Partida Rol por web

Fatal Frame: Mermaid Song

Capítulo 2

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13/11/2018, 21:24
Otro lugar

Estaba en una habitación humilde de paredes de madera y desprovista de ventanas o cualquier otro tipo de decoración. Sun Hee no entendía muy bien dónde estaba pero, aunque obligara a su cuerpo a moverse, presenciaba la escena como si fuera un juego de Realidad Virtual donde el muñeco obraba solo, siendo una mera espectadora en la vida de otra persona.

Estaba arrodillada sobre un cojín mullido blanco, apoyando ambas manos en su regazo mientras sentía un flujo de orgullo y preocupación que sabía no eran suyos. Cerró unos segundos los ojos antes de bajar el rostro y coger entre sus manos un colgante que pendía de su cuello, una preciosa joya traslúcida simulando una lágrima, inundándola un profundo amor que le provocaba una honesta sonrisa.

Le dio un beso y la violinista sintió en sus propios labios el tacto frío de la joya mientras una lágrima descendía por sus mejillas, limpiándosela al escuchar la puerta abrirse.

Dos figuras desnudas, mujeres de distinta altura pero ambas con el largo cabello castaño portaban una máscara que la joven asiática ya había visto, azules de gran tamaño que simulaban ser sirenas.

No lograste escuchar lo que decían, pero aun así de tus labios salió una única frase.

Estoy lista

La voz era distinta, más suave y aguda, un hilo de voz que no podía reconocer aunque hubiera salido de sus propios labios.

Una de ellas se acercó lentamente, llevando entre sus manos una taza de barro humeante que la violinista cogió. El líquido tenía un ligero brillo verde y olía a mezcla de hierbas agrias, incluso creía poder distinguir un tono mentolado en todo el conjunto.

Bebió el contenido de un par de tragos largos, notando el calor amargo pasar su garganta hasta asegurarse que apenas quedaban un par de gotas. Tendió la taza vacía, cogiéndolo la misma chica que se le había tendido mientras sentía su cuerpo cada vez más cansado.

Le costó horrores levantarse. Su cuerpo pesaba, estaba tan agotado que apenas podía mantener los ojos abiertos, usando su última voluntad para andar un par de pasos a una especie de camilla cercana, sentándose antes de que la otra mujer le quitara el kimono que la vestía, dejándola igual de desnudas que ellas.

No podía mantener la cabeza en alto, ayudándose de las manos de la mujer, quién sujetaba su mentón con una sonrisa antes de colocar sobre su rostro un largo velo que le cubría gran parte del cuerpo. La ayudó a tumbarse boca arriba, estirando el cuerpo y con ambas manos en el costado mientras sus ojos, totalmente vencidos, decidían cerrarse.

Sun Hee luchaba entre la fina línea de la consciencia y la inconciencia, ni siquiera sabía que era real. No podía ver pero sí escuchar lo que acontecía a su alrededor aunque no pudiera diferenciarlo.

El sonido de una puerta abrirse.

Un golpe.

Gritos.

Una caricia en su rostro que la obligó a abrir los ojos. Una visión difuminada de un masculino rostro que le susurraba. Quería negar, gritar o luchar pero no podía, su cuerpo era una marioneta que no respondía a su voluntad.

Algo le cubría el cuerpo, sentía el calor de la suave tela antes de notar que su cuerpo ascendía, alejándose de la camilla.

Vio la pared de madera por última vez, antes de caer totalmente inconsciente, notando un amenazante miedo que no podía expresar.

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13/11/2018, 22:10
Máster fantasma

Al despertar Sun Hee se encontraba de nuevo en su habitación, llorando sin saber por qué exactamente, ¿qué era lo que había visto y sentido? Era un sueño demasiado real que ahora la golpeaba, incapaz de controlar el cúmulo de sensaciones que tardaría en procesar.

Los rayos de sol incidían desde la ventana entreabierta, dejando entrar una pequeña corriente de aire fresco e iluminando el resto de la habitación.

Tenía las ropas que llevaba el día anterior pero estaba metida en la cama, como si se hubiera ido a dormir después de una cansada fiesta. A su derecha, en la mesita de noche, descansaba sentada la muñeca que había llevado consigo en todo su extraño viaje y, a su lado, la vieja cámara que ahora estaba apagada.

Sobre la otra mesa había una pequeña bandeja con una taza amarilla de café, un improvisado desayuno que ahora estaría frío, sin saber cuánto tiempo llevaría ahí.

La puerta de la habitación estaba cerrada, pero aun así podía escuchar a su amiga hablando sola desde el otro lado mientras se movía por la habitación.

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14/11/2018, 00:33
Jun Shin-hye

Shin Hye estaba de pie en la cocina, apoyada ligeramente sobre la encimera. Su diestra sujetaba su móvil, pegado a su oreja, mientras que la zurda tenía una taza humeante, posiblemente de café. Llevaba todavía puesto el pijama, un doble piezas de pantalón de cuadros oscuros con una camisa blanca de otro conjunto.

- ¿Estás seguro? A mí no me llegó nada.- Su voz se notaba apurada, incluso un punto de enfado en la sequedad de sus palabras. Dio un sorbo mientras escuchaba a la persona de la otra línea, poniendo los ojos en blanco antes de dejar la taza sobre la encimera.- ¿Quién va a entrar a robar? Te digo que no la tengo. Es importante que… Sí, ya lo sé, pero no te estoy mintiendo.

Dejó la taza en el fregadero, abriendo el grifo para mojarla antes de girarse y ver a Sun Hee. Sonrió apurada al comprobar que no estaba sola, levantando una mano en señal de disculpa para que le diera unos minutos.

- Está bien, luego te llamo.- Colgó el teléfono de forma apresurada, dejándolo después sobre la mesa, donde descansaba la bandeja de dulces que el día anterior había traído de la pastelería.- Lo siento, ¿te desperté? – Se sentó en una de las sillas, cruzando las piernas y atusándose el pelo mientras soltaba un breve bostezo.- Te dejé una taza de café hace rato, no sabía a qué hora despertarías.

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14/11/2018, 07:21
Otro lugar

El sonido de las olas, la cálida arena en sus pies descalzos antes de sentarse, hundiendo la mano entre los cientos de granos que componían la playa, dejando que se escaparan entre sus dedos. Brandon no entendía cómo había llegado a la playa, ni por qué sentía tranquilidad y un ligero miedo no ubicado, aunque le atenazaba la garganta de tal forma que tenía la impresión de que una lágrima acabaría descendiendo por sus mejillas.

