Partida Rol por web

Estáis en una taberna oscura, sombría y de mala muerte, repleta de gente de poca confianza. Algo que para nada incomoda a Xandra, quien acaba de entrar en el local como quien entra en un negocio "family friendly" con los niños.

Sentada en una mesa aguarda Sharabell, para quien el local tampoco le incomoda para nada. De hecho conoce a algunos de los presentes. En su mano tiene una copa de vino a medio terminar, la cual observa con aburrimiento.

De la trastienda de la taberna asoma Noriko, con un par de hogazas de pan en la boca y una bolsa llena de comida que ha... "encontrado abandonada" en la despensa.

Los tres toman asiento en la mesa, esperando al hombre que les ha reunido. Solo Noriko conoce el motivo, el cual parece de lo más sospechoso.

El motivo: preparar un golpe para saquear la despensa de la temible abuela Anko.

Espero con paciencia, de hecho demasiada paciencia:

«¿Por qué no han llegado ya? Me están haciendo esperar, encima de que les honro con mi sabiduría...Qué remedio, ahora ya estoy aquí. ¡No tendría que haber venido! Espero que esté por aquí Jonny Nace, le pedí que viniera por si pasaba algo pero... no le veo ¿Es que me ha abandonado?» — hablo por dentro sin parar.

«La copa de vino es demasiado vulgar» —giro la copa un poco—. «Sus lágrimas caen más rápido que mis ánimos»

En medio de mi desesperante espera termina por aparecer alguien, se trata de Xandra, quién viene hacia aquí. Enseguida me incorporo, entusiasmada por no estar sola y salir así del aburrimiento. Xandra es... bueno, no es vino low-cost, y eso me vale.

— ¡Oye, es aquí! — Sonrío a la joven que parece perdida, creyendo que definitivamente ella me ha llamado a venir—. Soy Sharabell "Manda" ¿Me has llamado tu, no? —digo con total naturalidad, como si la conociera de toda la vida.

Luego llega Noriko también, y al enterarme de que no es Xandra la miro ahora a ella.

«¿qué hará ella en un sitio así? Si no tuviera una reunión buscaría sus padres».

Me quedo en el umbral de la puerta de ese tugurio infecto, escudriñando la penumbra, viendo a toda clase de patanes y desgraciados a los que no dedico ni un atisbo de mi interés. 

Apenas he dado unos pasos en el interior cuando una joven capta mi atención con unas maneras impropias del ambiente. Miro a la chica, frunciendo el ceño. -No- Respondo, tajante.

Me siento en el lado contrario de la mesa, inclinando la silla hacia atrás, apoyándola contra la pared y poniendo las piernas entrecruzadas sobre la mesa. 

Sus palabras han dejado claro que ella no es la empleadora. No pido nada al tabernero. En este antro no hay nada digno de mi paladar. Me limito a esperar, analizando de arriba a abajo a mi acompañante. 

Poco después parece una cría, cargada con comida, y se sienta junto a nosotras. Debe de ser una broma de mal gusto. 

Dejé pasar un tiempo prudencial más que de sobra para que las dos citadas en aquel lugar llegasen a la conclusión de que ninguna era la que había citado aquella misión.

Asomé cargada de comida y tomé asiento, no sin cierta complicación, pero apañándome para que no se me cayese la comida. Le di unos cuantos bocados al pan y mastiqué con ganas un pedazo de cecina. -¡Yo os he llamado!- exclamé entonces con una voz aguda de niña para después soltar una carcajada. -A nadie más se le ocurriría una idea tan estupenda como la mía. Necesito vuestra ayuda- desplegué sobre la mesa un mapa. -Necesito llegar a este lugar- señalé con el dedo mi objetivo. -Pero me será imposible hacerlo sin ayuda. Siempre está bien vigilado. La recompensa será jugosa- prometí, con cierto aire misterioso y tentador.

