Partida Rol por web

Expedición al castillo de Ravenloft

Retazos en la noche de luna llena del 1 al 2 de diciembre

Cargando editor
25/04/2016, 21:42
Hurrn

Hace un día...

La noche de la llegada de Maligno (del 30 de noviembre al 1 de diciembre), Layla callejeó por las estrecheces entre las casas del pueblo de Barovia, buscando atajos y escondrijos, evitando a los secuaces del diabólico muñeco. Los juguetes vivientes fueron cerrándole vías de escape. Poco a poco, se fue desplazando hacia las afueras a medida que sus subterfugios lo requerían, hasta terminar abandonando el pueblo.

A pesar de ser una simple chica, tenía un olfato muy desarrollado. En campo abierto, percibía aromas en la brisa y olores silvestres que nunca había apreciado antes. Pero había algo más... Estaba en el olor de la tierra. Era como si estuviese equivocado, como tuviese un hedor incorrecto. Como los animales que huelen el tumor en un cuerpo enfermo, el valle tenía un nauseabundo olor a muerte en la nariz de Layla. Le costó conciliar el sueño, entre las hierbas, como un animal. Y en parte era por los ruidos insidiosos de, quizás, pequeñas alimañas arrastrándose entre la vegetación, pero la intranquilidad era mérito de aquel olor...

Hace catorce horas...

Layla despertó hambrienta, en un campo dorado de centeno silvestre, bajo el sol de la mañana. Tenía frío. El hedor a corrupción seguía patente, era algo que no se conseguiría sacar en mucho tiempo de la pituitaria. Pero el vacío en el estómago mitigaba otras preocupaciones. Por el olfato, se guió en dirección a la carne. Se movía por entre las espigas con una agilidad animal, cuando su precipitado olfato se dió de bruces contra el peligro: una serpiente cascabel.

Layla retrocedió. Su hambre le hizo volver. Era una lucha desigual: ella no tenía garras, ni colmillos, ni nada con qué defenderse ni atacar. La muchacha alzó una pesada piedra, y la tiró sobre su desayuno.

Hace doce horas...

Había tratado infructuosamente hacer fuego. En su vida como prisionera, nunca se vió obligada a recurrir a ese tipo de trucos de montaraz. El hambre no es amiga de la paciencia, y Layla trató de comerse la serpiente cruda. Sus dientes resbalaban por la superficie dura y escamosa sin lograr arrancar un bocado. De nuevo recurrió a la piedra, y fue machacando el alargado cadáver hasta hacerlo papilla, rasgando la piel, y llegando a una bulba carnosa y desmenuzada.

Hace siete horas...

La sed era su peor enemigo, hasta que su fino oído se concentró lo suficiente para escuchar el agua correr, a lo lejos. Se guió por el sonido hasta un río. Desde su orilla, a la izquierda, divisó un puente de piedra algo más lejos. No le preocupaba, a Layla le bastaba con saciar su sed. Volvió a lo que conocía, y le daba seguridad: el campo de centeno.

Hace dos horas...

Poco a poco se iba haciendo con el pulso a la naturaleza. Había apartado las pequeñas piedras del suelo y arrancado suficientes espigas como para convertir aquel pequeño círculo entre las hierbas altas en una cama. Atardecía, y estaba cansada. Se echó y quedó dormida en pocos minutos... y cuando despertó, su corazón palpitaba fuerte, y una luna llena redonda y albina, la vigilaba desde lo alto. Comenzó su transformación. Sus ropas se rasgaron.

Dominada por su lado salvaje, aulló y echó a correr entre el centeno. Y siguió. Cruzó a nado el río. Y siguió. Atravesó el bosque. Corrió entre las cruces de madera de un cementerio en una bifurcación de caminos, frente una tarima que dejaba bailando, mecida por el viento, dos sogas de horca que colgaban. Corrió y corrió, sobre sus cuatro patas. Libre.

En este mismo instante...