Intentó mover su cuerpo pero no le respondía, ni siquiera era capaz de articular palabra. Estaba presenciando la escena como si fuera un juego de Realidad Virtual donde el muñeco obraba solo, siendo un mero espectador en la vida de otra persona.

Sintió una presencia, provocando que girara la cabeza. Ahí estaba, la persona que había estado esperando y quien le sacó una sonrisa, borrando ese momentáneo miedo para convertirse en cariño, nervios y una punzada en el corazón.

Cuando sus miradas se cruzaron no pudo evitar notar sus pómulos cálidos, posiblemente sonrojado mientras bajaba la mirada a sus manos, ahora limpias tras sacudirse un poco con el kimono blanco que llevaba.

Había ido especialmente a esa playa, a esa hora, sólo para verle, al igual que lo llevaba haciendo varias semanas. El chico se acercó de forma tímida, pudiendo ver reflejado en sus ojos el mismo cuidado que Brandon, o su personaje, procesaba. Esa mañana le veía especialmente adorable, su corto cabello oscuro y ligeramente despeinado hacía juego con sus ojos avellana. Iba vestido con el uniforme de pescador, un traje gris ancho con un cinturón más oscuro enrollando su cintura.

Se sentó a su lado y no se miraron, ubicando su visión en el apacible oleaje. Le sentía tan cerca que quería tocarlo, girarse y abrazarle, pero sabía que no podía, estaba prohibido. Respiró hondo mientras le escuchaba aunque no entendiera sus palabras, moviendo sus labios sin emitir sonido alguno. Sin embargo de su boca salió una única frase.

No puedo hacerlo.- Su voz era distinta, era de una mujer con un tono más suave y agudo que ya había escuchado la noche anterior, la mujer del kimono que lloraba con la autoculpa.- Lo siento, Takayuki.- Notaba algo quebrarse en su interior mientras se levantaba y no podía aguantar más las lágrimas.

Una mano que le retenía, girándose para ver al joven destrozado. Un leve tirón para abrazarla, el primer contacto que tenía en todo este tiempo y el que sabía que sería el último.

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14/11/2018, 10:10
Máster fantasma

Al abrir los ojos lo primero que vio fue de forma difuminada el techo blanco de su habitación, oscureciéndose al notar que lloraba de manera descontrolada sin saber por qué exactamente, ¿qué era lo que había visto y sentido? Todo era tan real que ahora el sueño le golpeaba con fuerza, incapaz de controlar el cúmulo de sensaciones que tardaría en procesar.

Al incorporarse notó que, en su pecho, descansaba la joya en forma de lágrima que había llevado consigo, rodando a un lateral ante el brusco movimiento y peligrando caerse. Creyó que la joya tenía un ligero brillo que se iba apagando, siendo posiblemente fruto de los rayos del sol contra la transparente superficie, ahora fría al tacto.

Se percató, aparte, de que llevaba todavía la ropa que se había puesto el día interior, como si se hubiera ido a dormir después de una alocada fiesta, sin llegar a cambiarse antes de acostarse. Por tanto todo estaba igual que lo dejó, la ventana ligeramente abierta dejando entrar la brisa de la mañana, el móvil sobre la cómoda, viendo que tenía varias llamadas de sus amigos.

Por otro lado en la mesa estaba su portátil encendido con una única pestaña abierta.

No hacía falta acercarse para ver el gran logo de “Sweet Peach” en la parte superior de Twitch, junto con un video con las letras “directo” en rojo en la esquina superior, y la ventana de chat a su lado, ausente de comentarios. Sólo tenía un espectador, posiblemente él pero, ¿cómo iba a estar Audrey en directo?

La imagen mostraba una panorámica del cuarto de la chica, prácticamente idéntico al suyo si no fuera por algunos colores cambiados, como las sábanas y las cortinas. Pero en el centro había alguien, la hermosa chica que anteriormente había visto y creído vivir en sus sueños arrodillada con la mirada fija en la cámara.

Una única sonrisa triste mientras lágrimas caían, las mismas que seguían recorriendo el rostro de Brandon, antes de dejar en el suelo, frente a ella, lo que parecía un diario con un lazo.

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14/11/2018, 22:35
Máster fantasma

Dolor recorriendo su columna, arañazos en la cuenca de los ojos y un ardor en el cuello que le provocaban punzadas irritadas con cada movimiento. Seguía sintiendo que algo le atoraba la garganta y aprisionaba su rostro contra la superficie, esta vez mullida, cientos de manos que le impedían moverse o hablar, apretando su cuerpo.

Se liberó de aquella pesadilla al abrir los ojos e incorporarse rápidamente sobre la cama, provocando un nuevo dolor que le recorría desde la punta de los pies hasta la coronilla. No fue entonces cuando se percató que estaba en su habitación, un modesto cuarto de apenas decoración donde lo más característico era una amplia ventana con vistas a los cultivos que sus padres, con tanto esmero, dedicaban su día a día.

A su lado, una mesa de oficina con documentos, libros que había intentado escribir o trabajos inacabados para el periódico, informes sin redactar junto a su ordenador encendido. Junto a él, su móvil apagado sin batería, necesito urgentemente una carga para volver a encenderlo y, a sus pies, una linterna que recordaba llevar en sus sueños.

Parecía un objeto normal, ¿se habría inventado las funciones que le adjudicaba? No sentía esa corriente, ni el calor en su mano al cogerla, pareciendo que no funcionaba más allá de sus capacidades.

Al levantarse comprobó que seguía con las mismas ropas que había llevado el día interior, como si hubiera estado en alguna alocada fiesta de la cual llegara tan cansado a casa que fuera directamente a acostarse. Al tantear sus bolsillos no encontró nada, ni los papeles que juraba haber tenido y, por supuesto, tampoco el misterioso diario.

Ante su asombro, dos pequeños golpes sonaron en la puerta de su habitación.

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23/11/2018, 16:31
Hio Yamagaki

Yoshi, ¿estás despierto?

Reconoció al momento la voz aniñada de su hermano, abriendo con cuidado la puerta para asomar la cabeza en el resquicio, comprobando que el escritor estaba levantado y vestido. Al verle por encima sonrió, entrando en la habitación tras pedir permiso y hablando en voz baja.

Tienes visita.- Miró a la puerta con cierta sorpresa mientras se rascaba el cuello, levantándose levemente la camisa verde que llevaba.- Es Ino. Está en el salón.

