Partida Rol por web

Fatal Frame: Mermaid Song

Capítulo 1

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20/09/2018, 11:13
Brandon Marshall

Percibí aquella corriente indolora recorriendo la mano en la que llevaba la linterna. ¿Qué diablos era ese calambre? ¿Quizá se tratase de la corriente que recorría a aquella peculiar linterna? Lo ignoraba, pero estaba seguro de que el verdadero peligro llegaría si dejaba de percibir aquel leve calambre.

Había terminado llegando a una llamativa habitación en la que había unas mesas de manteles rojos repletas de muñecas japonesas, todas ellas vestidas de manera idéntica y con el mismo tipo de peinado. Era como si su fabricante se hubiera esforzado en hacer que todas ellas fueran iguales, ya que sus únicas diferencias a simple vista es que algunas de ellas parecían haber sido maltratadas de alguna manera, faltándoles las extremidades, ojos y teniendo el vestido desgarrado. Resultaba poco probable que su estado se debiera al deterioro del tiempo, lo que me hizo pensar, ¿quién en su sano juicio se entretenía mutilando muñecas?

Llamó mi atención que en una de las mesas había un pedestal con cuatro muñecas, una en cada esquina, y todo parecía indicar que faltaba una quinta, que tendría que ir situada en el centro, sobre un pequeño cojín. Fue entonces cuando aquel calambre comenzó a hacerse ligeramente más intenso, hasta el punto de que resultaba un tanto molesto.

Extrañado por lo sucedido, decidí apuntar con la linterna en dirección a las cuatro muñecas y decidí girarlas todas, mirando en dirección al centro. Resultaba especialmente peculiar que las muñecas se hallasen arrodilladas, como si estuvieran siendo partícipes de una especie de juego o ritual en el que permanecían juntas en círculo. Por algún motivo, me sentía en la necesidad de saber qué sucedería si colocaba una quinta muñeca en el centro, de modo que, entre las numerosas muñecas de la sala, decidí buscar alguna que también se encontrase arrodillada.

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20/09/2018, 20:48
Miwako y Nawako

Otro movimiento al escuchar la voz de Sun Hee, elevando el bulto que formaba una figura casi triangular, como si hubieran alzado las cabezas al saber que no estaban solas en la habitación. Una de ellas, al no poder controlar su evidente curiosidad, levantó las mantas que la cubrían y asomó la cabeza para mirar fijamente a los ojos de la violinista.

En efecto era una niña pequeña de no más de ocho años de rostro redondeado y ojos achinados. Llevaba un kimono tradicional negro con motivos florales y, de su largo cabello oscuro y liso, asomaba una flor naranja del mismo color que los detalles del vestido, aunque estuviera aplastada y con algunos pétalos caídos.

No habló en unos segundos eternos, concentrada en clavar sus oscuras pupilas en las de Sun Hee, exclamando después un largo “oh” mientras daba un golpe bajo la manta, al otro bulto.

- Miwako, es preciosa.- Llamó a su acompañante, quien repitió el mismo movimiento que la pequeña al quitarse la sábana de encima, quedando ambas de rodillas sobre el futón admirando a la violinista. La segunda vestía de la misma forma, parecía incluso idénticas en peinado si no fuera porque era un poco más mayor, tal vez diez años, y el rostro un poco más perfilado. Prácticamente parecían hermanas.

- ¿Crees que es ella? Es muy bonita, Nawako.

Ambas se levantaron a la par de un salto, correteando cada una alrededor de la joven, haciendo un círculo perfecto para verla desde todas direcciones. En una de sus vueltas se cogieron de las manos, dejándola en el centro mientras seguían dando vueltas, aunque esta vez con más tranquilidad.

- Estás en nuestra casa, y te hemos encontrado.

- Tienes que venir con nosotras, queremos presentarte al pueblo.

- Si la ve el Sumo Sacerdote nos premiará.

- Si la ve el Sumo Sacerdote nos premiará.

A través de las ventanas se escuchaba ruido fuera, una especie de comitiva que avanzaba al interior del pueblo y que, en algún momento en el que estabas ocupada, pasó por delante. Si te asomabas, con dificultad al estar “atrapada” en el círculo de niñas que no querían dejarte ir, podías ver un rastro de personas en la lejanía, marchándose, con antorchas elevadas para iluminar el oscuro camino. Parecía que alguien lideraba el paso, un hombre mayor con un largo báculo donde dos cascabeles atados resonaban en cada golpe que daba en el suelo.

- Síguenos, tenemos que alcanzarle antes de que se marchen.

- Todos te están buscando.

- ¡El Sumo Sacerdote se va!

- ¡El Sumo Sacerdote se va!

Soltaron sus manos para dirigirse a la puerta de la habitación dando saltitos con una alegría contagiosa, mostrando sus blancos dientes mientras hacían gesto hacia Sun Hee para que las siguieran al exterior.

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21/09/2018, 00:38
Máster fantasma

La joven no parecía reaccionar, dejando que el pánico y el miedo quebraran por completo su delicada mente al ritmo de los fuertes golpes en la puerta, encogiéndose todo lo que pudo en su esquina, su pequeño refugio, en posición fetal.

Yoshi podía seguir escuchando los sollozos de la joven, cada vez más desgarradores, al igual de sus continuos gritos pidiendo que la dejaran en paz o suplicando a Dios que la salvara, alegando que ella no debía estar ahí. También notaron el movimiento las paredes, los rudos golpes a la puerta hacían retumbar los cimientos de los edificios, como si fuera un grupo amplio de personas usando toda su fuerza o con algún tipo de ariete, dispuesto a echar la puerta y todo el edificio abajo.

Cada embestida levantaba una extensa capa de polvo, incluso en una de ellas varias de las tejas que soportaban el techo se desprendieron de su posición, rompiéndose al hacer contacto con el frío suelo y quedando un par de pedazos oscuros.

