Partida Rol por web

Fatal Frame: Mermaid Song

Capítulo Final

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01/01/2020, 12:42
Kim Sun Hee
Sólo para el director

La violinista se mostró ciertamente ansiosa, mientras abría los grifos de la bañera, esperando que se llenara con rapidez para poder así rescatar a su querida Shin-hye. En ese momento, carecía totalmente de temor. La muerte no era algo que le importara, no cuando la vida de su amiga estaba en juego, no cuando haría su mayor esfuerzo por ella, siendo capaz de enfrentar a los más terribles horrores, con tal de que su "Unnie" estuviera bien, que pudiera volver a verla sonreír como tanto había disfrutado en otro momento. La mirada de la joven coreana se concentró, por un instante, en el simple mensaje alegre que se encontraba en el espejo, escrito con pintalabios. No pudo evitar esbozar una sonrisa dulce, pensando en aquella chica que tantas emociones había despertado en ella desde que la conocía. No podía abandonarla, no podía acobardarse frente a los horrores que la esperaban en esa maldita aldea. Y poco le importaba lo mucho que hubieran lavado su cabeza esas personas. No la dejaría allí, antes muerta que permitir algo así. - Sonreiré todas las veces que quieras, Unnie. Sólo regresa conmigo, ¿está bien? - Pronunció aquellas palabras, a pesar de estar sola, antes de volver a concentrar su atención en el agua que iba llenando la bañera, mostrándose ciertamente impaciente por regresar, por evitar una desgracia. Jamás se perdonaría que algo le sucediera a Shin-hye, y no dejaría que nadie se metiera en su camino, incluso si debía de convertirse en otro Takayuki. Estaba comenzando a comprender lo que ese pescador había sentido, en el momento en el que iban a sacrificar a su amor. No podía culparle por lo que había hecho, incluso si habría sido mejor que no asesinara a nadie... por más que la víctima hubiera sido Yoko: un lobo vestido con la piel de una oveja.

Tuvo que respirar hondo en cierto momento, en cuanto la habitación comenzó a llenarse de un vaho cálido, sabiendo muy bien que, a partir de ese instante, empezaba a estar nuevamente en peligro. Aún así, su mirada dejaba en claro que estaba determinada a continuar con aquello. Nada podría detenerla, no cuando ya se había decidido a salvar a su amada. No dudaría en mostrar los "colmillos" si era necesario, por el bien de aquella persona cuyo brillo amaba con todo su corazón. No obstante, el portazo la cogió por sorpresa, provocando que ciertamente se asustara por algo que no se había esperado. - ¿Qué...? - Se interrumpió a sí misma, a medida que miraba a su alrededor, haciéndose una idea lo que estaba sucediendo. No había duda de que había logrado el vínculo que deseaba con la aldea, si bien no había esperado que la atacaran en ese preciso instante. ¿Estaba en peligro? No lo sabía, si bien era posible, en especial cuando deseaba regresar. La mayoría de los espíritus debían de saber lo que quería hacer, y era obvio que harían todo lo posible para obstruir su camino. Sin embargo, al mirar el espejo, la violinista abrió la boca, observando cómo algo se arrastraba para quitar el vaho, para luego dejarle un gran mensaje... o más bien un nombre en particular, uno que pudo reconocer al instante: Takayuki. ¿Qué quería de ella? - No sé qué quieres de mí pero... no voy a dejar que te metas en mi camino. - Se expresó en un tono serio que denotaba lo determinada que estaba a cumplir con lo que deseaba hacer. - Sé lo que hiciste por Ayaka. Yo también quiero salvar a la persona que quiero. - Se explicó, esperando que el espíritu pudiera comprenderla y que no la atacara. Si bien, algo le decía que las cosas no serían tan sencillas, no cuando estaba claro que el pescador había enloquecido de la misma manera que el resto de los espíritus, teniendo en cuenta lo que le había hecho a Yoko. Por esa razón, se preparó para un posible enfrentamiento con otro espíritu, dispuesta a pelear si era necesario. No podía caer, no sin rescatar a su querida Shin-hye.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Tirada misteriosa (?)

Tirada: 1d100

Resultado: 53 [53]

Notas de juego

Feliz año nuevo! x3

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01/01/2020, 15:46
Brandon Marshall

-Son asiáticos, Dana -dije, en tono bajo, como si eso lo justificase todo, incluido ir a despertarles a altas horas de la noche-. Lo más probable es que despiertos, con la luz apagada y escribiendo con el portátil encendido. O viendo reposiciones de Dragon Ball Z para reírse de nuestros dobladores.

Mientras avanzábamos en dirección a la habitación de los asiáticos, durante un instante sentí como si el suelo estuviera húmedo. ¿Habría sido cosa de mi imaginación o se trataría otra vez de ese mundo espectral?

-El suelo... está frío, húmedo, como si hubiera charcos. ¿Lo estás sintiendo tú también? -le preguntó a su compañera-. No podemos volver ahora, Dana. Necesitamos que nos cuenten qué está sucediendo.

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09/01/2020, 13:49
Dana Goodwin

¿Esto es uno de tus truquitos? No tiene ni puta gracia.- Dana no dejaba de mirar de un lado a otro, como si buscara a Chris cubierto con una sábana blanca en la cabeza y una linterna, aprovechando la confusión que tenía encima para aparecerse cual triste fantasma. Hubiera sido algo bastante macabro teniendo en cuenta que estaban velando la muerte de su supuesto mejor amigo, pero la sociedad había cambiado algo con el tema de cámaras ocultas que los veía capaz de eso y más con tal de ganar unas cuantas visitas, aunque fuera aprovechar los momentos más sensibles.-  ¿Brandon? Brandon, ¿dónde estás? – No os separaban muchos metros de distancia, más bien unos pasos donde la niebla servía como barrera entre ambos.

