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FarWest 2: Asalto al Vernal Express

Anoche, tras el concurso de disparos, la fiesta en el Saloon Rochester fue bastante animada. La Certera bebió, con su orgullo herido, junto a Ellen y Valeriano. También se acercaron Lucky y Max, éste con una bala menos en su Colt del 45. Dedos Ágiles tocaba alegres melodías a la pianola mientras Nick Bigotes servía whisky y tequila a raudales desde detrás de la barra. También estaban Zacker, Martin y Jin Canary, que jugaban a las cartas con el viejo Rezongos y el joven Johnny. Walter mantenía un animado debate con el Doctor Mijael y Elisabeth Slaw, esta vez ganaba el doctor. Nayati se mantenía algo distante, compartiendo mesa con Lobo de Sangre. Todo parecía estar bien, como siempre, y lejos quedaba ya aquella noche en la que La Certera, entonces Sheriff, cosió a balazos a la mitad de los presentes (aunque a ella también la cosieron a puñaladas).

Entonces, a altas horas de la madrugada, un soldado borracho empezó a hablar sobre un botín. Las chicas del Saloon le invitaron a unos tragos, y poco a poco se fue relajando. Sin que el pobre diablo se diese prácticamente cuenta, os lo fuisteis pasando mesa por mesa, invitándole más, y animándole a que contara más historias sobre ese botín y ese tren. Al final, pudisteis deducir algunas cosas, como que el tren es el Vernal Express, que sale hoy al amanecer con destino Fort Barrel, que transporta un botín de $70.000 en monedas de oro, y que va bien custodiado por el Capitán Walters y sus torpes hombres. La Caja Fuerte está anclada al suelo de uno de los vagones, así que el único modo de robar el botín es abriéndola.

Cada uno le pudisteis sonsacar al soldado dos de los dígitos de la Clave de cinco que la abre, pero ninguno los mismos dos dígitos. Sabéis que os necesitáis mutuamente para acabar con los soldados, pero también para reunir la Clave completa. Podríais compartirla amigablemente, y repartiros el botín a partes iguales pero... sois forajidos, sois ambiciosos, y cuantos más seáis al final, a menos monedas de oro cabréis cada uno.

Amanece en Vernal. Los colonos se afanan en sus tareas y en la estación los soldados del Capitán Wanders ya han terminado de cargar el tren. Todo parece estar listo para emprender el trayecto que separa Vernal de Fort Barrel. Habrá que asaltarlo antes de que se adentre en el túnel de las Montañas de Madera Quemada, pues a partir de ahí ya poco podréis hacer. Calculáis aproximadamente media hora hasta allí.

A lomos de vuestros mustangs, aparecéis en el horizonte formando una fila. Al instante todos los civiles corren a guarecerse en sus casas, y el Capitán da dos órdenes: una a sus soldados para que disparen a todo el que se acerque al tren, y otra a los maquinistas para que pongan en marcha la locomotora y partir de inmediato.

Vernal Express: Minuto 01

¡Nayati Malasbalas y Walter Gibbons han aparecido muertos!

- Bueno, bueno, se avecina acción... ¡Ándale caballito! ¡De esta me retiro! - Grito, entusiasmado, con los ojos puestos en el hermoso tren y su más hermoso botín

—¡Por las barbas de mi tío Pew! Tenemos que hacer un gran trabajo muchachos y espero que todos tengas las pelotas necesarias para hacer el atraco del año—digo al divisar el tren, sonriendo con malicia—. Debemos ir por varios frentes, así que toca organizar. 

No es lo mío dirigir, pero hay algo que me interesa y es el oro. Así que es cuestión de ofrecer varios focos de atención a los oficiales que se encuentran en el tren y jugar a los disparos un poquito. 

—¡Venga! ¿Quién me sigue por el otro lado?

Hardin espolea a Bonito que sale disparado como si el mismísimo diablo le pisara los talones...apartándose de The Lucky

- ¡Flanagan! ¡Knox! ¡Canary! - llamando la atención de los más alejados del tren y señalando con gestos bien visibles para rodear los edificios* 

Dividirse parecía un buen plan, cuánto fueran capaces de organizarse un grupo de forajidos que no eran miembros de una banda... y por tanto no habían definido un líder: eso ya era harina de otro costal.