Aunque la distancia entre su posición y el techo no fuera elevada, sí las condiciones para subir. Aprovechó un montón de escombros en uno de los laterales, montañas de tejas y suciedad que se había acumulado con el paso del tiempo, para usarlo como punto de apoyo con cuidado de no deslizarse. Alzó los brazos y, estirándose, logró alcanzar una de las vigas auxiliares, haciendo acopio de su fuerza, ayudándose de un salto, para escalar por el hueco.

Una vez subido tuvo que tener el máximo cuidado para no precipitarse contra el suelo, teniendo que estar en equilibrio a medida que el nivel descendía. Aprovechando la altura podía ver el lugar desde otra perspectiva, un extenso pueblo de casas idénticas unas a otras de diversos pisas agrupadas en lo que parecía un pequeño pueblo costero, siendo el único camino visible las escaleras descendentes que anteriormente habías visto. Tras esas casas, el manto de la noche no permitía ver el amplio mar que rodeaba el lugar, aunque pudieras intuirlo al romper algunas olas.

Un último golpe en las puertas delató que las habían abierto y, quien quiera que fuera, estaba accediendo en esos momentos al templo principal. Audrey siguió gritando hasta que su voz, como si le hubieran dado al botón de apagado, se extinguió por completo.

Notas de juego

El último golpe hace que todo retumbe y tengas que ver cómo caes. Tira 1d100 visible y la tirada dependerá de cómo es tu caída. -50 es que has caido mal, -10 es que te has hecho daño, +50 es que caes bien.. Puedes hacerte una idea.

Esto es meramente interpretativo, así que actúa conforme tu tirada :)
 

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21/09/2018, 10:50
[Yoshi Yamagaki]

Con el ultimo golpe y la incertidumbre del silencio desgarrador, al dejar de gritar Audrey, lo desconcentro completamente,perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo, por suerte, algunas maderos y algunas partes de aquel sitio, lograron que la caída no fuera todo lo dolorosa que podía haber sido.

Por suerte, no cayó en el interior del sitio del que recién salía.

Pero la caída, si le provocó algunas molestias y pequeñas heridas de rozamientos.

Yoshi agradeció no haber caído mal y que esos maderos y partes de aquel sitio, le amortiguaran la caida, por suerte.

Si que estuvo tentado de dirigirse a la puerta y ver quien había entrado, pero dado la violencia del pequeño asedio a aquel lugar donde estaba Audrey, sin armas, se lo pensó dos veces.

Una cosa era seguro, la gente de aquella aldea , supuestamente pesquera que había visto arriba, no eran muy pacíficos, algo fácil de pensar, de haberlo encerrado en aquel edificio y posteriormente que prácticamente , forzaran violentamente la puerta para entrar.

Tendría que acercarse al pueblo, pero teniendo cuidado, aquella gente parecían bastantes hostiles al parecer.

Las heridas y en un primer momento el impacto al caer, habían dejado cojeando un poco a Yoshi, solo esperaba que no se haya roto nada y solo sea el impacto del golpe.

- Tiradas (1)

Motivo: Caida

Tirada: 1d100

Resultado: 33

Notas de juego

Cachis...

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21/09/2018, 14:12
Máster fantasma

Las muñecas parecían tener un extraño mecanismo que, al girarla, hizo resonar un sistema de engranajes y cadenas que parecía estar funcionando dentro del pedestal. No estaban oxidadas aunque tuviera que ejercer un mínimo de fuerza para voltearla, sobre todo las cabezas, las cuales al estar colocadas en su posición original mirando al centro, sin previo aviso, se desprendieron del pequeño cuerpo con un “clic”.

Las cuatro cabezas de muñecas rodaron por la mesa, incluso una de ellas se cayó hasta los pies de Brandon, frenando ante sus zapatos. Si la examinaba más de cerca podía ver que el cuello que unía ambas partes estaba pintado de rojo, una cruenta decapitación de una decapitación en masa.

Al enfocarlas con la linterna la vibración disminuyó, al igual que el calambre que la recorría, cambiándose a un leve ardor que dominaba todo el tronco del objeto. Sentía que ahí había algo, de nuevo ese descenso de temperatura que hacía que el aire fuera vaho saliendo de sus oscuros labios, agradeciendo ese cálido contacto de la linterna.

Parecía que no pasaba nada con el resto de las muñecas, ni encontraba ninguna que estuviera sentada o de rodillas. Todas estaban firmes, de pie sobre sus pies descalzos (al menos las que tuvieran ambas piernas) mirando al infinito desde sus oscuros ojos, aunque al mirarlas más fijamente pudo comprobar que, absolutamente todas, estaban heridas en algún que otro lado con tal de hacerlas más feas.

Cuando estaba inspeccionando en busca de huellas hubo un ruido tras suya. Arañazos en las paredes, tan desgarrador como si alguien estuviera ensañándose con una pizarra, provocando un molesto pitido agudo. Al girarse unas letras, lentas y firmes, se iban escribiendo sobre la madera, desgarrando el material con sendos surcos.

Era una tortura auditiva que tardó en acabar, pudiendo leerse dos palabras:

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21/09/2018, 14:16
Kim Sun Hee
Sólo para el director

Cuando la primera de las pequeñas levantó las mantas, presa de la curiosidad, la violinista la miró sorprendida debido a la apariencia de la misma. Estaba vestida en un kimono, algo que usualmente debería de ser para momentos especiales, como festivales o eventos importantes. ¿Sucedía algo importante en aquel lugar? No lo sabía, aunque no había duda de que incluso aquella casa tenía un aspecto antiguo. Era posible que en ese sitio sólo fueran un tanto tradicionalistas. De cualquier forma, Sun Hee permaneció callada, manteniendo la mirada conectada con la pequeña, quien se había quedado mirándola como si estuviera hipnotizada por algo, antes de llamar la atención de la otra niña que estaba oculta en el futón.