Brandon creía ver entre parpadeos el pasillo de su residencia y del pueblo fusionados en un extraño collage donde las puertas de las habitaciones eran fachadas de antiguas casas, y la máquina expendedora el pozo que marcaba la plaza central.

Creyó ver las escaleras que conducían al gran templo donde había un cuadro con el mapa del edificio, marcando las salidas de emergencia. Las luces de las antorchas estaban encendidas y hacía un precioso escenario iluminado a la lejanía. Por su parte Dana seguía al pie de las escaleras mirando a un lado para otro, entrecerrando los ojos para intentar ver en la oscuridad cualquier silueta.

¿¡Brandon!? – Tanteó con la mano la barandilla de las escaleras antes de dar un paso, estirando la otra mano libre para no darse con nada.

No sabía cuánto tiempo tenía por delante, pero estaba claro que si quería hablar con aquellos asiáticos debía hacerlo antes de volver al otro lado.

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09/01/2020, 17:41
Máster fantasma

Hacía calor por la cálida corriente del agua, la cual ya estaba sobrepasando el límite de la bañera y cayendo en pequeña cascada al suelo, formando un charco que cada vez iba expandiéndose.

Las letras del cristal apenas se veían, sólo un rastro de gotas que descendían por el mueble hasta sumarse con su hermana humedad. A través de esos pequeños reflejos podía ver la imagen de una mujer desnuda a su espalda con el rostro bajo, oculto tras su cabello oscuro y listo cayendo sobre sus desnudos hombros.

Su cuerpo parecía un mapa de mordiscos y heridas, donde las marcas de dientes hacían un recorrido interminable por cada parte de su cuerpo. La sangre de las heridas ya se había secado y podía ver a través de las cientos de heridas partes descarnadas donde el músculo y el hueso estaban al aire, al igual que le faltaban algunos dedos en las extremidades

Taka…- Ladeó el rostro, dejando que el cabello ondeara con su movimiento para mostrar un rostro dolorido que en alguna ocasión podía hasta ser hermoso. Sus ojos estaban rojizo por las lágrimas que habría derramado, su labio inferior tenía un corte y la mejilla derecha un mordisco que dejaba ver la mandíbula por el interior.- Takayuki.- Su voz era pastosa, costándole formular una sola palabras como si le hubieran cortado las cuerdas vocales.

La mujer llevó sus descarnadas manos cubiertas de heridas y algunas faltando incluso las uñas a su rostro, cubriéndose en lo que parecía un llanto interno en el que sus hombros temblaban y su cuerpo se encogía.

Desde que había llegado a ese pueblo había visto a varios espíritus, pero ninguno como ese. Tenía una oscura aura arrolladora y sabía que debía de sentir miedo, más que en ninguna otra ocasión, notando incluso que su cámara vibraba en sus manos con tal fuerza que creía que fuera a romperse, pero había algo que la hacía ver inofensiva, al menos con ella.

La mujer se retorcía mientras retrocedía, negando con la cabeza antes soltar un quejido a modo cántico que le provocó un enorme dolor en los oídos, escuchando un fuerte pitido y viendo cómo el cristal que la reflejaba se rompía en cientos de pedacitos, borrando así su presencia.

Sun Hee seguía en el aseo de su apartamento, donde la bañera dejó hace rato de soltar agua por sus grifos para mostrar una masa oscura rojiza y un tanto viscosa, notando el olor metálico de la sangre en el ambiente. De la bañera llena lentamente surgió una mano que mostró hasta poco menos del codo, donde podía ver las heridas y mordisco con más definición. La mano estaba señalando a su dirección, tendida como una oferta exclusivamente para la violinista sin saber qué le depararía.

Notas de juego

Te presento al "big boss", te faltaba sólo a ti para conocerla y tu tirada hizo que estuviera tranquilita :P

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13/01/2020, 13:20
Kim Sun Hee
Sólo para el director

Los ojos de la violinista no hicieron más que abrirse en el momento en el que pudo visualizar la imagen de aquella mujer desnuda. El problema no era la desnudez de la mujer, no cuando estaba segura que, en otro momento, habría sido muy hermosa. Sin embargo, aquella visión era algo digno de una pesadilla, teniendo en cuenta las heridas que se encontraban en el cuerpo de la pobre mujer. No había duda de que había sufrido en demasía, que su muerte había sido una de sufrimiento insoportable mientras era devorada con vida, y posiblemente también ahogada en las profundidades del agua en el que la misma Sun Hee casi había encontrado su final. La primer pesadilla que había sufrido, había sido suficiente para ella como para saber lo que le había sucedido a la mujer que se encontraba en el espejo. - Tú no eres Takayuki... - Murmuró, nerviosa, a medida que no podía evitar mantener su mirada concentrada por completo en la extraña que no paraba de pronunciar el nombre de aquel pescador. No, no era el sujeto que había leído en aquellos viejos documentos. Sin embargo, la mente de aquella mujer parecía totalmente enfocada en dicho sujeto, como si tuviera una especie de obsesión por él, o como si hubiera algo que deseara decirle a esa persona. - No tengo problema contigo... Sólo quiero regresar. No quiero que sufra. - Le explicó en un tono gentil, no deseando provocarla ira de aquel espíritu. Antagonizarla... no sería otra cosa que una mala idea, al menos de momento, mientras aún necesitaba salvar a Shin-hye. No podía acobardarse pero tampoco podía enemistarse con esa mujer, que, por ahora, no la había atacado.

