Partida Rol por web

Mañana del 21 de octubre de 2022 ciudad de Hyosan

El dia desperto apetecible y tranquilo, el sol brilla en lo alto y parece que la temperatura sera en general bastante agradable, ya quedaron atras las fuertes temperaturas del verano y aun estan lejos el frio del invierno, por lo que aunque alguons dias llueve de pronto, es una epoca perfecta para pasar un agradable dia fuera. Sin embargo, quizas tendra que esperar hasta la tarde, como el normal los alumnos y alumnas del Instituto Hyosan llegan a clase, algunos mas puntuales otros llegan corriendo justo a tiempo para que no les castiguen.

 Hoy es un dia muy importante para los alumnos del club de tiro con arco puesto que van a participar en una importante competicion que segun dicen, si tienes una buena posicion tienes asegurada una plaza en algun equipo profesional e incluso es como si fueras aspirante para el equipo nacional. Por eso un pequeño microbus estaba aparcado justo en las afueras del recinto donde los chicos y chicas del club de arco iban montando.

Las puertas no tardaron en cerrarse cuando el profesor de coreano y jefe de estudios Jung Yong-nam considero era la hora anotando a aquellos alumnos que habian llegado tarde para castigarlos posteriormente.

Las clases de la mañana fueron tranquilas, como siempre, tranquilas y aburridas para la mayoria, hoy tendrian ciencias con el profesor Lee Byeong-chan justo antes del descanso para comer y justo despues con la tutora de la clase.

Esta, la profesora Park Sun-hwa como siempre acudio al principio de las clases y requiso los telefonos moviles de todos los alumnos, metiendolos en aquellas mochilas de las que habia una por clase y siempre guardaban en la sala de profesores para evitar no solo que los alumnos se distrajeran, sino tambien para evitar el ciber acoso. La clase estaba como siempre, salvo por Kim Hyeon-ju que llevaba un dia sin ir a clase, lo cual era bastante extraño. 

Tras las primeras clases llego la clase del señor Lee

La clase como siempre era interesante para los que les gustaba la ciencia y muy aburrida para los que no, el profesor se notaba que era todo un experto, aunque era algo extraño y corrian rumores extraños sobre el, en cierto momento empezo una explicacion

Los virus... estan entre los organismos vivos y los no vivos. Como organismos vivos, se adaptan a su entorno y evolucionan. Todo lo que evoluciona de esta manera debe considerarse organismo vivo independiente

Justo en ese momento uno de los alumnos pregunta algo que todos pueden comprobar pone en el libro

Señor Lee, segun el libro, no son organismos vivos independientes. 

Tranquilamente mientras se gira y se apoya en el atril y empieza a hablar dice:

Que algo sea un organismo vivo independiente depende de su voluntad de sobrevivir. Si su voluntad es fuerte... Ese instinto de supervivencia supera a la inteligencia. Al final, esto domina el ecosistema. La humanidad nunca ha vencido a un virus

El hombre toma el mando de la television mientras parece estar buscando algo para poner imagenes de aves

Leucochloridium paradoxum. El objetivo final de este parasito es un ave. El parasito entra en un caracol e infecta sus tentaculos. Hace que el caracol suba suba a un lugar alto y sea devorado por un pajaro. Osea, el caracol infectado se suicida por orden del parasito. Decidme. ¿ Es porque el caracol es menos inteligente que el parasito?

El hombre sonrie levemente, una sonrisa que parece digna de todo un cientifico loco de cualquier pelicula de terror y dice:

No... porque su voluntad de vivir supera a la del caracol. Esa voluntad evolutiva y heredditaria es el unico estandar de un organismo vivo independiente.... Por tanto... el libro de texto, si... esta mal

El hombre sonrie levemente mientras suena la alarma que indica que pueden salir para el descanso del almuerzo

Hikari estaba deseando empezar el día. ¿Por qué no? Tenía un grupo de amigos que no la hacían sentir tan ermitaña sin por eso cambiar su personalidad entera ni mucho menos, y además le gustaba estudiar. Sacar buenas notas era algo suyo pero, lo que realmente disfrutaba era recibir una buena educación. Así que se levantó temprano, preparó sus cosas y se dirigió al colegio. No era parte del club de tiro con arco, carecía de la aptitud atlética de Cristian o Kim pero sí le gustaba ver las competiciones. 