Azuzo al caballo en cuanto veo que la locomotora escupe cada vez más humo y el tren empieza a moverse - ¡¡vamos, vamos, corre!! - no dirijo el caballo hacia la parte trasera del tren para evitar concentrarnos allí demasiados jinetes sino que sigo avanzando en línea recta y así tratar de ayudar a mis compañeros estableciendo otra perspectiva de tiro contra los soldados.

- ¡¡Usad la cabeza!! - sería una insensatez coincidir todos en intentar acceder al tren por la zona más fácil de defenderlo, ésto es, el último vagón - ¡¡TRES A UN LADO, tres al otro y los demás por detrás!! - grité esperando que entendieran la idea de dispersarse.

Allí todo el jodido mundo daba jodidas instrucciones y él sin una gota de alcohol en el cuerpo, estaba realmente de mal humor. Si, era cierto, la noche anterior había bebido de lo lindo y aún mantenía algo de resaca, pero necesitaba más alcohol para hacer que su cuerpo funcionara con normalidad y desde que la sheriff le agujereó la petaca, no había podido comprar otra. Era en momentos como aquel, cuando Max más sentía seguír vivo y que la bala de su petaca no le hubiera agujereado el corazón.

Porqué... ¿Qué sentido tenía seguir viviendo si uno estaba sobrio? ¡Pues bien, pesnaba solucionarlo con el oro que ganaría en aquel asalto! Se compraría una barrica llena de alcohol y se bañaría dentro cada día. De esa forma la vida volvería a tener algo de sentido para él.

- ¡Voy! - Le dijo a Hardin. Esa mujer tenía buena puntería y le había elegido para ir a su lado. Siempre estaba bien tener de su lado a la pistolera más rápida de esa zona del oeste. - Usted mande...

-Pues yo me voy justo a la parte trasera del tren- digo, entendiendo como ex-soldado que las indicaciones eran correctas: dividir los frentes para que los soldados no supieran a donde atacar, o incluso, ver el punto débil de sus disparos. Con ese motivo, azucé a mi caballo mustang, e hice el gesto al resto, de que me acompañase quien quisiera. 

-A ver si subimos al tren cuanto antes... Y encontramos el oro. Esos soldados gringos me pagarán lo que hicieron en Mexico... A precio de oro, ¡Yihaaaaa!

Un escupitajo en el suelo... esa fue mi manera de asentir ante las palabras de Ellen Hardin... total, ese iba a ser mi camino en cualquier caso...

Así, comprobé que el pañuelo estuviese bien ajustado y azucé a mi montura para dirigirme hacia la parte delantera del tren junto a Ellen, el resto.. bueno, que vinieran o no era su problema, no pensaba preocuparme más por ello.

Jiaaa! - le dije al caballo y piqué espuelas.

- Y procura mantenerte de una pieza ya puestos - responde a Flanagan - que aún tenemos pendiente ver que tan bueno eres en el cuerpo a cuerpo - se echa a reír dejando la ambigüedad en el aire tras su oferta de la noche anterior, quizá refiriéndose al cuchillo en la estrechura del tren o quizá a la celebración posterior cuando el botín ya estuviera en las alforjas

Parecía que al menos seríamos un grupo bastante decente al lado izquierdo del tren, habría que ver cuantos acompañaban a The Lucky.

Miré alrededor y me detuve a pensar las mejores opciones. Mientras tanto, comenzaban los demás a organizarse.

-¡Valeriano, yo voy contigo por la parte trasera!- grité 

Estoy dispuesto y dirigiendo al caballo a colocarse en la parte trasera del tren, y digo al resto: 

-¡Preparad las armas! ¡No esperéis a que os disparen! ¡Ya habéis oído! ¡Dispararán contra nosotros! ¡Hacedlo primero! ¡Viva Mexicooooo!! 

Digo, girando para colocarme cerca de la parte trasera del tren y dispuesto a disparar. 