Por las heridas que se encontraban en el cuerpo de la mujer, estaba claro que había sido devorada hasta su muerte. Eso sólo podía significar una cosa, si es que su teoría era correcta. Aquella persona había sido un sacrificio de aquel extraño ritual que se llevaba a cabo en la aldea. Y si la mención de aquel pescador significaba algo... estaba segura de quién era la mujer que se encontraba frente a ella. - ¿Ayaka? - Preguntó incrédula, no sabiendo muy bien por qué se encontraba allí. ¿Acaso deseaba detenerla? ¿Evitar que rescatara a su amada? - Tú... no deberías haber sufrido. - Se expresó, manteniendo aquel tono gentil, pudiendo comprender el sufrimiento que la mujer habría experimentado antes de su muerte, e incluso luego de la misma. La primer pesadilla había sido experiencia suficiente como para saber que no podía haber nada menos agradable que aquello. No obstante, por la forma en la que su cámara vibraba, estaba claro que estaba tratando con un espíritu realmente peligroso, y posiblemente poderoso. Si bien, Sun Hee no deseaba pelear con ella, no cuando consideraba que Ayaka no era otra cosa que una víctima de la injusticia de aquella maldita aldea. En lo posible, prefería no dañarla con su cámara, si es que aquel artefacto podía hacerle daño, o simplemente le brindaba la paz que necesitaba. No estaba segura de cuál era el fin de los espíritus que sufrían el poder de la cámara, por lo que no deseaba hacer algo que pudiera afectar de manera negativa al espíritu frente a ella. Aún así, parecía que "Ayaka" no deseaba herirla, o de lo contrario la habría atacado. Era como si deseara presentarse ante ella, o tal vez pedir su ayuda.

Sea lo que fuera, el espíritu no tardó mucho en desaparecer, dejando tras ella un cristal roto en pedacitos, y a Sun Hee intentando cubrir sus oídos por el sonoro pitido que había escuchado. Por un breve momento, no pudo evitar sorprender, e incluso estar un poco nerviosa ante la posibilidad de que la supuesta Ayaka intentara atacarla por sorpresa, como otros espíritus habían intentado hacerlo con anterioridad. Sin embargo, a diferencia de lo que había esperado, no pudo evitar abrir los ojos, sorprendida, al ver el cambio de color del agua de la bañera. El olor metálico de la extraña sustancia rojiza no tardó mucho en dejarle bien en claro de qué se trataba. No había duda de que era sangre, por lo que la violinista tuvo que hacer un gran esfuerzo por no entrar en pánico frente a semejante visión. Era normal que estuviera nerviosa. No siempre acostumbraba a ver tal cantidad de aquella sustancia espesa. No era para nada agradable. Si bien, al ver aparecer aquella mano entre la sangre, como si le estuviera ofreciendo una invitación, no pudo evitar morderse el labio inferior, no sabiendo muy bien si aquello sería una buena idea. - ¿Por qué? - Preguntó, sin saber el motivo por el cual la elegida la invitaba de esa manera. ¿Acaso quería que rescatara a Shin-hye? No sería extraño que supiera la razón por la cual ella deseaba regresar a la aldea. No obstante, no podía dudar en ese instante, no cuando podría ser la única oportunidad que tendría para regresar a aquel sitio maldito. - Está bien... Yo... Lamento lo que te sucedió pero... no puedo dejarla. - Dijo al final, en el momento en el que armaba de coraje para sostener la mano de la mujer con cierta delicadeza. Estaba segura que, si hubiera deseado atacarla, lo habría hecho en cuanto había aparecido.

Notas de juego

Que bueno xP Por suerte aún tengo mi carrete tipo cero xDDD

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13/01/2020, 19:15
Brandon Marshall

-No, esto no es ningún truco -le aseguré a la chica, en tono bajo, temiéndome ya lo peor-. No sé... -Estaba a punto de decir que no sabía qué estaba pasando, pero meditó mejor sus palabras, puesto que sí sabía parte de lo que sucedía-. Yo no tengo nada que ver con esto.

Observaba ahora que el pasillo de la residencia y el pueblo asiático parecían haberse fusionado en una misma realidad. Aquello no podía estar sucediendo... Simplemente no podía estar sucediendo...

-¡Tenemos que hablar con esos tíos, rápido! -le gritó a Dana, ya sin preocuparse mucho de que alguien pudiera oírle en el pasillo, dirigiéndose a toda prisa a la habitación de los asiáticos.

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08/02/2020, 14:05
Máster fantasma

Le escuchaba cada vez más lejos hasta el punto de no saber si realmente había hablado o su imaginación puso voz y connotación a sus miedos, extinguiendo la voz de Brandon entre la niebla.

¡Brandon! – Las puertas se abrían y se cerraban, los cristales de la ventana estallaban en cientos de pedacitos provocando el grito confundido de Dana, quien estaba con los brazos en alto cubriendo su rostro para no recibir ningún corte mientras apoyaba la espalda en la pared. Parecía que un huracán había penetrado en el pasillo de la residencia y arrasara con todo lo que pudiera, arrancando los cuadros de las paredes o haciendo rodar las latas que habían caído de la máquina expendedora.

A lo lejos creía escuchar la sirena de la alarma de incendios, el agua cayendo por los conectores apagando el imaginario juego y empapando a los presentes, como si estuviera lloviendo bajo techado.

El suelo vibraba, las luces tintineaban y un remolino se originó junto a Brandon, siento éste su núcleo. Podía ver una sucesión de rostros, de compañeros que salían de su habitación sin saber qué estaba pasando, del personal del centro queriendo avisar a los alumnos por la alarma pidiendo la calma y algunos desconocidos de ojos rasgados, puede que los que estuviera buscando, aunque el hecho de prestar atención a un punto exacto era casi imposible al dar todo vueltas, mareando en el proceso.

Lo único que quedaba claro era el agua sobre su cabeza que poco a poco cesaba en intensidad aunque no se detuviera. La luz se oscureció por completo hasta que un par de antorchas bordeaban los puntos ciegos para iluminar un camino y el suelo de madera estaba algo derruido, notando humedad bajo sus rodillas mientras escuchaba unas olas romper cerca.