"Uhm, ¿he puesto todo en la mochila? Sí, sí y sí. Papá me preparó algo de comer aunque le dije que como siempre la comida del colegio. Espero que Tetsuo no me venga a saludar... solo quiere ver cuán popular es con las del curso." Igual sonrió ante este pensamiento pues quería mucho a su hermano aunque no pensaba decírselo ni en sueños. Ya le sobraba ego por todos lados.

Llegó con tiempo de sobra, entregó su móvil a Park Sun-hwa y buscó su pupitre. Hoy tendrían clase de ciencias, a Hikari le gustaba la ciencia, además de que servía para entender mejor el mundo que la rodeaba.

"Excepto a los chicos, a esos no los puedo entender? Me pregunto si Hyo-ri Yie los comprende mejor... o tal vez entiende más su energía-espiritú... a Kim Ji Eun ni le digo... está como yop."

El profesor Lee Byeong-chan hizo aparición y ella abrió su cuaderno lista para aprender. Con letra prolija inició la anotación de los virus, pero entonces escucha la interrupción de un compañero que disiente sobre una cosa que dice el profesor que es distinto a lo que explica el libro. También nota que Kim Hyeon-ju no había venido hoy tampoco. Un pensamiento de preocupación hizo que no se concentrara bien en la réplica del profesor sobre los virus como organismos vivos independientes y el error del texto. Luego el docente muestra lo del caracol y el parásito que lo controla. Es fascinante y espeluznante a partes iguales. 

El timbre hace que Hikari casi tenga un sobresalto, se le cae el lápiz al suelo el cual recoge temblorosa. 

"El profesor parece uhm... un poco raro hoy, más que de costumbre."

Un día de clase mas aburrido, mi padre como de costumbre coincido con el en el desayuno e intercambiamos algunas palabras. Cogiendo mi mochila y las llaves de mi moto de 125 cc.

Pasando a recoger a Hikaricon con mi moto para llevarle al instituto, puesto que ella es la que mas lejos le pilla y para que no llegue tarde a clase. Además que en clase me siento a su lado porque es la mas lista y gracias a ver sus ejercicios me soluciono muchos problemas cuando me preguntan de repente y no tengo ni idea.

Cuando habla de parásitos y caracoles susurro a mi compañera con una sonrisa algo sin interrumpir al resto de compañeros y se ponga el maestro en modo jack el destripador.

¿Qué mierdas dice este profesor de los virus y las ganas de vivir?. este tío tiene pinta de ser de los que en su casa tiene una habitación con un montón de bichos y animales diseccionados y que disfruta mutilando gatitos. Susurro solo a mi compañera no sea que se ponga en modo jack el destripador.

Igual que aquellos días que decide asistir a clase, llega pocos minutos antes del inicio, pero sin mostrar el mismo afán que otros que llegan igualmente tarde, no presta atención a sus compañeros al entrar, solo hace un movimiento de cabeza hacia Cristian a modo de saludo y luego toma asiento en su lugar.

Aun en el salón de clase no se quita sus lentes oscuros, por lo que perfectamente podría tener los ojos cerrados y una vez empieza las clases no saca sus apuntes (los cuales realmente no existen), solo se limita a mirar al frente con su expresión de aburrimiento y a bostezar de vez en cuando.

Una vez suena la alarma del descanso, se levanta y camina en dirección a la cafetería.

Que mala noche había tenido, otra vez las pesadillas no me habían dejado descansar y la prueba eran las ojeras que tenía. Por poco y no alcanzo a entrar a la escuela a tiempo. Al llegar me encontré a Yuna en los pasillos pero por la hora apenas y pudimos intercambiar un par de palabras.

Mientras tanto en el salón Cristian y Hikari ya estaban en sus asientos, como solía hacer me senté justo detrás de Hikari,  de esa forma  podía charlar con ellos cuando hubiera tiempo. En las primeras clases aún tenía algo de energía, pero para cuando llegó la clase de ciencias yo ya estaba en las últimas y honestamente hablar de virus no me resultaba realmente estimulante.

Quise poner atención, en serio quería hacerlo, pero mis ojitos se cerraban sin poder evitarlo. Antes de darme cuenta me había quedado bien dormida mientras escuchaba algo sobre la voluntad de vivir.

