Partida Rol por web

El anochecer (de 6 meses) comenzó a caer sobre el helado manto del Polo Norte.

Luego tropezó y cayó definitivamente. Por suerte se agarró del borde a tiempo para evitar un papelón y quedarse, haciéndose el distraido, a medio caer, su disco dorado acariciando el horizonte. Es que entre el sol y el horizonte, hay una relación especial.

A lo lejos, las luces de la fortaleza de Santa. A lo lejos, es decir, según el plano que les diera Chuck, unos 5 kilómetros. En un momento Bilbo se concentró para orientarse en el manto helado, para señalar una dirección con su dedito, sin dudar.

No podía dudar, tampoco: a sus espaldas se leía:

En fin, nuestros aguerridos héroes, protegidos contra el frío con gruesas ropas y llevando el arsenal a cuestas, comenzaron a desandar el camino.

Podían oir los aullidos rapaces de los chihuahuas guardianes, y podían imaginar el deslizar de los pingüinos, también guardianes. Imaginar, porque eran increiblemente silenciosos...

(sigue...)

Por fin se acercaron, arrastrándose sobre una colina de hielo y nieve. Frente a ellos, el Río Rojo, teñido por la sangre de los duendes que intentaban huir sin éxito. La vista era... escalofriante.

¡Un grupo de guardias pinguinos! Casi podía olerse su aliento asesino (que curiosamente, es muy parecido al aliento de sardinas). Casi podía oirse su graznido de odio. Casi podía... casi casi podrían descubrirlos!

Los pinguinos son realmente muchos, exactamente una docena. Y unos cuantos llevaban rifles, otros cuchillos, otros... solo su maldad.

Qué harán nuestros aguerridos héroes? Se enfrentarán directamente a los temibles guardias? Buscarán una forma creativa (y sangrienta) de cargárselos? Buscarán cruzar el río por otro lado, menos peligroso?

Su turno!

Bilbo revisó su Uzi: cargada. Un poco congelada, pero cargada. El duende observó los pingüinos y compuso una mueca que quiso ser de odio. Pero lo malo de ser un Duende de la Suerte era que aunque estuvieses del peor de los humores tu cara sólo podía reflejar una bondad infinita. Bueno, a veces era el factor sorpresa lo que ayudaba.

- Tengo un plan.- dijo con su característica voz ronca de fumador.- Los ametrallamos desde aquí y a los que sobrevivan los cortamos en pedazos con nuestras espadas.

Sí, era un plan. No el mejor pero probablemente era lo más elaborado que había hecho nunca.

Aun no tenia las ideas muy claras, despues de los golpes, pero las piernas para seguir a los duendecillos si me funcionaban, entonces el plan de Bilbo me trajo de nuevo al mundo...

-Pin... güinos??

Tenia pensado que los pinguinos eran unas aves, incapaces de volar (por los aires??), muy majas ellas, eso si...

Despues de una breve estancia en babia, mientras acariciaba el cascabel, pense en voz alta...

-No hay nada que temer!!! Vamos, vamos!!!

Mientras miraba a las demas criaturitas y a los simpaticos pinguinos intermitentemente, esperando que alguno diera un paso hacia mi para salir corriendo y ser el primero en llegar con los pinguinos para jugar...

Una imagen recurrente torturaba al conejo, los pingüinos lo azotaban con sus aletas cubiertas por guanteletes de tachas afiladas obligándolo a realizar sus trabajos del día, fabricaba pequeños dulces que enloquecerían a los pequeños y así dominar psicológicamente a sus padres. Todo era parte del maquiavélico plan del Gordo bolchevique.

El enaño refunfuño ante los comentarios de los demás, Pinguinos....pinguinos....Dios...

-: Oigan...no por nada llaman a esos animales los pajaros bobos....psss...malditos pajaros, donde esta el gordo infeliz, a ese es el que quiero...gordo de mier...

Sus protestas fueron bajando de tono hasta convertirse en un murmurllo mientras veía como el conejo se aleja camino hacia los pingüinos.

-: Y ahí va el estupido conejo, solo, pensando que alguno de nosotros lo entendio...conejo kamikaze...a hacer que lo maten a él y nosotros -mira a los demás- que esperan a darles CAÑA!! a esos pajaros no se queden parados..

Comienza a correr hacia el grupo de las aves vestida de gala para darles su ultimatum.

-: Corran grupo de estupidos inadaptados sociales...que se creen que....