Había vuelto a su punto de origen, la plaza de aquél maldito pueblo, arrodillado en uno de los muelles preparado para los pescadores. El cielo estaba ennegrecido y desprovisto de estrellas, aunque sobre su cabeza descansaba una gran luna llena cubierta de nubes, dejando una breve lluvia que ahora le calaba.

Detrás de él podía ver el pueblo tal cual lo recordaba, aunque desierto de vida o muerte. Las antorchas ascendían por las escaleras centrales en dirección al gran templo, escuchando desde esa dirección lo que parecía el eco de unos tambores o débiles cascabeles. Sin embargo el sonido más cercano era justo a su lado, comprobando que de la playa emergía una chica que había visto en alguna otra ocasión, apurada buscando aire.

Notas de juego

Estáis juntos, ya podéis etiquetaros.

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08/02/2020, 14:18
Máster fantasma

Al coger la mano de la misteriosa mujer, sintió que tiraba lentamente de sí introduciéndola en la bañera. No era una obligación, incluso podía decir que era una invitación que podía rechazar sin problema con solo soltarse sin impedírselo, queriendo que estuviera segura en todo momento de aquello que iba a hacer y a dónde tenía que llegar para lograrlo, teniendo claro que no sería un camino fácil aunque estuviera ya en los últimos escalones.

La oscuridad se cernió sobre la violinista cuando su cuerpo se sumergió por completo en la bañera, ampliando considerablemente su espacio en un infinito mar, dejándose arrastrar hacia las profundidades.

Sólo ahí podía ver.

Sólo ahí, podía entender.

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08/02/2020, 14:52
Otro lugar

La luna llena decoraba el amplio cielo despejado, observándolo como cada noche a través del amplio jardín tras el templo. Era un lugar apartado, oculto y un refugio que calmaba tu alma, un rincón escondido cubierto de preciosas flores y donde un gran árbol de flor de cerezo dejaba caer una de sus hojas. Recordaba las largas noches de descanso donde se sentaba en la raíz y meditaba, simplemente perdiéndose entre el olor a naturaleza o leyendo un libro sobre el mundo más allá del mar, de su pueblo, aunque en esa ocasión tuviera una visita inesperada.

Allí, jugueteando con una flor al desmenuzarla, estaba la pequeña de las gemelas con un kimono blanco y el cabello suelto algo desaliñado, con una horquilla de pez descansando prácticamente en las puntas, posiblemente habiéndose caído en mitad de algún juego.

¿Ocurre algo, Miwako? – La voz era distinta a las que habías escuchado anteriormente. No era la seguridad que destilaba Yôko, ni la voz melódica y tierna de Ayaka. No, era un tono un tanto más grave y fino, recordándole incluso a su propia madre.- ¿Va todo bien? – Se sentó a su lado con cuidado de no manchar el kimono que llevaba, uno azul marino con detalles blancos.

La pequeña dejó la flor para mirarte a los ojos, notando la tristeza en sus apagadas pupilas.

Tengo miedo. Nawako dice que tenemos que ser fuertes, pero no quiero que Ayaka muera.- La mente de la pequeña no lograba entender el motivo de todo aquello, apenada por lo “correcto” y sacándote una maternal sonrisa mientras le peinabas el cabello con los dedos, recolocándole la horquilla.

Ayaka ha sido elegida por los dioses para protegernos de los espíritus malos.- Le hizo una especie de recogido no demasiado elaborado, ya que con las manos tampoco podía hacer demasiado.- Siempre estará con nosotros, velándonos para que no pase nada.- Al terminar, llevó su índice al pecho de la pequeña, donde estaba situado su corazón.- Aquí descansará. Con nosotros.

La protegerás, ¿verdad? Eres su sacerdotisa.- Más tranquila aparentemente, la pequeña se limpió una lágrima con la manga de su traje.

Siempre. Estaremos con ella.- No sabía si era por sus palabras o el aura de paz que transmitía pero Miwako se contagió de esa serenidad, sonriéndole agradecida por sus palabras y dándole un abrazo fuerte que aceptó con agrado.

Mië.- La voz de un tercero rompió el breve momento, soltando a la pequeña para ver al sumo sacerdote. Sabía lo que significaba aquello, que la necesitaban antes de empezar.- Miwako, vuelve con tu hermana.- La pequeña asintió, un poco intimidada por el respeto que le procesaba antes de levantarse y correr fuera del jardín para prepararse a la gran noche y dejándolos solos. En todo momento, desde que había aparecido el Sumo Sacerdote, permaneciste con la cabeza gacha mostrando respeto y esperando de pie junto al árbol de cerezo a sus palabras.- El ritual empezará dentro de poco, es hora de que Yoko y tú preparéis a Ningyo.- Asentiste antes de volver a alzar el rostro dispuesta a ir a la celda de Ayaka, aunque al dar un par de pasos sentiste que agarraban tu brazo.- Espera.

¿Va todo bien? – Parecía que habían roto esa barrera, notando en tu pecho la preocupación hacia ese hombre.

Sólo quería agradecerte todo lo que has hecho. Sabía de los celos de Yôko por no haber sido seleccionada como Ningyo y las dudas de Ayaka, pero estuviste ahí en todo momento intentando ayudar incluso calmando a las niñas.- La liberó de su agarre antes de alzar el rostro hacia la luna durante unos segundos antes de bajar la mirada clavándola en tus ojos.- Estamos orgullosos de ti, hija.

Gracias, padre.- El pecho se henchía de profundo agradecimiento y amor, estando en paz mientras notaba que le daba un beso en la frente antes de marcharse al interior del templo.

Te concediste unos segundos para observar por última vez aquél refugio que tanto significaba para ti, esperando volver a aquél lugar después de que el ritual terminara.

Lo que no esperaba es que esa sería la última vez.

