Partida Rol por web

Casi una hora más tarde estaban en lo alto de una sima pasándose unos prismáticos entre ellos para examinar su objetivo.

El almacén se ubicaba a las afueras de Karma y se llegaba allí, tal como Doble S había dicho, a través de una amplia carretera habilitada para el paso de camiones. Unos kilómetros antes de llegar al destino habían salido por un camino lateral y ascendido con el jeep por una zona más agreste hasta encontrar un lugar desde el cual podían ver las instalaciones.

Se trataba de una enorme nave de almacenamiento de dos plantas. Si hubiera sido un hangar sin duda habría podido albergar a un par de astronaves de tamaño medio. Lo cual tenía lógica si en su interior debían guardarse piezas destinadas a la reparación de este tipo de vehículos. Estaba rodeada por una valla con señales de estar electrificada que se alzaba a unos tres metros de altura, con una única vía de entrada a través de un amplísimo portón corredero. Había cámaras cada cierto espacio del perímetro. De la valla a las paredes de la nave había unos quince o veinte metros, aproximadamente. En la zona delantera había media docena de jeeps y un camión pequeño aparcado. La propia nave tenía varios accesos. Había dos en el frontal, los más evidentes, que eran enormes puertas hidráulicas por los que debían pasar los camiones al interior, pero también contaron al menos tres puertas de metal 'normales'. Una de ellas estaba junto a las puertas frontales para camiones. Otra estaba en la parte trasera, flanqueada por contenedores de desechos. Y la tercera estaba a la altura de la segunda planta y se llegaba a ella por unas escaleras en la fachada exterior oeste. Nuevamente vieron cámaras encima de cada una de ellas.

Desde que se habían apostado en lo alto de la loma a examinar la situación no habían visto entrar o salir ningún vehículo pero habían contado al menos a cuatro hombres armados haciendo guardia, uno por cada lateral de la nave, más otro que se sentaba en una especie de caseta habilitada junto a la entrada de la verja exterior, sin duda para activarla y darle el paso a los vehículos que llegasen. En una ocasión vieron como se abría la puerta de las escaleras externas y un tipo se asomaba para echarse un cigarro mientras se apoyaba indolentemente en la barandilla.

Roberto esperó su turno para observar el almacen. Entrar por la fuerza parecía bastante arriesgado, asi que tocaba darle al ingenio.

"Veamos..." -empezó diciendo a sus compañeros- "contando con que Laran no nos la haya jugado... tenemos los nombres de la jefa del lugar y alguno de sus subalternos. Podríamos inventarnos alguna excusa para poder entrar todos... pero claro, una vez dentro estaríamos algo encerrados, a no ser que alguien se quedara fuera como apoyo. Por otro lado, también podemos ocasionar algo de caos para que todo el mundo salga... claro que... Seguramente Doble S no se lo tomaría muy a bien porque estaríamos destrozando parte de sus propiedades. Quizá podríamos venderle que es un precio a pagar por vengarse de Svenson pero... creo que cuanto más limpios seamos mejor ¿no? En cuanto a los hombres de Doble S, creo que no deberíamos preocuparnos de hacerles algo de daño si se da el caso. Después de todo, son unos listos vendidos ¿no?" -terminó de razonar en voz alta- "En ese sentido, puedo poner a vuestra disposición mi lengua y mis manos para hacer algún truco, pero no esperéis que sea ese tirador estupendo que os cubre el culo..." -terminó con una sonrisa mientras movía las manos con gracia.

- Podemos coger al tipo del cigarro. Si ha salido, deberá poder entrar también. Seguramente lleve encima alguna tarjeta o algo que le abra las puertas. - dijo planteando distintas alternativas. - Parece que lo de entrar metido en un camión va a estar complicado.

Sammala asintió a las palabras de Orlop.

-Yo casi prefiero la opción sigilosa, Cisneros. No te ofendas... El del cigarrillo no debería ser ningún problema...

Sparky sonrió de buena gana:

"No me ofendo para nada Sammala. En serio." -dijo guiñando un ojo a la mujerona- "Lo cierto es que no creo que exista un plan perfecto en esta situación. Por desgracia desconocemos lo que se cuece ahí dentro y sólo tenemos lo que nos ha dicho un tipo que, como he dicho, bien podría ser algo interesado e inexacto" -por ponerle un apelativo.