Nuevamente las quejosas palabras del molesto sujeto se perdieron en el viento.

Bilbo estaba encantado. El grupo aceptaba su liderazgo de forma natural. Bueno, en realidad el grupo quería darle de leches a los pingüinos pero él entendía que era su plan lo que movía a aquellos psicópatas a hacer su trabajo.

- ¡MUERTE A LOS PAJARRACOS! 

Saltando encima de un montón de nieve sacó su Uzi y barrió la zona donde estaban los pingüinos mientras sus compinches iban a la carrera para el cuerpo a cuerpo.

Cautelosamente el conejo había logrado rodear a los pingüinos masoquistas en espera de que sus compañeros tomaran las posiciones que les había indicado en su intrincado grafico en la nieve. Para luego poder saltarles repetidamente sobre las cabezas y despellejar sus aletas para hacer milanesas a la napolitana para el gran Chuck, sin duda su plato favorito.

Bilbo daba volteretas mientras disparaba con su uzi. Dado su tamaño y aspecto resultaría cómico si no fuera porque su uzi descargaba ráfagas certeras que iban atravesando las cabezas de sus enemigos blaquinegros. De hecho no haría falta dar volteretas: nadie atacaba todavía con armas a distancia al pequeño duende. Bastante lío tenían los pingüinos para averiguar porque se desparramaban los sesos de sus compañeros de pronto, sin previo aviso. Pero Bilbo sólo sabía disparar la uzi dando volteretas. Así se lo había enseñado Chuck y así lo hacía él.

- ¡BANZAAAAAAI!- gritaba emocionado la pequeña bola de pelo asesina.

Bilbo comienza a dar volteretas sacudiendo la Uzi de aquí para allá. Mejor allá, Duende, que por aquí relato yo y no queremos quedarnos sin relator, verdad? Eso. Para allá.

Y allá se encuentran los pingüinos asesinos-guardianes de Santa! 5 de ellos caen bajo la balacera del pequeño cabroncete, y el resto cae... de la risa. Es que un conejillo blanco como el entorno tambien comienza a saltar, revoleando una katana... como una mala imitación de película de Hollywood. Un... Nievewood, digamos.

Entre la nieve fresca, y la nieve roja de sangre y sesos de pingüino, los demás se preparan para repeler el ataque del ser azul y el... enano? que se lanzan cuesta abajo. 3 de los pingüinos echan el rifle al hombro, alistan la aleta...

- PUMMM!

Las balas vuelan (todavía no les enseñaron a reptar, claro), obligando a Horacio a reducir la marcha y agacharse porque Esos pinguinos infelices de mierda me van a arruinar el gorrito, me cago en... Cuando el enano vuelve la vista, ve que Sdahi quedó aún más atrás con un agujero humeante en su bracito...

Dos pinguinos saltan en el aire, se colocan un pañuelo rojo en la cabeza y lanzando alaridos ninjas deciden demostrarle al conejo como se troza un animal de granja.

Evidentemente deben haber aprendido Ninjitsu por televisión, porque sus tajos solo cortan el aire alrededor de Adalberto, sin siquiera provocarle hurticaria (y mucho menos, una lesión).

Uno de los pinguinos restantes comienza a manejar un aparato comunicador sospechosamente parecido al que utilizaban en Viaje a las Estrellas. Jefe!!! Jefe!!! Me escucha?? Nos invaden, nos invaden!!! chilla con su voz aguda.

Podrán los musculosos héroes deshacerse de los 7 pinguinos restantes antes de que den la alarma?

(Defensa 12 en CaC, disparando ya a bocajarro si quieren hacerlo).

Vuestro turno!

Ok, a ver si no la lio mucho XD

Malditos pinguinos!! se van a enterar!!! Les he dejado el primer turno de ventaja, y ni aun asi conservaran sus vidas... Muajajajajajaja!!!

Que pena que me haya perdido el primer turno... Y encima me han pegado...

-Uaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh!!!!

Al final mi excitacion no sirvio para nada mas que recibir un disparo, pero para machote yo

-Pinguinos hijos de p...

Mientras buscaba mi arma mortifera de destruccion masiva, me lance a la carrera, y al no encontrar dicho arma, tuve que conformarme con sacar mi Yo-Yo...

Por suerte, antes de que se me encomendara la mision, habia estado en paro una larga temporada, y tuve tiempo libre para dedicarle al juguetito, asi que no se me daba mal del todo...