Desde que rompieron, a pesar de no haber destruido la relación de amistad por el cariño que ambos se tenían, apenas se habían visto un par de veces, mucho menos había ido a su casa, por lo que el pequeño Yamagaki estaba extrañado por su presencia.

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24/11/2018, 15:01
Ino Kazakashu

Al salir de la habitación anduvo por el salón y la vio sentada con una humeante taza de té verde en sus manos. Miraba por la ventana, dejando que la brisa meciera su cabello castaño, ahora suelto en un lateral. Iba vestida con una falda de tubo oscura que llegaba por las rodillas y una camisa de cuadros bajo un amplio abrigo.

Bebió un sorbo, distraída, antes de percatarse de la presencia de Yoshi, sonriendo con la dulzura que la caracterizaba. Se levantó de inmediato, agachando el rostro de forma educada a modo de saludo.

- Siento haber venido tan temprano, pero llevo desde ayer intentando contactar contigo.- Echó una rápida mirada al pequeño de la casa, quién ahora caminaba a la cocina llamado por su madre para dejarles un momento a solas.- Tsudo me llamó, estaba preocupado. Quería saber cómo estabas.

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24/11/2018, 18:23
[Yoshi Yamagaki]
Sólo para el director

Se levantó con muchísima molestia, no entendía nada de lo que había pasado , no estaba seguro si fue un mal sueño o no, pero la linterna le decía que no podría serlo.

Bastante distraído, dio un pequeño sobresalto, cuando su hermano pequeño llamo a la habitación, mientras que se arreglaba un poco y ponía a cargar el móvil, si todo fuera un sueño, una vez cargado el móvil, no se vería nada de lo que grabo, fotografío y demás..., pero el tema de esa linterna tan parecida a la del sueño , si es que realmente lo era, le sacaba un poco de que no podría ser un mal sueño o pesadilla...

Adelante... - dijo algo tímido , mientras se acicalaba un poco y ponía a cargar el móvil.

Ya fuera por lo que recordaba o lo que había vivido, aunque no estaba ahora mismo seguro de nada, dio un buen y enorme abrazo a su hermano.

De acuerdo, salgo enseguida , no tardo... - dice después de abrazarlo, ante la extrañeza de su hermano pequeño.

Al salir ahí estaba ella, quien fuera el amor de su vida, pero por temas de trabajo, alguna diferencia de ideas, o cualquier tontería, habían cortado la relación como pareja, pero aún seguían siendo buenos amigos.

Tsudo preocupado , por? ... - pregunta con extrañeza, a la vez que se acerca un poco a Ino.

Lo siento, si me llamo tenía el móvil sin batería, ando también agotado y sin ideas, de que artículo escribir o como continuarlos , hacia un tiempo que no te veía, que tal estas? - aquello era tan normal, que hasta le daba algo de escalofríos, después de recordar lo que había pasado, vivido o aun no estaba seguro de que había pasado.

Mira si estoy agotado, que ni recuerdo, como llegue a casa o donde deje el coche...-  dice tanteando con la vista en la habitación.

Tenía la costumbre de dejar las llaves en un llavero de pared a pocos metros de la entrada, casi entrando al comedor, de haber ido por su propio pie, las llaves estarían en ese lugar, de no estar, algo fallaría, era la primera cosa que hacía al llegar a casa, siempre.

Últimamente tengo tantas ideas y ninguna en la cabeza, que ando completamente agotado mentalmente, no se si hacer un artículo de una cosa u otra, no se como continuar un libro sobre folclore que estaba escribiendo y tenia unos artículos que escribía, que he repetido ya varias veces, porque no me convence como quedan... - dice mirando a Ino y luego mirando a la cocina.

Aún sentía esa extraña sensación, que algo fuera de lugar iba a pasar, ni recordaba como había llegado a su cama y todo lo del tema del diario, las mujeres con esas extrañas mascaras, los fantasmas , templos y espejos, aún lo tenía claro en su recuerdo.Tal vez todo habría sido una pesadilla, pero si lo fuera, como llegó esa linterna a su habitación?, de normal usaba la linterna del celular , teniendo la costumbre como buen escritor, de tener el móvil siempre con carga, pero el móvil estaba completamente descargado, como si le hubiera dado mucho uso, luego también tenía ese mal presentimiento,de  que algo fallaba o no iba bien, pero aun no sabía que era realmente.

Como dice el dicho de " no te fies de las apariencias" o " no todo es tan bueno como parece"

Pero por si acaso, no quería comentar nada de lo que había pasado o vivido, las personas con las que hace un rato estaba y demás, no sea lo trataran como a un loco.

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24/11/2018, 19:12
Kim Sun Hee
Sólo para el director

Todo había sucedido tan rápido, junto con el terror que aquel suceso había despertado en la joven coreana, mientras se enfrentaba al supuesto espíritu de Audrey, y el resto de sus compañeros parecían caer bajo el asalto de lo que parecían varios espíritus en la habitación. Lo que más la había sorprendido, había sido la presencia de las pequeñas hermanas, y la horrible escena que ésta llevaron con ellas, cuando sus cuellos se abrieron, derramando aquella espesa sustancia roja que dejaba en claro lo que era. Los ojos de la violinista se habían abierto en demasía, aterrada, horrorizada ante semejante visión. ¿Qué había hecho para merecer esa clase de pesadilla en su vida? Tan sólo deseaba regresar a su hogar y no volver jamás a ese horrible lugar. Sin embargo, todo parecía demostrar que no podría hacerlo, no ahora que había comprobado que las hermanas también estaban muertas, y, a pesar de todo, continuaban manteniendo aquella sonrisa, antes de pronunciar aquella palabra.

Entonces, todo cambió. Ya no se encontraba en la habitación de los espejos, sino más bien otra parte totalmente diferente. Un sitio carente de decoración, humilde de apariencia y de madera, si bien también era un lugar extraño para Sun Hee. No sabía dónde estaba, pero no había duda de que no estaba en su apartamento. Quería regresar, dejar atrás todo aquello, olvidarse de todo para poder dejar de sentirse de esa manera. Lo peor fue cuando quiso moverse, para intentar buscar una salida, deseando poder orientarse. No había manera de moverse, y aquella idea no hizo más que asustarla aún más que antes. Era como si aquel cuerpo no le perteneciera, como si estuviera presenciando una película a través de los ojos de la protagonista de aquella historia. ¿Estaba muerta? ¿Así era cuando morías? ¿Terminabas apreciando la vida de otra persona sin poder hacer nada más que eso? No lo sabía. No comprendía nada de ello, y la falta de respuestas no hacía más que hundirla aún más en el pánico, en el terror absoluto de no poder hacer nada para evitar esa horrible experiencia.