"Colarse no es mala opción, pero sugiero entonces que no lo hagamos todos. Algunos deberían quedarse fuera por si las cosas empeoran ayudar a desatascar una situación... o crear una distracción". -terminó diciendo señalando alguno de los vehículos de la entrada- "Yo puedo ser útil tanto para entrar, como para quedarme fuera". -añadió agitando los dedos de las manos. Roberto estaba orgulloso de sus manos y capacidades técnicas.
 

-Se puede crear una distracción por el frente y que ésta sirva de pantalla para colarse por la puerta trasera. Lo de andar de puntillas de pie no se me da bien, pero entre Sparky y yo podemos montar un buen espectáculo para que el resto se introduzca en el edificio y encuentre al Decados.

- Yo prefiero colarme, pero no se si Sparky preferirá distraer o meterse dentro. Si bien es cierto que aqui los militares saben luchar, no se si serán muy sigilosos, Sparky parece más agil -  dijo sujetándole el brazo. 

Ante el apoyo a su plan por parte de la Hermana Eskatónica, Sparky tuvo que replantearse un momento aquello. Mäs que nada por la siguiente propuesta de Orlop.

"Ehm... Hermana, si al final Svenson tiene algo que ver con... ya sabes, los malditos simbiontes, ¿no será su presencia mejor junto a los que vayan que capturarle?" -Sparky había estado pocas veces en el frente, pero había oído hasta la saciedad que lo único capaz de detener de forma eficaz a aquellos bichos eran los tipos con poderes psíquicos y los teurgos eskatónicos*. Y de lo primero no tenían... que él supiera claro.

"En cualquier caso si el resto juzga que lo mejor es que se quede conmigo no tengo problema. En cuanto a deslizarme en su instalación... pues supongo que podría intentarlo también si." - no parecía que sus compañeros lo tuvieran muy seguro- "Mirad, si alguno de vosotros tiene algún explosivo -incluso una granada- podría deslizarme y preparar una buena fiesta en los vehículos que están aparcados en la parte de atrás... pero el problema son esas cámaras claro."

-Ustedes creen que dentro de este depósito encontraremos simbiontes? -tal vez Boudicca pecaba de ingenua, pero no creía que el Decados fuera a ser tan temerario como para llevar sus tratos con la amenaza alienígena hasta ese punto. 

-Como prefieran... creo que seré más un estorbo que otra cosa, pero sé empuñar un arma -se encogió de hombros y sonrió buscando a la hermana de batalla. Ya había participado en otra guerra contra los Decados, con otro de esos sacerdotes a su lado, y el equipo había funcionado bien.

De pronto una explosión sorprendió a todo el grupo. Un estallido brutal en el interior de las instalaciones provocó que una lluvia de cristales saliera despedida hacia el exterior. El tipo que estaba apoyado en la escalerilla a punto estuvo de caer de ella pero se recuperó rápidamente y, armado con su fusil, se lanzó al interior. Una humareda negra escapaba a través de las ventanas que habían estallado. 

El la cabina de guardia el individuo se había apostado muy profesionalmente, vigilando el perímetro pero sin abandonar su puesto. Los hombres que patrullaban alrededor se dividieron para situarse a los laterales de las puertas inferiores, dos a cada lado. Pese al caos y la sorpresa actuaban como mercenarios bien entrenados. Aquella gente sabía lo que se hacía.

Pero ¿qué había pasado dentro? 

"Oh vamos hermana, no creo que vayas a ser un est..." -las palabras de Roberto se vieron interrumpidas por aquella explosión. El mecánico dió un respingo y luego se cubrió.

"Por las muelas de mi abuela... ¿qué ha ocurrido ahí dentro?" -juramentó- "Parece que alguien nos ha hecho el trabajo de distracción. Yo voto por aprovechar la coyuntura." -dijo mirando a todos sus compañeros, especialmente a los más combativos.

"Propongo acercarnos e incapacitar al tipo de la puerta" -añadió preparándose para la maniobra de aproximación.

—Ahora o nunca— dijo Kris sirviendo de avanzadilla del grupo.

Aprovechando la explosión y el caos se movía rápido hacia ese tipo de la puerta. Miró a Cisneros haciendo un gesto con la mano para que le cubriera y se intentó mover sigilosamente hacia la puerta dispuesto para dar un culatazo al vigilante.

Kris se deslizó rápidamente por un lateral seguido de Sammala y Cisneros. Los otros dos compañeros permanecían dubitativos en su posición de vigilancia.

