-La verdad es que no huelen mal- murmura el drow- Solo a cadáver pútrido, tal y cómo son. No esperaría un olor distinto.
- Dígame, señor, exáctamente ¿en qué zona del continente estamos?- pregunta el drow, algo más preocupado por su bienestar que el de los humanos.
Estamos en la zona sur, Se encuentran en barovia, la mejor tierra del mundo, aunque no son buenos tiempos
Al salir de la taberna no puedo ignorar a los individuos que se encuentran fuera de la taberna, por lo que giro mi mirada los encuentra y para mi sorpresa descubre que uno de ellos es nada menos que un drow, instintivamente me llevo la mano a mi espadón, aun que sin desenfundarlo.
Tranquilo Zenram, quizá en este pueblo ya admitan a estos malditos, puesto que habla con un humano...
Me acerco a ellos con las manos lejos de mi espadón (aunque no tan lejos de mi daga) y pregunto.
Disculpen que les interrumpa, pero alguno de ustedes sabrá donde puedo comparar algunas pociones curativas??? Señalo mis heridas, ustedes saben ha sido un viaje difícil…
- Somos recién llegados, me temo que no sabemos gran cosa de los comercios de por aquí. ¿Se ha hecho esas heridas luchando contra los zombies?
Al salir de la taberna, Lugh rie para sí mismo. Le gusta que los demas le subestimen, para que, llegado el momento, poder sorprenderles con la guardia baja. Confía en su fuerza y su fe en Gruumsh permanece intacta, pero sabe que la astucia siempre es un arma poderosa. Además, siente que en este pueblo hay mucho más de lo que se ve a simple vista.
Al cerrar la puerta de la taberna, ve al humano herido que se ha acercado a hablar con dos sujetos que no parecen ser de la zona. Lugh enarca las cejas al ver que uno de ellos es un drow, pero se encoge de hombros y se aproxima tranquilamente.
Se encara al humano herido y alza una mano como dispuesto a preparar un conjuro.
Humano, creo que haces bien en desconfiar de aquel extraño curandero de allá dentro, pero tal vez te interese una curación mía. Pareces fuerte, y mi fe ayuda a los que lo son.
Sin esperar respuesta, saluda también al drow y su compañero.
Saludos. Parece que vosotros también sois de fuera de estas tierras, ¿me equivoco?
A Drialin no le gustó el nuevo visitante. No se fiaba de un sanador orco.
- No, no te equivocas.
Observo algo extrañado el ofrecimiento del recién llegado, no me parece muy usual el que un clérigo orco me ofrezca sus servicios, sin embargo me parece preferible aceptarlos, después de todo los orcos no suelen ser muy conocidos por realizar tretas, ellos son mas de acción directa.
Pues adelante entonces, creo que el aire misterioso del individuo de la taberna era muy sospechoso, prefiero tu ayuda, aunque necesitare encontrar esa tienda de todos modos…
Me acerco hasta el desconocido, por cierto mi nombre es Zenram, estirando mi mano
Además creo que será mas complicado el encontrar lo que necesito en este pueblo olvidado de los dioses, de lo que pensé en un principio…
Salgo de la taberna y veo que hay más gente que ha llegado al pueblo, y encima uno de ellos es un drow.
Vaya, para ser un viejo pueblito olvidado vaya uno a saber donde, es bastante turístico.
Luego agrego algo en otro idioma.
El otro idioma que uso, es el lenguaje común de la suboscuridad que sólo debería ser comprendido por el otro drow.
Parece que no soy el único que no encontró de vuelta a Menzoberrazán.
Vale cuadno hable sdrow escribele un mensaje para el jugador que entiende Drow, y otro publico para todos esbozando caracteres raros para dar a entender que hablas y que lso demas no te entienden
La tienda que os han dicho esta a apenas 20 metros, veis un cartel enorme peor medio desvencijado, la puerta que antes al pasar habiais visto cerrada ahora permanece abierta y veis como hay luz en su interior
Es que no puedo mandarle un mensaje a él, la partida es secreta y solo tengo la opción de mandarte el mensaje solo a tí.
Lugh se concentra y entonta el cántico necesario para lanzar un conjuro curativo. Apoya las manos sobre el humano y deja que la energía fluyua hacia las heridas para cerrarlas. Sin embargo, la lengua en que recita la oración resulta extraña, tenebrosa y oscura.
Finalmente la energía mágica comienza a cerrar las heridas del guerrero.
Observo como el poder del orco recorre mi cuerpo cerrando prácticamente por completo mis heridas, algunas señas de la batalla siguen en mi cuerpo, pero ya me encuentro mucho mejor.
Gracias compañero, ahora si te parece bien, no seria mala idea visitar la susodicha tienda, quizá encontremos algunas cosas interesantes en ella…
Hecho a andar al negocio, entrando inmediatamente…
Saludos. - responde Doveron y, al ver como nadie ha decidido presentarse no se molesta en decir su nombre ante los extraños desconocidos.
Después de eso, al ver cómo los dos extraños parece que se van añade en voz baja hacia Drialin: Bueno, ¿continuamos? Cuanto antes podamos hablar con la anciana antes podremos solucionar este lío en que nos han metido.
Cita:
Hombre, aunque a lo mejor no, puede ser que alguien lo entienda.
Máster,no tengo escena de la taberna y ya salen de ella......¿y ahora que?,por eso estaba perdido,todos dándole a la cerveza y yo solo en el etéreo cosmos de la nada profunda....
me pego a Zenram si vas a buscar pocimas, te acompaño, no quiero dejar de cuidarte las espaldas avanzo a su paso, viendo mi entrno, con precaucion, como siempre
- Sí, vayamos a buscar a la anciana, antes que haya un nuevo ataque zombie y no haya nada que buscar.
Lugh, sonriente, sigue al grupo. Sabe que en cualquier momento pueden verse asaltados nuevamente, peor no le importa, pues los zombis no le preocupan en exceso. Además, este grupo le resulta más interesante. Mientras avanzan hacia la tienda, se presenta.
Bueno, creo que es un buen momento para presentarme. Soy Lugh, sacerdote de Gruumsh.