Cuando Noriko despliega el mapa veis que las líneas y trazos son muy infantiles y mal dibujados, y la zona a donde quiere llevar está señalado como "despensa de comida", y en la entrada hay dibujado algo como un monstruo enfadado con colmillos pronunciado y algo que parecen... ¿cuernos?. Como sea, pero según el dibujo parece que está siendo custodiado por una especie de demonio.

???: Creí haberte dicho que esperaras a que nos reuniéramos todos - le reprocha a Noriko una misteriosa figura con gabardina y sombrero, vestido de forma de que no se le vea la cara. Su voz es de varón, algo entrado en años al parecer.

A Sharabell y Xandra no os suena su voz de nada, pero a Noriko en cambio sí le resulta familiar de alguna forma, además de que su olor también le recuerda a algo.

-Oh, me había olvidado- en realidad estaba muy metida en el papel de que la misión era mía y solo mía. Me giré hacia el recién llegado con una gran sonrisa cargada de inocencia con la cual era sumamente difícil enfadarse conmigo. -¡Pero me van a ayudar!- por supuesto, había dado por hecho que dos jóvenes ayudarían a una pobre niña a luchar con semejante monstruo.

Su voz y su olor resultan inconfundibles para ti: el misterioso socio del golpe es el abuelito Irvine.

Volví mi atención hacia el mapa y palmeé sobre él con energía. -El plan está claro. ¡Vamos a por el tesoro! Yo aprovecho para colarme mientras vosotras entretenéis al monstruo-abuela-Anko lejos de la despensa. ¡Si hace falta, noquearla!- me giré hacia el individuo con gabardina y sombrero, de nuevo con sonrisa inocente. -¿Algún consejo, abuelito?

???: ¡Pero no...! Maldita sea, adiós a mi tapadera - se levanta un poco el sombrero, pudiendo ver a un canoso y algo envejecido Irvine, con bigote y un parche.

(imaginadlo con orejas de gato en lugar de orejas humanas)

 Da igual. Escuchad atentamente, el objetivo es asaltar la despensa de Anko - empieza a indicar en el mapa - Ésta es la despensa, está constantemente vigilada y repleta de trampas, pero dentro hay una gran cantidad de comida. Entre todas ellas hay una rarísima clase de carne de venado-unicornio que se guarda para sus momentos de gula, la adora tanto que ya no hace caso a nadie de la familia y se pone hecha un obilisco cuando alguien se acerca a donde lo tiene guardado. Os lo aviso, mi esposa es terriblemente peligrosa, sobre todo cuando está enfadada.

Irvine saca unos papeles donde hay explicados un par de planes.

 He ideado 2 planes. El plan A es el que ha contado Noriko, el de distraer a Anko mientras los otros se cuelan en la despensa. El problema es que el camino está sembrado de trampas y necesitaremos equipo para desarmarlas y a un especialista, además de que tendremos que distraer a Anko con algo que pueda interesarle (lo más probable es que sea con alguna comida que no haya probado nunca y le suene apetitoso). Intentar neutralizarla no es una opción, ella os superará en combate, y ampliamente. En serio, os destruirá si lo intentáis. Para colarse y salir podréis hacerlo por la puerta trasera, es lo más seguro ya que por ese lado está el vecino que le habla de hacer dieta cada vez que la ve. Lo detesta mucho y no quiere ni verle (no entiendo cómo no se lo ha cargado todavía).

El plan B consistirá en acceder a la despensa por medio de un túnel desde el sistema de alcantarillado, por lo que necesitaremos equipo de espeología y una barca para sacar el botín vía alcantarillas. En ambos casos necesitaréis un carruaje con caballos para escapar con el botín.

Irvine apoya la espalda en el respaldo de la silla.

 Éstas son las dos opciones. Si tenéis éxito os recompensaré con los ahorros que tengo de mi jubilación. No es gran cosa, pero también podréis quedaros con el botín.

No me importaba demasiado que se hubiese descubierto la identidad de mi abuelito. Así habría más confianza, ¡además de que sabía infundir miedo!