El tipo de la entrada estaba apuntando hacia el exterior. En el momento que giraba su vista hacia el otro lado Kris aprovechó para saltar de entre los matorrales y a la carrera alcanzarlo. Estaba a punto de lograr su objetivo cuando el guarda se giró. Sin embargo antes de que pudiera apuntar la culata del marine se estrelló contra su rostro. Con un grito de dolor el hombre cayó hacia atrás, todavía consciente, aunque desarmado. 

Sammala, que iba detrás, apartó el arma del guardia de una patada. 

Los tipos que estaban junto a la nave no habían llegado a escuchar el gemido de su compañero y ahora acababan de abrir de una patada las puertas para entrar y enfrentarse a lo que sucediera en el interior.

Roberto siguió a los dos músculos del grupo -al menos había supuesto que así lo eran- en aquella carrera hacia la entrada del complejo. No erró en su pensamiento. Entre Sammala y Vernet, prácticamente habían inutilizado al guarda, dejando vía libre para que él entrara en la garita de entrada.

Con la pistola en la mano, se agachó -para no ser un blanco visible- y se puso a mirar dentro de la garita para ver qué podía usar a su favor. Estaban los cierres de la puerta, un par de monitores que lo que hacían era enviar imágenes del perímetro -pero no del interior, para su desgracia- y un par de armas de reserva.

Aprovechó para estudiar la situación en el perímetro mientras dejaba que sus compañeros terminaran la tarea que habían empezado con aquel pobre desgraciado.

Los tipos de las puertas se perdieron en el interior. Nadie se había percatado de que su compañero de la garita estaba en un problema. 

Una humareda negra e intensa ascendía desde el interior de la nave industrial a través de los cristales rotos. Siendo un almacén industrial seguro que había cosas que prendían fácilmente y provocaban gases tóxicos. Y otras que probablemente fueran inflamables o explosivas. Del interior llegaba el ruido de un intercambio de disparos. Eso dejaba claro que no había sido ningún accidente. ¿Alguien se les estaba adelantando?

Kris golpeó con al vigilante en el cuello para dejarlo inconsciente. No era momento para charlas. Miró fijamente a Sparky mientras este examinaba la garita. Un par de minutos, quizá tres. Después ordenó con un gesto de la mano la incursión en la nave. Si alguien se había adelantado... quería saber quien era.

Muy rápidamente se movió hacia los cristales rotos y echó un vistazo rápido por encima. Había un pequeño muro que les serviría de cobertura para echar un primer vistazo así que se lo señaló al resto. Una vez confirmada la orden saltó la ventana y se colocó detrás del muro avanzando hacia el sonido de los disparos.

Sammala se coordinó con su compañero para cubrir el avance. Aunque parecía que toda la atención estaba centrada en el interior la experiencia en el campo de batalla les aconsejaba prudencia. Cuando Kris alcanzó el borde de la ventana echó un vistazo al interior.

Dentro había un intercambio continuo de disparos. Los guardias, que en el interior daban la espalda al marine, usaban unas enormes turbinas como cobertura mientras abrían fuego contra el fondo de la nave. Allí había una pequeña nave auxiliar que estaba siendo reparada, con las piezas de su motor esparcidas alrededor. Y tras ella un motor de gran tamaño del que procedía todo el humo. Posiblemente una pieza de astronave impactada en un mal lugar por una bala. 

Desde donde estaba Kris era imposible ver a los asaltantes que se habían atrincherado a aquel lado del lugar. Lo que si alcanzó a ver es era la baranda metálica que bordeaba toda la nave y sobre la que llegó a contar al menos cuatro cadáveres que probablemente perteneciesen a los guardias que patrullaban esa zona. Sin duda habían sido pillados por sorpresa pero ¿cómo habían logrado entrar los asaltantes sin pasar por el perímetro exterior? 

Sparky maldijo su suerte. Con sólo las cámaras del exterior no podía hacer mucho más. Vió cómo sus compañeros terminaban de dejar K.O. al primer guardia y asintió.

Como era de esperar, Vernet se movió como un profesional junto a Sammala cubriendo su avance. El ex-carroñero le hizo una seña al resto de sus compañeros para que supieran de su avance y decidieran movilizarse con ellos o quedarse atrás para cubrir más terreno.

Al llegar junto a Sammala y Vernet al primer muro, Sparky también aprovechó un intercambio de fuego entre las dos partes para echar un vistazo rápido. Había dos frentes y estaba claro que el más alejado era el que les interesaba.

Susurrando a sus compañeros más cercanos añadió: "¿Qué tal si rodeamos y nos ponemos a la espalda de los atacantes? Si por el camino terminan de matarse sería genial, pero estaremos más cerca de los que nos interesan ¿no creéis?"