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08/02/2020, 14:57
Máster fantasma

Al dejar de notar ese contacto en tu muñeca arrastrándote sentías que te ahogabas. El aire sabía a sal y estabas cubierta de mar, buceando en los océanos de una posible muerte si no nadabas hacia la superficie, pudiendo ver la luna llena vigilar tu ascenso.

Cómo pudiste moviste brazos y piernas, cada vez sintiendo más fuerte el ardor en los pulmones al necesitar aire. Ya estabas cerca, sólo necesitabas un poco más de fuerza para llegar…

Aire.

Recibiste la superficie con una fuerte bocanada, escupiendo el agua de mar mientras te fijabas en que estabas junto a la orilla de aquél pueblo. Las antorchas ascendían por las escaleras centrales en dirección al gran templo, escuchando desde esa dirección lo que parecía el eco de unos tambores o débiles cascabeles e imaginándose qué debía de suceder en esos momentos. Sin embargo, lo más cercano que podía escuchar estaba justamente a su lado, viendo que arrodillado en el mueble estaba un confuso chico que había visto anteriormente.

Notas de juego

Ya estáis juntos! Podéis etiquetaros :)

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10/02/2020, 12:19
Brandon Marshall

Escuché el grito de Dana pronunciando mientras el agua de los conectores descendía del techo apagando un inexistente fuego. Pude ver los rostros de muchos de mis compañeros que salía de sus habitaciones, así como a algunos desconocidos de aspecto oriental a quienes no reconocí pero que podrían ser los especialistas a los que estaba buscando.

Pero antes de que pudiera gritar una sola palabra, volvía a encontrarme en la plaza de aquel pueblo fantasmal, tendido de rodillas en uno de los muelles de los pescadores. El cielo se hallaba envuelto en tinieblas y sin estrella alguna. Por fortuna, no divisé a mi alrededor a ninguno de esos fantasmales pescadores a los que me había enfrentado la última vez, aquellos quienes habían sido los responsables de la muerte de Yoshi...

Dirigí una mirada a mi alrededor y divisé a Sun Hee, la chica violinista. Estaba saliendo de la playa, un tanto apurada, casi como si necesitase tomar aire. ¿Qué le había sucedido? ¿Había aparecido directamente en el agua y se había visto obligada a nadar hasta la orilla?

-¡Sun Hee! -la llamé, aproximándose a toda prisa en su dirección-. ¡Sun Hee! ¿Estás bien?

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12/02/2020, 02:01
Kim Sun Hee

La joven violinista se había dejado guiar por la mano de quien suponía que era Ayaka. Por la forma en la que la guiaba, lentamente y sin mostrarse violenta, estaba segura que tan sólo deseaba llevarla al otro lado, de regreso a la aldea maldita, por lo que no dudó en dejarse guiar, sabiendo que no tendría otra oportunidad de regresar, si es que deseaba encargarse de aquel asunto. Había mucho en riesgo, y algo que ella no estaba dispuesta a sacrificar. Tenía que volver a verla. Por esa razón, no demostró temor alguno a medida que se sumergía en la oscuridad, antes de que su visión fuera completamente dominada por una ajena a la suya. Otra perspectiva, otra memoria de una mente diferente a la propia. Otra joven maldita, condenada a un destino que no había imaginado que sufriría. Sin embargo, por la voz, no tardó mucho en comprender que no se trataba de Yôko, ni de Ayaka. Era otra muchacha, cuya identidad desconocía en ese momento, por lo que simplemente optó continuar observando aquella escena, como ya lo había hecho en otras ocasiones. No había mucho que pudiera hacer al respecto, no mientras experimentaba semejantes visiones. No podía cambiar el pasado, tan sólo observar, y lamentar el final de algunas de esas personas. Aún así, pudo reconocer a la pequeña, una que habría deseado salvar en su momento, a pesar de que le hubieran lavado la cabeza como al resto de los fanáticos de esa maldita aldea del mal. No podía preocuparse demasiado por ello, no cuando tenía otra prioridad en ese momento. Lo lamentaba por ellos pero... no iba a dejar que eliminaran la existencia de aquella que era tan importante para ella.

No obstante, al escuchar a la pequeña, no pudo evitar sentir algo de pena por ella, teniendo en cuenta que Miwako habría deseado que Ayaka continuara con vida, preocupada por lo que podría sucederle en aquel horrible ritual. Tenían que ser fuertes. Eso era lo que le habían enseñado. Nada más que mentiras, mientras optaban por sacrificar vidas inocentes para cumplir con los deseos de dioses oscuros. Esos no eran dioses. No eran otra cosa más que demonios, espíritus malignos que se alimentaban de la ignorancia de esas personas. En ese momento, habría deseado gritar, furiosa con las mentiras que le habían metido en la cabeza a la pequeña y a su pobre hermana. Sin embargo, tan sólo podía continuar observando, ya que era otra persona la que se encontraba en aquella memoria, mientras que ella sólo era una espectadora, como quien disfruta de una película. ¿Qué tonterías eran esas de que Ayaka estaría con ellas en su corazón? ¡Sacrificarían a una pobre muchacha por un maldito culto a seres del mal! ¿Cómo podían vivir con semejante carga sobre sus mentes? ¿No sentían culpa alguna por lo que habían hecho? No había sido la primera... no era más que una aldea de asesinos, así como pobres ignorantes a los cuales les habían lavado la cabeza para que creyeran todas esas mentiras. No podía esperar a que aquello terminara para poder hacer lo que deseaba hacer. Tenía que salvar a Shin-hye. No podía permitir que le tocaran un sólo pelo. No dejaría que le hicieran daño alguno. No importaba lo que se metiera en su camino. Se aseguraría de salvarle la vida a la joven que tanto quería con todo su corazón. Incluso si eso significaba que se ganaría el odio de todos aquellos espíritus... o de los dioses oscuros que estos adoraban.