Cuando ya estaba desorientada, en medio de un bosque, cerca de los caminos, reconoció en el cielo algo no tan familiar como la luna: Hurrn. El cuervo parlante del caballero Herr Urik, siguió su vuelo sin prestarle atención. Y un insaciable antojo de carne aviar se apoderó de su estómago. Pero volar en linea recta, sobre las copas de los árboles, es más rápido que zigzaguear sorteando los troncos. Hurrn se alejaba. Y cuando parecía que estaba todo perdido, una flecha furtiva le arrebató a Layla el placer de la caza. Atravesado, Hurrn cayó más allá de donde Layla podía ver. Ya solo se podía guiar por su olfato. Pero cuidado: como en el cuento de caperucita y el lobo, hay un cazador rondando.

Notas de juego

Haz una tirada de característica: Constitución CD 12, para mantener la carrera.

Haz una tirada de habilidad: Supervivencia CD 15, para seguir el rastro por el olor.

Cargando editor
26/04/2016, 03:40
Layla

Una excitante sensación se había tomado por completo la voluntad de la ahora bestial Layla. La otrora albina luna sobre el cielo tomaba un suave tono carmesí en su ojos mientras que con su sobrenatural olfato continuaba degustando el olor de su presa, provocando que gran cantidad de babas salieran de sus peludas fauces, las cuales no paraba de relamer.

Pocos conocimientos guardaba Layla en su antes humana mente acerca de lo que significaba una verdadera caza, pero sus instintos la continuaban guiando en todo momento, mismos instintos que le advertían sobre la facilidad con la que el cazador podía convertirse en la presa y viceversa. La carrera que había tomado para seguir al pajarraco también le había pasado factura. Sin duda lo mejor era continuar confiando en sus instintos y estos ahora le pedían cautela, cualidad indispensable para la supervivencia si quería llevarse a aquel cuervo a su boca, y quién sabe si una presa más grande también... ¿Por qué no?

Levantó su olfato sobre el tapiz de la noche y aspiro profundamente mientras su peludo rostro se arrugaba por momentos. 

- Tiradas (2)

Motivo: Constitución

Tirada: 1d20

Dificultad: 12+

Resultado: 6(+4)=10 (Fracaso)

Motivo: Supervivencia

Tirada: 1d20

Dificultad: 15+

Resultado: 16(+7)=23 (Exito)

Notas de juego

Confundí el bono de la tirada de constitución con el bono de salvación de fortaleza, pero igual fallaba con ambas.

¿En cuál de sus dos bestiales formas se encuentra Layla ahora mismo?

Cargando editor
26/04/2016, 23:41
Director

Layla no es capaz de aguantar la carrera, después de llevar ya en sus patas toda la distancia recorrida anterior. Con la lengua fuera, y avanzando despacio, termina desembocando en un claro. Ha llegado tarde, la presa ya no está. Tampoco el cazador. Pero sí queda, impregnándolo todo, el olor de ambos.

El rastro permite a Layla encontrar la cabaña del cazador, de troncos de madera, con una única planta, más un desván coronándola. La chimenea está apagada, no sale humo por su cima. Pero a pesar de eso, hay luz en una de las dos ventanas que flanquean la puerta cerrada de madera. Quizás se deba a un candelabro, o a una lámpara de aceite. Todo eso es lo que sus lupinos ojos ven, pero como siempre, es su olfato lo que le permite vislumbrar más allá... no en el interior de la cabaña, sino tras ella.

El olor que le viene desde el jardín trasero de la casa es nauseabundamente insoportable. Es un hedor muy fuerte, que Layla no logra reconocer. Es la primera vez en su vida que está ante algo así. Si no, seguro que se habría acordado: no era algo que se pudiese pasar por alto. Aún con toda esa distracción al olfato, Layla sabía que la carne que andaba buscando estaba dentro de la cabaña.

Notas de juego

Estás en forma animal.

Cargando editor
27/04/2016, 04:48
Layla

Sabía que la carne se encontraba dentro de aquella cabaña, y estaba decidida a hacerla suya. Muchas horas habían pasado desde aquel maltrecho bocado de tripas de serpiente. El voraz apetito en su interior le era incontrolable, tanto que ni siquiera el apabullante hedor en las cercanías fue capaz de aplacar sus deseos.

