Partida Rol por web

Capítulo I - La llegada a Cornes

Los verdes valles de Siebervolken desprenden, una vez más, el característico aroma de una primavera cada vez más próxima. Los prados se iluminan con los primeros rayos del sol, que nace sobre la Sierra de Zhoria, a la que podeis ver a lo lejos, más resplandeciente de lo habitual debido a los deshielos de esta época del año.

Lyla y Alexander despiertan junto a sus recien conocidos compañeros, Mark, Bill y Loreta, en su campamento. Han estado realizado guardias durante la noche y no ha habido incidencia alguna. Alexander, siendo el que se encargó de la última guardia, ya está preparado cuando los demás despiertan. Tras comer unas pocas rebanadas de pan que Bill guardó para la mañana siguiente, el grupo se pone en marcha, regresando al camino que conduce a Cornes.

A las dos horas de reanudar su marcha hacia la aldea, quedando apenas tres o cuatro horas para llegar a pie, observan algo a lo lejos...

Se trata de un carro de madera, humilde y habitual en las granjas, con restos de paja y trigo. Por desgracia, parece ser que la rueda trasera izquierda se ha quebrado y se ha salido de su eje, impidiendo que el carro recorra el resto del camino. Conforme el grupo de Lyla y Alexander se acerca, veis como el hombre que lleva las riendas, de aproximadamente 45 años de edad y que viste un sombrero de paja, una camiseta de tirantes y unos pantalones de cuero, se baja del carro, maldiciendo - ¡Maldita sea! ¡Otra vez no! ¡Estúpido carro! - Exclama mientras muerde una ramita que lleva en la boca, acercándose a lo que otrora fue una rueda funcional. En la parte de atrás del carro veis que van dos personas sentadas. Una de ellas es un muchacho joven, de aproximadamente 17 años, de ojos grises amarillentos y cabellos castaños, de nombre Anger. La otra es una muchacha, también joven y castaña, con el pelo recogido en una trenza, llamada Martha. Ambos han sido recogidos amablemente por Joshua, un granjero local que iba camino a su granja, justo a la entrada de Cornes, y que accedió afablemente a llevar a ambos hasta el pueblo sin coste alguno. Los dos han estado viajando con Joshua durante aproximadamente una hora, así que apenas se conocen. Tanto Anger como Martha podeis ver como un grupo de cinco personas se acerca por el camino hacia el carro, encontrándose a unos 15 metros.

- Vaya, parece ser que no somos los únicos con problemas - Dice Bill mientras, una de esas cinco personas, mientras se acercan.

Eso parece Lyla estudia con curiosidad a los nuevos viajeros que acaban de aparecer en el camino, y, mientras se acerca, su atención se fija en la rueda, que parece no tener arreglo. Al final, decide que sean sus compañeros quienes se presenten

Aunque tampoco es que podamos hacer mucho. Al fin y al cabo, tenemos nuestros propios problemas ya. Y seguramente algo que llevarse a la boca si logro solucionarlos

Alexander hace lo propio, situándose al lado de Lyla y escudriñando con la mirada a aquellas personas que se acaban de encontrar.

¿A cuantos mas voy a conocer esta semana?

Me bajo del carro para ayudar a Joshua y cuando me percato de la presencia de las cinco personas me giro y con una sonrisa en la cara les saludo haciendo un gesto amistoso . Tras esto , me giro y intento ayudar a joshua con la rueda aunque no tengo mucha idea de como hacerlo.

Mierda, ese saludo no augura nada bueno Pensó Lyla con amargura Seguro que cuando lleguemos a su nivel nos piden ayuda. Y no sé negarme en situaciones como esta...

Suspiró, pero no dijo nada

Martha, recelosa al ver a un grupo que se les acerca, baja del carro de un salto, junto con Anger. No habla, simplemente se agacha e intenta ayudar en lo que puede, pero sin perder de vista a los visitantes. 