Sea lo que fuese aquello, no había duda de que no podía hacer mucho al respecto, más que tan sólo escuchar y ver lo que sucedía frente a ella. Tan sólo sentía... ¿orgullo? ¿Por qué? Además de cierta preocupación, aunque estaba claro que esa sensación no provenía de ella, sino más bien de la persona en la cual se... encontraba en aquel momento. No sólo podía ver y escuchar, sino también sentir lo mismo que ésta persona sentía. Lamentablemente, no podía acudir a las memorias de la misma para poder comprender la situación en la cual se encontraba. Su visión no tardó en centrarse en una preciosa joya en forma de lágrima, pudiendo sentir aquel amor que la dominaba, si bien a la violinista se le escapaba la razón para sentir algo así. ¿Acaso había sido un regalo de una persona especial para la protagonista de la historia? Era posible, y explicaría el por qué se sentía de esa manera.

Sin embargo, la entrada de aquellas dos mujeres en la habitación, la tomó por sorpresa, en especial cuando pudo observar la apariencia de las mismas. Estaban completamente desnudas y sus rostros cubiertos por esas máscaras que ya tengo conocía. No había duda, aún estaba en aquel maldito poblado y... ¿la persona, de la cual era espectadora, sería lo que ella pensaba que era? Eso explicaría el orgullo mezclado con la preocupación. Era una pieza clave de aquel extraño culto, probablemente elegida por su belleza. No pudo escuchar lo que decían las otras, tan sólo las palabras de la "protagonista" asegurando que estaba preparada para lo que sea que acontecería en ese momento, no tardando mucho en beber un extraño brebaje que se apoderó de las fuerzas de la mujer, sembrando el terror en la joven coreana, a quien no le agradaba nada lo que aquello podía significar. ¿Había bebido veneno? ¿O un tranquilizante? No... si fuera un veneno, debería de sufrir en cierta forma, o al menos eso creía. De cualquier modo, no pudo evitar mostrarse aterrada en el momento en el que desvistieron a la mujer, no sabiendo muy bien lo que sucedería a continuación.

La oscuridad no demoró en dominarla, en el instante en el que la mujer cerró sus ojos, o Sun Hee, no lo sabía, estaba realmente confundida ante todo lo que estaba aconteciendo. Tan sólo... deseaba terminar con todo eso. Deseaba regresar a su vida normal. ¿Por qué? ¿Por qué a ella? ¿Por qué tenía que soportar esa desagradable pesadilla? No merecía eso, jamás había hecho algo malo en su vida, al menos no para merecer algo así. Entonces, escuchó el golpe, los gritos, alimentando aquel temor ante lo desconocido, ante el hecho de no poder observar lo que sucedía, antes de sentir aquel tacto sobre su rostro que la obligó, o más bien a la mujer en la cual se encontraba, a abrir sus ojos, notando un rostro masculino que desconocía por completo. El terror la dominó en su totalidad, no deseando otra cosa más que hacer algo para evitar que la tocaran, mientras aquel hombre susurraba algo que no podía llegar a comprender, antes de sentir cómo perdía la conciencia, tan sólo recordando aquel miedo tan... puro. ¿Iba a morir junto con esa mujer? ¿Ese sería su destino? Ni siquiera sabía cuál era el nombre de la misma.

No obstante, aquello no fue el final. Había despertado de lo que había parecido un sueño, si bien estaba segura que no podía ser así, no cuando había sido tan real. Estaba... llorando, aunque no deseara hacerlo, incluso si tenía bastantes motivos para hacerlo. ¿Se estaba volviendo loca? ¿Era eso? Ya no podía saber lo que era real y lo que no. Si bien... algo le decía que aquel poblado no podía ser simple imaginación de una loca. No, tenía que ser algo más, si bien no poseía respuestas a aquel misterio. Sólo preguntas. No sabía qué pensar de todo lo que había sucedido, ni siquiera sabía si Brandon y Yoshi estaban bien o si habían muerto tras aquel ataque de los espíritus. Tan sólo... quería quedarse en la comodidad de su cama, en el refugio de sus sábanas. Era como si nadie hubiese cambiado del día anterior. Estaba vestida de la misma forma, si bien había terminado en su cama, por alguna extraña razón. Por otro lado, la misteriosa cámara, al igual que la muñeca, continuaban estando allí con ella. Como si tuvieran vida propia.

Asustada, confundida, no tardó mucho en levantarse de la cama, en especial al oír la voz de su querida amiga, quien parecía que ya había despertado e incluso le había preparado el desayuno... aunque ahora estuviese frío. De cualquier modo, nada de aquello tenía importancia, no cuando necesitaba que alguien le asegurara que no estaba loca, que todo estaría bien... que no volvería a ese horrible lugar. Deseosa por algo de soporte emocional, abrió la puerta de la habitación, para luego escuchar una parte de la conversación que Shin-hye parecía tener con otra persona en su móvil. Era como si estuviera peleando con dicha persona, sobre algo que al parecer no había recibido. En ese momento, la violinista volvió a pensar en la cámara que había encontrado sobre su cama, preguntándose si podía ser eso lo que su amiga no había recibido.  También podía ser que se tratase de la muñeca. Si bien, no pudo continuar escuchando la conversación, ya que su amiga se percató de su presencia, para luego finalizar la llamada.

En ese momento, Shin-hye le dijo algo, si bien la joven coreana no prestó atención a sus palabras, no cuando había algo más importante que quería hacer. Después de todo, había pensado que moriría, que no regresaría a su hogar, y que mucho menos tendría la oportunidad de ver nuevamente a una de las personas que más quería en su vida. No dudó en acercarse a su querida amiga, antes de arrodillarse frente a ésta para luego aferrarse a ella por la cintura, sintiendo cómo las lágrimas volvían a correr por sus mejillas, humedeciendo poco a poco el pijama de Shin-hye. - Yo... creo q-que me estoy volviendo loca, Unni... - Se explicó ante ella, mientras continuaba sollozando ante todo lo que había tenido que experimentar. No quería regresar, pero algo le decía que tarde o temprano regresaría, que no tenía elección, y no sabía si esa vez volvería con vida. - Creo que veo... muertos. Espíritus. N-no quiero volver a esa horrible aldea... - Le rogó en un tono que demostraba el miedo que sentía ante la idea de regresar. Era posible que la viera como una loca, pero... necesitaba contárselo a alguien. Necesitaba el apoyo de su amiga.