Su salvaje silueta producía elegantes formas al acercarse al lugar. Las suaves plantas de sus patas acariciaban con delicadeza la tierra desnuda bajos ellas, se compenetraban de una forma que nunca había sentido antes con el suelo a sus pies. Su bestial yo se había apoderado por completo de sus deseos. Lenta y sigilosamente acechaba el lugar, sus nuevos y mejorados ojos le permitían el no perder detalle en su búsqueda por alguna manera de entrar y reclamar con la fuerza del depredador lo que le pertenecía.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+7)=24

Tirada oculta

Motivo: Escuchar

Tirada: 1d20

Resultado: 16(+7)=23

Tirada oculta

Motivo: Moverse sigilosamente

Tirada: 1d20

Resultado: 6(+7)=13

Notas de juego

Dejo varias tiradas ocultas que sospecho podrían ser necesarias.

Cargando editor
27/04/2016, 23:07
Director

Por la ventana, aquella loba divisó en la superficie curva del quinqué que iluminaba el interior el reflejo de lo que allí rondaba: tres puertas (incluyendo la de la entrada) en tres paredes distintas; una estantería baja con libros; una mesa y dos sillas; un caldero en el hueco de una chimenea apagada; un anciano arrancando a Hurrn la flecha, y cosiendo la herida; una jaula vacía colgando del techo, esperando a que el cuervo la llenase; el arco y un carcaj de flechas; un hacha.

El fino oído del animal también le puso en sobreaviso de la existencia de tres corazones palpitantes. El del viejo cazador tenía un pulso débil. El del pequeño cuervo todavía latía. El tercer corazón estaba en la habitación de al lado, tras una de las ventanas a oscuras: era joven y sano. Y pequeño, como el de una cría humana o un perro de caza.

Cuando una de las mullidas patas de Layla pisó la tarima del porche, el tablón viejo crujió. El anciano se puso en guardia y cogió su hacha, poniéndose en pie. Tras unos segundos de pausa, intentando escuchar algún nuevo sonido del exterior de la cabaña, el cazador empezó a caminar en dirección a la ventana para echar un vistazo fuera.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Escuchar

Tirada: 1d20

Resultado: 18

Cargando editor
28/04/2016, 04:07
Layla
Sólo para el director

Notas de juego

Estaba pensando... el descubrir la presencia de este inocente infante dentro de la cabaña, ¿no le podría valer a la chica para un intento de TS para transformación voluntaria? Puede que algo de la humana que todavía hay dentro de ella haya reaccionado ante la posibilidad de que el infante se convierta en la cena también. Pregunto nada más, usted conoce mejor las reglas que yo ^^

Cargando editor
28/04/2016, 15:21
Layla

El crujir de aquel tablón terminó de golpe con los viciosos pensamientos de la lupina. Layla colocó sus patas de vuelta a la confiable tierra y buscó esconderse fuera de la vista del cazador. El corazón de la joven latía a gran velocidad por la emoción. Su largo y esbelto cuerpo yacían al completo sobre la fría tierra, el calor que generaba su voraz apetito era suficiente para ella en esos momentos. El ansia por probar buena carne le llamaba, pero ella sabía que debía ser paciente. Estaba alerta y deseosa de los movimientos de aquel cazador, en cuando este cometiera el error de abrir la puerta ella saldría de entre la noche para cumplir con sus deseos. Además, el sonido del corazón de aquel infante también estaba en su mente..

- Tiradas (3)

Motivo: Control de forma

Tirada: 1d20

Dificultad: 25+

Resultado: 14(+7)=21 (Fracaso)

Tirada oculta

Motivo: Moverse sigilosamente

Tirada: 1d20

Resultado: 18(+7)=25

Tirada oculta

Motivo: Esconderse

Tirada: 1d20

Resultado: 4(+7)=11

Notas de juego

Olvidé hacer tiradas para esconderse.