Lo que más sorprendió a Sun Hee, fue la presencia del sacerdote, el cual ciertamente demostró un lado más... "humano", en comparación con lo que había visto anteriormente. Aquello era normal, teniendo en cuenta que la otra sacerdotisa era su propia hija. Mië... Algo le decía que había oído ese nombre, anteriormente. Sí, ahora lo recordaba. Había leído su nombre en el diario de Yôko, aunque no mucho más que eso. Aún así, no había duda de que debía de tener cierta importancia, si era la hija del sacerdote. De cualquier manera, aquel sueño, o memoria, no tardó mucho en llegar a su final, tan sólo dejando a Sun Hee en una situación más que peligrosa. Había "despertado" en medio de la oscuridad del agua. Agua de mar. Estaba en el mar. Los ojos de la violinista se abrieron de par en par antes de hacer su mayor esfuerzo por ascender a la superficie, desesperada por no ahogarse allí, no cuando aún debía de salvarla. Por fortuna, cuando pensaba que no sobreviviría, logró alcanzar al superficie y respirar, con gran desesperación, el aire que le otorgó las fuerzas que había comenzado a perder. Frente a ella, tras alcanzar la costa, se encontró con la aldea que, en otro momento, habría deseado evitar con todo su ser. Los tambores dieron señal de el ritual debía de estar por comenzar, por lo que no había tiempo que perder. Debía de apresurarse. Sin embargo, su visión se concentró por un instante en el chico que había visto en otra ocasión, el cual no tardó en pronunciar su nombre y acercarse a ella. - ¿Brandon? - Le preguntó en voz baja, a medida que se acercaba a él. - No sé qué haces aquí pero... deberías tener cuidado. Yo... tengo que hacer algo. Alguien me necesita. - Dijo de manera simple, no deseando extenderse demasiado en sus palabras. No había tiempo que perder. Por lo que no se demoró mucho en comenzar a caminar en dirección al templo, a pesar de estar completamente empapada. Tenía que actuar con cautela y mantenerse alejada de los espíritus, si es que quería llegar hasta su querida "Unnie". No sabía si Brandon la seguiría, aunque tampoco estaba segura de que fuera una buena idea que lo hiciera. Estaría más seguro allí, mientras el resto de los espíritus se encontraban concentrados en un sólo sitio.

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14/02/2020, 12:37
Brandon Marshall

No estaba seguro de si debía seguir a Sun Hee. Sabía que no importaba lo que hiciéramos. Incluso si lográbamos salvarnos en esa ocasión, regresaríamos de nuevo a la aldea durante otro de sus rituales. No habría un final, empezaba a pensar que Takayuki tenía razón al respecto. Y si no había un final, solo significaba que estaríamos eternamente condenados a vagar por esa aldea hasta que la muerte nos alcanzara. Pero, ¿no había un modo de pararlo?

-No voy a dejar que vayas sola -indiqué, en tono abatido-. Sé lo del ritual y que tenemos que impedirlo. -Mi tono tembloroso era un claro indicio de que había más detrás de mis palabras-. Ellos... ella... Audrey... Audrey mató a mi amigo, Jaden. No fui lo bastante rápido como para llegar hasta él. Y ahora ya no hay nada que pueda hacer por él...

A mi mente acudía la imagen de Jaden, con el cuello quebrado, mientras intentaba hacer lo posible por avanzar a través del puente inundado al que se estaban encaramando las diabólicas sirenas a las que había visto en la anterior ocasión.

-Yoshi, el hombre que estuvo con nosotros la otra vez, también está muerto -le revelé a la violinista, sin saber si ella estuviera ya al tanto de lo que le había sucedido al escritor-. Lo mataron los aldeanos. A la larga nos pasará lo mismo si no encontramos el modo de pararlo. Hasta entonces, creo que apareceremos en este lugar una vez tras otra. -Sun Hee podía notar que estaba afectado por lo ocurrido, desesperanzado con nuestros futuros. Todos los que entraban en ese mundo espectral terminaban muriendo, de un modo u otro. Algo me decía que no seríamos distintos-. Te acompaño. Hay que terminar con esto.

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26/02/2020, 11:38
Kim Sun Hee

La violinista salió del agua arrastrando los pies por la arena al pesarle la ropa por la humedad de sus prendas, sin apartar la mirada de los escalones que separaban el pueblo del templo cuando escuchó a Brandon mencionar a Yoshi, el escritor que había conocido brevemente en otras circunstancias.

Lo sé. Vinieron amigos suyos a mi casa…- Hasta a ella misma la resultaba raro de explicar, recordando la visita de los dos desconocidos y las extrañas circunstancias que les rodeaban.- Estaba investigando para su nueva novela, pero murió antes de poder terminarla, esfumándose en su cama y dejando un rastro de agua. También perdieron un diario que llevaba siempre consigo.- Brandon creía saber a qué diario se refería ya que el propio escritor se lo dio la última vez que se vieron, antes de salvarle la vida cuando decidió meterse entre cientos de fantasmas. Además, la manera en la que murió era la misma en la que encontró a Jaden, o más bien su rastro.- Y no es el único que estaba investigando, Unnie…- Se le rompió la voz mientras pasaba al lado de las casas sin temer que pudieran encontrarse a un inquilino, aunque más bien el pueblo parecía totalmente desierto.- Vio un documental sobre un filósofo ocultista llamado Asou y buscó información sobre él para un trabajo de clase.- También reconoció ese documental, era el mismo que habían visto Audrey y Jaden antes de que ella se suicidara.- Encontré su investigación en su ordenador.– Volteó el rostro para mirarle mientras bordeaba el pozo, apoyando ligeramente una mano sobre los tablones de madera al pasar por su lado.- Estamos en Inunaki, ¿te suena? Pueblo fantasma con pasado de canibalismo, asesinatos, incesto… y donde los dispositivos electrónicos no funcionan. Dicen que algunos viajeros encontraron por casualidad la aldea, pero ninguno regresó.