-Eh, Certera, a ver si esta juerga sale mejor que la última y ganamos algo, ¡en vez de perder el trabajo!

Vernal Express: Minuto 02

La locomotora emite un fuerte silbido al tiempo que lanza al cielo una enorme nube de humo negro. Empieza a moverse despacio, e irá cogiendo velocidad poco a poco. Los pistoleros se organizan en dos grupos, uno va por la izquierda, por detrás de las casas, y otro por la derecha, centrando sus disparos en el último vagón. Hay dos forajidos que se desmarcan del grupo, por un lado Flanagan se sitúa delante del tren, y por otro McNugget que se queda quieto en su sitio, mirando cómo los demás se acercan al tren. ¡The Lucky ha sido alcanzada por un soldado y está peligrosamente herida! El último vagón del Vernal Express ha quedado al descubierto.

Acciones

Ellen cabalga rauda por detrás de las casas de la izquierda y termina parapetada sobre un cactus.

Jin sigue sus pasos, pero más despacio.

La Certera toma el lado de la derecha, y se adentra en la plaza de la estación.

Martin cabalga pegado a Ellen.

Max es el más rápido, ¡y se coloca incluso por delante de la locomotora!

The Lucky va por la derecha, pasa muy pegada al último vagón, recibiendo un disparo desde el tren. Ella dispara también, eliminando el parapeto de un soldado.

Valeriano hace algo parecido, disparando al final del vagón y recibiendo un disparo en su sombrero.

Zacker no hace nada (no ha mandado acciones) ¡su caballo parece que no arranca!

—¡Hey eso duele! ¡Maldito! —respondo enojada y desvío la mirada hacia quienes vienen conmigo—. Lindo el grupo, necesito apoyo, hay que encerrar el tren. 

Tras decir aquello, avanzo para adentrarme en la plaza de la estación, mi idea es avanzar entre esos obstáculos para llegar a la locomotora sin que me vean. 

-¡Ay mi lindo sombrero! ¡Lo acababan de arreglar tras lo del Saloon! ¡Pendejo soldado gringo! 

Luego miro y ve las posiciones de mis compañeros, y grito:

-¡Diria que hay tres soldados en la parte de atrás! ¡Necesitamos ayuda! -Digo convencido de que hay que disparar y eliminar al menos a uno de ellos Parra entrar en el tren...

-¿Ya estás perdiendo el sombrero Valeriano?- digo mientras avanzo -Será mejor que te pongas a cubierto, vente por donde estamos Lucky y yo- propongo -Dejemos que esos soldados gasten sus balas pero que no nos alcancen...

-¡SI! Ya lo he perdido, maldita sea... Voy para allá... ¡Pero no nos despistemos! ¡Que el tren cogerá velocidad!

Digo mientras lamento a mi sombrero... Y asiento a lo que dijo la Certera...

Flanagan se acercó a la locomotora. Esta actuando por su cuenta, a su bola, como era Max. De un salto pasó al interior de la locomotora y apuntó con su arma todo aquel que se moviera.

- Siga... - Le dijo al maquinisita. - ¡Siga he dicho! - Le amenazó amartilleando su revolver. - ¡Y no quiero jueguecitos!

Otra cosa no... pero que cada uno hacía lo que salía en gana era tan cierto como... como la muerte...

Yo me contenté con permanecer cerca de Ellen, aunque fue ella quien consiguió llegar antes a la precaria cobertura que ofrecía el seto...

Ambos estábamos bastante cerca de la locomotora, aunque ya Flanagan se había subido a ella... 

Vamos, Hardin... el tren no se va a detener... o subimos ahora o no lo haremos nunca, y Max ya está dentro...

-¡Ehh ehhh! ¡Que estamos juntos al menos hasta que no queden soldados o sean pocos! - Dije, pensando que la unión hace la fuerza, y que posiblemente los soldados fuesen más efectivos contra ellos si no hacían algo coordinado...

Abre fuego contra el tren para provocar a los soldados que pudiera haber e intentar localizarlos

- ¿A ciegas, Knox? Todo tuyo, te cubro...