Sin embargo, no tardó mucho en romper aquel abrazo, aún de rodillas frente a Shin-hye, antes de buscar su mirada esperando que no la hubiese asustado demasiado. Las lágrimas continuaban fluyendo a lo largo de sus mejillas, ya que era difícil frenarlas, no cuando se sentía mejor al hacerlo. No estaba segura si podría soportar otra experiencia de esas. Ella sólo deseaba poder seguir con su vida. - Perdón... no quiero asustarte. Sólo... no sé lo que me sucede. No me prestes atención. - Le aseguró a su querida amiga, esperando poder arreglar la situación, incluso si ya había dicho suficiente. No se demoró demasiado en levantarse del piso, pasando las manos por sus rodillas por si se había ensuciado la ropa, para luego volver a mirar a la chica, mientras intentaba secarse las lágrimas. - Yo... ¿Perdiste algo? No es una cámara, ¿verdad? Ayer... la encontré sobre mi cama antes de... - Antes de que escuchara el agua en movimiento en el baño y encontrara la extraña muñeca. Prefirió no hablar más sobre aquel asunto. No quería asustar más de lo necesario a su amiga. - ¿Probaste la torta? La compré pensando que te gustaría... - Preguntó, dedicándole una sonrisa gentil, intentando cambiar de tema. Lamentablemente no había tenido la oportunidad de probarla con su amiga, no cuando tuvo que preocuparse por su vida. No podía ser un sueño, no había manera de que lo fuera.

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26/11/2018, 16:59
Brandon Marshall

Estaba seguro de que no había sido un sueño. Había sido demasiado real como para que lo fuera. Sun Hee, Yoshi, las niñas, aquel anciano del báculo, el fantasma de la casa y Audrey... No, estaba seguro de que todo había sido real.

Al ver a aquella joven asiática aparecer en la pantalla, a través del canal de Twitch de Audrey, di un respingo, sorprendido de ver que alguien que pudiera estar empleando el canal de la fallecida. A esas alturas no me extrañaba ver a esa... ¿entidad? ¿espíritu? apareciendo súbitamente, aunque me sorprendió mucho más ver que lo que dejaba en el suelo era un diario.

-¿Puede ser... el diario de Yoshi? -pregunté, como si hubiera sido contagiado por aquella mala costumbre del escritor de mencionar cualquier obviedad en voz alta.

Apresuradamente, decidí salir de mi habitación y, a toda prisa, me dirigí hacia el dormitorio de Audrey. De un modo u otro, tenía que obtener aquel diario.

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29/11/2018, 11:34
Ino Kazakashu

Ayer, a primera hora, me visitó a la clínica*. Me preguntó si sabía algo de ti o si habíamos hablado recientemente, te estaba buscando y no respondías.- Cogió de nuevo su taza y le dio un sorbo, aprovechando para calentarse las manos con el cálido tacto de la cerámica.- Sabes que Tsudo es muy reticente sobre sus asuntos, no tiene demasiada confianza conmigo.- Sonrió con cierta tristeza en su rostro. Yamada Tsudo era un buen amigo de Yoshi desde que ambos tenían uso de razón y, aunque se llevaran bien, al cortar la relación prácticamente la amistad entre Yamada e Ino se enfrió por respeto, hablando solo cuando buscaban algo del escritor.- Por la tarde volvió a llamarme, y le noté preocupado. Quería saber si podía venir a comprobar si estabas bien, e intenté llamarte también. Me imaginé que estarías ocupado, pero quería visitarte hoy para estar segura.- Tras dejar su taza, ahora vacía, se agachó para coger el bolso que descansaba en el suelo, colgándoselo en el hombro mientras se abrochaba el abrigo.

Escuchó las razones por su “desaparición” del día anterior, asintiendo una única vez.

No te preocupes, aunque te recomendaría llamarle cuando pudieras.- Juntó sus manos en el regazo antes de abrocharse el último botón.- Estoy bien, el trabajo me tiene absorbida por completo.- Su rostro reflejó cierta preocupación al saber que Yoshi estaba cansado. Le había visto tantas veces agotado buscando el artículo perfecto que sabía el límite que el escritor podía llegar, teniendo opiniones contradictorias sobre su dedicación. Se notaba que Ino quería preguntarle sobre el asunto, interesada en el bienestar de ahora su ex pareja, aunque controló sus ganas en un silencio incómodo que duró varios segundos.

Suspiró, colocándose un mechón de cabello tras la oreja.

Eres bueno escribiendo, estoy segura de que encontrarás la inspiración en el lugar que menos esperas. Tal vez debes mirar todo con otra perspectiva, descansar y buscar un nuevo enfoque.

De nuevo otro silencio, esta vez roto por el pequeño de la casa pasando por detrás con cuidado para dirigirse al baño, cerrando la puerta lentamente para no hacer ruido.

Yoshi aprovechó el lapso de tiempo para mirar en el llavero de pared, comprobando que las únicas llaves que colgaban eran las de su madre, descansando en el primer casillero de la línea.

Al instante sonó un teléfono, una melodía predeterminada a bajo volumen que hizo que Ino, de forma apurada, abriera su bolso y buscara en su interior tras pedir disculpas. Cogió el móvil y leyó la pantalla, teniéndolo poco después a Yoshi.

Es Tsudo, ¿quieres hablar con él? – En la pantalla podía verse el nombre de “Yamada Tsudo”.

Notas de juego

* Como no me pusiste dónde trabajaba, me he inventado que es dentista. Esto es algo secundario, es más para ubicarla en un lugar xD

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29/11/2018, 14:49
Máster fantasma

Estaba tan ensimismado en el directo que no se percató de que la joya rodaba por el lateral y, por su movimiento, se precipitó hacia el suelo quebrándose en pequeños pedazos, un polvo azulado acristalado que ahora decoraba el suelo. En ese momento la joven desapareció de la pantalla, dejando el enfoque en la solitaria habitación de Audrey.

Pero eso no le detuvo, ni siquiera se dio cuenta de qué había pasado al salir escopetado de la habitación. Los pasillos estaban casi desiertos, sólo algunos alumnos más madrugadores paseaban con caras somnolientas y sendos bostezos mientras estiraban los brazos, sin hacer demasiado caso a Brandon. Una de las limpiadoras paseaba por los pasillos, limpiando las papeleras y poniendo una nueva bolsa sacada del carrito, apartándose cuando vio al joven para echarle una mirada de reproche, posiblemente enfadada por la educación de la juventud y las prisas que se traían.