Al llegar a los primeros escalones sintieron frío, sobre todo la violinista al estar todavía empapada, aunque eso no la detuvo. Apretó la cámara que llevaba consigo, notando la vibración que le cosquilleaba los dedos al igual que lo hacía la linterna de Brandon. Sea lo que hubiera en la parte superior, se estaban acercando.

Ese ritual… son unos monstruos. Los he visto, como si estuviera ahí. Ayaka, Mië, Yôko, las niñas… - Quería borrar esa imagen de su cabeza, aunque era tan reciente que apenas podía apartarla de su cabeza más de dos segundos seguidos.- Escuché un audio de Yôko. Hablaba de las Ningyo, las sirenas, como si fueran su salvación. Escogen a una y, de forma voluntaria, se sacrifica para que la aldea alcance la inmortalidad durante un periodo de tiempo, el suficiente hasta que escojan a otra Ningyo. Quisieron que yo fuera pero me negué, sin embargo Unnie… ella está ahí dispuesta a salvarlos, pero no voy a permitir que la toquen.- Había rabia y miedo en su voz, esa duda de no saber si volvería a ver a su amada o la perdería para siempre.- El anterior ritual falló, creo que Takayuki tuvo algo que ver aunque no lo tengo claro, y ahora quieren restaurarlo.- A medida que avanzaba los escalones, adquiría más velocidad. El pensamiento de llegar tarde era demasiado fuerte como para parar a tomar aire, llegando a la parte superior del monte en apenas unos minutos, jadeando por el esfuerzo.- No dejaré que te sacrifiques por ellos Shin-hye…

Notas de juego

Ya sabemos que, por desgracia, la jugadora de Sun Hee está inoperativa así que te suelto toda la información que tiene y avanzo a lo que ella quería a base de pnjotearla.

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26/02/2020, 11:48
Máster fantasma

Por fin tenían frente a ellos el majestuoso templo rodeado de farolillos encendidos que tantas veces habían visto y visitado en anteriores ocasiones, aunque aquella vez parecía más grande y misterioso. No había ningún rastro de sombras gracias a la colocación de los farolillos y en las puertas abiertas habían colgados pequeños cascabeles que se mecían con la brisa, tintineándolos levemente.

El interior estaba tal cual recordaban, aunque completamente desierto. La extensa habitación rectangular con un largo pasillo central, y las mesas colocadas perfectamente como si de un aulario se tratase. Brandon podía recordar cómo volaron las mesas cuando se enfrentó a Mië y Takayuki, aunque ahora ese momento parecía ser tan lejano o inventado al buen estado del mobiliario.

La fuente en el centro destilaba agua cristalina, invitando a beber de la transparente agua. La violinista estaba tentada de mojar sus dedos pero se abstuvo al saber que las consecuencias, si se descuidaba, podían ser fatídicas.

Siguió recto hasta dar con una pequeña puerta con escalones de piedra, haciendo una especie de entrada natural en la que Brandon podía recordar que, de ahí, salió Takayuki antes de que le atacara, ¿a dónde conducía? El eco de las paredes transmitía el sonido lejano, el de unos cascabeles y unos cánticos que no reconocían, indicando a Sun Hee que debía ser el camino.

No dudó, bajó el primer escalón y sintió que su cámara vibraba más que de costumbre, sabiendo que era el camino correcto.

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26/02/2020, 11:49
Kim Sun Hee

No voy a dejar que lo completen y eso posiblemente alargará la maldición. Tal vez muramos pero me da igual, salvaré a Unnie cueste lo que quiere.- Bajó un escalón más antes de girarse hacia Brandon.- ¿Vas a ayudarme o me detendrás?

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28/02/2020, 12:05
Brandon Marshall

Escuché cómo Sun Hee describía las circunstancias de la muerte de Yoshi, quien había desaparecido en su cama, dejando un rastro de agua tras de sí. Justo lo mismo que le había sucedido a su amigo Jaden después de morir también en el mundo espectral.

-Sé a qué diario te refieres -indiqué, en tono serio-. De hecho, Yoshi me lo dio antes de terminar sacrificándose. -Aunque a medida que la violinista hablaba, fue recibiendo más datos de lo que ella había averiguado. Datos que, quizá en circunstancias muy distintas, de no ser porque se la veía muy afectada, no se los habría proporcionado de un modo tan directo-. Audrey Spooner y Jaden, mi amigo, también vieron ese documental -comencé a atar cabos, empezando a comprender los cabos sueltos sobre ese pueblo y cómo acceder a él-. Inunaki... No, no me suena. Si lo he oído alguna vez con anterioridad, no lo recuerdo, aunque quizá las niñas lo mencionaran... no sé...

A medida que Sun Hee hablaba, comprendí lo que Ayako y el pescador me habían revelado, cada uno desde su punto de vista o, mejor dicho, lo a que ellos les convenía que supiese.

-Si esa persona a la que quieres salvar, Unnie, quiere ofrecerse como sacrificio... No hay mucho que puedas hacer. Es su decisión -le indiqué a la violinista, con amargura-. Ayako y Takayuki también tenían cada uno una opinión bastante contraria al respecto. Como vosotras... Pero la realidad es que tanto si fracasa como si triunfa el ritual, no es una solución definitiva para este pueblo. No se va a romper ninguna maldición Tarde o temprano van a requerir a otra Ningyo. Te ayudaré, Sun Hee -había decidido finalmente, mientras seguía a la joven por los escalones-. Vamos, debemos de salvar a tu amiga...

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11/03/2020, 13:48
Máster fantasma

Tras bajar lo que parecían varios metros de distancia, alejando la luz que el templo propiciaba y dejando únicamente la iluminación de pequeñas velas que adornaban el camino, ambos se encontraron en un amplio pasillo natural de una caverna bajo el pueblo que parecía no tener fin. Las paredes rocosas eran claustrofóbicas, estrechando los pasillos a medida que caminaban u obligándoles a agacharse en algunos accesos con tal de no darse en la cabeza. Lo que estaba claro es que poco a poco iba en descenso, alejándose de aquella entrada para adentrarse en el corazón de las cavernas.