-Yo yo yo yoooo- comencé a pedir la palabra mientras agitaba mi bracito en el aire. -¡Yo digo que el plan A! Aprendí a abrir cerraduras y desactivar trampas solo para cuando llegase el momento de saquear la despensa de la abuela- froté mis manos con avidez. -Además, eso de llevar una barca y un carro de caballos es mucho lío... 

 El carro es necesario en ambos casos para escapar con el botín, de otro modo tu abuela os alcanzaría seguro - aclara Irvine - Y si tan hábil eres, querida nieta, ¿cómo es que no lo has conseguido hasta ahora?

Os dais cuenta que desde que ha desvelado su cara nadie se atreve a acercarse a vuestra mesa. El soldado jubilado parece imponer respeto, y aun así parece tenerle miedo a Anko.

Me quedo mirando a la niña que ha aparecido cargada hasta las cejas de comida. "Debe de ser una mala broma". Pero no, esa retaca habla completamente en serio. 

Miro el "mapa", por llamarlo de alguna forma arqueando las cejas, totalmente incrédula. Miro de soslayo a la enana, meditando entre simplemente abandonar la reunión o atravesar su garganta y ahorrarle el sufrimiento al mundo de tener que convivir con semejante espécimen.

Una cuarta persona se nos une, descubriéndose al poco como el tal Irvine, marido de la que mi padre conoce como Anko, la felina del cerebro defectuoso. El anciano expone dos planes. Dos opciones de perpetrar el asalto a la despensa. Resoplo con aburrimiento, pues ninguno de ellos pasa por arrancarle la cabeza a la felina y clavarla en una pica. Pero mientras paguen, puedo pasar por ello. 

Miro a la enana de nuevo. -Tu decides, "jefa"- Digo con cierto rentintín. -Si hay que robar, seré la mano que hurgue en el bolsillo, si he de matar, seré la lanza que atraviese sus cuellos. Ejecutaré cualquier orden, pero las decisiones no son cosa mia.

-Qué violenta...- comenté mirando ojiplática a la chica de ojos carmesí. -¡Me gusta!- exclamé entusiasmada mientras aplaudía con ilusión.

-Sé que hay que llevar carro- bufé mirando al abuelo Irvine, -pero si nos podemos ahorrar además el tener que llevar una barca casi que mejor, ¿no? Además, no te creas que no he intentado desactivar las trampas de la abu, ¡pero ella es la peor de todas!- un escalofrío me recorrió por la espalda haciendo que me estremeciera.

 Plan A... ése plan es el más difícil de ejecutar entonces, por lo que necesitará una preparación a la altura. Hay pocas cosas que puedan atraer a mi bella esposa, sobre todo después de zamparse a Nemesis hace unos años. Vosotros no lo sabréis, pero eso hizo que se mantuviera eternamente joven y hermosa. Lo sé, lo sé, que por qué os estoy ayudando si babeo tanto con mi esposa. Veréis, estoy muy seguro de que, cuando estuvimos en Azurdistán para detener los planes de un tal Magus, Anko me puso los cuernos con Nathan Filofirme. Nunca tuve pruebas contundentes y ambos lo negaron, pero estoy completamente seguro de ello por lo nerviosa que se ponía ella cada vez que sacaba el tema. Eh... lo siento, ya estaba desviándome del tema.

Para llevar a cabo el plan necesitaremos el nuevo plato que ha diseñado Berner en el gremio Pluma de Fénix, y en grandes cantidades. Será un desafío, sobre todo teniendo en cuenta la gente que hay allí deseando probarlo. Anko caerá seguro, pues su ingrediente principal es carpa de la mayor calidad. Noriko, recuerda que no es para comértelo tú.

También necesitaremos a un experto en trampas. Podéis confiar en Noriko pese a que ella nunca lo ha logrado, o reclutar ayuda extra. Si optáis por lo segundo podríais pedírselo a Arah. Es el nieto de Jendry, es joven pero tengo entendido que ha aprendido de Arthur Cage, el mejor de todos.

Noriko le conoce, sabe que puede hacer trucos geniales con cerraduras y trampas y es un crack pasando desapercibido, pero también es un poco egocéntrico y engreído.