Hyo-ri Yie fue de las primeras en llegar, no porque tuviera un afán demasiado grande por aprender, sino porque no deseaba sufrir la conglemoración de personas en la entrada, suceso que día tras día se repetía con los estudiantes que llegaban tarde y por medio de sufrir castigos corrían como pollos sin cabeza.

Tras atender a las diversas clases, llegaría la del profesor, Hyo-ri Yie no emitió ningún gesto cuando este dio su opinión sobre los virus aunque por lo que había leído en el libro, estos no eran seres vivos, sería como decir que "El fuego tiene más voluntad que las personas en llamas porque termina por devorarlos".

Por suerte para Hyo-ri Yie, la campana hizo que esta pudiera levantarse para ir a comer la comida que había traído de su casa a un lugar mucho más tranquilo y relajado, esto era en el Aula de Música, donde podía poner algún disco y escucharlo en tranquilidad mientras comía.

Un día más, el despertador sonaba tan temprano que era casi imposible despertarse. Salir al salón, donde sus padres desayunaban, significaba la misma charla de siempre, la misma intención de ser como ellos. Sus frases eran como un martillo que clavaba un clavo poco a poco. Hasta que un día estuviese clavado y Park Jun fuese como ellos. Pero ese día nunca llegaría.

Asintió varias veces a los comentarios de su padre, usó los dedos para agarrar cualquier cosa que llevarse a la boca y salió por la puerta. Cuando ésta se cerró, se hizo el silencio, el que tanto le gustaba.

No vivía demasiado lejos del instituto, y aunque estuviese a las afueras le gustaba ir andando. Siempre llegaba justo, tan solo a uno o dos minutos de la hora de cierre. Justo antes del castigo. Sonrió al profesor vigilante y entró, era el último antes de que se cerrarse la verja. De nuevo llamaba la atención, bajo un ostentoso abrigo de pieles se encontraba el uniforme del instituto. Caminó por el pasillo bajo la mirada de los profesores que también lo recorrían, colgó su abrigo en las perchas del corredor y entró a la clase. En más de una ocasión algún listillo le había robado el abrigo; le daba igual, al día siguiente volvía ir con otro, igual o más caro. Zigzagueó entre los demás alumnos, algunos le saludaban y él respondía escuetamente. Finalmente se sentó en su sitio.

La clase fue aburrida, como de costumbre. Lo que el profesor Lee explicaba él lo entendía, no era estúpido, pero apenas le interesaba. Aun no sabía que quería hacer con su vida, asistía al instituto como un mero fantasma sin voluntad propia. Se ausentaba en clase, tan solo escuchando los murmullos del profesor de fondo, mientras miraba por la ventana. Lo único que le despertaba era el estridente timbre, el fin de la clase.

Salió, miró a su abrigo, aun seguía allí, y allí seguiría todavía. Comenzó a recorrer los pasillos del instituto rumbo al comedor, tenía algo de hambre.

Hikari se estaba acomodando el cabello que se le había metido por todos lados cuando se había aferrado a Cristian, medio fascinada y otro poco aterrorizada por el viaje en moto cuando él le comentó aquello.

-Creo que le faltan horas de sueño. Está un poco ojeroso… o eso me parece. El texto explica que los virus no son organismos independientes. Ya sabes: necesitan de un organismo que los mantenga vivos, pues perecen sino lo infectan.

La chica murmuraba aunque ya la clase había terminado. Era la bendita costumbre.

Suerte que te tengo para confirmar que el profesor esta para encerrarle, ¿Qué quieres comer hoy?, os invito a Kim y a ti a comer, ¿pillamos comida para llevar y vamos a la azotea?.

A la hora del almuerzo reúno a mis dos compañeras, chicas os invito a pillar comida para llevar y comemos en la azotea. Dicho eso sabiendo que aunque alguna se queje al final accederán.

Ya me encontraba por el quinto sueño cuando sonó la campana. Normalmente hubiese saltado como un pequeño conejo por la sorpresa, sin embargo me sentía tan cansada que solo cuando sentí las manos de Cristian remeciendome y hablando de comida volví lentamente a la realidad.
- Solo dame 5 minutos más- a pesar de mis palabras abrí lentamente mis ojos solo para comprobar que no quedaba nadie más en el salón-Otra vez me dormí.. espero que el profesor no lo notara

Froté mis ojos y me estiré dejando escapar un bostezo. Tomé mis cosas para seguir a mis amigos aún algo adormilada.