Al ver a la segunda, la coreana supuso que se trataba de hermanas, bastante adorables a su manera, si no fuera por el hecho de que se encontraban en un lugar en el cual ella había sufrido una experiencia bastante desagradable. En el momento en el que las dos hablaron entre sí sobre ella, la joven no pudo evitar sonreír gentil al escuchar que decían que era muy bonita, al parecer bastante impresionadas por su belleza, algo que solía ser normal en los niños cuando conocían a alguien. Parecía que la más grande se llamaba Miwako y la menor Nawako. Por sus nombres, era algo más que seguro que fueran hermanas, por el juego en la pronunciación de los nombres, además del hecho de que eran japonesas... algo que la asustó un poco, ante la posibilidad de que se encontrara en Japón, y no en su país. Aquello sería problemático, si no podía regresar de manera instantánea como lo había hecho antes.

- ¿Dónde está tu casa? Quiero decir... ¿cómo se llama el pueblo, qué país? - Preguntó en un tono amable, para no espantar a las pequeñas debido al pánico que sentía en su interior ante la idea de estar realmente lejos de su hogar. No obstante, dudaba que fuera a espantarlas, a menos que hiciera algo malo, ya que parecía que les había agradado lo suficiente como para que se pusieran a corretear a su alrededor, como si estuvieran mirándola más de cerca. ¿Les resultaba tan preciosa? Volvió a sonreír con cierta calidez, encariñándose un poco con las hermanas, a pesar de la situación en la cual se encontraba. Si bien, las siguientes palabras de las niñas llamaron la atención de la violinista quien reflexionó sobre lo que habían dicho respecto al sumo sacerdote y el hecho de presentarla con el pueblo. No sabía si aquello era una buena idea, luego de lo que había sucedido la última vez. No estaba segura si todos allí la tratarían bien.

Escuchando el ruido que provenía de afuera, Sun Hee se asomó como le fue posible a la ventana, debido a las hermanas que la tenía rodeada en aquel círculo bastante adorable que formaban en ese momento. Pudo notara que había varias personas reunidas, marchando hacia un lado en particular, al mismo tiempo que llevaban varias antorchas para iluminar la noche. Sin embargo, lo que más sorprendió a la joven, fue la persona que lideraba aquella comitiva, la cual portaba un largo báculo con unos cascabeles que resonaban a medida que se movía... Cascabeles... A la joven coreana, en ese instante de revelación, ya no se le hizo una buena idea acercarse a aquel sujeto, no cuando sabía lo que había ocurrido cuando había seguido aquel sonido. ¿Serían los mismos? No lo sabía pero tampoco deseaba correr el riesgo. Menos aún cuando las niñas mencionaron que "todos" la estaban buscando. Aquello no parecía algo bueno. ¿Por qué la buscaban? ¿Eran ellos los responsables de que ella estuviera en ese sitio? Más que probable, si realmente la estaban buscando. Si bien no sabía para qué.

- No lo sé... no creo que sea una buena idea que conozca al sacerdote. Em... ya estuve aquí antes, y... cuando escuché unos cascabeles, alguien me atacó... quiso ¿comerme? - Le explicó a las pequeñas en un tono que demostraba su temor, a medida que las seguía aunque sin estar dispuesta a seguirlas durante todo el camino hasta aquella agrupación de personas. Aún recordaba muy bien lo que había sentido cuando la mordían en la oscuridad del agua, el dolor que había tenido que experimentar a medida que se ahogaba. Algo le decía que no era buena idea mostrarse ante el sumo sacerdote, no cuando todos parecían estar buscándola. ¿Eso quería decir que las hermanas querían hacerle daño también? No... parecían demasiado adorables, y a Sun Hee se le hacía difícil pensar que unas niñas desearan algo así de ella. Probablemente no sabían toda la verdad. Por otro lado, parecía que habían ignorado su pregunta respecto a la muñeca de la máscara. Era posible que no supieran a quién le pertenecía. De cualquier manera, no pensaba seguirlas todo el camino, sólo quería obtener algo más de información sobre el lugar, por lo que optó por mantener un paso lento para atrasarlas lo suficiente.

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23/09/2018, 14:31
Brandon Marshall

Estuve a punto de dejar escapar una maldición cuando me percaté de la forma en que las cabezas de las muñecas se desprendieron de su cuerpo. La parte del cuello en la que se unía la cabeza con el tronco estaba pintada de rojo, simulando que se tratase de una decapitación. Un detalle que había sido muy original por parte del fabricante de muñecas pero que en ese momento me resultaba de lo más escalofriante, teniendo en cuenta todo lo que había visto hasta ahora.

No me pasó desapercibido que la vibración de la linterna disminuía cuando apuntaba con ella a una de aquellas muñecas. Era extraño también todas las muñecas estaban heridas o arrañadas, como si alguien hubiera puesto mucho empeño en mutilarlas o convertirlas en imperfectas.

Fue mientras me encontraba inspeccionando en busca de huellas cuando sentí el ruido de unos arañazos en las paredes, un sonido tan desagradable que incluso me dio dentera. Lo peor de todo era aquel mensaje que había aparecido en la pared, sobre la madera. "Soy guapa" leí, sintiendo un escalofrío recorriendo mi espalda.

-Joder... -mascullé, atemorizado.

No sabía quién había escrito eso, pero no me quedaba ninguna duda de que, fuera quien fuera, se encontraba conmigo en la estancia. Sin dudarlo ni un segundo, decidí echar a correr para escapar de la habitación, apuntando con la linterna directo al mensaje de la pared.

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25/09/2018, 21:33
Máster fantasma

La caída podía haber sido peor, pero por suerte Yoshi tuvo los reflejos necesarios como para agarrarse antes de terminar de caer del todo, causándole rozaduras en codos y rodillas, y posiblemente algún que otro moratón en unos minutos.