 Y para acabar tendréis que conseguir un carruaje y un par de caballos. No hay presupuesto para comprar o alquilarlos, pero en los establos de la entrada sur de la capital suele haber varios.

Así que: necesitamos el cebo para distraer a Anko, asegurar la desactivación de trampas y el vehículo de escape. ¿Alguna duda?

Con un gesto grácil, vuelvo a cruzar las piernas, dejando la que antes estaba abajo arriba y viceversa. Miro a mi alrededor mientras el carcamal explica paso a paso el plan a seguir. Nunca se sabe quien puede estar escuchando...

El plan parece sencillo: Robar comida, desactivar trampas y robar un carro con un par de caballos... Paro por algún extraño motivo, tengo la sensación de que algo saldrá mal...

Sin inmutarme, aparto los pensamientos pesimistas de mi mente, dejándola clara y despejada para la misión. -¿Tenemos que ir juntas?- Pregunto. -Tardaríamos menos si nos repartimos las tareas... Y en caso de hacerlo... Me pediré conseguir el vehículo- Sonrío con cierta malicia, lamiéndome los labios. -No os preocupéis, no dejaré testigos-

-La yaya es una bestia- admití recordando las historias que contaban acerca de ese día en el que Anko se comió al temible Némesis.

-¿Pero Berner no es un carcamal también? No te ofendas- dije con una amplia e inocente sonrisa. -Es que me da miedo que algún día se le caiga la dentadura en uno de sus deliciosos platos- mi mente viajó hacia esas delicias, haciendo que mi estómago comenzara a gruñir. -¡Quiero tortitas!- exclamé entonces, -con sirope de chocolate- aclaré.

Ese pescado también sonaba delicioso, pero intenté que no se notase demasiado lo delicioso que me sonaba todo. -¿Y cómo podemos hacernos con un cargamento decente de su comida?

Continué barajando el plan que estaba contando. Estaba muy bien explicado, pero habían algunas partes que no me gustaban demasiado. -¿Arah?- no pude evitar un mohín. -Siempre me chincha para ver de quién es Proyectil, ¡no me gusta!- miré a Irvine haciendo pucheros. Ni siquiera esperé respuesta antes de tirarme al suelo con una pataleta. -¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quieeerooooo!-. Pero también debía admitir que era bueno con las cerraduras. Dejé la pataleta para volver a tomar asiento. -Pero si no hay más remedio...- mi expresión era de fastidio, pero la pataleta había pasado.

-¡Desactivar las trampas!- exclamé alzando la mano, como si me lo pidiera o dejara claro lo que iba a hacer.

 Eso lo decidiréis vosotras. Podéis hacerlo juntas o repartir el trabajo, pero nada de muertes. No quiero asesinatos en mi conciencia. Noriko, no infravalores a Bener, es un maestro en el manejo de los cuchillos. Además recuerda que Adlan Y Viela están con él.

Adlan, el hijo de la diosa Marina, a pesar de su aspecto dulce y amable es un terrorífico usuario de la magia que manipula los elementos agua y tierra. Y Viela es la hija de Kally y Valaren, una semielfa piromante con un fuerte temperamento. Xandra la conoce bien debida a la amistad que hay entre sus padres.

 Noriko, todos sabemos que Proyectil no es de nadie, es un espíritu libre un tanto... suicida. Bueno, si no tenéis ninguna duda más, esta reunión ha terminado. Las cosas que consigáis para el golpe guardadlas en la caseta de pesca que está en las afueras de la ciudad. Nadie pasa cerca de allí desde ese incidente del monstruo de la laguna sucia (que resultó ser cosa de Anko).

-Boh- Entrecierro los ojos en gesto de aburrimiento-fastidio, poniendo además morritos. Ese carcamal se ha cargado la diversión.

Sin embargo, mis ojos vuelven a brillar de interés al escuchar ese nombre...

-Decidido- Digo con voz neutra. -Iré a por la comida. Hace tiempo que no veo a la "prima" Viela- Sonrío. -Será divertido hacerle una visita-