A medida que se acercaban sentían la humedad ascender y el reflejo de pequeños charcos que decoraban partes del camino gracias a gotas que caían, como si estuvieran bajo el mar. Además podían escuchar el romper de las olas o el murmullo del mar en todas partes, rebotando el eco a su alrededor para desorientarlos.

Por suerte para ellos sólo había un único camino posible y las armas espirituales que llevaban, ya fuera la linterna o la cámara, indicaban la cercanía hacia su objetivo. Ambas vibraban, ya no era ese cosquilleo indoloro que incluso llegaba a ser agradable, más bien molestaba y al menos la violinista tuvo que cambiar de mano su cámara en varias ocasiones.

Voces, murmullos y un ligero cántico. Estaban cerca de la zona del ritual, intuyéndolo gracias a que por fin el camino empezaba a ensancharse y las velas se apilaban unas a otras, formando misteriosas sombras en las paredes que simulaban figuras inconexas o siluetas humanas que paseaban aunque no venían a nadie más que ellos mismos... Al menos hasta que llegaron por fin al núcleo central.

En otras circunstancias aquello habría resultado hermoso, una cúpula natural con una abertura en su centro donde la luz de la luna llena iluminaba el centro del cenote, una estructura de piedra circular rodeado de agua. Las velas rodeaban todo el lugar, dándole un toque más íntimo a la par que siniestro aunque, en esta ocasión, no estaban solas.

Los ciudadanos que faltaban estaban situados a ambos lados del cenote, mojando sus pies y esperando pacientes a que el ritual se diera lugar. En el centro se encontraba una especie de altar de sacrificio donde la Ningyo dormía desnuda, en esta ocasión la amada de Sun Hee. A su lado, velando por el sueño de Shin-hye, una única mujer de tez oscura con una máscara de sirena cubriendo su rostro, reconociéndola Brandon como Audrey. Junto a ella debería de ir otra sacerdotisa, puesto dado a Sun Hee que claramente no quiso aceptar pero, aun así, no paró el ritual. Frente al altar estaba el Sumo Sacerdote, un hombre de avanzada edad ataviado con una túnica blanca ceremonial y llevando en sus manos un viejo bastón con cascabeles.

Brando y Sun Hee permanecían escondidos sin saber qué iba a pasar y, todavía, no les habían descubierto.

Notas de juego

Tu linterna hace daño y stunea, así que si quieres atacar sería a dif 70 para el sacerdote y 60 para Audrey.

Está la opción de que uses también si quieres la cámara de Sun Hee ya que ella "no está", que sería daño directo. Además, ella tiene el "Carrete cero" (sólo 1), que es un éxito automático.

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12/03/2020, 12:37
Brandon Marshall

Sentía la linterna vibrando en su mano, llegando al punto de volverse incluso un tanto molesta. Habíamos llegado finalmente a la zona del ritual y percibí un claro escalofrío recorriendo mi espalda al observar aquel siniestro lugar.

La Ningyo, la amada de Sun Hee, se encontraba durmiendo desnuda, aunque por fortuna únicamente había una sacerdotisa, la cual era Audrey, su antigua compañera de universidad. Era una suerte que no hubiera más de aquellas sacerdotisas a las que tener que enfrentarse, si bien no podía olvidar la presencia del Sumo Sacerdote, un anciano que llevaba una túnica blanca y portaba un bastón con cascabeles. Recordaba que la primera vez que había acudido al pueblo había visto a aquel individuo, si bien no había alcanzado a poder contemplar el rostro, pese a que había presentido que el anciano le estaba observando.

-Si queremos parar el ritual, debemos actuar de inmediato -le indiqué a Sun Hee, en tono bajo y claramente preocupado-. Tú encárgate del Sumo Sacerdote utilizando tu cámara. Yo voy a intentarlo con Audrey, creo que será menos dura... Crucemos los dedos para que todo salga bien.

Sin más y aguardando a que mi compañera se dispusiera a avanzar con la cámara, decidí encender mi linterna, apuntando con ella hacia Audrey. Sin embargo, el ataque no fue demasiado poderoso.

- Tiradas (1)

Motivo: Atacar Audrey

Tirada: 1d100

Dificultad: 60+

Resultado: 10 (Fracaso) [10]

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14/03/2020, 10:52
Máster fantasma

Ninguno de los dos quería esperar temiendo que llegaran demasiado tarde, saliendo de su escondite para salvar a Shin-hye.

La primera en avanzar fue Sun Hee quien, con la cámara en mano, corrió por el pasillo del cenote obviando a los fantasmas de los laterales que en esos momentos parecían no preocuparse en la violinista. Brandon la siguió por detrás pendiente de Audrey, su objetivo, alzando la mano para enfocarla aunque ya fuera por la distancia o la potencia de su movimiento no logró nada más que provocarle un cosquilleo a la difunta amiga.

Sin embargo ese pequeño movimiento hizo que la sacerdotisa reaccionara y por fin se percatara de que algo estaba pasando, alzando el rostro oculto tras la máscara.

Se apartó tras el altar con elegancia, pasando al lado del sacerdote y dejando un rastro húmedo de charcos que acaban secándose en el cenote poco después, oscureciendo la roca que pisaban. Avanzó un par de pasos, los suficientes para colocarse frente a ellos como si una guardiana se tratase mientras el Sumo Sacerdote se encargaba de continuar con el ritual, uno que podíais ver mejor por la cercanía que ahora sí teníais.

- Tiradas (1)

Motivo: Ataque Audrey

Tirada: 1d100

Dificultad: 60+

Resultado: 63 (Exito) [63]