Giró la esquina para encontrar la puerta de la pagoda bloqueada por una serie de cuerdas con un nudo marinero, terminado en un lazo ceremonial. Quien fuera que la hubiera puesto, le había puesto empeño en cerrarla a cal y canto. Por otro lado la puerta principal del templo estaba abierta en par en par, incluso rastros de madera que antes formaban parte de los tablones estaban esparcidos por el suelo, dando a entender que habían usado la fuerza bruta para perpetrar el edificio.

No había más. Sólo el silencio.

Decidido a no acercarse estando desarmado, optó por el camino largo para no ser visto, bordeando el edificio y escondiéndose entre las sombras de los árboles hasta llegar a las escaleras descendentes.

El camino era extenso, una amplia sucesión de escalones que parecían no terminar, bordeada por la naturaleza. Llegó un punto donde empezaron a sucederse una serie de puertas torii de madera oscurecida haciendo el camino repetitivo. Ni siquiera pudo llevar la cuenta de la cantidad ingente que habría, un pasillo descendente donde tenías que ir con cuidado para no resbalar, quedando exhausto al bajar el último escalón. Al menos por el momento.

Una nueva bifurcación de tres caminos se expandía ante sus ojos. Al centro tenía la entrada del pueblo, sobresaliendo un amplio conjunto de casas antiguas de madera y una plaza circular repletas de luces de antorchas, donde un grupo de personas caminaban a su dirección y, liderando la comitiva, un hombre anciano con un bastón terminado en un lazo con cascabeles, haciéndolo resonar cada vez que golpeaba el suelo con sus pasos. No tardarían en cruzarse si seguía parado en ese sitio.

A la derecha un camino corto donde podía entrever una zona de tumbas, posiblemente formando parte de un cementerio local, rodeado por unas vallas de madera.

A la izquierda un camino más cuidado de vegetación abundante y dos estatuas con forma de pez esculpidas en piedra sobre unos pedestales, guardianes del lugar, unidas por una correa de tela con un lazo ceremonial, señalando que la entrada estaba prohibida aunque fuera fácil pasar. Cada vez que miraba hacia ésta zona tenía una extraña sensación que no podía explicar, un escalofrío que recorría su columna en modo de alerta y que, sin que pudiera evitarlo, empezaba a resonar en su cabeza la famosa melodía.

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25/09/2018, 21:43
[Yoshi Yamagaki]

El instinto me dice de ir hacia la zona de las tumbas, si aquella gente hizo aquello con la puerta del templo, no estarán muy para hablar de nada.. - se dice en voz baja pensativo.

Tendré que ir por la derecha, de momento mantenerme al margen de esa gente, hasta estar seguro de que no son hostiles y pueda pedirles ayuda o algo, la izquierda, esta extraña sensación y recordar la melodía, acabaré como aquella mujer.. - dice mirando hacia la derecha para tomar ese camino.

Con suerte podría ocultarse por algún lado o leer algo que le sirviera de orientación, para saber donde demonios estaba.

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25/09/2018, 22:14
Máster fantasma

Brandon no lo dudó y echó a correr de la habitación, teniendo un resbalón por culpa de los charcos que por poco no le hace precipitarse escaleras abajo si no fuera por el rápido apoyo en la barandilla de madera.

La luz bailaba en la casa ante el trote de sus pasos, dejando ver en algunos momentos una silueta que parecía seguirle aunque no lograra distinguirla del todo. Al llegar al piso inferior escuchó un llanto que no pudo ubicar. Primero a la derecha, luego se fue moviendo a la izquierda, ¿detrás suya? Lo escuchaba demasiado cerca, un susurro a su oído que no lograba ver.

- Soy guapa.- El llanto se transformó en un quejido ahogado, un doloroso lamento que le hizo girarse rápidamente para, esta vez sí, encontrarse frente a frente con una mujer. Piel pálida, casi cristalina, recubierta de cicatrices y arañazos, destacando sobre todo un profundo corte que iba desde la mejilla derecha hasta por encima del ojo. El cabello húmedo y enredado, cayendo alrededor de su delgado cuerpo, y un kimono prácticamente destrozado, dejando ver rastro de suciedad o manchas sin identificar su procedencia.- Me lo prometió, me dijo que era guapa.

La mujer extendió los brazos hacia Brandon mientras caminaba encorvada, dejando tras de sí rastros de charcos. Tenía los ojos demasiado abiertos en unas pequeñas pupilas, como si hubiera descubierto su destino frente a ella, y la boca entrecerrada en forma de “o”.

Notas de juego

¡Empezamos con las batallas! Te tocó el primero, qué se le va a hacer :)

Un breve recordatorio: Estamos en un sistema 1d100 y, en tu caso, tienes una Linterna Espiritual, funciona exclusivamente con luz lunar.

Es una de las armas más potentes pudiendo usarse de manera ofensiva (disparo de luz) o defensiva (ralentizar), pero en ambos casos deberá tirarse 1d100. La única diferencia es que después habrá que tirar 1d3 para saber cuánto tiempo necesita para recargar.

Como es el primero, será un fantasmita a modo práctica, así que apenas tiene vida aunque, como todos los que os vais a encontrar de menor importancia, te quitará 1/5 vidas si te llega a tocar. Recuerda también que la vida luego se recupera volviendo a tu casa o con objetos.

Opciones: Puedes correr perfectamente, intentar esquivar la lucha, pero hay posibilidad de que te pillen si mi tirada es buena. Otra posibilidad es que ataques, en este caso sería dif 20 (ves? facilito), hazla pública para que puedas ver tú también el resultado.

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25/09/2018, 22:37
Miwako y Nawako

Las pequeñas se miraron ante la pregunta del lugar, como si le preguntaras de qué color es el cielo, esta vez hablando entre ellas.

- ¿Es extranjera?