Cargando editor
30/04/2016, 21:53
Director

El instinto era más fuerte que la razón. Layla permaneció rehén de su bestia interior, tan exterior esta vez como en cualquier otra noche de luna llena. Mientras la chica retrocedía, el anciano se plantaba ante la ventana, sin llegar a abrirla, solo observando.

¿Hola? ¿Hay alguien?-la voz del viejo cazador sonó amortiguada tras los cristales de la ventana.

El intenso silencio les atenazaba la respiración a ambos: a la bestia y a su presa. El hombre permaneció atento unos segundos, sin obtener respuestas. Puede que aquel ruido que escuchó solo fuesen imaginaciones suyas. Volvió a la mesa para terminar las curas al cuervo inconsciente, y luego lo metió en la jaula, encerrándolo y guardando una llave entre sus ropas.

Parecía que aquella chuleta andante no tenía ningún motivo para abrir la puerta y asomarse para que Layla lo pudiese comer. Los temores de la loba se confirmaron cuando el viejo se inclinó ante el quinqué y giró la llave para que el paso de la llama fuese más estrecho. La luz del interior de la casa se redujo hasta las proporciones de una vela. El cuervo, las armas y la figura humanoide quedaron en meras sombras difusas. Como un fuego fatuo, el quinqué flotó en el aire y se desplazó hasta la ventana del cuarto de al lado, dejando al otro a oscuras.

La tímida llama se hizo todavía más pequeña, hasta desaparecer. Y mientras en la cúpula celestial tililaban las estrellas y la luna hinchaba su pecho presumida, en el interior de la cabaña reinaba la completa oscuridad.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Dificultad: 11+

Resultado: 1(+5)=6 (Fracaso)

Cargando editor
01/05/2016, 02:22
Layla

La loba se mantuvo vigilante. Se sentía muy cómoda bajo el cobijo de la luna, y la apetitosa recompensa también la animaba a ser paciente. Sus sentidos al completo estaban enfocados en aquella cabaña, pero su sed de sangre aumentaba poco a poco mientras esperaba, hambre que podría hacerle cometer una locura de no percibir más movimientos desde adentro de la cabaña.

Su peludo pecho se movía al acelerado ritmo de su corazón mientras el ambiente se mantenía con un tenso silencio a su alrededor. Las ansias le podían por momentos y levantaba la parte trasera de su cuerpo como para salir en carrera, pero entonces decidía continuar con el acecho. --"Tal vez unos momentos más basten para que el hombre sucumba a sus necesidades de descanso."-- --"Tal vez si espero un poco más le sorprenda lo suficiente para que no pueda responder a mis garras."-- --"Tal vez todavía me está esperando con su arma en la mano..."-- La incertidumbre carcomía los ahora inhumanos pensamiento de Layla. Incertidumbre que no podría resistir por mucho tiempo.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Resultado: 9(+7)=16

Tirada oculta

Motivo: Escuchar

Tirada: 1d20

Resultado: 7(+7)=14

Cargando editor
03/05/2016, 09:50
Director

Y sucumbieron. Con la paciencia de un depredador al acecho, la astucia de Layla dió sus frutos. Con la luna llena reflejada en sus ojos, había llegado la hora de cenar...

A la carrera, la bestia saltó, rompiendo el cristal de la ventana del dormitorio y aterrizando entre las dos camas. El quinqué apagado descansaba sobre la tapa plana de un baúl, al frente, bajo otra ventana. Poco antes, una puerta a la izquierda, cerrada, y otra ventana a la derecha. Y a sus espaldas el viento helado de la noche salvaje le lamía el pelaje de la espalda.

El gran estruendo de los cristales puso en alerta al anciano y a la joven cría humana que dormían sobre las camas. Sobresaltados, ambos trataron de ponerse en pie sobre las mantas...