Recordaba dónde estaba la habitación de Audrey. Gracias a escoger la residencia mixta* ambos estaban en el mismo edificio y, en algunas ocasiones, recordaba que Chris se desviaba de la trayectoria para acompañar a su compañera de clase a la habitación con tal de alargar la conversación unos minutos más.

Primera planta, quinta puerta a la izquierda.

De todos modos no hacía falta preguntar. Al llegar a la puerta comprobó que, decorando la entrada de la habitación de Audrey había cientos de flores en el suelo y algunas fotografías de la joven o cartas colgadas en la puerta, todas eran despedida de amigos o conocidos que querían homenajear a la joven de alguna manera.

La puerta no estaba cerrada con llave, pudiendo abrirla sin problema al girar el picaporte aunque varias de las flores cayeran al faltar el soporte.

Dentro estaba tal cual lo había visto en el directo. Un dormitorio sencillo de colores pasteles y ligeramente desordenado, como si no hubieran querido tocar nada por respeto a la difunta, esperando que fueran los propios familiares quienes se encargaran de recoger sus cosas. La cama estaba ligeramente desecha y un peluche de un oso abrazando un corazón descansaba en el suelo, junto a una mochila a medio hacer con algunos manuales en su interior.

Sobre la mesa estaba su portátil, viendo la pantalla su canal de Twitch grabando en esos momentos por la cámara frontal activada en un piloto rojo. Al acercarse en la barra de chat, esta vez, había dos comentarios por el mismo usuario.

7:37:29 xXOsiris: ¿Audrey?

7:37:52 xXOsiris: Si esto es una broma, no tiene gracia.

Pero lo que iba buscando estaba depositado en el suelo, en el centro de la habitación. Un diario desgastado de amarillentas hojas cerrado por un perfecto lazo de cuerdas rojas. Al abrirlo encontró varias páginas en su interior, aunque la gran mayoría estaban desgastadas por el tiempo y eran ilegibles.

12 de abril

No estaba segura pero, al final, me han escogido para ser la próxima Ningyo.

Estoy emocionada y orgullosa de haber obtenido tal honor, de poder ayudar a mi pueblo, pero es un gran peso que no estoy segura poder llevar. Aunque tenga miedo tengo que ser fuerte, por ellos y por mi familia, quienes confiaron su destino en mis manos.

Lo que no sabía es que requería tanta preparación. Desde que mi nombre salió en la asamblea toda mi vida cambió por completo. Recluida en una celda de cuatro paredes sin ventanas veía el tiempo pasar contando los días hasta que mi destino se cumpliera, estando sometida a estrictas enseñanzas y preparaciones para estar lista el gran día.

Hoy logré escabullirme del Sumo Sacerdotes. Sólo quería ver por última vez la playa, mi lugar favorito, y sentir el agua en mis pies antes de despedirme.

Fui a primera hora pensando que estaría sola pero me equivoqué. Allí estaba un joven pescador que nunca había visto, pero su mirada era tan pura e inocente que logró captar mi atención. Sabía que el tiempo que disponía era breve, pero no pude evitar sonreír ante su desconcierto.

Me marché sabiendo que no tardarían en darse cuenta que me había escapado, pero creo que intentaré buscar otro descanso para volver.

Quiero saber quién es.

 

 

 

17 de abril

Creo que el Sumo Sacerdote sospecha de mis escapadas.

Al principio pude ir varios días seguidos, sabiendo que no aguantaría las ganas de poder a verle, pero mis visitas a la playa cada vez eran más breves. Sin embargo ahí estaba, de pie en el mismo sitio sin que hablásemos aunque no necesitásemos palabras para comunicarnos.

[…]

He escuchado a Mië y Yôko paseando por los pasillos y ojeando la ventana que comunicaba mi habitación, como si quisieran comprobar que seguía aquí. Estoy segura de que me están vigilando. […] es amable, siempre me ha tratado como una hermana, tal vez pueda hablar con ella.

 

 

 

21 de abril.

[…] envió una nota a Takayuki de mi parte. Estuve toda la noche escribiéndola sin saber qué poner, tachando las frases o arrugando los papeles.

Estoy tan nerviosa, ojalá […]

 

 

19 de mayo.

Nos han descubierto. El Sumo Sacerdote tenías mis cartas, todas ellas.

[…] sé que quería tener mi puesto, pero no esperaba que me traicionara, no de esta forma.

Por favor Takayuki, espero que mis plegarias te lleguen y estés bien.

Te quiero.

El resto de las páginas estaban completamente destrozadas, incluso algunas se notaban que habían sido arrancadas del diario quedando pedazos de palabras sueltas en los bordes. La única que parecía en perfectas condiciones era la última, escrita con perfecta caligrafía de fina tinta sin ningún tipo de imperfección.

Estuve equivocada.

Durante unos meses perdí mi camino pero llegó el momento de que cumpla con mi destino. Muchas vidas dependen de mí y no puedo fallar.

Estas serán mis últimas palabras.

 

Ayaka

Notas de juego

* Como no me has especificado, puse que era una residencia mixta. Pero vaya, es bastante indeferente.

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29/11/2018, 18:29
Jun Shin-hye

El arranque de pánico por parte de la violinista pilló a la joven por sorpresa, asustada y muy preocupada de que su amiga estuviera en algún problema que la consumiera. Al ver cómo se arrodillaba y la abrazaba por la cintura quedó unos segundos paralizada antes de agacharse para estar a la misma altura, abrazándola con fuerza.

Era la segunda vez que la veía destrozada, pero en esta ocasión la incertidumbre se transformó en un grito de socorro al no saber qué hacer. Acariciaba su cabello esperando tranquilizarla sin hablar, dejando que Sun Hee hablara aunque no entendiera a qué se refería.

- Tranquila, estoy aquí.- Recordó que el día anterior había tenido pesadillas, suponiendo que cada vez serían más recurrentes y reales. Quería preguntarle sobre qué había soñado o qué quería decir con el tema de los espíritus, pero se imaginaba viendo su estado que no querría hablar de ello. No ahora.

Al buscar su mirada no fue capaz de sonreír. Tenía el ceño arrugado y se estaba mordiendo la lengua para no hablar más de la cuenta, aunque con el cambio de tema relajó el rostro y la miró extrañada.

La ayudó a incorporarse y la condujo de la mano al sofá, esperando que se sentara. Si lo hacía, aprovechó esos momentos para acercarse a la cocina, llenar un vaso de agua y tendérselo, sentándose a su lado.