- Muchos amigos extranjeros nos hemos encontrado hoy.

- Eso no es bueno.

- Eso no es bueno.- Ambas resoplaron tras una mueca de desconcierto, cruzándose de brazos la pequeña durante unos instantes mientras negaba con la cabeza lentamente, sin terminar de estar convencida. Tras unos segundos mirándose, se juntaron y le dieron la espalda a Sun, murmurando entre ellas aunque pudiera escucharlas perfectamente.

- ¿Será amiga de Takayuki?

- No es bien recibido, el Sumo Sacerdote la echará.- La mayor se giró para mirar a la violinista, juntando los labios en una fina línea, antes de volver a darle la espalda y hablar con su hermana.- Es muy guapa, tiene que ser ella.

- Sí, es ella.

Asintieron una única vez antes de girarse a la par, con la bobalicona sonrisa que empezaba a caracterizarlas.

- Estamos en Inunaki, ¿dónde sino?

- Nosotras vivimos en esa casa.- Señaló la casa que tenían justo enfrente, la cual al fijarte a través de las ventanas salían breves rayos de luces, como si de una linterna bailarina se tratase.

- Oh oh.

- Nuestro amigo está en problemas.

- ¿Deberíamos ayudarle?

- Pero el Sumo Sacerdote va hacia el templo, no podemos perderle de vista.

- Uhm.

- Uhm.

Estaban confusas, sin saber muy bien qué hacer, mostrándolo la pequeña al arrascarse el cuello y la mayor cruzarse de brazos mientras ladeaba la cabeza.

La comitiva seguía avanzando, adelantando una plaza circular y perdiéndose por la vista. Tal vez, si fueras con cuidado y sin hacer ruido, podrías salir de la casa.

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25/09/2018, 23:18
Kim Sun Hee
Sólo para el director

Por alguna razón, parecía que habían ignorado la mención de que algo había intentado comerla, la última vez que había estado en aquel sitio. En cambio, se habían preocupado más por el hecho de que Sun Hee era una extranjera, algo que la joven no podía comprender muy bien sobre cuál habría de ser el problema en ello. A menos que fueran una pequeña comunidad que no le agradaran los extranjeros, claro. De cualquier forma, no había duda de aquello parecía haber preocupado a las pequeñas en cierta forma. Según las palabras de las dos, no era algo bueno, o al menos no algo que le agradara al resto de los habitantes. La violinista realmente esperaba que eso no la metiera en más problemas de los que ya se encontraba, al encontrarse en un sitio completamente desconocido.

- ¿Qué tiene de malo ser una extranjera? Y... ¿quién es Takayuki? - Preguntó con cierta curiosidad, sin saber muy bien a quién se refería. No conocía a un japonés con ese nombre. Es más, no conocía a ningún japonés, de por sí. Aún así, estaba claro que aquel sujeto no parecía ser del agrado tanto de las hermanas, como del supuesto sumo sacerdote, lo que significaba que... no era bueno que la relacionaran con Takayuki, a menos que quisiera que la odiaran a ella también. - Em... ¿qué importa que sea eh... guapa? ¿Qué se supone que soy? - Volvió a preguntar, al escuchar aquellas palabras por parte de las dos pequeñas, sin saber muy bien la importancia de su atractivo, o lo que sea que pensaban que era ella. Había muchas preguntas sin respuestas, y las hermanas no parecían escuchar todas sus preguntas, como si sólo escucharan lo que querían escuchar o algo parecido. No le gustaba mucho eso de que el resto de la comunidad la estuviera buscando, junto con el sumo sacerdote, o al menos eso era lo que las niñas habían dado a entender.

Entonces, las dos volvieron a girarse hacia ella, antes de explicarle dónde se encontraba Sun Hee, a pesar de que desconociera por completo aquel nombre. Al menos, sabía que se encontraba en Japón, ya que el nombre del lugar era, sin duda, japonés. Eso complicaba las cosas. Estaba muy lejos de su hogar, dividida por el mar, no sabiendo muy bien cómo regresar. - Japón, ¿verdad? No conozco este lugar. Yo estaba en mi hogar, y de la nada aparecí aquí. - Les explicó con cierta paciencia, esperando que no pensaran que estaba loca o algo parecido, al mismo tiempo que observaba en la dirección a la que habían señalado, donde supuestamente se encontraba la casa de las dos hermanas. Lo que vio allí, la sorprendió, puesto que parecían... rayos de luces que sobresalían de la casa, algo bastante curioso, si no fuera porque la violinista estaba más preocupada en el hecho de evitar que la llevaran con la comitiva y el sumo sacerdote.

Cuando las niñas comenzaron a dudar sobre qué hacer, ya que parecía que el responsable de aquellos rayos de luces era amigo de ellas, y parecía necesitar la ayuda de ambas. No obstante, la joven pensaba también que sería una buena idea abandonar la casa en la que se encontraba, para luego buscar una forma de regresar a su hogar. No parecía que las hermanas se fueran a decidir muy pronto, ni tampoco que pudieran evitar que abandonara aquel lugar. Después de todo, eran tan sólo unas niñas. - Deberían ayudar a su amigo, si está en problemas. Los amigos siempre tienen que ayudarse. Además, no creo que yo sea la persona que buscan. No soy de aquí. Soy de Corea del Sur. - Le aseguró a las dos, antes de mirarlas con dulzura y dedicarles una sonrisa cálida. Siempre le había gustado la idea de tener hermanitas, si bien, lamentablemente, sus padres no habían querido tener más hijos, no luego de que la tuvieran a ella. Por ende, de pequeña, se había sentido muy sola, al ser la hija única de la familia. Al ver a esas dos que se llevaban tan bien, estaba realmente alegre por ambas. - Vamos a ayudarle, ¿sí? - Dicho eso, comenzó a caminar, con la intención de buscar la salida de la casa y ayudarlas, a la vez, con el problema que pudiera tener el amigo de las pequeñas.