Al acercaros a la rueda, veis que se ha partido por la mitad y se ha salido del eje. Sin duda, no tiene arreglo - ¡Mierda! - Sigue exclamando Joshua, el granjero - ¡Todo me pasa a mi! - Es entonces cuando el hombre, de mirada amistosa y manos curtidas, se da cuenta de la presencia de los recien llegados, girándose hacia ellos - ¡Oh! Saludos, viajeros.. Je...Je... - Suelta una risilla un tanto incómoda, pues es obvio lo que va a deciros - ¡Os...importaría ayudarme? Je...je... - Inspira profundamente, como cogiendo fuerzas para soltar el resto - Vereis, la rueda está inservible, y voy a tener que coger uno de los corceles para llegar hasta Cornes y conseguir una rueda de repuesto. El problema es que si dejo el carro aqui solo, ¡seguro que me lo roban! ¡Y sin mi carro, estoy perdido! - Sus palabras, no obstante, suenan sinceras. Es evidente que sin su carro, su negocio se resentiría. - ¡Puedo prometeros 15 monedas de plata para cada uno que se quede aquí vigilando el carro, y un viaje gratis a Cornes una vez repare la rueda! ¡Yendo al galope no puedo tardar más de hora y media o dos en ir y volver! - Hace una pausa, pensativo, como si olvidara algo -¡Ah, sí! Mi nombre es Joshua ¡Es un placer...y una suerte conoceros! -

Bill suspira, no muy convencido. Es evidente que no le hace falta el dinero, pero la situación del hombre le inspira cierta lástima - ¿Dos horas dices? -

Mientras Joshua os explica su situación y pide ayuda a los extraños, empiezas a escuchar algo moviéndose entre los arbustos cercanos a ambos lados del camino, siendo tu la única que parece haberse dado cuenta...

Agarro a Anger del brazo, de manera amistosa pero firme y lo llevo hasta el carro. Me siento allí como si no pasara nada, pero me aseguro de tener mi lanza a mano y estar atenta a ambos lados, además de los recién llegados. 

Ding ding ding

¡Claro que sí, hombre! Se apresura a decir Lyla, interponiendose entre el hombre y Bill con un brillo extraño en los ojos, y una sonrisa de oreja a oreja ¿Para eso estamos los viajeros, no? Para ayudarnos unos a otros... Jejeje... Su risa suena algo forzada Yyyyyy... ¿15 monedas de plata dices? Estoy totalmente de acuerdo. ¿Pero esperaremos dos horas, no mucho más, eh? Que también queremos ir a Cornes... Termina hablando más para sí misma que para Joshua, y mira al cielo como haciendo cuentas

¡Esta noche ceno comida caliente!

 - Pues habrá que esperar- agarro a Anger del brazo y tiro de él hasta la parte trasera del carro, indicándole que se siente.

Alexander suspira.

Como si nos sobrase el tiempo...

Se detiene un momento a observar a Lyla.

Le intrigaba su comportamiento, aunque no tanto como el de aquella otra chica.

¿Y que hacemos nosotros durante dos horas?

Decide acercarse a la carreta y sentarse donde pueda.

Sigo a martha y me siento mientras me coloco la lanza para poderme sentar comodamente . sonriendo me dirijo a los forasteros Holaaa ! exclamo mientras cojo la correa de lanza y la pongo sobre mis piernas Me llamo Anger , encantado de conoceros ¿como os llamais ?

Alexander enarca una ceja al observar la lanza que porta aquel muchacho.

¿No es un poco pequeño para llevar armas? ¿Cuantos años tendrá...15...16?

-Hola-Dice Alexander, con un tono frio-Yo me llamo Alexander-Dice, dudando de si presentar a Lyla o no.

Ahora, diriguiendose a Martha-¿Y tu eres...?

Bill carraspea - Cierto, disculpad, yo soy Bill, y estos son Mark y Loreta - Dice, señalando a una pareja que se encuentra detrás de el, de unos treinta y muchos, que asienten a modo de saludo ante su presentación. 

- ¡Bueno! Entonces ¿Quien va a quedarse? - Dice, viendo que no todos se han pronunciado, a lo que Mark responde - Supongo que un par de horas no nos harán daño, y el tiempo que perdamos aqui lo adelantaremos yendo en carro - Bill asiente, conforme, y se gira hacia Lyla y Alexander, mientras que Joshua hace lo propio con Anger y Martha - ¿Y bien? -

Sigues notando que algo se mueve entre la maleza, aunque no eres capaz de distinguir de que se trata. Es algo de un tamaño considerable, eso desde luego.