- ¿Tienes la cámara? – Se acomodó, cruzando las piernas sobre el sofá y apoyando el torso en el cabecero.- Es para un trabajo de clase.- Sabía que su amiga necesitaba despejarse, esperando que el cambio de tema le ayudara.- Descubrí un autor poco estudiado del Folklore japonés, un filósofo ocultista de amplia carrera. Apenas hay documentación al respecto. Me leí todo lo publicado, lo tengo en mi cuarto, y encontré que también era inventor, siendo una de sus creaciones una cámara a la que dotaba de “habilidades espirituales” entre otras cosas. ¿Dónde la tienes? – Miró a su alrededor, verdaderamente interesada en la cámara, teniendo que controlar sus impulsos al sujetarse las rodillas.

Al mencionar los dulces se giró, mirando la bandeja que todavía reposaba en la mesa mientras negaba con la cabeza, sonriendo ligeramente.

- Los vi esta mañana, pero no sabía si eran para alguien.- Se levantó de un salto, cogiendo la bandeja y dejándola del recibidor, frente al sofá.- Te vendrá bien algo de azúcar.- Volvió a sentarse aunque, esta vez, suspiró largo y tendido, bajando la intensidad tanto de su voz como de su mirada.- ¿Estás bien? Puedo llamar a tus padres si quieres.

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29/11/2018, 19:36
Kim Sun Hee
Sólo para el director

Las caricias gentiles por parte de su amiga habían sido de ayuda para animarla un poco, al menos lo suficiente como para poder calmarse, a pesar del hecho de que sabía que aquella "pesadilla" volvería a ella de nuevo. Si ya había vivido dos veces algo como eso... era seguro que volvería a atormentarla, y no tenía confianza de que pudiera salir con vida de otro encuentro con alguno de esos espíritus. Realmente no deseaba regresar pero... al menos ahora se sentía un poco mejor. Por fortuna, Shin-hye era un pilar de apoyo bastante fuerte para Sun Hee, y sabía que ésta no la dejaría sin aquella demostración de amistad que ésta siempre le dedicaba cuando era necesario. Era por eso misma razón que estaba enamorada de ella, por más que siempre tuviera miedo de confesar lo que sentía, miedo de que aquella bella amistad se viera destruida por unas meras palabras, o por lo que podrían pensar sus padres de ella.

No había podido evitar relajarse al escuchar a la bella joven asegurarle que estaba allí con ella, provocando un suspiro de alivio en la muchacha, en ese momento en el que necesitaba todo el apoyo que ella podía ofrecerle. Siempre era tan buena, y por eso mismo, Sun Hee se sentía mal por depender de su amiga en esa situación de dificultad, de terror, si bien no podía acudir a alguien más, no cuando Shin-hye era tan importante para ella. Era la única luz que podía combatir aquella oscuridad que parecía acecharla, esperando el momento ideal para regresarla a la pesadilla. Lo peor, para la violinista, fue cuando volvió a mirar a los ojos a su amiga, notando lo preocupada que ésta parecía estar por ella, haciendo que pensara que no debería de haberle contado nada, sólo para que no se preocupara de esa manera. Sin embargo, no había podido evitarlo, no cuando necesitaba hablar con alguien, ¿y quién mejor para escucharla que la chica que ella más quería?

Por suerte, su amiga no se demoró en ayudarla a levantarse, antes de acompañarla al sofá de la mano, haciendo que Sun Hee se relajara con el tacto de la delicada piel de Shin-hye. Si bien, el miedo aún no se había disipado por completo de su mente, no había duda de que estaba un poco mejor, gracias al dulce trato de la persona que quería. En el momento en el que recibió aquel vaso con agua por parte de su amiga, la joven bebió un poco, lo suficiente para relajarse y pensar en la explicación por parte de Shin-hye. En efecto, lo que había estado buscando era la cámara que había encontrado sobre su cama, anteriormente. Parecía que era parte de un trabajo de investigación sobre folklore japonés, en especial sobre algo relacionado al ocultismo, lo cual explicaba muchas cosas, en especial cuando escuchó sobre las supuestas "habilidades espirituales" de la cámara, algo que había descubierto cuando se había enfrentado a uno de los espíritus de sus "pesadillas".

- Sí... la encontré. Está cerca de mi cama, aunque no sé si es buena idea que la toques, Unni. - Le explicó con cierto miedo al respecto. Después de todo, no creía que fuese casualidad el hecho de que hubiese sido transportada a esa maldita aldea, luego de haber encontrado dicha cámara. Había algo extraño en todo aquello, y no quería que su amiga se viera involucrada en algo peligroso, en especial luego de lo que le había sucedido a esa tal Audrey. No deseaba ese destino para la mujer que quería con todo su corazón. - La cámara... tiene habilidades espirituales, como has dicho, aunque no sabía que pudiera hacer algo así... Puede espantar o eliminar a los espíritus, no lo sé bien. Ni siquiera sé cómo llegó hasta mi cama el paquete. - Se explicó, no pudiendo evitar fruncir el ceño, preocupada, a medida que recordaba lo que había tenido que experimentar en aquel horrible lugar.  - Sé que es difícil de creer... Yo tampoco me creería pero... ya no sé si son pesadillas. No lo parecen, y la primera... dejó unos moratones donde esa mujer me había mordido. Casi... me ahogo, Unni. Fue... horrible. No quiero volver a ese lugar. - Estaba aterrada, realmente no deseaba regresar. Quería quedarse allí con su amiga, y olvidar de todo aquello. Volver a su vida normal. Ella no merecía esa clase de horrores, nunca le había hecho nada a nadie.

No había ignorado el hecho de que Shin-hye parecía realmente entusiasmada con respecto a la cámara, algo que a Sun Hee preocupaba demasiado. No quería que le sucediese algo malo, no luego de que había visto cuáles eran las consecuencias de algo así. No obstante, cuando su amiga habló sobre los dulces, la violinista le dedicó una sonrisa cálida, tratando de calmarse de nuevo, a la vez que pensaba que los dulces servirían para alegrarla un poco. - Son para nosotras. Quería que comieras algo rico cuando regresaras de clases pero... - Lamentablemente, no había tenido la oportunidad de hacer algo así con ella, no cuando había sido transportada a la fuerza a esa aldea, teniendo que experimentar algo tan horrible, y descubrir una verdad que no deseaba conocer. - No, no los llames. No quiero preocuparlos. Tampoco quería preocuparte a ti. Perdón... - Se disculpó con cierta tristeza en su voz, al mismo tiempo que se recostaba sobre el sofá, apoyando su cabeza sobre las piernas de su amiga, buscando un refugio en el cual pudiera relajarse un poco más. - Unni... no toques esa cámara. Investiga otra cosa... Hay veces que aparezco en una aldea donde hay un culto horrible que... les hacen algo a las mujeres que son elegidas. La cámara sirvió para alejar a los espíritus de esas mujeres pero... no quiero regresar. - Explicó en detalle, intentando convencer a su amiga de que aquello no era algo en lo que deseaba involucrarse. La única razón por la cual le hablaba sobre eso, era porque Shin-hye siempre había sido alguien de mucha confianza para ella.