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28/09/2018, 15:11
Brandon Marshall

Di un respingo al ver a aquella aberración aparecer ante mí. Era una mujer, no había duda, pero no podía estar viva. Poseía una increíble palidez y estaba repleta de cicatrices y arañazos, algunos de los cuales resultaban demasiado desagradables a la vista, como el que recorría su mejilla derecha hasta llegar por encima del ojo.

"No, definitivamente no eres guapa" pensé para mis adentros, tragando saliva.

Aquella mujer fantasmal, alma en pena o lo que fuese estaba dejando rastros de pequeños charcos de agua a su paso mientras avanzaba hacia mi posición. No iba a dejar que me tocase.

-¡Ni se me acerque, señora! -exclamé, apuntando a la fantasma con la linterna directamente a la cara con intención de llegar a deslumbrarla.

- Tiradas (2)

Motivo: Linterna Defensiva

Tirada: 1d100

Resultado: 94

Motivo: Recargar

Tirada: 1d3

Resultado: 3

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28/09/2018, 20:50
Máster fantasma

Sin estar del todo convencido por los habitantes del pequeño pueblo, se encaminó hacia la ruta de la derecha buscando algún tipo de refugio donde poder ocultarse, pero poco podría encontrar. No estaba demasiado lejos, un par de metros que separaba la calle principal de una amplia explanada repleta de tumbas, cada una de distinto tamaño y formas con nombres escritos, posiblemente el difunto que descansaba en ese sepulcro.

La zona estaba rodeada de árboles, haciéndola más oscura de lo que por sí la noche permitía, provocando sobras con las ramas y las hojas, las cuales seguían meciéndose al ritmo del viento. Aparte, una valla de madera circundaba la zona, aislándola del resto del bosque y delimitando el espacio.

No había un camino prefijado, había tumbas por donde quisiera que miraras, todas cubiertas de una capa de polvo que tenías que quitar a base de pasar la mano para que las letras fueran inteligibles. No había fecha inscrita, sólo nombres de mujeres y hombres, desconociendo sus edades, que ahora yacían en el lugar. Sin embargo en la zona central había una pequeña diferencia, una zona un poco elevada del resto con un par de escaleras y un pequeño edificio de madera abierto.

Parecía un mausoleo rural, donde las paredes estaban oscurecidas por las grietas temporales del paso de los años y el tejado era un cristal. En los laterales algunas columnas sueltas de colores azules y blancos, teniendo atadas en su cuerpo nudos rojos de cascabeles o pañuelos blancos con letras, peticiones para una mejor vida escritos como si se tratara de un árbol de los deseos. Dentro estaba ocupado por nichos, no contó más de diez, coincidiendo que eran nombres de mujeres.

A diferencia del resto, los nichos estaban limpios, incluso se diría que cuidados con mimo para que el musgo no recubriera la superficie con la pequeña puertecita firmemente cerrada. Sobre uno de ellos pudo ver un bote marrón* que, al enroscarlo, parecía un ungüento medicinal con olor a menta y hierbas provinciales.

La última era la única distinta.

El nicho estaba completamente abierto, dejando entrever un interior vacío y donde podía leerse el nombre de “AYAKA”.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Encontrar objeto

Tirada: 1d10

Dificultad: 5+

Resultado: 5 (Exito)

Notas de juego

ENCONTRADO: 1 Hierba medicinal. La guardaré en tu inventario ;)

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28/09/2018, 22:43
Máster fantasma

La linterna reaccionó a la acción, lanzando un fogonazo de luz mientras apuntabas al ente que la hizo apartar la mirada, cubriéndose el rostro con las manos y pegando un grito de dolor. Sea lo que sea que hubiera pasado Brandon la había herido, aunque eso no la hizo frenar en su intento.

Tras unos segundos recuperándose, volvió a hacerle frente al estudiante intentando bordearle, como si buscara un ángulo. Pudo comprobar que la mujer se movía de un lado a otro de la habitación sin chocarse con los objetos o paredes que le rodeaban, traspasando la madera como si realmente no hubiera nada impidiendo su paso y acercándose peligrosamente, de nuevo con brazos extendidos y mirada carente de vida.

Para su desgracia, después del “disparo de luz” de la linterna, cada vez se iba apagando más y más, llegando a un punto donde apenas alumbraba lo que tenía por delante. No sabría por qué, pero aunque la enfocara seguía igual, necesitando unos segundos para recargar. La mujer, evidentemente, aprovechó estos preciados segundos para lanzar un ataque.

En esos momentos escuchó la puerta corredera por la que había entrado abrirse, ¿más visitas inesperadas?

Cargando editor
28/09/2018, 22:47
Miwako y Nawako

Las niñas no quisieron o podían responder a ninguna de sus preguntas, mirándose una y otra vez mientras intercambiaban risas, como si la violinista les hubiera contado un divertido chiste al cual no podían resistirse.

- ¿Deberíamos ayudarle? – Volvió a preguntar en voz alta, mirando a su hermana tras las palabras de Sun Hee.

- Tenemos que avisarle.- Ambas asintieron, cogiéndose de las manos e inspeccionando el resto de la casa desde su posición, donde se habían ocultado el resto de los niños que jugaban al escondite con ellas.- ¡Nos retiramos!

Nadie respondió, ni siquiera hubo ruido de ningún tipo de movimiento, aunque la pequeña parecía que escuchara alguna respuesta muda ya que miró hacia las escaleras y asintió, dirigiéndose después a la puerta.

- Te ayudaremos a llegar a nuestra casa, pero nosotras no podemos ir.

- Nos esperan, el Sumo Sacerdote nos buscará si no vamos.

- ¿Les distraeremos?

- Sí.- De nuevo se miraron de forma cómplice, aunque parecía que había más que no querían contar.