- Tiradas (2)

Motivo: Iniciativa viejo-joven

Tirada: 2d20

Resultado: 20(+1)=21, 16(+1)=17 (Suma: 38)

Motivo: Iniciativa layla

Tirada: 1d20

Resultado: 2(+3)=5

Notas de juego

Tienes derecho a un ataque de oportunidad, elije: ¿el nieto o el abuelo?

Cargando editor
03/05/2016, 17:33
Layla

Tal y como esperaba, ambas presas yacían ya dormidas sobre sus camas cuando el sonido del vidrio quebrado de las ventanas rompió de un solo golpe con el silencio de la noche. La figura de la loba era imponente frente a ellos, el hermoso pelaje de la criatura casi parecía tener vida propia con el místico resplandor de la luna, y la gélida brisa que le hacia bailotear de un lado hacia otro.

Pero la sorpresa fue mayor para la lupina, quien tuvo que apreciar imponente el como sus otrora presas reaccionaban de forma tan diestra ante su supuesto ataque sorpresa. Esta aún contaba con una oportunidad para golpear primero, oportunidad que intentaría no desaprovechar al lanzarse con todo a por el más experimentado de los humanos.

- Tiradas (1)

Motivo: Ataque

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+3)=4

Notas de juego

Ataque de oportunidad contra el viejo. Mis disculpas, pero no puedo extenderme más hasta mañana.

Cargando editor
05/05/2016, 10:59
Director

Las fauces de la loba se cerraron sobre una almohada oportunamente interpuesta como escudo. Sus dientes desgarraron la tela a base de fuertes sacudidas del cuello, y de pronto nevaban plumas en el interior de la habitación.

¡Firan shalik alantham!

Las palabras del anciano estaban pronunciadas en un idioma que Layla desconocía, pero produjeron un resultado inmediato: la cría de humano se encaramó al alféizar de la ventana rota y salió al exterior de la cabaña. Mientras, el viejo luchaba desesperadamente contra la bestia. Con las manos desnudas, trató de sujetar el cuerpo lupino en vano. La juventud de Layla corrió a su favor, y mantuvo con gran ahinco la libertad que tanto le había costado recuperar.

Una vez pasado el lance inicial, el abuelo se había convertido en el bocado más próximo, pero el nieto seguía siendo el bocado más tierno, y ese se había escapado por la ventana rota... Aún así, Layla seguro que podría seguirle al exterior y darle caza sin problemas.

- Tiradas (3)

Motivo: Presa: toque

Tirada: 1d20

Dificultad: 13+

Resultado: 19(+2)=21 (Exito)

Motivo: Presa: prueba enfrentada

Tirada: 1d20

Resultado: 8(+2)=10

Motivo: Presa: prueba enfrentada, Layla se resiste

Tirada: 1d20

Dificultad: 10+

Resultado: 9(+3)=12 (Exito)

Notas de juego

Si tratas de matar al abuelo, CA 11 para darle.

Si tratas de cazar primero al nieto, no hay ataque de oportunidad al alejarte porque el viejo está desarmado. Puedes saltar de nuevo y atravesar la ventana sin necesidad de tirada.

Cargando editor
05/05/2016, 18:19
Layla

La lupina observó con disgusto como la carne más joven salió corriendo por la ventana, alejándose por el momento de sus voraces mandíbulas. Luego de haber sentido ese inocente corazón latir con tal fragilidad mientras les acechaba, la carne del más pequeño se había convertido en casi una obsesión para la joven loba. Aunque, ella sabía que el más anciano podría convertirse en un problema si le dejaba campar a sus anchas. Ya una vez había sufrido la soberbia del hombre y jamás volvería a caer en sus manos.

Layla lidió con relativa facilidad con el abrazo del viejo. Podía sentir en su interior las indómitas fuerzas que había adquirido al dejarse llevar por su ahora nueva naturaleza. La embriagues del poder al disponer de otra vida justo frente a su hocico le hacia sumergirse en el éxtasis de la caza. Pero el mayor trofeo se escapaba. La loba intentó dar fin al fútil forcejeo del anciano y rápidamente llevo sus afilados colmillos hacia la garganta del mismo, pero el apuro por atrapar al más joven le jugaría una mala pasada al sólo rozar apenas la piel del viejo frente a ella.