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30/11/2018, 04:21
[Yoshi Yamagaki]

Hola Yamada, siento no haber dado señales de vida... - responder al telefono...

Eso último podría perfectamente ser cierto, por lo menos con la imagen de aquella fantasma encima de él, o lo que sea le agarrara el cuello.

He estado bastante liado con escribir un artículo o como seguir uno de mis libros, perdí la percepción del tiempo , además de estar bien agotado..., estás bien? - pregunta a su compañero, siguiendo la corriente de todo aquello, le parecía sospechoso todo.

Si aquel diario le hizo ver , sentir , todas esas cosas, quien le podía asegurar que no le pasara a su amigo?, sobre todo al aparecer el diario  en aquel lugar, mantendría algo de distancia, por si acaso, el que no este sus llaves del coche, le daba mala espina, siempre las pone en aquel lugar, no entendía como es que no estaban.

 

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30/11/2018, 20:13
Yamada Tsudo

¡Yoshi! ¿Estás bien? Me dejaste preocupado, ¿por qué dejaste tu coche con las llaves puestas prácticamente en la calle contigua a la comisaria? Cuando salí del trabajo lo vi parado en mitad de la carretera, estoy seguro de que era el tuyo.- Se escuchaban de fondo más personas a su alrededor y el sonido de coches, posiblemente estaría en la calle mientras hablaba con el escritor.- Pensé que te había pasado algo e intenté llamarte, debes tener cientos de llamadas perdidas.

Está Kazakashu contigo, ¿no? ¿Estás en casa? Voy para allá, no te muevas.- Colgó casi de inmediato sin dar apenas tiempo a responder.

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30/11/2018, 20:19
Ino Kazakashu

Ino se acercó a la ventana para contemplar el paisaje, dándoles así un poco de intimidad para hablar por teléfono. Esperó unos minutos, girándose cuando escuchó el “clic” de colgar con una media sonrisa.

¿Todo bien?

Notas de juego

En el próximo turno llegará Yamada e Ino se irá. Si quieres retenerla es ahora o nunca.

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02/12/2018, 20:12
Brandon Marshall

Al ver que la cámara del portátil de Audrey continuaba grabando, no lo dudé ni por un segundo y decidí acercarme por uno de los laterales, para intentar evitar ser captado por la grabación y bajar la pantalla del portátil por completo. Así evitábamos sorpresas desagradables.

Permanecí pensativo unos instantes sobre el nick de quien había escrito aquellos dos comentarios: xXOsiris. Osiris era un dios de la mitología egipcia y, teniendo en cuenta que Audrey estudiaba Arqueología, ¿tal vez se tratase de Chris?

Tomé el diario y procedí a leerlo. Lucía mucho más antiguo de lo que hubiera esperado. Aunque la duda que se me venía a la mente era, ¿cómo había llegado ese objeto a las manos de aquella joven asiática? ¿No se suponía que se lo había entregado Yoshi a un amigo suyo? "Puede que la joven de la gema necesite que quien lo posea sea alguien digno" pensé para mis adentros. No desmerecía las cualidades del amigo del escritor, pero ese hombre no había viajado a aquel mundo tétrico, y tal vez la desconocida precisaba que el propietario del diario fuera alguien que pudiera transportarse a ese otro mundo.

Leí el diario, asimilando toda aquella información. Takayuki, el pescador... Sun Hee lo había mencionado también. Lo más probable es que se tratase del joven a quien había visto en mi sueño, a través de los ojos de aquella mujer. Ahora las piezas encajaban. ¿Sería la misma chica que portaba la gema y a la que había visto en mi sueño? Todo indicaba que sí.

-Ayaka -pronuncié el nombre, en voz baja.

Era ella. Tenía que ser ella. Había sido utilizada en un ritual para ser la próxima Ningyo, al igual que aparentemente también habían hecho lo mismo con la fantasma de la casa y quizá también habían hecho lo mismo con Audrey, al no haber podido capturar a Sun Hee.

Pero, ¿qué motivos podía haber para que en esa aldea se produjesen tantos sacrificios de mujeres jóvenes? ¿Quizá el Sumo Sacerdote y sus allegados consideraban que, mediante el sacrificio, impedirían que un mal azotase ese pueblo? ¿O era una simple tradición religiosa de las gentes del lugar?

Con mi mente bullendo ante posibles teorías, decidí agarrar el portátil de Audrey y, tomándolo bajo el brazo, decidí regresar de vuelta hacia mi dormitorio. Quizá hubiera alguna manera de obtener más información sobre el tema mediante aquel ordenador.

Notas de juego

* Como no me has especificado, puse que era una residencia mixta. Pero vaya, es bastante indeferente.

Pero que sea una residencia solo para negros y negras, como la serie del Príncipe de Belair, donde todos los actores eran morenos.

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05/12/2018, 16:21
[Yoshi Yamagaki]
Sólo para el director

Creo que me encontraba mal, con un gran mareo... - responde a su amigo, para dar al menos una excusa.

Después de que su amigo le dijera que iría para allá, colgó el teléfono.

Mira a Ino con ojos de ternura...

La verdad que ultimamente me siento bastante cansado y algo enfermo, posiblemente por trabajar tanto.Si, todo bien, pero Yamada vendrá para asegurarse que estoy bien. Últimamente no me encuentro bien del todo, posiblemente este enfermando, sea stress de trabajo de escritor y demás, piensas que debería de dejar el tema de escribir y centrarme en cosas mas importantes?- dice mirando a Ino con una sonrisa.

Esta claro, que no confiaba que todo eso fuera cierto, pero quería aprovechar la oportunidad de alguna manera, para arreglar las cosas que hizo mal en el pasado.

Si decidiera dejar la profesión de escritor y pillarme unas vacaciones largas, te gustaría venir conmigo Ino? - dice acercándose a ella, pero manteniendo una distancia.