- No vayas tan rápido... aun no estoy segura de que estoy despierta.- me gustaba comer en la azotea sin tanta gente y sin que algún gracioso se acercara por la espalda para asustarme y hacerme tirae la comida-¿Por cierto, me perdí de algo importante en clases?

Hikari recibió con entusiasmo la idea de comer algo en la terraza. Pensó que cualquier cosa sería buena con tal de despejarse un poco.

-Yo traigo la lunchera que me hizo mi padre. Hizo Bibimbap de sobra… puedo compartir.

El padre de Hikari tenía un restaurant pequeño pero bien provisionado y solía insistir con la alimentación de su pequeña cerebro.

-Kim, te lo perdiste. El profesor habló de los virus como organismos independientes… el libro de texto dice otra cosa. Un chico se lo comentó pero parecía que no le daba pie a explicarse. Está un poco extraño, ¿no?

Tal cual como le había comentado a Cristian antes, el profesor se notaba un poco extraño… y eso que era raro de por sí. “Ahora, ¿en el examen que se supone que tenemos que poner? Porque el libro dice otra cosa…” Se pregunta esto mientras van a comprar algo más de comida, y algunas bebidas también. Camina con paso tranquilo, mirando solo a sus dos amigos, y metida en sus cosas.

-Creo qu voy a comprar algo de Milkis para beber...

Claro que si, el profesor de ciencias tiene problemas con las drogas y ha olvidado su materia. ¿Qué quieres tu Kim?, invitando a lo que quieran tomar en la cafetería para poder subirlo a la azotea. Sentándome en la cornisa con los pies para dentro.

¿Qué droga se meterá el profesor de ciencias?, esta mas raro que nunca.

No comprendía del todo el entusiasmo de Hikari por los virus, sin embargo agradecí que me pusiera al tanto de lo que había pasado en clases.

- Pues ya luego me prestas los apuntes, porque si el profesor no se pone de acuerdo con el libro no me va a servir de nada estudiar de allí. ¿En serio estaba tan raro el profesor?- la expresión de Hikari me preocupó un poco, aquel sentimiento amargo no duró mucho, ya que por culpa de Cristian empecé a reirme sin poder contenerme- ¡No digas eso! si te escucha algún profesor te meterás en problemas. No creo que se drogue, quizás solo estaba cansado o ...

Bajé la voz, mirando a todos lados por si alguien nos estaba escuchando- quizás su esposa no le hizo suficientes cariñitos-  otra risita traviesa se me escapó hasta que recordé lo que le había pasado a su esposa o bueno lo que los rumores decían. -¡Ay! no debí decir eso...

Lo mejor que podía hacer era concentrarme en lo que iba a comer y beber.- Una gaseosa de fresa estaría bien. - respondí a Cristian.- En cuanto a la comida, un poco de Kimchi y el bibimbap que prepara el papá de Hikari será más que suficiente. ¿Por cierto que haremos si la azotea está cerrada?

¿Qué pasa?, solo es sexo y no pasa nada por hacer bromas de sexo. Además una cosa es cierta, si tuviera mas cariñitos como tu dices estaría de mejor humor.

Hikari asintió al pedido de Kim de prestarle los apuntes, y aclaró: -tanto a ti como a Cristian que tampoco lo vi anotar ninguna cosa -sonrió con complicidad y luego se contagió de la risa de su amiga, aunque intentó mantener la seriedad (sin mucho éxito que digamos). Cuando nombraron la palabra sexo, la chica se puso del color de los tomates. Tosió, nerviosa y se dedicó a acomodar las porciones de bibimpap que había hecho su padre. Era un plato de arroz mezclado con vegetales y carne. Las verduras estaban cortadas en forma de juliana y eran salteadas antes de tirarse con el arroz. La carne era de puerco y tenía condimentos especiales del restaurante. 

-Creo que la terraza estará abierta. Sino nos volvemos al comedor. 

Se puso la botella sobre la cara para enfriar sus mejillas, y trató de bajar la mirada. 

-Para mí el profesor es que tiene exceso de trabajo. Tal vez no está durmiendo lo suficiente.