- Tiradas (1)

Motivo: Ataque viejo

Tirada: 1d20

Dificultad: 11+

Resultado: 4(+3)=7 (Fracaso)

Notas de juego

Supuesto ataque al viejo.

Cargando editor
06/05/2016, 11:40
Director

El cazador era consciente de que no podía acabar con el lobo con las manos desnudas. Se puso de lado, agazapado, tratando de ofrecer el menor blanco posible a aquellos colmillos. Asustado, dió un paso atrás, y su hombro chocó contra la puerta que llevaba a la otra habitación. Allí tenía su arco... su hacha...

Con una mano temblorosa, se aferró al pomo de la puerta, y giró hasta abrir. En aquel otro universo, la luz de la luna también se colaba por las ventanas iluminando tibiamente el interior. Por el umbral, a un lado del anciano que estaba cruzando, Layla vió la jaula colgando del techo. Tras los barrotes, el cuervo herido seguía durmiendo, ajeno a todo.

Los ojos del cazador, por contra, se posaban en otros objetivos. Sobre la mesa, a una árdua distancia de quince pies de sus arrugadas manos, el filo del hacha reflejaba los rayos de luna, con brillo esperanzador, como un faro en la tormenta.

Notas de juego

Viejo en defensa total. CA 15. Está ocupando el umbral, bajo el dintel de la puerta, con lo cual no puedes pasar a la otra habitación este asalto salvo que intentes arrollarle.

Cargando editor
07/05/2016, 00:37
Layla
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Fuerza

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+2)=3

Notas de juego

Esto debe ser una broma..

Cargando editor
08/05/2016, 23:41
Director

Layla se lanzó a por el anciano, que de un empujón echó hacia atrás a la loba tirándola sobre un costado. Mientras la bestia se volvía a poner de nuevo en pie, el sonoro batacazo de la puerta cerrándose había interpuesto una barrera entre el depredador y la presa. El cazador estaba en una posición ventajosa, encerrado en la otra habitación con sus armas.

Se abrían tres posiblidades para Layla:

-Esperar. Tal vez el anciano, una vez pertrechado con su hacha, volviese a abrir la puerta para acabar con ella.

-Saltar por la ventana rota, de nuevo al exterior, y seguir el rastro de la presa más joven.

-Saltar por la ventana rota, de nuevo al exterior, e ir a por el cazador. Usando la misma técnica que para irrumpir en este dormitorio, Layla podría romper otra ventana saltando desde el exterior, pero esta vez para acceder a la sala de la chimenea.

- Tiradas (1)

Motivo: Fuerza enfrentada

Tirada: 1d20

Dificultad: 4+

Resultado: 18(+1)=19 (Exito)

Cargando editor
11/05/2016, 00:18
Layla

Una amarga sensación de rabia e indignación se apoderó de la primitiva mente de la lupina. Si el anciano no se quería dejar devorar por su depredadora, entonces esta le invitaría a ir a por ella. La lupina saltó nuevamente entre los rotos cristales de la ventana, estos fragmentaban la luz de la inmensa luna llena sobre ellos y sobre el peludo exterior de Layla. Ella ahora jugaría con aquellos sentimientos humanos que una vez también experimentó. Decidió ir a por la cría, sabía que el viejo también iría a por el pequeño que se encontraba solo en estos momentos, por lo que se le adelantaría para darle caza y esperar al viejo entonces.

El olor del pequeños y las viciadas sensaciones que este le transmitía, eran algo que la joven loba nunca olvidaría. Una vez afuera levantó su hocico apuntando hacia el firmamento para empezar con la persecución.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Supervivencia

Tirada: 1d20

Resultado: 2(+7)=9

Notas de juego

Mis disculpas por la tardanza.

Tiro supervivencia para intentar rastrear al más joven.