Habia enloquecido, pero aun asi, mi habilidad innata para resolver situaciones de esta indole - llamese tambien fortuna oportuna a mas no poder- me hizo abalanzarme sobre el pinguino que trataba de comunicarse con alguien...

-Me voy a hacer unas zapatillas con tu pellejo!!!

Y mientras el Yo-Yo descendia peligrosamente sobre el craneo del pinguino parlanchin, el cascabel de mi cuello sonaba alegremente en aquellos festivos parajes...

Tengo una duda!!

Si el pinguino que me ha atacado tiene dos exitos de 3 dados tirados, el valor central es un exito fijo, pero si solo se usa el valor (solo 1) del medio, porque me ha hecho 2 valores de daño?? (4 y 2)

(o es que su ataque es doble y hace 2 daños?)

No se muy bien como va eso, si me lo puedes explicar un poco...

De los 3 valores de los dados, se elige el valor del medio, si es un exito, acierta, si no nada, no??

Y en caso de acertar, el valor de defensa como se aplica??

- ¡Rodando vooooy! ¡Rodaaando vengoooo! ¡Rodaaandoooo vooooy! ¡Rodaaaandoooo vengo!

El pequeño Bilbo rodaba, tal como describía su canción, por la colina abajo. Y de pronto ¡en medio de los pingüinos desenfunda su katana y va a por los supervivientes!

- ¡Por el caaaaminoooo! ¡Yo te troceeeeeo!

Mientras rodaba nuevamente esquivando a otro pingüino su katana volvió a cantar acompañada por la voz ronca del Duende, cuyo objetivo principal era sin duda el pingüino del comunicador:

- Enaaaamoraoooo de la muerte, aunque a veces te duelaaaa... enamoraaaaooo de la muerte, aunque a veces te dueeeelaaa... Si tienes frío ¡katana que te pela! YEAH!

Horario se  saca su sombreo de pico para ver el agujero que lo atraviesa de punta a punta mientras el humo aún sale de él llenando sus fosas nasales con el hedor de la polvora.

-: Pinches pajaros....

Y sin mediar ninguna otra palabra se lanzo a la carrera dando un estrepitoso salto en largo, estiro sus cortas piernas para impactar en  tremenda patada voladora sobre la cabeza de uno de sus agresores.

Ahora la sonrisa de Bilbo era sincera. Sí. Estaba disfrutando. Estaba haciendo lo que mejor se le daba y lo estaba haciendo bien: matar. Una vez se topó con un tipo que también decía lo mismo, que su trabajo era matar y se le daba bien. Fue en una taberna de Kuala-Lumpur donde ambos estaban acabando con las reservas de vodka del local. Al final se liaron a piñas y quedó demostrado que el otro era bueno... pero Bilbo mejor. Tuvo suerte de que se regeneraba porque el Duende lo dejó hecho un trapito. Incluso le quitó una de esas garras para hacerse un abridor de cervezas... debía habérselo dejado en casa de Chuck durante la última fiesta.

En fin. Que Bilbo mataba a gusto y con ganas. Rodaba por el suelo, saltaba por encima de los pingüinos, brincaba sobre un montículo de nieve para hacer una pirueta con molinillo. Era un torrente de movimientos con katana incluida. La nieve se volvía roja a cada nuevo salto del pequeño duendecillo. Y mientras tanto seguía cantando:

- Señoooras y señoooores... sepaaaan usteeedes... ¡ay! que la sangre bien rooooja... es pa' quien la merese.... ¡ay! que la sangre bien roooja... pa' quien la merese...

Corriendo a toda velocidad apareció detrás del pingüino del comunicador y clavó su katana. El pobre bicho se quedó mirando como le sobresalía aquel extraño apéndice por la parte delantera de su barriga....

- Mataaaando voy... mataaando veeeengo....- dijo una vocecita ronca detrás de él.

El sistema de transmisiones quedó allí, en medio de la nieve, listo para ser rematado. Pero Bilbo estaba demasiado entretenido troceando a los pingüinos.

- ¡Será mejor no dejar pruebas!

Claro. Esa era la solución. Probablemente nadie se daría cuenta de que allí había pasado algo aunque viera todo aquel desparrame de tripas, sangre, vísceras y trozos de pingüino... estaba claro que aquel comando había suspendido la asignatura de sigilo en la academia militar.