Abrieron la puerta y una de ellas, la mayor, se adelantó al pegarse contra la fachada de la entrada y observar el camino. El camino de la plaza estaba casi desierto, si no fuera por un par de rezagados que andaban despacio dándoles la espalda, siguiendo el camino hacia el norte del pueblo. Cuando se aseguró que era seguro pasar, gesticuló con los brazos y echó a correr a la otra casa, agachada para no ser detectada, y seguida de cerca por su hermana.

Al llegar a la fachada de la otra casa se escondió entre unos setos, guardando silencio mientras hablaba en voz baja para no ser escuchadas o alertar a los guardias.

- La puerta está abierta.

- Nuestro amigo entró por el salón.- Señaló la puerta corredera que tenían enfrente, donde sólo se podía ver un resquicio.

¡Ni se me acerque, señora!

Las tres escucharon perfectamente el grito de un hombre que procedía desde dentro, andando de forma apresurada por el lugar, al igual que otro haz de luz cegador que las hizo retirar la mirada y pestañear varias veces.

- Nos veremos donde todo comenzó.

- Adiós Ningyo.

No dejaron que Sun Hee las retuviera, ambas, cogidas de la mano, corrieron dirección a la plaza sin preocuparse que las vieran, perdiéndose entre la multitud de guardias que parecían pasar de ellas.

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28/09/2018, 22:48
Máster fantasma

A su derecha había una mujer, o algo parecido. Piel pálida, casi cristalina, recubierta de cicatrices y arañazos, destacando sobre todo un profundo corte que iba desde la mejilla derecha hasta por encima del ojo. El cabello húmedo y enredado, cayendo alrededor de su delgado cuerpo, y un kimono prácticamente destrozado, dejando ver rastro de suciedad o manchas sin identificar su procedencia, iba directa hacia el chico con los brazos estirados, dispuesta a atacar.

En esos momentos Sun Hee sintió que la cámara, todavía en sus manos, vibraba, un calambre indoloro que recorría sus muñecas, como si la estuvieran hablando.

Notas de juego

Puedes irte y dejarle ahí tirado o ayudar al chico.

En caso de que escogas la 2º opción, en tu próximo post etiqueta a Brandon. Sí, ya empiezo a juntaros, si decides ayudarle, claro :)

Y ahora, teniendo en cuenta este caso, vamos a repasar los "combates".

La Cámara Oscura fue desarrollada por el Dr. Kunihiko Asou como un método para ​ mirar más allá del mundo material, "tomar fotos de cosas imposibles" y capturar los pensamientos existentes de las almas que no descansan en paz o exorcizarlos. Se usa para luchar contra fantasmas, puede tener más poder de daño usando carretes especiales.

Su uso es 1d100.

Como es el primero, será un fantasmita a modo práctica, así que apenas tiene vida aunque, como todos los que os vais a encontrar de menor importancia, te quitará 1/5 vidas si te llega a tocar. Recuerda también que la vida luego se recupera volviendo a tu casa o con objetos.

En este caso tienes el carrete stándar (Tipo 07) sin bonificadores, pero como estamos frente a un fantasmita pequeño, la dif es 20. Si vas a luchar, tira visible para que veas el resultado.

¡Suerte!

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28/09/2018, 23:53
Kim Sun Hee
Sólo para el director

La joven coreana no había comprendido qué era lo que había dicho que hubiera parecido gracioso para las adorables niñas. Tenían un sentido del humor bastante raro, teniendo en cuenta que sólo había dicho que era importante ayudar a sus amistades. ¿Acaso sus padres no les habían enseñado esas clases de cosas? O tal vez su amigo no estaba metido en problemas tan graves como para necesitar la ayuda de estas. No estaba segura, pero la violinista sabía que ella jamás hubiera dudado en ayudar a su mejor amiga, por más que aquello simplemente se tratara de una tontería. Ella no era alguien que abandonara a sus amistades, por nada del mundo, por lo que le había sorprendido que las hermanas reaccionaran de manera tan... relajada ante algo así.

- ¿Avisarle a quién? - Preguntó al desconocer a la persona a la cual se referían las pequeñas. Sabía más que bien que, probablemente, no responderían nuevamente a otra de sus preguntas, como ya le habían ignorado varias de las otras que había hecho. Era posible que no tuvieran permitido ceder mucha información del pueblo a desconocidos, o que simplemente no quisieran hacerlo, algo normal en los niños, que acostumbraban a ser traviesos en ciertos momentos. Sea lo que fuera, a Sun Hee no le gustaba mucho la idea de que hablaran con alguien más sobre ella, no cuando apenas conocía la situación en el pueblo, y no sabía si podía confiar en los habitantes de aquel sitio.

- Está bien. No me parece bien dejar a alguien cuando necesita nuestra ayuda. - Le aclaró a las hermanas, esperando que aprendieran una pequeña lección de moral para el futuro. Sus padres no deberían de ser muy buenos modelos para la crianza de esas pequeñas, si éstas se reían cuando uno de sus amigos necesitaba su ayuda. Hizo una nota mental para andarse con cuidado con los padres de esas dos. Pobres criaturas... tan monas pero con unos padres así... No pudo evitar pensar un tanto triste en la clase de futuro que le esperaba a esas pequeñas, si continuaban teniendo a esa de padres que de seguro no las guiaban como era correcto. Tal vez, en otro momento, podría tener una charla con estos, por el bien de esas dos. De cualquier manera, por ahora, tenía algo que requería de su atención antes que lo otro. Ese Sumo Sacerdote tampoco parece una buena persona. Tan sólo con lo que le habían dicho las pequeñas, parecía que ese sujeto era el líder del pueblo, o algo parecido. Un lugar de costumbres bastante antiguas, posiblemente.

