo muchas más miradas que la de Émille y Amber aunque sería más correcto decir que el traje de la coreana era quien se las llevó todas. Algunos de los nephilim masculinos en la sala, especialmente los jóvenes, la contemplaron como si de repente una chica sexy acabase de cobrar vida y salir del póster de la pared. Otros, entre ellos los más adultos, la miraron con cierta reprobación. La camiseta blanca de Melissa, que normalmente habría resultado llamativa en un lugar donde casi todo el mundo vestía de negro pasaba desapercibida ante la cantidad de piel que Sun-yun exhibía con su ceñido conjunto.

Amber, que llevaba un uniforme de combate tuneado a juego con el de Émille, se giró al escuchar algo parecido a su nombre pero su ceño fruncido se relajó de inmediato cuando alzó las cejas ante la imagen de Sun-yun.

—Oh, wow —fue todo lo que consiguió decir en un primer momento, escuchando con cierta dificultad lo que decía la otra chica. 

Sus ojos viajaron hacia su amigo cuando intervino y después de sus palabras habló ella.

—Ya lo hablaremos —dijo, haciendo un gesto con la mano—. No fue correcto, no, pero hoy es un gran día y no quiero pensar en eso. 

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04/11/2017, 14:07
Alice Herondale

Una voz sonó entonces a la espalda de Sun-yun, teñida de un sarcasmo palpable.

—Vaya, pensaba que esto era el Salón de los Acuerdos, pero tal vez me haya confundido y sea un puticlub. 

La rubia miraba a la coreana de arriba a abajo con desdén para luego pasar a echar un vistazo a Melissa. Terminó arrugando la nariz.

—Una que no tiene clase ninguna y la otra que se ha puesto la ropa de su hermana pequeña para llamar la atención. Genial. Menudas adquisiciones. 

Con esas palabras continuó caminando hacia el interior, pero se detuvo un instante al pasar junto a Amber y Émille, dedicándoles un leve asentimiento de cabeza. 

Eso que le habéis hecho al uniforme mola —Y eso debía ser lo más agradable que les había dicho a cualquiera de los dos desde que la conocían—. Suerte con la ceremonia. 

Ella vestía un traje negro, ceñido pero elegante, con tacones de media altura y el pelo en un semirecogido que dejaba sus bucles caer como una cascada dorada a su espalda. Sin más siguió caminando, sin esperar respuesta ninguna por parte del cuarteto, en dirección al lugar donde se encontraban el Cónsul y la Inquisidora cuyos últimos movimientos parecían indicar que el evento estaba a punto de comenzar.