Cargando editor
12/05/2016, 11:02
Director

Mierda... no había ningún olor que seguir. ¿Qué estaba pasando? Layla tardó en comprenderlo. El aroma del niño estaba enmascarado. Enmascarado por ese olor intenso tras la cabaña que la loba percibió al llegar. Bordeó la casa hasta el patio trasero. Aquel olor, realmente era nauseabundo...

 Belladona. También llamada Matalobos. Aquella maldita
 hierba estaba por todo el jardín. Rodeaba un pequeño
 huerto, para que sus flores olorosas y sus frutos vene-
 nosos mantuviesen alejados a los ratones.

 En los licántropos producía un efecto similar al de los
 crucifijos en los vampiros. Les repelía. También se
 dice que su injesta puede curar la licantropía, si como
 mucho hace una hora desde que la víctima fue mordida.

 Layla sabe todo eso porque la probó en una ocasión...

Llevaba meses afectada por la licantropía. Arik, su padre, desesperado por alcanzar una cura, obvió los límites temporales de la prescripción, y le dió a Layla los frutos negros de todas formas. Casi la mata. Durante dos días, Layla estuvo encamada, con fiebre y con el estómago revuelto.

Esa historia fue hace muchos años... En el ahora, el niño era inalcanzable dentro de las fronteras de la Belladona, ridículamente oculto tras una endeble tomatera mucho más delgada que él.

¡Firan shalik alantham!

Pero que fuese inalcanzable para Layla no importaba mientras el necio anciano no lo supiese. El cazador se apartó de la ventana trasera de la cabaña desde la que había gritado aquellas palabras. Abrió la puerta trasera, ataviado con unas protecciones de cuero, el hacha al cinto, el arco al hombro y el carcaj a la espalda. Y en una de las manos portaba una antorcha que llameaba hacia la luna.

Cargando editor
15/05/2016, 01:43
Layla

El enterarse de aquel perverso cultivo en el patio de la cabaña desembocó en un torrente de pensamientos en la lupina: "¿Es que tiene sus armas envenenadas con las malditas plantas?", "Sera que me quiere capturar para hacerme injerir ese veneno como lo hizo padre?". La instintiva repulsión hacia el herbaje, sumado a la traumática experiencia vivida años atrás, terminaron por hacer retroceder a la loba en sus intenciones. La paranoia de la lupina en cuanto al propósito del cultivo ganó la batalla y esta salió despavorida hacia el bosque.

Notas de juego

No agrego más porque no sé si el viejo me dispara, o me sigue, o algo ^^

Cargando editor
17/05/2016, 22:35
Director

Layla corrió. Esta vez no llevada por la sensación de libertad, ni por la bestia con la que compartía su cuerpo. Corría por miedo. Abuelo y nieto nunca sabrán lo cerca que han estado de morir esta noche...

Diez minutos después, la figura del lobo emergía del bosque para quedarse en medio del camino, sorprendido por la aparición de un caballo al galope justo a su derecha.

¡Iiiiiiih!

La amazona que lo montaba tiró de las riendas, para evitar el choque, y el caballo se encabritó sobre sus patas traseras. Sin ser lo suficientemente hábil como para manejar a su montura, aquella mujer cayó de la silla.

No estaba ante una mujer corriente. Portaba una buena colección de armas. En un primer instante reparó en el brillo de varias empuñaduras bajo la luz de la luna llena, dagas, pero también espadas, todas ellas anidadas en sus respectivas vainas, algunas asentadas en la silla, las dagas de su cinto terminaron fieles a su dueña, en el polvo del camino.

Otro elemento que también se dió de bruces con su dueña fue un abultado saco de esparto. Al chocar contra el suelo, el saco se abrió, e impulsada desde su interior, una cabeza humana salió rodando en el macabro accidente:

Con el caballo alzando sus patas y blandiendo sus cascos delante de su hocico, entre la doncella y la loba, Layla tendría que dar un pequeño rodeo si quería comerse a este tercer plato del menú. Aunque... con lo extraña que estaba resultando la noche, volver a salir huyendo tampoco parecía una mala opción.