De cualquier modo, la violinista no tardó mucho en asentir ante las palabras de las hermanas, demostrando su deseo de ayudar al amigo de las dos. No pudo evitar notar que la mayor era bastante buena escondiéndose, y, sin duda, muy sigilosa, ya que había sido la primera en salir de la casa, ocultándose de los guardias en el camino, mientras les indicaba cuando podían pasar ellas. De no haber sido porque Miwako lo había hecho parecer como si aquello fuera algo peligroso, algo más que posible, la joven coreana se habría divertido mucho con aquel breve "juego" de sigilo. Hacía tiempo que no realizaba cosas así, no cuando sus padres esperaban muchas cosas de ella, y esperaban que se comportara de cierta forma. Aún así, aquel pensamiento no perduró demasiado en su mente ya que las hermanas no tardaron mucho en interrumpir sus pensamientos con una despedida ciertamente apresurada.

Notas de juego

Ok! Ahora hago el segundo post y la tirada =P

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28/09/2018, 23:55
Kim Sun Hee

- ¿Eh? ¿"Donde todo comenzó"? ¿"Ningyo"? Eso... ¿qué quiere decir? - Preguntó un tanto extrañada ante lo que habían dicho las hermana, no sabiendo muy bien qué habían querido decir con aquello, en especial con esa última palabra... "Ningyo". La coreana no sabía muy bien a qué se referían con aquello aunque... estaba casi segura que la habían llamado "muñeca" en japonés, gracias a algunos animes que había visto en sus años. ¿Había sido porque las pequeñas pensaban que era preciosa? Preciosa como una muñeca, tal vez. De cualquier modo, incluso si quería preguntarles sobre el lugar que ella desconocía por completo, aquel donde "todo había comenzado", no le dieron mucho tiempo de intentarlo. Por un instante, había estado a punto de exclamar para hacer que se detuvieran, si bien evitó hacerlo ya que no quería llamar la atención del resto de los habitantes, no cuando no sabía si podía confiar en estos.

Además, tenía otras cosas en las cuales pensar, como el hecho de que hubiera un hombre gritando y escapando de alguien, o al menos eso era lo que parecía, si tenía en cuenta los gritos, el sonido de alguien andando con prisa, mientras le pedía a una... señora, que no se acercara a él. Parecía que ese era el amigo de las hermanas, aunque no había forma de comprobarlo, si tenía en cuenta el hecho de que éstas no habían tardado mucho en marcharse sin darle la posibilidad de hacer las preguntas que hubiera deseado hacer. Además de oír las respuestas, claro. Supongo que todo depende mí. Pensó la violinista, mientras se disponía a ingresar a la residencia, con la intención de ayudar a quien pudiera necesitar su ayuda. De cualquier modo, era mejor que las adorables niñas no se involucraran en aquello, cuando podían salir heridas. No sabía muy bien cuán peligroso era todo aquello.

Entonces fue cuando la vio. Una mujer de apariencia bastante intimidante, si se tenía en cuenta los arañazos en su piel, junto con las numerosas cicatrices, y aquel largo corte a lo largo de su rostro, además de su vestimenta, un kimono sucio y destrozado, que daba la imagen de alguien que había sido atacada por otra persona o incluso un animal. Sin embargo, lo que más la sorprendió, fue la piel pálida de la misma, como si estuviera enferma, o más bien... muerta, si bien aquello era algo, sin duda, imposible. Sea lo que fuese, estaba claro que deseaba atacar al extraño, al menos por cómo se había abalanzado sobre este, por lo que la coreana supo que debía de actuar para hacer algo al respecto y evitar que le hicieran daño.

El único problema era... que había sentido algo de la cámara que llevaba con ella. Una extraña sensación que la sorprendió por completo. Como si buscara llamar su atención, o más bien, como si estuviera hablándole. En ese momento, la joven consideró la idea de usar la cámara para cegar a la mujer de actitud alocada. No le gustaba mucho la idea de hacerle daño a alguien, sin conocer muy bien toda la situación. Por lo que lo mejor era... ¿la cámara tenía alguna clase de "flash"? Parecía antigua... y Sun Hee no conocía mucho sobre la historia de la fotografía. No obstante, debía de intentarlo. - Voy a ayudarte. - Le dijo al hombre, al mismo tiempo que se acercaba lo suficiente a los dos y se disponía a utilizar su cámara sobre la extraña.

- Tiradas (1)

Motivo: Cámara Oscura!

Tirada: 1d100

Dificultad: 20+

Resultado: 87 (Exito)

Notas de juego

Segundo post! El otro está sólo para la directora!

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29/09/2018, 11:56
[Yoshi Yamagaki]

Ayaka? , no me suena ese nombre.. - se dice pensativo para si mismo, para luego ojear el móvil, para ver los nombres que mencionaba la nota-

Miwako y Nawako, no es el mismo.. - se dijo en voz baja, para mirar por puro instinto, por si estaban en alguna de las otras tumbas.

Lo que había encontrado le vendría bien, aquel tarrito de hierbas medicinales, aún recordaba a una curandera de una aldea cercana a la que vivía, cuando se torció el tobillo de niño y aquella mujer, le puso una especie de ungüento que le alivio el dolor y sano al poco tiempo, sería buena idea guardar aquello, aquello tenía el mismo olor y pinta.

El nombre le llamaba la atención, no creía en zombis asi que dudaba que haya salido de aquella tumba, sino todo lo contrario, esa tumba estaba preparada para esa mujer, pero ¿ de que habría muerto ?.

En un primer momento pensó que podría ser la tumba de la mujer que encontró en la pagoda, pero descartó la idea al leer el nombre.

Se fijo en los detalles de aquellas tumbas y nombres, apuntando los nombres de tales en el móvil, nunca se sabe, pero era extraño que el cementerio descuidado completamente, solo esa zona estuviese tan limpio y cuidado.

Busca detalles en las tumbas, la construcción y alrededores, con cuidado de saber de si podía venir alguien.